DISCURSO DE FIN DE AÑO DEL PRESIDENTE ÁLVARO URIBE VÉLEZ

Valledupar, 31 dic (CNE).- "Hace un año en estos mismos asentamientos de desplazados, en plena campaña a la Presidencia de la República, tuve la oportunidad de expresar unas ideas sobre este grave tema a todos nuestros compatriotas.

Regresamos en la misma fecha, con los mismos ciudadanos y con los mismos problemas a poner en marcha una política.

Bajo las manos probas y firmes del doctor Luis Alfonso Hoyos, la Red de Solidaridad tiene el deber de atender el problema del desplazamiento en Colombia. Nuestro primer propósito es un política firme de seguridad que proteja a los campesinos y empresarios del campo.

No podemos permitir que los grupos violentos sigan sometiendo a nuestros agricultores. Nos hemos propuesto la tarea de regresar 30 mil familias de desplazados. Con apoyo en subsidios de vivienda, con apoyo de proyectos productivos y acompañamiento oficial.

El número es muy bajo porque tenemos en la Patria aproximadamente dos millones de desplazados. Pero sí este experimento avanza y avanza bien puede marcar el camino hacia la solución del problema.

Y nos corresponde ayudar a las comunidades a mejorar su infraestructura. A resolver el problema de la vivienda, el de la educación y el de la salud, para aquellos desplazados que finalmente por diversas razones no regresen a sus lugares de origen. Creo que esta mañana hemos dado unos buenos pasos en esa dirección.

La cofinanciación nacional va a ayudar muchísimo a la Alcaldía de Valledupar, al señor alcalde, doctor Elías Ochoa, a avanzar en la construcción de infraestructura en estos asentamientos.

Confiamos señor Alcalde, en poder ayudar a Valledupar para que resuelva definitivamente el problema de vivienda en estos barrios y para culminar el traslado de quienes viven en la zona de alto riesgo del Río Guatapurí.

Las necesidades de la Nación en materia de recursos son muchas. Pero ahí estamos haciendo un gran esfuerzo para poder financiar esta inversión.

Quiero celebrar también los acuerdos de veeduría comunitaria impulsados por Findeter. La vigilancia del pueblo es el gran remedio contra la corrupción. Nada gana la Nación al cofinanciar obras si el dinero se esfuma por la corrupción. Nosotros tenemos que librar una batalla de noche y de día contra la corrupción.

Convoco al pueblo a que siga el ejemplo de estos barrios de Valledupar y en todas partes de la Nación se constituyan las veedurías comunitarias. Que no haya contrato del Estado sin veeduría comunitaria, para que con la vigilancia popular, con la presencia diligente del pueblo derrotemos la corrupción que tanto daño le ha hecho a la Nación colombiana.

He querido venir este 31 de diciembre a cumplirle a los desplazados de estos barrios lo hablado con ellos hace un año. Cumplir es una tarea fundamental del Gobierno para recuperar la credibilidad en las instituciones. Al dar el feliz año a todos aquellos ciudadanos que trabajan en el Gobierno, en el nivel nacional, en los niveles departamental y municipal, quiero invitarlos a que todos los días hagamos esfuerzos adicionales de trabajo para cumplir a los colombianos.

Un pueblo con tanto desempleo, con tanta hambre, con tantas dificultades, no puede tener a sus gobernantes con indiferencia ni con pereza.

Los gobernantes tenemos que dar ejemplo de diligencia, tenemos que dar ejemplo de pundonor para cumplir. Hay que leer el Manifiesto Democrático todos los días. Los 100 puntos que nos obligamos con los colombianos y ponernos las espuelas a nosotros mismos para cumplirle a nuestra Patria para bien de la credibilidad democrática.

Quiero, en este grato escenario de Valledupar, hacer unas reflexiones sobre la Nación.

Hay un gran propósito nacional que es derrotar la violencia. Ese propósito tiene que ser inclaudicable. Cuando los colombianos se pueden trasladar por las carreteras gozan la Patria, la descubren de nuevo, aprecian su diversidad, su belleza, sus posibilidades. Una Nación con 44 millones de habitantes, con estos recursos naturales, con la hospitalidad de sus ciudadanos, tiene en el turismo un gran potencial para reactivar la economía, para inducir el crecimiento.

Si restablecemos plenamente el turismo interno y tenemos la capacidad con la persistencia en la política de seguridad de convocar al turismo internacional, Colombia va a tener en ello un gran factor de generación de empleo.

La República Dominicana con tres millones y medio de turistas, Cuba con cerca de dos millones de turistas, Costa Rica con más de un millón de turistas, son naciones que nos dan ejemplo de cómo el turismo ayuda a generar empleo, a mejorar el ingreso del pueblo. El turismo depende en Colombia de un elemento: Seguridad.

Por eso nosotros no podemos aflojar el brazo, hay que rescatar la seguridad en todas las carreteras y en todos los destinos turísticos de la Patria para generar empleo.


Cómo da de gusto ver a la señora que vende hamacas en San Jacinto decir que después de ocho años pudo volver a vender hamacas en la carretera porque regresaron los turistas. Da gusto constatar las carreteras del Cesar llenas de vehículos, constatar un ciento por ciento de ocupación hotelera en Santa Marta, en Cartagena. Las casas, hoteles de los campos quindianos, repletos de turistas y ahora nos tenemos que aplicar para que en el festival que empieza en estos primeros días de enero, en Pasto, miles de colombianos se vuelquen a ese bello departamento que es Nariño, a hacer turismo y a generar empleo.

Quiero, además, hacer otras reflexiones al oído de todos mis compatriotas desde esta amable Valledupar. La seguridad es un factor esencial. Sin seguridad no hay administración en la agricultura. Sin seguridad no hay tranquilidad para el campesino. Sin seguridad no hay confianza para el inversionista. Sin seguridad no recuperamos la economía.

Pero el manejo económico tiene cinco elementos adicionales: la reducción del gasto, el aumento de los ingresos, la reforma de la administración, la reactivación de la economía y la política social.

Colombia tiene que disminuir el gasto burocrático. Si nosotros no derrotamos el clientelismo, si no derrotamos el derroche, el país jamás tendrá recursos para construir viviendas en los sectores populares. Hay que escoger: o financiamos la agricultura o derrochamos la plata en clientelismo.

Hay que escoger: o financiamos la salud o permitimos que el Estado colombiano siga derrochando sus escasos recursos. El control de gasto es una necesidad y empieza con el Referendo.

El Referendo no va a ser la solución de todos lo problemas colombianos, pero es un paso en la dirección correcta.

El Congreso de la República, que de acuerdo con el Censo, hoy debería tener más de 340 congresistas, aceptó que el número en el futuro sea de 218. Congelado. Esto es, que no pueda crecer de acuerdo con el crecimiento poblacional.

Si bien nosotros habíamos propuesto inicialmente que el número estuviera entre 150 y 165, el paso que ha dado el Congreso es bueno, porque hay que demostrar austeridad desde los niveles superiores del Estado.

Ese Referendo congela los gastos de funcionamiento por dos años. Solamente excluye de esa congelación las pensiones y los salarios de valor inferior a dos salarios mínimos legales vigentes.

Ese Referendo congela el salario del Presidente de la República, de los Congresistas, de los altos funcionarios, de los altos magistrados, por cuatro años para dar ejemplo.

Ese Referendo avanza en la eliminación de los privilegios pensionales. Los próximos expresidentes de Colombia, incluido mi caso, no tendrán privilegios pensionales para poder darle mayor credibilidad popular a nuestra democracia.

Ese Referendo orienta los recursos de las regalías fundamentalmente a la educación y al saneamiento básico, porque las regalías muchas veces se han perdido por auxilios parlamentarios, se han manejado con criterio de escopeta de regadera. Se le ha apuntado a todo y no se ha hecho obra importante.

Creo que el país, con un buen manejo sostenido en el tiempo de las regalías, puede lograr una gran Revolución Educativa.

Ese Referendo acaba las contralorías y las personerías que, salvo honrosas excepciones, son focos de clientelismo local. Para defender las Asambleas y los Concejos hay que quitarles los confites clientelistas que son las personerías y las contralorías y así lo ha aprobado el Congreso de la República en la Ley de Referendo.

Para que los Concejos y las Asambleas se dediquen a administrar y hacer control político como lo manda la Constitución y se olviden de las peleas clientelistas, que son atraídas justamente por la elección de esos funcionarios y por el reparto de la cuotas burocráticas. Y ese dinero deben llevarlo fundamentalmente a educación departamentos y municipios.

Y ese Referendo obliga al voto público para que los colombianos sepan cómo votan sus congresistas. Y ese Referendo trae la muerte civil de los corruptos para que no puedan volver al Estado ni por nombramiento, ni por elección, ni por contrato.

Colombia se apresta a concurrir a un Referendo que no es populista, es de mucha responsabilidad. En un país con hambre y con desempleo, proponer una congelación de los gastos de funcionamiento del Estado por dos años implica una gran responsabilidad popular para aceptarla.

El pueblo colombiano le va a dar al mundo una demostración de madurez, de responsabilidad, de sentido de pertenencia con el futuro de su Nación.

En este 31 de diciembre, invito a mis compatriotas a pensar en el Referendo como un acto de compromiso de cada ciudadano con la construcción de un país mejor. Invito a mis compatriotas a pensar en el Referendo como una responsabilidad, no para obtener prebendas individuales sino para avanzar en el mejoramiento del colectivo nacional.

El segundo punto de la política económica es el incremento de los ingresos del Estado. Hemos dado dos pasos: el impuesto de Conmoción para la Seguridad Democrática, que se cobra por una sola vez, y la Reforma Tributaria.

Indudablemente que la Reforma Tributaria tiene aspectos incómodos. No es bueno pagar más impuestos. Tengo que decirle al pueblo muy claramente que parte de los artículos de la canasta familiar van a pagar un IVA del siete por ciento y en dos años toda la canasta familiar y todos los bienes y servicios van a pagar un IVA del dos por ciento. No del 16%, sino del 2%.
Le hemos aumentado a los empresarios el Impuesto de Renta. Y le hemos quitado beneficios en deducciones de impuestos locales como el Predial y el de Industria y Comercio. Y sobre ellos recargamos ese gran esfuerzo del impuesto de Conmoción. Todos vamos a pagar impuestos.

Los países que mayor nivel de capital social han construido, son aquellos en los cuales todos los ciudadanos pagan impuestos. Cuando todos los ciudadanos pagan impuestos, todos los ciudadanos se preocupan por la marcha de su Estado. Todos se interesan por vigilar que no se roben los recursos.

El ciudadano que paga impuestos sabe que lo que le va a dar el Estado, no es por liberalidad, no es por gratuidad. Es para compensarle el haber cumplido su obligación de tributar.

Cuando la Nación le traiga aquí un apoyo a los desplazados en el futuro, no va a ser un regalo. Va a ser porque ellos están pagando el IVA, así sea pequeño, del dos por ciento, en cualquier producto que compran.

Algunas personas dicen que eso es malo, que es regresivo, que cómo se le va a cobrar a esos productos. Vamos a cobrar un poquito. Hoy no hay que pensar si los impuestos son regresivos y en dónde se originan, sino cómo se gastan.

El ideal es que en el origen todo el mundo contribuya a pagarlos y que en el gasto favorezcan a todos los sectores. Es lo que tiene que hacer Colombia. Tenemos pues, unos años de experimentación tributaria. Difíciles, pero si esa platica la gastamos bien, la Nación sale adelante.

El tercer punto es el de la Reforma de la Administración Pública. Nada ganamos si ponemos a los colombianos a pagar más impuestos y continúa el derroche y la corrupción. Se perdería esta Reforma Tributaria.

Por eso hay que hacer una tarea sin tregua para derrotar la corrupción y hay que reformar profundamente el Estado. Vamos a ejercer esas facultades que nos entregó el Congreso con toda la voluntad, para introducir una profunda reforma del Estado.

Los municipios han tenido que reformarse por la Ley 617. Han tenido que reformarse los departamentos. Y la Nación no se reforma. Para dar ejemplo, esa reforma ha empezado por la supresión de muchas embajadas y consulados y ha empezado por una sustancial reducción de gastos en la Presidencia de la República.

Esta mañana le decía a ese distinguido joven del Cesar, el doctor Faruk Urrutia, alto funcionario del Seguro Social: al Seguro hay que sostenerlo, mejorarlo. Lo que no puede es seguir perdiendo miles de millones de pesos al año. En la última adición presupuestal, en lugar de dedicarla a vivienda, a educación, la tuvimos que dedicar a costear pérdidas del Seguro Social del orden de los 575 mil millones de pesos.

Vamos a defender esa entidad, pero hay que eliminar todos los factores de destrucción de recursos para que sea sostenible y sirva bien al pueblo colombiano.

Déjenme hacer una anotación filosófica: este Gobierno no ha propuesto una ola privatizadora, pero sí se ha comprometido a recuperar la sostenibilidad de las empresas del Estado. No vamos a privatizar el Seguro, pero hay que rescatarlo. Y para ello, tiene que ser eficiente y austero, y todo el mundo tiene que hacer sacrificios y el sindicato nos tiene que ayudar con la reducción de costos.

Y la clase política nos tiene que ayudar con su comprensión para entender que el Seguro no puede ser para colocar recomendados, sino para tener una empresa estatal austera que le sirva bien al pueblo colombiano.

Hace pocos días le dije al sindicato de Ecopetrol que el Gobierno acepta que manejen una actividad estratégica como el petróleo. No vamos a privatizar Ecopetrol, pero tienen que ser sostenible. El sindicato nos tiene que ayudar a reducir costos para garantizar a futuras generaciones de colombianos la sostenibilidad de Ecopetrol.

Nosotros no vamos a eliminar a Telecom. Se necesita la opción pública en las telecomunicaciones. Lo que ha ocurrido internacionalmente demuestra que no todo se puede privatizar, no todo se puede entregar al mercado porque hay fallas. Hay que tener empresas del Estado que sean opciones para el público, que sean instrumentos para defender a los más débiles, pero a esas empresas hay que manejarlas bien.

Telecom hoy es insostenible, para recuperarla hay que hacer un gran esfuerzo de reducción de costos, de ampliación de servicios.

Ese es un punto bien importante que quiero reclamar hoy en la reflexión de todos mis compatriotas. El mantenimiento del Estado necesita la sostenibilidad de sus instituciones, de sus empresas.

Esa Reforma Administrativa tiene sacrificios. Va a salir un número importante de personas del Gobierno Nacional, pero cómo van a salir. Agradezco al Congreso que la Reforma Administrativa nos dio la facultad de pagarle a esas personas una bonificación hasta por un año. Para que al salir reciban parte de su salario como bonificación, mes a mes, durante un año con la única condición de que estén estudiando.

Eso puede ayudar muchísimo. Y además habrá un retén social para proteger la estabilidad laboral en el Estado de la madre cabeza de familia sin alternativa económica, del discapacitado y de quien esté próximo a jubilarse.

Y el énfasis se hará con la vacantes que dejen quienes se jubilen, para no reemplazarlas. Señoras cabeza de familia que recibieron las escrituras, ¿para qué tenemos que hacer la Reforma al Estado? Para ahorrar platica. Y para poder entregarle escrituras bien respaldadas de casitas decentes a sectores populares de la Patria que todavía no tienen vivienda social. Lo que tenemos que pensar es en qué va a gastar el Estado. En unas entidades estatales costosísimas o en la vivienda social; en exceso de embajadas o en salud. Vamos a hacer esa Reforma Administrativa profunda.

Y está el elemento de la reactivación económica, para lo cual son importantes la tasa de cambio, la tasa de interés y los estímulos tributarios. Hace seis semanas, el Gobierno dictó un decreto para eliminar el arancel a la maquinaria de importación. Maquinaria que hoy se importa y que no se produzca en el país, no paga arancel. Eso ayuda a reequipar a los sectores productivos.

Y la Reforma Tributaria tienen más de 10 puntos importantes para reactivar la economía. Por ejemplo, la madera que tendrá un proyecto piloto en el Cesar queda exenta, eso es un gran atractivo. Los nuevos hoteles quedan exentos durante 30 años. La remodelación de hoteles queda exenta, las empresas de turismo ecológico quedan exentas, la maquinaria que se adquiera en el país o se importe se le devolverá la totalidad del IVA. Si esa maquinaria es para una empresa altamente exportadora no se le cobrará el IVA en el momento de la nacionalización. Eso tiene que ayudar mucho a reequipar a los sectores productivos para generar empleo.

Los productos provenientes de la investigación colombiana, como medicamentos y otros, no van a tener impuestos para fomentar la ciencia y la investigación.

Vamos a impulsar el alcohol carburante, de caña, de yuca. Quedan totalmente exentos de impuestos. Van a ayudar a generar mucho empleo, tienen un gran significado ecológico. Aspiramos a que en los próximos años, los combustibles fósiles como la gasolina tengan una mezcla importante de alcoholes biológicos que ayudan a generar empleo y a controlar los factores de contaminación.

Quedan exentas las inversiones a través de titularizadores. Lo que se invierta en títulos de vivienda queda exento, lo que se invierta de titularización de reforestación queda exento. En fin, definimos con el Congreso unas exenciones que nos ayudarán a reactivar la economía.

El otro elemento fundamental es el de la política social. Allí aparece la vivienda, donde se junta la reactivación con la política social. Además de ir avanzando --no con la velocidad que quisiera, por falta de recursos-- en la política de subsidios de vivienda social, el 15 de enero empiezan los créditos a la clase media colombiana hasta por 40 millones de pesos, asegurados en inflación para acelerar la construcción de vivienda.

Creemos que eso va a ser de gran importancia. Fogafin quedó autorizado por otra ley, recientemente aprobada, que es la del Estatuto Financiero. Confiamos en que, con las leyes que se han aprobado como el Estatuto Financiero, los bancos tengan la posibilidad de entregar vivienda en leasing con opción de compra.

Y con la aprobación de una ley más ágil para el procedimiento ejecutivo hipotecario se impulsen unos acuerdos entre bancos y deudores morosos para poder superar ese problema que afecta a los bancos y que afecta a 218 mil familias que tienen su vivienda en riesgo de perderse por la morosidad en el pago de sus deudas hipotecarias.

Ya hemos avanzado en 78 mil cupos de restaurantes escolares en las zonas de rehabilitación. Nuestra meta es que 500 mil niñitos, adicionales a los que encontramos el siete de agosto, puedan recibir apoyo de nutrición en las diferentes ciudades colombianas.

Confío que la política agropecuaria se tiene que ir recuperando. Tenemos gran ilusión de ver el año entrante sembrados los primeros arbolitos en el Cesar. Esta tierra es prodigiosa, aquí hay 300 mil hectáreas óptimas para sembrar arbolitos.

Grábense estas cifras en la cabeza: Chile exporta más de tres mil millones de dólares al año en madera. Y al compararla con Colombia, ¿qué ocurre? Colombia está cerquita de todas partes: ustedes está en el corazón del Caribe, se cruza el canal de Panamá y tenemos a Asia al frente, Europa está muy cerca. En el mapa miramos que Chile está en el extremo sur del continente y lejos de todas partes. Sin embargo, exporta tres mil millones de dólares al año en madera. En Chile, una hectárea produce doce metros cúbicos de madera al año. El Cesar, puede producir 25, más del doble. Pero en el Cesar no exportamos madera.

Hay que avanzar. En eso se la va a jugar FINAGRO con 20 mil millones de pesos, gracias a una nueva ley que le permite participar con capital de riesgo. Confiamos que este experimento le muestre a los colombianos, desde el Cesar, la posibilidad económica de la siembra de madera. Que no todo lo tenga que hacer el Estado, que estas 10 mil hectáreas sean un punto de referencia, un factor de jalonamiento. Tenemos ahora un obstáculo que es la falta de las plántulas. Tenemos confianza en que ha medida que los inversionistas se entusiasmen con el tema, crezca mucho la oferta de almácigo en el país y que el país pueda tener rápidamente en los próximos años 300 mil hectáreas de madera comercial.

El Estado tiene que crear condiciones, pero el gran esfuerzo lo tendrán que hacer los particulares. En fin, tenemos muchas dificultades, mucha pobreza, mucha violencia, mucho desempleo. Pero trabajando, y trabajando de buena fe, vamos a salir adelante.

Quiero desde aquí saludar a todos mis compatriotas en este 31 de diciembre. Saludar a los dos millones de desplazados de la Patria y expresarles nuestra solidaridad. Quiero saludar a todas las viudas y huérfanos de la violencia, decirles que tenemos arriesgado nuestro pellejo sin vacilaciones, comprometida nuestra alma sin dubitaciones, para devolverle a los colombianos la paz y la tranquilidad.

Aquí no hay vacilaciones, aquí hay un norte. Vamos por la seguridad, para que los colombianos puedan volver a vivir en paz.

Están abiertas todas las puertas para el diálogo. Quisiéramos el diálogo, pero está tomada una decisión de manera resuelta: la paz a través del diálogo o a través de la autoridad. Si los grupos violentos dialogan y negocian, con ellos llegaremos a acuerdos, si no convoco al pueblo colombiano a persistir hasta que derrotemos al último de los violentos para devolverle la ilusión a esta Nación.

Quiero expresar desde Valledupar mi gratitud a cada uno de los soldados y policías de Colombia. A esta hora, mientras hay muchos colombianos en las playas de Santa Marta y de Cartagena, en las fincas del Cesar o del Quindío en su descanso merecido y contribuyendo a generar empleo; mientras muchos colombianos se desplazan alegremente con sus familias por las carreteras de la Patria, hay miles de soldados y policías a la vera del camino con la mirada al sol haciendo un enorme sacrificio por devolverle a los colombianos su Patria, la posibilidad de quererla, de conocerla y de gozarla.

Desde Valledupar, a cada uno de los policías y soldados apostados en los diferentes puntos de la carreteras de la Patria, apostados en la selva, en las zona de conflicto y en nuestras ciudades, un saludo de compatriota, un saludo de afecto y una convocatoria a los colombianos: para ganar la paz tenemos que querer y acompañar a nuestra Fuerza Pública. Nuestra Fuerza Pública tiene que ser nuestro gran aliado.

Compatriotas todos, a romper vínculos con la guerrilla y los paramilitares. Todos a perderle el miedo a la guerrilla y a los paramilitares y a ganarle cariño, apoyo, confianza y acompañamiento a los soldados y a los policías de la Patria.

Nada más importante para recuperar el imperio de la Constitución, el derecho a pensar diferente, el derecho a invertir y a trabajar que apoyar nuestra Fuerza Pública para que haya seguridad.

Quiero agradecer al Congreso de Colombia, por intermedio de los congresistas del Cesar, la tarea que realizaron. Aprobaron una cantidad de leyes de gran importancia, lo hicieron sin condicionamientos clientelistas, sin auxilios parlamentarios, trabajaron con dedicación.

Cuando el Congreso trabaja así, los colombianos recuperan su credibilidad en el Congreso y creer en el Congreso es una necesidad para que se recupere la credibilidad en las instituciones. Los congresistas tienen el deber de devolverle plenamente a Colombia la confianza en su institución congresional que es la esencia de la democracia. Muchas gracias al Congreso de la Patria.

Quiero agradecer a todos los organismos de justicia y de control, hoy representados aquí por este ilustre vallenato, el Señor Procurador General de la Nación, el doctor Edgardo Maya Villazón, sus esfuerzos para que se restablezca en Colombia el imperio de la justicia, para que Colombia derrote la corrupción, muchas gracias señor Procurador.

Compatriotas: ninguno de nosotros solo, puede hacer milagros, pero todos unidos, haremos todos los milagros que se requieren para que esta Nación salga adelante.

A pesar de que esta noche muchos se emparranden, que todos se levanten tempranito mañana. Yo le dije a Jerónimo, el hijo mío, que tiene una fiesta. Me dijo que iba a llegar a las 6 de la mañana y le dije: pues te tragó la tierra porque te voy a llamar a las 7 a trotar. Hay que empezar el año trabajando, hay que empezar el año pidiéndole a Dios que nos dé energías para sacar a este país adelante.

Que los que estén muy contentos y amanezcan por ahí en las playas, empaten y entonces pasen de la última luz, de la última oscuridad de la madrugada a la primera luz del día a pensar, a reflexionar en Colombia, a trabajar por Colombia, para sacar esta Patria adelante.

Uno encuentra pueblos del mundo ilusionados, los americanos que se ilusionaron con su sueño americano. Los chilenos se ilusionaron con su democracia, los pueblos europeos con su Unión Europea, los asiáticos se aplicaron con ilusión a salir adelante después de la segunda guerra mundial.

Nosotros no podemos dejar que Colombia sea la excepción, con trabajo, con amor por esta Patria, lo que le ha hecho falta a esta Patria es que la amemos, que la amemos... Con amor a esta Patria, la vamos a sacar adelante...

Todos los colombianos con ilusión, amando la Patria, trabajando por la Patria y el Gobierno sin fallar, pidiéndole a Dios que no nos deje equivocar, y el Gobierno trabajando con aplomo, con austeridad, con honradez y con eficiencia. El sector privado produciendo, todos madrugando una horita más, trabajando una horita más en la noche, todos, todos a Dios rogando y con el mazo dando, vamos a sacar esta Patria adelante.

A todos, a las familias de todos mis compatriotas, a todos los que vivimos en este hermoso pueblo de Colombia, a nuestros compatriotas un feliz año 2003, que Dios nos ayude a amar más a Colombia y a servirla bien para que esta Nación sea grande como lo exigen las nuevas generaciones.

Esta mañana acá en Valledupar, tuve el privilegio de ser el padrino de Susana, la hija de la Ministra de Cultura. Cuando la bautizaban tenía en mi mente esta reflexión: ¡qué compromiso tan grande el de nosotros para dejarle una Patria a esta nueva generación, una Patria con ilusión, una Patria con empleo, una Patria con equidad social , una patria con oportunidades!

La Patria, decía el pensador inglés, es un pacto diario entre los muertos, las generaciones presentes, y las que habrán de venir. La generación que ahora está en los puestos de comando, la nuestra, tiene el deber de esculpir una Patria mejor.

A todos muchas gracias.

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