PALABRAS DEL PRESIDENTE ÁLVARO URIBE VÉLEZ EN EL HOMENAJE AL PRESIDENTE DEL SENADO

Ibagué, 12 ago. (SNE). Las siguientes son las palabras del Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, en el homenaje que le rindió el pueblo tolimense al presidente del Senado, Luis Humberto Gómez Gallo.

“’Vengo de una clase media que tiene esperanzas en un futuro. Vengo de una provincia que ha visto a los desplazados abandonar sus tierras, y por eso, con respeto afirmo que es necesario dejar de legislar para el beneficio de unas minorías’.

Estas palabras, las pronunció el Presidente del Senado de la República cuando asumía esa dignidad, en nombre de este gran pueblo histórico del Tolima.

¡Qué bueno! que el norte de la Nación sea construir una comunidad de predominio de clase media. ¡Qué bueno!, para que la Nación tenga la dignidad de la clase media, para que la Nación entera tenga el apego de la clase media a la Constitución y al ordenamiento jurídico, para que la Nación entera se contagie de la clase media en aquello de hacer bien al prójimo, que es el principio ético y fundamental.

Para construir esa clase media, que es un sueño del Presidente del Senado, permítanme insistir hoy, desde Ibagué, ante todos mis compatriotas, que necesitamos dos presupuestos: un ejercicio democrático y libre de la política, y una gran revolución educativa, que es aquella que finalmente consagra la igualdad de oportunidades a lo que se refiriera bellamente en su periplo político Juan Lozano y Lozano.

La política como un ejercicio libre y democrático, la política como un ejercicio para reivindicar a los que no han podido disfrutar las oportunidades, tiene que ejercerse en un país seguro, en un país que remonte el imperio azaroso del crimen y que imponga el imperio de la constitución y de las leyes.

Por eso, quiero agradecer inmensamente la compañía del Presidente del Senado en la tarea de cimentar en la Patria la Seguridad Democrática. Tarea que no produce la plenitud de los resultados de media noche para el día. Tarea que requiere perseverancia. Tarea que requiere una pedagogía de todas las horas, para que el pueblo la acompañe. Tarea que me requiere ajustes en cada minuto para mejorar su ejecución y sus resultados.

Cuando el Estado, sus instituciones, son desbordadas la guerrilla, por los paramilitares, por el narcotráfico que los financia, se anulan las posibilidades de la clase media, porque las posibilidades de la clase media, de la formación de ciudadanía con predomino de clase media, son posibilidades que se originan en la medida que el imperio de las leyes garantice el pleno ejercicio de la democracia.

Un país dominado por el terrorismo es un país que enriquecerá más a un decreciente grupo de ciudadanos que exportará sus utilidades y es un país que empobrecería más a la gran mayoría. Un país que quiera construir una clase media requiere unas instituciones que se impongan como garantía de la libertad, de la convivencia.

¡Qué bueno! asistir esta tarde a este homenaje, que congrega al pueblo del Tolima, que congrega la Nación, para reconocer en un hijo del Tolima, un espíritu, una batalla de lucha democrática. Y que bueno el significado de este homenaje que congrega a todas las instituciones.

Un país de instituciones, un país operante en su democracia, con credibilidad en el Parlamento, con un Ejecutivo que sea capaz de recuperar la credibilidad, no con la promesa sino con el esfuerzo honrado de todas las horas, un país con unos órganos de control, con una justicia respetables, es un país que se constituye en la gran garantía de la clase media.

Y el otro presupuesto para edificar ese sueño de una comunidad con predominio de clase media, es la revolución educativa.

Nos falta mucho en infraestructura, nos falta mucho en servicios públicos, nos falta mucho para recuperar la economía, pero lo fundamental es no desmayar en la revolución educativa.

De todo aquello que el país requiere en lo social, lo que finalmente produce un efecto redistributivo de asignación equitativa de la riqueza, es la revolución educativa.

Unas estrategias sociales reivindican en el corto plazo, otras traen alivios positivos, pero finalmente la revolución educativa es la estrategia social que mejora la distribución del ingreso y que da todas las oportunidades para una apropiación justa y mejor distribuida de la propiedad.

Y ésta es tierra fértil. Esta tierra que produjo anhelo, el único dictador popular de la República, esta tierra de la Ilustración, de Murillo Toro, esta tierra de la magistratura, del tamaño ético y de la austeridad incomparable de Darío Echandía, es tierra fértil para acompañar un designio nacional, para promoverlo y liberarlo, que exija la revolución educativa como presupuesto para la construcción de una sociedad con predominio de clase media.

Su carrera política, doctor Luis Humberto Gómez Gallo, ha coincidido con el crecimiento de dificultades nacionales. Muchos estudiosos dirían con asombro, que cómo ha triunfado el nombre del Conservatismo, una juventud vibrante y vigorosa como suya, cuando a Usted le tocó agitar las banderas y salir airoso en un momento en el cual muchos se llenaron de temor de agitar un principio conservador fundamental que es el orden.

Estaban de capa caída principios esenciales de esa doctrina y su juventud emerge en el liderazgo nacional y contribuye a recuperar esos principios.

Es muy fácil cabalgar sobre las olas exitosas, es muy difícil producir olas exitosas. A Usted, le ha tocado construir su liderazgo cuando justamente muchos querían extenderle partida de defunción a los principios doctrinarios de su colectividad. Y para bien de Colombia, Usted ha contribuido a rescatarlos.

Y es que a ratos, mirando este escudo de Colombia, me digo: ‘nuestros conciudadanos, todos los colombianos, tenemos que volvernos a pegar a esos principios: al orden y a la libertad’. Los escondimos durante años en una colectividad, tenemos el deber de dejar de navegar en la incertidumbre y en el populismo y encontrar claras orientaciones ideológicas que nos conduzcan a una sociedad con equidad y con justicia, sin odios y sin exclusiones, sin vaguedades y sin licencias para que las aprovechen los extremistas que coinciden con la violencia.

Y en la otra colectividad, hay que perder el miedo para rescatar el orden sin lo cual no funcionan las libertades.

Y le ha correspondido, adelantar a Usted, ese duro peregrinaje por las aldeas y pueblos de su Tolima en un momento en el cual se vino a menos la economía agrícola, en un momento en el cual muchos quisieron condenarla a desaparecer, en un momento en el cual la violencia llenó todos esos espacios, los labriegos fueron desplazados, se agolparon en Ibagué, el desempleo subió a niveles superiores al 24 por ciento. Y lo que era la alegría de las letras, de los tiples, de las guitarras, de los bambucos, de la labor honrada, se convirtió simplemente en el quejido de la violencia y de la desesperanza.

Construir liderazgos en momentos en que las sociedades viven tranquilas y avanzan en constante progreso es tarea fácil. Pero qué difícil la suya: construir liderazgo en el momento en el cual su comunidad parecería estar caminando hacia atrás. Eso es bien importante para destacarlo en su liderazgo.

Con su vigor, dadas las circunstancias de la economía y de la política que le ha tocado enfrentar, de pronto no estaría hoy, defendiendo las tesis que defiende para bien de Colombia, sino por un camino equivocado.

Por fortuna, los consejos de su madre, la orientación de su hogar, la compañía de los suyos y los principios, lo mantuvieron firme en la adversidad de la doctrina y en la adversidad de la suerte de su comunidad y esa firmeza le va a permitir –dentro de unos años, cuando sea mayor-, ver un Tolima plenamente recuperado, ver un Tolima nuevamente por la senda del progreso.

En medio de dificultades, en la medida en que trabajemos de buena fe, con amor por Colombia, sin perder un minutico, con transparencia, pero fundamentalmente con amor, ¡ahí vamos saliendo adelante!

No teníamos el cupo presupuestal para poder contratar de una vez el Túnel de la Línea, pero pasamos el primer año y medio de gobierno examinando cómo se distribuía la obra en el tiempo y hoy está adjudicado y contratado el Túnel en su primera parte.

Ya dimos el paso de adjudicar y contratar la doble calzada Bogotá–Girardot pensando en la comunicación Puerto Carreño–Villavicencio–Bogotá–Ibagué– Quindío–Valle del Cauca–Buenaventura. Y estamos comprometidos a sacar adelante el tramo Girardot–Ibagué.

No va a ser fácil con las dificultades del presupuesto, las dificultades del endeudamiento. Todo esto es difícil, pero con amor por Colombia, con compromiso y afecto sin límites por esta tierra del Tolima, verá que lo obtenemos.

Voy a examinar con el señor Ministro de Minas el curso de la central hidroeléctrica de Amoyá, de gran importancia para este departamento. Proyecto en el cual hemos tenido todo, todo el compromiso.

Hay un Plan Vial, de gran importancia que va a favorecer al Tolima. Sé que no es suficiente y sé también las enormes dificultades que enfrenta la ciudadanía de Ibagué por el tema de la malla vial de la ciudad y por la necesidad de construir un acueducto alternativo. Ya se hicieron unos acuerdos para avanzar en la malla vial y tenemos que buscar alternativas para que ese proyecto tenga mayor cobertura.

Si tuviera la partida presupuestal, esta noche le diría que sí, pero hay que construir credibilidad. El Gobierno no tiene la plata, pero en alguna parte está. Hay que buscarla transparente y patrióticamente, así tengan que hacer unos esfuercitos con impuestos locales y así tengamos que buscar un crédito en Findeter.

El lunes tuve la posibilidad –en compañía de los parlamentarios, del señor Gobernador, del alcalde de Ibagué, de los alcaldes de algunos municipios-, de hacer un nuevo consejo de seguridad en El Espinal.

Da gusto ver cómo se recupera el ánimo del Tolima cuando reverdece la agricultura. Nuestro compromiso es con la recuperación económica de este departamento, con su recuperación agrícola. Este año dimos un gran salto en área de algodón y en productividad de algodón. No en vano la política agrícola ha venido siendo conducida por unas manos diestras y puras de un tolimense, el señor Ministro Carlos Gustavo Cano.

Hemos tenido una dificultad porque en enero, cuando pactamos con los algodoneros del Tolima, sembrar en este departamento no menos de 26.000 hectáreas, que parecía un sueño, el precio internacional estaba a 62, 70 centavos de dólar y ahora cuando se recoge la cosecha está a 40 centavos de dólar. En enero, el dólar estaba a 2.730, 2.750 pesos y hoy está a 2.608. Pero no nos vamos a desanimar.

Cuando se está trabajando honradamente, buscando empleo digno, e ingresos para los compatriotas, ¡nada nos puede desanimar!

Ya el Ministro logró el acuerdo entre algodoneros y textileros y el Gobierno va a hacer todo el esfuerzo para pagar un subsidio entre 13 y 17 mil millones de pesos, a los algodoneros del Tolima por la cosecha que está en recolección.

Y el año entrante con la ayuda de Dios no vamos a sembrar 26 mil hectáreas de algodón sino más de 30 mil en el departamento del Tolima.

Cuando los gobiernos no creen en la agricultura, cualquier dificultad se convierte en pretexto para abandonar la agricultura. Pero cuando los gobierno creen en la agricultura, en un departamento como el Tolima, campeón en laboriosidad, ninguna dificultad alcanza a eregirse en obstáculo para recuperar la agricultura.

Usted que ha sido un líder cafetero, señor Gobernador, transmítale a sus coterráneos, que a pesar de las enormes dificultades presupuestales, de las afugias de la Nación, se va a cumplir al pie de la letra el Acuerdo General Cafetero, para garantizarle a los productores del Tolima y del país un mínimo de 320 mil pesos por carga de café.

Sé que ustedes están muy a la expectativa de aquello que pueda ocurrir con el Tratado de Libre Comercio. Nosotros estamos buscando ese Tratado, no por razones ideológicas, sino por razones de conveniencia para nuestro pueblo, para acceder a un mercado grande. Tenemos el sueño de que esta ciudad pueda recuperar su empleo, de que se recupere y crezca la industria textil acá, la industria de confección.

Tenemos el sueño de un gran proyecto de nuevo tipo agroindustrial en el Tolima, estamos buscando los recursos para poder incorporar a la agricultura, comercial y competitiva, el triángulo del Tolima a través de un distrito de riego.

Todo eso necesita mercado. Y el mercado interno no es suficiente y por eso estamos en esos tratados de comercio.

Quiero decirle al pueblo de Tolima que somos conscientes que en ese tratado hay que poner a buen cuidado la agricultura y la pequeña empresa, y que haremos todos los esfuerzos necesarios para garantizar la equidad en las cláusulas que en ese tratado refieran a la economía agropecuaria.

Usted, aboga por su pueblo en compañía de sus dilectos compañeros de bancada del Tolima en todas las horas. Tenemos todo el compromiso. Tenemos dificultades. El Creador sabe cómo hace las cosas. Si a las ganas que usted tiene de servirle al Tolima, si al afecto que se me crece cada vez que visito esta tierra y a las vibraciones del alma que me impulsan para querer hacer cosas buenas por el Tolima, el Creador le hubiera sumado una chequera grande, quién sabe dónde íbamos.

Pero él sabe: si nos hubiera hecho menos inquietos, nos habría dado más presupuesto. Pero nos lo dio recortadito, con un alto déficit, con un alto endeudamiento, pero no nos vamos a quejar. Es a resolverlo. Por eso, en este homenaje que sirve de epicentro a este encuentro institucional, donde está el Congreso, la Procuraduría, la Contraloría, el Defensor del Pueblo, la representación del Consejo de Estado, de la Corte Constitucional, de las entidades territoriales, éste es un homenaje que nos sirve para decir: ‘Vamos a hacer el esfuerzo de superar los problemas fiscales y el de pensiones.’

Todo el mundo tiene que hacer un poquito de sacrificio. Seguramente habrá debate, contradicción, pero todo eso manejado fraterna y solidariamente nos permitirá salir adelante.

A mí siempre me piden cositas. Algunos teóricos dicen: ‘Uribe: gobierno militarista’ en el discurso. En secreto me dicen: ‘Uribe, más policía, más soldados.’

Pedir eso en público, a algunos no les da dividendo político. Y todos me piden en público y en privado más inversión social. Y usted lo hace muy bien esta noche: le pide al Gobierno Nacional atención a estas obras de su Tolima y tiene toda la razón. Yo le tengo que pedir al Congreso de la República que logremos una gran concertación rápido para resolver definitivamente el problema fiscal y pensional de Colombia.

Esa platica no la vamos a derrochar. Esa platica no la vamos a derrochar. Miren, el Sena en este departamento se ha duplicado. Y siempre estamos avanzando en microcréditos, en régimen subsidiado de salud. Este año, el país creará otro millón y medio de cupos en régimen subsidiado de salud. Con la ayuda de Dios, cuando teníamos un millón de estudiantes en el Sena hace dos años, en 2006 tendremos cuatro millones.

Esa platica no la vamos a derrochar. Pero la necesitamos para todas estas cositas. Busquémosla. La Revolución Educativa va a mitad de camino. Apenas hemos creado 750 mil cupos cuando tenemos que crear millón y medio.

Vamos a lograrlo con todos ustedes. Hombre, yo lo felicito de corazón. Le ha tocado una etapa muy difícil de la vida nacional. Le hubiera sido más placentero y más tranquilo en lo personal no haber abrazado esta noble y difícil actividad de la política. ¡Qué bueno! que los principios del orden cuenten en su generación con líderes como usted.

Ve que en esta tierra hay muchas carencias, pero esta es una tierra sobrada en capital social, en inteligencia, en preparación, en amor por Colombia.

Ahora, en el vehículo, viniendo del aeropuerto acá, le decía yo al señor General Suárez Tucarruncho, que todavía nos quedan unos problemas. Hemos mejorado, pero todavía hay quejas en El Líbano de supuestos grupos paramilitares asesinando ciudadanos. Hemos mejorado en los cascos urbanos del sur, pero en Planadas, Ortega, Chaparral, Roncesvalles, todavía campea las Farc.

Esta política de seguridad es una política sin jactancias, pero sin claudicaciones. Le decía yo al General Suárez Tucarruncho: ‘Usted tiene que sembrar, como Atanasio Girardot en el Bárbula, la bandera de Colombia, de la libertad y las instituciones en el páramo de Las Hermosas. Que aquellos que se apoderaron de ese páramo, que todavía están allá, que desde allá siguen planeando secuestros y afectando la disciplina y la laboriosidad empresarial y de generación de empleo del Tolima, sepan que para allá vamos. Que todo minuto que nos dé el Creador nos lo vamos a gastar para devolverle al Tolima y a Colombia plenamente la paz y la tranquilidad.

Que la historia cuenta que antes de que la Constitución de Rionegro diera su luz, allá se encontraron Mosquera y Murillo Toro, definieron un proyecto descentralista y el Estado soberano del Tolima, como expresión de la verticalidad de este pueblo, se anticipó al nacimiento de la Colombia federal de 1863. Que allá no siga las Farc, General Suárez Tucarruncho.

El pueblo rodea hoy a sus soldados y a sus policías. A mi generación la malformaron en la idea de que apoyar la Fuerza Pública era asumir una postura militarista. A mi generación la deformaron en el concepto equivocado de que la civilidad era darle la espalda al orden.

Por eso hay que ver mañana el discurso que esta noche le escuchamos al doctor Carlos Holguín. Para que reaparezca la luz de la libertad, hay que enseñorear el orden. El pueblo del Tolima, que cuente con todo nuestro afecto, con toda nuestra entrega para que a pesar de nuestras humanas limitaciones, trabajando de la mano de la Constitución y de las leyes, vamos encontrando soluciones para esta tierra.

Vengo a decirle a Usted, como Presidente del Senado, a su pueblo y a sus compañeros de bancada, a su Gobernador, al Alcalde de Ibagué y a todos mis compatriotas del Tolima, que yo como Presidente de la República, quiero solamente un título: ‘Soldado de la causa de la recuperación de la tranquilidad y del vigor económico para el bien social del Tolima.’

Vamos a luchar a su lado doctor Luis Humberto, para que vuelva a ser cierto el bunde, aquella bella estrofa que dice: ‘Nacer, vivir, morir alegre, amando el Magdalena’.

Esta violencia, este narcotráfico, esta pobreza, esta debilidad de la economía, ha llevado a este gran pueblo a tener que vivir horas de amargura, a tener que crecer sin alegría y sin ilusión y a tener que morir con acidez, sin tranquilidad.

Queremos todo lo contrario. Queremos que en la tierra de los grandes, que en la tierra de los tiples, de las guerras libertarias, que en la tierra de la rebeldía ideológica, que en la tierra del ejemplo ético, que en la tierra del pundonor, vuelva a regir el imperio de la libertad, el imperio del trabajo honrado, una clase media predominante con la dignidad histórica del pueblo ‘pijao’.

Un saludo afectuoso a todo su pueblo y a Usted el estímulo para que su carrera política continúe sirviendo bien a la Patria y a este terruño suyo que es orgullo de Colombia.

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