PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN CONGRESO DE DESARROLLO SOSTENIBLE
Mayo 09 de 2007 (Medellín
- Antioquia)
“Me honra mucho asistir esta tarde a la Universidad
de Medellín. Un foro de la democracia desde su nacimiento.
Un foro de la libre cátedra y del debate desde su nacimiento.
Un escenario de ciencia desde su nacimiento. Me parece bien
importante, en el Congreso Internacional de Desarrollo Sostenible
y Competitividad.
Quisiera hacer una introducción de la siguiente manera:
primero, ¿qué pensamos que es lo fundamental
en el modelo de país y de Estado que estamos trabajando?
Segundo, ¿cuáles son los principales propósitos
de Gobierno? Tercero, ¿cómo engranan esos propósitos
de Gobierno con el desarrollo sostenible y la competitividad?
Y cuarto, dedicar el mayor tiempo posible a atender las preguntas
y las preocupaciones de ustedes.
Permítanme referir al modelo de sociedad que buscamos
en Colombia. Una sociedad en permanente debate pluralista,
pero constructivo. Uno tiene que escoger, si el debate es de
antagonismos insuperables o el debate es de tesis – antítesis,
con el ánimo de buscar siempre soluciones.
En mi concepto, lo que necesitan las sociedades democráticas
es el debate no de antagonismos insuperables, sino el debate
de ánimo constructivo para buscar soluciones.
Ese debate requiere un gran espíritu de búsqueda
de ciencia, pero también un gran desprendimiento del
dogmatismo.
En el ambiente universitario debe decirse que ese debate requiere
que cada uno de nosotros reconozca que apenas tenemos una mínima
parte de verdad, y que sólo en la discusión vamos
alcanzando niveles superiores de verdad, de esa única
verdad que está al alcance de los seres humanos, que
es la verdad relativa.
Un debate constructivo necesita ser un debate fraterno, y
eso nos conduce a otra visión de sociedad allí conectada,
una sociedad sin exclusiones, pero sin odio de clases, fraterna.
Yo diría que para mi generación es tan grave
haber visto la sociedad con exclusiones con las grandes masas
pobres y excluidas, como también haber conocido los
efectos desastrosos expresados en la violencia de la lucha
violenta de clases, que se sembró teóricamente
en Colombia y que hizo tanto daño a partir de los años
60, y que lo vivíamos en los claustros de todas las
universidades.
En lugar de una sociedad con exclusiones, una sociedad fraterna,
en lugar de una sociedad con odio de clases, una sociedad fraterna.
Ni odio de clases, ni exclusiones, una sociedad fraterna.
Allí hay dos visiones complementarias de sociedad:
la sociedad democrática, en permanente debate constructivo,
y la sociedad fraterna.
Y eso lo podemos conectar con otra pregunta: ¿qué tipo
de Estado requerimos?
Déjenme referir al Estado de derecho, déjenme
referir a la división entre izquierda y derecha que
se agita en América Latina, y déjenme referir
al tema del Estado y la iniciativa privada.
En primer lugar, el Estado de derecho. El Estado de derecho
es el gran avance de la humanidad en la construcción
de democracia, porque exige, primero, que el gobernante de
ejemplo en materia de sumisión a la ley.
De allí se deriva otra exigencia: que la ley no sea
el capricho del gobernante, sino el producto de un proceso
heterónomo externo a él; que haya independencia
entre las ramas del poder público, órganos de
control; y que además haya amplia participación
de opinión.
En América Latina vemos hoy el problema de que en algunas
partes se empieza a afectar el principio de la independencia
entre ramas del poder público. Por eso es importante
señalar que el Estado de derecho, el Estado de leyes,
fundamento de la sociedad democrática, no puede funcionar
sin esa relativa independencia entre ramas del poder público.
En América Latina se empieza a afectar el principio
de que la norma debe ser externa a los caprichos del gobernante,
y entonces los proceso legislativos empiezan a ser en algunas
partes procesos caudillistas, donde quien regenta en determinado
momento, impone la normatividad que él quiere. Eso va
eliminando el principio del sometimiento del gobernante a la
ley.
Y en América Latina procesos constituyentes que se
hacen en nombre de la gran participación comunitaria,
amenazan llegar a procesos de eliminación de formas
de participación comunitaria
Es muy peligroso utilizar los procesos constituyentes con
el ánimo de abrir las puertas de la participación,
y permitir que después se vayan cerrando las puertas
de la participación.
Una amplia participación, permanente, de la ciudadanía,
es una característica esencial del Estado de derecho,
que lo expresa en su mejor manifestación en Estado de
opinión.
Un auténtico Estado de derecho tiene que ser un Estado
de opinión, de permanente, dinámica, activa participación
de opinión ciudadana.
Albert Stanley, el gran autor norteamericano sobre descentralización,
que bastante la ha estudiado en los países de América
Latina, sostiene, por ejemplo, que la descentralización
solo funciona si hay una gran participación de opinión.
Nosotros creemos que la participación de opinión
es necesaria permanentemente, en la toma de decisiones oficiales,
en la ejecución de decisiones oficiales y en la vigilancia.
Por eso hemos impulsado el Estado Comunitario y el respeto
a las instituciones, pero también el diálogo
permanente con los compatriotas.
Se ha producido un fenómeno: unos integrantes del equipo
de Gobierno más comprometidos con la Nación,
y una Nación, un pueblo más consciente de las
posibilidades y también de las limitaciones.
Creo que es un efecto extraordinariamente positivo de practicar
el Estado Comunitario, como una forma de practicar el Estado
de opinión.
Segundo punto. América Latina se debate entre lo que
serían gobiernos de izquierda y gobiernos de derecha.
Yo, particularmente, creo que esa división es obsoleta,
polarizante y que esa división es impráctica.
Obsoleta: tenía razón de ser, cuando en América
Latina existían dictaduras y a esas dictaduras se les
combatía con las tesis de izquierda provenientes de
Europa Occidental.
Ahora, cuando todos los gobiernos dicen someterse a la regla
democrática, esa división parece ser obsoleta,
polarizante. Si a eso no se le pone cuidado, si no se respeta
fraternamente en América Latina la diversidad puede
haber una guerra fría por posiciones ideológicas
de muy perturbadores efectos, entre la hermandad que requiere
nuestros pueblos. Impráctico. Una cosa son los discursos
de campaña, y las realidades de gobiernos, muchas veces
diferentes.
Una periodista internacional me decía: “bueno
presidente Uribe, ¿pero cómo su gobierno puede
permanecer en América Latina, cuando América
Latina avanza toda hacia la izquierda, y usted tiene un gobierno
de derecha?. Y le dije: “¿qué es izquierda
y qué es derecha? No supo contestarme.
Le dije: “bueno, entonces, dígame por qué usted
califica al gobierno del presidente Lula, como de izquierda
y al mío de derecha?”. No supo contestar.
Entonces uno empieza a ver que esa división no es práctica.
En defecto de ello ¿qué proponemos? Un estado
con estos cinco elementos: seguridad democrática, muy
distinta es la seguridad con alcance democrático, que
la seguridad con criterio dictatorial. La seguridad con alcance
democrático no suprime libertades, diría yo que
en eso nuestro gobierno gana un gran reconocimiento internacional.
La seguridad es democrática en la medida en que sea
para todos los ciudadanos. Allí hacemos un gran esfuerzo
para proteger por igual al empresario, al trabajador, al líder
sindical, al periodista, al alcalde, a los voceros de la oposición,
a los amigos de las tesis del gobierno.
El segundo valor, para una democracia moderna: las libertades.
Si se afecta la libertad de prensa, si se afecta la creatividad
proveniente de la libertad de iniciativa privada con responsabilidad
social, se empieza a afectar la democracia.
Nos honró mucho en Cartagena, hace escasos dos meses,
al reunirse allí la Sociedad Interamericana de Prensa,
el reconocimiento que se le hizo a nuestro gobierno en el sentido
de que cualquier crítica, que pude existir frente a
nuestro gobierno, puede ser valedera, pero que ha sido un gobierno
respetuoso de las libertades.
El tercer elemento es la construcción de cohesión
social; el cuarto, la transparencia. Si no hay lucha por la
transparencia, no hay confianza ciudadana.
Y el quinto, la aceptación de que el Estado lo deben
conformar instituciones con independencia entre sí.
En ausencia de ello, se pierde la posibilidad del debate permanente,
de la talanquera a los excesos, que es norma fundamental de
la democracia moderna.
Y miren esto cómo se relaciona: El primer elemento,
la seguridad. Parecería ser un reclamo de la derecha.
En alguna forma, los marxistas decían que la seguridad
era un atropello a las libertades, para poder garantizar la
reproducción de las condiciones de inequidad. Se decía: “la
seguridad surge desde la derecha”. Y yo me pregunto: ¿puede,
la presunta izquierda actuar hoy sin seguridad? La seguridad
hoy es un valor democrático, necesario para todo el
mundo.
Las libertades. En épocas históricas diferentes,
en un caso han asignado el origen de las libertades a la derecha,
y en otro caso, a la izquierda. A la derecha, una aspiración
de la pequeña burguesía, para mantener unas libertades
formales, que reproduzcan la explotación económica,
reclamadas desde la izquierda. Si no hay libertades, es imposible
que haya alternativas de poder. Todas las libertades también,
son requeridas por todas las tendencias del pensamiento.
La cohesión social. Bueno, es que la izquierda es la
que ha luchado por la justicia social. Entones, uno se pregunta: ¿y
si la derecha es la que quiere seguridad, cómo logra
que una nación valide la seguridad, si esa nación
está inconforme porque no hay avances sociales?
Vemos cómo todo lo que parecían categorías,
asignadas unas a la izquierda y otras a la derecha, empiezan
a confluir de manera convergente, nunca excluyente, a formar
lo que podríamos llamar: “el conjunto de principios
de una democracia moderna”.
Y en este punto llegamos a la presente discusión en
América Latina. Pensé yo que la discusión
sobre el papel del Estado y la empresa privada ya era una discusión
superada en América Latina, que no tendríamos
que volver sobre ella. Pero estábamos equivocados. Es
necesario volver sobre ella, porque mientras muchos países
de América Latina, en los años noventa estuvieron
en el extremo de eliminar el Estado, otros, en esta primera
década de los 2000, estar en el extremo del estatismo
que elimina la iniciativa privada. Una oscilación entre
extremos. Colombia no ha estado en un extremo, y no estará en
el otro.
Por ejemplo, nuestro Gobierno, hasta diciembre había
reestructurado 340 entidades del Estado, sin eliminar el Estado.
Transformamos a Telecom, la convertimos en una entidad mixta.
Evitamos que se desmantelara la presencia estatal. Muchas personas
me decían: “Presidente, déjela morir, eso
la sustituyen las compañías privadas de celular.
Contestamos: ¡no! Necesitamos ahí un operador
con presencia estatal, que garantice la prestación del
servicio en comunidades remotas, que compita con criterio social
en el mercado, para garantizar buenas tarifas. Y que esté atento
cuando haya fracasos, fallas de mercado, que por ejemplo, quiebren
a operadores privados, y que dejen a la ciudadanía sin
servicios.
Hoy la nación es dueña del 50 por ciento, menos
una acción, de Telecom, pero, Telecom hoy tiene valor
positivo. Hace cinco años, cuando era de propiedad estatal
exclusiva, tenía valor negativo. Hoy está al
día con los pensionados. Hasta hace tres años,
se veía en serias dificultades para conseguir 400 mil
millones al año y pagarle a los pensionados.
Hace tres años no tenía con qué hacer
inversiones, ahora está iniciando inversiones del orden
de 8 billones, que van a mejorar mucho el acceso de los colombianos
a la banda ancha, el Internet, las posibilidades de conectividad
de escuelas, de oficinas públicas, de bibliotecas, etcétera.
De esa manera hemos reestructurado 340 empresas del Estado
hasta diciembre. Ahora estamos en la reestructuración
de las clínicas del Seguro. Por ejemplo: las de Medellín,
entregadas a la Universidad de Antioquia y a la gobernación.
Se mantiene la presencia social, no se desmantela esa presencia,
que es la razón de ser del Estado. Pero se parte de
la base que es grave desmantelar el Estado, y es más
grave aún, mantener el Estado controlado por burocracias
ineficientes, o mantener el Estado al servicio de excesos sindicales.
El Estado no puede estar al servicio de lo uno ni de lo otro,
el estado tiene que estar al servicio de la comunidad.
En lugar de desmantelamiento del Estado reestructuración
del Estado, pero llegamos ahora al otro extremo de América
Latina al extremo de las aspiraciones estatistas, en eso tampoco
esta Colombia.
Colombia tiene un Estado que da todas las garantías
a la iniciativa privada, que no tiene tentaciones estatistas,
pero que le exige a la empresa privada responsabilidad social
y que entiende que la iniciativa privada no es un fin en si
mismo sino un medio para poder cumplir metas sociales.
Ese Estado que permite la libertad de iniciativa privada le
exige como contra prestación la responsabilidad social. ¿Cómo
se debe expresar la responsabilidad social?, en la relación
de la iniciativa privada con el Estado con las comunidades
circunvecinas y con los trabajadores, con el Estado, leía
hace poco el último libro de Stiglitz “Como hacer
que la globalización funcione”, crítico
pero al leerlo no para memorizarlo sino para razonar ayuda
a preguntarse si Colombia esta incurriendo o no en esos errores, él
por ejemplo señala que muchas compañías
extractoras de recursos naturales no renovables se convierten
en concesionarias de esas explotaciones, a través de
procedimientos fraudulentos, de corrupción, en Colombia
estamos poniendo todo el cuidado para que al asignar una concesión
de petróleos, una concesión de carbón,
una concesión de televisión, una concesión
telefónica, estamos poniendo todo el cuidado para que
al momento de transigir una disputa legal con un concesionario
de carreteras o con un asociado en telecomunicaciones, eso
se haga con transparencia.
Stiglitz en alguna manera, justifica la aparición de
gobiernos en América Latina que están en la tesis
del estatismo en una rabia popular generada porque empresas
transnacionales entraron a esos países de manera corrupta,
a acabar con los recursos naturales.
Yo creo que más importante que como diagnostico la
afirmación de Stiglitz lo es como prevención,
se necesita una gran transparencia en el manejo de las relaciones
entre el Estado y esas grandes expresiones del capital privado.
Nosotros encontramos 21 pleitos de Telecom con los asociados,
casi todas las concesiones viales en pleito empezando por las
de aquí, y encontrábamos una gran dificultad,
yo le decía a uno de mis compañeros de gobierno
resuelvan esos pleitos, tratemos de conciliar, decían
no Presidente nos morimos del temor de la Fiscalía,
la Contraloría, de la Procuraduría, y encontraba
además una opinión pública muy suspicaz,
con la tendencia a pensar que cada vez que el Estado hacia
una transacción algo corrupto sucedía por debajo
de la mesa, que hemos hecho: estimular la participación
de opinión pública
Esas transacciones no se han perfeccionado sino después
de haber sido publicadas ampliamente. Todos los contratos nuestros
los adjudicamos en audiencia pública y ahí aparece
la participación de la opinión pública
como garantía de transparencia y de confianza.
Responsabilidad social, una segunda manifestación en
las relaciones de las empresas con las comunidades circunvecinas,
en los últimos meses he ido en dos ocasiones a la Jagua
de Ibirico y pienso regresar próximamente, una queja
de las comunidades, un paro cívico porque las empresas
carboneras estaban por ejemplo sin hacer inversiones en algunas
carreteras y un pobladito pequeño cruzado por una carretera
destapada, tenía que sufrir el polvorín que levantan
600 tractomulas que cruzan por allí al día.
Entonces la comunidad se sublevo y en ese momento yo me fui
a la Jagua y dije una cosa es la decisión de nuestro
Gobierno de acabar con los terroristas y otra cosa es la decisión
de nuestro Gobierno de respetar la protesta social y se abrió un
gran dialogo, y le dije a los representantes de estas compañías:
ustedes no se van a encerrar con el Gobierno dentro de cuatro
paredes, camine vamos a darle la cara a la comunidad y encontré la
comunidad muy ofuscada y le dije todo el mundo serénese,
todo el mundo enfríe la cabeza, ustedes van a decir
apreciados integrantes de la comunidad todo lo que tengan que
decir pero de manera respetuosa, porque esto no puede terminar
aquí en una gazapera ,ni en ofensas que vienen ni en
ofensas que van si no en soluciones, y ustedes gerentes tienen
que prestarse para que haya un acuerdo con la comunidad y se
lograron unos acuerdos que tienen que reflejar la responsabilidad
social de esas empresas con las comunidades vecinas.
No me vayan a decir a mi que es responsabilidad social pasar
600 tractomulas al día cargando carbón por una
calle de un pueblito destapada, produciéndole a la ciudadanía
cualquier cantidad de enfermedades respiratorias, entonces
la responsabilidad social es ir y arreglar esa calle y asfaltarla,
la responsabilidad social es sembrar todos los árboles
que se requieren en la región y la responsabilidad social
es pagar la atención medica para prevenir y curar.
Y la tercera expresión de responsabilidad social, las
relaciones de las empresas con los trabajadores. Nosotros hemos
venido abogando por dos cosas en este frente, primero para
que esas relaciones no estén jalonadas ni por el capitalismo
salvaje explotador de trabajadores, ni por el odio de clases
sino por un verdadero espíritu cristiano. Y segundo
por crear formas participativas de trabajadores, en Paz del
Río lo logramos, hace cuatro años me decían
a mi: Presidente no luche por Paz del Río déjela
morir, yo decía ¿cómo la dejamos morir
de que vive Boyacá?, entonces empezamos un diálogo
muy franco con los trabajadores, les dije mire el Gobierno
no tiene manera de pagar esto y no lo podemos dejar cerrar,
ustedes porque no piensan como empresarios que finalmente esta
empresa es de ustedes, hagan de cuenta que ustedes no son simplemente
trabajadores sino que son trabajadores-empresarios, que el
sindicato en lugar de pensar en pedir y pedir, piense también
en como producir, hacer el tránsito de un sindicalismo
meramente reivindicación para los trabajadores a un
sindicalismo con responsabilidades empresariales, participativo
y finalmente después de muchas horas de discusión
logramos este acuerdo, ellos desmontaban unas prestaciones
y pasaron de ser dueños del ocho por ciento de la empresa
al 46%, ahora eran dueños del 34, 36%.
Elegimos lo directivos democráticamente sin politiquería
y junta meritocracía y nos ayudo el precio internacional
del acero y una empresa que tenia valor negativo hace cuatro
años hoy vale más de dos billones, allá celebre
el primero de mayo, emocionado con los trabajadores y los nuevos
dueños, la empresa produce hoy 360 mil toneladas de
hierro acero, la inversión de los próximos dos
años es una inversión que la va a llevar a producir
más de un millón con un enorme beneficio para
Boyacá
Y esos trabajadores tienen en las cuentas de ellos 700 mil
millones. Allá fui a decirles muchachos no vayan a botar
esa plata, claro que ustedes se tienen que gastar algo por
ahí, el que se quiera comprar una moto quién
le dice que no se la compre, o el que tenga la señora
diciéndole -cómo me dicen a mí- cámbiame
la nevera y la lavadora, ¿quién dice que no cambie
la nevera y la lavadora?, pero guarden la gruesa esperando
otra gran reforma: la capitalización de Ecopetrol.
Era intocable por razones ideológicas, se va a hacer
este año, va a quedar el Estado colombiano dueño
del 80 por ciento de Ecopetrol y la comunidad que invierta
allí del 20 por ciento. Díganle a los papás
y a las mamás de ustedes que dos pesitos que tengan
por ahí debajo de la almohada los guarden para acciones
de Ecopetrol.
Eso va a ser muy bueno para el país porque vamos a
hacer de Ecopetrol una de las empresas más importantes
del mundo, como empezamos a hacer de Paz del Río.
Pero miren cómo allí se van encontrando nuevas
formas para dejar atrás los viejos obstáculos
en el entendimiento entre el capital y el trabajo en Colombia.
Y esto nos lleva a plantear los tres objetivos de Gobierno
y dentro de ellos el tema de la competitividad y del desarrollo
sostenible.
Los tres principales objetivos de este Gobierno son: consolidar
la Seguridad Democrática. ¿Quiénes de
ustedes estudian economía? Levanten la mano. ¿Quiénes
en sus carreras diferentes a economía tienen que estudiar
algunas materias de economía? Bueno, yo no estudié economía
pero soy un metido en la economía, les hago esa advertencia
para poderles hablar con atrevimiento intelectual.
Primer objetivo: consolidar la Seguridad Democrática,
segundo objetivo: garantizar altas tasas de inversión,
y tercer objetivo: cumplir nuestras metas sociales. Primero
más ambiciosas que las metas sociales del milenio. Segundo,
cumplirlas antes del 2015, que es la fecha propuesta por Naciones
Unidas para que los países signatarios digan: venimos
a dar cuentas de que ya cumplimos las metas sociales del milenio.
Me preguntarán ustedes ¿por qué en el
segundo objetivo, Presidente, usted no habla de crecimiento
económico sino de tasas de inversión? Por esto,
porque yo creo que son más importantes las tasas de
inversión que el crecimiento económico. El crecimiento
económico se puede dar un año por una bonanza
cafetera, pero al siguiente no darse. Se puede dar en cinco
o diez años mientras se extrae el petróleo de
Cupiagua, se agotó y se acabó el crecimiento,
en cambio cuando hay elevadas tasas de inversión el
crecimiento económico elevado se da en el largo plazo,
independientemente de altibajos del petróleo, de altibajos
del café, etcétera.
¿Qué hemos logrado en tasas de inversión?
Esta Patria nuestra hace cuatro años tenía una
tasa de inversión del 26 por ciento, es el porcentaje
de flujo de inversión en un año en relación
con el producto. La inversión privada hace cuatro años
era del 6,5, este año pasado del 19. Y eso lo quiere
todo el mundo. Cuando yo estaba de la edad de ustedes, en la
Universidad de Antioquia, en la compañía del
doctor Fabio Valencia, por aquí veíamos al doctor
Néstor, a la generación nuestra le enseñaron
marxismo, marxismo, marxismo. Yo estudiaba a Nicos Poulantzas
en introducción a la teoría política y
todo lo que era la lucha de clases y salía para otra
clase y tenía que ver el librito verde de Altusser:
ideología de aparatos ideológicos de Estado.
Vea el Estado como una garantía de reproducción
de la inequidad. Y llegaba a otra clase a estudiar el capitalismo, “Apropiación
de la plusvalía de los trabajadores por los empresarios”.
Llegaba a otra clase a decir tenemos que avanzar hacía
la dictadura del proletariado y el único instrumento
es la lucha violenta de clases.
En esa época nos mostraron que el mundo ya se había
detenido en su evolución ideológica, que lo único
posible era el socialismo como camino al comunismo, la sociedad
sin Estado y la única disputa era que algunos querían
el modelo cubano y otros querían el modelo de Ho Chi
Minh, triunfante en Vietnam, y otros querían el modelo
de Unión Soviética y otros el modelo Maoísta
de China.
¿Qué iba a pensar mi generación que años
después vendría la caída del muro de Berlín?
Yo no habría sido capaz de anticiparla sentado en los
bancos de la universidad de Antioquia en los años 70. ¿Qué iba
a pensar mi generación que le tocaría asistir
al colapso de Unión Soviética? Y que el control
férreo de Mao Ste Tung sobre China tendría como
sucesor a Den Siao Ping, que dijo China necesita inversión,
nosotros no estamos interesados en un socialismo pobre, para
que China tenga prosperidad hay que hacer compatible la economía
centralmente planificada con la economía de mercado.
Y eso marca una visión totalmente diferente, de ese
día a hoy China durante casi 20 años ha tenido
tasas de inversión anuales de 50, 60, 67 mil millones
de dólares. Año tras año se ha convertido
en la encantación del mundo para ir a invertir allá.
De los 1.200 millones de habitantes han rescatado de la pobreza
400 millones.
Vietnam. Estudiaba yo en el año 71 en la Universidad
de Harward y llegó allá una misión comercial
del Vietnam y yo no podía creerlo. ¿Pero cómo?
Yo leía en la universidad de Antioquia a las lecturas
de Ho Chi Minh, y los libros que más nos llegaban eran
los libritos rojos de Mao Ste Tung de China y decía ¿pero
cómo, estos vietnamitas que primero derrotaron a los
franceses, derrotaron a los chinos y ahora derrotaron a los
norteamericanos, y vienen a los Estados Unidos en misión
comercial? Me dijeron: si, es que necesitamos que los Estados
Unidos invierta en Vietnam.
¿Ustedes saben que recientemente se aprobó el
tratado de comercio entre Estados Unidos y Vietnam? Yo le pregunto
a veces, a quienes en nuestro país no quieren el tratado
de comercio digo: pero si lo quisieron los de Ho Chi Minh de
Vietnam y nosotros no lo queremos.
El mundo se ha transformado muchísimo, enormemente
y las economías que van saliendo adelante le asignan
mucha importancia a las tasas de inversión, para eso
hay que dar confianza. Elemento clave de nuestra política
es dar confianza.
Entonces el tema de las tasas de inversión sustentado
en la confianza se busca de la siguiente manera: hay que dar
confianza con el modelo de Estado, inversionistas del mundo
inviertan en Colombia, el Estado colombiano es garantista de
la inversión privada y exige responsabilidad social.
Hay que dar confianza con la Seguridad Democrática y
hay que crear otras condiciones, por ejemplo, con visiones
de competitividad en la educación en la tributación,
en la infraestructura, tema que viene dirigiendo el doctor
Fabio Valencia.
Entonces el tema de educación conecta con nuestro tercer
objetivo de Gobierno: el tema de las metas sociales. El tema
de la infraestructura es fundamental. Yo admito a mis paisanos,
cuando voy a aterrizar en Medellín, por ahí hay
una tía mía que vive en Conquistadores y me dijo: “mijo
no vengas tanto porque haces mucha bulla en ese avión
aterrizando aquí en el Olaya”, entonces les muestro
a mis compañeros de Gobierno a través de la ventanilla
del avión este Valle de Aburrá, les digo: miren
cómo no voy a admirar yo a mis coterráneos si
en este Valle de Aburrá a 600 kilómetros del
mar, en estas montañas construyeron una de las civilizaciones
industriales más importantes del ontinente, hay gente
muy tesonera, los paisanos nuestros, pero llega un momento
en que las cosas, si no se resuelven lo derrotan a uno.
Si esta ciudad no se conecta con los puertos, a través
de dobles calzadas, si no se hace toda la revolución
de las comunicaciones electrónicas, no hay competitividad.
Por eso nosotros tenemos que hacer el esfuerzo de mirar cómo
hacemos esa doble calzada de Urabá, cómo mejoramos
esa carretera a Puerto Berrio, etcétera.
Cómo este país que ha avanzado mucho en telefonía
celular, logra estos índices de banda ancha, de Internet,
de conectividad. Y ahora hablamos del tema de educación,
y otro tema fundamental de competitividad, para el tema de
tasas de inversión, la tributación.
El Gobierno nuestro tuvo una gran discusión al interior
del Gobierno, con analistas y con la Academia de la Economía,
sobre el impacto de los estímulos tributarios en la
inversión. Algunos decían, eso no se necesita,
creían que la inversión no era sensible a los
estímulos tributarios. En el Gobierno nuestro se ha
demostrado que esos estímulos tributarios no constituyen
lo único, pero que si están acompañados
de los otros elementos, son muy importantes.
¿Qué estímulos tenemos nosotros? Toda
inversión que hoy se haga en Colombia tiene una deducción
tributaria del 40 por ciento. Nuevo hotel que se construya
en Colombia, tiene una exención tributaria de 30 años.
Este año se están construyendo cinco mil habitaciones
hoteleras en Colombia. Una empresa de turismo ecológico
que ustedes creen aquí en San Rafael, en el río
Bizcocho, en El Peñol, en cualquier parte, tiene exención
tributaria permanente.
Cultivos de tardío rendimiento, programa de madera
del señor Gobernador cultivos de cacao, cultivos de
palma africana, tienen la madera una exención permanente.
Los otros, por ejemplo la palma africana, desde el día
en que empiece a producir, tiene una exención de 10
años.
En Colombia hemos hecho una cosa que yo creo importante en
tributación. En los Estados Unidos hay un gran debate
porque el Gobierno del presidente Bush rebajó las tarifas,
entonces los críticos dicen: le están regalando
utilidades a los ricos, les están perdonando impuestos
a los ricos. La tesis nuestra no ha sido decirle a los ricos,
vea, ahí le rebajamos las tarifas para que lleven a
los bolsillos más utilidades, ha sido distinto. Nosotros
le hemos dicho, si invierten que el Estado les ayuda. Invierten
100 pesos, el Estado les deduce 40. Si el Estado les deduce
40 de la renta líquida gravable, al aplicarle a esos
40 la tasa, equivale a que el Estado les da 12,8 por cada 100
que inviertan.
Yo creo que ha sido una cosa bien importante para la competitividad
con responsabilidad social. En lugar de pensar en reducciones
de impuestos, que se critican tanto en el mundo, por su inclinación
a favorecer los ricos y garantizar la inversión, aquí lo
que ha habido es estímulo a la inversión.
Hace pocos días que nos invitó el señor
Alcalde, el señor Gobernador, el Gerente de Empresas
Públicas, a ver empezar las obras de Porce 3, ha tenido
un gran apoyo del Gobierno Nacional, les decía yo: miren,
Porce 3 puede costar dos billones, cifras aproximadas, deducimos
el 40 por ciento, empresas públicas es contribuyente,
el 40 por ciento son 800 mil millones, a eso le aplicamos la
tarifa del 32, quiere decir que empresas públicas de
los impuestos, la Nación le regala más o menos
260 mil millones para apoyarla en esa obra de Porce 3. Yo creo
que eso le va a ayudar mucho a Colombia, lo importante es mantener
esa norma estable.
Y allí aparece otro factor que ayuda a la competitividad,
la estabilidad en las reglas de juego. Porque a uno le dicen
los inversionistas, bueno Presidente está bien, está bien,
nos están dando esta deducción tributaria, y
hasta cuándo para garantizar la estabilidad qué hemos
hecho. El Congreso nos aprobó una ley que dice, que
el Gobierno puede firmar pactos de estabilidad con las empresas,
y eso ha atraído mucho la inversión en Colombia.
Resultados de inversión, ya les dije en tasas, veámoslos
en cifras de inversión extranjera directa. Hace cuatro
años le llegaban al país 700 millones de dólares
al año. El año antepasado 10.400 por lo de Bavaria,
el año pasado seis mil y pico de millones de dólares.
Eso ya empiezan a ser sumas importantes, y eso ha sido un gran
salto. Entre otras cosas nos tiene con problemas de revaluación.
Y, tenemos mucha confianza en que eso sostenido en el tiempo,
acompañado de nuestro tercer objetivo que es la política
social, marquen una diferencia bien, bien importante en Colombia.
Otro elemento de competitividad, el acceso a los mercados,
entonces ahí aparece el Tratado de Libre Comercio. Yo
no lo veo como una categoría ideológica, yo no
tengo posturas ideológicas, en favor o en contra de
los tratados de comercio, a mi no me interesa eso, porque lo
diga el consenso de Washington o porque lo niegue otra tendencia
ideológica. Creo que es bueno para Colombia sin ser
la panacea, ¿por qué?, porque nos permite acceder
al mercado más grande del mundo. Me pregunto, si los
vietnamitas están allá, si los chinos todos los
días exportan mas de Estados Unidos, el presidente Lula
ya anda en esos acuerdos con Bush, para enviar desde el Brasil,
etanol, alcohol carburante a los Estados Unidos, ¿por
qué nosotros no?
Nosotros hemos tenido una política de relaciones exteriores
prudente. Somos aliados leales de Estados Unidos y buenos hermanos
latinoamericanos. Hoy el presidente Castro nos está ayudando
en lo del ELN. Nosotros no hemos tenido una política
internacional sesgada. Un país como Colombia con tantas
dificultades necesita amistad con todos los pueblos y gobiernos
del mundo.
Miren lo de Cuba. Yo estoy seguro, después de ver lo
que ha hecho el Gobierno socialista que queda en el mundo,
que apertura al capital privado es turismo, exploración
petrolera con grandes facilidades, allá si que son baratos
los impuestos. Ustedes montan un hotel en Cuba, de acuerdo
con el Gobierno, y les dan un poco de años de exención,
y después no tienen que pagar sino el 30.
Aquí cuando se empieza a pagar impuestos, hay que pagar
industria y comercio al municipio, hay que pagar predial, hay
que pagar renta al 32.
En Cuba hay un problema para la inversión, en los Estados
Unidos hay una ley que se llama, la Ley Burton - Helms autoriza
al Gobierno de Estados Unidos a imponerle sanciones a personas
de terceros países que negocien con Cuba, puede ser
quitarles la visa.
Entonces hay mucha gente que dice, yo me abstengo de invertir
en Cuba, porque le temo a esta retaliación norteamericana.
Si esa ley no existiera, el mismo Gobierno cubano estima, que
podrían recibir cinco millones de turistas norteamericanos
al año. Una isla de 11, 13 millones de habitantes, recibiendo
cinco millones de turistas norteamericanos al año, eso
tiene que ser importante. Si cuando llega un barquito de la
Royal Caribbean, como los que empezaron a llegar ahora a Cartagena,
porque se ha renovado la confianza en el país, y se
bajan allí mil visitantes, y le ayudan a nuestros compatriotas
de Cartagena porque van y les compran se montan en los taxis
y pagan esos taxis en dólares, aunque ahora están
muy desvalorizados. Almuerzan en Cartagena esa plata queda
en los restaurantes, le dan propina a los meseros, van a las
joyerías y compran las artesanías de Mompox,
si eso se siente y se ayuda, ¿cómo será si
llegaran cinco millones de turistas norteamericanos?
Entonces yo me pregunto, por qué nosotros no vamos
a acceder a los mercados, y les voy a decir algo que parecería
irreverente. Más importante que buscar el mercado de
Estados Unidos es buscar confianza inversionista. La gente
dice: ah, es que Colombia tiene acuerdo con Estados Unidos,
invirtamos en Colombia. Eso atrae mucho la inversión,
y eso produce un efecto dominó.
Dice Canadá, a Colombia ya existe acuerdo con Estados
Unidos, yo apuro la negociación con Colombia. Dice la
Unión Europea, Colombia ya hizo este acuerdo con Estados
Unidos, nosotros la Unión Europea lo apuramos con Colombia.
Para nosotros la política de abrir mercados es un factor
de competitividad, es un factor de construcción y atracción
inversionista en Colombia.
Algún día le decía yo con amistad al
presidente Chávez, le decía presidente Chávez,
lo que pasa es que tu vendes petróleo, tu vendes 70
mil millones de dólares de petróleo al año,
para eso no necesitas acuerdos de comercio. Los colombianos
exportamos café, exportamos flores, exportamos banano,
exportamos confecciones textiles. Ojala podamos exportar en
el futuro productos de mayor tecnología, de mayor agregado,
pero todo eso necesita acuerdos de comercio.
Por eso el tema no hay que mirarlo ideológicamente,
sino que hay que respetar la diversidad.
Yo le decía al presidente Morales de Bolivia, le decía
Presidente Morales, es que tú tienes un país
con menos de ocho millones de habitantes, nosotros 43 millones.
Tú estás lleno de gas, tiene 70 teras cúbicas
como reservas probadas de gas, Colombia tiene siete. Los brasileros
que tienen que comprar el gas de Bolivia al precio que tú les
impongas, tu te puedes reír de los tratados. Qué hacemos
nosotros con 43 millones de habitantes. Mi Dios nos dio mucha
energía y muchas ganas de trabajar, pero nos ha dado
el petróleo a goticas, y tenemos poco gas. Entonces
nosotros tenemos que abrir mercados.
El caso chileno es importante, ese país tiene 16 millones
de habitantes pero tiene más de 50 tratados de comercio.
Y esos tratados de comercio suman 3.500 millones de consumidores.
Los países con los cuales Chile tiene tratados de comercio,
suman 3.500 millones de habitantes, que son consumidores de
productos chilenos. Yo creo que Colombia con 43 millones no
se puede quedar atrás, esa es la razón de los
tratados de comercio. Ahora estamos haciendo todos los esfuerzos
a ver cómo Estados Unidos lo aprueba.
Inclusive yo decía ahora antes de salir de Bogotá,
mire: la tarea nuestra tiene que ser paciente, persuasiva,
no desafiante, a ver cómo conseguimos los votos en los
Estados Unidos para que lo aprueben, y cómo se culmina
la aprobación en Colombia.
Yo tengo que ir humildemente allá a dar cuanta explicación,
pidan, hombre que es que ustedes están asesinando trabajadores,
todavía asesinan, pero cuando empezó este Gobierno,
asesinaban 256 al año, hemos hecho todo el esfuerzo
por protegerlos. El año antepasado 26, hay una diferencia
de 200, el ideal sería poder decir cero. El año
pasado hubo un recrudecimiento porque las Farc y el ELN se
asesinaron mutuamente en Arauca. Entonces decían estos
señores de las Farc, ah es que aquel es del ELN, mátenlo,
no es que aquel es de las Farc, mátenlo.
Me preguntaban, ah es que los empresarios colombianos los
asesinan, y les dije, mire: si hay una sentencia de la justicia
yo la respeto, pero mi recorrido por Colombia me indica que
los asesinos de los trabajadores no son las empresas, sino
ese fenómeno de violencia en Colombia.
En los años 70 las guerrillas marxistas, que vivimos
nosotros en la universidad pública, combinaban todas
las formas de lucha, a ellos les gustaba matar y secuestrar,
pero también hacer política en el movimiento
sindical, y vincularse al movimiento estudiantil, y penetrar
partidos políticos y penetrar el periodismo, y eso lo
aprendieron a hacer los paramilitares. ¿Y qué ha
pasado?, creo yo, esa falta de autoridad en Colombia permitió que
ocurrieran todos esos fenómenos. Entonces, ah no a este
lo mataron por ser colaborador de los paramilitares, aquel
lo mataron por ser colaborador de la guerrilla, y eso causó esa
tragedia que estamos buscando superar.
Nosotros estamos dándole al mundo todas las explicaciones,
reconociendo lo que falta, pero también pidiendo que
se reconozca lo que se ha hecho, a ver cómo le abrimos
espacio a Colombia en esta comunidad internacional.
Y viene el tercer objetivo, bastante conectado con el desarrollo
sostenible, el objetivo social. Nosotros encontramos esta Patria
con un 60 por ciento de pobreza, el año pasado marcó el
45. Es muy alto, eso no es para cantar victoria, pero estamos
haciendo todos los esfuerzos para que en el año 2010,
cuando terminemos, la pobreza no esté por encima del
35, a fin de que aquellos que nos sucedan en la Presidencia,
el 7 de agosto de 2019 puedan decir, la pobreza en Colombia
ya está por debajo del 15.
Y tenemos unos objetivos concretos para el 2010: plena cobertura
en educación básica. Primer Gobierno, creados
un millón 436 mil cupos escolares, segundo Gobierno,
plena cobertura en educación básica. Educación
universitaria, primer Gobierno, logramos pasar del 22 al 29
por ciento de cobertura. Segundo Gobierno tenemos que llegar
al 35 por ciento en cobertura.
Icetex, primer Gobierno, pasó de 500 mil millones de
crédito, a 800 mil millones. Segundo Gobierno, tenemos
que dejar la cartera del Icetex en dos billones y medio.
Primer Gobierno: empezamos con 60 mil usuarios de crédito,
muchachos de las universidades, usuarios del Icetex, aspiramos
en el 2010 que sean 360 mil.
Sena, primer Gobierno: se la quitamos a la politiquería,
a los excesos sindicales, pasó de un millón de
estudiantes por año a cuatro millones. De cinco millones
de hora de enseñanza a 15 millones. Segundo Gobierno:
tiene que tener millón doscientos mil jóvenes
en ambiente virtual, tiene que convertirse en el apoyo y en
el acompañamiento a los microempresarios colombianos
para prepararlos, acompañarlos para acceder a créditos
en Banca de Oportunidades y acompañarlos mientras deban.
Primer Gobierno: ocho millones y medio de personas adicionales
en régimen subsidiado de salud. Segundo Gobierno: plena
cobertura.
Primer Gobierno: Reforma de 190 hospitales públicos,
segundo Gobierno reforma de todas la clínicas del Seguro
Social. Yo he hablado de la cuidad porque me da pena hablar
de las otras ciudades. He dicho, empecemos por mi ciudad.
Uno va por allí a ver un amigo enfermo en la Clínica
de las América, una maravilla, cualquiera de esas clínicas
de Medellín, las mejores del mundo. Por eso, muchos
paisas que viven en otras ciudades les da un dolor en el ojo
y ahí mismo arrancan a que lo vea el médico en
Medellín.
Hay muchos que no se dejan operar en ninguna parte del mundo
si no los operan aquí, pero va uno a visitar las clínicas
del Seguro Social o iba, y los pacientes arrumados en los pasillos,
eso no puede continuar.
Por eso nos hemos comprometido en eso, de dejar las Clínicas
del Seguro Social en todo el país con una calidad a
la altura de las mejores clínicas diferentes.
Primer gobierno: un millón 800 mil créditos
populares. Segundo Gobierno: cinco millones de créditos
populares a través de Banca de las Oportunidades.
Primer Gobierno: 600 mil Familias en Acción. Segundo
Gobierno: millón y medio de Familias en Acción.
Antioquia, en julio, agosto con la ayuda de Dios, va a tener
160 mil Familias en Acción, familias pobres que reciben
un subsidio del Estado para garantizar la educación
y la nutrición de sus hijitos.
Y a todas estas entidades del Estado le hemos puesto metas.
Bienestar Familiar: una meta enorme en atención de niñitos,
restaurantes escolares, ancianos, -eso de niñitos lo
manejan aquí en coordinación con el programa
Maná de la Gobernación que es un programa de
mostrar en todas las partes del país-.
Y entonces allí aparece la educación como tema
fundamental de competitividad y el medio ambiente como tema
fundamental de sostenibilidad.
Algunas políticas de Medio Ambiente: primero, las coberturas
en agua potable y saneamiento básico. En Medellín
es muy difícil hablar del tema porque la ciudad está bien
dotada. Otra cosa es Quibdó, otra cosa es Sincelejo.
Muchas partes de país, en la mayoría del país,
el tema de servicios públicos es muy sensible, lo que
pasa es que aquí hemos tenido el privilegio del buen
manejo antioqueño histórico de Empresas Públicas
de Medellín.
Nosotros no alcanzamos a tener coberturas ideales para el
2010, pero vamos a avanzar mucho. El país está buscando
tenerlas para el 2019, lo que exige una inversión a
pesos de hoy de 30 billones, solamente en recursos adicionales
para servicios públicos.
De todas maneras aquí como en todas partes hay atrasos.
Uno ve en Antioquia una gran cobertura de agua potable y alcantarillado,
pero no de limpieza de aguas residuales.
La ciudad de Medellín que es la más avanzada
en el país, tiene la planta de Itagüí, pero
todavía un gran porcentaje de las aguas residuales de
la ciudad no ha sido tratado, están construyendo la
otra planta, -yo creo que va a ser en Bello (Antioquia)-, eso
es fundamental en el tema de desarrollo sostenible.
Segundo tema en Desarrollo Sostenible: cuidar la selva. Este
país tiene el 51 por ciento del territorio todavía
en selva, eso si que es bien importante.
Nuestro Gobierno ha hecho varias cosas: primero, la nueva
Ley Forestal prohíbe que se corte selva, por ejemplo,
para cambiar de uso del suelo, que se tumbe la selva para sembrar
cultivos o para pastos para ganadería. Un gran avance.
Otro tema bien importante en Desarrollo Sostenible: las Familias
Guardabosques, creemos que es un ejemplo para el mundo.
En Colombia habíamos visto la destrucción de
2 millones de hectáreas de selva por la Coca. Corte
selva, siembre coca, allí ya se produce deterioro porque
se afecta el equilibrio al abrirle esos espacios al bosque
y se erosionan los suelos, y después agrave la situación
con los precursores químicos que se vierten a las corrientes
de los ríos para convertir la hoja de coca en cocaína.
Hemos hecho acuerdos con 50 mil Familias Guardabosques, familias
campesinas que hoy reciben un dinero del Estado para cuidar
el área libre de droga, para cuidar la recuperación
de la selva, pero deberíamos llegar a 100 mil. Estamos
lejos porque no hemos tenido los recursos, estamos pidiendo
a Naciones Unidas y al mundo que valoren ese programa porque
yo creo que es muy importante para el mundo entero.
Aquí se tumba la selva para sembrar coca, pero en otros
países la tumban por otras razones y el mundo tiene
que preservar el bosque tropical que queda.
Otro tema bien importante, los biocombustibles. Yo creo que
eso es una gran garantía de Desarrollo Sostenible ¿por
qué? Por su impacto favorable en el medio ambiente,
porque es un combustible de origen de productos renovables,
además, porque reactiva mucho la agricultura y da muchas
posibilidades de crear empleos de buena calidad en la agricultura.
Han aparecido dos objeciones: “ah es que ustedes van
a tumbar la selva para sembrar palma africana, caña,
yuca, fuentes de biocombustibles, primera objeción”.
Y segunda: “ah es que van a dejar a los colombianos
sin alimentos porque en lugar de sembrar maíz, plátano,
yuca, de producir leche, etcétera, van a producir combustibles”.
Ni lo uno ni lo otro. Colombia tiene 44 millones de hectáreas
en pastos y sabanas, de allí todo lo que uno quiera
lo puede sembrar en biocombustibles sin tener que tumbar un
centímetro cuadrado de selva. Ese es un gran aporte
al Desarrollo Sostenible.
Colombia tiene 4,5 millones de hectáreas de agricultura,
esas pueden crecer indefinidamente en las 44 millones de hectáreas
de sabanas sin tumbar la selva.
Entonces esa disponibilidad de 44 millones de sabanas, de
hectáreas de sabanas que hay en Colombia, permite un
crecimiento de los biocombustibles al mismo tiempo que crezcan
los alimentos, sin que ninguno de esos dos crecimientos afecte
la selva.
Lo que está haciendo Colombia, que ya produce hoy un
millón 200 mil litros de etanol al día y que
hay mucha esperanza. Ojalá con la Gobernación
pudiéramos rápidamente instalar la pequeña
planta de alcohol carburante Vegachí, con una tecnología
pequeña más costosa por unidad de producción.
Pero yo sueño que este país se llene de pequeñas
plantas de producción de biocombustibles, que empezáramos
este año con dos pequeñas, una en la olla del
Río Suárez en Santander y la otra en Vegachí,
en Antioquia. Ahí puede haber una gran contribución
al Desarrollo Sostenible.
Hace poco inauguramos en la Sierra Nevada un pueblo que se
llama Gúnmaku, en el Lenguaje indígena quiere
decir “creación”.
La idea es construir en los 360 grados de la Sierra Nevada,
siete pueblos indígenas, -este fue el primero-, en concertación
con ellos para que las comunidades indígenas residan
allí cómodamente y sean los guardianes de la
recuperación ambiental de la Sierra.
Ya construimos el primero, la meta son siete, vamos a ver
cómo avanzamos en los otros, y se ha construido confianza
con ellos.
Miren les cuento esto: en la cara cesarense de la Sierra Nevada
hay un pueblo muy bello que se llama Nabusímake, yo
fui allá hace tres años, cuatro años y
hablé con los Mamos arhuacos, los noté muy recelosos.
Les dije, “Hombre ustedes por qué están
tan desconfiados, las autoridades indígenas”.
Me dijeron: “Porque vea aquí primero llegaban
unos tipos vestidos de verde y decían que era guerrilla,
después llegaron otros vestidos de verdes, que paramilitares,
y ahora llegaron otros vestidos de verde y dicen que son los
soldados de Uribe”.
Entonces les dije: “No, vea, aquí nosotros no
podemos permitir que a ustedes los tengan presionados ni con
guerrilla ni con paramilitares, vamos a acabar a esas plagas
por igual. Ustedes van a construir confianza con la Fuerza
Pública”.
Y nombramos un Coronel, y le dije: “Coronel, usted quédese
en la Sierra Nevada tanto tiempo como sea necesario, que todos
los días las autoridades indígenas vean su cara,
conviértase en un gran aliado de ellos, en un gran amigo
de ellos, sea usted el vínculo permanente entre las
Fuerza pública y las comunidades indígenas”.
Ahora tres años después que fuimos a inaugurar
a Gúnmaku encontramos confianza construida, todavía
no la hemos podido construir en el Cauca y en Nariño,
ha avanzado mucho en el Norte del país, no en el sur
del país. Yo creo que eso es un gran aporte al desarrollo
sostenible.
Muchachos les ofrezco la palabra.
|