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CONMEMORACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
Marzo 08 de 2007 (Bogotá – Cundinamarca)


Compatriotas:

Celebramos hoy, con alegría y con esperanza, este Día Internacional de la Mujer en nuestra patria. Me voy a atrever a decir lo siguiente: yo siento una gran contradicción, un gran contraste, porque por un lado parece que en Colombia no hubiera discriminación cultural en contra de la mujer. A primera vista, en la conversación con los colombianos, en el análisis de su temperamento, de la manera de tratar a la mujer, de la confianza que en ella se tiene, uno dice: Colombia es un país sin prejuicios culturales en contra de la mujer. Colombia es un país que no discrimina culturalmente a la mujer.

¿Qué es lo que se contrapone a esta primera conclusión, que nos causa ese contraste, esa contradicción? Todavía vemos una muy baja participación de la mujer en los cargos de elección popular. Entonces uno se pregunta: ¿qué realidad tenemos todavía sin descubrir claramente, para hallarnos frente a esa baja participación de la mujer en los cargos de elección popular?

Por ejemplo, en la administración pública es creciente la participación de la mujer. Hoy se posesiona como Ministra Consejera de la Presidencia, cargo elevado a la categoría de Ministerio, la doctora Cecilia Álvarez Correa, quien era segunda en ese cargo desde el principio del Gobierno.

Directora de Planeación, ¿qué porcentaje hay de mujeres en el Departamento Nacional de Planeación?

Carolina Rentería, directora de Planeación Nacional: De planta 55 por ciento.

Presidente de la República: Doña Elvira Cuervo de Jaramillo, ministra de Cultura, ¿qué porcentaje de mujeres tiene en el Ministerio de Cultura?

Elvira Cuervo de Jaramillo, ministra de Cultura: 58 por ciento de mujeres.

Presidente de la República: María del Rosario Guerra, ministra de Comunicaciones.

María del Rosario Guerra, ministra de Comunicaciones: También mayoría.

Presidente de la República: Viceministra de Salud, Blanca Cajigas.

Blanca Cajigas, viceministra de Salud: En planta del Ministerio también hay mayoría de mujeres.

Presidente de la República: Everth Bustamante.

Everth Bustamante, director de Coldeportes: Estoy abrumado y feliz porque más del 70 por ciento son mujeres.

Presidente de la República: Nuestra Viceministra del Interior, María Isabel Nieto Jaramillo, en el Ministerio, ¿qué porcentaje de mujeres?

María Isabel Nieto, viceministra del Interior: Es un 58 por ciento. Pero quiero resaltar que de nueve directores del Ministerio, cuatro son mujeres.

Presidente de la República: Doctora Alicia, ¿qué porcentaje de mujeres habrá en la Presidencia de la República? En el total de la planta de la Presidencia de la República, dice la doctora Alicia, que m7ínimo un 70 por ciento son mujeres. Yo camino en esos corredores de la Presidencia y no encuentro sino mujeres.

Entonces, en el deporte, doctor Andrés Botero, presidente del Comité Olímpico Colombiano.

Andrés Botero, presidente del Comité Olímpico Colombiano: En el Comité Olímpico somos 80 por ciento de mujeres que trabajan con nosotros.

Presidente de la República: Martha Lucía Vásquez, nuestra Consejera, ¿tienes las cifras que se refieren a la participación de la mujer en otros niveles de la administración, en el nivel descentralizado, en el nivel desconcentrado, en el nivel territorial?

Martha Lucía Vásquez, consejera para la Equidad de la Mujer: Sí, Presidente, a nivel territorial, en los gabinetes departamentales y municipales se ha llegado a un 33 por ciento.

Presidente de la República: Gabinetes municipales y departamentales 33 por ciento. ¿Y en las nóminas administrativas de departamentos y municipios?

Consejera para la Equidad de la Mujer: No tenemos esas cifras todavía. La Función Pública ha venido recolectando. Y sí se ha visto un cumplimiento en lo que es Registraduría, órganos de control, donde se supera también el 50 por ciento.

Presidente de la República: La verdad es que en esa parte vemos un mejoramiento. Lo que me preocupa es que todavía (y es mea culpa) no hemos sido cuidadosos para que en todas las ternas haya mujeres. Esta mañana hablaba con el Director de la Jurídica de la Presidencia. Vamos a tener que poner el buen cuidado para que en todas las ternas haya mujeres. Y vamos a ver cómo lo hacemos en la Presidencia. Exíjame eso, Martha Lucía: que en todas las ternas haya mujeres.

Y lo que me preocupa es el tema de esos cargos de elección popular. Ojalá para las elecciones de este año, en gobernaciones, alcaldías, asambleas y concejos haya una gran participación de la mujer.

Entonces ahí se van marcando los contrastes. Un país que en principio, en la actitud, en el temperamento que se expresa, parece un país que no discrimina contra la mujer, un país que la admira, que reconoce todos sus atributos, todavía tiene unas expresiones de discriminación de la mujer. Por ejemplo, hemos visto ese primer caso en los cargos de elección popular.

Segundo, la violencia intrafamiliar sigue siendo muy grande. El 91 por ciento de las víctimas de la violencia intrafamiliar son mujeres.

Yo tendría confianza en que los tipos delictuales, para sancionar la violencia intrafamiliar: la nueva ley del niño y la familia, la ley de penas que se está tramitando en el Congreso de la República, y sobre todo una gran sensibilización social, nos lleven a eliminar ese flagelo. Ese flagelo da vergüenza. Da vergüenza que haya un nivel alto de violencia intrafamiliar. Y da vergüenza que el 91 por ciento de las víctimas sean mujeres.

Uno se pregunta: pero en un país que respeta a la mujer, en un país en donde hay un temperamento alegre, que reconoce todas las virtudes de la mujer, en un país que en principio parecería no tener prejuicios en contra de la mujer, ¿por qué se presenta esa violencia intrafamiliar tan alta y hace de las mujeres el 91 por ciento de las víctimas?

Y aparecen otras dos discriminaciones, preocupantes, en materia de empleo y en materia de salario.

No sé, Martha Lucía Vásquez, si pudiéramos con el Ministerio de Protección hacer lo siguiente: un recorrido por mil empresas del país, bien distribuidas geográficamente, no ya a hacer encuestas, sino a exigirles que no siga la discriminación salarial en contra de la mujer.

Que empezáramos a hacer esos recorridos. Las encuestas están hechas. Lo que se requiere son los correctivos. Comprometer a los empresarios colombianos, gremio por gremio, ciudad por ciudad. Y ya, en una muestra grande de empresas, comprometerlos a que se frene la discriminación salarial en contra de la mujer.

Claro que hay otros factores bien interesantes. ¿Cuál es la participación de la mujer hoy en la educación superior en Colombia?

Consejera para la Equidad de la Mujer: El 51 por ciento.

Presidente de la República: Yo se lo decía hace pocos días a John Major, el ex Primer Ministro británico. Le dije: no, mire. Aquí hace mucho rato está superado eso, aquí hay más presencia hoy de la mujer en las universidades y en la educación superior, que de los propios varones.

Oigan lo que me contó él. En un país del Medio Oriente que él visitó, preguntó cuál es la participación de las mujeres en la población universitaria y le contaron que el 70 por ciento.

¿Pero cómo así? Eso se contradice con el Medio Oriente. Entonces le contestaron: sí, lo que pasa es que la mayoría de los muchachos de ese país, de los varones, van a hacer universidad al extranjero y las mujeres no van. Entonces como las mujeres se quedan en el país, por eso integran el 70 por ciento de la población universitaria al interior del país.

Yo creo que en esa parte Colombia va muy bien. Hay carreras como medicina. ¿Cuánto, María del Rosario? El 64 por ciento de los estudiantes de medicina son mujeres.

Y temas de preocupación: viudas, víctimas de esta violencia, desplazadas. El tema de pobreza y el tema de desempleo.

Voy a hacer unas referencias breves, porque en el día hay intervenciones muy completas y muy importantes de nuestra Consejera. A propósito, digamos lo bueno. Este cuentico no es mío, es de Naciones Unidas. Altos oficiales de Naciones Unidas han dicho recientemente que la mejor Consejera de Mujer en todos los gobiernos latinoamericanos es nuestra Consejera, Martha Lucía Vásquez Zawadsky.

Ese cuentico no es mío. De allá llaman y dicen eso. Es un motivo para sentirnos orgullosos.

Hoy hay unas intervenciones bien importantes de la Consejera, de las Ministras, de la Directora de Planeación, sobre todos estos temas. Déjenme referir a algunos de estos temas.

Víctimas de la violencia. El país ha emprendido un camino: el de la Seguridad Democrática. En eso hay que persistir. El objetivo tiene que ser una Colombia sin paramilitares, sin guerrilla, sin narcotráfico, sin corrupción. Nada hacemos hablando de víctimas si no paramos la violencia de todos estos sectores terroristas.

Yo reitero hoy frente a las mujeres de mi Patria que la voluntad del Gobierno es consolidar la política de Seguridad Democrática.

El tema de víctimas y desplazados. Me parece bien importante que la Directora de Planeación y/o Acción Social, les cuenten la última audiencia con la Corte Constitucional: en qué vamos bien, en qué vamos mal.

Nosotros aspiramos ir produciendo todos los días nuevos pasos para recuperar la eficacia de los derechos sociales de los desplazados colombianos, con total afiliación al régimen subsidiado de salud, con total afiliación a Familias en Acción, con creciente respuesta en el tema de vivienda, en el tema de microcrédito, y todo lo que podamos hacer para retorno de desplazados.

Tema de víctimas. Creo que este es el país que ha empezado seriamente en el mundo el proceso de reparación de víctimas. Me voy a referir a dos hechos: en los tribunales internacionales el Gobierno colombiano ha venido facilitando conciliaciones que comprometen al Estado a reparar víctimas. En lugar de negar, de pelear, el Estado ha llegado allí, con sus voceros, aquellos de la defensa judicial de la Nación, a aceptar conciliaciones para reparar víctimas.

El segundo hecho: nuestra Ley de Justicia y Paz es la primera en el mundo ambiciosa en reparación de víctimas, y, lo más importante, exigente para que la reparación de víctimas se haga con cargo al patrimonio de los victimarios.

En dos países suramericanos intentaron reparación de víctimas de dictaduras militares. Lo hicieron en poca monta y con cargo al presupuesto público. Lo importante de Colombia es que Colombia está dispuesta a avanzar hasta donde podamos llegar en reparación de víctimas. Primero, con cargo al patrimonio de los victimarios, y segundo, con cargo a recursos del Estado, no obstante las dificultades de nuestro presupuesto.

Es muy difícil un proceso de paz, como es muy difícil la política de Seguridad democrática. En eso hay que persistir, porque esos temas generan todos los días reveses, controversias. Esos no son temas que generen unanimidad. Pero persistiendo, de buena fe, salimos adelante.

Esta Ley de Justicia y Paz no solamente exige la reparación de las víctimas, sino que además exige la verdad e impide que haya amnistía e indulto para responsables de delitos atroces. Eso es bien importante.

Yo no había oído decir sino de un proceso que exigiera verdad en el mundo: el proceso de Sudáfrica. Y fueron contados en las manos los casos de verdad. Y allá prácticamente no hay presos. Ustedes saben lo que hay ya aquí en presos. Y la exigencia para que digan la verdad, y la digan no solamente al oído de los fiscales, sino públicamente, pase lo que pase.

Yo pienso que eso es importante y eso tiene un efecto: crear conciencia en la sociedad colombiana, para que jamás volvamos a un país dominado por terroristas.

Nuestro compromiso para que se diga la verdad no es un compromiso por razones caprichosas. Es un compromiso por la convicción de que al conocer el pueblo colombiano la verdad de la tragedia que ha ocurrido con paramilitares y con guerrilla, el pueblo colombiano va a hacer una reflexión, interior y colectiva, para tomar todos los pasos necesarios, a fin de que este sea un país donde nadie tenga que dormir esperando un ataque guerrillero ni un sometimiento paramilitar.

Creo que esa es la gran ganancia de decir la verdad: crear ese compromiso colectivo.

Pobreza y desempleo. La verdad es ésta: aquí se dijo que los movimientos guerrilleros habían surgido por razones ideológicas que buscaban dos objetivos. Un objetivo, la ampliación de la democracia, y un segundo objetivo, el mejoramiento de las condiciones sociales. Pero contribuyeron a todo lo contrario, como finalmente contribuyeron también a lo que sobrevino a la guerrilla: el paramilitarismo. A todo lo contrario de los objetivos iniciales de la guerrilla.

En lugar de mejorar la democracia, se convirtieron en asesinos de alcaldes y gobernadores. Convirtieron en cómplices a congresistas, a dirigentes de la política. Saquearon presupuestos públicos. A Arauca cuántas veces se lo robó la guerrilla. Y en el consejo comunitario del sábado pasado veía a Coveñas: robado por los paramilitares. Ambos, con altísimas cifras de regalías. Por eso lo tenemos que superar.

Cuando veo la pobreza en mi país, digo: ¿cuál es el legado que nos dejan primero los guerrilleros y después los paramilitares? La profundizaron. Que la guerrilla nació para que el país tuviera unas mejores condiciones sociales: las empeoró, se frenó la inversión en este país. Crecía y crecía la población y el país se empobrecía.

Miren: antes de ayer llama Lina, mi señora, y me dice: “Vengo de visitar Hatillo de Loba, en Bolívar, y estoy muy angustiada por la pobreza que encontré allí”.

Le dije: ¿En qué va Familias en Acción? ¿En qué va allí Bienestar Familiar? ¿En qué va el Sena?

Y me dice: “Va bien, pero hay tanta pobreza que no se nota”. Tiene razón.

En ese momento estaba volando yo de Medellín, donde inaugurábamos una nueva sede de una caja de compensación para capacitar a 23 mil personas al año, e iba para Cartagena y Santa Marta, a visitar los hospitales universitarios de esas ciudades, que estaban totalmente arruinados y los hemos recuperado, y las clínicas del Seguro Social, que eran una vergüenza y las dos las hemos recuperado totalmente, como vamos a recuperar las de Bogotá, Medellín, Cali y todas las del Seguro Social. Cómo hay que recuperarlas todas.

Y me dicen: un congresista norteamericano dijo que en Colombia no se cumplían los derechos humanos, porque estuvo en Altos de Cazucá en Bogotá y encontró mucha pobreza. Es cierto, es cierto. Y eso está a pocas cuadras de aquí del centro de Bogotá. Y entonces nosotros hemos recuperado 190 hospitales de Colombia. El Seguro Social tiene 39 clínicas, ya llevamos varias recuperadas, unas cuatro.

Ahora vienen otras tres, las de Medellín. Hay que recuperar las 39, a un alto costo.

Entonces sí, mientras yo estaba ayer inspeccionando con alegría el avance de esos hospitales universitarios de Cartagena y Santa Marta, aparece por un lado la crítica del congresista norteamericano a lo de Altos de Cazucá en Bogotá y Soacha, y por otro lado la crítica de Lina a lo de Hatillo de Loba en Bolívar.

Llegamos a unos niveles de pobreza, de los cuales no es fácil salir. Pero hay que trabajar en eso todos los días, con todo el entusiasmo. Y eso necesita inversión. La pobreza no se supera sin inversión. Sin inversión lo que hacemos es distribuir más pobreza. Colombia ha tenido un discurso social muy rico, pero unos resultados sociales muy pobres. Por eso quisiera más resultados y menos discurso.

Pero quiero decirles a mis compatriotas, en este Día Internacional de la Mujer: el instrumento para poder enfrentar eficazmente los temas de pobreza, es que el país tenga altas tasas de inversión. Y eso necesita seguridad, buen manejo de la economía, que el Estado le diga dos cosas al sector privado: ustedes tienen todas las posibilidades de invertir y crecer en Colombia, pero tienen que cumplir con todas las responsabilidades sociales.

En nuestro modelo de Estado, como lo boy a repetir en la Jagua de Ibirico el sábado, nosotros tenemos un modelo de Estado que no acepta el estatismo total, pero tampoco acepta el desmonte del Estado por el cual trabajó el neoliberalismo.
Ni desmontar el Estado, ni la estatización. Un modelo de Estado que le da garantías al sector privado, pero que le exige responsabilidad social.

Y eso tiene que ayudarnos a que siga creciendo la inversión, que apenas lleva dos años de recuperación en Colombia.

Cuando nosotros llegamos, la inversión representaba el 12 por ciento del PIB. El año antepasado representó el 19, el 21. Y el pasado el 26 – 26. Y con eso no es suficiente.

China, de los 1.200 millones de habitantes ha reivindicado 400 millones. Pero lleva 16 años consecutivos con altísimas tasas de inversión. Nosotros apenas llevamos dos. Por eso vamos a tener que ser muy insistentes en ese tema de la inversión, para superar esta pobreza.

Y se hacen grandes esfuerzos, pero todavía no se ven.

En este peregrinaje afectuoso que mis compañeros de Gobierno y yo tenemos por el país, siempre que llegaba al departamento de Magdalena encontraba el predominio de la crítica. Ayer encontré mucho entusiasmo, por las cosas que se están haciendo. Pero las cosas que se están haciendo, que están ahí en un embrioncito, que van a despegar todas, no son suficientes.

Lo que estamos haciendo en política social, desde el Gobierno, nos parece muy grande. Pero es tan grave el problema de la pobreza en nuestro país, que tocó el 60 por ciento. Ahora está alrededor del 45.

Tenemos la confianza de que al final del Gobierno lo hayamos reducido al 35, para que nos sucedan en la Presidencia puedan llevarlo a no más del 15 por ciento para el año 2019.

Lo que estamos haciendo, lo estamos haciendo con todo el corazón, haciendo todo el esfuerzo en materia presupuestal, pero todavía no se siente.

Yo hacía esta comparación: me imagino cuando los egipcios empezaron a construir las pirámides: colocaban las primeras hileras de piedras en el desierto y no se veían pirámides, se veía desierto. Pero persistieron y fueron subiendo hileras de piedra, hasta que ya descollaban las pirámides en el desierto. Eso hay que hacer en la lucha contra la pobreza.

Al principio los esfuerzos no se sienten. La pobreza de Hatillo de Loba no deja ver el programa Familias en Acción, no deja ver el programa de Bienestar Familiar, no deja ver programa del Sena. Pero si persistimos, llegará un momento en que ya esos programas empiecen a verse, a descollar, a mostrar un efecto de combate eficaz a la pobreza.

Me parece bien importante lo que les habrá de decir la Directora de Planeación sobre el programa que hay para llegarles con todos los instrumentos de erradicación de pobreza a millón y medio de familias colombianas. Llegarles con Familias en Acción, con vivienda, con plena cobertura en régimen subsidiado de salud, plena cobertura en educación, con Bienestar Familiar, con el Sena, con los subsidios de ancianos y con microcréditos.

La verdad es que a mí me entusiasma mucho el programa Familias en Acción. Cuando el Gobierno empezó, comenzamos con 200 mil. Lo había concebido la administración del presidente Pastrana como un programa experimental que se financiaría con un crédito del BID, transitorio. Nosotros lo convertimos permanente y lo pasamos de 200 mil familias a 600 mil y este año vamos para millón y medio de Familias en Acción.

Rita (Combarías, coordinadora nacional del programa Familias en Acción), vamos a lograr 100 mil Familias en Acción en Bogotá. ¿Quiénes de las aquí presentes son de Bogotá. Bueno, cuenten con eso: 100 mil Familias en Acción en Bogotá. ¿Cuándo debemos hacer el primer pago en Bogotá? Abrir proceso de inscripciones, empezar a pagar en junio. Rita, no nos podemos demorar un día.

DESEMPLEO Y SALARIO MÍNIMO

El tema del desempleo, que tanto afecta a la mujer colombiana. Lo voy a tratar con toda sinceridad en todos los foros. Déjenme expresarles, desde el corazón, algunas cosas que pienso del tema.

Uno de los colombianos más importantes de toda la historia, por su preparación y su compromiso social, era el doctor Juan Luis Londoño, nuestro ministro de Protección que murió en un accidente aéreo. Que murió en febrero de 2003 en un accidente aéreo.

No era bueno, era excelencia. Porque tenía toda la preparación y todo el compromiso. Tenía toda la preparación y toda la alegría. ¿Sabe qué necesita uno en el sector público? amar a Colombia y estar presto, solícito.

Le decía hace poco a unos contertulios, entre quienes estaba la doctora Alicia Arango: sí, líderes preparados se consiguen y todo el mundo tiene que ser honesto. Pero lo que no podemos tener es gente negativa. A todo lo que uno dice, dicen: Ah, no se puede. Ah, no se puede.

En los programas de Colombia uno necesita líderes con disposición. Cuando leo los autores de liderazgo, por ejemplo una profesora mía de liderazgo dice: tres características de liderazgo: preparación diaria, honestidad y mucha claridad en lo que se va a hacer.

Y yo sumaría una cuarta, bien importante: disposición. Pero esa gente con pereza, a que le tienen que sacudir las cobijas los domingos, que entran al Estado y tienen que sacar todos los puentes, en un país con esta pobreza. Que uno les dice cualquier solución y dicen: Ah, no se puede. Ah, no se puede.

No. El país no va a ninguna parte con negativistas. Eso se necesita hacer las cosas con amor, con diligencia, solícitamente. Ese es un requisito colombiano para salir adelante. Si esto lo hacemos con pereza, con moridera, a ninguna parte llegamos. Eso lo requiere el país.

Juan Luis Londoño era un ejemplo de eso, de esa disposición. El día que se murió me llamó a las siete de la mañana y me dijo: “Acabo de participar aquí en el Día de Bogotá sin Carro”. Y me dijo: “Me voy para Popayán a empezar un recorrido por todo el país para comprometer sectores empresariales en la generación de empleo”.

A Juan Luis Londoño no había que empujarlo, había era que atajarlo. Cuando nos dan esa noticia, bendito sea mi Dios, del accidente aéreo, justo en el vuelo a Popayán.

Ese es el tipo de líder que necesita Colombia, con toda la honestidad, con toda la preparación, pero con todas las ganas de hacer las cosas, sin moridera, sin pesimismo, sin sentirse víctima, con liderazgo, a la iniciativa.

¿Saben qué me dijo? En ese gabinete estaba la doctora Marta Lucía y lo recuerda muy bien, era ella Ministra de Defensa. Y muchas de las aquí presentes. Carolina estaba de Directora de Presupuesto; Martha Lucía Vásquez, consejera de la Mujer desde entonces; Alicia Arango, secretaria privada de la Presidencia.

Nos dijo en un Consejo de Ministros: “Cuidado que el desempleo va para el 26 por ciento”. Cuando empezaba el Gobierno.

Las cifras oficiales eran de 16 – 18. Se ha bajado al 11 – 12. Deberíamos estar ya en el 10 o menos. ¿Qué pasó? Al principio de Gobierno vimos una reducción muy importante del desempleo, pero se ha estancado. Ese es un problema.

Y tenemos alguna preocupación. Porque por un lado el Dane nos dice que se estancó la reducción del desempleo, pero por otro lado nos dice el Dane que cambió la encuesta. Y que lo que pasa es que la encuesta anterior ocultaba desempleo.

Y además yo miro las cifras de seguridad social y no son malas: el año pasado 550 mil trabajadores colombianos fueron afiliados a la seguridad social. La seguridad social estaba estancada y recuperó dinamismo. Un país que en un año afilia a 550 mil trabajadores a la Seguridad Social, es un país que debería estar creando empleo.

Y angustiado por este tema de las encuestas de desempleo, estuve muy atento a la consignación de cesantías en febrero. La consignación de cesantías en febrero fue de un billón 700 mil millones de pesos. Casi 14 por ciento más que el año pasado. Entonces esa es una buena cifra: que las cesantías de un año a otro hayan crecido un 14 por ciento, cuando la inflación fue del 4.4 – 4.5. Pero la preocupación por el desempleo es muy grande.

Entonces a mí me dicen: Presidente, para poder generar empleo se requiere educación. Y me traen unas cifras que me muestran que los mejores niveles de remuneración los vienen obteniendo las personas que han logrado educarse. Que la situación más deprimida, de creciente deterioro, es en los sectores poblacionales con mínima o nula educación.

Estamos haciendo ese esfuerzo de la Revolución Educativa. Estamos haciendo el esfuerzo del Sena, del Icetex. El Icetex pasa en el Gobierno nuestro, arranca en 500 mil millones que les prestaban a 60 mil estudiantes, pasa a 130 mil, casi un billón, y va para dos billones y medio de créditos, plata, para 350 mil usuarios de crédito.

El Sena empieza con un millón de estudiantes y el año pasado llega a cuatro millones. Empieza con 36 mil cupos de técnicos y tecnólogos y debe terminar el Gobierno con 250 mil. Pero lo más importante es que es buscando que eso se ajuste a los requerimientos de la economía.

Hemos introducido lo de la educación por ciclos: que en algún momento todos los bachilleres de Colombia salgan con alguna preparación laboral, para que al terminar el bachillerato estén listos para entrar a la universidad o a una tecnología o para trabajar. Que el tecnólogo, el técnico, pueda después ingresar a una universidad, completar los créditos y graduarse. Se está haciendo un gran esfuerzo en el tema educativo.

Entonces también me dicen: Presidente, es que se necesita mercados para la producción colombiana. Ahí estamos en la consecución de mercados. Que se necesita que los colombianos tengan donde vender sus productos. Ahí hicimos el acuerdo de la Comunidad Andina con MERCOSUR, el acuerdo con Chile. Con los Estados Unidos, aspiramos que el Congreso de los Estados Unidos y el Congreso nuestro lo aprueben. Ahora el acuerdo con la Unión Europea, con Canadá.

Pero eso toma tiempo. Negociar cualquier acuerdo de esos es muy difícil. Yo confío que el Gobierno en el que estamos ahora, le pueda mostrar al país un gran resultado de desmonte de doble tributación.

¿Qué es eso? Los ingleses dicen: yo quiero invertir en Colombia (y dicen los alemanes y dicen los franceses), pero si invertimos en Colombia y en Colombia nos cobran impuestos, y en Alemania o Francia o Inglaterra también. Entonces hay que desmontar esa doble tributación: que por esas inversiones no les cobren sino en un país. Vamos a ver cómo lo hacemos intensamente en este Gobierno. Cómo buscamos estimular esas inversiones, llegar a más mercados.

Le dicen a uno: Bueno, pero es que se necesita popularizar el crédito.

En el Gobierno anterior se entregaron un millón 800 mil microcréditos. En el nuevo Gobierno estamos con el esquema Banca de Oportunidades. Vamos a ver si somos capaces de colocar 5 millones de créditos. Pero abajo, a los sectores más necesitados, más vulnerables, para que no tengan que depender de la usura, del gota a gota, de ese pagadiario del 10 – 20 por ciento, 30 por ciento. Esto con el esquema de Banca de Oportunidades.

Me dicen “bueno, Presidente, pero es que el país no tiene infraestructura”. Es cierto, uno ve las carreteritas colombianas y dice: ¿cómo funciona el comercio exterior? Ahí estamos bregando primero a superar todos los pleitos que había en esas vías; segundo, a las nuevas concesiones, a ver si el país se desembotella, se conecta con la comunidad internacional.

Me dicen: “bueno, Presidente, pero el tema agrícola”. Ahí estamos bregando a ver cómo este país hace un gran esfuerzo en producir combustibles de caña, combustibles de palma africana, combustibles biológicos, que sean una alternativa al petróleo.

Todo para buscar el tema del empleo y el tema de la superación de la pobreza.

Oigan lo que me han dicho, y esto si no lo he aceptado, me dicen: “Presidente, es que si el Gobierno sigue subiendo el salario mínimo, como lo ha subido, no va a haber empleo”.

Yo no puedo aceptar esa fórmula. ¿Cómo les digo yo a los colombianos bien pobres que no subimos el salario mínimo algo por encima de inflación? Llevamos cinco años subiéndolo por encima de inflación.

Entonces se me acercan algunos y me dicen: “Mire, Presidente, un alto porcentaje de los colombianos tiene ingreso por debajo del salario mínimo”. Eso es verdad. Me dicen: “Si sigue subiendo el salario mínimo así, nadie va a colocar gente, y menos gente joven”.

¿Ustedes creen que puede el Gobierno pretender resolver el problema del empleo deprimiendo el salario mínimo? Yo no creo. Por eso quiero hablarles a los colombianos con todo el sentimiento sobre esto.

Yo creo que el país tiene hoy una normatividad laboral equilibrada. Hace poco me decían: “¿Y por qué no busca un salario mínimo menor para jóvenes?”. Yo no creo. ¿Porque qué hicimos? En la reforma laboral de 2002 se introdujeron unas normas para permitir que no se paguen las cargas parafiscales cuando sean vinculados jóvenes menores de 25 años.

Pensaría uno que ese es un estímulo. Pero a una juventud que quiere ilusión y esperanza en Colombia, no creo que le podamos afectar el salario mínimo.

Otra cosa es que puedan trabajar por días y por horas. La legislación colombiana hoy lo permite. Pero no afectarles el salario mínimo.

Otra fórmula que me han dado: “Presidente, es que en Colombia es muy difícil generar empleo, porque cuesta mucho lo que hay que pagarles a las cajas de compensación, al Sena y a Bienestar Familiar”.

¿Ustedes creen que uno puede desfinanciar esas entidades?

Han mejorado enormemente y van a mejorar más ahora. Ya les di las cifras del Sena, las de Bienestar Familiar son impresionantes. Ahora va a tener un millón 300 mil niñitos menores de cinco años en un programa alimenticio. Pero como decía de las pirámides del desierto: eso todavía no se nota en la pobreza colombiana. Pero es un gran crecimiento.

¿Cómo desfinancia uno esas entidades? Al contrario, lo que hemos venido haciendo es mejorarlas. Ahora con una cosa que se llama declaración única.

Antes los empresarios tenían que hacer mínimo cuatro declaraciones: una para pagarles al Sena, a Bienestar y a las cajas; otra para pagar régimen contributivo de salud; la tercera para pagar pensiones, y la cuarta para pagar riesgos profesionales, accidente de trabajo, enfermedad profesional. Ahora la obligación es que hagan una sola.

Menos trámite y menos evasión. Eso va a fortalecer mucho, y ya está fortaleciendo a Bienestar, a las Cajas de Compensación y al Sena.

Yo quiero hablarles descarnadamente a mis compatriotas. Me han dicho que la solución para generar empleo es quitarles a los empresarios esa carga. Yo no me atrevo. Desfinanciamos esas entidades.

Me han dicho: “Presidente, usted no las tiene que acabar, que las sostenga el presupuesto nacional”. Me da miedo que el primer año las sostengan bien, el segundo regular y el tercero las abandonen.

Unas entidades en pleno proceso de fortalecimiento, y que las vayamos a marchitar. El Sena se lo quitamos a la politiquería, como las clínicas del Seguro Social.

Esa Clínica de Santa Marta, la Campo Serrano, ayer la reabrimos. ¿Manejada por quién? Ya no por la politiquería ni por los excesos sindicales del Seguro Social. Administrada por la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga: excelencia.

Yo llegué ayer a la Clínica de Cartagena, a la del Seguro Social, asustado. Me entraron por la parte de atrás y vi una reunión de enfermeras, y dije: Me va a regañar, Porque le quitamos esto al Seguro Social. Y me arrimé a darles la cara a ellas, pero siempre preocupado de que me venía un regaño, que me van a regañar. Y a mí siempre me da miedo el regaño de mujeres.

Que me van a regañar. No. Las encontré amables, contentas, me dieron las gracias y yo me asombré. Me dijeron: “Presidente, esto ha cambiado para bien”.

Se la quitamos al Seguro Social y le entregamos ese manejo a una comunidad religiosa de los hermanos de San Juan de Dios, y me dijeron: “Vamos excelente”.

Unas relaciones laborales, no manejadas allí por la politiquería, no manejadas por excesos sindicales, sino cristianamente, fraternamente. Da gusto eso.

Y enseguida visité pacientes que estaban en consulta, que estaban en registro, que estaban en habitaciones, todo el mundo contento. La misma apariencia de la clínica: allá daba penar ir, por ver esa clínica destartalada. Hoy es una clínica que da gusto.

El Sena se lo hemos quitado a la politiquería, una gran revolución. Lo podemos marchitar, yo no creo. Se ha convertido en el primer instituto de capacitación vocacional de América latina. No lo tiene un país latinoamericano. ¿Cómo lo marchitamos?

Por eso cuando me dicen a mí que la solución es, para el empleo, quitar las contribuciones al Sena, a Bienestar Familiar y a las Cajas de Compensación, yo digo: no creo en eso.

Pero el Gobierno no es terco, miren lo que hicimos. Dijimos: No quitemos esas contribuciones, pero démosle estímulos a la inversión. Y está empezando a regir ahora una Reforma Tributaria, sin antecedentes en Colombia para estimular la inversión.

Una empresa nueva que se constituya en Colombia, puede deducir el 40 por ciento de su inversión. Cualquier inversión que se haga en Colombia hoy, deduce el 40 por ciento.

Voy a dejar esto para que ustedes lo procesen. Yo no soy economista, pero en la discusión con los economistas, en lo que me he mantenido toda la vida, he llegado a esta conclusión: Colombia no puede ser un país que pretenda generar empleo con salarios de miseria. Colombia no puede ser un país que pretenda exportar a los mercados que estamos consiguiendo, productos con salarios de miseria.

¿Para qué eso? Es preferible tener a la gente estudiando o viendo televisión, que tenerla ocupada con salarios de miseria.

Colombia no puede pretender que va a competir en el mundo con mano de obra barata. Antes de ayer allá esa experiencia del Sena de Medellín, de la Caja de Compensación Comfama, me entraron a un salón de confeccionistas y les dije: Prepárense a agregar valor, a hacer bordado, a introducir moda. No vamos a competir en confección con salarios de miseria. Tenemos que competir es con valor agregado.

Eso hay que dejarlo muy claramente definido en nuestra política de empleo. Esto no es con salario de miseria, ni tampoco haciendo carreteras a pico y pala, ni tampoco nombrando ascensoristas.

En la época moderna el país que no quiera competir con salarios de miseria, tiene que tener empleos de productividad. Por la relación: más productividad mejor ingreso.

Y eso necesita muchas cosas: necesita inversión, necesita infraestructura, educación, pero fundamentalmente necesita inversión.

Entonces nosotros queremos empleos de buena calidad con afiliación a la seguridad social, no empleos de miseria, empleo de salario digno, en un país que no marchite al Sena, ni a las Cajas de Compensación, ni a Bienestar Familiar.

Por eso en lugar de buscar generar empleo a través de decirles a los empleadores: ustedes para generen empleo no le paguen más al Sena, no le paguen más a las cajas, no le paguen más a Bienestar Familiar, lo que hemos hecho es: páguenle a esas instituciones pero aquí les damos unos estímulos a la inversión. Es lo que hemos hecho. Yo creo que el Congreso sabiamente acaba de aprobar eso.

Hace pocos dos días le hacía esta cuenta a Empresas Públicas de Medellín. Están haciendo una hidroeléctrica que les vale 2 billones de pesos. El Estado colombiano les da una deducción del 40 por ciento. Y esto es válido en la gran empresa y en la pequeña.

¿Cuánto es el 40 de dos billones? 800 mil millones. Si Empresas Públicas de Medellín se gana en un año 500 mil millones, tiene derecho a deducir de esa inversión 2 billones, 800 mil millones.

¿Quién es la matemática aquí? A ver doña Carolina, coja papel y lápiz: inversión 2 billones, Porce III, deducción tributaria 40 por ciento: 800 mil millones; renta gravable –esto es ejemplificativamente– 2007: 500 mil millones. Si tiene derecho a deducir 800 mil (el 40 por ciento de la inversión) quiere decir que absorbe los 500 mil y le quedan sobrando 300 mil. Si diera 500 mil este año, no paga impuestos. ¡Qué más estímulo!

Pero le quedaron 300 mil, o sea que –vamos a ver el ahorro- este año cuánto es el 32 por ciento de 500 mil? ¿Cuánto impuesto pagaría con 500 mil de utilidad? Son 5 por dos 10, 5 por 3 quince y una 16, son 160 mil millones. En el 2007 se estaría ahorrando, la Nación le estaría regalando, 160 mil millones.

Supongamos que en el 2008 repitió la utilidad, se ganó 500 mil millones, deduce 300, ya no va a pagar impuestos sino sobre 200. Y en esos 300, al 32 por ciento de tasa de renta, 3 por 2 seis, 3 por 3 nueve, otros 96 mil, más 160 mil, ahí lleva 252 mil millones que le regala el Estado para una inversión de 2 billones. Eso es lo que hemos hecho.

Pongamos una pequeña planta de helado en Suba. Lo mismo. Entonces el Gobierno ha dicho: nosotros estimulamos la inversión porque el país necesita inversión para empleos de productividad, que es el camino para que los colombianos tengan buenos ingresos. Eso lo estimulamos. Lo que no podemos es decir que nos vamos a dejar seducir de la tesis de estimular el empleo vía marchitar cajas de compensación, Bienestar o Sena.

Estamos haciendo unas reuniones en la Presidencia con gente sabia en la materia, que nos indiquen camino para el empleo. Vamos a seguir en eso.

Yo confío que todo lo que estamos haciendo tenga que producir un buen resultado sobre el empleo. Pero el Ministro de Minas, que es un hombre talentoso, de muy buen criterio, me decía la semana pasada: Presidente, no se desespere, es que el país apenas dos años de inversión alta. Hay que persistir en el camino, las consecuencias positivas llegarán en algún momento.

Vamos a persistir, con toda la devoción por Colombia, por todo el amor a Colombia, y donde nos toque hacer correctivos, lo hacemos, a ver si logramos darle a Colombia más empleo, mejor empleo, con más afiliación a la seguridad social y reducción de la pobreza. A ver si este país tiene bienestar.

Las saludo a todas muy cariñosamente. Yo he tenido varias experiencias. Cuando yo empecé a trabajar en el sector público mi jefe era una mujer, extraordinaria. La recuerdo, con todo cariño, templada y afectuosa, exigente y pedagoga.

Llegué a la Aeronáutica Civil, adjudiqué obras tan importantes como el aeropuerto de Medellín, puente aéreo de Bogotá, edificio de Barranquilla, todo. Junta de adjudicaciones, presidida por una mujer, ni un solo reclamo. Todo manejado honorablemente.

Leyes muy difíciles en el Congreso de la República. Mis asesoras, mujeres. La Gobernación de Antioquia, los temas más difíciles, manejados por mujeres. Yo allá no hacía Consejos Comunitarios los sábados, ni había televisión, los hacía sábado y domingo y sin televisión.

Entonces salíamos a las 7 de la mañana los sábados y a las 7 de la mañana los domingos, y las primeras que llegaban firmes, para esos consejos comunitarios, eran las mujeres. Admirable, todo muy bien manejado por ellas.

En la Presidencia de la República, una compañía formidable de mujeres, realizadoras, comprometidas. Además las mujeres son amor. Amor que hay que irradiarlo a todos los eventos de la vida. Las cosas difíciles solamente se logran cuando hay amor. Los problemas de esta Patria solamente los resolvemos si hay amor por esta Patria.

Que en este Día Internacional de la Mujer sea el día que nos inspire más compromiso por Colombia, más amor a Colombia. Muchas felicitaciones a todas ustedes, mis compatriotas.

Muchas gracias.

 
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