DISCURSO
DEL PRESIDENTE URIBE EN HOMENAJE A LOS CAÍDOS
Bogotá, 10 sep (CNE).- El siguiente es el texto del discurso
del presidente de la República, Alvaro Uribe Vélez,
en el homenaje a los héroes y caídos en acción:
"HOMENAJE
A LOS HEROES MILITARES Y DE LA POLICIA NACIONAL Y A LOS CAIDOS
EN ACCION
Mañana,
la opinión mundial estará recordando a los mártires
de la Torres Gemelas y la televisión repetirá la
escena de los bomberos de Nueva York, marchando hacia su destino
trágico, mientras la compasión, la admiración
y la solidaridad universal girarán en torno a la tragedia
de la Gran Manzana, nosotros estaremos pensando en los héroes
de nuestra Patria.
¿Cómo
hacer que la humanidad reconozca que en Colombia se concentra
la mayor expresión del heroísmo y la solidaridad?
El
11 de septiembre es un día aciago para la humanidad. Pero
en Colombia, todos los días son ocasión para conocer
el temple de nuestros policías y soldados.
El
mundo no sabe que el sargento Helmer Javier Pérez Chamorro
ofrendó su vida para intentar salvar la de los diputados
que fueron secuestrados en el Valle del Cauca, ni que el soldado
Jhon Fredy Hernández pereció cuando salvaba a sus
compañeros de morir en un campo minado.
La
justicia de la acción, define si una causa es o no heroica:
el teniente Alirio Aponte se batió por recapturar a uno
de esos delincuentes que inundan con droga las calles norteamericanas;
el cabo Edgar Leonardo Valencia dirigió el rescate de cuatro
compatriotas secuestrados; el soldado Jorge Isaac Chamizo combatió
para evitar que el cuerpo de su compañero caído
fuera mutilado; el cabo Oswal Cortés, a pesar de estar
herido en el rostro, se empeñó y logró defender
la vida de sus soldados.
El
pueblo colombiano es quien inspira nuestra política de
Seguridad Democrática: no queremos más desplazamiento
de campesinos, ni masacres, ni toma destructiva de municipios.
Luchamos por acabar con el secuestro, el terror y la pesadilla
de la violencia. Nos desvela la defensa de los derechos de los
sindicalistas y de la libertad de la prensa.
Defendiendo
tal política surgen ejemplos y se dan servicios como los
que hoy distinguimos como heroicos: el capitán Diego Hernán
Ospina, con su valentía, liderazgo y compromiso, evitó
la destrucción de la población de Rovira, en el
Huila. Los capitanes Germán Lamilla Santos, y Pedro Arnulfo
Sánchez Suárez, y el teniente Guillermo Camelo Sáenz,
con su pericia, arrojo y valentía, han enaltecido a la
Fuerza Aérea, defendido la vida y los bienes de miles de
compatriotas.
La
suerte de Colombia está en manos de todos. ¡Que los
policías y soldados de todos los rangos luchen para devolverle
la paz y la tranquilidad a los colombianos!. ¡Que los ciudadanos,
inspirados en las poblaciones de Bolívar y Caloto, en el
Cauca, creen un sistema de resistencia civil y de redes de ciudadanos
que apoyen a su Fuerza Pública!. ¡Que nosotros en
el Gobierno asumamos la mayor responsabilidad en el orden público,
la dirección y el ejemplo, eficaz, trabajando todos los
días y todas las noches, con vocación de Primer
Soldado y Primer Policía, para que la Patria recupere la
tranquilidad!.
El
terrorismo no cede por concesiones, que sólo cede cuando
se le enfrente radicalmente. Los hombres de armas a quienes hoy
reconocemos por su valor y entrega al servicio de la Nación,
demuestran el temple de nuestras Fuerzas Armadas y su disposición
al sacrificio: el subteniente Henry Zapata Ruiz y el sargento
de la Policía, Juan de Jesús Poveda Forero, fallecieron
enfrentando al crimen. El capitán Elkín Jasón
Olarte Sandoval, los patrulleros Fabio Cárdenas Díaz,
Diego Bernal Monroy y Edgar Mauricio Narváez Ortega, han
arriesgado repetidamente sus vidas defendiendo a la sociedad.
La
droga, que ha matado a tantos de nuestros soldados y policías,
destructora del bosque y de los ríos, mata la esperanza
de la Nación.
En
la lucha contra los agentes de ese tráfico destructor,
se produjo la operación Orca, en el Pacífico. En
ella, hombres como el teniente de Navío, Carlos Enrique
Arenas Torrado, y el suboficial Roberto Enrique Guardo Almanza,
ofrendaron su vida; y los tenientes de Navío, Rafael Alberto
Velasco Bayuelo y Edwin Manuel Feria, los infantes de marina ,Jaime
Cala Gómez y Melkis Antonio Bonilla Rodríguez, mostraron
toda la capacidad y el vigor de nuestros hombres de armas, desbaratando
una de las más grandes operaciones de contrabando de estupefacientes.
Mañana,
11 de septiembre, la humanidad llorará a los mártires
de un acto terrorista. Colombia, tiene que hacerlo a diario.
Pero
hombres como a los que hoy honramos con el premio al heroísmo,
son los que nos permiten soñar con que le devolverán
la paz y la tranquilidad a los colombianos.
Que
nos iluminen desde el cielo, el dolor de sus familiares nos aumente
el compromiso con la Patria, y la recuperación de los heridos
nos de mayores energías.
Muchas
Gracias,
Bogotá,
10 de Septiembre de 2002".