PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE AL RECIBIR TÍTULO HONORIS CAUSA EN ECONOMÍA

Montería, 4 may (SNE). El presidente Álvaro Uribe Vélez pronunció las siguientes palabras al recibir el Título Honoris Causa en Economía, otorgado por la Corporación Universitaria del Sinú:

"Cómo me honra acudir hoy a la Corporación Universitaria del Sinú a participar de una celebración tan importante para academia de la Patria, para abrirles oportunidades a tantos colombianos de acceso a la universidad para esta tierra cordobesa.

Los colombianos debemos un homenaje infinito de gratitud a este esfuerzo, al doctor Elías Bechara, a su familia, al equipo académico y administrativo vinculado a esta magnífica tarea. Químico farmacéutico, Senador, Representante, primer Rector de la Universidad Nacional de Córdoba, profesor titular de la Universidad del Atlántico, Alcalde de Montería, Concejal de la ciudad, de Cereté y de Los Córdobas. Fundador e impulsor de la Normal Agrícola en Lorica, del Colegio de Bachillerato José María Córdoba y el Colegio de Bachillerato Nocturno de Montería.

El doctor Elías Bechara Zainum ha contribuido de la manera más concreta y noble como los seres humanos pueden contribuir al desarrollo de sus pueblos. Ha forjado esta gran tarea, que es motivo de orgullo de Montería, de Córdoba y de Colombia

Y quiero saludar a todos los que integran este magnífico equipo. Al Presidente del Consejo Superior, a la Rectora, a los doctores Rolando Bechara Castilla e Ilse Bechara Castilla. A todo el magnífico cuerpo académico, administrativo, a los estudiantes y profesores.

Me honran, por una razón: por la generosidad de ustedes. Y me siento profundamente comprometido con esta tierra y con este esfuerzo académico y con esta comunidad universitaria. En el ejercicio de la Presidencia, en materias económicas, nada distinto hago a estar a toda hora en permanente discusión con un brillante grupo de economistas, a ver ellos con sus luces cómo ayudan a que la Patria salga adelante.

Pense en escribir unas líneas sobre el manejo económico de la Nación para esta ocasión que me colma de generosidad. Pero creí mejor confesar que solamente coordino y animo el esfuerzo de un equipo de economistas. Déjenme, sí, decir algunas frases no de ciencia económica sino de sentido común, producto de un largo recorrido ya en el cotidiano ajetreo de la vida pública de la Nación. Ninguna economía funciona sin confianza.

Esta mañana que, al entrar a la universidad saludaba a los estudiantes de economía y que me decían generosamente que hoy ingresaba al mosaico de sus compañeros, les decía: estudien bastante, para que logren en favor de Colombia lo fundamental que requiere la economía: confianza. Confianza de los inversionistas para invertir, confianza de industriales, confianza de agricultores, confianza de investigadores, confianza de trabajadores, confianza del sector servicios, confianza de todos los actores.

Nos hemos propuesto construir, fortalecer confianza en Colombia, sobre tres pilares: el rescate de la seguridad con una vocación democrática, la reactivación de la economía y la reactivación del tejido social.

La concepción democrática es el eje esencial para que la política de seguridad perdure por siempre en Colombia. Para que la política de seguridad no solamente derrote a los terroristas, le devuelva a la Nación plenamente, plenamente, las posibilidades de su tranquilidad y de su convivencia, sino para que sea perenne, para que sea una permanente garantía de una Nación tranquila, amable, dinámica, de una Nación en la cual las generaciones nuevas y quienes detrás de ellos habrán de venir, puedan vivir felices.

Por eso, cuando hablamos de seguridad democrática lo hacemos convencidos de la energía que se requiere para la seguridad, de la determinación que requieren los gobiernos para proveerla, y al mismo tiempo del compromiso con la Constitución, con los Derechos Humanos, con el respeto a la tolerancia y al pluralismo.

Si algo invita a pensar en la concepción democrática de la seguridad, es tener la oportunidad de entrar a los claustros universitarios, porque para mí un valor esencial de la universidad es la libre cátedra, es la investigación profunda pero libre, es la posibilidad de que todos los estudiantes sean dotados con un mínimo de oportunidades de conocimiento, para que cada uno en ejercicio de sus libertades vaya adoptando el camino de sus preferencias.

La universidad sin confesionalismos de izquierda ni de derecha, la universidad científica e investigativa y pluralista, de cátedra libre, es el mejor ejemplo de lo que tiene que ser el concepto democrático de seguridad para Colombia.

Una Nación sin Estado omisivo y sin terroristas. Es lo que requerimos. Porque el terrorismo creció aquí no por acción del Estado sino por omisión del Estado. Por eso cientos de miles de colombianos, el 50 por ciento de esta Nación, sin que muchos sectores de la clase dirigente se dieran por enterados, ese porcentaje se convirtió en víctimas de los grupos violentos. Así no sale adelante Nación alguna, así no sale adelante sociedad alguna.

Quiero reiterar, en este gran foro, en esta cátedra superior de la universidad, mi convicción de que la Patria requiere seguridad democrática.

Ayer, reunido con los soldados en el sur del país, en La Macarena, que hacen todo el aporte para rescatar el imperio de la Constitución y de la Ley, para arrebatarle esas bellas tierras de la Patria a la retaguardia del terrorismo de las Farc, que de ellas se había enseñoreado, les decía: Colombia, con voluntad democrática, con decisión y tesón en sus dirigentes, con apoyo y solidaridad en su pueblo, está invirtiendo la marcha. Antes los terroristas exigían que el Estado echara para atrás y el Estado tenía que echar para atrás. Ahora quienes tendrán que echar para atrás son los terroristas, porque el Estado y el pueblo, que se han forjado en el desafío, han tomado la decisión irrenunciable e irreversible de derrotarlos.

Confianza, soportada en la seguridad democrática. Y confianza soportada en la reactivación económica. Esa reactivación económica requiere un objetivo: el objetivo del crecimiento.

Hace pocos días, quien fuera asesor del milagro económico de Irlanda del Sur, país que en pocas décadas, con tres millones 900 mil habitantes, pasó a un producto de 150 billones de dólares, nos expresaba que lo fundamental fue un acuerdo de la Nación sobre la necesidad del crecimiento de la economía.

Desde esta universidad, reitero la invitación a los colombianos para que cerremos filas alrededor de objetivos ambiciosos de crecimiento de la economía.

Recuerdo los debates políticos de Colombia del principio de la década de los 70. En la universidad pública nos debatíamos. Cuando unos abogaban por la economía socialista, la socialización y la estatización de los medios de producción, los otros defendíamos la economía privada y el Estado interventor. Unos defendían la dictadura del proletariado como nueva forma de expresión del Estado y los otros defendíamos el concepto del Estado de Derecho, sometido a las leyes pero social, que abriera oportunidad a todas las expresiones del pensamiento, que le respetara el espacio de crecimiento a la economía, el lugar que debe ocupar el sector privado, y que garantizará la equidad social. Se discutía mucho qué era primero: ¿el crecimiento o la redistribución?

Colombia ha llegado a un estado tal de pobreza, Colombia ha llegado a un estado tal de desbalance entre el tamaño de su población, la profundidad de sus necesidades y, al mismo tiempo, el pequeño tamaño de la economía, que Colombia requiere crecimiento para poder hacer política social.

Hace poco, discutiendo con algunos europeos, nos preguntábamos que es primero: ¿la paz o la política social? Yo les decía: si me lo hubieran preguntado hace 30 ó 35 años, en las cátedras de la universidad, no habría vacilado en responder: primero la política social, sin política social no hay paz. Y hoy les digo: después de haber observado a Colombia durante tantos lustros, el país ha llegado a una situación tal que requiere un principio sólido de paz, para que haya inversión, crezca la economía y podamos obtener los recursos para hacer una política social de fondo. Sin crecimiento de la economía que genere esos recursos, es imposible adelantar una política social de fondo, exigida para poder consolidar la paz.

Entonces, la famosa controversia entre crecimiento y distribución debe ser una etapa del pasado. Porque hoy nadie controvierte que hay que mejorar la distribución y la equidad. Pero lo importante es el consenso nacional a partir de que se necesita un vigoroso crecimiento de la economía. Y ese vigoroso crecimiento de la economía necesita un manejo macroeconómico sano, y necesita reglas claras para el sector privado.

El manejo macroeconómico sano obliga a que el país pueda mostrar tendencias positivas en materia de déficit para reducirlo, en materia de endeudamiento para evitar que siga ese crecimiento vertical, en materia de creación de empleo, en materia de control de la inflación y en materia de crecimiento de la economía.

Y ese manejo, por supuesto, nos ha obligado a encarar situaciones muy difíciles. El déficit fiscal en agosto del año 2002 era del 4.2. Y algunos me decían: pero por qué se preocupa tanto por ese déficit. Que el Fondo Monetario permita que suban el techo y que haya un déficit mayor. El problema es con qué se financia. Nada nos ganamos que el Fondo Monetario dé permiso para tener un déficit más alto, si una elevada de carga de deuda pública le impide al país financiar esos porcentajes de déficit.

Por eso requerimos caminar con mucha prudencia, con la responsabilidad en el manejo de la economía, a lo cual se refería el doctor Rolando Bechara, para ir reduciendo ese déficit fiscal, para que en la economía colombiana tengan confianza propios y extraños. De ahí que hayamos emprendido una serie de tareas. La tarea de incrementar los recaudos del Estado, la tarea de reducir los costos, que está también orientada a ir transformando el Estado, a hacer que el Estado sea menos burocrático y más comunitario.

Que en lugar de pagar altas nóminas de Telecom, de Ecopetrol, del Sena, el Estado tenga en esas instituciones entidades eficientes, de burocracia reducidas, de presupuestos austeros, pero entidades que puedan mostrar unos logros sociales importantes para la Nación.

El caso del Sena. Lo que pretendemos con el Sena ilustra plenamente, a título de ejemplo, lo que pretendemos para el Estado. Una institución que no gaste sus recursos por atender las presiones burocráticas. Una institución que reduzca su nómina administrativa, sus costos. Una institución que pueda generar ahorros y dedicar esos ahorros a expandir la cobertura.

Lo decía el Primero de Mayo en el saludo a las gentes de trabajo de mi Patria. Nosotros encontramos el Sena con un millón de estudiantes en el año 2002. Por esas aulas, el año pasado, transitaron más de dos millones de estudiantes. Y con la ayuda de Dios aspiramos que en el año 2004-2006 por el Sena pasen en un año cuatro millones de estudiantes. Que es multiplicar por cuatro esa cobertura, mejorar la empleabilidad que todavía está muy baja. Pero eso nos exige buscar recursos, y buena parte de esos recursos hay que encontrarlos en la desburocratización de la entidad.

Y entonces ahí aparece la pregunta: ¿Qué necesitamos en Colombia? ¿Entidades estatales que se gasten el dinero en burocracia, en gastos de funcionamiento, o entidades estatales austeras que sean capaz de llegarle a la comunidad con mejores respuestas, con más proyección? Esto último constituye la tesis fundamental del Estado Comunitario, que, como usted lo resaltara esta mañana, Doctor Rolando, es un concepto de Estado para que la comunidad sea la gran beneficiada de la tarea pública, a partir de una creciente participación de la comunidad en la toma de decisiones oficiales, en su ejecución y en su control.

Quiero recordar hoy a los colombianos, desde esta universidad, que si bien hemos aumentado los impuestos, que los tenemos que racionalizar, que estamos comprometidos a que no crezca el impuesto de patrimonio y a reducir el impuesto de renta, que es excesivamente alto, también hoy hay en Colombia muchísimos estímulos para invertir. Hemos eliminado el arancel a la importación de bienes de capital. El año pasado los sectores industriales crecieron los bienes de capital en un 30 por ciento, sin incluir transporte.

Hemos eliminado el IVA a los bienes de capital para empresas altamente exportadoras, y consideramos como empresa altamente exportadora la que exporte el 30 por ciento de su producto. Estamos devolviendo el IVA a cualquier empresa, independiente del sector de la economía en el cual se desempeñe, por los bienes de capital adquiridos.

Y para el sector agropecuario hay estímulos de gran importancia. El Gobierno está comprometido con la exención tributaria a los cultivos de tardío rendimiento, con la exención tributaria a la reforestación, lo cual ha logrado ayudarnos muchísimo a que en el país crezca la palma africana, se expanda el área de frutales, recuperemos muchas zonas pérdidas hoy por la coca, sembrando cacao.

El país también tiene que explotar todas sus posibilidades madereras. Y en materia de reforestación no solamente hemos conseguido la exención tributaria a las empresas reforestadoras y a las plantas básicas de transformación de la madera, sino que hemos otorgado un gran incentivo a cualquier contribuyente que quiera invertir en empresa reforestadora. Ahí sí que tiene Córdoba un inmenso futuro.

Esta Patria en general lo tiene. Chile exporta alrededor de 3.000 millones de dólares al año en madera y derivados, tiene alrededor de dos millones y medio de hectáreas de bosque comercial. Colombia escasamente tiene 160 mil hectáreas de bosque comercial, y en Colombia, con una inmejorable situación geográfica, una hectárea produce al año el doble en metros cúbicos de madera de lo que produce una hectárea en Chile. Allí tenemos un inmenso porvenir y hay que aprovecharlo.

Y hemos venido buscando la recuperación del sector agropecuario. Fue mejor la cosecha de algodón en Córdoba, sus ingresos, más reducidos los costos. Estamos trabajando sobre dos ejes. El primero, la incorporación de la semilla transgénica, lo cual garantiza menos costos y una fibra de mejor calidad. Y lo segundo, la garantía de precios. Ahora en el interior del país se ha pasado de 7.000 hectáreas que se sembraron en el 2002, 12 mil del año pasado, a 26.500 que se acaban de sembrar. Y tienen la garantía del precio.

La semana pasada, el Banco Agrario, con el liderazgo del señor Ministro de Agricultura, tomó la decisión de garantizarle a los productores de algodón un precio con una tasa de cambio de referencia de 2.750 pesos por dólar, así la tasa de cambio del día esté por debajo, como ha estado infortunadamente en las últimas semanas.

Y la diferencia la va a pagar el Estado. Yo hacía cuentas con la señora Directora de Presupuesto, de que eso le puede costar al Estado, si no evoluciona la tasa de cambio, 17 mil millones. Pero estamos dispuestos a absorber ese costo, porque requerimos recuperar cultivos en los cuales Colombia tiene inmensas posibilidades de mejorar empleo, de irrigar ingresos, y de mejorar el tejido social en vastas áreas del territorio.

Confío que en el mes de agosto se inicie una nueva cosecha algodonera en Córdoba. Invito a mis compatriotas del Caribe a que en el segundo semestre sembremos en el Caribe de la Patria 50 mil hectáreas de algodón. El Gobierno está presto a aportar la semilla tragénica y la garantía del precio dentro del concepto de los acuerdos en la cadena productiva con apoyo del Gobierno.

Vamos a recuperar plenamente la agricultura. Por eso hemos insistido en una línea de crédito, que abrimos recién iniciado el Gobierno, para maquinaria agrícola. Esa línea de crédito tiene condiciones de ocho años de plazo y de una tasa fija de interés del nueve por ciento al año.

En el año anterior se colocaron 42 mil millones y aspiramos que este año se coloque otro tanto, para que el país recupere su banco de maquinaria agrícola.

Y aspiramos a recuperar 68 distritos de riego, que estaban bastante abandonados, varios de ellos en la Costa colombiana, dos de ellos en Córdoba. Se está trabajando ya intensamente en la recuperación del distrito de La Doctrina en Lorica, y aspiramos que próximamente se vean las obras de recuperación del distrito de Mocarí. 68 distritos en proceso de recuperación en Colombia, a través del Incoder, dirigido por un gran hijo de este departamento, el doctor Arturo Vega, se puede constituir esa obra en un gran aporte a la recuperación de la agricultura.

Por supuesto, estamos a la espera de una gran siembra de maíz y pueden tener la certeza de la garantía del precio y del afán del Gobierno porque funcionen los canales de mercado, para que funcione debidamente la cadena.

Y muchos colombianos me preguntan: bueno, ¿pero el Gobierno afanado por la recuperación agropecuaria, ahora proponiendo, como estamos proponiendo, una exención tributaria al biodiesel? Ya la obtuvimos para el alcohol carburante a fin de que el país pueda sustituir mucho combustible fósil por combustible biológico, empeñado el Gobierno, como está, en que Colombia no tenga 150, 170 mil hectáreas de palma africana, sino 600 mil para generar empleo, irrigar ingresos, mejorar la situación del campo y producir biodiesel, y sustituir combustibles fósiles por combustibles biológicos.

¿Cómo va a funcionar, cómo va a operar, cómo va a ser el engranaje entre la recuperación de la economía y el Tratado de Libre Comercio? Pues quiero invitar a la comunidad académica de la Corporación Universitaria del Sinú a pensar en el tema. El Tratado de Libre Comercio para nosotros no tiene un sesgo ideológico. Avanzamos en él convencidos de que es una oportunidad para Colombia. Cuando el país tiene acceso a mercados como el de los Estados Unidos, nuestra economía se tonifica. Cuando se pierde ese acceso, nuestra economía se debilita.

Los tratados en la época contemporánea no pueden ser desbalanceados. Tienen que ser totalmente equitativos. Tenemos confianza de que vamos a lograr un tratado equitativo, como lo acabamos de lograr con Mercosur. Cuando este Gobierno empezó, el país estaba lleno de temores, de indiferencia, frente a Mercosur. Me decían: no, esas economías del sur no nos sirven. Cómo vamos a hacer pactos con ellas. Y con la convicción política de que hay que avanzar hacia la unidad de las Américas, dimos el paso del Tratado entre la Comunidad Andina y Mercosur, y eso le va ayudar bastante a la economía de la región y a la economía colombiana.

Me preocupa no tener rápidamente el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, porque el Atpdea, que es la ley del Congreso de los Estados Unidos que permite que de manera unilateral los productos de Colombia accedan a ese mercado, habrá de finalizar en el año 2006, y si no tenemos un sustituto, como el Tratado Bilateral o el Alca, entonces ese mercado se puede cerrar de nuevo.

Y demorado, como observamos, el perfeccionamiento del Alca, la alternativa que se le ofrece a Colombia es ese Tratado de Libre Comercio. Vamos a negociarlo con todo el cuidado, con toda la atención puesta en las normas de equidad, para que sectores tan importantes como el sector agropecuario, del cual Córdoba es líder, puedan estar tranquilos. No vean en ese Tratado una amenaza sino una gran oportunidad. Y desde esta cátedra quiero reiterar ese compromiso con todo el país agropecuario.

Déjenme referirme a Córdoba. Nuestro primer interés es la recuperación agropecuaria de Córdoba. De ahí depende todo. De ahí depende el empleo, de ahí depende que los ciudadanos se pueden afiliar al régimen de seguridad social, de ahí depende el vigor de la vida económica. Por supuesto, que tiene el departamento apoyos muy importantes. Como el apoyo turístico, que en la medida que sigamos avanzando en seguridad, el turismo cordobés tiene que sentir fortaleza, como la ha sentido en el último año y medio. Y en la medida que el país tenga confianza entre inversionistas internacionales, inversiones como las de Cerromatoso le seguirán siendo de la mayor conveniencia a Córdoba.

Con el señor Gobernador, con el anterior Gobernador, con el actual Gobernador, con los alcaldes, con el señor Alcalde de Montería, estamos avanzando en un plan de obras, todavía en etapa muy preeliminaria, pero con toda la decisión política. Ya está adjudicado por parte del Gobierno Nacional el Puente de la 41. En audiencia pública se le adjudicó a la firma Conconcreto. ¿Cuánto vale la licitación, 17 mil millones? Estamos próximos a firmar el contrato. Aspiro que lo firmen aquí en Montería y que rápidamente empiece esa obra.

Paralelo a ese puente, habrá otro puente. El primero tiene para los vehículos un carril en una dirección, otro en la contraria, un amplio sendero para motos y un amplio sendero para peatones. Tiene que ser así. Aquí hay una cultura de creciente apelación a la moto, a la bicicleta. Entonces al peatón, a la moto y a la bicicleta, hay que darle el mejor tratamiento. Es absolutamente necesario.

Pero habrá un segundo puente. Los 17 mil millones del primero se financian con aportes del Gobierno Nacional. El segundo puente tendrá un apoyo en el peaje, en el peaje que se instalará en el viejo puente, en el único que tenemos hoy. Y ese segundo puente tendrá un desarrollo bien importante hacia La 41 y hacia la vía de Planeta, hacia Batigás, lo que le dará una alternativa de cruce nacional bien importante a Montería. En el futuro habrá que hacer otros cruces nacionales más alejados del perímetro urbano, pero éste constituye en el momento una gran alternativa.

Y la tercera obra incluye unos canales en la ciudad para recoger todas las aguas lluvias, y al mismo tiempo acompañar esos canales de senderos de ciclo-ruta, como se hizo durante la administración Peñalosa en la ciudad de Bogotá.

Entre Invías, Fonade, la Gobernación, la Alcaldía y el apoyo de los usuarios que van a pagar el peaje, vamos a hacer estas obras para transformar Montería, para que Montería tenga un principio de transformación, y a esas obras hay que ponerles todo el entusiasmo. Y he venido con el señor Ministro, y con las señoras directoras, a reiterar nuestro compromiso con esas obras.

Estamos haciendo el kilómetro demostrativo de la doble calzada del aeropuerto a Cereté. Demostrativo. Para que la ciudadanía vea la necesidad de la doble calzada y la ciclo-ruta. Nosotros no podemos pensar solamente en el vehículo automotor. Necesitamos darle comodidades al peatón, y necesitamos darle comodidades al ciclista. Yo recuerdo, todos los mayores aquí recordamos, como este departamento hizo un tránsito formidable, de un día para otro, de la cultura del burro a la cultura de la bicicleta. Nuestros campesinos un día soltaron los burros y al otro día amanecieron en bicicleta. Y eso se ve crecientemente, pero no le hemos puesto atención a la protección del ciclista.

Creo que con ese kilómetro vamos a dar luces de lo que debe ser una vía cómoda, bonita, amable entre Montería y Cereté. Y a partir de que la ciudadanía quiera esa vía, observando el kilómetro demostrativo, nos pondremos de acuerdo con el señor Gobernador, con los señores Alcaldes y la comunidad, a ver cómo se puede construir el resto por una concesión.

Y tenemos el compromiso de culminar la pavimentación de la carretera a Tierralta. Se ha ejecutado un trayecto, se va a abrir la licitación para ejecutar el restante. Se está ejecutando un trayecto en la pavimentación de Moñitos a San Bernardo. Se va a abrir la licitación para ejecutar el restante. enemos el compromiso de ejecutar la pavimentación de la Troncal a Canalete, y de la Troncal a Puerto Escondido.

La señora Drectora de Invías ha venido en acuerdo con las alcaldías de Montelíbano, y de Puerto Libertador, y rápidamente se va a empezar la pavimentación de la carretera de Puerto Libertador hacia Montelíbano, por lo menos para garantizar en pavimento el tramo de Puerto Libertador al sitio donde se bifurca la carretera que por un lado va La Mina viniendo de Montelíbano, y que por otro lado va a Puerto Libertador.

Y confiamos también poder avanzar muchísimo en pavimento, ojalá terminarlo, en el proceso de los 2.500 kilómetros, el tramo que nos hace falta pavimentar en la carretera de La Apartada-Ayapel.

Ojalá esas obras se puedan ver todas rápidamente en ejecución. Por lo menos está la buena nueva de que el Puente de la 41 está adjudicado y que vamos para adelante con esas obras.

Pero con el señor Gobernador y con el señor Alcalde también nos hemos puesto de acuerdo para que este año Córdoba tenga una ampliación de 96.000 cupos en el régimen subsidiado de salud. Queremos que al final de este Gobierno, las gentes más humildes de este departamento hayan sentido avance sustancial en régimen subsidiado de salud, en acceso al Sena, en posibilidades de universidad.

Por eso hemos adelantado con devoción el programa de Familias en Acción en el departamento, y el programa de los restaurantes de Bienestar Familiar. En esa tarea social continuaremos.

Señor doctor Elías Bechara, señor doctor Orlando Bechara, señora doctora Ilse Bechara, me honran por excesiva generosidad de ustedes. El compromiso que adquiero con este título, es el compromiso de querer más a Colombia. Encuentro en esta ciudad de ustedes, un motivo que se suma ya a los muchos que tengo para amar entrañablemente esta gran tierra cordobesa. A todos muchas gracias".

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