DISCURSO
DE FIN DE AÑO DEL PRESIDENTE ÁLVARO URIBE VÉLEZ
Valledupar,
31 dic (CNE).- "Hace un año en estos mismos asentamientos
de desplazados, en plena campaña a la Presidencia de la
República, tuve la oportunidad de expresar unas ideas sobre
este grave tema a todos nuestros compatriotas.
Regresamos
en la misma fecha, con los mismos ciudadanos y con los mismos
problemas a poner en marcha una política.
Bajo
las manos probas y firmes del doctor Luis Alfonso Hoyos, la Red
de Solidaridad tiene el deber de atender el problema del desplazamiento
en Colombia. Nuestro primer propósito es un política
firme de seguridad que proteja a los campesinos y empresarios
del campo.
No
podemos permitir que los grupos violentos sigan sometiendo a nuestros
agricultores. Nos hemos propuesto la tarea de regresar 30 mil
familias de desplazados. Con apoyo en subsidios de vivienda, con
apoyo de proyectos productivos y acompañamiento oficial.
El
número es muy bajo porque tenemos en la Patria aproximadamente
dos millones de desplazados. Pero sí este experimento avanza
y avanza bien puede marcar el camino hacia la solución
del problema.
Y
nos corresponde ayudar a las comunidades a mejorar su infraestructura.
A resolver el problema de la vivienda, el de la educación
y el de la salud, para aquellos desplazados que finalmente por
diversas razones no regresen a sus lugares de origen. Creo que
esta mañana hemos dado unos buenos pasos en esa dirección.
La
cofinanciación nacional va a ayudar muchísimo a
la Alcaldía de Valledupar, al señor alcalde, doctor
Elías Ochoa, a avanzar en la construcción de infraestructura
en estos asentamientos.
Confiamos
señor Alcalde, en poder ayudar a Valledupar para que resuelva
definitivamente el problema de vivienda en estos barrios y para
culminar el traslado de quienes viven en la zona de alto riesgo
del Río Guatapurí.
Las necesidades de la Nación en materia de recursos son
muchas. Pero ahí estamos haciendo un gran esfuerzo para
poder financiar esta inversión.
Quiero
celebrar también los acuerdos de veeduría comunitaria
impulsados por Findeter. La vigilancia del pueblo es el gran remedio
contra la corrupción. Nada gana la Nación al cofinanciar
obras si el dinero se esfuma por la corrupción. Nosotros
tenemos que librar una batalla de noche y de día contra
la corrupción.
Convoco
al pueblo a que siga el ejemplo de estos barrios de Valledupar
y en todas partes de la Nación se constituyan las veedurías
comunitarias. Que no haya contrato del Estado sin veeduría
comunitaria, para que con la vigilancia popular, con la presencia
diligente del pueblo derrotemos la corrupción que tanto
daño le ha hecho a la Nación colombiana.
He
querido venir este 31 de diciembre a cumplirle a los desplazados
de estos barrios lo hablado con ellos hace un año. Cumplir
es una tarea fundamental del Gobierno para recuperar la credibilidad
en las instituciones. Al dar el feliz año a todos aquellos
ciudadanos que trabajan en el Gobierno, en el nivel nacional,
en los niveles departamental y municipal, quiero invitarlos a
que todos los días hagamos esfuerzos adicionales de trabajo
para cumplir a los colombianos.
Un
pueblo con tanto desempleo, con tanta hambre, con tantas dificultades,
no puede tener a sus gobernantes con indiferencia ni con pereza.
Los
gobernantes tenemos que dar ejemplo de diligencia, tenemos que
dar ejemplo de pundonor para cumplir. Hay que leer el Manifiesto
Democrático todos los días. Los 100 puntos que nos
obligamos con los colombianos y ponernos las espuelas a nosotros
mismos para cumplirle a nuestra Patria para bien de la credibilidad
democrática.
Quiero,
en este grato escenario de Valledupar, hacer unas reflexiones
sobre la Nación.
Hay
un gran propósito nacional que es derrotar la violencia.
Ese propósito tiene que ser inclaudicable. Cuando los colombianos
se pueden trasladar por las carreteras gozan la Patria, la descubren
de nuevo, aprecian su diversidad, su belleza, sus posibilidades.
Una Nación con 44 millones de habitantes, con estos recursos
naturales, con la hospitalidad de sus ciudadanos, tiene en el
turismo un gran potencial para reactivar la economía, para
inducir el crecimiento.
Si
restablecemos plenamente el turismo interno y tenemos la capacidad
con la persistencia en la política de seguridad de convocar
al turismo internacional, Colombia va a tener en ello un gran
factor de generación de empleo.
La
República Dominicana con tres millones y medio de turistas,
Cuba con cerca de dos millones de turistas, Costa Rica con más
de un millón de turistas, son naciones que nos dan ejemplo
de cómo el turismo ayuda a generar empleo, a mejorar el
ingreso del pueblo. El turismo depende en Colombia de un elemento:
Seguridad.
Por
eso nosotros no podemos aflojar el brazo, hay que rescatar la
seguridad en todas las carreteras y en todos los destinos turísticos
de la Patria para generar empleo.
Cómo da de gusto ver a la señora que vende hamacas
en San Jacinto decir que después de ocho años pudo
volver a vender hamacas en la carretera porque regresaron los
turistas. Da gusto constatar las carreteras del Cesar llenas de
vehículos, constatar un ciento por ciento de ocupación
hotelera en Santa Marta, en Cartagena. Las casas, hoteles de los
campos quindianos, repletos de turistas y ahora nos tenemos que
aplicar para que en el festival que empieza en estos primeros
días de enero, en Pasto, miles de colombianos se vuelquen
a ese bello departamento que es Nariño, a hacer turismo
y a generar empleo.
Quiero, además, hacer otras reflexiones al oído
de todos mis compatriotas desde esta amable Valledupar. La seguridad
es un factor esencial. Sin seguridad no hay administración
en la agricultura. Sin seguridad no hay tranquilidad para el campesino.
Sin seguridad no hay confianza para el inversionista. Sin seguridad
no recuperamos la economía.
Pero el manejo económico tiene cinco elementos adicionales:
la reducción del gasto, el aumento de los ingresos, la
reforma de la administración, la reactivación de
la economía y la política social.
Colombia
tiene que disminuir el gasto burocrático. Si nosotros no
derrotamos el clientelismo, si no derrotamos el derroche, el país
jamás tendrá recursos para construir viviendas en
los sectores populares. Hay que escoger: o financiamos la agricultura
o derrochamos la plata en clientelismo.
Hay que escoger: o financiamos la salud o permitimos que el Estado
colombiano siga derrochando sus escasos recursos. El control de
gasto es una necesidad y empieza con el Referendo.
El
Referendo no va a ser la solución de todos lo problemas
colombianos, pero es un paso en la dirección correcta.
El
Congreso de la República, que de acuerdo con el Censo,
hoy debería tener más de 340 congresistas, aceptó
que el número en el futuro sea de 218. Congelado. Esto
es, que no pueda crecer de acuerdo con el crecimiento poblacional.
Si
bien nosotros habíamos propuesto inicialmente que el número
estuviera entre 150 y 165, el paso que ha dado el Congreso es
bueno, porque hay que demostrar austeridad desde los niveles superiores
del Estado.
Ese
Referendo congela los gastos de funcionamiento por dos años.
Solamente excluye de esa congelación las pensiones y los
salarios de valor inferior a dos salarios mínimos legales
vigentes.
Ese
Referendo congela el salario del Presidente de la República,
de los Congresistas, de los altos funcionarios, de los altos magistrados,
por cuatro años para dar ejemplo.
Ese
Referendo avanza en la eliminación de los privilegios pensionales.
Los próximos expresidentes de Colombia, incluido mi caso,
no tendrán privilegios pensionales para poder darle mayor
credibilidad popular a nuestra democracia.
Ese
Referendo orienta los recursos de las regalías fundamentalmente
a la educación y al saneamiento básico, porque las
regalías muchas veces se han perdido por auxilios parlamentarios,
se han manejado con criterio de escopeta de regadera. Se le ha
apuntado a todo y no se ha hecho obra importante.
Creo
que el país, con un buen manejo sostenido en el tiempo
de las regalías, puede lograr una gran Revolución
Educativa.
Ese
Referendo acaba las contralorías y las personerías
que, salvo honrosas excepciones, son focos de clientelismo local.
Para defender las Asambleas y los Concejos hay que quitarles los
confites clientelistas que son las personerías y las contralorías
y así lo ha aprobado el Congreso de la República
en la Ley de Referendo.
Para
que los Concejos y las Asambleas se dediquen a administrar y hacer
control político como lo manda la Constitución y
se olviden de las peleas clientelistas, que son atraídas
justamente por la elección de esos funcionarios y por el
reparto de la cuotas burocráticas. Y ese dinero deben llevarlo
fundamentalmente a educación departamentos y municipios.
Y ese Referendo obliga al voto público para que los colombianos
sepan cómo votan sus congresistas. Y ese Referendo trae
la muerte civil de los corruptos para que no puedan volver al
Estado ni por nombramiento, ni por elección, ni por contrato.
Colombia
se apresta a concurrir a un Referendo que no es populista, es
de mucha responsabilidad. En un país con hambre y con desempleo,
proponer una congelación de los gastos de funcionamiento
del Estado por dos años implica una gran responsabilidad
popular para aceptarla.
El
pueblo colombiano le va a dar al mundo una demostración
de madurez, de responsabilidad, de sentido de pertenencia con
el futuro de su Nación.
En
este 31 de diciembre, invito a mis compatriotas a pensar en el
Referendo como un acto de compromiso de cada ciudadano con la
construcción de un país mejor. Invito a mis compatriotas
a pensar en el Referendo como una responsabilidad, no para obtener
prebendas individuales sino para avanzar en el mejoramiento del
colectivo nacional.
El
segundo punto de la política económica es el incremento
de los ingresos del Estado. Hemos dado dos pasos: el impuesto
de Conmoción para la Seguridad Democrática, que
se cobra por una sola vez, y la Reforma Tributaria.
Indudablemente que la Reforma Tributaria tiene aspectos incómodos.
No es bueno pagar más impuestos. Tengo que decirle al pueblo
muy claramente que parte de los artículos de la canasta
familiar van a pagar un IVA del siete por ciento y en dos años
toda la canasta familiar y todos los bienes y servicios van a
pagar un IVA del dos por ciento. No del 16%, sino del 2%.
Le hemos aumentado a los empresarios el Impuesto de Renta. Y le
hemos quitado beneficios en deducciones de impuestos locales como
el Predial y el de Industria y Comercio. Y sobre ellos recargamos
ese gran esfuerzo del impuesto de Conmoción. Todos vamos
a pagar impuestos.
Los
países que mayor nivel de capital social han construido,
son aquellos en los cuales todos los ciudadanos pagan impuestos.
Cuando todos los ciudadanos pagan impuestos, todos los ciudadanos
se preocupan por la marcha de su Estado. Todos se interesan por
vigilar que no se roben los recursos.
El
ciudadano que paga impuestos sabe que lo que le va a dar el Estado,
no es por liberalidad, no es por gratuidad. Es para compensarle
el haber cumplido su obligación de tributar.
Cuando
la Nación le traiga aquí un apoyo a los desplazados
en el futuro, no va a ser un regalo. Va a ser porque ellos están
pagando el IVA, así sea pequeño, del dos por ciento,
en cualquier producto que compran.
Algunas
personas dicen que eso es malo, que es regresivo, que cómo
se le va a cobrar a esos productos. Vamos a cobrar un poquito.
Hoy no hay que pensar si los impuestos son regresivos y en dónde
se originan, sino cómo se gastan.
El
ideal es que en el origen todo el mundo contribuya a pagarlos
y que en el gasto favorezcan a todos los sectores. Es lo que tiene
que hacer Colombia. Tenemos pues, unos años de experimentación
tributaria. Difíciles, pero si esa platica la gastamos
bien, la Nación sale adelante.
El
tercer punto es el de la Reforma de la Administración Pública.
Nada ganamos si ponemos a los colombianos a pagar más impuestos
y continúa el derroche y la corrupción. Se perdería
esta Reforma Tributaria.
Por
eso hay que hacer una tarea sin tregua para derrotar la corrupción
y hay que reformar profundamente el Estado. Vamos a ejercer esas
facultades que nos entregó el Congreso con toda la voluntad,
para introducir una profunda reforma del Estado.
Los
municipios han tenido que reformarse por la Ley 617. Han tenido
que reformarse los departamentos. Y la Nación no se reforma.
Para dar ejemplo, esa reforma ha empezado por la supresión
de muchas embajadas y consulados y ha empezado por una sustancial
reducción de gastos en la Presidencia de la República.
Esta mañana le decía a ese distinguido joven del
Cesar, el doctor Faruk Urrutia, alto funcionario del Seguro Social:
al Seguro hay que sostenerlo, mejorarlo. Lo que no puede es seguir
perdiendo miles de millones de pesos al año. En la última
adición presupuestal, en lugar de dedicarla a vivienda,
a educación, la tuvimos que dedicar a costear pérdidas
del Seguro Social del orden de los 575 mil millones de pesos.
Vamos
a defender esa entidad, pero hay que eliminar todos los factores
de destrucción de recursos para que sea sostenible y sirva
bien al pueblo colombiano.
Déjenme
hacer una anotación filosófica: este Gobierno no
ha propuesto una ola privatizadora, pero sí se ha comprometido
a recuperar la sostenibilidad de las empresas del Estado. No vamos
a privatizar el Seguro, pero hay que rescatarlo. Y para ello,
tiene que ser eficiente y austero, y todo el mundo tiene que hacer
sacrificios y el sindicato nos tiene que ayudar con la reducción
de costos.
Y
la clase política nos tiene que ayudar con su comprensión
para entender que el Seguro no puede ser para colocar recomendados,
sino para tener una empresa estatal austera que le sirva bien
al pueblo colombiano.
Hace
pocos días le dije al sindicato de Ecopetrol que el Gobierno
acepta que manejen una actividad estratégica como el petróleo.
No vamos a privatizar Ecopetrol, pero tienen que ser sostenible.
El sindicato nos tiene que ayudar a reducir costos para garantizar
a futuras generaciones de colombianos la sostenibilidad de Ecopetrol.
Nosotros
no vamos a eliminar a Telecom. Se necesita la opción pública
en las telecomunicaciones. Lo que ha ocurrido internacionalmente
demuestra que no todo se puede privatizar, no todo se puede entregar
al mercado porque hay fallas. Hay que tener empresas del Estado
que sean opciones para el público, que sean instrumentos
para defender a los más débiles, pero a esas empresas
hay que manejarlas bien.
Telecom
hoy es insostenible, para recuperarla hay que hacer un gran esfuerzo
de reducción de costos, de ampliación de servicios.
Ese
es un punto bien importante que quiero reclamar hoy en la reflexión
de todos mis compatriotas. El mantenimiento del Estado necesita
la sostenibilidad de sus instituciones, de sus empresas.
Esa
Reforma Administrativa tiene sacrificios. Va a salir un número
importante de personas del Gobierno Nacional, pero cómo
van a salir. Agradezco al Congreso que la Reforma Administrativa
nos dio la facultad de pagarle a esas personas una bonificación
hasta por un año. Para que al salir reciban parte de su
salario como bonificación, mes a mes, durante un año
con la única condición de que estén estudiando.
Eso
puede ayudar muchísimo. Y además habrá un
retén social para proteger la estabilidad laboral en el
Estado de la madre cabeza de familia sin alternativa económica,
del discapacitado y de quien esté próximo a jubilarse.
Y
el énfasis se hará con la vacantes que dejen quienes
se jubilen, para no reemplazarlas. Señoras cabeza de familia
que recibieron las escrituras, ¿para qué tenemos
que hacer la Reforma al Estado? Para ahorrar platica. Y para poder
entregarle escrituras bien respaldadas de casitas decentes a sectores
populares de la Patria que todavía no tienen vivienda social.
Lo que tenemos que pensar es en qué va a gastar el Estado.
En unas entidades estatales costosísimas o en la vivienda
social; en exceso de embajadas o en salud. Vamos a hacer esa Reforma
Administrativa profunda.
Y
está el elemento de la reactivación económica,
para lo cual son importantes la tasa de cambio, la tasa de interés
y los estímulos tributarios. Hace seis semanas, el Gobierno
dictó un decreto para eliminar el arancel a la maquinaria
de importación. Maquinaria que hoy se importa y que no
se produzca en el país, no paga arancel. Eso ayuda a reequipar
a los sectores productivos.
Y
la Reforma Tributaria tienen más de 10 puntos importantes
para reactivar la economía. Por ejemplo, la madera que
tendrá un proyecto piloto en el Cesar queda exenta, eso
es un gran atractivo. Los nuevos hoteles quedan exentos durante
30 años. La remodelación de hoteles queda exenta,
las empresas de turismo ecológico quedan exentas, la maquinaria
que se adquiera en el país o se importe se le devolverá
la totalidad del IVA. Si esa maquinaria es para una empresa altamente
exportadora no se le cobrará el IVA en el momento de la
nacionalización. Eso tiene que ayudar mucho a reequipar
a los sectores productivos para generar empleo.
Los
productos provenientes de la investigación colombiana,
como medicamentos y otros, no van a tener impuestos para fomentar
la ciencia y la investigación.
Vamos
a impulsar el alcohol carburante, de caña, de yuca. Quedan
totalmente exentos de impuestos. Van a ayudar a generar mucho
empleo, tienen un gran significado ecológico. Aspiramos
a que en los próximos años, los combustibles fósiles
como la gasolina tengan una mezcla importante de alcoholes biológicos
que ayudan a generar empleo y a controlar los factores de contaminación.
Quedan
exentas las inversiones a través de titularizadores. Lo
que se invierta en títulos de vivienda queda exento, lo
que se invierta de titularización de reforestación
queda exento. En fin, definimos con el Congreso unas exenciones
que nos ayudarán a reactivar la economía.
El
otro elemento fundamental es el de la política social.
Allí aparece la vivienda, donde se junta la reactivación
con la política social. Además de ir avanzando --no
con la velocidad que quisiera, por falta de recursos-- en la política
de subsidios de vivienda social, el 15 de enero empiezan los créditos
a la clase media colombiana hasta por 40 millones de pesos, asegurados
en inflación para acelerar la construcción de vivienda.
Creemos
que eso va a ser de gran importancia. Fogafin quedó autorizado
por otra ley, recientemente aprobada, que es la del Estatuto Financiero.
Confiamos en que, con las leyes que se han aprobado como el Estatuto
Financiero, los bancos tengan la posibilidad de entregar vivienda
en leasing con opción de compra.
Y
con la aprobación de una ley más ágil para
el procedimiento ejecutivo hipotecario se impulsen unos acuerdos
entre bancos y deudores morosos para poder superar ese problema
que afecta a los bancos y que afecta a 218 mil familias que tienen
su vivienda en riesgo de perderse por la morosidad en el pago
de sus deudas hipotecarias.
Ya
hemos avanzado en 78 mil cupos de restaurantes escolares en las
zonas de rehabilitación. Nuestra meta es que 500 mil niñitos,
adicionales a los que encontramos el siete de agosto, puedan recibir
apoyo de nutrición en las diferentes ciudades colombianas.
Confío
que la política agropecuaria se tiene que ir recuperando.
Tenemos gran ilusión de ver el año entrante sembrados
los primeros arbolitos en el Cesar. Esta tierra es prodigiosa,
aquí hay 300 mil hectáreas óptimas para sembrar
arbolitos.
Grábense
estas cifras en la cabeza: Chile exporta más de tres mil
millones de dólares al año en madera. Y al compararla
con Colombia, ¿qué ocurre? Colombia está
cerquita de todas partes: ustedes está en el corazón
del Caribe, se cruza el canal de Panamá y tenemos a Asia
al frente, Europa está muy cerca. En el mapa miramos que
Chile está en el extremo sur del continente y lejos de
todas partes. Sin embargo, exporta tres mil millones de dólares
al año en madera. En Chile, una hectárea produce
doce metros cúbicos de madera al año. El Cesar,
puede producir 25, más del doble. Pero en el Cesar no exportamos
madera.
Hay
que avanzar. En eso se la va a jugar FINAGRO con 20 mil millones
de pesos, gracias a una nueva ley que le permite participar con
capital de riesgo. Confiamos que este experimento le muestre a
los colombianos, desde el Cesar, la posibilidad económica
de la siembra de madera. Que no todo lo tenga que hacer el Estado,
que estas 10 mil hectáreas sean un punto de referencia,
un factor de jalonamiento. Tenemos ahora un obstáculo que
es la falta de las plántulas. Tenemos confianza en que
ha medida que los inversionistas se entusiasmen con el tema, crezca
mucho la oferta de almácigo en el país y que el
país pueda tener rápidamente en los próximos
años 300 mil hectáreas de madera comercial.
El
Estado tiene que crear condiciones, pero el gran esfuerzo lo tendrán
que hacer los particulares. En fin, tenemos muchas dificultades,
mucha pobreza, mucha violencia, mucho desempleo. Pero trabajando,
y trabajando de buena fe, vamos a salir adelante.
Quiero
desde aquí saludar a todos mis compatriotas en este 31
de diciembre. Saludar a los dos millones de desplazados de la
Patria y expresarles nuestra solidaridad. Quiero saludar a todas
las viudas y huérfanos de la violencia, decirles que tenemos
arriesgado nuestro pellejo sin vacilaciones, comprometida nuestra
alma sin dubitaciones, para devolverle a los colombianos la paz
y la tranquilidad.
Aquí
no hay vacilaciones, aquí hay un norte. Vamos por la seguridad,
para que los colombianos puedan volver a vivir en paz.
Están
abiertas todas las puertas para el diálogo. Quisiéramos
el diálogo, pero está tomada una decisión
de manera resuelta: la paz a través del diálogo
o a través de la autoridad. Si los grupos violentos dialogan
y negocian, con ellos llegaremos a acuerdos, si no convoco al
pueblo colombiano a persistir hasta que derrotemos al último
de los violentos para devolverle la ilusión a esta Nación.
Quiero
expresar desde Valledupar mi gratitud a cada uno de los soldados
y policías de Colombia. A esta hora, mientras hay muchos
colombianos en las playas de Santa Marta y de Cartagena, en las
fincas del Cesar o del Quindío en su descanso merecido
y contribuyendo a generar empleo; mientras muchos colombianos
se desplazan alegremente con sus familias por las carreteras de
la Patria, hay miles de soldados y policías a la vera del
camino con la mirada al sol haciendo un enorme sacrificio por
devolverle a los colombianos su Patria, la posibilidad de quererla,
de conocerla y de gozarla.
Desde
Valledupar, a cada uno de los policías y soldados apostados
en los diferentes puntos de la carreteras de la Patria, apostados
en la selva, en las zona de conflicto y en nuestras ciudades,
un saludo de compatriota, un saludo de afecto y una convocatoria
a los colombianos: para ganar la paz tenemos que querer y acompañar
a nuestra Fuerza Pública. Nuestra Fuerza Pública
tiene que ser nuestro gran aliado.
Compatriotas
todos, a romper vínculos con la guerrilla y los paramilitares.
Todos a perderle el miedo a la guerrilla y a los paramilitares
y a ganarle cariño, apoyo, confianza y acompañamiento
a los soldados y a los policías de la Patria.
Nada
más importante para recuperar el imperio de la Constitución,
el derecho a pensar diferente, el derecho a invertir y a trabajar
que apoyar nuestra Fuerza Pública para que haya seguridad.
Quiero
agradecer al Congreso de Colombia, por intermedio de los congresistas
del Cesar, la tarea que realizaron. Aprobaron una cantidad de
leyes de gran importancia, lo hicieron sin condicionamientos clientelistas,
sin auxilios parlamentarios, trabajaron con dedicación.
Cuando
el Congreso trabaja así, los colombianos recuperan su credibilidad
en el Congreso y creer en el Congreso es una necesidad para que
se recupere la credibilidad en las instituciones. Los congresistas
tienen el deber de devolverle plenamente a Colombia la confianza
en su institución congresional que es la esencia de la
democracia. Muchas gracias al Congreso de la Patria.
Quiero
agradecer a todos los organismos de justicia y de control, hoy
representados aquí por este ilustre vallenato, el Señor
Procurador General de la Nación, el doctor Edgardo Maya
Villazón, sus esfuerzos para que se restablezca en Colombia
el imperio de la justicia, para que Colombia derrote la corrupción,
muchas gracias señor Procurador.
Compatriotas:
ninguno de nosotros solo, puede hacer milagros, pero todos unidos,
haremos todos los milagros que se requieren para que esta Nación
salga adelante.
A
pesar de que esta noche muchos se emparranden, que todos se levanten
tempranito mañana. Yo le dije a Jerónimo, el hijo
mío, que tiene una fiesta. Me dijo que iba a llegar a las
6 de la mañana y le dije: pues te tragó la tierra
porque te voy a llamar a las 7 a trotar. Hay que empezar el año
trabajando, hay que empezar el año pidiéndole a
Dios que nos dé energías para sacar a este país
adelante.
Que
los que estén muy contentos y amanezcan por ahí
en las playas, empaten y entonces pasen de la última luz,
de la última oscuridad de la madrugada a la primera luz
del día a pensar, a reflexionar en Colombia, a trabajar
por Colombia, para sacar esta Patria adelante.
Uno
encuentra pueblos del mundo ilusionados, los americanos que se
ilusionaron con su sueño americano. Los chilenos se ilusionaron
con su democracia, los pueblos europeos con su Unión Europea,
los asiáticos se aplicaron con ilusión a salir adelante
después de la segunda guerra mundial.
Nosotros
no podemos dejar que Colombia sea la excepción, con trabajo,
con amor por esta Patria, lo que le ha hecho falta a esta Patria
es que la amemos, que la amemos... Con amor a esta Patria, la
vamos a sacar adelante...
Todos
los colombianos con ilusión, amando la Patria, trabajando
por la Patria y el Gobierno sin fallar, pidiéndole a Dios
que no nos deje equivocar, y el Gobierno trabajando con aplomo,
con austeridad, con honradez y con eficiencia. El sector privado
produciendo, todos madrugando una horita más, trabajando
una horita más en la noche, todos, todos a Dios rogando
y con el mazo dando, vamos a sacar esta Patria adelante.
A
todos, a las familias de todos mis compatriotas, a todos los que
vivimos en este hermoso pueblo de Colombia, a nuestros compatriotas
un feliz año 2003, que Dios nos ayude a amar más
a Colombia y a servirla bien para que esta Nación sea grande
como lo exigen las nuevas generaciones.
Esta
mañana acá en Valledupar, tuve el privilegio de
ser el padrino de Susana, la hija de la Ministra de Cultura. Cuando
la bautizaban tenía en mi mente esta reflexión:
¡qué compromiso tan grande el de nosotros para dejarle
una Patria a esta nueva generación, una Patria con ilusión,
una Patria con empleo, una Patria con equidad social , una patria
con oportunidades!
La
Patria, decía el pensador inglés, es un pacto diario
entre los muertos, las generaciones presentes, y las que habrán
de venir. La generación que ahora está en los puestos
de comando, la nuestra, tiene el deber de esculpir una Patria
mejor.
A
todos muchas gracias.
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