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REUNIÓN CON LA CÁMARA COLOMBIANA DE INFORMÁTICA
Y TELECOMUNICACIONES (CCIT)

Marzo 21 de 2007 (Bogotá – Cundinamarca)

Compatriotas:

Me agrada mucho poder reunirme de nuevo con ustedes hoy, para hacer una evaluación a ver qué hemos hecho y qué nos falta y para dónde vamos.

Me quiero referir a algunos aspectos generales antes de entrar a particulares más específicos.

Pienso que el ambiente político de América Latina obliga a que el Estado colombiano permanentemente repita cuál es su modelo. Porque los anuncios de estatización en América Latina han creado muchos temores.

Nosotros hemos dicho que Colombia no está ni en lo que fue la ola de desmonte del Estado ni tampoco está en la estatización. Nosotros hemos dicho que queremos un Estado no al servicio de burocracias, de excesos sindicales, sino un Estado al servicio de la comunidad. Que para nosotros el Estado tiene que ser un garante de la cláusula social, pero no un obstructor de la inversión privada.

Nosotros hemos repetido, y quiero repetirlo hoy antes ustedes, que nuestro modelo es ofrecer todas las garantías a la inversión, por supuesto, con la exigencia de la responsabilidad social.

Y queremos que lo sepan ustedes, todos los integrantes de las empresas que ustedes representan, porque lo consideramos fundamental para el principal elemento de la economía.

Nosotros no queremos medir la economía en función del crecimiento. Para nosotros más importante que ello es medir la economía en función de las tasas de inversión. Finalmente son las tasas de inversión las que le ponen los pilotes al crecimiento. Son las tasas de inversión las que dan productividad, las que garantizan competitividad. Son las tasas de inversión las que permiten tener éxito en los nuevos mercados. Son las tasas de inversión las que permiten hacer infraestructura. Son las tasas de inversión las que permiten los recursos para hacer sostenible la política de Seguridad Democrática y para cumplir con las metas de inversión social.

Este país tenía hace cuatro años una tasa de inversión del 12 por ciento del PIB, el año pasado fue del 26.

Hace cuatro años la inversión privada era del 6,5 del PIB, el año pasado fue el 19.

El objetivo nuestro es hacer todos los esfuerzos para que la tasa de inversión en Colombia no sea inferior al 26.

Si Colombia logra unos años con tasas de inversión del 26, creemos que le ha llegado la hora a Colombia. Creemos que eso va a marcar la diferencia.

Cuando uno mira la transformación de muchos países en la posguerra: Japón, más adelante Corea, los nuevos Tigres Asiáticos, después Irlanda, hicieron unas u otras cosas, pero finalmente el logro de tasas sostenidas de inversión por encima del 25 por ciento, fue lo que les permitió producir los maravillosos resultados que todo el mundo les ha aplaudido.

Uno ve qué es lo que ha logrado China. Con 67 mil millones de dólares de inversión extranjera por año, sostenidamente durante 16 años, ha permitido que los chinos ya hayan reivindicado sus 1.200 millones de habitantes, que hayan reivindicado 400 millones y tengan esa economía con tanta vitalidad.

Y para nosotros es fundamental la confianza inversionista para lograr esas tasas de inversión. Y el primer elemento de la confianza es el elemento de filosofía de Estado. ¿Qué piensa el Gobierno sobre el papel del Estado? ¿Qué piensa el Gobierno sobre el papel del sector privado? Y eso es fundamental en este momento de América Latina.

Y a eso se suman aspectos de manejo macro y aspectos de política sectorial.

En el tema macro para nosotros es muy importante la Seguridad Democrática. Es muy importante el saneamiento fiscal. Es muy importante el saneamiento financiero. Es muy importante la tributación y es muy importante la garantía en la estabilidad de la reglas de juego.

En el saneamiento fiscal si bien hemos pasado de un déficit del 4,2 a un déficit entre el medio punto y un punto del PIB, todavía hay problemas graves, porque todavía el déficit del Gobierno Nacional central es del 4,6. Era del 6,5. A eso hubo que sumarle 1,3 de pensiones. Debería ser entonces del 7,8. Está en el 4,6. Pero es muy alto.

Entonces nosotros tenemos que seguir reduciendo el déficit del Gobierno Nacional central.

Allí hay dos elementos bien importantes: los ingresos producto del crecimiento. Este Gobierno no ha buscado más ingresos tributarios producto de más tributación, sino un producto de más crecimiento.

Y también la reorientación del gasto.

Nosotros queremos seguir con toda la reforma del Estado. Hemos reformado unas 300 entidades. La primera fue Telecom. Ustedes saben las reformas de entidades en el sector de las telecomunicaciones, 190 hospitales, en fin. Por todas partes. En el Ministerio de Agricultura seis entidades se convirtieron en una. Se suprimió el IFI. Eso le ha traído un gran ahorro al Estado colombiano.

Ahora estamos empeñados en la segunda generación de reformas. En la del Instituto Colombiano de los Seguros Sociales y sus clínicas. Creo que eso le va a ahorrar al país 0,4 del PIB. Es bien importante.

Ya hemos reformado las clínicas del Seguro Social en Santa Marta, se desmontó el manejo del Seguro Social, esa clínica la está manejando una fundación, que es la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga.

Y la transformación ha sido del día a la noche. Lo mismo la clínica del Seguro Social en Cartagena. La está manejando ahora una comunidad religiosa de los Hermanos de San Juan de Dios.

Ya empezamos la liquidación de las clínicas del Seguro Social de Medellín y la entrega a una sociedad, que tendrán finalmente constituida la Gobernación de Antioquia, la Universidad de Antioquia, las cajas de compensación. Y vamos a reformar la totalidad de las 39 clínicas del Seguro Social del país.

Vienen ahora procesos muy importantes como la capitalización de Isagen, la capitalización de Ecopetrol. Viene un tema muy importante, que es la venta de las electrificadoras saneadas.

Y en la medida que todas estas reformas avancen sin dilación, que no haya pausa reformista, creo que podremos entregar en el 2010 un Estado con una estructura de costos saneada, con una estructura de costos mucho más razonable. Ese es un tema importante.

En el tema financiero, conectado con este tema fiscal, venimos de un endeudamiento de la Nación del 54 por ciento. Todavía está en el 30 – 32. Pero algunos opinan que es más. Porque cuando nosotros medimos el endeudamiento neto, descontamos los activos financieros de algunas entidades del Estado. Y si bien hay algunos activos financieros que son importantes, los de Ecopetrol, hay otros que no.

¿Qué nos ganamos con que el Fondo Nacional de Regalías tenga unos activos financieros, que hagan parte del activo de la Nación y que compensen lo que la Nación le debe al Fondo Nacional de Regalías, si finalmente es la Nación la que va a tener que pagar ese pasivo, que figura como pasivo de la Nación y como activo del Fondo Nacional de Regalías?

Hemos mejorado mucho en la parte financiera, en la parte de endeudamiento, pero todavía no lo suficiente.

Tenemos ahora dos grandes retos en el Congreso de la República, que son la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo y el proyecto de Transferencias.

Del proyecto de transferencias estamos buscando que salga un equilibrio entre la necesidad de estimular la descentralización y la necesidad de cuidar las finanzas de la Nación. Es imposible volver a la Constitución del 91. La Nación no es capaz de absorber ese crecimiento de transferencias.

Pero como lo he venido explicando a alcaldes y a gobernadores y a toda la opinión publica, lo que nosotros proponemos no tiene recorte, hay un gran aumento.

De hecho, las transferencias han venido pasando de 9 billones a 18,5 billones, y van para 25 billones. Y en al año 2016, cuando se haya dado el tránsito del peor trayecto pensional que hoy esta viviendo la Nación, las transferencias ya crecerán de acuerdo con el crecimiento de los ingresos corrientes de la Nación, promedio en los últimos cuatro años.

Y es una discusión muy difícil ahora en el Congreso porque es muy fácil hacer política diciendo: vamos todos contra el Gobierno Nacional, que la Nación nos va a recortar transferencias. En cambio no es atractivo mirar detalladamente las cifras para entrar a mirar también cómo se garantiza la buena salud de las finanzas de la Nación.

Pero para que ustedes lo tengan con sus casuales contertulios, sepan esto: este país es muy descentralizado. Lo que nosotros estamos proponiendo garantiza que las regiones gasten más del 50 por cinto del gasto del Estado colombiano.

Eso no lo tiene América Latina. Las regiones recaudan entre el 19 y el 21 por ciento del total del recaudo del Estado. Hablo de los departamentos y los municipios. Ellos lo gastan.

Adicionalmente tienen un 33 por ciento que les da la Nación de los ingresos corrientes de la Nación. Ese 33 por ciento incluye las transferencias, incluye las sobretasas de gasolina, incluye la transferencia que les da la empresa de juegos, Etesa, que es una transferencia recurrente año por año para la salud.

Ahí llevamos más del 50 por ciento del recaudo de los ingresos del Estado colombiano que gastan las regiones.

Y adicionalmente hay unos recursos no fijos, que oscilan de acuerdo con el presupuesto. Unos de ellos son recurrentes, otros extraordinarios, que generalmente los ejecutan las regiones.

Recurrentes: la Nación aporta año tras año a vivienda, a mantenimiento de vías municipales, presupuestos que han crecido mucho.

El de vivienda ha pasado de 200 mil millones a 410 mil millones de pesos anuales. El de vías departamentales ha pasado de 80 mil millones a 250 mil millones de pesos.

Y esos recursos son recurrentes, período fiscal tras período fiscal. Eso es de dinero que recauda la Nación, del presupuesto de la Nación. Pero lo entregan las entidades territoriales y ellos lo ejecutan.

Ayer, por ejemplo, inaugurábamos 1.756 casas para reubicar las personas del Jarillón, de los tugurios del Jarillón de Cali. La Nación aportó los subsidios, pero la ejecución fue local.

Todos los proyectos de vivienda tienen ejecución local. Lo mismo el mejoramiento de las vías municipales. Son recursos recurrentes que aporta la Nación, que pueden variar en cuantía, pero que ejecutan las entidades territoriales.

Y los hay también extraordinarios, que no se dan en todas las vigencias presupuestales: el apoyo para un acueducto o el apoyo para los Transmilenios.

Nosotros hoy estamos ejecutando Transmilenios en Bogotá, Soacha, Cali, Pereira, Medellín, su área metropolitana, porque ahí hay proyecto para Medellín, Bello, Itaguí y Envigado.

Cartagena, Barranquilla, área metropolitana de Bucaramanga, que va a pasar por Florida, llega a Piedecuesta. Florida no quiso participar pero sin embargo se beneficia. Y también Girón. Barranquilla y Cartagena. En todas está en ejecución.

Bogotá tenía 32 kilómetros de Transmilenio hace cuatro años y hoy tiene 84.

En todo ello el Gobierno Nacional aporta el 70 por ciento y las regiones aportan el 30. Y la ejecución es descentralizada. Ejecuta la ciudad.

El tema de los Transmilenios sigue. Por ejemplo, ahora nos están pidiendo, y con justa razón, que se garantice en este Gobierno la financiación, que no alcanzaremos a empezar ejecución, pero por menos a dejar despejado el camino de financiación y a dejar la preinversión para las ciudades de Pasto, Popayán, Ibagué, Armenia, Manizales.

Neiva, seis. Villavicencio, siete. Cúcuta, ocho. Valledupar, nueve. Montería, diez.

Y eso lo tiene que aportar la Nación en un 70 por ciento.

Entonces ven ustedes que todos los días se le pide más a la Nación, y con justa razón, pero también se pide que entregue más recursos a las regiones, vía descentralización.

Por eso a mí me gusta que haya coincidido la discusión del Plan de Desarrollo con la del proyecto constitucional de transferencias, para que la contradicción ayude a crear ese equilibrio.

Porque entonces en el Congreso se oyen las dos voces. Y las mismas personas proponen las dos peticiones: aumento de transferencias, eso sí que la Nación gaste más. “Déme más plata pero también gaste más”.

Y definitivamente hay unas obras que no las hace sino la Nación. Por ejemplo, estamos empeñados en los dos corredores viales, doble calzada Bogotá – Buenaventura, doble calzada Bogotá – Santa Marta. Eso no lo hace sino la Nación.

Y hay unos recursos de peaje que contribuyen. Pero a eso le tiene que hacer la Nación unos aportes muy significativos del presupuesto.

Confío que si nosotros logramos salir bien del Congreso de la República con estas disposiciones, contribuimos a la descentralización sin afectar la salud financiera de la Nación. Y eso va a ser muy importante para el tema de tasas de interés en el futuro.

Ayer decía en una reunión aquí de parlamentarios: Hombre, es distinto. Cuando yo fui Gobernador de Antioquia las tasas de interés estaban al 30. Con una inflación del 15. Entonces había una tasa de interés real del 15.

Hoy con una inflación del cuatro y medio o cinco, un departamento bien manejado consigue tasas de interés a la DTF que estén 7,6 – 7,7, más máximo más once. Siempre hay una gran disminución en las tasas reales de interés. Lo cual se podría afectar de no tomar unas decisiones juiciosas ahora en materia de transferencias en el Congreso.

Entonces está ese tema fiscal, la reforma del Estado, este tema financiero, su relación con las transferencias, el Plan Nacional de Desarrollo, que incorpora, no todas, pero sí muy buena parte de las obras de lo que llamaría el acopio de necesidades de competitividad en materia de infraestructura. Acopio que ha venido realizando el doctor Fabio Valencia en un diálogo intenso con todos los compatriotas.

Y viene el tema para apoyar esas tasas de inversión: el tema tributario.

Primero: a mí se me proponía eliminar las contribuciones a Sena, Bienestar y cajas de compensación. Las circunstancias sociales del país nos aconsejaban que no. Entonces descartamos esa opción.

Creemos que el Sena, cajas de compensación y Bienestar están mejorando mucho. Entre otras cosas, ustedes lo habrán notado en las empresas, el proceso de simplificación de declaraciones y de pagos.

Ustedes como empresarios antes tenían que hacer mínimo cuatro pagos. Un pago que agrupaba cajas de compensación, Sena y Bienestar. Otro pago para régimen contributivo de salud, que podría convertirse en tantos pagos en cuantas EPS se afiliaran a los trabajadores. Otro para pensiones con el mismo riesgo de multiplicador. Y el cuarto para riesgos profesionales.

Una decisión que tomamos hace tres años y medio, que ha sido muy difícil de ejecutar pero que ya estamos llegando a verla plenamente en acción, es la de exigir que los empleadores solamente hagan una declaración y un pago.

Creo que en mayo los 400 mil contribuyentes a esas entidades, todos van a estar ya con una declaración y un pago.

Sospecho, adivino, quisiera adivinar que las empresas que ustedes representan en esta mesa ya están todas en una declaración y un pago. Y que eso les ha ahorrado mucho en trámites y va a ayudar mucho a evitar evasión, lo que ha de fortalecer mucho estas instituciones.

Mientras algunos sectores pedían eliminar eso, la teoría económica y el manejo político del discurso económico en Colombia han sido muy opuestos a las deducciones.

Yo logré introducir en la reforma tributaria de 2002 unas exenciones específicas de IVA y de impuesto global al combustible para los biocombustibles. Lo cual le permite tener al país hoy ya una producción de millón 50 mil litros diarios de alcohol carburante y un futuro bien promisorio en la materia. Muchos proyectos ya en instalación.

Logramos introducir una exención a la hotelería nueva, a la restauración de viejos hoteles. Una exención a los cultivos de tardío rendimiento, etcétera. A los software que incluyeran algún agregado nacional, etcétera.

Y logramos en el 2003 introducir con mucha dificultad una deducción del 30 por ciento a las inversiones, que debía terminar en el 2007. Como lo dijo el doctor Ramiro Valencia, logramos ahora que ya no fuera transitoria sino permanente, y no del 30 sino del 40.

A ver, no fue fácil. Inclusive me gustó mucho la discusión de la última reforma tributaria, porque mientras algunos teóricos de la economía y muchas publicaciones hablaban de una reforma estructural que debía eliminar todos estos incentivos que estábamos introduciendo, el país real exigió que los profundizáramos y los convirtiéramos en incentivos permanentes. Por eso me gustó mucho la discusión que se dio el año pasado entre junio y diciembre.

Foro donde yo asistía me decían: ¿cómo van a quitar el estímulo a los hoteles? ¿Cómo van a quitar el estímulo a los combustibles biológicos? ¿Por qué no van a mantener la deducción del 30 por ciento? Etcétera. Y no fueron poquitos foros a los cuales asistí donde se oyó ese reclamo.

Creo que las tasas de inversión han demostrado que eso era necesario y que Colombia se había equivocado al no introducir esos estímulos.

Entonces no se eliminan las contribuciones a entidades de seguridad social como cajas, Bienestar y Sena, pero se profundizan y se convierten en permanentes estímulos como la deducción del 40 por ciento.

Que además tiene otro aspecto muy importante: no hay que utilizarlas solamente el primer año. Si por razones de ingresos gravables del respectivo contribuyente no la puede descontar en su totalidad en el primer año, la puede contabilizar como una pérdida fiscal y llevarla a los sucesivos períodos durante el tiempo que requiera hasta agotarla.

Y el mismo tratamiento se le da a las pérdidas. Creo que eso le ayuda muchísimo al contribuyente.

Yo hacía esta cuenta, la hice en el caso de Porce III, de Empresas Públicas de Medellín: en el supuesto de que eso valga 2 billones, tiene una deducción de 800 mil millones, el 40 por ciento.

Y esa deducción le representa un ahorro en pagos de impuestos como de 256 mil millones, que es más o menos el 12,8 por ciento del valor del proyecto.

Creo que esto le va a ayudar muchísimo a la economía colombiana. Le va a ayudar muchísimo a todos ustedes a invertir.

Ahora, algunos me han dicho: bueno, pero habría sido mejor eliminar lo de las Cajas, Bienestar y Sena, en entidades intensivas, en mano de obra, como flores banano, etcétera. Porque además eso sería permanente. En cambio la deducción del 40 es cuando hacen inversiones.

Mi respuesta ha sido: la verdad es que lo único que en el futuro genera empleos de alta calidad con afiliación a la seguridad social, es la inversión en capital. Creo que en el mundo de hoy no podemos hablar lo que habla mi generación cuando estábamos jóvenes, que era hacer la distinción entre la promoción a lo intensivo en empleo para no promover lo intensivo en capital.

Pienso que con la economía globalizada, lo único que genera buenos empleos afiliados a la seguridad social es la inversión intensiva en capital.

Atrás quedó lo que podían hacer los países cuando funcionaban como economías aisladas, que era pretender resolver el empleo obligando a que cada ascensor tuviera un ascensorista o a construir las carreteras a pico y pala.

Y además no es a lo que debe aspirar un país. Creo que a lo que tiene que aspirar un país no es a ser competitivo con empleos de baja calidad, de bajos ingresos, sino a ser competitivo con valor agregado, que garantice ingresos de alta calidad. Que garantice empleos de alta calidad, con buenos ingresos y con afiliación a la seguridad social.

Ahora: está deducción sólo se da, si se invierte. Y lo que se quiere es que cada empresa tenga inversión año tras año. El que se quiera ganar la deducción, invierta año tras año.

Y a eso hay que hacerle allí otro argumento teórico y complementarlo con la ley de zonas francas.

El argumento teórico: se ha criticado mucho en los últimos tiempos la reforma tributaria del Gobierno de George Bush en los Estados Unidos, por la disminución de las tasas de renta. Los economistas dicen que la disminución de las tasas de renta no garantiza per se mayor inversión. Lo puede traer es mayor consumo elitista y mayor apropiación de utilidades.

Miren que en lo nuestro, el punto fundamental no es disminución de tasas de renta sino estímulo a la inversión. Eso marca la diferencia con la visión tributaria que hoy impera en los Estados Unidos. Yo tengo confianza en esto.

Y el tema de las zonas francas, que estaban condenadas a desaparecer por la Organización Mundial del Comercio, creo que lo que hemos hecho nosotros es ya tener un sistema de zonas francas aprobado por la Organización Mundial del Comercio, que ya puede tener vigencia indefinida, donde coinciden varios elementos:

Primero: una tarifa de renta apenas del 15 por ciento.

Segundo: todos estos estímulos son aplicables también en las zonas francas. O sea que quien crezca en la zona franca, tiene esta deducción del 40 por ciento. Etcétera.

Y el decreto reglamentario de la ley, que expedimos hace unas tres semanas, trae otros elementos muy importantes, como los que llama la zona franca de mono-usuario.

Una empresa nueva que quiere hacer una zona franca, si reúne unos requisitos de capital y/o empleos generados, se puede constituir como zona franca en el perímetro que ella defina, dentro de ese perímetro.

Creo que esta figura del mono-usuario debe ayudar muchísimo.

Todo esto para invitarlos a que confiemos para invertir en Colombia.

Lo de Acerías Paz del Río, creo que eso es otra demostración de la fe que se tiene hoy en Colombia. Compitieron tres o cuatro empresas. Y esto ha sido una tras otra. Y Dios quiera que podamos mantener esto como una bandada de golondrinas: que lleguen una tras otra, a ver si el país logra esas buenas altas tasas de inversión.

Y viene el sector de ustedes. Yo lo miro con mucho entusiasmo por todo lo que hay que hacer en Colombia. Si bien hemos dado un salto monstruoso, no lo esperábamos en telefonía móvil, de todas maneras lo que está por hacerse es lo grande, en banda ancha en Internet.

Confío que hay una serie de factores que van a garantizar que eso se dé y que este país sorprenda al continente con esos crecimientos: la inversión de todos ustedes, la transformación de la vieja Telecom en Colombia Telecomunicaciones.

Creo que es distinto un panorama en el cual uno de los actores, que es esa empresa, en lugar de estar al borde de la quiebra, como estaba hace cuatro años, pidiéndole 500 mil millones al Ministro de Hacienda al año para pagar pensionados, tenga hoy la posibilidad de invertir 8 billones en los años que vienen.
Y la salud y el vigor de todas las empresas que ustedes representan.

Confío que eso le va a permitir al país dar unos saltos muy afortunados en banda ancha en internet.

Hay unas metas muy exigentes. Por ejemplo, con Bill Gates se hablaba de la meta de conexiones de banda ancha, de cobertura de todo el territorio, de conexiones de internet, de la relación estudiantes – computador. Hoy estamos 40 estudiantes por un computador. Aspiramos llegar a 20 estudiantes por un computador.

Hablábamos de los programas virtuales. Por ejemplo, el Sena debe llegar a un millón 200 mil estudiantes en ambiente virtual. Hablábamos de que si bien en la contratación pública hay unos avances muy importantes, hay que ir más allá.

Yo le hice a Bill Gates una división: en qué vamos bien, en qué vamos atrasados pero con buenos prospectos, y en qué vamos atrasados pero todavía sin buenos prospectos.

Y en lo que vamos bien le hablé de la telefonía, lo que se hace para difundir temas de contratación pública, en lo que se está haciendo en Banca de Oportunidades. Creo que es maravilloso.

El solo Citi Group nos va a abrir mil corresponsales no bancarios en mil sitios popularmente estratégicos del país. El Banco Agrario 600. Eso es consecuencia de la revolución de las comunicaciones, de lo que ustedes hacen.

Hace unos años para unos congresistas, como éramos Fabio Valencia o yo, venir aquí a Bogotá a rogar que le abrieran a un humilde pueblo de nuestro terruño la oficina de la Caja Agraria, eso era una odisea.

Eso hoy, con lo de ustedes, vamos a abrir tranquilamente. Yo me asombro todavía, me asombro, miro eso con asombro de niño chiquito: cómo se puede poner en cualquier parte del país una diminuta casetica, frágil, y ponerle un aparatico allí con todo el poder. Un aparatico de soporte de telecomunicaciones.

Yo estoy muy emocionado con eso. Si nosotros logramos esa meta de Banca de las Oportunidades y colocamos cinco millones de créditos a los sectores populares de la Patria, creo que eso es muy bueno para nuestra Patria.

En contratación pública vamos bien, pero a mitad de camino. Porque se publica mucho ya, pero tenemos que tener un momento en el cual toda la licitación se haga a través de internet.

En impuestos vamos bien con el programa Muisca, que está avanzando para que los dos millones de contribuyentes que tiene Colombia, entre renta y retenedores de IVA, puedan hacer todo el pago a través de internet.

Confío que vamos a lograr esa meta del pago electrónico en el tema al cual ya me refería: el pago de la seguridad social.

¿En qué vamos mal pero tenemos buenos prospectos? En conexiones de internet, en banda ancha. Creo que el prospecto de computadores per cápita es bueno. Ustedes pidieron mucho aquí que se eliminara ese 16 por ciento del IVA. Confiemos que eso ayude. Y no sé, Ministra, cuándo van a lanzar la línea de crédito en Icetex.

María del Rosario Guerra, ministra de Comunicaciones: Ya ahora en abril, Presidente.

Presidente de la República: En abril, hagámosle mucha bulla a eso, para financiarles con el Icetex computador a los estudiantes.

¿En qué me preocupa? Me preocupa en una parte de la salud. Porque si bien la telemedicina ha avanzado mucho, el país necesita hacer un gran esfuerzo para conectar usuarios o pacientes o asegurados, con las EPS o aseguradoras, y a su vez con los hospitales.

Yo leí con mucha concentración en libro de Prahalat de cómo hacer negocios en la base de la pirámide. Y pedí que se lo entregaran a los compañeros de Gobierno. Él nos visita mañana.

Y el libro de Prahalat para mí no es tan importante para memorizarlo, como para que lo ponga a uno a pensar en qué hacer. Yo lo leía y pensaba en Banca de Oportunidades en Colombia.

Pero ve uno ese caso ya en alguna parte de la India donde se ha mejorado enormemente la calidad en la prestación de servicios de salud, gracias a que con telefonía móvil, con internet, millones de pacientes o asegurados están conectados con las aseguradoras, y a su vez están conectados con los hospitales. Creo que ese atraso lo tenemos en Colombia.

Yo señalaba, María del Rosario, Ministra, otro atraso en el cual todavía no tenemos buenos prospectos.

El otro retraso en que no tenemos todavía buenos prospectos es en carreteras. Para acabar todo, todo el peaje mecánico y digitalizar todos esos peajes. Esa autopista que hicieron, la de los túneles en Santiago de Chile. Diría que son dos áreas donde el país tiene unos grandes retos, todavía sin buenos prospectos.

Pero dándole a esto, creo que salimos adelante. Tengo mucha fe en lo que ustedes hagan. Hemos escuchado al doctor Ramiro hablar del cambio del Ministerio, de la reforma del Ministerio, vamos a ver qué puede hacer el Ministerio. Yo todavía no conozco la idea de la reforma del Ministerio. Dice la Ministra que lo traerán en un mes. Vamos a mirar eso.

Y esto era como para contarles en qué estamos en temas bien gruesos, e invitarlos a que inviertan muy intensamente en Colombia.

¿Cuánto está creciendo la inversión de este sector, doctor Jaime Alberto y doctor Ramiro, año tras año?

Es clave que ustedes nos ayuden a que este país mantenga tasas de inversión no inferiores al 26 por ciento. Cien pesos de PIB, 26 de inversión.

Ya llevamos tres años con un promedio de 22 y medio. Y veníamos del 12. O sea que es posible. Pero ya logramos 26 en el 2006.

Y con una cosa que a uno lo sorprende: Colombia se convirtió en el segundo país de la región en inversión extranjera directa per cápita. Creo que nos gana en inversión extranjera per cápita Costa Rica.

Hoy tenemos más inversión extranjera per cápita que Brasil, que Argentina, que México.

Eso es una cosa increíble. Pero hay que sostenerlo. Porque no podría ser que lo hubiéramos logrado un año y que bajemos la guardia. Ahora toca es sostener eso.

¿Qué tenemos que hacer para que ustedes nos ayuden a esas tasas de inversión del 26? ¿Estuvieron todos allá con Bill Gates?

Ramiro Valencia Cossio, presidente Cámara Colombiana de Informática: este sector siempre seguirá siendo muy dinámico y, como le digo, siempre su crecimiento será mayor que el PIB. Eso es tradicional, pero ahora tiene una curva ascendiente mayor. Usted ya ve lo que ha pasado con Telefónica, con Telmex, con Siemens. Todos están en la tónica justamente de una mayor expansión.

Creo que se viene una cosa interesante. Usted lo decía bien. Hemos avanzado mucho en telefonía móvil, pero nos vamos a mover mucho, Dios quiera, en banda ancha. No en trocha ancha, sino en banda ancha. Eso no hay que pavimentar las bermas para que creamos que es banda ancha. Hay que ponerle de verdad lo que es.

Y me parece que usted va a sorprenderse. La Ministra tiene los datos y eso lo conocemos todo, de lo que va siendo y va a seguir siendo el crecimiento del sector. Creo que por el sector de telecomunicaciones e informática, se puede lograr mantener ese 26.

Presidente de la República: La verdad es que yo me sorprendo de lo que le ha tocado vivir a mi generación. Creo que a Fabio le pasó lo mismo. Qué íbamos a pensar Fabio, nosotros, cuando estábamos allá combatiendo contra algunos compañeros nuestros en la universidad en los años setenta, que fuera a vivir China estas dos revoluciones: la de Deng Xiao Ping y la que está viviendo ahora, hacia la propiedad privada. Qué íbamos a pensar que se iba a caer el Muro de Berlín. Que se iba a colapsar la Unión Soviética.

En la universidad había un computador grandotote, que lo manejaban en un salón como éste, con un aire acondicionado viejo y con todas las dificultades. Entonces eso lo que hacía era que perforaba unas tarjetas. Y lo que le oye uno a Bill Gates. ¿Para dónde va el mundo?

Entonces la gente va a necesitar un telefonito y un computadorcito así, y los dos intercomunicados, y entonces van a tener ahí la televisión, el internet, el teléfono, el acceso a la cuenta bancaria, el acceso al médico. Pienso que los edificios para bancos se van a acabar. ¿Con eso quién volverá a hacer fila a un banco? Tal vez los pensionados bien desocupados.

O sea que es fascinante. Yo oía a Bill Gates antes de ayer y se me abrían los ojos. Esto va a una velocidad enorme. Sí, le dije que para las nuevas generaciones de colombianos la visita de Bill Gates es tan fascinante, como para mi generación cuando estábamos pequeños era la visita de Pelé a Colombia.

Cualquier comentario de ustedes, sugerencia, escuchamos con el mayor gusto.

 
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