PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN LA CELEBRACIÓN
DE LOS 140 AÑOS DEL INGENIO MANUELITA
Palmira (Valle
del Cauca). 24 sep. (SNE). Las siguientes son las palabras del
presidente Álvaro Uribe Vélez en la
conmemoración del aniversario 140 del Ingenio Manuelita.
“Cómo necesita el país en momentos de dificultades
y de convulsión la confianza empresarial, la receptividad
al inmigrante creativo. Aquel momento en el que don Santiago Eder
se instala en esta tierra coincide justamente con las dificultades
nacionales que sucedieron después de que se decretó la
libertad de los esclavos.
Varias constituciones
en esos diez años. La guerra de Mosquera
contra Ospina y el derrocamiento del gobierno, los antecedentes
que nos condujeron a la constitución del 63. Pero mientras
por un lado había convulsión, por otro lado se sembraba
futuro, riqueza, empleo, con la presencia del ilustre inmigrante.
Celebramos
hoy los 140 años de una empresa símbolo
de la patria, de los mejores valores colombianos, una empresa de
trabajo de creatividad permanente, de relaciones cristianas y solidarias
con los trabajadores, una empresa en la vanguardia cívica,
en la vanguardia investigativa.
Y coincide
esta celebración con la iniciación de
la construcción e instalación de la destilería
de alcohol carburante. ¡Qué buen paso!
Llego con mucho
entusiasmo a Manuelita a participar de este acontecimiento, doctor
Henry Eder, para enviar desde acá un mensaje a todos
mis compatriotas: para que este esfuerzo de Manuelita, de otros
ingenios del Valle del Cauca, lo podamos replicar en los Llanos,
donde ya hay un pequeño ensayo para producir alcohol a partir
de la yuca, en la hoya del Río Suárez entre Boyacá y
Santander donde el Gobierno apoya tres proyectos del sector privado
y por supuesto el apoyo del Gobierno tendrá que ser mayor
dadas las condiciones socioeconómicas de la zona.
Para que se
replique esta experiencia en el Cesar, en la Guajira, en lo que
quiso ser el ingenio Vegachí, para que esto ayude
a descongestionar el mercado de azúcar, a salvar la industria
cañicultora, a darle utilidad a muchas tierras que en la
producción de alcohol a partir de yuca podrían convertirse
en un gran aporte a la riqueza nacional.
¡Qué buen paso el que da Manuelita! Hace parte de
una política empresarial de crecimiento y de mejoramiento
continuo y de una política oficial con compromisos energéticos,
con compromisos ambientales y con compromisos de generación
de empleo.
El entonces
senador Amilkar Acosta, quien hoy nos acompaña
con su presencia, presentó el proyecto convertido en Ley
de la República para exigir la mezcla de alcoholes carburantes
a los combustibles fósiles. Visitaba yo como candidato presidencial
el Valle del Cauca y me decían mis compatriotas de esta
región que sería necesario derogar la Ley porque
no se encontraba la iniciativa privada de destilar ese alcohol.
Con el ministro
vallecaucano Luis Ernesto Mejía, nos dimos
a la tarea de examinar cómo posibilitar que se cumpliera
la Ley y que se hiciera la inversión particular.
Insertamos
ello a la política energética, a partir
de una premisa: si algo puede afectar el crecimiento de la economía
colombiana en los años que vienen y de la economía
mundial, son dificultades en el mundo energéticas y en Colombia
en particular con el petróleo. El mapa mundial muestra por
todas partes preocupaciones por suministros energéticos
para el desempeño de la economía.
En el año 1992 en Colombia se exploraron 27 pozos petroleros,
empezó el descenso. Diez años más tarde en
el año 2002 apenas se exploraron 10. No obstante todos los
esfuerzos realizados, el año pasado apenas pudimos explorar
28 y este año exploraremos 30.
Han regresado
compañías que se habían ido
de Colombia, otras que estaban en proceso de marcharse han tomado
la decisión de quedarse en el país y expandir sus
inversiones.
Hemos adjudicado
concesiones tan importantes como la de cuatro millones de hectáreas en el Caribe ye estamos próximos
a entregar otras, pero no es suficiente. Necesitamos explorar por
lo menos 57 pozos por año para que el país recupere
una senda de aumento y de sostenibilidad en la producción
de petróleo. Si la política continua en esa dirección
en tres años es posible estar explorando 57 pozos por año.
Pero la política energética tiene que ser más
integral, por eso hemos hecho un gran esfuerzo para estimular la
energía eólica, con una exención tributaria
se logró que ya se instalaran los primeros 20 kilovatios
de energía eólica en la Guajira, departamento donde
hay un potencial para producir 5 millones de kilovatios.
El precio mundial
de carbón, el mejoramientote la confianza
inversionista del país, nos ha llevado a que pasemos en
dos años de una exportación de 32 a 54 millones de
toneladas de carbón.
Estamos haciendo
grandes esfuerzos para sacar adelante pequeñas
centrales eléctricas. Hidroeléctricas como las de
Amoyá en el Tolima y la del Guapi en el departamento del
Cauca. Estamos en un proceso importante de integración con
Venezuela que ya empezó con Puerto Carreño, que está totalmente
interconectado y que deberá seguir con Inírida.
Nos hemos dado
a la tarea de buscar también pequeñas
soluciones. Contrariando la costumbre de recetas muy caras para
un país muy pobre, en el mes de diciembre instalaremos las
primeras centrales de bajo costo-alta eficiencia. Cuando la vieja
receta era de instalar una central de 20 mil millones en Cupica,
vamos a resolver el problema para producir un ejemplo para el país
con una Pelton moderna de 1.300 millones que empezará a
funcionar en diciembre.
Estamos buscando
crear condiciones para que el sector privado aboque responsabilidades
tan importantes como la construcción
de la hidroeléctrica de Sogamoso en Santander y de la hidroeléctrica
de Ituango en Antioquia.
En nuestra
política internacional hemos obtenido que el
Plan Panamá Puebla acepte la participación de Colombia
en tres áreas: la construcción de la carretera en
el tramo que separa las Américas buscando la línea
costanera de gran importancia turística; en la construcción
del gasoducto para lo cual hemos logrado acuerdos con Venezuela,
y en la construcción de la línea de interconexión
eléctrica.
Tenemos que
interconectar todo el continente. Hemos avanzado hacia el sur,
el año pasado exportamos más de 100 millones
de dólares a Ecuador, pero tenemos que conectarnos con el
Plan Panamá Puebla.
Estamos terminando
las condiciones que se acuerdan con Venezuela para abrir la licitación, a fin de construir inicialmente
el gasoducto de la Guajira-Maracaibo y alimentar esta ciudad venezolana.
Paradójicamente cuando Venezuela tiene 200 teras de gas
en reservas probadas y Colombia una mínima parte, Venezuela
todavía no tiene conectada su frontera occidental y por
eso habrá que suministrarle gas a Maracaibo desde la Guajira,
con la reciprocidad de que más adelante, apenas se realice
esa interconexión, Venezuela se convierta en fuente de abastecimiento
de gas para Colombia, y ese gasoducto debe cruzar de Maracaibo
por el caribe colombiano y conectarse al Plan Panamá- Puebla.
Un tema que
tengo que mencionar en el Valle del Cauca es el acuerdo con el
gobierno de Venezuela para construir una tubería
de combustibles entre el Golfo de Maracaibo y el Pacífico.
Es de gran
importancia porque le permite a Venezuela exportar petróleo al Asia en los buques Post Panamax, es de gran
importancia porque le da a Colombia una nueva fuente de abastecimiento
de combustible y no hay que temerle a la posibilidad de que se
haga un puerto en el Pacífico norte de la patria, eso no
rivaliza con Buenaventura.
Quiero reiterar
aquí toda la voluntad del gobierno Nacional
de trabajar por Buenaventura. Hemos invertido en este Gobierno
110 millones de dólares para sacar adelante la concesión
ferroviaria, que ya llegó a Cartago y confiamos en agosto
del año entrante llegar a la Felisa y estamos explorando
las posibilidades de arribar hasta Bolombolo.
Con el Señor Gobernador el pasado domingo pusimos en marcha
un subproducto de esa concesión para el turismo, como es
la línea turística entre la Tebaida, cerca de Armenia
y Buga.
Los vallecaucanos
pueden tener la certeza de que la salida de un tubo con combustible
de Venezuela por el territorio de la patria
al pacífico chocoano, en ninguna forma va a debilitar el
interés o los recursos presupuestales que deben aplicarse
a Buenaventura.
La Ley que
se aprobó en el mes de diciembre, define claramente
que los ingresos de esas concesiones portuarias se tienen que destinar
exclusivamente a mejorar el respectivo puerto o su entorno.
Hemos hecho
una cuantiosa inversión en la vía alterna
interna. Tuvimos dificultades con uno de los contratistas que se
vienen superando y confío que la política social
en educación, salud, alimentación, en todos los órdenes,
a pesar de las inmensas dificultades fiscales, puedan ir produciendo
un impacto importante en Buenaventura.
¿Y cómo contribuye a la política energética
esta iniciativa de Manuelita? El Gobierno Nacional después
de la Ley del senador Amilkar Acosta, ha dado unos pasos importantes.
El primero, la exención tributaria. Quiero referirme a ella
porque se ha debatido de cara al país. No es una exención
al impuesto de renta, no es una exención al productor, es
una exención en favor de los consumidores, es una exención
de IVA, es una exención de impuesto global de combustibles.
¿A quién beneficia? Al usuario. ¿Qué beneficia?
Beneficia el precio de la gasolina, evita que tenga que crecer
más aceleradamente. ¿Por qué? Porque a pesar
de la elevación de los precios del petróleo, para
poder mezclar inicialmente un 10 por ciento, después un
15 y hasta un 25 por ciento de alcohol a esos combustibles fósiles,
necesitamos garantizarle al público un precio accesible
y los combustibles biológicos a pesar del precio del petróleo
tienen todavía un costo muy superior, entonces, no estaríamos
en condiciones de introducirlos al mercado con el nivel de precios
de combustible en Colombia sin quitar ese IVA y sin quitar ese
impuesto global al combustible.
Este tema del
debate político es bien importante reiterarlo
en el Valle del Cauca. Con diligencia y sapiencia el Ministro de
Minas dio el paso de sacar adelante la reglamentación de
la producción de alcoholes carburantes de acuerdo con las
exigencias de la Organización Mundial del Comercio.
También el Gobierno ha venido estimulando estas actividades
de otra manera: eliminamos el arancel a las importaciones de bienes
de capital. Quiero anunciar que en el mes de diciembre produciremos
un decreto para nueva prórroga. En esta hora de la patria
lo que necesitamos es que crezcan las empresas, que se expandan
las fuentes de generación de empleo. Y hemos tomado dos
decisiones frente al IVA de bienes de capital: en el caso de empresas
altamente exportadoras hemos eliminado el IVA a los bienes de capital
y hemos facilitado que una empresa clasifique como empresa altamente
exportadora pues antes se exigía que exportara el 50 por
ciento de su producto y ahora se exige que exporte el 30 por ciento.
Y en el caso de cualquier empresa exportadora o no, estamos devolviendo
el IVA que se causa y se cobra por bienes de capital.
Es bien importante
mantener, por el periodo inicialmente definido en la ley de diciembre
del año pasado, la deducción
tributaria a las inversiones generadoras de renta –y a ello
me quiero referir-. Colombia tiene una legislación tributaria
cara, para quien no quiera crecer,
Hemos revivido
el impuesto al patrimonio. En este Gobierno lo hemos cobrado
en dos ocasiones: en una ocasión por conmoción
para la Seguridad Democrática y ahora, en virtud de la ley
tributaria del año pasado. Recargamos el impuesto de renta
con una sobretarifa que lo elevó al 38,5. Hemos elevado
las cargas de cotizaciones personales que afecta principalmente
a los empleadores.
Este esfuerzo,
de empleadores y propietarios, lo han hecho con patriotismo,
sin repulsa, en el entendido de que la legislación
fiscal tiene que visionar el problema fiscal y el problema de inequidad
en la distribución del ingreso en Colombia. Pero el Gobierno
es conciente que la legislación fiscal también tiene
que visionar la necesidad de que el país sea competitivo
y atractivo a la inversión.
Por eso hemos
dicho: si creamos patrimonio y aumentamos renta, si hemos aumentado
las cotizaciones pensionales en cabeza de los
empresarios, nosotros no podemos dejar a un lado las medidas fiscales
que se necesitan para hacer que la inversión se oriente
a Colombia, para hacer de Colombia un país más atractivo
para inversión.
De ahí que tomamos, con la aprobación del Congreso
en diciembre del año pasado, la decisión de deducir
el 30 por ciento de las inversiones generadoras de renta.
Esto no es
como han dicho algunos: ‘que el Gobierno quiere
cobrarle IVA a los pobres para darle exenciones a los ricos’.
Estos temas hay que enfrentarlos de cara al país. Aquí no
les estamos devolviendo plata a los ricos. Aquí simplemente
le estamos diciendo a los empresarios: ‘si ustedes no invierten,
pagan unos impuestos muy altos. Si ustedes invierten, tienen unas
deducciones’.
Es muy diferente
lo que hemos hecho en Colombia, a aquello que se debate hoy en
la campaña presidencial de los Estados
Unidos. Más aún. Aquí el incentivo es para
que crezca la empresa. Si en lugar de crecer la empresa, los dividendos
se reparten, entonces la empresa tiene plena tarifa.
Creo básico, ¡básico! en el debate de la Patria,
hacer claridad que necesitamos incentivos para la inversión
y para el empleo. No podemos olvidar que el país entre los
años 60 y 80 creció casi al cinco por ciento, pero
después de los 80, en promedio, hemos tenido un crecimiento
anémico.
Se habla mucho
en las campañas de que hay que poner la
economía a crecer velozmente, pero después parece
que se impusiera en la mentalidad de muchos, la obsoleta idea de
atajar el crecimiento poniendo cargas excesivas a la expansión
de la inversión. Por eso llamo la atención de los
compatriotas sobre la necesidad de cuidar bien los pasos que hemos
dado para estimular la inversión y el empleo.
No olvidemos
qué estaba pasando con el empleo. Entre el
año 1994 y el año 2000, en solo seis años,
el desempleo de jefes de hogar saltó del 4 al 10 por ciento,
y el desempleo general saltó del 7,5 al 18 y al 20.
Recuerdo a
Juan Luis Londoño (Q.E.P.D.) –uno de los
inspiradores de esta política de estímulos tributarios-,
que me decía: ‘Presidente si no actuamos rápidamente
para que haya confianza inversionista, con esta inercia que tiene
el desempleo vamos a ver niveles de desempleo del 25’.
En medio de
tantas dificultades, gracias a la confianza en Colombia, se ha
logrado reducir el desempleo en 3 puntos –en estos
dos años-. Y eso tiene un factor adicional importante: lo
hemos logrado con contracción de inversión pública,
con contracción de empleo público. O sea que la creación
de 1.200.000 empleos se ha generado exclusivamente en el sector
privado, a pesar de que el Estado ha hecho contracción por
el tema fiscal.
Y se ha dado
en medio de una lucha denodada contra la droga, que infortunadamente
en las finanzas públicas colombianas se
ha contabilizado la droga. A uno le pasan esta información,
le dicen: la agricultura, –por ejemplo en las últimas
cifras que he visto y me ha sorprendido desde que entré al
Gobierno, siempre me dan dos cifras sobre la agricultura-, me dicen
la lícita está creciendo al 5.5, pero como han reducido
las plantaciones de coca de 160 mil hectáreas a 60, 80 mil,
entonces eso ha rebajado el crecimiento total de la agricultura.
Y mientras la lícita está creciendo al 5.5, la agricultura
total por efecto de la droga, está creciendo al 3, al 3,7.
Entonces,
en medio de un problema fiscal que ha obligado a contracción
estatal y en medio de la lucha contra la droga, generar por parte
del sector privado colombiano, en dos años, 1.200.000 empleos
es bien importante.
Yo creo que
si seguimos por buen camino, si somos capaces de superar este
problema de revaluación, si con el Congreso de la República
nos damos un paso para superar problemas fiscales, un paso para
expandir la base tributaria, un paso para enfrentar nuevamente
el problema pensional –que tantos nubarrones le propone al
discurrir de la economía colombiana-, yo creo que si seguimos
por ese camino y tomamos esas medidas, estaremos en posibilidades
de ver que esta economía crezca al 5 por ciento o más,
establemente y esa es la base para poder derrotar la pobreza.
Nos hemos comprometido
a que la pobreza se reduzca en una proporción
superior al crecimiento de la economía. Pero incluso, los
más estudiosos en el tema de reducción de pobreza,
como el profesor Kakwani, Indú, que dirige el Centro Internacional
contra la Pobreza en Brasilia, vincula la derrota de la pobreza
al crecimiento económico. Su fórmula es: reduzcan
la pobreza por lo menos en el mismo porcentaje en que crezca la
economía.
Quiere ello
decir, que si queremos una reducción sustancial
de la pobreza, como la necesita el país, necesitamos un
crecimiento sustancial de la economía y es el único
camino para tener un empleo estable, unas relaciones de empresas
y trabajadores solidarias.
Cuando entraba
a Manuelita, tuve la oportunidad de estrechar la mano a varios
de sus trabajadores. En todos ellos veía caras
alegres, la expresión de unas relaciones laborales fraternas,
y le dije a algunos: ‘qué bueno que la Patria algún
día pudiera, en todas partes, tener empresas tan organizadas
con este sentido social de Manuelita’.
Quiero repetir
sobre el tema del TLC que para el Gobierno no es una postura
ideológica. El Gobierno lo que quiere es encontrarle
mercados a los productos de Colombia. Alguien me decía,
cuando empezó el Gobierno, ‘para qué va a negociar
con los Estados Unidos, como le dan la cara a los Estados Unidos
y la espalda a los vecinos del sur’.
Ya hicimos
la negociación con Mercosur, creo que nos quedó bien
hecha, construyó consenso. Para que esa negociación
empiece a regir falta un acuerdo sobre soya entre Paraguay y Venezuela.
Esa negociación tiene un gran significado en lo inmediato:
político, y en lo mediato: económico.
La negociación con el TLC la asumimos con un criterio pragmático
de que Colombia busque sin sesgo político ampliación
de mercados. Ninguna región de la Patria más importante
para debatir el TLC que el Valle del Cauca y este corazón
agroindustrial que es Palmira.
Una reflexión: ¿qué nos pasaría si
termina el año 2006, muere el Atpdea, no hay ALCA y carecemos
de TLC?, ¿qué pasaría con el acceso que hemos
venido ganando al mercado de los Estados Unidos?
Ahora, por
su puesto, hay que defender la agricultura por muchas razones:
porque Colombia tiene 12 millones de habitantes que viven
en campo y como cifra absoluta, ese número crece año
tras año.
Hay que defender la agricultura porque Colombia tiene una gran
cantidad de ciudades y poblados que aparecen en el registro del
censo urbano, pero sus habitantes tienen una dependencia total
del sector agropecuario.
Hay que defender
la agricultura porque vista la Patria a 20, 30 años, la
canasta exportadora surge del sector agroindustrial y sus nuevos
desarrollos.
Hay que defender
la agricultura porque cuando hay menos algodón
y hay menos caña y hay menos arroz y menos diversidad lícita
agrícola, hay más droga y hay más terrorismo.
Pero vamos
a defender la agricultura sin fundamentalismos ideológicos.
Vamos a defender la agricultura con posiciones pragmáticas,
con opciones pragmáticas, producto por producto.
Y estoy de
acuerdo con usted, doctor Henry Eder, tenemos que ser muy exigentes
en la cuota de acceso del azúcar colombiano
al mercado de los Estados Unidos.
Diría yo, que este tratado tiene que empezar a considerar
las cláusulas de cómo vamos a acceder con el alcohol
carburante, porque hasta hace pocos años todavía
se creía que este producto no podía ser transable
en los mercados internacionales por problemas de transporte, pero
ya hoy se avizora que si es posible que sea transable y que sea
transportable a grandes distancias.
Y hay que defender
el tema del azúcar no solamente en lo
relativo a cuota, sino también en lo relativo a lo que nos
pueda pasar con el jarabe de maíz. Eso hay que cruzarlo
en la negociación y somos hoy muy concientes de ellos.
Queremos trabajar
todos los días para que esta gran tierra
vallecaucana salga adelante, para que Cali tenga el MIO, para resolver
definitivamente el problema de Emcali, para ver prosperidad con
la industria de alcoholes, para recuperar cultivos que otrora eran
bien importantes, que desaparecieron y ahora quieren resurgir.
Para que haya confianza inversionista, inversión social,
solidaridad en esta gran tierra vallecaucana.
Y por supuesto
nada de eso es posible si no derrotamos el terrorismo y la droga
que lo alimenta. Por eso, aquí la política
de generación de empleo y la política social tienen
que ir de la mano de la política de orden público.
Además se lo dice a uno la soberanía popular, los
mimos compatriotas de la base que me dicen: ‘Presidente arregle
el problema de la ARS. Presidente, un millón de niños
más en Bienestar Familiar. Presidente pongan rápido
el restaurante a los ancianitos’. Esos mismos colombianos
me dicen: ‘Presidente más soldados y más policías.
Presidente, no aflojemos en la lucha contra el terrorismo’.
Doctor Henry Eder, no afloje en la lucha para que Manuelita siga
en la vanguardia.
Muchas gracias.
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