PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN EL FORO INTERNACIONAL MUJER Y PODER
Mayo 24 de 2007 (Bogotá D.C.
- Cundinamarca)
“Aquí hay temas no tan difíciles, otros
muy difíciles.
Voy a invertir el orden que traía, para referirme
a este tema del acuerdo humanitario.
Seguramente, muchas de ustedes estarán en contradicción
conmigo, respeto esa contradicción, y me veo obligado
a hablarles lo que pienso. Algunos lo recibirán bien,
algunos mal.
Primero es muy importante resaltar cómo han tratado
a estos secuestrados, de manera tan grave, o peor, como trataron
a los judíos en los campos de concentración
de los nazis.
Segundo, era yo candidato a la Presidencia de la República,
en el año 2002, Presidente electo, y dije que no haría
un acuerdo humanitario si no empezaba un nuevo proceso de
paz a partir de un cese de hostilidades. Posición
que tuve que variar.
Tuve que variarla porque me reuní con los familiares
de los secuestrados, así lo pidieron, con la Iglesia
Católica, con Naciones Unidas, con el entonces presidente
de Francia, y acepté separar el acuerdo humanitario
de la eventual iniciación de un proceso de paz, con
cese de hostilidades. Ese fue el primer paso que el Gobierno
dio a favor del acuerdo humanitario, en contra de lo que
era mi convicción personal.
Después, muchos integrantes de la comunidad internacional,
personalidades muy destacadas del país pidieron ser
facilitadores. A todos se les autorizó ser facilitadores.
No hay uno de ellos que me haya pedido ser facilitador a
quien yo le haya negado que pueda cumplir la actividad facilitadora.
Entre los facilitadores se autorizó una delegación
de tres países europeos: Francia, España y
Suiza. Hoy actúan.
El año pasado los facilitadores europeos propusieron
una zona de encuentro de 180 – 220 kilómetros
rural, en la cordillera central vallecaucana. Con mucho gusto,
si me permiten hacer una introducción y les ofreceré la
palabra a quienes quieran ustedes hacer comentarios, preguntas,
y lo coordinará la señora Presidente del Congreso
(Dilian Francisca Toro), ella será quien les dé la
palabra y yo estaré disponible.
¿Qué propusieron los tres delegados europeos?
Que en esa zona no hubiera soldados, tampoco guerrilla, que
hubiera observadores europeos y que el único propósito
fuera que se sentaran Gobierno y los terrorista de la Farc
a examinar el tema del acuerdo humanitario.
Me dijo la delegación europea: “le pedimos
que lo acepte y que se pronuncie rápidamente”.
Así se hizo. En horas me pronuncié, y favorablemente.
La Farc primero dijo que no le habían dicho, después
dijo que no aceptaba. Es que con mentirosos es muy difícil
manejar este tema.
Acepté eso como zona de encuentro, no como zona de
despeje.
Recientemente vino un delegado europeo, nos dijo que suspendiéramos,
que paralizáramos, congeláramos operaciones
militares en un área del Valle del Cauca, porque les
iban a entregar a una persona secuestrada, como un gesto
de buena fe.
Nosotros hicimos todo lo que pedía el delegado europeo,
finalmente nos dijo que había tenido una comunicación
con la Farc y que la Farc le dijo que era que ellos, los
europeos, habían entendido mal cual era la promesa
de la Farc, y se echaron para atrás.
Antes de eso el Gobierno había liberado alrededor
de 25 – 27 personas de la Frac, unilateralmente como
un gesto de buena fe.
¿Qué limitaciones mantengo yo? Yo mantengo
las siguientes limitaciones:
Primero, yo no puedo aceptar, como Presidente de Colombia,
zonas de despeje.
Segundo, la exigencia es que los guerrilleros que llegaren
a salir de la cárcel no puedan reintegrarse a la guerrilla,
no puedan reincidir en el delito, que tengan que quedar bajo
la tutoría de un país extranjero, o bajo la
tutoría en el país de una entidad seria, respetable,
como la Iglesia Católica, o en el programa de reinserción.
La IglesiaCatólica, que ha hecho un gran esfuerzo,
me dijo al principio de Gobierno que la guerrilla no aceptaba
mi exigencia de que los guerrilleros que salieran de la cárcel
tenían que irse al extranjero.
Yo le dije a la Iglesia Católica, después
de largas conversaciones: “entonces ayúdenme
a buscar una alternativa, que no se vayan al extranjero pero
que aquí haya la garantía efectiva de que no
van a volver a delinquir”.
De ahí surgió la idea de que de quedarse en
al país entraran al programa de reinserción
o se sometieran siempre con el compromiso de no reincidir
en el delito, a una tutoría como la de la Iglesia
Católica.
¿Por qué yo no acepto zona de despeje? Este
país estuvo despejado por décadas, por eso
se lo tomaron las guerrillas y después los paramilitares.
Lo que está apareciendo ahora son delitos en su inmensa
mayoría cometidos antes de este Gobierno.
El Caguán fue la expresión de que la guerrilla
aplicó bien lo que aprendió de Marx y Marx
había aprendido de Maquiavelo, la lección aquella: “cuando
percibas un gesto, que ese estado burgués que tu quieres
derrotar, te ofrezca como un gesto generoso, no lo recibas
como generosidad, tómalo como una debilidad y aprovecha
para avanzar”.
El Caguán fue un lugar de cautiverio de secuestrados,
un antro de delincuencia. El Presidente de entonces procedió con
toda la buena fe. En esa campaña electoral se competió a
ver quién le ofrecía más a la Farc,
y la Farc respondió con toda la mala fe.
Hay que ver cómo creció la Farc en ese periodo
y cómo creció esa reacción paramilitar.
El Gobierno nuestro, que va a cumplir siete años
en agosto, puede decir que es el Gobierno que ha desmontado
el paramilitarismo, ahí están los hechos, y
que es el Gobierno que ha debilitado a la guerrilla, ahí están
los hechos, muchas de las aquí presentes viven en
varias regiones colombianas. Podrán decir si lo que
digo es mentira o se ajusta a la realidad. Esto no lo hemos
ganado, pero el país ha mejorado sustancialmente.
Yo no voy a aceptar una zona de despeje cuando toda Colombia
me dice: “mire Presidente, aquí lo que necesitamos
es que permanezca el Ejército y la Policía,
que actúen eficaz y transparentemente, no nos abandonen,
porque entonces nos abandonan ustedes y llega la guerrilla
y después reaparecen paramilitares, entonces nos matan
porque colaboramos con el Ejército, nos matan porque
colaboramos con la guerrilla, nos matan porque colaboramos
con los paramilitares”.
Mucha ciudadanía de Pradera y Florida me dice: “Presidente,
cómo va a desmilitarizar usted unos cascos urbanos
de 140 mil habitantes, ¿nos van a dejar aquí en
poder de la guerrilla?”. Y la ciudadanía no
lo expresa públicamente, y no tiene por qué,
quien lo tiene que expresar públicamente es el Presidente,
porque el Presidente es el responsable del orden público.
Entonces yo tengo que decir, y lo digo con el mayor respeto,
pero con la mayor franqueza: yo zonas de despeje no acepto.
Con mucho gusto, una zona de encuentro de las características
que nos propuso al terrorismo de la Farc y al Estado legítimo
y democrático de Colombia, esa delegación europea.
Esa delegación europea ha pedido seguir actuando,
hoy están actuando, con todo el apoyo del Gobierno.
Segundo. ¿Por qué la exigencia de que tienen
que comprometerse a no reincidir en el delito? Es que el
país vivió experiencias amargas. En esos canjes
del pasado salieron guerrilleros de la cárcel y se
reincorporaron a la guerrilla, y eso fue una gran desmotivación
para todo el mundo.
Allí cerca está el Batallón de Sanidad
de la Policía, los pabellones de sanidad de Ejército
y de Policía, más de 1.500 compatriotas de
la fuerza pública mutilados por las minas antipersonas
de estos delincuentes.
¿Qué tal entonces que salgan de la cárcel
para volver a delinquir? Ese es un punto con el cual me da
pena, el Gobierno no puede transigir.
¿Y en qué estamos hoy? Hoy está autorizada
la gestión de los europeos, espero que la estén
cumpliendo, ellos le comunicaron al Gobierno, le pidieron
autorización al Gobierno para adelantarla y el Gobierno
con mucho gusto accedió.
Yo me propongo, ojala pueda cumplir con la fecha del 7 de
junio, para hacer una liberación, una excarcelación
de muchas personas de la Farc que están en la cárcel,
con estas condiciones: que se comprometan a no volver a delinquir,
que se desmovilicen, que salgan con el compromiso de ser
gestores de paz, con el compromiso de buscar un acuerdo humanitario,
con el compromiso de luchar por la liberación de todos
los secuestrados.
Y estamos buscando cuál es la alternativa con ellos,
que queden bajo la tutoría de la Iglesia Católica,
una entidad seria, los que se quieran ir al extranjero, etcétera.
En este momento hay una delegación del Gobierno en
las cárceles hablando con muchos de ellos.
A mi preguntan: “bueno, pero la Farc han dicho que
no acepta”. Sí, pero el Gobierno va a hacer,
quiera o no la Farc, todos los esfuerzos que la ley permita,
para poder buscar la liberación de nuestros secuestrados.
A mí me da pena, a mí no me gusta cambiar
de discurso, yo no calculo si me van a aplaudir o me van
a chiflar. Algunas de las cosas que necesita el liderazgo
es ser capaz de decir lo mismo en toda parte. Uno tiene que
tener el mismo discurso en Washington, que en La Habana,
en Caracas que en Bogotá, en un foro de oposición,
que en un foro de amigos.
Yo no le voy a pedir permiso a la Farc para lo que tengamos
que hacer. Yo voy a liberar a estas personas, hasta donde
pueda, y estamos buscando cómo aplicamos, como fuente
jurídica, la ley de Orden Público, que sirvió para
suspenderle la captura a los paramilitares, en ese proceso
inicial de negociación, y que ha servido para suspenderle
capturas a dirigentes del Eln, para poder facilitar ese proceso
de pre-negociación en que estamos con el Eln en Cuba.
Aspiro a hacer lo propio con gran cantidad de integrantes
de la Farc, que están en la cárcel.
¿Garantiza eso que la Farc va a liberar a los secuestrados?
No lo garantiza, pero es un esfuerzo adicional que el Gobierno
hace mostrando su buena fe. Yo creo que es más importante
liberar gente de la Farc que darle al terrorismo la ventaja
de una zona de despeje.
¿Suspende eso las operaciones de rescate? Yo he sido
claro desde, el primer día de Gobierno yo he estado
en operaciones de rescate.
El ministro Fernando Araujo (de Relaciones Exteriores) me
dijo lo que acaba de confirmar el subintendente Pinchao:
que desde que llegó este Gobierno se empezó a
sentir la presión del militar en busca del rescate.
Quiero contarles a ustedes eso, sin ninguna reserva.
EL ESTADO
Ahora, aquí hay muchos temas para hablar: la situación
de la mujer en Colombia, el nuevo proyecto de ley contra
la violencia contra la mujer, que hace parte de una gran
secuencia, acabamos de aprobar el proyecto contra la violencia
contra los niños, el proyecto para proteger más
a la familia contra la violencia familiar. Este sería
un nuevo desarrollo que el Gobierno lo respeta y lo apoya.
Habría temas muy importantes que hablar sobre el
modelo colombiano, ¿qué piensa el actual Gobierno
colombiano del Estado, frente al debate latinoamericano.
En los años 90, en esa caricatura de aplicación
del consenso de Washington, en América Latina en muchas
partes se desmontó el Estado.
Nosotros no estamos en eso, hemos reformado 360 entidades
del Estado, pero no estamos en su desmonte. Hay que reformarlo
sí, que el Estado no puede estar al servicio de la
politiquería ni de los excesos sindicales, sino al
servicio de la comunidad.
Y tenemos reformas tan importantes desde la de Telecom,
la de Paz del Río, donde se puso en evidencia que
se puede hacer sindicalismo de participación, reformas
tan importantes como la que se está haciendo en Ecopetrol.
Por ejemplo, Telecom tenía un valor negativo, hoy
tiene positivo. No tenía con qué pagarle a
los pensionados, hoy está al día con ellos,
tiene paz laboral. No tenía con qué invertir,
hoy tiene ocho billones para ayudar a que este país
se desatrace en banda ancha, en conectividad. Lo que tiene,
y hay buen gobierno. Con esas reformas a nadie se le ocurre
entrar a decir, déme puestos en Telecom.
Yo recuerdo que cuando estábamos en esa reforma,
el sindicato que se opuso mucho alguna vez me dijo: Presidente,
es que no todo fue culpa del sindicato. Allá pasaban
gerentes y entregaban todo lo que les pedían. Ellos
después se iban y dejaban a la empresa emproblemada,
y los Gobierno mandaron mucha gente allá que no se
necesitaba, para que mejoraran la jubilación o la
completaran. Eso hoy no se da gracias al buen gobierno que
se crea con el socio estratégico, y es lo propio que
estamos buscando en Ecopetrol.
Nosotros estamos reformando el Estado pero no desmantelándolo.
Hemos reformado más de 190 hospitales del Estado.
El de Popayán es un ejemplo de reforma a través
de contratos sindicales.
Y América Latina dio otro giro hacia el estatismo,
pasa del desmantelamiento del Estado al estatismo. Nosotros
tampoco estamos en el estatismo, nosotros le damos todas
las garantías a la inversión privada, pero
con responsabilidad social.
Miramos la responsabilidad social en tres expresiones: primero
transparencia en las relaciones de los inversionistas con
el Estado. Segundo, equidad en las relaciones con la comunidad.
Y tercero, relaciones laborales.
Stiglitz (Joseph) en su último libro, “Cómo
hacer que la globalización funcione”, dice que
muchos de los fracasos políticos que se han dado en
América Latina, han sido generados por la circunstancia
de que ha habido corrupción en la asignación
de contratos del Estado a empresas nacionales y trasnacionales
en explotación de recursos naturales, corrupción
en la aplicación de la tributación, etcétera.
No es el caso nuestro.
Nosotros hemos incorporado la audiencia pública para
manejar toda la contratación, nosotros hemos avanzado
muchísimo en todas las condiciones de confianza y
de garantía para las concesiones a las compañías
extranjeras, nosotros hemos resuelto casi todos los pleitos
que habían con la inversión extranjera, especialmente
en telecomunicaciones, construyendo confianza.
Estos 21 pleitos que tenía Telecom, son un caso demostrativo
de como se ha exigido transparencia. Nadie se atrevía
a hacer las conciliaciones, los funcionarios por temor a
la Procuraduría, a la Fiscalía, a la Contraloría,
por temor a la suspicacia de opinión. ¿Qué dijimos?,
toda transacción de estas, hay que publicarla ampliamente
antes de perfeccionarla, y eso ha construido confianza, y
ha avanzado bien en medio de todo lo que nos falta.
Segundo, las relaciones de los inversionistas con la comunidad,
tiene que haber solidaridad y equidad, y eso hay que manejarlo
abiertamente, de cara a la ciudadanía.
Ejemplo, lo que ha pasado en el Cesar con las explotaciones
de carbón, una gran queja de las comunidades de la
Jagua de Ibirico y del vecindario, por inequidades de las
compañías explotadoras de carbón. El
Gobierno ha oído a la comunidad, le exige el cumplimiento
de unos acuerdos a los inversionistas, y tampoco va a cometer
el error, si cumplen con esos acuerdos, de echarlos, y lo
hemos hecho de cara a la gente.
Hemos tenido dos largos consejos comunitarios en la Jagua
de Ibirico, con la intervención de todo el mundo,
logrando esos acuerdos y cuando ha sido necesario, hemos
dicho: los están incumpliendo y tienen que cumplir.
Cosas que van de asuntos menos trascendentes a asuntos más
trascendentes, para exigirle a todas las empresas que tengan
responsabilidad, solidaridad con las comunidades del vecindario.
En el tema laboral, nosotros no patrocinamos relaciones
laborales de capitalismo salvaje, ni relaciones laborales
de odio de clase. Relaciones laborales con fraternidad cristiana.
SEGURIDAD A TRABAJADORES
Ahora hay el debate del asesinato de sindicalistas y ese
es un debate muy importante. Se dicen las siguientes cosas, ¡en
Colombia se asesina sindicalistas, en Colombia hay impunidad¡ Veamos
qué ha pasado con eso.
Cuando este Gobierno empezó, Colombia había
vivido años inmediatamente anteriores en los cuales
se asesinó, entre sindicalistas y profesores, a 256.
Habrá que preguntarse ¿por qué?, y enseguida
doy mi versión.
Desde la hora cero, el Gobierno emprendió la tarea
de protegerlos eficazmente. El Vicepresidente de la República,
los ministros de Defensa, mi persona, siempre que se presentó un
asesinato de un sindicalista, salimos a ofrecer una recompensa,
a exigirle a la fuerza pública la protección
efectiva, el esclarecimiento del crimen, y apoyar a la justicia.
Hoy tenemos seis mil colombianos con protección individual,
de ellos 1.500 son sindicalistas. Eso cuesta 76 mil millones
este año, más o menos 30 millones de dólares.
¿Qué ha pasado?, asesinaban 256. Quisiéramos
decirle al mundo que ya no asesinan, no lo hemos logrado,
pero la tendencia ha evolucionado positivamente.
En el año 2005 asesinaron entre sindicalistas y profesores,
25, el año pasado infortunadamente se recrudeció,
y se recrudeció, llegó a 60, por otro factor,
por el enfrentamiento entre Farc y ELN. Farc decía,
es que aquel sindicalista trabaja con el ELN, lo matan; el
ELN es que aquel sindicalista trabaja con la Farc, lo matan.
Y eso está antecedido por el asesinato de sindicalistas
a cargo de paramilitares, y por el asesinato de sindicalistas
a cargo de la Farc.
¿Este año qué ha pasado? Este año
han sido asesinados, fue asesinado un sindicalista y murió en
combate contra la fuerza pública, otro. Un sindicalista
del Inpec, lo que nos ha dicho la administración de
justicia es que no hay evidencia de que lo hubieran asesinado
por razones de su trabajo sindical.
El segundo caso ocurrió el 3 de mayo, en Sucre. La
fuerza pública enfrentó un grupo terrorista
y en los dados de baja aparece una persona que estaba armada
disparando contra la fuerza pública, y que era integrante
de una organización sindical.
La certificación la dio de inmediato el CTI, y el
Gobierno ha dicho, que respeta cualquier decisión
de la justicia y ha apoyado la justicia. Este año
nos han asesinado nueve profesores, especialmente en áreas
rurales.
El último fue una profesora del Cauca la semana pasada,
viernes o sábado, asistía a una fiesta. El
Gobierno ha estado trabajando en la protección eficaz,
ha estado trabajando en el apoyo a la justicia, para que
no haya impunidad.
Entonces es muy importante saber de dónde venimos,
qué estamos haciendo, el objetivo llegar a una Colombia
en la cual podamos decir, aquí hay cero asesinato
de sindicalistas, cero asesinato de profesores.
Además eso no se nos ocurrió en el Gobierno.
En un manifiesto de 100 puntos de plataforma electoral que
se llamó el “Manifiesto Democrático” en
el punto 27, así se lo propuse al país, así esta
escrito en el año 2002.
La justicia. Lo primero que hay que hacer es entender que
en un país donde asesinaban 35 mil personas, no hay
justicia que valga. Yo creo que la mejor y primera contribución
a superar la impunidad es la Seguridad Democrática.
Inglaterra con 60 millones de habitantes, hay 600 homicidios
al año. Aquí con las fosas que están
apareciendo de años anteriores a nuestro Gobierno,
hubo años de 35 mil. Todavía es muy alto, el
año pasado hubo 17 mil, pero estamos luchando para
derrotar todas esas tendencias criminales.
Se introdujo el Sistema Penal Acusatorio, se modificaron
los códigos, el año pasado el Gobierno aplicó recursos
por 70 millones de dólares adicionales a la Fiscalía
para apoyar el Sistema Penal Acusatorio.
Por primera vez la Corte Suprema de Justicia, gracias a
la voluntad del Gobierno de aplicar recursos presupuestales,
tiene su propio cuerpo de investigación.
El Plan de Desarrollo, que acaba de aprobarse en el Congreso,
tiene una norma para apoyar más la Fiscalía.
En los últimos cuatro meses, por fortuna, ya se han
dado las primeras 37 sentencias que han condenado a 59 personas
por responsabilidad en el asesinato de líderes sindicales.
Y un acuerdo de Gobierno, empleadores, trabajadores, en
la OIT nos compromete a luchar para el esclarecimiento de
200 casos con criterio de urgencia. El Gobierno está trabajando
en la protección efectiva, en la superación
de la impunidad.
Y hay que preguntarse por la génesis de esto. Era
yo estudiante de la universidad pública en los años
70s y las guerrillas marxistas aparecían allí a
combinar todas las formas de lucha, estallaban un carro bomba
y penetraban el movimiento estudiantil, secuestraban a una
persona y penetraban sectores de la política, del
periodismo.
A propósito del periodismo, distinguidos observados
internacionales y visitantes internacionales, en este país
antes de nuestro Gobierno llegaron a asesinar 15 periodistas
por año.
Nuestro Gobierno se ha dado a la tarea, como una expresión
de nuestra política de Seguridad Democrática,
de protegerlos. Este año no han asesinado uno solo,
y lo más importante es que los periodistas en las
regiones eran víctimas de la coacción guerrillera
y/o paramilitar, hoy están más libres gracias
al avance de la seguridad Democrática.
Pues bien, eso que hicieron las guerrillas lo aprendieron
los paramilitares. ¿Qué pasó después?
Todos los paramilitares asesinaban a un sindicalista acusándolo
de se colaborador de la guerrilla y la guerrilla asesinaba
a un sindicalista acusándolo de ser colaborador de
los paramilitares, y el Estado brilló por su ausencia.
Durante décadas, muchas regiones colombianas vivieron
sometidas a la guerrilla, desprotegidas del Estado, y después
a paramilitares y a guerrilla, desprotegidas del Estado.
Cuando este Gobierno empezó en Colombia había
dos poderes terroristas y un Estado democrático declinante,
el poder terrorista de la guerrilla, el poder terrorista
del paramilitarismo y nuestro Estado democrático declinante.
Hemos vendo recuperando la vigencia del Estado de leyes,
nos falta, pero hemos avanzado en beneficio de todos los
colombianos.
He dicho que si alguna empresa resulta condenada por asesinato
de sindicalistas, el primero en pedir la severidad de la
sanciones será el Gobierno.
Pero también he dicho que mi visión como observador
de la vida colombiana tantos años me dice, que los
sindicalistas han sido asesinados por guerrilla y paramilitares
a partir del terrorismo que quiso combinar primero en la
guerrilla y después en los paramilitares, la acción
armada con la política, con la penetración
del movimiento sindical, con la penetración del movimiento
estudiantil, lo que aspiramos que se supere en Colombia,
con los esfuerzos que el país entero está haciendo
para avanzar en nuestra política de Seguridad.
OBJETIVOS DEL GOBIERNO
Tres objetivos tiene el Gobierno: consolidar la Seguridad
Democrática, consolidad la confianza inversionista
con responsabilidad social y cumplir las metas sociales.
Tenemos el compromiso de cumplir las Metas Sociales del Milenio
antes de la fecha señalada por Naciones Unidas.
Encontramos la pobreza en el 60 por ciento, aún está muy
alta, en el 45. Aspiramos que el 20 de julio de 2010 no esté por
encima del 35 para que aquellos que nos sucedan en la Presidencia,
puedan cumplir la visión de largo plazo de que en
este país en el año 2019, la pobreza no supere
el 15 por ciento.
Nuestro programa social es un programa muy ambicioso. Por
ejemplo en el caso educativo, primer Gobierno, un millón
419 mil cupos en educación básica, segundo
Gobierno, plena cobertura en educación básica.
Segundo Gobierno, los primeros 400 mil niños menores
de 5 años en primera educación.
Primero Gobierno, cobertura universitaria del 22 al 29.
Segundo Gobierno, al 35.
Del primero al segundo Gobierno, Icetex debe pasar de 60
mil estudiantes con crédito a 360 mil. Hoy vamos en
160 mil. De 500 mil millones de cartera educativa a dos billones
y medio.
Empezó nuestro Gobierno con un 0,26 de inversión
en ciencia y tecnología sobre el PIB, terminó el
primer Gobierno en el 0,70. Vamos a ver cómo al terminar
este Gobierno lo tenemos por encima del 1 por ciento.
El Sena, una de las entidades reformadas, empezó nuestro
Gobierno con un millón 100 mil estudiantes por año,
primer Gobierno terminó con 4 millones, pasamos de
5 millones de horas de enseñanza a 15 millones. Segundo
Gobierno esperamos llegar a 250 mil técnicos y tecnólogos
en esa institución que puedan después acceder
a la universidad, les validen lo estudiado como técnicos
o tecnólogos, completen los créditos, accedan
a la educación superior.
Hemos fortalecido mucho el programa Familias en Acción.
Encontramos 220 mil Familias en Acción que empezaban
en Colombia, era un experimento, lo convertimos en un programa
permanente. En agosto estaremos completando millón
y medio.
Subsidio que recibe la familia en cabeza de la mujer para
garantizar la educación y para garantizar la nutrición
de los hijos. Todo lo que pueda seguir haciendo el Gobierno
para avanzar en eso lo haremos.
Uno de los factores de exclusión de esta sociedad
nuestra es la falta de acceso de los sectores populares al
crédito. Cumplimos la meta de un millón ochocientos
mil microcréditos en el primer Gobierno y ahora vamos
para cinco millones en el segundo Gobierno. La mayoría
son beneficiarias mujeres.
Trabajamos todos los días con Banca de Oportunidades
para avanzar en eso. He dicho que eso tiene que ser esfuerzos
con constancia, eso hay que trabajar con dedicación
todos los días, es muy fácil conseguirle un
crédito a una persona adinerada, se lo mandan por
teléfono. Es muy difícil conseguirle un crédito
de 400 mil pesos a una mujer pobre que tiene una venta callejera,
que tienen la plancha empeñada y que necesita 250
mil pesos para capital de trabajo. En esa tarea estamos empeñados.
Nosotros queremos una sociedad sin exclusiones y sin odio
de clases, una sociedad en permanente debate democrático,
pero buscando alternativas, no en antagonismos insuperables.
TRATO A LA MUJER
Del tratamiento de la mujer en la sociedad colombiana hay
paradojas. Cuando uno observa la sociedad colombiana ve que
es una sociedad sin prevenciones raciales y sin prejuicios
contra la mujer, pero cuando profundiza la sociedad colombiana,
encuentra profunda discriminaciones en contra de la mujer.
A mí particularmente me ha llamado la atención,
que digo por qué en una sociedad como la colombiana,
donde presenta todas las condiciones de ser una sociedad
que tienen todo el respeto frente a la mujer, finalmente
mantiene estas discriminaciones. Sin embargo, el país
no ha tenido reservas para corregir cuánto ha tenido
que corregir.
Llegamos tarde al reconocimiento de los derechos políticos
pero se dio, se necesitó el plebiscito del 57, las
elecciones de 1958.
Durante mucho tiempo se cuestionó el tema de las
limitaciones para que la mujer ejerciera en este caso la
potestad sobre los hijos, eso se superó. En un país
donde hay discriminaciones, hay la voluntad social y la voluntad
política de superarlas.
Y esa inclinación de los colombianos, al respetar
a la mujer, nos ayuda para superar todo lo que haya que superar
en materia de discriminación, para aprobar leyes como
la ley recientemente aprobada para proteger a la familia
contra la violencia, o el proyecto en curso para proteger
a la mujer contra la violencia.
En todos nuestros programas sociales estamos siempre atentos
a la participación de la mujer y debo decirles que
el examen que periódicamente hace nuestra consejera
para la Equidad de la Mujer, que aquí nos acompaña,
Martha Lucía Vásquez, con comunidad nacional
e internacional, muestra que la mujer en el promedio de los
programas sociales, está participando hoy con más
del 50 por ciento.
Si ustedes tienen preguntas, comentarios, discrepancias,
con el mayor gusto las escucharé y le pido a la Presidenta
del Senado que les ofrezca la palabra.
Muchas gracias”. |