DISCURSO DEL PRESIDENTE EN LA PRIMERA MACRO RUEDA
DE NEGOCIOS COLOMBIA- BRASIL
Sao Paulo
(Brasil), 22 jun. (SNE).- El siguiente es el discurso del presidente
de la República, Álvaro Uribe Vélez,
en la inauguración de la primera macro-rueda de negocios
entre Colombia y Brasil, en Sao Paulo y en la que participan
56 exportadores colombianos y 80 compradores brasileños
que, hasta el próximo jueves, buscarán nuevos nichos
de mercado en nuestro país:
"Compatriotas colombianos, compatriotas brasileros, compatriotas
de nuestra América del Sur:
En enero
del año pasado tuve el privilegio de conocer
al Presidente Lula, cuando concurrimos a la toma de posesión
del señor Presidente Gutiérrez en Quito. Por su
puesto, yo veía que las cámaras fotográficas
buscaban los más sospechosos ángulos para tomar
fotografías, empiezo por mí, ¿qué pensarían? ¿cómo
se va a entender Lula con Uribe, si Uribe es un logro guerrerista?
Y qué dirían del otro lado: ¿cómo
se va a entender Uribe con Lula, si Lula es el director del PT
y las FARC trató de meterse en el pasado, en las relaciones
de la izquierda democrática de América del Sur?
Pero, yo
encontré en el Presidente Lula un constructor
de consensos, un estadista que me ha despertado confianza, admiración
y cariño. Y creo, que él ha encontrado en mí,
un guerrero con los que debo guerrear, pero un amigo con los
que tengo que ser amigo. Ha sido muy grata esta relación,
señor Presidente Lula.
Ese día volvimos sobre el tema de la integración
de nuestra América: política, de la integración
física, del avance de todos los procesos de comercio,
y nos preguntamos por qué dos países hermanos,
vecinos -que suman un mercado tan importante-, siguen tan alejados.
Juntos en la retórica, alejados en la realidad.
Y nos dimos
a la tarea de sacar adelante el acuerdo CAN - MERCOSUR, que
hasta ese momento no era siquiera utopía, era una
idea de unos pocos, que contaba con el desinterés de la
gran mayoría. Afortunadamente hoy es una realidad, que
como lo anotará el Ministro Botero, se ha hecho posible
gracias al pragmatismo y a la generosidad con que se reconocieron
asimetrías y se permitieron cláusulas que garanticen
la equidad.
Los acuerdos
de comercio, para ser perdurables, para contribuir al bienestar
de los pueblos, tienen que ser equitativos. Para
que ser equitativos, tienen que reconocer las asimetrías,
tienen que reconocer las particularidades de cada país,
sus riesgos en sectores como el agropecuario, tienen que contribuir
al desarrollo de la pequeña empresa, etcétera.
Ese ha sido
un gran paso. Ustedes lo avalan hoy, con su concurrencia a
este acto y con la decisión de incentivar estas relaciones.
Pero tenemos que seguir trabajando, para esta integración
política y física para nuestra América. ¿Cómo
la vemos? Como una necesidad, de polo a polo, de Alaska a la
Patagonía. Y esta integración no la logramos con
confrontaciones, no la logramos con pequeñas disputas,
las logramos con cooperación, con construcción
de consensos, en lo cual el Presidente Lula siempre da un gran
ejemplo.
Repito hoy
aquí, el interés del pueblo colombiano,
de todas nuestras instituciones estatales del Gobierno, de contribuir
a la integración de las Américas, a la integración
política, a la integración física, a la
integración comercial. Y encontramos una gran identificación
el Gobierno del Presidente Lula, porque vemos que el camino es
el consenso, la cooperación, no la confrontación.
Para la integración física hemos estado examinando
una serie de pasos de gran importancia: primero, Colombia y Panamá -están
unidas en la historia, en la sangre-, se constituyen hoy en el
punto de desunión física. Colombia ha dado el paso
de pedir su ingreso al Plan Panamá-Puebla, en el capitulo
de infraestructura.
Inicialmente
entramos con tres obras, que van a convenir muchísimo
a la integración física del Continente: primero
a construir la carretera. Empezó el Siglo XXI y la carretera
de nuestras Américas está suspendida, está interrumpida,
no la vamos a construir por el Tapón del Darién,
las conversaciones iniciales con el gobierno de Panamá,
es construirla por la línea costanera para adaptarnos
plenamente a los requerimientos ambientales. Eso despeja caminos
y nos permite ir convirtiendo esa ilusión de las Américas
en una realidad.
El segundo
paso es la construcción del gasoducto. Al
integrase energéticamente Brasil y Venezuela, es necesario
construir ahora el gasoducto del oriente de Venezuela a su Oeste,
cruzar Colombia y llevarlo de Colombia a Panamá para integrarlo
hasta Puebla. Aspiramos concretar, definitivamente el tema, en
la reunión con el señor presidente Chávez,
en los próximos días, en Mérida, Venezuela.
Y el tercer
punto es la línea de transmisión de
energía. En materia energética sí que se
tiene que unir nuestro Continente. Los problemas de suministro
de energía se avizoran como los grandes obstáculos
al continuado crecimiento de la economía en la próxima
década.
Y en la integración hacia el Sur, hemos examinado con
el Presidente Lula, temas de gran importancia como la Hidrovía
Suramericana y la comunicación de Brasil con el Pacífico,
a través del río Putumayo y a través de
los Andes Colombianos: la comunicación Belén-Tumaco.
Vamos a examinar conjuntamente una propuesta que me he permitido
elevar al gobierno del Brasil, para que financien la fase final
de los estudios y la construcción de las obras, para garantizar
la navegabilidad permanente en el río Meta. Gran componente
de la vía Suramericana, de la Hidrovía: la comunicación
río Meta-Orinoco, por el Orinoco al Caribe, o por el Orinoco
al Sur, al caño Casiquiare, al río Negro y al Amazonas.
En la medida
que garanticemos esa navegabilidad permanente en todas la épocas del año por el río Meta,
estaremos dando un paso concreto a la integración física
del Continente.
Y estamos
dispuestos a hacer otro convenio con el gobierno del Brasil,
para la comunicación Belén-Tumaco, donde
Brasil accedería al Pacífico por el Putumayo colombiano
y por los Andes nariñenses de Colombia.
Además hemos examinado otros temas como el del Café,
al cual se refirió el señor Presidente Lula, unos
temas particulares de crédito, del Banco Nacional de Desarrollo
del Brasil, el tema de los alcoholes, el tema de la siderúrgica.
Colombia
aspira, a finales del año entrante, a estar
destilando un millón de litros diarios de alcohol carburante.
En Colombia
hemos venido en una etapa infortunada de descenso en la producción de combustibles fósiles, estamos
haciendo grandes esfuerzos para nuevos hallazgos, pero nos tenemos
que preparar con alternativas. Una alternativa son los alcoholes
carburantes -hemos dado todos los pasos-, nuestros empresarios
se están dotando de las plantas y quiero invitar a los
empresarios brasileros, no solamente a ofrecer plantas para vender
en Colombia, sino a instalarlas, a hacer inversión en
esas plantas en Colombia. Nada mejor para promoverlas, que instalarlas
allí. Traigo especial mensaje de los productores de caña,
de la olla del río Suárez, en los departamentos
de Boyacá y Santander. Esa actividad ha quedado exenta
de impuesto en Colombia.
Además, estamos dispuestas a que la Empresa Colombiana
de Petróleos, Ecopetrol, sea socio inversionista con aportes
de capital de riesgo con los inversionistas brasileros que entren
allí, para garantizar la destilación de alcohol
carburante.
Quiero invitarlos
nuevamente, a revivir el proyecto de la siderúrgica
binacional. En el pasado esa siderúrgica se frustró por
la falta de garantía en el suministro de gas, la extensión
del contrato de la Texas, en el Caribe colombiano, nos permitirá dar
la garantía de suministro de gas. Es hora de que revivamos
la posibilidad de instalar esa empresa binacional.
Tema de gran
importancia, sobre el cual tenemos pleno acuerdo ambos gobiernos,
es la protección de esa gran riqueza
para nuestros pueblos, para las generaciones del presente y para
las generaciones que habrán de venir: la protección
de la biodiversidad amazónica, diferente manera. Primero,
hay que evitar que la droga destruya la selva amazónica.
El esfuerzo de la droga, de derrotarla, visto desde la perspectiva
ecológica, tiene para nuestros dos países un interés
concreto, la protección amazónica.
En la inserción colombiana a la amazonía, la droga
destruyó un millón 700 mil hectáreas de
selva. ¡Ese es un principio gravísimo! Si no le
ponemos freno al narcotráfico, la droga, en el curso de
una o dos generaciones, puede destruir la cuenca amazónica.
¡Vamos a proteger la cuenca amazónica
derrotando la droga! Hemos encontrado un gran aliado en la
lucha contra
la droga, en el Gobierno del Presidente Lula.
Y vamos a
dar otro paso. Vamos a proteger las materias primas que surjan
de la biodiversidad amazónica. Que las patentes
que se soliciten, para productos de diferente naturaleza, a partir
de esas materias primas, a partir de la biodiversidad amazónica,
sean patentes para los países concurrentes a la cuenca
amazónica. Eso lo debemos incorporar claramente al Pacto
Amazónico y hacerlo valer en todos los tratados de comercio
que firmemos con terceros países a la cuenca amazónica.
Esta voluntad
política, de que nuestros pueblos sean
los usufructuarios de las patentes derivadas de la biodiversidad
amazónica, tienen que dar mucha tranquilidad a la ciudadanía
de estas naciones hermanas, que concurren a esa cuenca.
Cada uno
de ustedes, distinguidos empresarios, son generadores de empleo.
La posibilidades que hoy se concretan, que eran impensables,
se habían oscurecido por prejuicios. Se hablaba de economías
que simplemente competían y no se han explorado ni explotado
debidamente las complementariedades.
En la medida
en que empiece este trabajo ustedes, van a ir hallando una
serie de complementariedades de gran importancia. En la medida
que cada uno de ustedes, por el efecto del crecimiento del comercio
entre nuestros dos países, cree un empleo, estará creando
un consumidor más, estará resolviendo un problema
de ingresos de una familia de nuestra América del Sur
y estará ayudando a la expansión económica.
En la integración económica de nuestra América
del Sur, con criterio social, yo veo una gran posibilidad. Tenemos
280 millones de pobres, si los reivindicamos y los incorporamos
a las corrientes de la economía, no solamente estaremos
dándole solidez a nuestras democracias, a través
de la cohesión social, sino una gran fuente de expansión
a nuestras economías. Vínculo este esfuerzo de
ustedes a la reivindicación de los pobres de nuestros
países. Cada uno de ustedes es un generador de empleo,
avancemos en esa dirección.
Ha sido muy
estimulante, ver este salón hoy, concretando
el acuerdo CAN- Mercosur, concretando estos esfuerzos de Brasil
y de Colombia. Vamos a unir más y más a nuestros
pueblos a través del respeto de la democracia, a través
de la lucha por la seguridad para todos los ciudadanos y a través
de la lucha para conseguir la equidad, que será creíble
en la medida que reivindiquemos los grandes sectores pobres de
América Latina.
Señor Presidente Lula: cada vez que me reúno con
Usted, aprendo de construcción de consensos, aprendo de
prudencia, para la conducción de las relaciones internacionales.
Salgo hoy de aquí con la convicción de que todos
los días hay más y mejores posibilidades de unir
a nuestras Américas.
Muy apreciados
empresarios: mantengan los números en
crecimiento, crezcan estas relaciones, mídanlas en volumen
de comercio y en empleo. Cualquier atisbo, cualquier asomo ideológico
hoy en el mundo, llega a una conclusión: la empresa privada
es la única que nos puede resolver el problema de empleo,
el problema de ingresos y el problema de superación de
las miseria y de la pobreza.
A todos,
muchas gracias".