PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN FORO DE EL TIEMPO Y UNIÓN FENOSA
SOBRE TLC
Bogotá, 23 sep. (SNE).- A continuación las palabras
del presidente Álvaro Uribe Vélez durante el foro
organizado por El Tiempo y Unión FENOSA sobre el Tratado
de Libre Comercio.
“Quiero felicitar a El Tiempo, a Unión Fenosa, por
está magnífica iniciativa. Agradecer la gentiliza
de invitarnos, en el día de hoy, y saludarlos muy respetuosamente
a todos ustedes.
He pensado el tema del Tratado de Libre Comercio
con los Estados Unidos en términos muy elementales, y lo tengo procesado
en mi mente en términos de un diálogo simple con
mis conciudadanos.
Muchos compatriotas preguntan: ‘¿hay
certeza de que nos conviene?’
He dado una respuesta muy elemental: Colombia ha
vivido experiencias de atpa y de no atpa, sabemos como reacciona
nuestra economía
cuando hay ese acceso, sabemos como se resiente nuestra economía
cuando se dificulta ese acceso.
Otros compatriotas preguntan: ‘¿y si se logró conseguir
el ATPDEA, por qué no insistimos en la renovación
del ATPDEA?’
La última, que nos permitió del ATPA al ATPDEA,
fue bien difícil. El 6 de agosto del año 2002, se
aprobó en los Estados Unidos y ahí empezó otro
calvario para obtener los que se ha llamado ‘la proclamación’.
Surgieron cantidades de temas –que se decía-, se levantaban
como obstáculos a ‘la proclamación’ y
que exigieron un trabajo muy difícil del Gobierno Nacional,
que entonces empezaba.
Vemos la posibilidad de nuevas renovaciones del
ATPDEA, no es fácil y aparece una razón práctica: cuando
los Estados Unidos está haciendo acuerdos de comercio con
países de nivel de desarrollo idéntico y con países
más pobres, sería bastante difícil una renovación
de preferencias unilaterales para países como Colombia y
la Comunidad Andina, aún ante las circunstancias de la droga.
El reclamo obvio es: ‘¿por qué con tales países
con mayores dificultades y más pobres, han hecho los tratados
y por qué a estos países les dan preferencias unilaterales?’
La diferencia entre esas preferencias unilaterales
y los tratados es una: la confianza inversionista. Yo recuerdo,
cuando empezó el
Gobierno en el 2002, en mis conversaciones con los empresarios,
contándoles que estábamos haciendo un gran esfuerzo
para que se proclamara el ATPDEA, que necesitábamos un gran
estímulo inversionista, una gran decisión inversionista
y todos ponían un ‘pero’. Es un período
muy corto, no hay certeza sobre lo que vendrá después.
Además, el universo de bienes favorecidos con el ATPDEA
lo hemos entendido como un piso a partir del cual se marcará una
gran ampliación de bienes y servicios que se deben favorecer
con el tratado bilateral.
Otros compatriotas preguntan: ‘¿y por qué hacer
eso bilateralmente y no esperar definiciones multilaterales como
la del ALCA?’
Nosotros empezamos a advertir –en los mismos meses de la
transición de Gobierno en el año 2002- grandes obstáculos
al ALCA. Y a medida que asistíamos a las reuniones con los
mandatarios de la región, nos convencíamos más
de que no había la decisión política de tener
un ALCA rápidamente. Y entonces empezamos a trabajar contra
las fechas: se acaba el ATPDEA en diciembre de 2006, no tenemos
ALCA, no hay certeza sobre la renovación de este sistema
unilateral de preferencias, ¿qué le pasa a la economía
colombiana?
Por eso, empezamos a buscar el camino de la bilateralidad,
que era un camino que no buscaba –ni aquí ni allá-.
Cuando por primera vez le propusimos al gobierno norteamericano
el tema nos dijeron: ‘no, nosotros no nos podemos salir del
ejercicio multilateral, el camino es el ALCA’. No fue fácil
llevarlos a la decisión de la negociación bilateral.
Es muy importante que todos los compatriotas sepan
que Colombia solicitó esta negociación y que tuvimos dos dificultades:
tuvimos que remontar la dificultad de que allá se quería
era el camino multilateral del ALCA. Y una segunda dificultad constituida
por una serie de problemas puntuales en nuestras relaciones comerciales
con los Estados Unidos, que vienen a mi memoria: el problema de
los medicamentos, el problema de los agroquímicos genéricos,
el problema de los asociados de Telecom, el problema de productores
de alimentos para mascotas, etcétera.
Inicialmente parecía muy difícil conseguir allí la
voluntad de entrar a negociar este tratado bilateral, se obtuvo.
Otros compatriotas han dicho: ‘políticamente no conviene
que nosotros miremos solamente al Norte, ¿por qué abandonamos
América del Sur?’
Todo lo contrario. Hoy, tenemos listo el acuerdo
CAN – MERCOSUR,
para que empiece a regir falta un punto, que es conciliar una diferencia
sobre soya entre Paraguay y Venezuela, que confiamos se pueda conciliar
en las próximas semanas. Creo que haber dado ese paso es
de gran trascendencia para el país.
¿En qué estaba la posibilidad del acuerdo CAN – MERCOSUR?
En cero. No había interés político y había
gran temor comercial.
Los empresarios colombianos decían: ‘ni pensar en
eso. Ponernos a competir con Brasil es exponernos a la desaparición’.
Creo que, desde el punto de vista político, haber hecho
ese acuerdo tiene que dar una señal clarísima: Colombia
quiere buscar posibilidades para su economía con todas las
naciones del mundo. Colombia quiere buscar posibilidades para su
economía con nuestros hermanos del Sur, con los Estados
Unidos, con Europa, con los asiáticos, con todos. Colombia
quiere buscar posibilidades para su economía, para su crecimiento,
para su empleo, sin detenerse en sesgos políticos.
Y hay otro antecedente bien importante que se enmarca
en la negociación
CAN – MERCOSUR, que es la construcción de un alto
nivel de consenso local.
Cuando empezamos esa negociación había un gran temor
por las prevenciones de nuestros empresarios, justas por supuesto,
y con todos ellos se fue construyendo un gran consenso; y diría
yo, que lo que Colombia ha acordado con MERCOSUR tiene un consenso,
algunos dicen que total, yo diría casi total.
Entonces llegamos al tratado de libre comercio
con los Estados Unidos después de haber hecho el acuerdo CAN – MRCOSUR
que da una gran señal política de nuestra solidaridad
con nuestro vecinos y hermanos de la América del Sur. Y
una gran señal política de que queremos buscar mercados,
en todas partes, para el bien de nuestra economía, sin detenernos
en sesgos políticos.
TRATADO
SIN ORIENTACIONES IDEOLÓGICAS
Un tema de objetivo político: el tratado lo buscamos nosotros
sin orientaciones ideológicas.
La actitud del Gobierno no es ideológica, es pragmática.
Nosotros necesitamos abrir caminos de bienestar para 44 millones
de colombianos, caminos de crecimiento económico, caminos
de generación de empleo.
Así el discurso que se oponga al TLC sea ideológico,
la actitud del Gobierno será siempre pragmática,
buscando el bienestar de nuestros compatriotas. El Gobierno le
haría mal al país, si aceptara el reto de un discurso
ideológico y se pusiera en la tarea de contestar ese discurso
ideológico.
CONSENSO
Otro tema adjetivo, procedimental: queremos construir
el mayor nivel de mayor nivel de consenso entre los colombianos.
El esfuerzo
que se ha venido haciendo por parte de los Ministros va orientado
hacia allá.
En las relaciones de los Ministerios con las regiones,
en las relaciones de los Ministerios con los sectores de la economía,
en las relaciones con el Congreso, en las relaciones con todas
las fuerzas políticas representadas en el Congreso, con
los grupos sociales, con las autoridades regionales y con los gremios.
Eso se ha traducido, por ejemplo, en que la audiencia
que se congrega en aquello que se llama el ‘cuarto de al lado’, la
oficina contigua a las salas de negociación, es una sala
numerosísima, ampliamente representativa del país.
Y no tenemos dificultad en ampliarla. Hace dos
semanas, cuando nuevamente me sentaba con los indígenas del Cauca a examinar
su problemática, entre su pliego de peticiones estaba que: ‘necesitamos
tener un representante en el proceso del TLC’. Dije: ‘eso
no necesitan ponérmelo en el papel, ni en un pliego de peticiones,
ni necesitan alegarlo para hacer esa marcha. Hagan esa marcha sin
alegar eso. Si me hubieran dicho ayer, ayer tendrían ese
representante’.
Sector social o político de la Patria, que quiera participar
en ese proceso y estar en el ‘cuarto de al lado’ y
ayudar con sus ideas a que obtengamos los mejores contenidos, está invitado
a hacerlo y lo quiero reiterar hoy.
EQUIPO NEGOCIADOR
Había otro temor. Muchos compatriotas me preguntaban: ‘Presidente ¿y
nosotros si estamos preparados, nos vamos a poner a negociar con
esa gente, nos van a moler?
Quiero aplaudir el esfuerzo que ha hecho Colombia
para preparar su equipo negociador, la manera como se integró ese equipo
y como se ha preparado. Da gusto cuando se conoce ello. Da gusto
como han venido definiendo intereses, como han venido superando
posiciones por intereses, como se prepararon en materia de opciones.
Antes de sentarse en la primera ronda, tenían absolutamente
claras las opciones debidamente priorizadas para cada uno de los
casos.
Y eso ha conducido a otro elemento de gran importancia:
aquí no
se está negociando un tratado de adhesión. El punto
de referencia de negociación no es la propuesta de los Estados
Unidos, Colombia ha acudido con textos y con proposiciones a cada
uno de los temas. Eso refleja la preparación y la entereza
con que ha venido procediendo el equipo negociador.
Temas que preocupan mucho en la parte sustantiva:
PROPIEDAD INTELECTUAL
Yo soy optimista, ¿por qué? Porque para proclamar
el ATPDEA nosotros tuvimos que dar unos pasos muy importante en
materia de decretos de propiedad intelectual cuando empezó este
Gobierno.
Los Estados Unidos decían: ‘si, les aprobamos el
ATPDEA pero tenemos unos reclamos de propiedad intelectual. Hay
que resolverlos’, produjimos varios decretos. Quiero destacar
el decreto referido a los medicamentos y el decreto referido a
los agroquímicos genéricos.
Inicialmente a nadie le gustó. Todo el que leía
los contenidos de esos decretos reaccionaba críticamente,
en algún momento le dije al Ministro Botero y al Ministro
Juan Luis Londoño (Q.E.P.D.): ‘aquí procedimos
como Santo Tomás, hicimos con estos decretos una repartición
equitativa de la inconformidad’. Pero esos decretos se han
abierto paso, han mostrado una línea de equidad, y creo
que esos decretos se constituyeron en un avance que le va a evitar
a Colombia muchas dificultades en materia de propiedad intelectual.
El gran tema de propiedad intelectual está bastante recorrido,
gracias a esos decretos.
Y quiero recordar, por ejemplo, que en el tema
de los medicamentos salvamos lo retroactivo y lo que se refiere
a salud pública. –Eso
es de gran importancia-. Y son limitaciones con las que acudimos
a esta negociación, que nos impusimos nosotros para bien
de la comunidad colombiana.
Por supuesto que ahí se discutirán otros temas: ¿qué pasa
si las autoridades colombianas son morosas?, ¿si se demoran
más del tiempo requerido para resolver una solicitud? Seguramente
tendremos que dar compensaciones en tiempo, pero uno no puede castigar
por sus demoras o sus ineficiencias a la otra parte.
Ahí hay un tema bien importante relacionado con propiedad
intelectual que es el tema de la biodiversidad. Yo le repetía
ayer a Hernando José Gómez –nuestro líder
negociador-, y ahora al Ministro Botero, que ese es un tema muy
sensible.
Nosotros tenemos que encontrar unas normas que
nos reconozcan todos los derechos, que no permitan piratería internacional
frente a los derechos de propiedad intelectual derivados de invenciones
y desarrollos que provengan de nuestra biodiversidad, especialmente
la biodiversidad amazónica. Ese es un gran reto para consignar
en ese tratado.
TERRITORIALIDAD
INDÍGENA
Los indígenas me decían: ‘es que el tratado
de libre comercio nos va a afectar la territorialidad’.
De ninguna manera. No vemos por donde. Eso no ha
pasado por la cabeza de alguien. No hay una sola cláusula que pueda producir
dudas de que con el tratado de libre comercio se van a afectar
los derechos de territorialidad de las comunidades indígenas
de la Patria.
AGRICULTURA
Me preguntan mis compatriotas: ¿y el agro? Yo quiero reconocer
hoy, aquí, que para nuestra Patria, para este Gobierno,
el agro es fundamental.
Doce millones de colombianos viven en áreas rurales. Si
bien ese universo poblacional ha descendido como porcentaje de
participación en el total de la población colombiana,
sigue creciendo como cifra absoluta: 12 millones y al otro año
un poquito más, y al otro año otro poquito más.
Segundo aspecto. Hay una gran cantidad de poblaciones de Colombia,
que el censo califica como poblaciones urbanas, pero su comunidad
depende totalmente de la Colombia rural.
Tercer aspecto. Cuando nosotros miramos lo que
puede ser la oferta de Colombia en los próximos 20 años, está profundamente
relacionada con el desarrollo agroindustrial.
Cuarto aspecto. Se debilita la agricultura en Colombia,
se fortalece la droga y el terrorismo. –Ese aspecto sí que es importante
para esta negociación-.
Algunos productos. La negociación debe pasar de la prevención
ideológica a la proposición práctica. Entonces
por eso en lugar de hablar genéricamente del campo, debemos
es pasar a referirnos a cada producto en particular y a ver cómo
va a quedar ese producto en el tratado.
-
Café:
El café inicialmente no es motivo de preocupación.
Tenemos que luchar por un tema para que en las reglas de origen
de las mezclas, el origen sea la región. Ese es un aspecto
importante con el cual hay que tener cuidado.
En un producto en el que somos plenamente competitivos,
que le estamos buscando ahora una nueva versión en el café orgánico,
en el café especial, y un nuevo canal de mercadeo en las
tiendas que se convinieron con la Federación Nacional de
Cafeteros, no hay que temer.
Al contrario, con cafés orgánicos, cafés
especiales, con las tiendas ‘Juan Valdez’ –que
se constituyen en una manera de hacer publicidad productiva, hacer
publicidad vendiendo café y en un canal de mercadeo para
llegarle al público directamente-, yo creo que hay que tener
plena confianza en eso.
- Trigo:
Vámonos a otro producto, el trigo. Allí no somos
competitivos. ¿Qué problemas tenemos con eliminarle
totalmente el arancel al trigo?
Colombia consume 1.500.000 de toneladas de trigo,
hay que idearnos la manera de comprar 30 mil toneladas que se
siguen produciendo
entre Yacuanquer (Nariño) y algunos poblados de Boyacá.
Ahí hay un tema de agricultura campesina que implica un
esfuerzo del Gobierno o en subsidios o en algún esquema
de absorción de esas 30 mil toneladas. Yo creo que no debe
ser motivo de preocupación.
-
Maíz:
Ese es un tema bien delicado porque hasta hace
algunos años,
al maíz se le había extendido ‘partida de defunción’,
solamente insistía en él el Presidente Barco, visionariamente.
Este año tenemos en el país 170 mil hectáreas
de maíz tecnificado, con producciones entre cinco y siete
toneladas por hectárea. Tenemos 15 mil en la Altillanura,
combinadas con soya. ¿Quien iba a pensar, hace algunos años,
que se podía producir maíz competitivamente en la
Altillanura?
Y mejorando la tierra con soya, estamos avanzando
en esa dirección.
Y en la medida que se establezca allí parte de la industria
avícola con el ahorro en costos de transporte, eso se va
a constituir en una integración formidable.
¿Cuánto producimos? Un millón de toneladas. ¿Cuánto
consumimos? Tres millones de toneladas. ¿A qué ritmo
crece el consumo del maíz? Al cinco, seis por ciento, especialmente
por la industria avícola. ¿Qué hay que hacer
allí a mi juicio? Hay que adoptar un esquema que puede ser
de contingentes u otro.
Le dije a los Ministros: ‘no nos apeguemos a una sola fórmula,
tengamos una baraja de fórmulas, finalmente negociamos la
más práctica’.
Hay que proteger el millón de toneladas que producimos,
que tienen dos razones para protegerlas: la participación
de la economía campesina y los esfuerzos de productividad.
Y hay que facilitar la importación de las dos millones de
toneladas que necesitamos traer del extranjero. Con esa visión
es posible conciliarlo.
A lo que necesitamos traer, quítele totalmente el arancel.
Aquello que necesitamos absorber en el país, para defenderlo,
créele un contingente que lo defienda de importaciones en
esa misma cantidad.
- Arroz:
Lo protegen allá, lo protegemos aquí. A los arroceros
hay que decirles que se preocupen por algunas cositas: aumentar
productividad pero no aumentar áreas. Nosotros estamos negociando
con los japoneses el crédito para el Distrito del Ariari.
En el Consejo Comunitario del sábado pasado en Acacías,
me preguntaban los compatriotas del Meta por ese Distrito, les
contesté: ‘hay voluntad del Gobierno, estamos en la
consecución de este crédito. Simplemente el Gobierno
les pide una cosa, que no sea para arroz’. Porque el problema
del arroz es grave en todas partes. Por ejemplo, la Comunidad Andina.
Por una u otra razón, todos nos saturamos y todos queremos
resolver el problema saturando más al vecino.
Entonces, el problema del arroz no es un problema
con el TLC, en un problema de la región, es un problema andino, es un
problema de saturación entre nosotros.
El informe que he tenido del ministro Jorge Humberto
Botero, del ministro Carlos Gustavo Cano y el doctor Hernando
José Gómez,
es que Estados Unidos necesita proteger su arroz, nosotros vamos
a proteger el nuestro. El problema del arroz es otro.
- Barreras no arancelarias y salvaguardias
Hay dos temas bien importantes: las barreras no arancelarias y
el tema de las salvaguardias.
Lo que nosotros no conseguimos con preferencias unilaterales como
el ATPDEA, para remover barreras no arancelarias, lo debemos conseguir
con el tratado.
El sector agropecuario se queja enormemente de
que las barreras no arancelarias nos dificultan la llegada de
esos mercados. Pues
bien, entonces ahí viene una reflexión: ¿si
ese es un gran obstáculo, cómo lo removemos? ¡esperando
que algún día haya un gesto de liberalidad de los
Estados Unidos, o negociándolo de manera bilateral?
Yo creo que el camino es: negociando ese desmonte a barreras no
arancelarias de manera bilateral.
SALVAGUARDIAS
El tema de salvaguardias. Hay que tener unas salvaguardias
en el periodo de desgravación y otras salvaguardias permanentes.
Recuerdo una conversación con el Embajador Zoellick, le
dije: ‘nosotros no podemos seguir difiriéndolo todo
al Acuerdo Mundial de Comercio, a la Ronda de Doha. Intentemos
introducir en este tratado unas cláusulas que se anticipen
a lo que se pretende a hacer Doha y no ha hecho. Tengamos unos
esquemas de salvaguardia permanentes después de agotado
el periodo de desgravación, para el evento en que se presenten
situaciones difíciles’.
El tema de las reciprocidades, bien vinculado a
eso. Estados Unidos tiene en esta materia innumerables problemas
políticos,
como nosotros.
Cuando me he reunido con los senadores de los Estados
Unidos, ellos no llegan con un discurso ideológico, ellos llegan
es: ‘bueno, es que tengo el problema del maíz de mi
Estado, tengo el problema del algodón de mi Estado’.
Ellos llegan con un problema concreto y alrededor de esos problemas
concretos allá, negociar con ellos no es fácil y
no es fácil que aprueben estos tratados.
Entonces, mirando lo de allá, lo de acá, le dije
al Embajador Zoëllick: ‘políticamente llegará un
momento en que ustedes tienen que proteger un sector de la producción
agropecuaria en un tiempo y nosotros no podemos permitir que esa
protección de ustedes, llámese subsidio a la producción,
subsidio a las exportaciones –sobre todo el primero que es
el más difícil de manejar en estos tratados, el subsidio
a la producción- nos hagan daño. Tengamos allí elementos
que nos permitan reciprocidades, tengamos allí salvaguardias
que nos permitan en ese momento, equilibrar las cargas’.
En esa dirección se está trabajando.
Así como es claro que nosotros no podemos pretender que
ellos desmonten todos los subsidios a la producción, también
es claro que el tratado debe contener normas que nos permitan a
nosotros defendernos cuando un subsidio a la producción,
produzca una distorsión de precios y le cree un problema
de competencia desleal a nuestros productos.
Pensando en eso, es que hemos venido proponiendo
las salvaguardias para después de los periodos de desgravación.
TELECOMUNICACIONES
En el tema de las telecomunicaciones se decía: ‘es
que van a obligar a privatizar a la Empresa de Teléfonos
de Bogotá, van a obligar a privatizar a EPM’. No.
Eso está superado.
Había alguna prevención allá por el tema
de Colombia Telecomunicaciones –empresa estatal nacional-
que podría, al mantenerse como empresa del Estado, entrar
en un conflicto de interés con el regulador.
En la Reforma Administrativa de este Gobierno una
norma muy clara ha sido: nosotros antes que entrar a privatizarlo
todo, estamos
buscando es, la sostenibilidad. Eso fue lo que primó en
nuestra reforma de Telecom. Muchos colombianos me dijeron: ‘privatícela’,
le dije: ‘no podemos, vamos es a volverla sostenible’.
Además, con un gran espacio de que se le ha abierto al
sector privado en el área de telecomunicaciones, hay que
mantener un instrumento estatal para comunidades rurales, para
comunidades remotas, para fallas de mercado. Entonces la decisión
ha sido, pasar de una Telecom que estaba perdiendo $500 mil millones
a una Telecom que este año se gana $850 mil millones, salvar
el pago de unas pensiones que de otra manera las iba a tener que
pagar el fisco, pero mantener lo estatal competitiva y eficiente.
En la medida que se demuestre la independencia del regulador,
eso no debe ser problema.
FINACIACIÓN
La financiación de la pequeña empresa, la financiación
de la reconversión del agro. Lo que se haga en el tratado,
necesariamente va a remitir a los bancos multilaterales. No veo
fácil que en el tratado obtengamos unos fondos directos
para ese tema, pero hay que buscar como avanzamos. Me parece, que
si lo logramos a través de los bancos multilaterales en
los cuales Estados Unidos tiene tanta incidencia, habremos dado
un gran paso.
AGENDA INTERNA
La conexión del tratado con la agenda interna. De gran
importancia. El tema de infraestructura, calificación de
mano de obra, aduanas, puertos, Eldorado, reconversión,
trámites.
En el mes de diciembre, el doctor Santiago Montenegro,
director de Planeación, debe presentar el primer documento de visión
de Colombia a 20 años, donde tiene que estar el capítulo
de la agenda interna para poder responder a un tema tan importante
como el de los tratados de comercio.
Por ejemplo, en financiación en lo inmediato. Además
de buscar este apoyo a través de los bancos multilaterales,
el Ministro Botero está liderando dos pasos: un paso que
es, la facilitación y ampliación del mercado de capitales.
Y un segundo paso, que es un gran compromiso de Bancoldex con un
programa de inicialmente de $1.5 billones para Pymes.
En la medida en que, la gran empresa pueda tener
mayor participación
en el mercado de capitales para financiarse, podremos orientar
más a Bancoldex hacia las Pymes y por eso, ese fortalecimiento
que se está proyectando.
El tema tiene que ser un tema financiero y también un tema
fiscal. Entonces aquí conectamos con el esquema tributario.
ESQUEMA TRIBUTARIO
Algunas normas que se han introducido en la legislación
tributaria por este Gobierno, se anticipan a las necesidades de
reconversión. Una de las primeras decisiones de este Gobierno
fue eliminarle el IVA a los bienes de capital para empresas altamente
exportadoras.
La segunda decisión fue reducir la exigencia para que una
empresa califique como altamente exportadora del 50 al 30 por ciento
de lo que debe exportar en relación con su producción
total.
Otra decisión: devolverle a todas las empresas, sean exportadoras
o no, el IVA por la adquisición de bienes de capital.
Otra decisión: eliminar el arancel a los bienes de capital.
Nosotros hemos cambiado un sistema de exenciones sin lógica,
por un esquema de estímulos tributarios orientados a convertir
ventajas potenciales de Colombia, en ventajas efectivas. Esa es
la razón de los estímulos que se han introducido
en las dos reformas tributarias de este Gobierno.
El del año pasado. La deducción del 30 por ciento
a la inversión generadora de renta, es un paso fiscal para
ayudar al crecimiento, para ayudar a la generación de empleo
y para anticiparnos a las necesidades de reconversión.
Anoche me confirmaron la cifra de que este año la inversión
privada en Colombia está creciendo al 20 por ciento, después
de haber crecido el año pasado el 16. Hasta el mes de julio
la importación de bienes de capital del sector industrial
iba creciendo al 25 por ciento. Nos estamos reencontrando con un
camino de crecimiento de la inversión, que es bien importante
para Colombia.
Yo les pediría pensar en el impacto de esos estímulos,
porque ahora que se discute la reforma tributaria, mucha gente
dice: ‘no, quítenle la deducción a los sectores
empleadores’. Esa deducción es de gran importancia.
Aquí hay un conjunto de pequeña y mediana empresa
que necesita esos estímulos para poder crecer ante las inmensas
dificultades con que están tropezando. Esa deducción
no está en obra, como lo que critican ahora en Estados Unidos.
Mucha gente en Estados Unidos dice: ‘le están devolviendo
plata al contribuyentes ricos, que no la necesitan y eso no genera
inversión’. Aquí no se le está regalando
la plata a la gente. Aquí se les está diciendo: ‘usted
tiene una deducción para crecer, para generar empleo’.
Le estamos diciendo a la gente: ‘usted tiene este estímulo,
mientras reinvierta. Mientras reinvierta, ese ingreso es un ingreso
exento, pero si usted reparte ese ingreso como dividendo, inmediatamente
se forma el ingreso gravable’.
Una cosa es hacerles un regalo a los ricos y otra
cosa es impulsar el crecimiento de la economía, de la generación de
empleo y financiar la reconversión empresarial de Colombia,
por eso, tenemos que hablar con mucha claridad para defender este
tipo de deducciones. Porque, leo con sorpresa que se reclama financiación
de la reconversión, y simultáneamente se critica
este tipo de deducciones.
Y el país es tiene que quitar ese complejo de no dejar
crecer la economía. A mi me preocupa mucho ver que la economía
colombiana en los años 60, 80, creció casi al cinco
por ciento y del 80 para acá, en promedio, al dos. ¡Es
un crecimiento anémico! Nosotros tenemos que buscar como
esta economía crece velozmente! Y uno está limitado
por una serie de decisiones internacionales. Centroamérica,
con la idea de rebajar tasa de renta al 25, de 10 años de
exenciones a los nuevos proyectos productivos. Los anuncios del
gobierno del Presidente Chávez, de exenciones en la frontera,
etcétera.
Nosotros no podemos hacer locuras, pero comprometerse
a ayudar a que el esfuerzo fiscal sea un complemento al esfuerzo
financiero
para que se den estos procesos de reconversión y de crecimiento,
es absolutamente necesario, y eso tiene una tasa de utilidad social
muy importante y fiscal, en empleo, en cotizaciones parafiscales,
posteriormente en IVA, ahora en patrimonio y después en
la misma renta. Eso tiene una tasa de retorno fiscal, social, general,
de inmensa importancia.
CAPACITACIÓN
Temas de gran importancia como el tema de mano
de obra calificada. Ahí es de gran importancia la Revolución
Educativa y lo del Sena.
El Sena estaba capacitando 1.100.000 colombianos
hasta el año
2002, este año capacita 2.600.000 colombianos. La meta es
que en el año 2006 capacite 4 millones de colombianos.
Por supuesto, hay parte de la reforma que se discute.
La reforma ha eliminado una serie de costos administrativos del
Sena para
trasladar esos recursos a lo que son las inversiones misionales.
Estamos duplicando el número de horas de enseñanza
en el Sena.
Acudí la semana pasada al lanzamiento del Fondo Emprender,
que se financia con los nuevos recursos del Sena y que este año
va a aportar a proyectos productivos más de 25 mil millones,
en el centro de formación de Mosquera, y me decían
lo muchachos: ‘Presidente, es que ahora en la primera etapa
no nos quieren formar de tecnólogos en administración’.
Y les pregunte: ¿en qué los están formando?
Y me respondieron: ‘no, nos enseñan un oficio de aplicación
inmediata’. Les dije: ‘eso es lo que necesitamos. Si
ustedes quieren todos graduarse de administradores sentados en
un escritorio, se van a morir de hambre. Tienen que empezar con
lo que se ha llamado la formación vocacional básica,
que les enseña un oficio productivo, que les de posibilidades
de ingresar al mercado laboral de inmediato y a partir de ahí,
si ustedes lo quieren, seguir un proceso de formación que
los conduzca en una segunda etapa a ser tecnólogos y en
una tercera etapa a graduarse en ecuación superior. Todo
encadenado.
Los créditos para las competencias laborales básicas
deben servir para obtener después, el escalón de
tecnólogos. Y los créditos para el escalón
de tecnólogos deben servir para obtener después,
el título en estudios superiores.’
TRÁMITES
Hay temas de gran importancia como el Plan Maestro
del Aeropuerto Eldorado, el tema de puertos –sobre todo el cual venimos
trabajando-, el tema de infraestructura, el tema de trámites.
La semana pasada tuvimos el informe de que (lo
dio el Banco Mundial) en el 2002 Colombia necesitaba casi 70
pasos para formar una empresa,
hoy se necesitan 42. Pero nosotros vamos a reducir mucho más
eso.
En la reforma de la administración, ese tema es uno de
los temas transversales: el de simplificación de trámites
y confiamos darle un gran apoyo si se aprueba en esta legislatura,
para lo cual estamos trabajando la ley antitrámites.
Hay un problema de regiones. La gente le dice a
uno: ‘Presidente,
pero es que en México eso ha sido muy desigual, unas regiones
se han favorecido y otras no’. Entonces aquí le dicen
a uno: ‘bueno, una cosa es que se favorezcan los industriales
de Bogotá, pero van a arruinar a los agricultores de la
meseta Cundiboyacense. Se favorecen los industriales de Medellín,
pero se arruinan los productores agrícolas del oriente antioqueño.
En el Huila, en Tolima hay enorme preocupación’.
Creo que por eso, Colombia debe aprender de la
lección
mexicana y buscar que el tratado sea parte de un conjunto de manejo
económico que permita crecimiento y desarrollo en todas
las regiones. Porque el problema del impacto regional desequilibrado
en México, es un real problema y no podemos dejar que se
repita en Colombia.
Estas son algunas ideas sobre el tema que acá nos reúne.
Muchas gracias”. |