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FORO “AGUA PARA LA VIDA”
Marzo 21 de 2007 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Mis felicitaciones a todos. Creo que este es un muy buen paso para Colombia. Quiero agradecer inmensamente al Ministerio (de Ambiente y Vivienda). Al doctor Juan Lozano (ministro de Ambiente), su esfuerzo. A la doctora Leila (Rojas, viceministra de Agua y Saneamiento Básico). A todos los compañeros del Ministerio. A los gobernadores, a los alcaldes, a las empresas de servicio, a la comunidad en general.

De manera muy breve porque ustedes han estado en un foro que seguramente ha agotado el tema en la mañana: ¿por qué este programa? Por muchas razones. El Congreso de la República en diciembre aprobó la ley que le permitirá al país llegar a plena cobertura en seguridad social a más tardar, en salud subsidiada, en diciembre de 2009.

Pero un país no puede pensar en salud si no desarrolla toda la infraestructura preventiva. Y en la infraestructura preventiva es fundamental este tema del agua y del saneamiento básico que, con el suministro de energéticos, puede convertirse en el gran obstáculo para el crecimiento sostenido de la economía mundial.

¿Por qué este proyecto? Porque en nuestros primeros años de gobierno nos enseñaron que era muy difícil atender aspiraciones de los departamentos o de los municipios aisladamente. Entonces el Gobierno entraba en dilemas que tenía que resolver discrecionalmente, y muchas veces en la discrecionalidad se es injusto y tenía que decir: a este se le ayuda, a este no se le ayuda.

Este proyecto los va poniendo a todos en igualdad de condiciones para acceder a los recursos nacionales.

¿Por qué este proyecto? Porque ha sido la manera de avanzar para tener operadores de agua en todo el país. Este proyecto además es un proyecto que garantiza transparencia en aplicación de regalías, transparencia en aplicación de los recursos de transferencias para saneamiento básico.

Este proyecto le da razón de ser a los departamentos y a las gobernaciones. No es bueno para el país, con 1.098 municipios, que haya una relación entre los municipios y la Nación que permite la instancia departamental.

Este proyecto ayuda a que la instancia departamental tenga toda la importancia que tiene que tener como agente intermedio, como agente principal de descentralización regional y como agente de nivel intermedio entre los municipios y el Gobierno Nacional.

Por eso quiero felicitar a los alcaldes y a los gobernadores por estos acuerdos.

En los últimos Consejos Comunitarios, cuando se levanta un alcalde y pide un proyecto de agua, un proyecto de alcantarillado, le contamos: no podemos seguir atendiendo proyectos al detal, caprichosamente. Lo que se necesita es que ustedes se pongan de acuerdo con su gobernador para que, al hacer el acuerdo alcaldías – gobernaciones, entonces se facilite el acuerdo Gobernaciones – Gobierno Nacional. Y así podemos atender a todo el país en términos equitativos.
En el país se llevan en este momento discusiones muy importantes: el Plan de Desarrollo y las Transferencias.

Esta mañana en una reunión con algunas de las bancadas parlamentarias les decía: miren la puja. Todo el mundo pide más transferencias, pero también todo mundo pide más recursos del Gobierno Nacional. Piden más transferencias, pero también más aportes del Gobierno Nacional a obras en las regiones que corresponden al Plan Nacional de Desarrollo.

Pero creo que esa puja es buena, porque nos lleva al equilibrio, a lo que tiene que ser un proyecto de transferencias que estimule la descentralización, pero que no arruine a la Nación. Esto es bien importante. Y a lo que tiene que ser el entendimiento de cómo todos tenemos que contribuir al Plan Nacional de Desarrollo.

En el país ha habido muchas quejas sobre el mal uso de las transferencias dedicadas a saneamiento básico y agua potable. Recuerdo en los primeros años de nuestra administración, en los Consejos Comunitarios el doctor Santiago Montenegro, entonces Director Nacional de Planeación, mostraba unas gráficas y en ellas se veía un crecimiento a las transferencias para agua potable y saneamiento básico, pero no se veía un crecimiento de las coberturas ni un crecimiento del mejoramiento de los servicios.

El tema no es para ponerlo en blanco o en negro, no es para decir: es que todo se iba a la corrupción. Pero tampoco para irse al otro extremo de decir que eran tantas las necesidades insatisfechas que no se alcanzaba a avanzar. Había de todo: insuficiencia de recursos, malos manejos, burocratismos, corrupción, falta de asociaciones, ineficiencia, etcétera.

Creo que hemos estado en un proceso paulatino donde, con la contribución de todos, vamos a ir superando estos problemas.

Nosotros nos hemos propuesto unas metas muy exigentes para esta administración: la plena cobertura en educación básica, los avances en cobertura universitaria, las exigencias en crédito universitario al Icetex y las exigencias al Sena: mantener un mínimo de cuatro millones de colombianos por año formados en el Sena, pero pasar de 30 mil que encontramos hace cuatro años en formación técnica y tecnológica, a 130 mil que tenemos ahora y tenemos que dejar en el 2010 a 250 mil. Teníamos cero en ambiente virtual en el Sena y tenemos que llegar a millón 200 mil en ambiente virtual.

Unas exigencias muy grandes en crédito educativo, unas exigencias muy grandes en salud, como la plena cobertura. Unas exigencias muy grandes en Familias en Acción: millón y medio en Familias en Acción. Unas exigencias muy grandes en Bienestar Familiar, en cajas de compensación.

Por ejemplo, Bienestar Familiar que lo encontramos con dos millones 200 mil estudiantes en restaurantes escolares, los tendremos que dejar con cuatro millones. Pero ya no con 122 días de asistencia al año sino con 180.

Y además millón 300 mil niñitos menores de cinco años atendidos por Bienestar Familiar en nutrición. Pero además el inicio de todo lo que es la cobertura escolar en el pre-kinder para los menores de cinco años, etcétera.

¿Vamos a lograr para 2010 plenas coberturas en saneamiento básico y agua potable? No. Pero el país tiene que hacer un gran esfuerzo para tenerlas en el 2019.

Y lo que hagamos en este período nuestro, que termina en el 2010, es fundamental para que aquellos que nos sucedan puedan entregarle al país la plena cobertura el 7 de agosto de 2019, fecha de nuestra visión de largo plazo, cuando se cumplirán los 200 años de la Batalla de Boyacá.

Había una gran queja sobre el manejo de las regalías y una gran queja sobre la descoordinación de los recursos.

Creo que ahora que esto nos permite coordinación, y la coordinación es eficiencia. Y nos permite orientar recursos de manera transparente a las prioridades. Y coordinación entre alcaldías y gobernaciones, y gobernaciones y Gobierno Nacional.

Y buen uso de las transferencias, que se van a aumentar, no en la proporción de la Constitución del 91, porque se nos vuelven impagables. Lo que les he dicho a las regiones.

Ayer en un diálogo, a través de la emisora Ondas de Ibagué, con el señor Gobernador del Tolima, decía yo: sí, el aumento que se está estudiando, hay aumento, no hay recorte. Pero no es un aumento tan grande cómo en la Constitución del 91. ¿Por qué? Porque era impagable.

Porque el país ya vivió esa experiencia, que nos condujo a un colapso en el año 1999 – 2000. Fue una de las concausas, no la única, pero fue una de las concausas de la crisis financiera. Y de ahí se deriva todo el problema de las altas tasas de interés, etcétera.

De todas maneras hay aumento, y bien importante, en las transferencias. Y una tendencia de aumento, porque está previsto que en el año 2016 ya las transferencias se definirán de acuerdo con el aumento de los ingresos corrientes de la Nación, promedio, en los últimos cuatro años.

Y se necesita el mejor uso. La circunstancia de que los departamentos, los municipios, acepten pignorarlas para estos planes de agua, se constituye en una garantía de eficiencia. Y además la manera cómo se van a ejecutar estos planes se constituye en una garantía de transparencia.

Creo que esto ayuda también a superar el tema de la crítica a la inversión de las regalías.

Quiero destacar el ejemplo de los departamentos aquí presentes. Por ejemplo, el esfuerzo del Atlántico es encomiable, porque el departamento del Atlántico no tiene regalías, es pobrísimo en regalías.

El Tolima tiene muy poquitas. ¿Cuántas, Gobernador? Bueno, estaba poquito hace cuatro años. Ahora está grande. Ayer le descubrí unas cosas en ese debate en radio. Tuvo que confesar lo que han crecido los ingresos del Tolima. Y gocé mucho porque se ha recuperado mucho estas finanzas de los departamentos y de los municipios.

Hay casos cómo el Atlántico, sin regalías, haciendo un gran esfuerzo administrativo y un gran esfuerzo de aplicación de otros recursos.

Casos como los departamentos que tienen regalías, que el país tiene que aplaudir, que en lugar de botar esas regalías, de distribuirlas con escopeta de regadera, están pignorando buena parte de las regalías para financiar estos proyectos: La Guajira, Córdoba. ¿Quién vino del Magdalena? ¿La Gobernadora encargada no vino? El tema del Cesar también es muy importante. El tema del Tolima, de Bolívar.

Por ejemplo, el Magdalena. El Magdalena no tenía regalías y estaba con una crítica: bueno, es que el Magdalena ve pasar todo el carbón que sale del Cesar y ve la contaminación de sus playas por el embarque ese carbón y no percibe regalías.

El Gobierno produjo los decretos para el escalonamiento de regalías. El Magdalena este año debe recibir 12 – 14 mil millones de regalías. Allí hay un pasó.

¿Cuál fue el otro? Aceptaron no gastarse un peso, sino aportarlo todo para el proyecto del agua.

La Guajira, que tiene la ventura, como el Cesar, de esas regalías de carbón, que parecen mucho más durables en el tiempo que las regalías que tienen los departamentos del oriente colombiano derivadas del petróleo.

La Guajira y el Cesar también se constituyeron en ejemplo para pignorar buena parte de esas regalías futuras y aplicarlas a este plan de agua. Y allí intervinieron alcaldes y gobernadores y diputados, que finalmente dieron esas autorizaciones.

Y un trabajo de hormiguita del Ministerio y de Leila.

Muy penoso preguntarles a las mujeres cuántos años tienen, pero esta es una Viceministra muy joven. Muy joven y la admiro, porque la veo por todo el país trabajando como una hormiguita laboriosa. Y no es fácil. Convencer a los diputados que les den esas autorizaciones a los gobernadores para pignorar las regalías, a fin de garantizar el plan de agua, no es fácil.

Y me parece que Juan, que es un colombiano ejemplar, ha venido creando un gran equipo en ese Ministerio, y con relaciones humanas. Ayer lo veíamos en un gran evento en Cali, no echando carreta sino entregando 1.756 casas. Y creo que lo de hoy es algo muy importante para el país.

Esto es coordinación, eficiencia, garantía de que no se van a desperdiciar recursos, garantía de buen manejo de regalías, garantía de buen manejo de transferencias, recuperación de la razón de ser de los departamentos.

Creo, gobernadores, que este proyecto reivindica mucho ante los colombianos la necesidad del nivel intermedio del Gobierno. En buen momento se dan estos proyectos, cuando se discuten las transferencias y el Plan Nacional de Desarrollo.

Y le agradezco al Congreso su permanente apoyo en la Comisión de Crédito Público, su permanente apoyo en las Comisiones de Presupuesto y de Economía. Aquí están sus presidentes.

Y le agradezco al Congreso la buena voluntad para que en la aprobación de este Plan Nacional de Desarrollo, los recursos adicionales que incorpore el Congreso vayan solamente a dos rubros: al rubro de agua potable y saneamiento básico y al rubro de vías de competitividad vinculadas al comercio exterior. Eso va a ayudar muchísimo.

Además es un Congreso donde no hay auxilios parlamentarios. Es un Congreso que se ha tenido que someter a las nuevas reglas de la carrera administrativa, de la meritocracia, lo cual sanea mucho las costumbres políticas de Colombia.

Y un Congreso que en lugar de estar manejando auxilios, llevando una platica allí y otra allí, muchas veces con desorden, sin que hubieran faltado casos de corrupción, ha entendido que al país le ha llegado una hora de confianza, pero que esa hora de confianza se tiene que estimular con el buen aporte de todos. Y por eso considero muy valioso el aporte del Congreso de dar su voluntad para que los recursos adicionales del Plan de Desarrollo vayan al Plan de Aguas y a las vías de competitividad en función del comercio exterior.

En el Conpes nos aparecía un problema: esto necesita recursos de crédito. Los departamentos tienen que contraer créditos directa o indirectamente: o el departamento directamente o a través de una empresa que se constituya. Entonces en algunos casos se observa que no hay capacidad, ni aun después de superar los planes de desempeño, para que los departamentos accedan a dos créditos: el crédito de agua potable y el crédito de vías departamentales.

El Conpes definió que en esos casos, que ojalá sean excepcionales, se debe preferir el crédito de agua potable. ¿Por qué? Porque si hacemos las vías de competitividad, si completamos el Plan 2.500 (la semana entrante se completara la pavimentación del kilómetro 1.000 del Plan 2.500), si seguimos con el aporte de las vías municipales (que este año es de más de 200 mil millones), creo que en aquellos departamentos donde no tengan cupo crédito para contratar empréstitos para agua potable y además para vías departamentales, bajo los supuestos dichos, las vías departamentales adiciones pueden esperar.

Por eso la prioridad que se definió en ese Conpes es que en esos departamentos se les dé prioridad al crédito para agua potable y saneamiento básico.

Celebro la presencia de transparencia. Creo que en este Estado Comunitario se ha visto lo que es la creciente participación de la ciudadanía, que es garantía de transparencia. Me parece que el concepto de este programa con los gerentes y operadores, la manera como abran de escogerse, etcétera, es un concepto que garantiza transparencia.

Yo miro este programa con mucho entusiasmo, los felicito a todos y espero que dos apoyos: el Plan Nacional de Desarrollo y el proyecto constitucional de transferencias, salgan bien, con buena aprobación, con equilibrio, del Congreso de la República, para que el país pueda garantizar esta ejecución.

Uno de los problemas que tuvimos en nuestra primera administración es que había mucha idea para construir acueductos y alcantarillados, pero no había proyectos. Me da la impresión, viceministra Leila, que ya hay mejor inventario de proyectos. Entonces se nos demoraba mucho y no veíamos la ejecución, porque se nos demoraba mucho la preinversión

Viceministra de Agua Potable y Saneamiento Básico, Leila Rojas: Sí, Presidente, ya hay un mejor inventario, precisamente porque ya se están desarrollando los diagnósticos de todo el país a través de una contratación que hizo el Ministerio de Ambiente con los departamentos.

Presidente de la República: ¿Pero tú crees que vamos a tener más rapidez en la ejecución?

Viceministra de Agua Potable y Saneamiento Básico: Muchísima más. Lo que usted decía: el período anterior fue un proceso de aprendizaje, con la ventanilla única y ya tenemos ISO 9001 en el proceso y procedimientos. Y ya tenemos los estudios de preinversión bastante adelantados en alrededor de 15 departamentos del país.

Presidente de la República: Quiero referirme a dos temas finales: los créditos con tasa compensada.

El Gobierno Nacional se dio cuenta hace casi tres años que es imposible por transferencias o por aportes directos del presupuesto, financiar todas las necesidades. Entonces por eso se ha tomado la decisión de vincular más sector privado, más empresas, y una modalidad de crédito.

Creo que esta modalidad de crédito ayuda mucho y crea un gran multiplicador, porque es darles créditos a las entidades territoriales a 15 años, a la DTF, para estos proyectos, a través de Findeter.

Y me ha preguntado: ¿cómo se garantiza que no se quiebre a Findeter? El presupuesto nacional tiene la partida, año tras año, para subsidiar esas tasas de interés de Findeter. Es algo muy bueno.

Y lo otro muy bueno es el marco tributario de Colombia.

Yo tengo la esperanza de que Colombia es un país que esta empezando a estar de moda, que a Colombia le está llegando una bonanza de confianza. La verdad es que ve uno tanto interés en Colombia.

La última reunión en la Presidencia antes de venirme acá, fue con un grupo de médicos que van a hacer una cosa hospitalaria enorme en Bogotá, con un entusiasmo desbordado. Si todos los que van a la Presidencia de la República a ofrecer inversiones, van a cumplir, aquí no va a caber la plata. Tengo entusiasmo con eso.

Tengo entusiasmo que esa ola de inversión, en un país que empieza a estar de moda, va a ser muy importante.

Una bonanza de confianza que todos tenemos que contribuir a que se dé. Que nos trae problemas, como el problema que nos está trayendo con el dólar. Que nos trae beneficios, como lo que vivimos el viernes, que creo que tiene muy contento al doctor Plinio con Boyacá. Hace cuatro años estábamos en esa lucha de revivir a Paz del Río y hoy es un Lázaro iluminado, resucitado y con futuro, no para una corta vida.

El país tuvo muchas bonanzas. La primera del siglo pasado se dio cuando el gobierno del General Pedro Nel Ospina recibió la indemnización por la pérdida de Panamá: 25 millones de dólares bien invertidos.

La segunda, con el proceso de sustitución de importación. Las guerras europeas nos forzaron a sustituir importación.

Vienen después bonanzas cafeteras en el gobierno del presidente Rojas Pinilla, en el gobierno del presidente Alfonso López Michelsen, en el gobierno del presidente Belisario Betancur.

Después aparecen Caño Limón, Cupiagua, Cusiana: bonanzas.

Después se abre con la telefonía en Colombia la posibilidad de la inversión de los particulares en telefonía móvil: llega inversión.

Después Colombia abre la televisión: inversión para los canales privados.

¿Qué vemos ahora? Ya no es una bonanza específica, cafetera o de televisión o de sustitución de importaciones. Es una bonanza de confianza. La gente está confiando mucho.

A mí me decía el Presidente de un país del continente que él estaba ofuscado y creía que las cifras no eran ciertas, porque tradicionalmente su país había superado en captación de inversión extranjera a Colombia, y que cómo era que Colombia lo estaba superando ahora.

En efecto, llevamos dos años durante los cuales en inversión extranjera neta Colombia se ha convertido en el segundo en inversión extranjera neta per cápita en el continente. Y eso nos tiene que ayudar en todos estos proyectos.

Y todos estos proyectos crean oportunidades. Y esa confianza le da oportunidades de desarrollo a estos proyectos. Yo veo eso con mucho entusiasmo.

Y el esquema tributario ayuda. Hay que difundir en toda parte el esquema tributario, que aprobó en Congreso de la Republica en diciembre. El esquema tributario nos vuelve muy competitivos.

Yo les decía a esos inversionistas esta mañana: Hombre, aquí llegaban al país economistas colombianos que habían estudiado en el Japón y les decía uno: bueno, ya hablaron del Japón. ¿Y cuándo le va a llegar la hora a Colombia?

A los que estudiaron en Corea: ¿Y cuándo le va a llegar la hora a Colombia?

Que el caso de Irlanda: ¿Y cuándo le va a llegar la hora va Colombia?

Ojalá le esté llegando la hora a Colombia. Y lo de ustedes ayuda muchísimo.

Yo creo que la reforma tributaria ayuda muchísimo. Y la ley de estabilidad en las reglas de juego, que le permite al Gobierno firmar pactos de estabilidad con los inversionistas.

La reforma tributaria se atrevió a algo que no se había atrevido este país: a estimular la inversión. Y hay que tener en cuenta: este Gobierno no quiere que el país crezca basado en empleo de baja remuneración. Este Gobierno quiere que el país crezca con productividad, con empleo de buenos ingresos, con afiliación a la seguridad social.

Esa razón la apoyamos en las siguientes decisiones: en lugar de haber quitado las contribuciones al Sena, Bienestar y a las cajas de compensación, que hoy se están mejorando enormemente, lo que hicimos fue darle estímulos a la inversión: esa deducción del 40 por ciento, el gran estímulo tributario que tienen las empresas de acueducto para irse a las regiones.

Y eso produce un camino. Un país que quiera hoy empleos bien remunerados y afiliados a la seguridad social, tiene que construir empleos de alta productividad. No puede darse a la tarea de construir empleo imponiendo que en cada ascensor haya un ascensorista o pretendiendo construir carreteras a pico y pala.

Hay que hacer un gran esfuerzo para que los empleos sean de alta productividad. Y lo que ustedes están haciendo contribuye enormemente a ello.

Y esos empleos de alta productividad sólo surgen en los países que durante años sostienen altas tasas de inversión.

Nosotros hemos querido construir confianza en Colombia y tener altas tasas de inversión. Y lo estamos logrando. Ahora lo importante es sostenerlo.

Hace cuatro años la tasa de inversión en Colombia era del 12 por ciento del PIB. El año pasado del 26.

Hace cuatro años la tasa de inversión del sector privado era del 6,5 del PIB. El año pasado del 19. Si nosotros logramos en este país sostener tasas de inversión por encima del 25, este país se transforma.

Y ustedes constituyen un sector para atraer inversión y un sector para facilitar inversión. Producen los dos efectos: buenos servicios de agua potable y saneamiento básico, su instalación-operación atrae inversión, y al mismo tiempo eliminan cuellos de botella para que se dé la inversión.

Y miren lo que hemos hecho en la parte tributaria. En lugar de decir: bajen las tarifas para que la gente apropie más utilidades, lo que definió el Congreso fue estimular la inversión.

Eso nos marca una diferencia con la tributación de los Estados Unidos, tan criticada en los últimos años, que simplemente rebaja las tarifas. Porque muchos economistas critican, y con razón: bueno, cuando se rebajan las tarifas lo único que se asegura es que haya más utilidades que se reparten, pero no se asegura que haya más inversión.

En cambio lo que hemos hecho nosotros es dar unos estímulos pero a quienes inviertan. Creo que nos va a ayudar mucho.

Y esos estímulos en el sector de ustedes son muy importantes. Y ustedes saben que después de la Ley 142 son igualmente contribuyentes los inversionistas privados en agua potable, que los inversionistas públicos.

Entonces ese estímulo les cae muy bien a ambos. Todo lo que haga el Acueducto de Bogotá, público; Empresas Públicas de Medellín, público; Aguas de Manizales, público; inversiones en otras regiones, para distintas a su área de operación, tienen ese estímulo.

Ojalá, pues, esto nos ayude mucho. Aquí hay contribución de todo el mundo. Los felicito.

 
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