PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN XXIX CONGRESO DE FEDEGAN Cartagena,
25 nov. (SNE).- Las siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez durante el XXIX Congreso
de la Federación Nacional de Ganaderos –Fedegan-,
certamen que se realiza en la ciudad de Cartagena.
“Vengo con gran afecto a este congreso que reúne
a los ganaderos de mi Patria. Con inmenso afecto por ustedes. Con
inmensa solidaridad por su tarea. Con inmensa solidaridad por su
sacrificio. Con inmenso compromiso por el presente para poder compartir
con ustedes la esperanza de que las nuevas generaciones de colombianos
puedan vivir felices en esta tierra.
En los últimos días, he tenido una serie de sentimientos
algunos de los cuales les quiero transmitir. Antes de ayer, me
dirigía por las calles de Bogotá al Aeropuerto Eldorado
para llegar a la Plata, Huila, y en un accidente fue arrollado
el agente Agualimpia, quien me acompañó durante tres
años con gran lealtad. Cuidarme a mi, el de arriba, y unos
poquitos héroes que generosamente han aceptado esa tarea.
¿A qué iba al Huila? A encontrarme con mis compatriotas
de esa abnegada tierra. Iba a expresar allí dos sentimientos.
La semana pasada
una persona con 20 años de actividades
terroristas en la FARC llamó al Ministro del Interior, inmediatamente
me llamaron a mí que quería reinsertarse. Lo recibimos
con generosidad. Yo les quiero decir que en la Colombia de hoy,
no hay algo que me de más alegría que un reinsertado,
inmensa alegría. Hay que recibirlos con total generosidad.
¿Y a qué iba al Huila? El día anterior el
Ejército de la Patria dio de baja a un señor de las
Farc, azote de ese departamento y a cuatro de sus secuaces.
¿ General, cuál era el nombre del señor?
la verdad es que esas noticias no dan alegría porque uno
tiene dos sentimientos: el sentimiento democrático y el
sentimiento cristiano, pero dan tranquilidad.
Yo vengo al
Congreso de Fedegan a repetir ante ustedes, queridos compatriotas,
una cosa elemental y simple, toda la voluntad política
para acabar estos bandidos.
Aquí no puede haber treguas, ni puede haber ahorros literarios,
ni puede haber embelecos políticos, ni puede haber rodeos,
con palabras elementales y sencillas, la expresión de una
voluntad política: hay que acabarlos. Los hemos aguantado
muchas décadas.
Muchas veces
hemos tenido que trabajar en el campo con la indeferencia del
Estado, y tener esos bandidos a toda hora haciéndonos
daño.
Hace poco me
decía un compañero de ustedes del Cesar
que han empezado a tener un poquito más de tranquilidad.
Y me dijo: “hombre, Presidente, sigan viniendo aquí a
toda hora al tema de orden público, porque es muy grave
que el Estado colombiano haga presencia aquí para tomar
whisky en el Festival Vallenato, y en el resto del año este
ausente y deje que esa guerrilla este encima de nosotros maltratándonos”.
Me impresionó mucho lo que me dijo ese compatriota del Cesar.
Una llamada de atención bien importante.
Es que hemos
tenido durante épocas mucha retórica
en el Estado, en el campo no hemos escuchado sino su retórica
y total ausencia. Eso no puede seguir. Por eso tenemos que continuar
en el camino emprendido de recuperar plenamente la seguridad en
las ciudades y en los campos de la Patria.
Hoy ha empezado
otra etapa del proceso de reinserción.
Hasta ayer llevábamos más o menos 7.050 reinsertados
en este Gobierno. Una suma muy importante.
Cuando se reinsertó el
M-19 se reinsertaron 900 personas, 185 guerrilleros y los otros
apoyos a esa actividad.
Cuando se reinsertó el
Epl se reinsertaron 1.200.
Cuando se reinsertó la corriente de Renovación
Socialista del Eln, 280.
La suma de
todos esos grupos no alcanza el 50 por ciento de los 7.050 que
habíamos logrado hasta ayer.
De esos 7.050, el 60 por ciento es de las Farc y el otro 40 por
ciento, mitad del Eln y mitad de los grupos ilegales de autodefensa.
Y hoy se está dando un principio de desmovilización
masiva bien importante de estos sectores de autodefensa. Vamos
a proceder con todos los reinsertados con generosidad. Necesariamente
observando el ordenamiento jurídico dentro de sus límites.
Nosotros tenemos que ganar este desafío al terrorismo dando
ejemplo de respeto a la ley. Ese respeto a la ley que requiere
esta Patria para consolidar la unidad nacional y prospectarla.
Esos colombianos
que hoy se están desmovilizando los acogemos
con todo el afecto. Vamos a hacer todos los esfuerzos para que
ellos tengan todas las oportunidades de reencuentro con sus familias,
de posibilidades de estudio, de reencuentro a plena luz del día
con sus compatriotas, de posibilidades de capacitación laboral,
de posibilidades de trabajo.
Finalmente, el mal llamado paramilitar o el guerrillero, provienen
del campesinado colombiano. Tan campesino de la Patria es el uno,
como campesino de la Patria es el otro.
Cuando se producen
estos actos de rectificación, la Patria
los tiene que acoger con cariño, fraternamente, con generosidad.
Y hay preocupaciones.
Hace dos semanas estuve en Ocaña
y unos compatriotas nortesantandereanos del área del Catatumbo
acudían allí y me decían: “Presidente,
quién nos va a cuidar ahora que se desmovilizan los paramilitares.
Esa área del Catatumbo no hemos conocido la presencia del
Estado. Durante muchos años tuvimos la guerrilla encima
y llegaron los paramilitares con el pretexto de defendernos y finalmente
fuimos víctimas de crímenes de unos y de otros. Ahora
estamos amenazados que ante la desmovilización de los paramilitares
llegará la guerrilla a hacernos nuevamente daño”.
Ahí tenemos un reto en todas las regiones de la Patria,
el reto de hacer un gran esfuerzo para que los soldados y policías
de la Patria copen esas áreas. El reto de hacer un gran
esfuerzo para recuperar la seguridad institucional.
Colombia no
puede ser una Nación sometida a la guerrilla.
Colombia no puede ser una Nación defendida por los paramilitares.
Colombia no puede ser una Nación cofinanciada por el narcotráfico.
Así no construiremos Patria. Así no le dejaremos
esperanza de Patria a las nuevas generaciones.
Se que no podemos
ocultar la preocupación que se da hoy
en muchas regiones por el peligro del regreso de la guerrilla.
Si a alguien le corresponde hablar estos temas claramente de cara
al país es al Presidente de la República.
Esta desmovilización nos implica un desafío: emprender
el camino de la recuperación de la defensa institucional
de los colombianos a través de la Fuerza Pública.
Pero todos le tenemos que colaborar.
Esta Patria
nuestra de casi millón 200 mil kilómetros
cuadrados, con inmensos accidentes geográficos que por fortuna
todavía conserva 578 mil kilómetros de selva, es
una Patria que requiere para recuperar la seguridad institucional,
la plena integración de la ciudadanía con la Fuerza
Pública.
Vengo a pedir
a los 450 mil ganaderos de la Patria que cada uno sea un líder promotor en su región del apoyo de todos
los ciudadanos al Ejército, a la Policía de la Patria.
Vengo a pedir
que cada uno sea amigo del más humilde de
los soldados, amigo de los suboficiales, de los oficiales, y que
cada uno sea un líder para que la comunidad organizadamente
se alíe con la Fuerza Pública para apoyarla sobre
tres presupuestos: tenemos toda la voluntad política para
derrotar el terrorismo. Lo tenemos que hacer con toda la agresividad
militar y policiva de la iniciativa, y con toda la transparencia
y la gran capacidad de dar ejemplo en materia de derechos humanos.
En los estados
de opinión para poder preservar y prolongar
en el tiempo una política de seguridad se requiere un apoyo
sólido de la ciudadanía. Y ese apoyo se logra cuando
la ciudadanía siente que esa política es eficaz y
que los métodos de esa política son transparentes.
Es lo único que nos consigue un permanente apoyo nacional
y un apoyo creciente en la comunidad internacional.
En muchos países derrotaron el terrorismo con guerra sucia.
Nosotros no podemos. Nosotros lo tenemos que derrotar de la mano
de la Constitución, dentro de la ley, con toda la energía,
pero con toda la transparencia. Eso va ayudar a que esta Nación
se consolide más en su unidad, a que aquel amigo de las
tesis del gobernante y aquel que este en la oposición, sientan
ambos que pueden confiar en las instituciones de su Patria. Que
hay un designio superior a la emulación ideológica
o programática que es el designio de la seguridad para todos,
la que hemos llamado Seguridad Democrática que por ser seguridad
para todos, entonces la hemos calificado de democrática.
Vamos a conseguir eso.
Todos tenemos
muchas preocupaciones. Esta semana mientras estábamos
interviniendo en el sur del Tolima, para sacar a las Farc de Planadas,
del Páramo de las Hermosas, porque la tenemos que sacar
de todos los puntos de la geografía de la Patria. Y si don
Manuel y don Jorge han tenido paciencia para maltratar a los colombianos,
nosotros tenemos toda la paciencia y toda la determinación
para derrotarlos.
Todavía encuentran escondites en la geografía de
la Patria, pero con el trabajo de todos, con la abnegación
de nuestro de Ejército y de nuestra Policía, con
nuestro compromiso y con nuestra cooperación, llegará un
momento en que no habrá un centímetro de la Patria
en el cual se puedan esconder.
Mientras la
Fuerza Pública avanzaba en el sur del Tolima,
todavía cerca de Ibagué salía un grupito,
nos alcanzó a hacer un daño en unos vehículos,
y todavía en el norte del Tolima hay ciudadanos que me llaman
a decirme: la guerrilla nos está extorsionando.
Tenemos que
persistir en esta tarea. Como lo decía en su
brillante exposición el Doctor Lafaurie, no es una tarea
que produce resultados plenos de la noche a la mañana. Pero
es una tarea que exige nuestra vocación, que exige nuestra
devoción, que exige nuestra consagración minuto a
minuto.
Cuando yo recibo
una mala noticia de orden público a las
10, 11, a las 12 de la noche, digo bueno desde que mi Dios nos
tenga con vida a las cuatro y media o cinco de la mañana
para continuar el combate, ahí nos defendemos.
Entonces mi
pedido a ustedes es que no haya ni rendición,
ni desmayo. El que reciba una extorsión que acuda inmediatamente
a la Fuerza Pública. El que sepa que un vecino, un familiar
o un amigo está teniendo dificultades con estos grupos,
que acuda inmediatamente a la Fuerza Pública y que lo convenzan
de que tiene que ir a la Fuerza Pública.
Estamos haciendo
un gran trabajo al interior de la Fuerza Pública
para que todos los días trabajemos más en la iniciativa,
para que todos los días trabajemos más integrados
con la comunidad, para que en la construcción de confianza
comunitaria cada integrante de la Fuerza Pública persuada
al hacendado, al campesino de la necesidad de cooperar. Para que
cuando alguien llame a un teléfono el integrante de la Fuerza
Pública responda con entusiasmo, con diligencia. Para que
cuando alguien toque las puertas de un cuartel del Ejército,
de la Policía, allí se le reciba con amabilidad y
se le muestre una actitud de plena, de presta disposición.
Esa tarea, es una tarea que nos compromete a todos.
Por eso quiero
pedirles que los comités ganaderos en todo
el país se reúnan permanentemente con la Fuerza Pública.
Cuando empezó la candidatura a la Presidencia de la República,
que encarné con tan generoso apoyo de ustedes, propuse un
millón de cooperantes a la Fuerza Pública. Hemos
rebasado ampliamente la cifra, pero no estamos contentos. Vamos
a restarle a la población de nuestra Patria 25, 30 mil delincuentes
que todavía quedan y ahora la meta es que todo el resto
se convierta en cooperantes de la Fuerza Pública, para que
este país sea un país impenetrable por el terrorismo.
Me acompañan hoy el señor General Castellanos, quien
viene de realizar el Plan Patriota en los alrededores de Bogotá en
la primera fase y de dirigir esa inmensa tarea que el Ejército
de la Patria está realizando en las selvas del sur, y es
el nuevo Comandante del Ejército.
Me acompaña el señor General Jorge Daniel Castro
Castro, comandante de la Policía, con toda la devoción
operativa y con toda pulcritud.
Me acompaña el señor
Almirante Barrera, quien ha tenido que recibir mi acoso diario,
porque para ellos no es bueno
trabajar conmigo.
Además les coincidió el período de mi Presidencia
con el avance del celular y eso se ha convertido en un motivo adicional
de mortificación.
Y como algunos
compatriotas entre las críticas que se me
hacen, y está bien la Patria tiene que ser democrática
y recibirlas amablemente, esta aquella: “es que Uribe se
salta el conducto regular, Uribe llama al General, al Coronel,
al Mayor, al Teniente, a todo el mundo”. Es verdad.
Un día le dije a unos comunicadores y al Ministro de Defensa:
ustedes se imaginan que todas las llamadas de orden público
que yo hago de la cinco de la mañana a las 12 de la noche
se las hiciera al Ministro de Defensa? No tendría tiempo
sino para recibir las llamadas telefónicas del Presidente.
Si alguien
le ha tocado recibir el acoso permanente mío
para apoyar a Cartagena, sus alrededores y para avanzar en la derrota
del terrorismo en las regiones aledañas como los Montes
de María, es el Almirante Barrera y el señor Coronel
Muñoz quien ha estado al frente de la Brigada de Infantería
en Corozal, y el señor Coronel Agudelo al frente de la Policía
de Bolívar.
Hemos creado
una nueva estructura porque estos procesos hay que realizarlos
dialécticamente. Necesitamos más presencia
de la Armada en los mares y en los ríos, y más presencia
del Ejército en los territorios. Sin retirar la Armada de
Sucre, de la rivera atlántica entre Cartagena y el Golfo
de Morrosquillo, la hemos integrado en una Fuerza de Tarea con
el Ejército, y se ha creado para la región norte
de la Patria, además de la División, un Comando Conjunto
que queda a cargo del señor General Montoya quien también
nos acompaña en esta reunión.
General, le
queda una responsabilidad inmensa. Mis compatriotas me dicen: “los Montes de María son abruptos, pero
no mucho. Son extensos, pero no mucho. Tienen ojitos de bosque,
pero no selva tupida. Le queda una responsabilidad inmensa. Derrotemos
lo que queda de Farc y de narcotráfico en los Montes de
María.
La única victoria que le vamos a permitir a las Farc es
la reinserción. Por eso celebramos con jubilo y alborozo
el caso de cada reinsertado. Y esta batalla tiene dificultades
ideológicas, pero adelantada de buena fe, ejecutada sin
pereza, defendida con entusiasmo, trabajada dominicales y festivos,
los hombres públicos en la Colombia de hoy tenemos que eliminar
la noción de vacaciones, de horas extras, de trabajo nocturno,
de madrugadas frías o calurosas, tenemos que eliminar la
noción de puentes.
Nuestras vacaciones, nuestros descansos residen en la reconquista
de la paz para los colombianos. Eso es lo que nos va a dar tranquilidad
y reposo a todos.
General Montoya: ¡actúe, que le queda la tarea de
demostrar dentro de poco que somos capaces de derrotar a estos
delincuentes¡ Y lo vamos hacer tranquilamente frente a la
crítica, pero con toda firmeza en la voluntad. Eso sí aplaudamos
y apoyemos cada caso de reinserción. Eso será lo
que finalmente va a dejar a los cabecillas solitarios y aislados
buscando raíces en el monte, pero algún día
llegaremos allá por ellos.
Este país confundió la civilidad con la debilidad.
Este país confundió la dialéctica ideológica
con la pusilanimidad frente al terrorismo. Y ese estado de cosas
lo tenemos que superar con espíritu democrático,
pero con firme decisión a derrotarlos.
Necesito ahora
que ustedes, cada uno, se convierta en apoyo a la Fuerza Pública. Que allí donde esté la
señal de celular todos estén comunicados con la Fuerza
Pública. Que en todas las fincas haya comunicación
con la Fuerza Pública. Que nadie se quede callado frente
a una extorsión, frente a la presencia de delincuentes.
Que allí donde todavía no haya señal de celular
integremos las redes de radio y todos estemos comunicados con la
Fuerza Pública. La tarea es de todos y por eso todos nos
tenemos que integrar en la acción operativa.
Y esto lo vamos
a recuperar con firmeza en el orden público,
con firmeza para recuperar la economía, con transparencia
en la acción estatal para derrotar la corrupción
y con recuperación del tejido social de la Nación.
Tres cosas
necesita Colombia: la derrota de los terroristas, la derrota
de la corrupción y la reivindicación de los
pobres. Y frente a esos tres objetivos no podemos ser inferiores.
Cuando empezó el Gobierno, las proyecciones de Planeación
y del Ministerio de Hacienda para el crecimiento de la economía
eran débiles. Por supuesto, por todo el cuadro clínico
de la macroeconomía.
El año pasado contabilizada la droga que descendió crecimos
al 3,75, sin ella al 4,07. Este año estamos haciendo un
gran esfuerzo a ver como nos aproximamos al cinco. Hay que poner
esta economía a crecer establemente por encima del cinco
por ciento para generar empleo.
La Patria nuestra
entre 1994 y el año 2000 vio crecer el
desempleo abierto del 7,5 a casi el 20 por ciento, y el desempleo
de cabezas de familia del cuatro al 10 por ciento.
El sector privado
colombiano, con un gran apoyo en el sector agropecuario, en los últimos dos años ha creado más de un
millón 100 mil empleos.
Las cajas de
compensación en sus afiliaciones han crecido
este año alrededor del 11 por ciento unas y del 16 por ciento
otras.
Un millón 300 mil colombianos nuevos se han afiliado al
régimen contributivo de salud. Medio millón de colombianos
a pensiones y medio millón de colombianos a riesgos profesionales.
Vamos a hacer
un pacto social con el liderazgo de ustedes compatriotas ganaderos
y de su Federación. Vamos a contribuir en todas
las empresas agropecuarias a crecer el empleo, y el empleo con
afiliación a la seguridad social.
Que Fedegan
le pueda mostrar un balance al país de crecimiento
del empleo en las fincas ganaderas y de crecimiento en la afiliación
a la seguridad social en todas las fincas ganaderas de Colombia.
Que todos los
trabajadores de la ganadería colombiana tengan
afiliación al régimen contributivo de salud, tengan
afiliación a riesgos profesionales, tengan afiliación
al sistema de pensiones.
Que todas las
empresas ganaderas de Colombia contribuyan con sus cotizaciones
al Sena, a Bienestar Familiar y a las cajas de compensación.
Es un esfuerzo
grande pero tenemos que hacerlo por dos cosas: para dar ejemplo
de cumplimiento en la ley y, por una segunda,
para poder mostrar que estamos comprometidos con la recuperación
del tejido social de la Nación.
Y vamos a seguir
trabajando en medio del déficit, en medio
del endeudamiento para llevar de la mano la política de
orden público con la política social.
Hemos creado
750 mil cupos en primaria y secundaria en estos dos años, pero la meta es llegar a millón y medio en
el año 2006.
Hemos venido avanzando ya en la universidad para una ambiciosa
meta de 400 mil nuevos cupos universitarios.
Desburocratizamos
al Sena. Con el mismo presupuesto la cotización
de los empleadores colombianos ha pasado de capacitar millón
100 mil colombianos que capacitaba hace dos años, a capacitar
dos millones 600 mil colombianos que capacita este año.
Ha pasado de
entregar cinco millones de horas de formación
a entregar 10 millones de horas de formación. Tenemos hoy
la presencia del Sena en todos los municipios de la Patria. Nos
propusimos eso como una meta de Gobierno.
Hoy 80 mil
bachilleres campesinos de la Patria están en
un programa especial con el Sena que se llama Jóvenes Rurales.
Y la meta es
grande porque esperamos que en el año 2006
en el Sena no haya el millón 100 mil colombianos que se
formaban en el 2002, tampoco los dos millones 600 mil de este año,
sino cuatro millones de colombianos.
La educación, el acceso a la educación es la expresión
de la igualdad en nuestra época, que es la igualdad de oportunidades.
Nos propusimos
aumentar la vinculación de tres millones
de colombianos al régimen subsidiado de salud. El año
pasado se vincularon millón 100 mil, este año estamos
vinculando tres millones 400 mil. El Congreso tramita una Ley que
nos permitirá, una vez se empiece a aplicar, dar un gran
salto en régimen subsidiado, un salto para llegar a más
de 20 millones de compatriotas. Esa tarea de la seguridad social,
esa tarea de la reivindicación de los pobres, tenemos que
llevarla con tanta urgencia, con tanta devoción, como la
tarea de derrotar a los terroristas.
Hagamos pedagogía, que cada uno de ustedes explique la
política social a sus vecinos, nos ayude a corregirla, y
que cada uno de ustedes explique que no podemos tener política
social sin política de orden público y que, visto
de otra manera, la política de orden público no es
sostenible si no se sucede y se lleva de la mano de una política
social. Sin política de orden público no crece la
economía. La economía colombiana entre los 60 y principios
de los 80 creció al cuatro y medio, de principios de los
80 al 2002 apenas al 2 por ciento. No creció la economía
y ese crecimiento de la población condenó a nuestros
compatriotas a la informalidad y a la miseria.
Tenemos que
explicar cómo hay que llevar de la mano una
política de orden público y una política social.
Y es bien importante
avanzar en la atención de los niñitos
y en la atención de los adultos. Nos habíamos propuesto
que 500 mil niñitos menores de 5 años se adicionarán
al grupo de niñitos colombianos atendidos por Bienestar
Familiar. Ya hemos logrado 503 mil, pero ahora nos proponemos otros
500 mil.
Cuando el Gobierno
empezó 60 mil ancianos recibían
una pensión monetaria del Estado, este año terminamos
con 170 mil ancianos pobres que reciben una pensión monetaria
del Estado, que hoy hace presencia el programa en todos los municipios
de la Patria. Y estamos empezando un programa complementario, un
programa de una comida diaria para otros 400 mil ancianos pobres
de la Patria.
Aspiramos que al terminar el mes de marzo podamos decirle a todos
los compatriotas: hay 170 mil ancianos recibiendo un subsidio monetario,
hay 400 mil ancianos adicionales recibiendo una comida diaria.
Le agradezco
mucho al Banco BBVA su solidaridad con el sector agropecuario,
y lo más importante es llevar al sector financiero
a servirle a los sectores productivos de la Nación y a los
microempresarios. Prestarle únicamente a los riquitos va
a dejar de ser negocio, hay que expandir el mercado financiero,
hay que llegarle a aquellos que no han accedido al crédito,
hay que recuperarle la condición de sujetos de crédito
a quienes la han perdido y hay que llegarles a quienes nunca han
podido acceder al crédito.
En este Gobierno
hemos podido entregarle microcrédito a
millón 300 mil colombianos. Hace dos años, el 30
de julio de 2002, los microempresarios colombianos tenían
una cartera a su favor o le debían al sistema financiero
707 mil millones. El 30 de septiembre habíamos subido a
un billón 600 mil millones. Hemos venido creciendo con la
cooperación de los bancos, con el liderazgo del Fondo de
Garantías y del Ministerio de Industria, con las entidades
de segundo piso del Gobierno, con las fundaciones, con alcaldías
y gobernaciones, hemos venido creciendo enormemente el microcrédito.
Tenemos 340
mil familias pobre de la Patria que están recibiendo
37 mil millones cada dos meses, ese dinero lo deben gastar pagando
la educación de sus hijitos y atendiendo las necesidades
alimentarias de ellos para que puedan asistir al aparato escolar.
Ya hemos completado
21 mil familias campesinas guardabosques, las hay en la Sierra
Nevada, las hay en el sur del país,
las hay en el Putumayo, están próximas a empezar
en el Huila y en los próximos días completaremos
35 mil familias guardabosques.
Esos campesinos
reciben un dinero al año, entre 3 millones
600 para la nuevas familias inicialmente de cinco millones, si
se comprometen a mantener las áreas libres de droga y a
vigilar la recuperación del bosque. Pero es mucho lo que
falta. Estos son apenas principios de política social.
Entonces, tenemos
que mantener firme el orden público para
recuperar plenamente la paz, firme la disposición de que
la economía crezca y firme el avance en política
social.
Quiero pedir
que cada uno de ustedes sea un actor que dé ejemplo
en estas materias.
Debo regresar
esta noche a Bogotá a cumplir una cita que
es con el Minuto de Dios y el Banquete del Millón. Por eso
voy a pedir la venia de ustedes para no hacer esta tarde el conversatorio,
pero me sentiría muy mal con el padre García Herreros,
con su memoria, con sus sucedáneos, de no acompañarlos
en esa cita tradicional de la Patria.
Mañana podrán analizar con el señor Ministro
de Agricultura, con los diferentes funcionarios que me acompañan
en esta tarea de Gobierno, los temas de nuestra política
agropecuaria.
Sé que tienen ustedes preocupaciones tributarias, sé que
tienen preocupaciones por la participación del sector en
los mercados internacionales. Con patriotismo, aportando todos,
buscando opciones, ahí iremos encontrando caminitos.
Quiero saludar
muy afectuosamente a quienes han recibido esta tarde la condecoración Hernán Vallejo Mejía,
los doctores Jorge Visbal Martelo, Augusto Beltrán Pareja,
Carlos Villa Navarro, doña Paulina de Castro Monsalvo, doña
Gabriela Leyva de Borrero, Vecol, don Bernardo Vega Sánchez,
la Asociación de Criaderos de Ganado Normando en cabeza
del doctor Armando Echeverri, la Asociación Holstein en
cabeza del doctor José Jaime Nicholls, el doctor Felipe
Calderón y la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas.
A todos ellos un aplauso desde el fondo del alma porque son compatriotas
de quienes nos sentimos muy orgullosos.
Quiero sumar
mi testimonio de gratitud, el de todos los ganaderos colombianos,
a la tarea que cumplía al frente de la Federación
el doctor Visbal Martelo, que nos llena de entusiasmo sobre la
tarea que ahora empieza a cumplir a favor del buen nombre de Colombia
en Canadá.
Y quiero aplaudir
ese principio de tarea lleno de estudio, lleno de entusiasmo
del doctor José Felix Lafaurie. Los muchachos
de ahora son muy inquietos por el computador, lo habrán
visto ustedes en sus hijos y yo cuando hablo con los míos,
cada vez me siento más ignorante, y algún día
me decían: ‘papá tú nos has criado a
toda hora en estos pedazos de tierra pero es que el computador
no nos da’. Dije: ‘ni me lo muestren, porque los que
estamos en la tierra estamos porque la queremos, somos devotos
de ese noble trabajo que es el trabajo agropecuario’.
Lo único que nos arregla el balance es la razón
de afecto por el sector agropecuario, la he sentido en mi alma,
por eso la comprenden ustedes. ¡Los admiro mucho mis compatriotas
ganaderos!
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