INAUGURACIÓN
DE LA NUEVA SEDE DE SERVICIOS DE
LA CAJA DE COMPENSACIÓN FAMILIAR DE ANTIOQUIA
(COMFAMA)
Marzo 06 de 2007 (Medellín – Antioquia)
Compatriotas:
Con mucha alegría acudo esta tarde a sumar
el júbilo de todos los coterráneos y
de todos los compatriotas por este gran logro de Comfama,
aquí en la tierra donde nació el subsidio
familiar.
Esa institucionalidad tan particular
de Colombia que es la más pura expresión de solidaridad.
Totalmente opuesta al odio de clases, totalmente opuesta
a la indiferencia, la institucionalidad del subsidio
familiar en Colombia aglutina en función de
tareas sociales a empresarios y trabajadores. Nada
mejor concebido, casi que hoy única en nuestro
país.
Y en Antioquia ha tenido su
mayor inspiración,
su mayor éxito, su permanente ejemplo. Esa llama
de Comfama, durante tantos años, ha iluminado
al país y hoy sigue a la vanguardia con esta
creación tan importante.
Cuando en América Latina de nuevo se abre el
debate sobre el grado de participación del Estado
en la vida ciudadana, sobre la estatización
o no en actividades estratégicas para la comunidad,
sobre cómo construir confianza para la inversión
privada, creo que Colombia presenta en las cajas de
compensación familiar una gran síntesis.
Allí concurren el capital y el trabajo. Concurren
con la eficiencia propia de la alta calidad de la empresa
privada y con los más nobles objetivos sociales
de la comunidad entera.
Por eso cuando se piensa en
políticas sociales,
no se puede dejar a un lado a las cajas de compensación.
Sin ellas, ninguna política social tiene éxito.
Cuando nosotros pensamos que
al final de este cuatrienio Colombia debe tener plena
cobertura en educación
básica, un gran avance en educación tecnológica,
una cobertura universitaria del 35 por ciento –superior
al promedio de América Latina–, las cajas
de compensación son un aliado necesario.
Cuando nosotros pensamos que
Colombia debe lograr plena cobertura en salud en
este cuatrienio, las cajas
de compensación son imprescindibles.
Cuando nosotros pensamos que
la configuración
de Banca de Oportunidades debe entregar 5 millones
de créditos en este cuatrienio, las cajas de
compensación son un instrumento necesario.
Cuando nosotros pensamos que
a través de Bienestar
Familiar, de Familias en Acción, todo el país
debe mostrar el gran logro de Antioquia en el mes de
enero de que no se muera un solo niño por causa
de nutrición, las cajas de compensación
son un componente esencial.
Para todo lo que queramos hacer
en la vida colombiana, aquí tenemos una gran
institucionalidad.
Muhammad Yunnus, que ustedes
lo trajeron, que aquí nos
dio tantas enseñanzas en materia de crédito
popular, en una conversación más reciente
que tuve la fortuna de adelantar con él, me
decía que, a diferencia de su país, cuando él
fundó el Banco de los Pobres, Colombia tiene
una gran institucionalidad que facilita avanzar más
rápidamente en esa tarea del crédito
popular.
Destacaba a las cajas de compensación y a otra
institución trascendente en la vida nacional:
los fondos de garantías.
El Gobierno Nacional ha querido
responder recientemente con dos iniciativas: una
iniciativa para fortalecerlas
más y otra iniciativa para estimular el empleo,
sin afectar las contribuciones de los empleadores a
instituciones como las cajas de compensación.
La primera: ¿cómo fortalecerlas más?
En el mes de abril, al principio de mayo, confío
poder decirles a mis compatriotas que todas las empresas
y empresarios contribuyentes a parafiscales y seguridad
social, ya están cumpliendo la obligación
de un único formulario y de un único
pago.
¿Por qué? Porque hoy hay varios pagos
que generan mucho trámite, exceso de costos
de transacción, y también estimulan la
evasión.
¿Cuáles son esos varios pagos? Un pago,
el de los empresarios para el Sena, cajas de compensación
y Bienestar Familiar. Uno segundo para el sistema pensional,
que puede derivarse en tantos cuantos fondos de pensiones
o Seguro Social hayan escogido los trabajadores. Uno
tercero para régimen contributivo de salud,
que puede multiplicarse tantas veces cuantas EPS afilien
a los trabajadores de esa empresa. Y finalmente otro
para riesgos profesionales.
Hay mucho trámite, costos de transacción
y se estimula la evasión.
¿Por qué se estimula la evasión?
Porque los trabajadores son cuidadosos para exigir,
por ejemplo, que cuando están afiliados a los
fondos de pensiones, no les evadan. Porque saben que
de lo que acumulen en los fondos de pensiones dependerá el
monto de su pensión. Pero no son tan exigentes
para cuidar que no les evadan cuando declaren la nómina
para pagar el régimen contributivo de salud
o para pagarles a las cajas de compensación.
Ahora, al exigirse un solo
pago, una sola declaración,
un solo formulario por la vía electrónica,
el empresario que declare un trabajador en pensiones,
también lo tiene que declarar en régimen
contributivo de salud y lo tiene que declarar en riesgos
profesionales y lo tiene que declarar en cajas en compensación,
en Bienestar Familiar y lo tiene que declarar en el
Sena.
Yo miro con mucho entusiasmo
esto. Lo miro con mucho entusiasmo porque ahorra
costos y nos va a evitar evasión.
Y nos va a ayudar muchísimo a financiar las
grandes metas puestas en manos en las cajas de compensación,
las grandes metas del Sena, las grandes metas de Bienestar
Familiar, y a lograr la cobertura universal en salud
que requiere nuestra Patria.
Y el camino no va mal. Falta
mucho. Pero miren: entre el año 2002 y el año 2006, en Colombia
se afiliaron un millón y medio de nuevos trabajadores
a las cajas de compensación. Solamente el año
pasado 468.697. En un solo año. Y me acaba de
contar nuestra diligente directora de Comfama, la doctora
María Inés (Restrepo de Arango), que
en el mes de enero los ingresos de Comfama, las afiliaciones
a Comfama, crecieron en un 12 por ciento. Ese es un
gran logro. Tengo mucha fe que esto nos salga bien.
En la discusión de cómo generar empleo
en Colombia, he escuchado a bancos internacionales,
a economistas, a personas muy estudiosas, decir que
Colombia para generar empleo tiene que flexibilizar
más.
Yo les pregunto: ¿Qué es flexibilizar
más? Y me dicen: pues no puede seguir subiendo
el salario mínimo, como se ha venido subiendo
en los últimos cuatro años. ¿Qué es
flexibilizar más? Pues tienen que acabar con
la obligación de pagar a las cajas de compensación,
al Sena, al Bienestar, etcétera.
¿Cuál ha sido la respuesta de nuestro
Gobierno? ¡De ninguna manera! Nosotros no estamos
interesados en insertarnos a la economía mundial
para vender bajos salarios sino para vender calidad,
para vender valor agregado. No estamos interesados
en incorporarnos a los mercados mundiales para maltratar
a nuestros trabajadores, sino para conseguir oportunidades
para nuestros trabajadores.
¿Cuál ha sido la alternativa que ha
ofrecido el Gobierno? Hemos dicho: en lugar de afectar
a las cajas de compensación o al Sena o a Bienestar
Familiar, reduciéndoles sus ingresos, vamos
a darle estímulos a la inversión en Colombia.
Y me parece que hoy, lo que
finalmente estimula el empleo es la inversión. Y lo digo al examen
riguroso de los economistas. ¿Por qué?
Porque en un país que quiera ser competitivo
en el mercado mundial, no se puede pensar en tener
empleos de baja productividad ni en tener empleos de
bajos salarios.
Y los empleos de alta productividad,
y finalmente los empleos bien remunerados, son aquellos
empleos
que van acompañando las elevadas tasas de inversión.
Nosotros hemos introducido
unos estímulos bien
importantes (que voy a recordar en todos los escenarios
nacionales e internacionales), para estimular, para
incentivar la inversión en Colombia.
Por ejemplo: la reforma tributaria que se acaba de
aprobar reduce la tasa de renta del 38 y medio al 32.
Segundo: las nuevas empresas pueden deducir el 40 por
ciento de su capital. Tercero: cualquier empresa puede
deducir el 40 por ciento de sus nuevas inversiones.
Imaginemos: se crea una empresa
de helados en Envigado. Esa empresa nace con 100
pesos. La nueva ley dice:
usted de los 100, puede deducir 40. Entonces esa empresa
dio 50 pesos de utilidad el primer año. Como
puede deducir 40, ya no va pagar impuestos sobre 50
sino sobre 10. Porque tiene derecho a deducir de los
50 del ingreso gravable, los 40 del estímulo
de la reforma tributaria.
Pensemos en otro caso, que
lo veíamos con el
doctor Juan Felipe Gaviria, hace pocos días,
cuando Empresas Públicas nos invitaba a esa
obra maravillosa de Antioquia para Colombia que es
Porce 3. Empresas Públicas de Medellín
se gasta, mal contados, 2 billones (de pesos) en Porce
3. Puede deducir 800 mil millones.
Supongamos que en un año da 500 mil millones
(de pesos) de utilidad. Entonces pueden hacer esta
cuenta: yo en principio (Empresas Públicas)
debo pagar impuestos por 800 mil millones. Pero como
puedo deducir 800 mil, que me da el Gobierno Nacional
para estimular la inversión, entonces no voy
a pagar este año impuestos y me va a sobrar
un crédito de 300 mil. Porque puedo deducir
800 mil y dio 500 mil.
Al año siguiente vuelve a dar 500 mil de utilidad. ¿Y
qué dice? No voy a pagar impuestos sobre 500
mil sino sobre 200 mil, porque todavía me sobraban
300 mil para deducir.
Eso es muy importante. Como
es muy importante (y lo voy a recordar el sábado en el Consejo Comunitario
de La Jagua de Ibirico en el Cesar) la transparencia
y el nuevo régimen para las empresas internacionales,
en un país que exige transparencia, pero también
responsabilidad social. Se elimina el impuesto de remesas,
y además se está en la vía de
eliminar el impuesto de timbre.
En síntesis, el Gobierno Nacional, después
de haber estudiado mucho el tema, llegó a la
conclusión que en lugar de afectar los ingresos
de las cajas de compensación, en lugar de afectar
los ingresos del Sena, en lugar de afectar los ingresos
de Bienestar Familiar, lo que tenía que hacer
Colombia (y empieza el experimento, dentro de algún
tiempo lo evaluamos), es estimular la inversión.
¿Entonces qué les tenemos que contestar
hoy a los que dicen: acaben esos parafiscales? Paren,
paren, que Colombia acaba de darles a los empresarios
un gran estímulo que son las deducciones, la
eliminación de unos impuestos y la reducción
de la tasa de renta.
Yo creo que ese es un buen
camino que concilia la necesidad de estimular el
empleo vía inversión,
con el imperativo de no debilitar instituciones como
las cajas de compensación familiar.
Y agradezco inmensamente este
esfuerzo de Comfama, los 23 mil estudiantes que aquí vamos
a tener.
En nombre de la Ministra de
Educación y de
todos mis compañeros del Gobierno, muchas gracias,
doctora María Inés, porque es una gran
contribución a la Revolución Educativa.
Nosotros aspiramos que además de la plena cobertura
escolar, solamente en el Sena terminemos este cuatrienio
con 250 mil estudiantes en técnicas y tecnologías,
con más de 600 mil estudiantes en ambiente virtual,
y que una decisión que tomamos hace tres años
y empieza a implementarse, que es la de la educación
por ciclos propedéuticos, empiece a producir
grandes efectos en Colombia, positivos.
¿Qué es eso? En síntesis, que
el bachiller salga preparado para entrar a trabajar
y para estudiar. Que el técnico o el tecnólogo,
al graduarse, esté preparado para trabajar o
para seguir estudiando. Que el muchacho que se gradúe
de técnico aquí en Comfama, certificado
por el Sena, en cualquier momento posterior de su vida
pueda decir: me voy a la Universidad de Antioquia o
a la UPB (Universidad Pontificia Bolivariana) o a cualquier
universidad, a la Autónoma, etcétera,
allá me reciben los créditos que cursé en
Comfama para graduarme como técnico, para graduarme
como tecnólogo, y completaré los estudios
y accederé al grado de educación superior.
Por eso celebro inmensamente
este paso. La felicito a usted, doctora María Inés. A todos
los funcionarios, al Consejo Directivo, encabezado
por su Presidente, el doctor Carlos Posada Uribe, donde
hay unos dirigentes empresariales y de los trabajadores
tan importantes. Un ejemplo permanente de concertación.
Por eso me gusta mucho en esta
inauguración
encontrarme, no en la confrontación sino en
el disfrute solidario, con dirigentes muy importantes
del sector empresarial y del sector laboral de nuestra
gran Patria.
Qué bueno que Comfama le entregue hoy, más
de dos siglos después, a la juventud antioqueña,
una oportunidad de futuro, de presente y de futuro,
aquí, en la vieja idea del Visitador Mon y Velarde,
quien pusiera las bases para la Revolución Educativa,
un siglo antes de que se acometiera por la Misión
Alemana y por el Gobernador Berrío en nuestro
departamento.
Qué bueno que, dos siglos después, la
idea de Don Gaspar de Rodas, la idea de Fray Rafael
de la Serna, la orden del Congreso de Cúcuta
que la ejecuta en 1822 Francisco de Paula Santander,
el colegio de los jesuitas; después el Claustro
que pasa de nuevo al Estado, que regresa otra vez a
los jesuitas, sea hoy un albergue, gracias a Comfama,
para formar una gran juventud laboriosa, competitiva,
solidaria, para el presente y el futuro de nuestra
tierra.
Muchas felicitaciones y muchas gracias
por este gran aporte a Antioquia y a Colombia.