DISCURSO
DEL PRESIDENTE URIBE AL SER CONDECORADO CON LA MEDALLA EL SOL,
POR EL PRESIDENTE DEL PERÚ, ALEJANDRO TOLEDO
Lima
(Perú), 22 Oct. (SNE). - Las siguientes
son las palabras que pronunció el Presidente de Colombia, Álvaro
Uribe Vélez, al ser condecorado por su homólogo
del Perú, Alejandro Toledo, con la medalla El Sol.
“Agradezco de todo corazón su
generosa decisión de entregarme la condecoración
máxima de la patria peruana. No podría jamás
entenderlo en función de mis humanas limitaciones. La
comprendo y la acepto en virtud de la hermandad, del cariño,
de la fraternidad, de la solidez entre nuestros dos pueblos.
Usted lo ha dicho: hemos recorrido la historia
en los momentos de dificultades y de brillo, siempre unidos.
El presente solamente lo podemos transitar unidos y el futuro
tiene posibilidades, si vamos unidos.
Cuando
repaso las sentencias sociales de Tupac Amarú, me parece ver allí indicaciones clarísimas
de lo que tiene que ser el esfuerzo latinoamericano, de nuestros
dos países en particular para derrotar la miseria, para
construir la cohesión social.
Cuando
repaso las gestas complementarias de San Martín y de Bolívar, allí encuentro
el mensaje a nuestra hermandad de hoy y del futuro, en la lucha
por la libertad frente a los nuevos fenómenos opresores
como el terrorismo, sus fuentes de financiación, la corrupción
que desvirtúa el estado de derecho.
Señor Presidente, la agenda del presente
y del futuro es de gran importancia. Con su gran aporte, con
su liderazgo, los países de la Comunidad Andina acabamos
de firmar con Mercosur el acuerdo de comercio. Hace pocos años
parecía distante, en nuestras naciones no se le apostaba
a ese acuerdo, mirábamos hacia otras latitudes y nos negábamos
a mirar a nuestros vecinos más próximos y hermanos
más cercanos. Lo hicimos en breve tiempo, con equidad.
Ahora
nos proponemos el acuerdo de comercio con los Estados Unidos,
nos proponemos el Sistema
General de
Preferencias con la Unión Europea, a partir del cual tendremos
que negociar una integración permanente.
Ese
acuerdo de comercio con los Estados Unidos no puede tener características neoliberales y limitaciones
de izquierdismo, simplemente debe ser equitativo, debe ser pragmático.
A
diferencia de las épocas de los fundamentalismos
ideológicos, hoy hay que manejar la ideología con
mucha versatilidad, con dialéctica, entenderla en función
de la equidad entre los pueblos, entre los sectores sociales,
al interior de las comunidades nacionales. La ideología
no puede frenar el bienestar de los pueblos.
Porque
veo ciertas corrientes políticas
en nuestros países frenando esos tratados. Y me pregunto: ¿No
se alimentaron acaso esas corrientes políticas en Lenin,
Stalin, Marx, Hegel, Hengels, Mao Tse Tung? Y hoy los epígonos
de esas corrientes políticas en los pueblos donde se desarrollaron,
están ansiosos de encontrar mercados internacionales.
Los
chinos de Mao Tse Tung, no solamente quieren el mercado de
los Estados Unidos, sino
el mercado del mundo entero
y quienes aquí alimentaron su izquierdismo en esas doctrinas
nos niegan a nosotros el derecho de buscar mercados.
Sé presidente Toledo, que si tuviéramos
la oportunidad de hacer acuerdos de libre mercado con Cuba, los
haríamos, con toda determinación. Sé que
la Comunidad Andina los quiere hacer con todo el mundo, porque
lo que necesitamos nosotros es que nos den oportunidades de participar
en todos los mercados para poder demostrar en competitividad
y en productividad las virtudes de laboriosidad, de eficiencia
de nuestros pueblos, para generar empleo en nuestros pueblos,
para producir ingresos fiscales que con transparencia nos permitan
avanzar con inversión social hacia la construcción
de equidad.
Vamos
a avanzar en ese tratado de la mano, con hermandad andina,
con equidad, para bien de
nuestros pueblos.
Y qué bueno, Presidente Toledo, los puntos que se han
venido incorporando a la agenda.
América Latina no puede seguir con el
lastre de la pobreza, no puede seguir con el lastre de la injusticia
distributiva. América Latina no puede seguir con el lastre
de la corrupción. Su lucha contra la corrupción
y por la democracia, es una lucha que tenemos que dar en todas
partes.
En
el Perú moderno, en el Perú de
hoy, como lo vemos allende sus fronteras, encontramos unas divisas
que va jalonando el discurrir político: la lucha por la
reinstauración de la democracia y la lucha por la erradicación
de la corrupción.
Estos
estados de leyes necesitan fundamentalmente que la gente crea
en ellos, que la gente confíe en sus
instituciones, que la gente se sienta partícipe de un
colectivo regido por la ley, de un colectivo construido por la
ley, de unas individualidades unidas por la ley y que esa ley
se respete, que esa ley se respete en su componente jurídico
positivo y en su componente ético. Por eso hay que erradicar
la corrupción. Si no erradicamos la corrupción
no vamos a tener posibilidades de construir confianza de nuestros
pueblos en las instituciones que nos dirigen y todos los días
los teóricos estarán tratando de inventar nuevas
instituciones a ver a cuál de ellas se acomodan los pueblos.
Yo
diría que entre los diferentes subsistemas
de la democracia finalmente desde que se permita la plena expresión
de la democracia no hay mucha diferencia del uno al otro. La
diferencia está en el grado de participación de
la ciudadanía y en el grado de confianza de la ciudadanía.
Y
ese grado de confianza no lo da que un sistema sea más o menos parlamentario, más o menos presidencialista.
Ese grado de confianza lo da que un sistema sea transparente
y que un sistema esté luchando por construir la equidad
social, la cohesión social. Por eso vale la pena esta
lucha, Presidente Toledo.
Yo
quiero expresar un saludo lleno de afecto y admiración al gran pueblo peruano, un saludo del alma,
emociona mucho Presidente, la gesta de la historia cuando el
estudio de la historia desataba pasiones entre amistades más
próximas al general San Martín y otras más
próximas al general Bolívar, muchos encontraron
que fueron gestas complementarias para el bien de la independencia,
para la consolidación de la libertad.
Uno
de mis coterráneos más ilustres,
más valerosos, de mi pequeña tierra en Colombia,
el general Córdoba, estuvo en esa gesta y lo hizo con
cuanto valor.
Lo
más importante es que esa historia
sea el surco que alimente al árbol para ese árbol
que es la conquista del presente y del porvenir, sea un árbol
bien nutrido, un árbol fuerte, un árbol vigoroso
y un árbol que produzca frutos para la cohesión
de nuestros pueblos.
Quiero
agradecer, Presidente Toledo, su liderazgo para que el Fondo
Monetario Internacional
cambie la contabilidad,
nosotros no podemos tener en estos países limitaciones
para financiar lo social, no podemos tener limitaciones para
financiar la infraestructura básica.
Quiero
agradecer su liderazgo para construir la infraestructura que
una a nuestros países, porque a
pesar del avión seguimos bastante incomunicados. No hemos
avanzado en la infraestructura fundamental.
Quiero
pasar de lo institucional y patriótico
a lo personal. Presidente Toledo: cuando un país tiene
que enfrentar el desafío terrorista que enfrenta Colombia,
encuentra muchos interlocutores dubitativos, con titubeos, muchos
no saben si apostarle a las instituciones vigentes o apostarle
a las posibilidades del triunfo del terrorismo.
Se mueren de miedo, disfrazan el miedo con
posturas intelectuales y en medio de esas posturas intelectuales
se mantienen en un mar de indefiniciones y de dudas que finalmente
favorece al terrorismo.
En
usted hemos encontrado todo lo contrario. Desde nuestra primera
conversación, en usted no he encontrado
vacilaciones, en usted no he encontrado duda, en usted no he
encontrado cálculo, en usted no he encontrado malicia,
en usted lo que he encontrado es firmeza para apoyar la lucha
antiterrorista de Colombia. Porque usted representa a un pueblo
que se levantó contra el terrorismo, un pueblo que ha
sufrido en carne propia la pesadilla del terrorismo, porque usted
representa una raza americana de firmeza, de valor civil, de
carácter, de vigor para enfrentar los desafíos
que amenazan nuestras libertades y nuestra independencia.
Por
allá mientras hay una discusión
porque se revelan complicidades con el terrorismo, nosotros acudimos
hoy al Perú a decirle: Gracias, Presidente Toledo. Usted
ha liderado otro aspecto muy importante, definir como manejamos
el apoyo a nuestras instituciones militares y de Policía,
de tal manera que ese apoyo refleje unos estándares que
garanticen la seguridad interna y que no se constituyan en amenaza
al vecino.
Lo quiero resaltar y asignarle toda la importancia:
la lucha contra el terrorismo interno tiene que ser tan fuerte
contra los terroristas como delicada y solidaria con el vecino.
Por
eso Colombia comparte plenamente la preocupación
peruana de que nuestros países vayan acordando estándares
de apoyo a sus instituciones militares y de Policía, para
que esos apoyos, esos presupuestos, esos crecimientos, no se
puedan interpretar ni tampoco se pueda utilizar como una amenaza
para el vecino.
Nos
ha dado la oportunidad, Presidente Toledo, de meditar en ese
punto, de establecer la
línea de frontera,
una cosa es la necesidad de defender a nuestros pueblos de amenazas
contra el terrorismo y otra cosa es transgredir esa línea
y constituirse en motivo de preocupación, en fuente de
amenaza para el vecino hermano. Qué importante haber establecido
esa línea.
Llevaré siempre con afecto por el Perú,
con sentido de amor patriótico por mis compatriotas del
Perú, esta condecoración El Sol de esta gran tierra.
La única manera que tengo de corresponder, señor
Presidente Toledo, es con infinito amor, con infinito amor a
esta tierra, a sus gentes, y la única manera de expresarlo
es sirviendo bien a sus hermanos, sus compatriotas colombianos.
A todos, muchas gracias. |