UNIVERSIDAD
NACIONAL DEBE AMPLIAR SUS SERVICIOS
Bogotá, ago. 20 (CNE).- El presidente de la República
hizo hoy un llamado a la Universidad Nacional para que haga un
esfuerzo y fortalezca su presencia en las zonas más apartadas
del país utilizando métodos modernos, la revolución
de las comunicaciones, internet y los nuevos procesos académicos
de manera masiva.
Durante
la celebración de los 200 años del Observatorio
Astronómico, adscrito a la Universidad Nacional, el Jefe
de Estado dijo que el país necesita de una Universidad
que responda a la ampliación y a la calidad pero que lo
tiene que hacer en medio de una austeridad Estatal que no es capaz
de proporcionarle recursos en la misma cantidad que necesita la
ampliación de sus servicios.
El
siguiente es el pronunciamiento del presidente Álvaro Uribe
Vélez:
Acudo
a este recinto con respeto y veneración. Estamos reunidos
en uno de los más encumbrados altares de la patria.
Hace
poco vio la luz un libro del profesor Samuel Jaramillo, en el
que se reconstruye el diario del sabio y héroe Francisco
José de Caldas. Jaramillo, hablando del 20 de julio de
1810, es decir del Grito de Independencia, transcribe unas palabras
sobrecogedoras, escritas por el Sabio poco después del
acontecimiento histórico: Preparamos todo bajo el
disimulo bienhechor del Observatorio Astronómico.
En este sitio, Torres, Carbonell, los Lozano, Caldas y tantos
otros héroes, planearon la independencia de la patria.
Colombia
tiene que recuperar el legado de la Expedición Botánica,
uno de cuyos frentes fue la investigación astronómica.
¿Cómo podemos seguir subvalorando la memoria egregia
de su fundador, José Celestino Mutis, y de sus discípulos
Sinforoso Mutis, Francisco Antonio Zea, Francisco José
de Caldas, Pedro Fermín de Vargas, Enrique Umaña,
Eloy Valenzuela, José Maria Cabal; en fin, el recuerdo
de todos aquellos trabajadores de la ciencia que, además,
optaron, unánimes, por la militancia en las ideas de la
libertad y la igualdad? A pocos países los cobija, como
a nosotros, tanta gloria y sabiduría en su momento fundacional;
y es obligación de quienes estamos en tareas públicas,
de quienes están en la academia o en los medios de comunicación,
rescatar este ejemplo para la memoria colectiva.
La
Expedición Botánica fue una idea luminosa de Mutis.
La propuso en 1764, en carta que dirigió al emperador Carlos
III. Intentaba convencerlo de crear una expedición
destinada a producir honores a la Nación, utilidad al público,
extensión al comercio, ventajas a las ciencias, nuevos
fondos al Erario real, y gloria inmortal a vuestra majestad.
He
venido insistiendo ante el país, que los servidores públicos
tenemos que modificar nuestro ritmo y nuestros resultados. Que
tenemos que duplicar velocidades oficiales de respuesta a las
inquietudes y angustias de nuestros compatriotas. Que los problemas
se agravan con sorprendente rapidez y las soluciones llegan con
descorazonadora tardanza. Hemos hecho un llamado a todos los funcionarios
para que produzcamos resultados con mayor celeridad. Que Colombia
tiene que ajustar el acelerador de lo público para responder
a nuestro pueblo. Que requerimos más acciones eficaces.
Pues
bien: el arzobispo virrey Caballero y Góngora, dio un ejemplo
de cómo enfrentar los deberes de la función pública.
En 1784, 20 años después de la propuesta de Mutis,
sin consultas y deliberaciones, decidió darle vía
a la idea de Mutis, contra la opinión timorata de quienes,
ayer como hoy, han visto un peligro en toda innovación.
En
este sitio que era el solar de la sede de la expedición,
escogido por Mutis y Humboldt como primer Observatorio Astronómico
de América, se aplicaron nuestros antepasados al estudio
sistemático, a la búsqueda del conocimiento, a la
planeación de las empresas mineras, a la elaboración
de la cartografía, en fin, a trabajar y producir resultados
por el progreso y el desarrollo.
Hay
otro ejemplo allí para los colombianos de hoy. El propio
Mutis escribió que su oficina era tan bien ordenada
y servida al fin del año como al principio; en que diariamente
se trabajan las horas que permiten la claridad, las once o las
doce según las estaciones del año; en que se guarda
un profundo silencio y cada oficial, atento a su labor, no escucha
otra voz que la de su director.
¡Qué
reto el de la Universidad Nacional! A través del Observatorio
Astronómico, la Universidad es heredera directa de los
sabios Mutis y Caldas. Por esa vía, llega a su acervo científico
toda la ilustración borbónica de finales del siglo
XVIII. Con la Expedición y el Observatorio, la Universidad
puede reivindicar como propios la investigación botánica
de Mutis, los descubrimientos científicos de Humboldt y
Bonpland, las observaciones y escritos de Caldas. La Universidad
Nacional de Colombia, está inscrita en la historia universal
de la ciencia y el pensamiento.
Esta
conmemoración lo demuestra, al programar el excelente Curso
internacional de Historia de la Ciencia, 200 años de viajeros,
mapas y astronomía en el Nuevo Mundo. Esa actividad
es un ejemplo en que hay amplitud de miras en la Universidad.
Repasé el contenido de los cursos y lamenté no poder
ser uno de sus aplicados alumnos. Quienes asistan, entenderán
la imbricación entre ciencia y política.
Seguramente,
todo hará dejar en claro que no es posible entender la
tarea científico de Humboldt sin su militancia política
renovadora. O, se verá, cómo el Nuevo Mundo fue
el terreno de exploración y avance científico de
la cúpula intelectual italiana. O, podrán profundizar,
con el profesor Jorge Arias de Greiff, en el pensamiento y la
obra de Mutis y Caldas, representantes de la ciencia y la modernidad.
Ellos,
revolucionarios con las ideas, dirigen desde la historia, un mensaje
a la comunidad académica de nuestro siglo: el pensamiento,
el conocimiento científico no se pueden estancar, la Universidad
tiene que estar en su vanguardia.
Hemos
propuesto al país trabajar con siete herramientas de equidad.
La primera de ellas, la Revolución Educativa. ¿Por
qué?
Porque
esa Revolución Educativa es lo que fundamentalmente nos
permitirá avanzar en productividad, en competitividad,
en ingresos y en equidad. Esa Revolución Educativa la hemos
desagregado en cinco elementos básicos y en dos compañías
esenciales.
Esos
cinco elementos son la cobertura, la calidad, la pertinencia,
la formación técnica y la investigación.
Y la dos compañías fundamentales: la cultura y el
deporte.
Nosotros
no deberíamos tener tanta preocupación por la cobertura,
pero la situación del país lo exige. Ustedes saben,
distinguidos directivos y profesores, todavía cómo
estamos de atraso en cobertura universitaria y los problemas que
tenemos en cobertura para educación básica.
Nos
hemos propuesto hacer todos los esfuerzos para que en este cuatrienio
creemos millón y medio de cupos en educación básica
y 400 mil cupos universitarios.
Hemos
completado hasta la fecha, 480 mil en el básica y 35 mil
en la universitaria. Los esfuerzos por delante son inmensos, esperamos
que sean aprobados los puntos del Referendo que buscan fortalecer
la educación. Por ejemplo, que al eliminar las contralorías
locales que, salvo pocas excepciones, han servido para la politiquería,
esos dineros que hoy representan casi 200 mil millones al año
vayan a educación.
Que
al reorientar las regalías, para que el Fondo Nacional
de Regalías no se maneje con criterio de asignación
politiquera, sino que se ponga al servicio de las variables fundamentales
del desarrollo, se dedique un 56 por ciento como mínimo
durante los próximos 10 años a la educación.
Tenemos
inmensos problemas con la calidad, con la pertinencia. El Sena
viene trabajando en un tarea de crecer sustancialmente el número
de aprendices, a partir de una gran concertación con la
empresa privada para ver cómo en su nivel damos un ejemplo
de pertinencia. Logramos pasar de 26 mil aprendices del año
pasado a cerca de 80 mil de hoy. Esa entidad tiene que hacer el
tránsito de 5 millones de horas lectivas de enseñanza
del año pasado, a 8 millones este año y a 16 millones
en el año 2006. Además, de cada 100 pesos de gastos
de funcionamiento se tiene que rebajar a 60.
Tenemos
inmensas dificultades presupuestales que no nos han permitido
financiar los esfuerzos investigativos como quisieramos hacer,
pero el entusiasmo de la señor Ministra, del Director de
Planeación, van logrando resultados muy superiores a los
esfuerzos presupuestales y hemos comprometido mayores recursos
del Sena para apoyar los programas de investigación. La
reforma tributaria trajo nuevos incentivos a los productos de
la investigación colombiana.
Por
donde quiera que recorro el país se clama por la presencia
de la universidad pública. Cualquier pequeño municipio
hoy, quiere tener o la Universidad Nacional o la Universidad del
Valle del Cauca, o la Universidad de Cartagena, o la Universidad
del Atlántico, la Universidad del Magdalena, o la Universidad
de Antioquia. Acudo al Amazonas, con la señora Ministra
de Educación, y hay un reclamo muy sentido para que la
Universidad Nacional crezca su presencia. Lo mismo ocurre en San
Andrés.
Ustedes,
apreciados directivos de la Universidad tiene un gran reto, el
reto de multiplicar sus esfuerzos, de hacer una pequeña
revolución de grandes resultados para que la universidad
le pueda llegar con los métodos modernos, con la revolución
de las comunicaciones, con el internet y con los nuevos procesos
académicos de manera masiva a todas las regiones de la
Patria.
Me
parece ilusionante lo que han propuesto, un esquema semejante
a estudios generales en algunas regiones de Colombia que permitirían
una absorción masiva de sus bachilleres para después
ir especializándolos en sus respectivas áreas, así
deban ir a otro sitio o deban hacerlo a través de la formación
a distancia con el apoyo del computador, si la Universidad no
pudiere hacerlo presencialmente en esa misma región. Sobre
eso hay muy, muy positivas expectativas en todo el país.
Urgimos
a la universidad, pero le respetamos profundamente su autonomía.
Nosotros necesitamos una Universidad con una presencia muy vigorosa
en toda la Patria, para responder al anhelo de miles y miles de
bachilleres que no quieren frustrarse. Necesitamos una Universidad
que responda a la ampliación y a la calidad y que lo tiene
que hacer en medio de un Estado que no es capaz de proporcionarle
recursos en la misma cantidad que necesita la ampliación
de sus servicios. Pero respetamos profundamente la Universidad.
Quiero
repetir que nuestra lucha por la Seguridad Democrática
es una lucha fundada en el pluralismo, no es para recorrer en
nuestro país la doctrina de la seguridad nacional que tantos
desastres hizo en América Latina, en nombre del cual se
utilizó la seguridad para perseguir la disidencia.
Nosotros
queremos el pensamiento disidente, nosotros comprendemos que la
labor de la Universidad es ser una Universidad deliberante y crítica,
es ser la caja de resonancia donde se escuchen y se reciban los
problemas de la sociedad, se procesen y se replique a la sociedad
con iluminación de resultados.
Nosotros
queremos y necesitamos que en Colombia esta Universidad crítica,
esta Universidad deliberante, esta Universidad pluralista; si
la Universidad no es crítica, si la Universidad no es deliberante,
la Universidad no puede ser científica.
Los
extremismos de todas las pelambres le han hecho igual daño
a la libertad de cátedra que es un presupuesto esencial
de la investigación universitaria.
Eso
sí, nuestro compromiso es que el pluralismo, que la investigación,
que la crítica se de dentro del respeto entre todos y para
todos los actores. Que Colombia pueda crecer la crítica
y fortalecer el pluralismo pero simultáneamente derrotar
la violencia.
Cuando
convoco a los colombianos a que me ayuden a derrotar el terrorismo
y todas las expresiones de violencia, lo estoy haciendo con una
proposición del alma de evitar que Colombia tenga terrorismo
de Estado.
Lo
que nos garantiza a nosotros el apoyo de la ciudadanía
a la Seguridad Democrática, es que esa Seguridad Democrática
sea a favor de pluralismo, que esa Seguridad Democrática
sea eficaz y que esa Seguridad Democrática abrace en su
vocación y en sus resultados los derechos humanos.
Esa
es la garantía que quiero ofrecerle a la universidad porque
hoy, al conmemorar estos 200 años del Observatorio, puesto
desde hace muchas décadas bajo las manos y bajo la rectoría
de la Universidad Nacional, venimos también a decir que
la Universidad Nacional tiene nuevos y muy grandes compromisos
con Colombia, cuyas juventudes, en todas las esquinas de la Patria
esperan que de algún modo les llegue la Universidad Nacional
de Colombia.
A
todos muchas gracias.