PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE AL RECIBIR TÍTULO
HONORIS CAUSA EN ECONOMÍA
Montería, 4 may (SNE). El presidente Álvaro Uribe
Vélez pronunció las siguientes palabras al recibir
el Título Honoris Causa en Economía, otorgado por
la Corporación Universitaria del Sinú:
"Cómo me honra acudir hoy a la Corporación
Universitaria del Sinú a participar de una celebración
tan importante para academia de la Patria, para abrirles oportunidades
a tantos colombianos de acceso a la universidad para esta tierra
cordobesa.
Los
colombianos debemos un homenaje infinito de gratitud a este esfuerzo,
al
doctor Elías Bechara, a su familia, al equipo
académico y administrativo vinculado a esta magnífica
tarea. Químico farmacéutico, Senador, Representante,
primer Rector de la Universidad Nacional de Córdoba, profesor
titular de la Universidad del Atlántico, Alcalde de Montería,
Concejal de la ciudad, de Cereté y de Los Córdobas.
Fundador e impulsor de la Normal Agrícola en Lorica, del
Colegio de Bachillerato José María Córdoba
y el Colegio de Bachillerato Nocturno de Montería.
El
doctor Elías Bechara Zainum ha contribuido de la manera
más concreta y noble como los seres humanos pueden contribuir
al desarrollo de sus pueblos. Ha forjado esta gran tarea, que es
motivo de orgullo de Montería, de Córdoba y de Colombia
Y
quiero saludar a todos los que integran este magnífico
equipo. Al Presidente del Consejo Superior, a la Rectora, a los
doctores Rolando Bechara Castilla e Ilse Bechara Castilla. A todo
el magnífico cuerpo académico, administrativo, a
los estudiantes y profesores.
Me
honran, por una razón: por la generosidad de ustedes.
Y me siento profundamente comprometido con esta tierra y con este
esfuerzo académico y con esta comunidad universitaria. En
el ejercicio de la Presidencia, en materias económicas,
nada distinto hago a estar a toda hora en permanente discusión
con un brillante grupo de economistas, a ver ellos con sus luces
cómo ayudan a que la Patria salga adelante.
Pense
en escribir unas líneas sobre el manejo económico
de la Nación para esta ocasión que me colma de generosidad.
Pero creí mejor confesar que solamente coordino y animo
el esfuerzo de un equipo de economistas. Déjenme, sí,
decir algunas frases no de ciencia económica sino de sentido
común, producto de un largo recorrido ya en el cotidiano
ajetreo de la vida pública de la Nación. Ninguna
economía funciona sin confianza.
Esta
mañana que, al entrar a la universidad saludaba a
los estudiantes de economía y que me decían generosamente
que hoy ingresaba al mosaico de sus compañeros, les decía:
estudien bastante, para que logren en favor de Colombia lo fundamental
que requiere la economía: confianza. Confianza de los inversionistas
para invertir, confianza de industriales, confianza de agricultores,
confianza de investigadores, confianza de trabajadores, confianza
del sector servicios, confianza de todos los actores.
Nos
hemos propuesto construir, fortalecer confianza en Colombia,
sobre tres pilares:
el rescate de la seguridad con una vocación
democrática, la reactivación de la economía
y la reactivación del tejido social.
La
concepción democrática es el eje esencial para
que la política de seguridad perdure por siempre en Colombia.
Para que la política de seguridad no solamente derrote a
los terroristas, le devuelva a la Nación plenamente, plenamente,
las posibilidades de su tranquilidad y de su convivencia, sino
para que sea perenne, para que sea una permanente garantía
de una Nación tranquila, amable, dinámica, de una
Nación en la cual las generaciones nuevas y quienes detrás
de ellos habrán de venir, puedan vivir felices.
Por
eso, cuando hablamos de seguridad democrática lo hacemos
convencidos de la energía que se requiere para la seguridad,
de la determinación que requieren los gobiernos para proveerla,
y al mismo tiempo del compromiso con la Constitución, con
los Derechos Humanos, con el respeto a la tolerancia y al pluralismo.
Si
algo invita a pensar en la concepción democrática
de la seguridad, es tener la oportunidad de entrar a los claustros
universitarios, porque para mí un valor esencial de la universidad
es la libre cátedra, es la investigación profunda
pero libre, es la posibilidad de que todos los estudiantes sean
dotados con un mínimo de oportunidades de conocimiento,
para que cada uno en ejercicio de sus libertades vaya adoptando
el camino de sus preferencias.
La
universidad sin confesionalismos de izquierda ni de derecha,
la universidad
científica e investigativa y pluralista,
de cátedra libre, es el mejor ejemplo de lo que tiene que
ser el concepto democrático de seguridad para Colombia.
Una
Nación sin Estado omisivo y sin terroristas. Es lo
que requerimos. Porque el terrorismo creció aquí no
por acción del Estado sino por omisión del Estado.
Por eso cientos de miles de colombianos, el 50 por ciento de esta
Nación, sin que muchos sectores de la clase dirigente se
dieran por enterados, ese porcentaje se convirtió en víctimas
de los grupos violentos. Así no sale adelante Nación
alguna, así no sale adelante sociedad alguna.
Quiero
reiterar, en este gran foro, en esta cátedra superior
de la universidad, mi convicción de que la Patria requiere
seguridad democrática.
Ayer,
reunido con los soldados en el sur del país, en La
Macarena, que hacen todo el aporte para rescatar el imperio de
la Constitución y de la Ley, para arrebatarle esas bellas
tierras de la Patria a la retaguardia del terrorismo de las Farc,
que de ellas se había enseñoreado, les decía:
Colombia, con voluntad democrática, con decisión
y tesón en sus dirigentes, con apoyo y solidaridad en su
pueblo, está invirtiendo la marcha. Antes los terroristas
exigían que el Estado echara para atrás y el Estado
tenía que echar para atrás. Ahora quienes tendrán
que echar para atrás son los terroristas, porque el Estado
y el pueblo, que se han forjado en el desafío, han tomado
la decisión irrenunciable e irreversible de derrotarlos.
Confianza,
soportada en la seguridad democrática. Y confianza
soportada en la reactivación económica. Esa reactivación
económica requiere un objetivo: el objetivo del crecimiento.
Hace
pocos días, quien fuera asesor del milagro económico
de Irlanda del Sur, país que en pocas décadas, con
tres millones 900 mil habitantes, pasó a un producto de
150 billones de dólares, nos expresaba que lo fundamental
fue un acuerdo de la Nación sobre la necesidad del crecimiento
de la economía.
Desde
esta universidad, reitero la invitación a los colombianos
para que cerremos filas alrededor de objetivos ambiciosos de crecimiento
de la economía.
Recuerdo
los debates políticos de Colombia del principio
de la década de los 70. En la universidad pública
nos debatíamos. Cuando unos abogaban por la economía
socialista, la socialización y la estatización de
los medios de producción, los otros defendíamos la
economía privada y el Estado interventor. Unos defendían
la dictadura del proletariado como nueva forma de expresión
del Estado y los otros defendíamos el concepto del Estado
de Derecho, sometido a las leyes pero social, que abriera oportunidad
a todas las expresiones del pensamiento, que le respetara el espacio
de crecimiento a la economía, el lugar que debe ocupar el
sector privado, y que garantizará la equidad social. Se
discutía mucho qué era primero: ¿el crecimiento
o la redistribución?
Colombia
ha llegado a un estado tal de pobreza, Colombia ha llegado a
un
estado tal de desbalance entre el tamaño de su población,
la profundidad de sus necesidades y, al mismo tiempo, el pequeño
tamaño de la economía, que Colombia requiere crecimiento
para poder hacer política social.
Hace
poco, discutiendo con algunos europeos, nos preguntábamos
que es primero: ¿la paz o la política social? Yo
les decía: si me lo hubieran preguntado hace 30 ó 35
años, en las cátedras de la universidad, no habría
vacilado en responder: primero la política social, sin política
social no hay paz. Y hoy les digo: después de haber observado
a Colombia durante tantos lustros, el país ha llegado a
una situación tal que requiere un principio sólido
de paz, para que haya inversión, crezca la economía
y podamos obtener los recursos para hacer una política social
de fondo. Sin crecimiento de la economía que genere esos
recursos, es imposible adelantar una política social de
fondo, exigida para poder consolidar la paz.
Entonces,
la famosa controversia entre crecimiento y distribución
debe ser una etapa del pasado. Porque hoy nadie controvierte que
hay que mejorar la distribución y la equidad. Pero lo importante
es el consenso nacional a partir de que se necesita un vigoroso
crecimiento de la economía. Y ese vigoroso crecimiento de
la economía necesita un manejo macroeconómico sano,
y necesita reglas claras para el sector privado.
El
manejo macroeconómico sano obliga a que el país
pueda mostrar tendencias positivas en materia de déficit
para reducirlo, en materia de endeudamiento para evitar que siga
ese crecimiento vertical, en materia de creación de empleo,
en materia de control de la inflación y en materia de crecimiento
de la economía.
Y
ese manejo, por supuesto, nos ha obligado a encarar situaciones
muy difíciles. El déficit fiscal en agosto del año
2002 era del 4.2. Y algunos me decían: pero por qué se
preocupa tanto por ese déficit. Que el Fondo Monetario permita
que suban el techo y que haya un déficit mayor. El problema
es con qué se financia. Nada nos ganamos que el Fondo Monetario
dé permiso para tener un déficit más alto,
si una elevada de carga de deuda pública le impide al país
financiar esos porcentajes de déficit.
Por
eso requerimos caminar con mucha prudencia, con la responsabilidad
en el manejo
de la economía, a lo cual se refería
el doctor Rolando Bechara, para ir reduciendo ese déficit
fiscal, para que en la economía colombiana tengan confianza
propios y extraños. De ahí que hayamos emprendido
una serie de tareas. La tarea de incrementar los recaudos del Estado,
la tarea de reducir los costos, que está también
orientada a ir transformando el Estado, a hacer que el Estado sea
menos burocrático y más comunitario.
Que
en lugar de pagar altas nóminas de Telecom, de Ecopetrol,
del Sena, el Estado tenga en esas instituciones entidades eficientes,
de burocracia reducidas, de presupuestos austeros, pero entidades
que puedan mostrar unos logros sociales importantes para la Nación.
El
caso del Sena. Lo que pretendemos con el Sena ilustra plenamente,
a título de ejemplo, lo que pretendemos para el Estado.
Una institución que no gaste sus recursos por atender las
presiones burocráticas. Una institución que reduzca
su nómina administrativa, sus costos. Una institución
que pueda generar ahorros y dedicar esos ahorros a expandir la
cobertura.
Lo
decía el Primero de Mayo en el saludo a las gentes de
trabajo de mi Patria. Nosotros encontramos el Sena con un millón
de estudiantes en el año 2002. Por esas aulas, el año
pasado, transitaron más de dos millones de estudiantes.
Y con la ayuda de Dios aspiramos que en el año 2004-2006
por el Sena pasen en un año cuatro millones de estudiantes.
Que es multiplicar por cuatro esa cobertura, mejorar la empleabilidad
que todavía está muy baja. Pero eso nos exige buscar
recursos, y buena parte de esos recursos hay que encontrarlos en
la desburocratización de la entidad.
Y
entonces ahí aparece la pregunta: ¿Qué necesitamos
en Colombia? ¿Entidades estatales que se gasten el dinero
en burocracia, en gastos de funcionamiento, o entidades estatales
austeras que sean capaz de llegarle a la comunidad con mejores
respuestas, con más proyección? Esto último
constituye la tesis fundamental del Estado Comunitario, que, como
usted lo resaltara esta mañana, Doctor Rolando, es un concepto
de Estado para que la comunidad sea la gran beneficiada de la tarea
pública, a partir de una creciente participación
de la comunidad en la toma de decisiones oficiales, en su ejecución
y en su control.
Quiero
recordar hoy a los colombianos, desde esta universidad, que si
bien hemos
aumentado los impuestos, que los tenemos que
racionalizar, que estamos comprometidos a que no crezca el impuesto
de patrimonio y a reducir el impuesto de renta, que es excesivamente
alto, también hoy hay en Colombia muchísimos estímulos
para invertir. Hemos eliminado el arancel a la importación
de bienes de capital. El año pasado los sectores industriales
crecieron los bienes de capital en un 30 por ciento, sin incluir
transporte.
Hemos
eliminado el IVA a los bienes de capital para empresas altamente
exportadoras,
y consideramos como empresa altamente exportadora
la que exporte el 30 por ciento de su producto. Estamos devolviendo
el IVA a cualquier empresa, independiente del sector de la economía
en el cual se desempeñe, por los bienes de capital adquiridos.
Y
para el sector agropecuario hay estímulos de gran importancia.
El Gobierno está comprometido con la exención tributaria
a los cultivos de tardío rendimiento, con la exención
tributaria a la reforestación, lo cual ha logrado ayudarnos
muchísimo a que en el país crezca la palma africana,
se expanda el área de frutales, recuperemos muchas zonas
pérdidas hoy por la coca, sembrando cacao.
El
país también tiene que explotar todas sus posibilidades
madereras. Y en materia de reforestación no solamente hemos
conseguido la exención tributaria a las empresas reforestadoras
y a las plantas básicas de transformación de la madera,
sino que hemos otorgado un gran incentivo a cualquier contribuyente
que quiera invertir en empresa reforestadora. Ahí sí que
tiene Córdoba un inmenso futuro.
Esta
Patria en general lo tiene. Chile exporta alrededor de 3.000
millones
de dólares al año en madera y derivados,
tiene alrededor de dos millones y medio de hectáreas de
bosque comercial. Colombia escasamente tiene 160 mil hectáreas
de bosque comercial, y en Colombia, con una inmejorable situación
geográfica, una hectárea produce al año el
doble en metros cúbicos de madera de lo que produce una
hectárea en Chile. Allí tenemos un inmenso porvenir
y hay que aprovecharlo.
Y
hemos venido buscando la recuperación del sector agropecuario.
Fue mejor la cosecha de algodón en Córdoba, sus ingresos,
más reducidos los costos. Estamos trabajando sobre dos ejes.
El primero, la incorporación de la semilla transgénica,
lo cual garantiza menos costos y una fibra de mejor calidad. Y
lo segundo, la garantía de precios. Ahora en el interior
del país se ha pasado de 7.000 hectáreas que se sembraron
en el 2002, 12 mil del año pasado, a 26.500 que se acaban
de sembrar. Y tienen la garantía del precio.
La
semana pasada, el Banco Agrario, con el liderazgo del señor
Ministro de Agricultura, tomó la decisión de garantizarle
a los productores de algodón un precio con una tasa de cambio
de referencia de 2.750 pesos por dólar, así la tasa
de cambio del día esté por debajo, como ha estado
infortunadamente en las últimas semanas.
Y
la diferencia la va a pagar el Estado. Yo hacía cuentas
con la señora Directora de Presupuesto, de que eso le puede
costar al Estado, si no evoluciona la tasa de cambio, 17 mil millones.
Pero estamos dispuestos a absorber ese costo, porque requerimos
recuperar cultivos en los cuales Colombia tiene inmensas posibilidades
de mejorar empleo, de irrigar ingresos, y de mejorar el tejido
social en vastas áreas del territorio.
Confío que en el mes de agosto se inicie una nueva cosecha
algodonera en Córdoba. Invito a mis compatriotas del Caribe
a que en el segundo semestre sembremos en el Caribe de la Patria
50 mil hectáreas de algodón. El Gobierno está presto
a aportar la semilla tragénica y la garantía del
precio dentro del concepto de los acuerdos en la cadena productiva
con apoyo del Gobierno.
Vamos
a recuperar plenamente la agricultura. Por eso hemos insistido
en una línea de crédito, que abrimos recién
iniciado el Gobierno, para maquinaria agrícola. Esa línea
de crédito tiene condiciones de ocho años de plazo
y de una tasa fija de interés del nueve por ciento al año.
En
el año anterior se colocaron 42 mil millones y aspiramos
que este año se coloque otro tanto, para que el país
recupere su banco de maquinaria agrícola.
Y
aspiramos a recuperar 68 distritos de riego, que estaban bastante
abandonados,
varios de ellos en la Costa colombiana, dos de ellos
en Córdoba. Se está trabajando ya intensamente en
la recuperación del distrito de La Doctrina en Lorica, y
aspiramos que próximamente se vean las obras de recuperación
del distrito de Mocarí. 68 distritos en proceso de recuperación
en Colombia, a través del Incoder, dirigido por un gran
hijo de este departamento, el doctor Arturo Vega, se puede constituir
esa obra en un gran aporte a la recuperación de la agricultura.
Por
supuesto, estamos a la espera de una gran siembra de maíz
y pueden tener la certeza de la garantía del precio y del
afán del Gobierno porque funcionen los canales de mercado,
para que funcione debidamente la cadena.
Y
muchos colombianos me preguntan: bueno, ¿pero el Gobierno
afanado por la recuperación agropecuaria, ahora proponiendo,
como estamos proponiendo, una exención tributaria al biodiesel?
Ya la obtuvimos para el alcohol carburante a fin de que el país
pueda sustituir mucho combustible fósil por combustible
biológico, empeñado el Gobierno, como está,
en que Colombia no tenga 150, 170 mil hectáreas de palma
africana, sino 600 mil para generar empleo, irrigar ingresos, mejorar
la situación del campo y producir biodiesel, y sustituir
combustibles fósiles por combustibles biológicos.
¿Cómo va a funcionar, cómo va a operar, cómo
va a ser el engranaje entre la recuperación de la economía
y el Tratado de Libre Comercio? Pues quiero invitar a la comunidad
académica de la Corporación Universitaria del Sinú a
pensar en el tema. El Tratado de Libre Comercio para nosotros no
tiene un sesgo ideológico. Avanzamos en él convencidos
de que es una oportunidad para Colombia. Cuando el país
tiene acceso a mercados como el de los Estados Unidos, nuestra
economía se tonifica. Cuando se pierde ese acceso, nuestra
economía se debilita.
Los
tratados en la época contemporánea no pueden
ser desbalanceados. Tienen que ser totalmente equitativos. Tenemos
confianza de que vamos a lograr un tratado equitativo, como lo
acabamos de lograr con Mercosur. Cuando este Gobierno empezó,
el país estaba lleno de temores, de indiferencia, frente
a Mercosur. Me decían: no, esas economías del sur
no nos sirven. Cómo vamos a hacer pactos con ellas. Y con
la convicción política de que hay que avanzar hacia
la unidad de las Américas, dimos el paso del Tratado entre
la Comunidad Andina y Mercosur, y eso le va ayudar bastante a la
economía de la región y a la economía colombiana.
Me
preocupa no tener rápidamente el Tratado de Libre Comercio
con los Estados Unidos, porque el Atpdea, que es la ley del Congreso
de los Estados Unidos que permite que de manera unilateral los
productos de Colombia accedan a ese mercado, habrá de finalizar
en el año 2006, y si no tenemos un sustituto, como el Tratado
Bilateral o el Alca, entonces ese mercado se puede cerrar de nuevo.
Y
demorado, como observamos, el perfeccionamiento del Alca, la
alternativa
que se le ofrece a Colombia es ese Tratado de Libre
Comercio. Vamos a negociarlo con todo el cuidado, con toda la atención
puesta en las normas de equidad, para que sectores tan importantes
como el sector agropecuario, del cual Córdoba es líder,
puedan estar tranquilos. No vean en ese Tratado una amenaza sino
una gran oportunidad. Y desde esta cátedra quiero reiterar
ese compromiso con todo el país agropecuario.
Déjenme referirme a Córdoba. Nuestro primer interés
es la recuperación agropecuaria de Córdoba. De ahí depende
todo. De ahí depende el empleo, de ahí depende que
los ciudadanos se pueden afiliar al régimen de seguridad
social, de ahí depende el vigor de la vida económica.
Por supuesto, que tiene el departamento apoyos muy importantes.
Como el apoyo turístico, que en la medida que sigamos avanzando
en seguridad, el turismo cordobés tiene que sentir fortaleza,
como la ha sentido en el último año y medio. Y en
la medida que el país tenga confianza entre inversionistas
internacionales, inversiones como las de Cerromatoso le seguirán
siendo de la mayor conveniencia a Córdoba.
Con
el señor Gobernador, con el anterior Gobernador, con
el actual Gobernador, con los alcaldes, con el señor Alcalde
de Montería, estamos avanzando en un plan de obras, todavía
en etapa muy preeliminaria, pero con toda la decisión política.
Ya está adjudicado por parte del Gobierno Nacional el Puente
de la 41. En audiencia pública se le adjudicó a la
firma Conconcreto. ¿Cuánto vale la licitación,
17 mil millones? Estamos próximos a firmar el contrato.
Aspiro que lo firmen aquí en Montería y que rápidamente
empiece esa obra.
Paralelo
a ese puente, habrá otro puente. El primero tiene
para los vehículos un carril en una dirección, otro
en la contraria, un amplio sendero para motos y un amplio sendero
para peatones. Tiene que ser así. Aquí hay una cultura
de creciente apelación a la moto, a la bicicleta. Entonces
al peatón, a la moto y a la bicicleta, hay que darle el
mejor tratamiento. Es absolutamente necesario.
Pero
habrá un segundo puente. Los 17 mil millones del primero
se financian con aportes del Gobierno Nacional. El segundo puente
tendrá un apoyo en el peaje, en el peaje que se instalará en
el viejo puente, en el único que tenemos hoy. Y ese segundo
puente tendrá un desarrollo bien importante hacia La 41
y hacia la vía de Planeta, hacia Batigás, lo que
le dará una alternativa de cruce nacional bien importante
a Montería. En el futuro habrá que hacer otros cruces
nacionales más alejados del perímetro urbano, pero éste
constituye en el momento una gran alternativa.
Y
la tercera obra incluye unos canales en la ciudad para recoger
todas las
aguas lluvias, y al mismo tiempo acompañar esos
canales de senderos de ciclo-ruta, como se hizo durante la administración
Peñalosa en la ciudad de Bogotá.
Entre
Invías, Fonade, la Gobernación, la Alcaldía
y el apoyo de los usuarios que van a pagar el peaje, vamos a hacer
estas obras para transformar Montería, para que Montería
tenga un principio de transformación, y a esas obras hay
que ponerles todo el entusiasmo. Y he venido con el señor
Ministro, y con las señoras directoras, a reiterar nuestro
compromiso con esas obras.
Estamos
haciendo el kilómetro demostrativo de la doble
calzada del aeropuerto a Cereté. Demostrativo. Para que
la ciudadanía vea la necesidad de la doble calzada y la
ciclo-ruta. Nosotros no podemos pensar solamente en el vehículo
automotor. Necesitamos darle comodidades al peatón, y necesitamos
darle comodidades al ciclista. Yo recuerdo, todos los mayores aquí recordamos,
como este departamento hizo un tránsito formidable, de un
día para otro, de la cultura del burro a la cultura de la
bicicleta. Nuestros campesinos un día soltaron los burros
y al otro día amanecieron en bicicleta. Y eso se ve crecientemente,
pero no le hemos puesto atención a la protección
del ciclista.
Creo
que con ese kilómetro vamos a dar luces de lo que
debe ser una vía cómoda, bonita, amable entre Montería
y Cereté. Y a partir de que la ciudadanía quiera
esa vía, observando el kilómetro demostrativo, nos
pondremos de acuerdo con el señor Gobernador, con los señores
Alcaldes y la comunidad, a ver cómo se puede construir el
resto por una concesión.
Y
tenemos el compromiso de culminar la pavimentación de
la carretera a Tierralta. Se ha ejecutado un trayecto, se va a
abrir la licitación para ejecutar el restante. Se está ejecutando
un trayecto en la pavimentación de Moñitos a San
Bernardo. Se va a abrir la licitación para ejecutar el restante.
enemos el compromiso de ejecutar la pavimentación de la
Troncal a Canalete, y de la Troncal a Puerto Escondido.
La
señora Drectora de Invías ha venido en acuerdo
con las alcaldías de Montelíbano, y de Puerto Libertador,
y rápidamente se va a empezar la pavimentación de
la carretera de Puerto Libertador hacia Montelíbano, por
lo menos para garantizar en pavimento el tramo de Puerto Libertador
al sitio donde se bifurca la carretera que por un lado va La Mina
viniendo de Montelíbano, y que por otro lado va a Puerto
Libertador.
Y
confiamos también poder avanzar muchísimo en pavimento,
ojalá terminarlo, en el proceso de los 2.500 kilómetros,
el tramo que nos hace falta pavimentar en la carretera de La Apartada-Ayapel.
Ojalá esas obras se puedan ver todas rápidamente
en ejecución. Por lo menos está la buena nueva de
que el Puente de la 41 está adjudicado y que vamos para
adelante con esas obras.
Pero
con el señor Gobernador y con el señor Alcalde
también nos hemos puesto de acuerdo para que este año
Córdoba tenga una ampliación de 96.000 cupos en el
régimen subsidiado de salud. Queremos que al final de este
Gobierno, las gentes más humildes de este departamento hayan
sentido avance sustancial en régimen subsidiado de salud,
en acceso al Sena, en posibilidades de universidad.
Por
eso hemos adelantado con devoción el programa de Familias
en Acción en el departamento, y el programa de los restaurantes
de Bienestar Familiar. En esa tarea social continuaremos.
Señor doctor Elías Bechara, señor doctor
Orlando Bechara, señora doctora Ilse Bechara, me honran
por excesiva generosidad de ustedes. El compromiso que adquiero
con este título, es el compromiso de querer más a
Colombia. Encuentro en esta ciudad de ustedes, un motivo que se
suma ya a los muchos que tengo para amar entrañablemente
esta gran tierra cordobesa. A todos muchas gracias".
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