PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN HOMENAJE A JHON RESTREPO
Mayo 09 de 2007 (Medellín
- Antioquia)
“Salí hoy de Bogotá con muchas reflexiones
para esta nueva visita a la Tierra.
Sabía que iba a encontrarme esta noche con los paisanos
a celebrar 50 años de empuje, de emprendimiento, de
capacidad de enfrentar la adversidad, de superarla, de capacidad
de prosperar en todo momento.
Venía con mucho entusiasmo porque esta noche compartimos
los 50 años de una empresa ya con un timonel que ha
sido sobresaliente en todas las actividades de la vida, sobresaliente
como empresario, sobresaliente como empleador, sobresaliente
como ciudadano, sobresaliente como miembro de familia, sobresaliente
en las relaciones con los trabajadores, sobresaliente en
el afán de Patria y sobresaliente en el afán
por su terruño.
Sobrarían mis palabras para referirme al recorrido
que esta noche nos han presentado en apretadas síntesis
en el video, en la intervención que escuchamos al
doctor Rodrigo Restrepo y en las menciones de los diferentes
decretos.
El Gobierno Nacional, por conducto del Ministro de Industria,
Comercio y Turismo mí conducto, expresa toda la complacencia
al entregar la orden al mérito a uno de los antioqueños
más sobresalientes en 50 años de ardua lucha.
Ha sido igual su actitud, como dijera el poeta, “en
las dificultades o en el pinaco”, siempre una actitud
de lucha de salir adelante.
Lo resaltamos en este momento en que Colombia tiene grandes
retos y grandes posibilidades. Resaltamos en un momento en
el cual hay que crear más confianza en nuestro país,
en el cual hay que definir características de nuestro
país frente a otros modelos de Estado en América
Latina.
El nuestro no ha estado en el desmantelamiento del Estado,
tampoco está en el estatismo.
El modelo nuestro es un modelo de garantías totales
a la iniciativa privada con el requerimiento de la Responsabilidad
Social.
Don Jhon Restrepo Álvarez personifica la Responsabilidad
Social, de la ética que se requiere del empresarial.
Responsabilidad Social en las relaciones de la empresa con
el Estado, en las relaciones de la empresa con el entorno,
en las relaciones de la empresa con los trabajadores, en
el soporte de la empresa a la democracia.
Unas relaciones con el Estado guiadas por la transparencia,
guiadas por el cumplimiento de todos los deberes, de los
tributarios, de tener que soportar tantas formalidades, cuántas
exige un Estado recargado de requisitos como el nuestro y
de cumplirlas rigurosamente a los largo de 50 años.
Responsabilidad Social en la permanente preocupación
por las comunidades donde la empresa desarrolla su objeto.
Los antioqueños lo hemos visto siempre, ahí presente,
al pie de los requerimientos de nuestra comunidad.
Responsabilidad Social en las relaciones con los trabajadores,
que no pueden estar guiadas por el capitalismo salvaje, tampoco
por el odio de clases, guiadas por los principios de la fraternidad
cristiana que han inspirado a Jhon Restrepo y Compañía.
Responsabilidad Social expresada en su permanente preocupación
por la suerte de la democracia.
Jhon Restrepo es la caracterización del ciudadano
emprendiendo y empujando en la construcción de empresa,
en la generación de empleo de todos los días,
en ningún momento de su existencia se ha desentendido
de la suerte de la República, menos de la suerte de
su Antioquia y de la suerte de Medellín.
Quienes hemos actuado en la vida pública, hemos visto
en él ese interés permanente, prudente, patriótico
para que avance bien nuestra democracia.
Y lo queremos presentar como un ejemplo de confianza en
Colombia, la confianza que tenemos que consolidar todos los
días en nuestro país. Es la palabra clave para
garantizar que las nuevas generaciones vivan felices en el
suelo de la Patria, para garantizar prosperidad, solidaridad,
fraternidad en nuestra Patria.
Para profundizar esa confianza estamos empeñados,
apreciados paisanos y compatriotas en tres objetivos: consolidar
la Seguridad Democrática, consolidad la confianza
inversionista y cumplir las metas sociales.
Consolidar la Seguridad Democrática para que las
nuevas generaciones puedan disfrutar una Patria sin guerrillas,
sin paramilitares, sin narcotráfico, sin corrupción.
Una Patria regida exclusivamente por el respeto a la ley,
una ciudadanía protegida exclusivamente por las Fuerzas
Institucionales que reciproque con su confianza en ellas.
Confianza inversionista. Hemos insistido mucho en ello,
en tasas de inversión mucho más que en crecimiento
económico.
Una bonanza cafetera puede traer crecimiento económico
de un año, de un lustro, de una década, pero
después esfumarse.
El hallazgo de Cupiagua puede traer crecimiento económico
mientras no se agoten esas reservar de petróleo, después
decae.
La confianza inversionista, las altas tasas de inversión
constituyen el presupuesto fundamental que garantiza altas
tasas de crecimiento a lo largo de los años, en un
horizonte sostenido de largo plazo.
Hace cuatro años, la tasa de inversión en
Colombia era del 12 por ciento, ahora del 26. Hace cuatro
años la tasa de inversión del sector privado
era del 6,5, ahora del 19.
Estamos empeñados en fomentar esa confianza inversionista,
en que muchos sigan el ejemplo de Jhon Restrepo, invirtiendo
permanentemente para la prosperidad de Colombia y de los
colombianos.
Para fomentar esa confianza inversionista son fundamentales
nuestro concepto de modelo de Estado, garantías al
sector privado, libertad a la iniciativa privada, apoyo a
la iniciativa privada con la exigencia de Responsabilidad
Social.
Fundamental es, la Seguridad Democrática, fundamental
es todo lo que podamos hacer para que nuestro país
sea más competitivo , nos hemos propuesto avanzar
en la competitividad de nuestro país lejos estamos
de lograrlo en materia de infraestructura por ejemplo pero
ahí vamos remontando obstáculos para que pueda
despegar una era de construcción de habilitación
eficaz en materia de infraestructura.
Para nosotros ha sido fundamental en materia de confianza
inversionista ir en un proceso continuo de saneamiento de
las finanzas del Estado, de reducción del déficit,
de reducción del endeudamiento y también de
acomodar una tributación a los requerimientos de los
atractivos de inversión. Hasta hace cinco años
la academia económica en nuestro país, el pensamiento
político en muy diversas corrientes de nuestra democracia
no reconocían la sensibilidad de la inversión
a los estímulos tributarios los introdujimos, los
hemos sostenido, los hemos proyectado adelante y han desvirtuado
la vieja creencia. Hoy la inversión responde a esos
estímulos.
En los Estados Unidos se critica la circunstancia de que
el Gobierno de aquel país ha rebajado los impuestos,
los críticos dicen que simplemente han permitido que
los sectores más acaudalados paguen menos impuestos,
apropien y atesoren más utilidades. Nosotros no hemos
estado en el camino de reducir impuestos pero si de impulsar
inversión. Hoy cada vez que un colombiano, un extranjero
invierten en nuestro país, hay una deducción
tributaria del cuarenta por ciento, eso implica que de cada
100 pesos que se invierten en nuestro país el Estado
aporta 12,8 hace poco días cuando éramos invitados
por el señor Alcalde de Medellín a la iniciación
de obras de Porce tres, hacíamos esta cuenta a mano
alzada: Porce tres puede costar dos billones, la Nación
le permite a Empresas Públicas como contribuyente
deducir el 40 por ciento, 800 mil millones, eso equivale
más o menos, al aplicarle a esos 800 mil millones
la tasa de renta a un aporte de la Nación a ese proyecto
de 260 mil millones.
Tenemos estímulos tributarios generales y estímulos
tributarios específicos, específicos por ejemplo
para el sector turístico, lo que ha contribuido de
la mano de la Seguridad Democrática a que este año
se estén construyendo cinco mil habitaciones hoteleras
en Colombia, estímulos tributarios específicos
para el sector de los biocombustibles, ya se producen en
Colombia y con muchos proyectos en instalación, sector
en el cual hay grandes posibilidades, grandes posibilidades
en el comercio exterior grandes posibilidades para devolverle
la dinámica en el empleo de buena calidad a la agricultura
para cumplir con los requisitos ambientales para tener alternativas
frente a las incertidumbres del futuro petrolero, estímulos
específicos para esfuerzos científicos que
por ejemplo produzcan en Colombia software con real novedad
en el agregado y tenemos la ilusión de que se consolide
esta confianza en Colombia, que el país pueda estar
año tras año mostrar tasas de inversión
no inferiores al 26 % .
Recientemente hemos aprobado las nuevas normas para zonas
francas, introducen variaciones importantes frente a las
anteriores, primero ya no corren el riesgo de una desaprobación
por parte de la Organización Mundial del Comercio,
están ajustadas a los requerimientos de la Organización
Mundial del Comercio.
Segundo, tienen una tasa de renta del 15 por ciento muy
inferior a la ordinaria, tercero esa reducida tasa de renta
es compatible con los estímulos tributarios como la
deducción general del 40 por ciento y cuarto se reconoce
la figura del mono usuario, alguien que quiera instalarse
como empresario de zona franca no necesita ubicarse dentro
del perímetro de algunas de las existentes, puede
pedir la declaratoria de zona franca para su empresa con
unos requisitos razonables, 26 millones de dólares
de inversión y en unos casos 600 empleos, que por
ejemplo, en aquellas que se destinen a la exportación
de biocombustibles o de actividades semejantes, esos empleos
pueden ser la suma de los que se generen en la planta y de
aquellos que se generen en los cultivos que apoyen la planta.
Y a todo esto se suma, que para garantizar más confianza
inversionista, el Congreso de la República nos ha
aprobado la ley que permite al Gobierno firmar pactos de
estabilidad con los inversionistas.
Desde mi ciudad de Medellín, llamo constructivamente
al Congreso para que mañana se pueda hacer quórum
en el Senado y votar la Ley de Transferencias. Es fundamental
Es un equilibrio entre el fomento de la descentralización
y la salud fiscal de la Nación, fomentar la descentralización
sin hacerle daño a las finanzas de la Nación.
No podemos aumentar las transferencias al ritmo que lo quisiera
la Constitución del 91, porque la Nación no
puede llevar esa carga. Pero hay un aumento considerable,
un aumento considerable que permitirá cumplir con
las coberturas de educación y salud, con los avances
de agua potable y saneamiento básico que nos hemos
propuesto para poder entregarle al país como balance
en nuestra rendición de cuentas, al finalizar nuestro
Gobierno en el año 2010.
En un país que se ha puesto a la vanguardia de la
descentralización en América Latina. Apreciados
coterráneos, hace poco teníamos la visita de
tres gobernadores de tres estados brasileros: de Brasilia,
de Minas Gerais y de Río de Janeiro. Ese coloso de
suramérica, solo permite que las regiones gasten el
30 por ciento del total del gasto de la Nación brasilera,
el Estado Central el 70.
En nuestro caso las regiones gastan el 51 por ciento, el
Estado Central el 49. Y allí no sumamos sino los gastos
que recurrentemente, año tras año realizan
regiones y Estado Central. Los extraordinarios no están
sumados.
Por ejemplo, el Metroplus y los ocho sistemas semejantes
de transporte masivo que se instalan en Colombia, tienen
un aporte de la Nación del 70 por ciento. Eso no lo
sumamos porque no son obras que se hacen todos los días,
pero sí resaltamos esos aportes de la Nación
y una circunstancia: se ejecutan descentralizadamente.
Por ejemplo, los aportes de la Nación a las vías
territoriales, a las vías municipales, son recursos
extras a las transferencias y se ejecutan autónomamente
por alcaldes y gobernadores.
Por ejemplo, los aportes de la Nación a los programas
de nutrición, la alianza estratégica entre
la Gobernación de Antioquia y Bienestar Familiar de
la Nación, esos aportes de la Nación no se
contabilizan, y los ejecutan las entidades locales y así sucesivamente.
Es un país que ha avanzado mucho en descentralización
pero no podemos pensar que la descentralización pueda
prosperar marchitando la salud fiscal de la Nación.
Cuando comparamos a nuestro país con otro gran país
de América Latina, México, los estados, las
regiones mexicanas recaudan el cuatro por ciento de todo
lo que recauda el Estado mexicano. En Colombia las regiones
recaudan el 21 por ciento.
Vamos muy adelante en recaudo descentralizado y supremamente
adelante en gasto descentralizado en nuestro país.
Esta fórmula, incluye una serie de seguridades para
la región, me refiero a algunas: en el año
2008, las transferencias a las regiones deberían crecer
en inflación más cuatro, lo que hoy está vigente
es inflación más 2,5. Además, un punto
para educación, calidad educativa. Además,
si la economía crece por encima del cuatro, todo crecimiento
por encima del cuatro, de expreso en transferencias, y la
economía creciera al cinco por ciento, entonces las
transferencias crecerían el básico, inflación
más cuatro, más el punto de educación,
más un punto de diferencia entre la base de crecimiento,
cuatro, y el crecimiento real del cinco por ciento.
Los casi 800 municipios de menos de 25 mil habitantes en
Colombia, tendrían el 17 por ciento de una de las
cuentas de transferencias, lo que le permite a cada municipio
tener 400 millones adicionales por año.
Y esta fórmula es transitoria porque en el año
2016 se prevé que regresemos a la fórmula original
y que cada año las transferencias crezcan en la misma
proporción que crezcan los ingresos corrientes de
la Nación.
Alguien me decía, ¿pero por qué hasta
el 2016?, Presidente usted va a estar hasta el 2010, salve
su problema, y verá el que viene, cómo lo resuelve él.
No, la confianza inversionista exige que la Nación
sanee sus finanzas con un horizonte de largo plazo, que la
responsabilidad mire el largo plazo. Solamente en los años
2019, 2020, empezará a suavizarse la curva de crecimiento
de obligaciones pensionales a cargo de la Nación.
Solamente este año, le tenemos que transferir al
Instituto de los Seguros Sociales del presupuesto nacional,
cinco billones 200 mil millones, para que le cumpla a los
pensionados, y esa carga, es una carga contra las finanzas
de la Nación.
Estos difíciles años de tránsito pensional,
son la razón por la cual se ha pedido ese plazo hasta
el 2016, para regresar a la fórmula de que las transferencias
crezcan al mismo ritmo que crezcan los ingresos corrientes
de la Nación.
Confío que el Congreso de la República, le
apruebe a la Nación esta enmienda necesaria.
Estoy seguro de lo siguiente: los ilustres compatriotas
desde todas las corrientes de opinión, están
pensando en la Presidencia en el año 2010, puede que
hacia afuera se opongan a las transferencias, pero saben
que esta economía, para tener menos dificultades en
su manejo, necesita esta reforma constitucional de transferencias,
necesita pasos tan importantes como el TLC.
Estos esfuerzos están llamados a cumplir los requerimientos
de la confianza inversionista. No nos podemos equivocar,
han mejorado mucho las finanzas de los departamentos y de
los municipios, enormemente. En estos años de Gobierno
han pasado de un déficit del uno por ciento a un superávit
del uno (por ciento), y han tenido condiciones de endeudamiento
mucho más favorables.
Si nos equivocamos en transferencias, al otro día
las tasas de interés se suben quién sabe hasta
qué punto, afectando a los municipios, a los departamentos,
a la Nación y al sector privado.
Esa confianza inversionista, más la Seguridad Democrática
nos deben permitir avanzar en el cumplimiento de nuestras
metas sociales.
Tenemos unas metas sociales muy exigentes. Nos hemos comprometido
a cumplir las metas sociales del milenio, mucho antes de
la fecha fijada por Naciones Unidas en el acuerdo multilateral.
Queremos en 2010 poder decirle a los colombianos: hemos
logrado cobertura básica en educación, hemos
logrado 35 por ciento de cobertura en universidad, hemos
multiplicado la cartera del Icetex por cinco y el número
de estudiantes prestatarios por seis.
Tenemos más de millón y medio de Familias
en Acción, que las vamos a logar este año,
con la ayuda de Dios. Hemos entregado en Banca de Oportunidades
cinco millones de créditos a los sectores populares
de la Nación.
El SENA tiene que cumplir unas metas muy exigentes; en el
primer Gobierno pasó de un millón 100 mil estudiantes
a cuatro millones, de cinco millones de horas de enseñanza
a 15 millones. La nueva meta: 250 mil estudiantes en técnicas
y tecnologías, con la posibilidad de que cumplidos
sus créditos puedan ingresar a la universidad, cumplir
los créditos que haga falta y acceder al grado de
educación superior, y tener un millón 200 mil
estudiantes en ambiente virtual. Todo ello exige grandes
esfuerzos.
El TLC, apreciados coterráneos. No es una panacea,
pero es un paso muy importante. Por ejemplo, la objeción
de los derechos de los trabajadores, del asesinato de trabajadores,
de la impunidad. Hay que tener en cuenta que los sectores
exportadores son sectores generadores de empleo de alta calidad,
y de afiliación a la seguridad social. En cuanto más
exportemos, mejor la calidad de los empleos.
Estos acuerdos de comercio se constituyen en un gran apoyo
al cumplimiento de los derechos de los trabajadores. Además,
la norma entre los dos países dice claramente que
cuando uno de los países signatarios incumpla con
sus trabajadores, el otro país queda autorizado para
cerrar su mercado.
En Estados Unidos nadie nos va permitir, por ejemplo, exportar
productos producidos con trabajo ilegal de niños.
Debemos difundir en estos días en nuestra Patria,
que el TLC, como cualquier acuerdo con otro país en
esta materia, es una garantía para los derechos de
los trabajadores.
El asesinato de trabajadores. Cuando empezó nuestro
Gobierno, sumados líderes sindicales y profesores,
en nuestro país asesinaban 256.
Desde la hora cero de Gobierno empezamos, como una expresión
de la Seguridad Democrática, a trabajar por la protección
de los trabajadores, de sus líderes sindicales, de
los empresarios, de los alcaldes -sin considerar el origen
político de su elección-, de los periodistas.
Este país hubo años en que asesinaron 15 periodistas.
Este año, gracias a Dios, nuestra seguridad ha sido
efectiva, y la tendencia se ha reducido año tras año,
este año no hay uno sólo asesinado. Y bien
importante, se siente más libres en Colombia, menos
condicionados por terroristas guerrilleros, por terroristas
paramilitares, por narcotráfico.
De 256 trabajadores asesinados antes de nuestro Gobierno,
en el año 2005 asesinaron 26. Le reconocemos al mundo
que no hemos cumplido la meta, nuestro querer es decirle
a la comunidad internacional, cero asesinatos de líderes
sindicales en Colombia, pero la tendencia muestra nuestros
esfuerzos.
Hay que repetirle al mundo. He pedido al Gobernador de Antioquia
y al Alcalde (de Medellín) Sergio Fajardo, que visiten
los Estados Unidos con empresarios y trabajadores, que cuenten –sin
ocultar los problemas que nos afectan- los progresos de nuestra
región y del país, la voluntad en que estamos
empeñados.
Que los acompañen empresarios y que los acompañen
aquellos trabajadores que saben que del acceso a mercados,
en muy buena parte, depende el mejoramiento de la cantidad
y de la calidad del empleo en Colombia.
Me han preguntado por los asesinatos de trabajadores que
imputan a una empresa o a la otra. Que a la Drummond, que
a Coca Cola, que a Chiquita, que a la una, que a la otra.
He dicho: como Presidente mi respuesta es una, respeto a
las investigaciones de la justicia, a las sentencias de la
justicia.
Como observador de la vida colombiana he expresado que aquí,
durante 30 años, guerrilla marxista que yo conocí en
la universidad, formada después en mercenarismo, narcotraficante
y terrorista, combinó todas las formas de lucha. Hacían
política, y al mismo tiempo asesinaban.
Asesinaban y secuestraban, y penetraban el movimiento obrero
y el movimiento estudiantil y el movimiento campesino, sectores
del periodismo y de la política. Se lo enseñaron
a los paramilitares.
¿Y qué produjo eso? Que en muchas regiones
de la Patria que los paramilitares asesinaran líderes
sindicales, acusándolos de ser colaboradores de la
guerrilla; y que los guerrilleros asesinaran líderes
sindicales, acusándolos de ser colaboradores de los
paramilitares.
Además, en los últimos tiempos se ha presentado
un enfrentamiento terrorista entre FARC y ELC, y eso ha causado
el asesinato de muchos líderes de los trabajadores.
Este año han asesinado en Colombia un líder
sindical del INPEC -no por cuestiones relacionadas con el
sindicalismo-, ocho maestros. La semana antepasada las FARC,
en la zona indígena del Cauca, asesinó tres
maestros.
Hoy tenemos más de seis mil colombianos en un programa
de protección de individuos. Hay en ese programa 1.500
líderes sindicales. Ese programa le cuesta al presupuesto
de la Nación 76 mil millones (de pesos) este año.
Impunidad. Reconocemos todo lo que falta, pero tenemos que
reclamar que se nos reconozca lo que se ha hecho. En este
Gobierno hemos introducido el sistema penal acusatorio, requirió reforma
constitucional. Hemos actualizado los códigos.
Hemos pagado recompensas desde el primer día de Gobierno,
que han costado mucho al presupuesto, para esclarecer crímenes.
Cada vez que se ha atentado contra un líder sindical,
el Vicepresidente de la República, el Ministro de
Defensa y mi persona, hemos salido a ofrecer esas recompensas
y a pedir la cooperación ciudadana para esclarecer
el crimen.
Hay que entender que en un país que encontramos con
más de 30 mil asesinaros al año, no hay justicia
que funcione.
En los Estados Unidos, con 300 millones de habitantes, funciona
la justicia. Pero es que además de la abundancia presupuestal
allí hay 24 mil homicidios al año. En Inglaterra
hay 200, y así sucesivamente. Aquí, con 30
mil homicidios al año, si no hay una Seguridad Democrática
que se imponga sobre los terroristas, es imposible que funcione
la justicia. Pero empieza a funcionar.
Nuestras reformas no han sido en vano. En los últimos
meses se han producido 37 sentencias, que ya han condenado
61 personas por crímenes contra trabajadores.
En el primer reporte, sobre la aplicación de la Ley
de Justicia y Paz, que recibí hace 10 días,
se da cuenta de que en las primeras 26 versiones de los sometidos
a esa ley ya se ha facilitado el esclarecimiento de 106 crímenes,
muchos de ellos contra líderes sindicales.
Hemos estado, pues, en el camino de defender los derechos
de los trabajadores, de defender la vida y la libertad de
los líderes sindicales, y de superar la impunidad.
El TLC es importante más que por lo que le podamos
vender a Estados Unidos, por la confianza inversionista.
Algo que miran los inversionistas en todo el mundo es qué países
dan estas condiciones, y una de ellas es acceso a mercados.
El TLC es importante por su relación con otros tratados.
No es el primero que hemos firmado, ni es el último.
Antes que él, en este Gobierno impulsamos el tratado
de la Comunidad Andina y MERCOSUR, ya hemos firmado el tratado
con Chile, estamos próximos a firmar un tratado con
Perú, para demoler las barreras que aún no
ha demolido la Comunidad Andina en materia de inversión
peruana aquí, y colombiana en Perú.
Estamos en el camino de revisar con el Presidente (Felipe)
Calderón, de México, lo que inicialmente se
llamó el G3, hoy G2 entre México y Colombia,
para abrir más espacio a nuestros productos en México.
Después de haber ingresado al Plan Panamá – Puebla,
en los próximos días firmáremos el acuerdo
con tres países centroamericanos.
Estamos empezando negociaciones con Canadá y con
la Unión Europea, y confiamos firmar un convenio de
protección recíproca de inversiones con China.
Estamos buscando cómo entramos a los países
de la cuenca del pacífico. Hemos hablado con Estados
Unidos, con Asia, con los países latinoamericanos,
para que en la reunión de Australia, de septiembre,
se levante la moratoria y se permita que en la siguiente
se consideren nuevas aspiraciones.
Estamos buscando cómo entramos ya a un tratado de
comercio que han hecho cuatro países de la cuenca
del pacífic y cómo desarrollamos una gran actividad
para estimular el comercio y la inversión entre los
países del pacífico latinoamericano.
Me preocupa que la no aprobación del TLC le de una
mala señal a todos aquellos con quienes estamos negociando.
Por eso lo que toca ahora es un gran esfuerzo, en el cual
nada podemos ahorrar para que ese TLC se apruebe. Yo creo
que la aprobación del TLC es una buena señal
a los canadienses y a los europeos y a los centroamericanos,
y a los chinos y a los países de la cuenca del pacífico.
Vamos a pedirles a nuestros alcaldes -como nuestro Alcalde-,
a nuestros gobernadores, como el doctor Anibal Gaviria, a
nuestros empresarios, a los trabajadores, que semanalmente
no falte una delegación colombiana en Washington,
hablando con las bancadas del parlamento de los Estados Unidos.
Yo que generalmente, a primera hora, trato de hablar con
algún sector de mis compatriotas, por ahí atendiendo
una emisora de Titiribí o de alguna parte, he tomado
la decisión de dedicar los días que vienen
a hablar solamente en emisoras de los Estados Unidos, a primera
hora de la mañana, para pedirles a los compatriotas
que allí viven, que todos con Internet hagan llegar
su voz al Congreso de Estados Unidos diciendo por qué se
necesita aprobar el TLC.
Hoy me preguntaban en la Universidad de Medellín: “Presidente ¿y
tiene plan B?”. Y no hay sino un plan, hacer todos
los esfuerzos persuasivos para la aprobación del TLC,
dedicar todas las energías para que lo aprueben.
Y finalmente me preguntaban: “Presidente ¿cómo
estamos en competitividad?”. Hablamos de cosas muy
buenas en competitividad que tiene Colombia, y de rezagos.
La gerencia colombiana es muy apreciada internacionalmente,
ese es un gran factor de competitividad.
Y hablamos de que a los empresarios extranjeros les encanta
invertir en Colombia, por la seriedad que tiene Colombia
de reglas de juego, por lo que se está haciendo para
profundizar esa confianza y porque aquí encuentran
muy buenos socios.
Hablamos de la competitividad que ya tenemos en materia
tributaria, hablamos de los esfuerzos que hay que hacer en
investigación, en educación, en infraestructura,
de todo lo que es la plataforma de competitividad que tiene
que despegarse en Colombia y en Antioquia.
Pero omití algo, que quiero decir ante ustedes esta
noche.
Lo que no les dije a los estudiantes de la Universidad de
Medellín es lo que les quiero decir a ustedes, mis
paisanos: para ser competitivos necesitamos que estos sean
apenas los primeros 50 años de John Restrepo Álvarez,
y que muchos de las nuevas generaciones sigan el ejemplo
de don John.
Muchas felicitaciones y gracias por todo lo que ha hecho
por Colombia, apreciado don John”. |