REUNIÓN
CON LA CÁMARA COLOMBIANA DE INFORMÁTICA
Y TELECOMUNICACIONES (CCIT)
Marzo 21 de 2007 (Bogotá – Cundinamarca)
Compatriotas:
Me agrada mucho poder reunirme
de nuevo con ustedes hoy, para hacer una evaluación a ver qué hemos
hecho y qué nos falta y para dónde vamos.
Me quiero referir a algunos
aspectos generales antes de entrar a particulares
más específicos.
Pienso que el ambiente político de América
Latina obliga a que el Estado colombiano permanentemente
repita cuál es su modelo. Porque los anuncios
de estatización en América Latina han
creado muchos temores.
Nosotros hemos dicho que Colombia
no está ni
en lo que fue la ola de desmonte del Estado ni tampoco
está en la estatización. Nosotros hemos
dicho que queremos un Estado no al servicio de burocracias,
de excesos sindicales, sino un Estado al servicio de
la comunidad. Que para nosotros el Estado tiene que
ser un garante de la cláusula social, pero no
un obstructor de la inversión privada.
Nosotros hemos repetido, y
quiero repetirlo hoy antes ustedes, que nuestro modelo
es ofrecer todas las garantías
a la inversión, por supuesto, con la exigencia
de la responsabilidad social.
Y queremos que lo sepan ustedes,
todos los integrantes de las empresas que ustedes
representan, porque lo
consideramos fundamental para el principal elemento
de la economía.
Nosotros no queremos medir
la economía en función
del crecimiento. Para nosotros más importante
que ello es medir la economía en función
de las tasas de inversión. Finalmente son las
tasas de inversión las que le ponen los pilotes
al crecimiento. Son las tasas de inversión las
que dan productividad, las que garantizan competitividad.
Son las tasas de inversión las que permiten
tener éxito en los nuevos mercados. Son las
tasas de inversión las que permiten hacer infraestructura.
Son las tasas de inversión las que permiten
los recursos para hacer sostenible la política
de Seguridad Democrática y para cumplir con
las metas de inversión social.
Este país tenía hace cuatro años
una tasa de inversión del 12 por ciento del
PIB, el año pasado fue del 26.
Hace cuatro años la inversión privada
era del 6,5 del PIB, el año pasado fue el 19.
El objetivo nuestro es hacer
todos los esfuerzos para que la tasa de inversión
en Colombia no sea inferior al 26.
Si Colombia logra unos años con tasas de inversión
del 26, creemos que le ha llegado la hora a Colombia.
Creemos que eso va a marcar la diferencia.
Cuando uno mira la transformación de muchos
países en la posguerra: Japón, más
adelante Corea, los nuevos Tigres Asiáticos,
después Irlanda, hicieron unas u otras cosas,
pero finalmente el logro de tasas sostenidas de inversión
por encima del 25 por ciento, fue lo que les permitió producir
los maravillosos resultados que todo el mundo les ha
aplaudido.
Uno ve qué es lo que ha logrado China. Con
67 mil millones de dólares de inversión
extranjera por año, sostenidamente durante 16
años, ha permitido que los chinos ya hayan reivindicado
sus 1.200 millones de habitantes, que hayan reivindicado
400 millones y tengan esa economía con tanta
vitalidad.
Y para nosotros es fundamental
la confianza inversionista para lograr esas tasas
de inversión. Y el primer
elemento de la confianza es el elemento de filosofía
de Estado. ¿Qué piensa el Gobierno sobre
el papel del Estado? ¿Qué piensa el Gobierno
sobre el papel del sector privado? Y eso es fundamental
en este momento de América Latina.
Y a eso se suman aspectos de
manejo macro y aspectos de política sectorial.
En el tema macro para nosotros
es muy importante la Seguridad Democrática. Es muy importante el
saneamiento fiscal. Es muy importante el saneamiento
financiero. Es muy importante la tributación
y es muy importante la garantía en la estabilidad
de la reglas de juego.
En el saneamiento fiscal si
bien hemos pasado de un déficit del 4,2 a un déficit entre el
medio punto y un punto del PIB, todavía hay
problemas graves, porque todavía el déficit
del Gobierno Nacional central es del 4,6. Era del 6,5.
A eso hubo que sumarle 1,3 de pensiones. Debería
ser entonces del 7,8. Está en el 4,6. Pero es
muy alto.
Entonces nosotros tenemos que
seguir reduciendo el déficit del Gobierno
Nacional central.
Allí hay dos elementos bien importantes: los
ingresos producto del crecimiento. Este Gobierno no
ha buscado más ingresos tributarios producto
de más tributación, sino un producto
de más crecimiento.
Y también la reorientación
del gasto.
Nosotros queremos seguir con
toda la reforma del Estado. Hemos reformado unas
300 entidades. La primera fue
Telecom. Ustedes saben las reformas de entidades en
el sector de las telecomunicaciones, 190 hospitales,
en fin. Por todas partes. En el Ministerio de Agricultura
seis entidades se convirtieron en una. Se suprimió el
IFI. Eso le ha traído un gran ahorro al Estado
colombiano.
Ahora estamos empeñados en la segunda generación
de reformas. En la del Instituto Colombiano de los
Seguros Sociales y sus clínicas. Creo que eso
le va a ahorrar al país 0,4 del PIB. Es bien
importante.
Ya hemos reformado las clínicas del Seguro
Social en Santa Marta, se desmontó el manejo
del Seguro Social, esa clínica la está manejando
una fundación, que es la Fundación Cardiovascular
de Bucaramanga.
Y la transformación ha sido del día
a la noche. Lo mismo la clínica del Seguro Social
en Cartagena. La está manejando ahora una comunidad
religiosa de los Hermanos de San Juan de Dios.
Ya empezamos la liquidación de las clínicas
del Seguro Social de Medellín y la entrega a
una sociedad, que tendrán finalmente constituida
la Gobernación de Antioquia, la Universidad
de Antioquia, las cajas de compensación. Y vamos
a reformar la totalidad de las 39 clínicas del
Seguro Social del país.
Vienen ahora procesos muy importantes
como la capitalización
de Isagen, la capitalización de Ecopetrol. Viene
un tema muy importante, que es la venta de las electrificadoras
saneadas.
Y en la medida que todas estas
reformas avancen sin dilación, que no haya pausa reformista, creo
que podremos entregar en el 2010 un Estado con una
estructura de costos saneada, con una estructura de
costos mucho más razonable. Ese es un tema importante.
En el tema financiero, conectado
con este tema fiscal, venimos de un endeudamiento
de la Nación del
54 por ciento. Todavía está en el 30 – 32.
Pero algunos opinan que es más. Porque cuando
nosotros medimos el endeudamiento neto, descontamos
los activos financieros de algunas entidades del Estado.
Y si bien hay algunos activos financieros que son importantes,
los de Ecopetrol, hay otros que no.
¿Qué nos ganamos con que el Fondo Nacional
de Regalías tenga unos activos financieros,
que hagan parte del activo de la Nación y que
compensen lo que la Nación le debe al Fondo
Nacional de Regalías, si finalmente es la Nación
la que va a tener que pagar ese pasivo, que figura
como pasivo de la Nación y como activo del Fondo
Nacional de Regalías?
Hemos mejorado mucho en la
parte financiera, en la parte de endeudamiento, pero
todavía no lo suficiente.
Tenemos ahora dos grandes retos
en el Congreso de la República, que son la aprobación
del Plan Nacional de Desarrollo y el proyecto de
Transferencias.
Del proyecto de transferencias
estamos buscando que salga un equilibrio entre la
necesidad de estimular
la descentralización y la necesidad de cuidar
las finanzas de la Nación. Es imposible volver
a la Constitución del 91. La Nación no
es capaz de absorber ese crecimiento de transferencias.
Pero como lo he venido explicando
a alcaldes y a gobernadores y a toda la opinión
publica, lo que nosotros proponemos no tiene recorte,
hay un gran aumento.
De hecho, las transferencias
han venido pasando de 9 billones a 18,5 billones,
y van para 25 billones.
Y en al año 2016, cuando se haya dado el tránsito
del peor trayecto pensional que hoy esta viviendo la
Nación, las transferencias ya crecerán
de acuerdo con el crecimiento de los ingresos corrientes
de la Nación, promedio en los últimos
cuatro años.
Y es una discusión muy difícil ahora
en el Congreso porque es muy fácil hacer política
diciendo: vamos todos contra el Gobierno Nacional,
que la Nación nos va a recortar transferencias.
En cambio no es atractivo mirar detalladamente las
cifras para entrar a mirar también cómo
se garantiza la buena salud de las finanzas de la Nación.
Pero para que ustedes lo tengan
con sus casuales contertulios, sepan esto: este país es muy descentralizado.
Lo que nosotros estamos proponiendo garantiza que las
regiones gasten más del 50 por cinto del gasto
del Estado colombiano.
Eso no lo tiene América
Latina. Las regiones recaudan entre el 19 y el 21
por ciento del total del
recaudo del Estado. Hablo de los departamentos y los
municipios. Ellos lo gastan.
Adicionalmente tienen un 33
por ciento que les da la Nación de los ingresos corrientes de la Nación.
Ese 33 por ciento incluye las transferencias, incluye
las sobretasas de gasolina, incluye la transferencia
que les da la empresa de juegos, Etesa, que es una
transferencia recurrente año por año
para la salud.
Ahí llevamos más
del 50 por ciento del recaudo de los ingresos del
Estado colombiano que gastan
las regiones.
Y adicionalmente hay unos recursos no fijos, que oscilan
de acuerdo con el presupuesto. Unos de ellos son recurrentes,
otros extraordinarios, que generalmente los ejecutan
las regiones.
Recurrentes: la Nación aporta año tras
año a vivienda, a mantenimiento de vías
municipales, presupuestos que han crecido mucho.
El de vivienda ha pasado de
200 mil millones a 410 mil millones de pesos anuales.
El de vías departamentales
ha pasado de 80 mil millones a 250 mil millones de
pesos.
Y esos recursos son recurrentes,
período fiscal
tras período fiscal. Eso es de dinero que recauda
la Nación, del presupuesto de la Nación.
Pero lo entregan las entidades territoriales y ellos
lo ejecutan.
Ayer, por ejemplo, inaugurábamos 1.756 casas
para reubicar las personas del Jarillón, de
los tugurios del Jarillón de Cali. La Nación
aportó los subsidios, pero la ejecución
fue local.
Todos los proyectos de vivienda
tienen ejecución
local. Lo mismo el mejoramiento de las vías
municipales. Son recursos recurrentes que aporta la
Nación, que pueden variar en cuantía,
pero que ejecutan las entidades territoriales.
Y los hay también extraordinarios,
que no se dan en todas las vigencias presupuestales:
el apoyo
para un acueducto o el apoyo para los Transmilenios.
Nosotros hoy estamos ejecutando
Transmilenios en Bogotá,
Soacha, Cali, Pereira, Medellín, su área
metropolitana, porque ahí hay proyecto para
Medellín, Bello, Itaguí y Envigado.
Cartagena, Barranquilla, área metropolitana
de Bucaramanga, que va a pasar por Florida, llega a
Piedecuesta. Florida no quiso participar pero sin embargo
se beneficia. Y también Girón. Barranquilla
y Cartagena. En todas está en ejecución.
Bogotá tenía 32 kilómetros de
Transmilenio hace cuatro años y hoy tiene 84.
En todo ello el Gobierno Nacional
aporta el 70 por ciento y las regiones aportan el
30. Y la ejecución
es descentralizada. Ejecuta la ciudad.
El tema de los Transmilenios
sigue. Por ejemplo, ahora nos están pidiendo, y con justa razón,
que se garantice en este Gobierno la financiación,
que no alcanzaremos a empezar ejecución, pero
por menos a dejar despejado el camino de financiación
y a dejar la preinversión para las ciudades
de Pasto, Popayán, Ibagué, Armenia, Manizales.
Neiva, seis. Villavicencio,
siete. Cúcuta,
ocho. Valledupar, nueve. Montería, diez.
Y eso lo tiene que aportar
la Nación en un
70 por ciento.
Entonces ven ustedes que todos
los días se
le pide más a la Nación, y con justa
razón, pero también se pide que entregue
más recursos a las regiones, vía descentralización.
Por eso a mí me gusta que haya coincidido la
discusión del Plan de Desarrollo con la del
proyecto constitucional de transferencias, para que
la contradicción ayude a crear ese equilibrio.
Porque entonces en el Congreso
se oyen las dos voces. Y las mismas personas proponen
las dos peticiones:
aumento de transferencias, eso sí que la Nación
gaste más. “Déme más plata
pero también gaste más”.
Y definitivamente hay unas
obras que no las hace sino la Nación. Por ejemplo, estamos empeñados
en los dos corredores viales, doble calzada Bogotá – Buenaventura,
doble calzada Bogotá – Santa Marta. Eso
no lo hace sino la Nación.
Y hay unos recursos de peaje
que contribuyen. Pero a eso le tiene que hacer la
Nación unos aportes
muy significativos del presupuesto.
Confío que si nosotros logramos salir bien
del Congreso de la República con estas disposiciones,
contribuimos a la descentralización sin afectar
la salud financiera de la Nación. Y eso va a
ser muy importante para el tema de tasas de interés
en el futuro.
Ayer decía en una reunión aquí de
parlamentarios: Hombre, es distinto. Cuando yo fui
Gobernador de Antioquia las tasas de interés
estaban al 30. Con una inflación del 15. Entonces
había una tasa de interés real del 15.
Hoy con una inflación del cuatro y medio o
cinco, un departamento bien manejado consigue tasas
de interés a la DTF que estén 7,6 – 7,7,
más máximo más once. Siempre hay
una gran disminución en las tasas reales de
interés. Lo cual se podría afectar de
no tomar unas decisiones juiciosas ahora en materia
de transferencias en el Congreso.
Entonces está ese tema fiscal, la reforma del
Estado, este tema financiero, su relación con
las transferencias, el Plan Nacional de Desarrollo,
que incorpora, no todas, pero sí muy buena parte
de las obras de lo que llamaría el acopio de
necesidades de competitividad en materia de infraestructura.
Acopio que ha venido realizando el doctor Fabio Valencia
en un diálogo intenso con todos los compatriotas.
Y viene el tema para apoyar
esas tasas de inversión:
el tema tributario.
Primero: a mí se me proponía eliminar
las contribuciones a Sena, Bienestar y cajas de compensación.
Las circunstancias sociales del país nos aconsejaban
que no. Entonces descartamos esa opción.
Creemos que el Sena, cajas
de compensación
y Bienestar están mejorando mucho. Entre otras
cosas, ustedes lo habrán notado en las empresas,
el proceso de simplificación de declaraciones
y de pagos.
Ustedes como empresarios antes
tenían que hacer
mínimo cuatro pagos. Un pago que agrupaba cajas
de compensación, Sena y Bienestar. Otro pago
para régimen contributivo de salud, que podría
convertirse en tantos pagos en cuantas EPS se afiliaran
a los trabajadores. Otro para pensiones con el mismo
riesgo de multiplicador. Y el cuarto para riesgos profesionales.
Una decisión que tomamos hace tres años
y medio, que ha sido muy difícil de ejecutar
pero que ya estamos llegando a verla plenamente en
acción, es la de exigir que los empleadores
solamente hagan una declaración y un pago.
Creo que en mayo los 400 mil
contribuyentes a esas entidades, todos van a estar
ya con una declaración
y un pago.
Sospecho, adivino, quisiera
adivinar que las empresas que ustedes representan
en esta mesa ya están
todas en una declaración y un pago. Y que eso
les ha ahorrado mucho en trámites y va a ayudar
mucho a evitar evasión, lo que ha de fortalecer
mucho estas instituciones.
Mientras algunos sectores pedían
eliminar eso, la teoría económica y el
manejo político
del discurso económico en Colombia han sido
muy opuestos a las deducciones.
Yo logré introducir en la reforma tributaria
de 2002 unas exenciones específicas de IVA y
de impuesto global al combustible para los biocombustibles.
Lo cual le permite tener al país hoy ya una
producción de millón 50 mil litros diarios
de alcohol carburante y un futuro bien promisorio en
la materia. Muchos proyectos ya en instalación.
Logramos introducir una exención a la hotelería
nueva, a la restauración de viejos hoteles.
Una exención a los cultivos de tardío
rendimiento, etcétera. A los software que incluyeran
algún agregado nacional, etcétera.
Y logramos en el 2003 introducir
con mucha dificultad una deducción del 30 por ciento a las inversiones,
que debía terminar en el 2007. Como lo dijo
el doctor Ramiro Valencia, logramos ahora que ya no
fuera transitoria sino permanente, y no del 30 sino
del 40.
A ver, no fue fácil. Inclusive me gustó mucho
la discusión de la última reforma tributaria,
porque mientras algunos teóricos de la economía
y muchas publicaciones hablaban de una reforma estructural
que debía eliminar todos estos incentivos que
estábamos introduciendo, el país real
exigió que los profundizáramos y los
convirtiéramos en incentivos permanentes. Por
eso me gustó mucho la discusión que se
dio el año pasado entre junio y diciembre.
Foro donde yo asistía me decían: ¿cómo
van a quitar el estímulo a los hoteles? ¿Cómo
van a quitar el estímulo a los combustibles
biológicos? ¿Por qué no van a
mantener la deducción del 30 por ciento? Etcétera.
Y no fueron poquitos foros a los cuales asistí donde
se oyó ese reclamo.
Creo que las tasas de inversión han demostrado
que eso era necesario y que Colombia se había
equivocado al no introducir esos estímulos.
Entonces no se eliminan las
contribuciones a entidades de seguridad social como
cajas, Bienestar y Sena, pero
se profundizan y se convierten en permanentes estímulos
como la deducción del 40 por ciento.
Que además tiene otro aspecto muy importante:
no hay que utilizarlas solamente el primer año.
Si por razones de ingresos gravables del respectivo
contribuyente no la puede descontar en su totalidad
en el primer año, la puede contabilizar como
una pérdida fiscal y llevarla a los sucesivos
períodos durante el tiempo que requiera hasta
agotarla.
Y el mismo tratamiento se le
da a las pérdidas.
Creo que eso le ayuda muchísimo al contribuyente.
Yo hacía esta cuenta, la hice en el caso de
Porce III, de Empresas Públicas de Medellín:
en el supuesto de que eso valga 2 billones, tiene una
deducción de 800 mil millones, el 40 por ciento.
Y esa deducción le representa un ahorro en
pagos de impuestos como de 256 mil millones, que es
más o menos el 12,8 por ciento del valor del
proyecto.
Creo que esto le va a ayudar
muchísimo a la
economía colombiana. Le va a ayudar muchísimo
a todos ustedes a invertir.
Ahora, algunos me han dicho:
bueno, pero habría
sido mejor eliminar lo de las Cajas, Bienestar y Sena,
en entidades intensivas, en mano de obra, como flores
banano, etcétera. Porque además eso sería
permanente. En cambio la deducción del 40 es
cuando hacen inversiones.
Mi respuesta ha sido: la verdad
es que lo único
que en el futuro genera empleos de alta calidad con
afiliación a la seguridad social, es la inversión
en capital. Creo que en el mundo de hoy no podemos
hablar lo que habla mi generación cuando estábamos
jóvenes, que era hacer la distinción
entre la promoción a lo intensivo en empleo
para no promover lo intensivo en capital.
Pienso que con la economía globalizada, lo único
que genera buenos empleos afiliados a la seguridad
social es la inversión intensiva en capital.
Atrás quedó lo que podían hacer
los países cuando funcionaban como economías
aisladas, que era pretender resolver el empleo obligando
a que cada ascensor tuviera un ascensorista o a construir
las carreteras a pico y pala.
Y además no es a lo que debe aspirar un país.
Creo que a lo que tiene que aspirar un país
no es a ser competitivo con empleos de baja calidad,
de bajos ingresos, sino a ser competitivo con valor
agregado, que garantice ingresos de alta calidad. Que
garantice empleos de alta calidad, con buenos ingresos
y con afiliación a la seguridad social.
Ahora: está deducción sólo se
da, si se invierte. Y lo que se quiere es que cada
empresa tenga inversión año tras año.
El que se quiera ganar la deducción, invierta
año tras año.
Y a eso hay que hacerle allí otro argumento
teórico y complementarlo con la ley de zonas
francas.
El argumento teórico: se ha criticado mucho
en los últimos tiempos la reforma tributaria
del Gobierno de George Bush en los Estados Unidos,
por la disminución de las tasas de renta. Los
economistas dicen que la disminución de las
tasas de renta no garantiza per se mayor inversión.
Lo puede traer es mayor consumo elitista y mayor apropiación
de utilidades.
Miren que en lo nuestro, el
punto fundamental no es disminución de tasas de renta sino estímulo
a la inversión. Eso marca la diferencia con
la visión tributaria que hoy impera en los Estados
Unidos. Yo tengo confianza en esto.
Y el tema de las zonas francas,
que estaban condenadas a desaparecer por la Organización Mundial del
Comercio, creo que lo que hemos hecho nosotros es ya
tener un sistema de zonas francas aprobado por la Organización
Mundial del Comercio, que ya puede tener vigencia indefinida,
donde coinciden varios elementos:
Primero: una tarifa de renta apenas del 15 por ciento.
Segundo: todos estos estímulos son aplicables
también en las zonas francas. O sea que quien
crezca en la zona franca, tiene esta deducción
del 40 por ciento. Etcétera.
Y el decreto reglamentario de la ley, que expedimos
hace unas tres semanas, trae otros elementos muy importantes,
como los que llama la zona franca de mono-usuario.
Una empresa nueva que quiere
hacer una zona franca, si reúne unos requisitos de capital y/o empleos
generados, se puede constituir como zona franca en
el perímetro que ella defina, dentro de ese
perímetro.
Creo que esta figura del mono-usuario
debe ayudar muchísimo.
Todo esto para invitarlos a que confiemos para invertir
en Colombia.
Lo de Acerías Paz del Río, creo que
eso es otra demostración de la fe que se tiene
hoy en Colombia. Compitieron tres o cuatro empresas.
Y esto ha sido una tras otra. Y Dios quiera que podamos
mantener esto como una bandada de golondrinas: que
lleguen una tras otra, a ver si el país logra
esas buenas altas tasas de inversión.
Y viene el sector de ustedes.
Yo lo miro con mucho entusiasmo por todo lo que hay
que hacer en Colombia.
Si bien hemos dado un salto monstruoso, no lo esperábamos
en telefonía móvil, de todas maneras
lo que está por hacerse es lo grande, en banda
ancha en Internet.
Confío que hay una serie de factores que van
a garantizar que eso se dé y que este país
sorprenda al continente con esos crecimientos: la inversión
de todos ustedes, la transformación de la vieja
Telecom en Colombia Telecomunicaciones.
Creo que es distinto un panorama
en el cual uno de los actores, que es esa empresa,
en lugar de estar
al borde de la quiebra, como estaba hace cuatro años,
pidiéndole 500 mil millones al Ministro de Hacienda
al año para pagar pensionados, tenga hoy la
posibilidad de invertir 8 billones en los años
que vienen.
Y la salud y el vigor de todas las empresas que ustedes
representan.
Confío que eso le va a permitir al país
dar unos saltos muy afortunados en banda ancha en internet.
Hay unas metas muy exigentes.
Por ejemplo, con Bill Gates se hablaba de la meta
de conexiones de banda
ancha, de cobertura de todo el territorio, de conexiones
de internet, de la relación estudiantes – computador.
Hoy estamos 40 estudiantes por un computador. Aspiramos
llegar a 20 estudiantes por un computador.
Hablábamos de los programas virtuales. Por
ejemplo, el Sena debe llegar a un millón 200
mil estudiantes en ambiente virtual. Hablábamos
de que si bien en la contratación pública
hay unos avances muy importantes, hay que ir más
allá.
Yo le hice a Bill Gates una
división: en qué vamos
bien, en qué vamos atrasados pero con buenos
prospectos, y en qué vamos atrasados pero todavía
sin buenos prospectos.
Y en lo que vamos bien le hablé de la telefonía,
lo que se hace para difundir temas de contratación
pública, en lo que se está haciendo en
Banca de Oportunidades. Creo que es maravilloso.
El solo Citi Group nos va a
abrir mil corresponsales no bancarios en mil sitios
popularmente estratégicos
del país. El Banco Agrario 600. Eso es consecuencia
de la revolución de las comunicaciones, de lo
que ustedes hacen.
Hace unos años para unos congresistas, como éramos
Fabio Valencia o yo, venir aquí a Bogotá a
rogar que le abrieran a un humilde pueblo de nuestro
terruño la oficina de la Caja Agraria, eso era
una odisea.
Eso hoy, con lo de ustedes,
vamos a abrir tranquilamente. Yo me asombro todavía, me asombro, miro eso
con asombro de niño chiquito: cómo se
puede poner en cualquier parte del país una
diminuta casetica, frágil, y ponerle un aparatico
allí con todo el poder. Un aparatico de soporte
de telecomunicaciones.
Yo estoy muy emocionado con
eso. Si nosotros logramos esa meta de Banca de las
Oportunidades y colocamos
cinco millones de créditos a los sectores populares
de la Patria, creo que eso es muy bueno para nuestra
Patria.
En contratación pública vamos bien,
pero a mitad de camino. Porque se publica mucho ya,
pero tenemos que tener un momento en el cual toda la
licitación se haga a través de internet.
En impuestos vamos bien con
el programa Muisca, que está avanzando para que los dos millones de
contribuyentes que tiene Colombia, entre renta y retenedores
de IVA, puedan hacer todo el pago a través de
internet.
Confío que vamos a lograr esa meta del pago
electrónico en el tema al cual ya me refería:
el pago de la seguridad social.
¿En qué vamos mal pero tenemos buenos
prospectos? En conexiones de internet, en banda ancha.
Creo que el prospecto de computadores per cápita
es bueno. Ustedes pidieron mucho aquí que se
eliminara ese 16 por ciento del IVA. Confiemos que
eso ayude. Y no sé, Ministra, cuándo
van a lanzar la línea de crédito en Icetex.
María del Rosario Guerra,
ministra de Comunicaciones: Ya ahora en abril, Presidente.
Presidente de la República: En abril, hagámosle
mucha bulla a eso, para financiarles con el Icetex
computador a los estudiantes.
¿En qué me preocupa? Me preocupa en
una parte de la salud. Porque si bien la telemedicina
ha avanzado mucho, el país necesita hacer un
gran esfuerzo para conectar usuarios o pacientes o
asegurados, con las EPS o aseguradoras, y a su vez
con los hospitales.
Yo leí con mucha concentración en libro
de Prahalat de cómo hacer negocios en la base
de la pirámide. Y pedí que se lo entregaran
a los compañeros de Gobierno. Él nos
visita mañana.
Y el libro de Prahalat para
mí no es tan importante
para memorizarlo, como para que lo ponga a uno a pensar
en qué hacer. Yo lo leía y pensaba en
Banca de Oportunidades en Colombia.
Pero ve uno ese caso ya en
alguna parte de la India donde se ha mejorado enormemente
la calidad en la prestación
de servicios de salud, gracias a que con telefonía
móvil, con internet, millones de pacientes o
asegurados están conectados con las aseguradoras,
y a su vez están conectados con los hospitales.
Creo que ese atraso lo tenemos en Colombia.
Yo señalaba, María del Rosario, Ministra,
otro atraso en el cual todavía no tenemos buenos
prospectos.
El otro retraso en que no tenemos
todavía buenos
prospectos es en carreteras. Para acabar todo, todo
el peaje mecánico y digitalizar todos esos peajes.
Esa autopista que hicieron, la de los túneles
en Santiago de Chile. Diría que son dos áreas
donde el país tiene unos grandes retos, todavía
sin buenos prospectos.
Pero dándole a esto, creo que salimos adelante.
Tengo mucha fe en lo que ustedes hagan. Hemos escuchado
al doctor Ramiro hablar del cambio del Ministerio,
de la reforma del Ministerio, vamos a ver qué puede
hacer el Ministerio. Yo todavía no conozco la
idea de la reforma del Ministerio. Dice la Ministra
que lo traerán en un mes. Vamos a mirar eso.
Y esto era como para contarles
en qué estamos
en temas bien gruesos, e invitarlos a que inviertan
muy intensamente en Colombia.
¿Cuánto está creciendo la inversión
de este sector, doctor Jaime Alberto y doctor Ramiro,
año tras año?
Es clave que ustedes nos ayuden
a que este país
mantenga tasas de inversión no inferiores al
26 por ciento. Cien pesos de PIB, 26 de inversión.
Ya llevamos tres años con un promedio de 22
y medio. Y veníamos del 12. O sea que es posible.
Pero ya logramos 26 en el 2006.
Y con una cosa que a uno lo
sorprende: Colombia se convirtió en el segundo país de la región
en inversión extranjera directa per cápita.
Creo que nos gana en inversión extranjera per
cápita Costa Rica.
Hoy tenemos más inversión extranjera
per cápita que Brasil, que Argentina, que México.
Eso es una cosa increíble. Pero hay que sostenerlo.
Porque no podría ser que lo hubiéramos
logrado un año y que bajemos la guardia. Ahora
toca es sostener eso.
¿Qué tenemos que hacer para que ustedes
nos ayuden a esas tasas de inversión del 26? ¿Estuvieron
todos allá con Bill Gates?
Ramiro Valencia Cossio,
presidente Cámara Colombiana
de Informática: este sector siempre seguirá siendo
muy dinámico y, como le digo, siempre su crecimiento
será mayor que el PIB. Eso es tradicional, pero
ahora tiene una curva ascendiente mayor. Usted ya ve
lo que ha pasado con Telefónica, con Telmex,
con Siemens. Todos están en la tónica
justamente de una mayor expansión.
Creo que se viene una cosa
interesante. Usted lo decía
bien. Hemos avanzado mucho en telefonía móvil,
pero nos vamos a mover mucho, Dios quiera, en banda
ancha. No en trocha ancha, sino en banda ancha. Eso
no hay que pavimentar las bermas para que creamos que
es banda ancha. Hay que ponerle de verdad lo que es.
Y me parece que usted va a
sorprenderse. La Ministra tiene los datos y eso lo
conocemos todo, de lo que
va siendo y va a seguir siendo el crecimiento del sector.
Creo que por el sector de telecomunicaciones e informática,
se puede lograr mantener ese 26.
Presidente de la República: La verdad es que
yo me sorprendo de lo que le ha tocado vivir a mi generación.
Creo que a Fabio le pasó lo mismo. Qué íbamos
a pensar Fabio, nosotros, cuando estábamos allá combatiendo
contra algunos compañeros nuestros en la universidad
en los años setenta, que fuera a vivir China
estas dos revoluciones: la de Deng Xiao Ping y la que
está viviendo ahora, hacia la propiedad privada.
Qué íbamos a pensar que se iba a caer
el Muro de Berlín. Que se iba a colapsar la
Unión Soviética.
En la universidad había un computador grandotote,
que lo manejaban en un salón como éste,
con un aire acondicionado viejo y con todas las dificultades.
Entonces eso lo que hacía era que perforaba
unas tarjetas. Y lo que le oye uno a Bill Gates. ¿Para
dónde va el mundo?
Entonces la gente va a necesitar
un telefonito y un computadorcito así, y los dos intercomunicados,
y entonces van a tener ahí la televisión,
el internet, el teléfono, el acceso a la cuenta
bancaria, el acceso al médico. Pienso que los
edificios para bancos se van a acabar. ¿Con
eso quién volverá a hacer fila a un banco?
Tal vez los pensionados bien desocupados.
O sea que es fascinante. Yo
oía a Bill Gates
antes de ayer y se me abrían los ojos. Esto
va a una velocidad enorme. Sí, le dije que para
las nuevas generaciones de colombianos la visita de
Bill Gates es tan fascinante, como para mi generación
cuando estábamos pequeños era la visita
de Pelé a Colombia.
Cualquier comentario de ustedes,
sugerencia, escuchamos con el mayor gusto.