Palabras del Presidente en Consejo Comunal del Valle del Cauca

VOTAR EL REFERENDO ES UN ACTO DE RESPONSABILIDAD

“Es muy grato regresar hoy a esta tierra vallecaucana, tiene un no sé qué. Cuando el avión va aproximándose a Cali y a Palmira y uno puede atisbar a través de los vidriecitos estos paisajes vallecaucanos, va surgiendo una energía especial.


Yo creo que nadie puede quejarse de tener que venir a trabajar un poquito al Valle del Cauca, así sea sábado o domingo o en la noche o festivo, porque venir al Valle del Cauca siempre es motivo de alegría, siempre es venir a recargar las pilas.


Aquí todo es emocionante. Ese himno: ¡Salve Valle del Cauca, mi tierra! Uno piensa allí cuánto tiene que hacer el Valle del Cauca para ayudar a salvar a Colombia, nuestra tierra.


Quiero, pues, darles un saludo lleno de afecto y expresarles la alegría que sentimos cada vez que pisamos esta tierra, y me complace mucho que podamos tener este nuevo Consejo Comunitario, ahora que nos aproximamos al final del período del Gobernador, de las alcaldesas y de los alcaldes. Quiero expresar mi testimonio de gratitud, de felicitación a todos ellos.


Gobernador, usted es un patriota, con razón este pueblo lo ha distinguido en tantas ocasiones. Por usted en toda Colombia se siente afecto, respeto, usted ha inspirado la confianza de los colombianos por su transparencia en la conducción de Cali y del Valle del Cauca en momentos tan difíciles.


Señor Alcalde, me complace mucho llegar a su tierra. He tenido la oportunidad de ser distinguido con su amistad y su confianza hace muchos años. Sé de su afecto por esta tierra, por sus conciudadanos, de su devoción, de su patriotismo, de su transparencia.


Y quiero saludar a todas las alcaldesas y a todos los alcaldes. Compartir con ellos en este período de Gobierno ha sido muy grato, en medio de tantas las dificultades, habiendo podido dar tan poquitas respuestas, pero esto no se logra sino con trabajo permanente para sortear dificultades.


Quiero agradecer la presencia del profesor Malcom Deas. Es difícil encontrar un ciudadano de la comunidad internacional que más haya querido a Colombia, que más le haya ayudado, que más la haya estudiado.


En ocasiones ha sido su voz solitaria, desde la trinchera de la Universidad de Oxford donde es profesor titular, la única que se ha escuchado en Europa para defender a Colombia, para mostrar los esfuerzos de Colombia y las posibilidades de Colombia. Muchas gracias, profesor, entendemos que su presencia hoy aquí es una muestra más de su devoción por estos compatriotas nuestros.


REFERENDO


Déjenme tratar unos minutos para hablar del Referendo, porque voy a tener que apelar a pedir una reflexión muy profunda de todos los colombianos sobre el tema.


Si el Referendo naufraga, nos naufraga buena parte de la gobernabilidad, nos naufraga la posibilidad de avanzar hacia la solución de los problemas fiscales de la Nación, nos naufraga la posibilidad de darle sostenibilidad a la política de Seguridad Democrática, que tiene logros pero a la que le falta mucho más. Nos naufraga la posibilidad de tener recursos para lo social.


Ayer, desde Bucaramanga, le hice un llamado a todos los candidatos a las alcaldías, a las gobernaciones, para que piensen en el Referendo. Ellos van a encontrar unas situaciones generalmente precarias en los departamentos y en los municipios. El Referendo les ayuda a liberar recursos de la burocracia, del clientelismo, de los gastos de funcionamiento, para que puedan hacer inversión social.


Si el Referendo se aprueba, los nuevos alcaldes y los nuevos gobernadores, en su segundo año, van a tener unas posibilidades de recursos de inversión social que no han tenido quienes ahora están terminando su período como gobernadores, como alcaldesas o como alcaldes.


Congelar esos gastos de funcionamiento dos años, es bajar la base de gastos de funcionamiento con una proyección de muy largo plazo, lo que permitirá dedicar esa diferencia -la suma en la cual se bajan los gastos de funcionamiento- a lo social, a educación y salud.


Todos los días se reclama inversión social y es justo que se reclame, pero es como el que quiere comer arepitas o hacer tortillas. El que quiere hacer tortillas tiene que ir al gallinero, traer los huevitos, quebrarlos, batirlos y hacer la tortillas. El que quiere hacer arepas, tiene que tener la roza de maíz, cultivarla, tiene que ir a comprarlo, venir, alzarlo, cocinarlo, si ya lo encontró sin afrecho. Si las quiere afrechudas, mantenerlo con afrecho, hacer todo ese proceso de pilarlo y enseguida graduarle la candela.


Todo exige esfuerzo. Si no hacemos este esfuerzo de control de gastos de funcionamiento, ¿con qué vamos a producir las tortillas de la inversión social?


Entonces, yo si quiero llamar la atención de mis compatriotas para esta reflexión: he de ver a los alcaldes y a los gobernadores elegidos, después del 26 de octubre, por los despachos del Gobierno Nacional, pidiendo apoyo, y con justa razón. Y si no se aprueba el Referendo, ¿en qué quedan las arcas del Gobierno Nacional? Unas arcas bien afectadas por los problemas que conocemos, convalecientes, tratando de sacarlas adelante.


Hay que resolver contradicciones porque aparece un estudio y dice: “no hay inversión social”. Falta mucha, tienen razón. Entonces uno pide plata y dicen: “eso es populismo, mal manejo fiscal”. Dice uno: cambien la cartilla del Banco de la República, “qué horror, van a asustar a los mercados internacionales”. Busca uno un dos por ciento de IVA para poder hacer inversión social: “eso es antisocial, túmbenlo”. Congelemos gastos de funcionamiento para hacer inversión social: “cómo se les ocurre”. Entonces, ¿en dónde está el maíz para hacer las arepitas? ¿En dónde están los huevos para hacer las tortillas? Todo el mundo reclama inversión social, pero se cierran todas las puertas. Eso es imposible.


En ese tema tan discutido de la congelación de gastos de funcionamiento, permítanme desde esta hospitalaria ciudad de Palmira, hacerle este mensaje a todos los vallecaucanos: eso no ha sido caprichoso.


Nosotros encontramos un déficit muy alto. Las cuentas las van armando. A uno le dicen: “sí, el déficit de la Nación es de seis por ciento pero usted lo puede rebajar con las utilidades de Telecom”. ¿Cuáles? “Del Seguro Social” ¿Cuáles? “De Ecopetrol”. Si las hay.


Lo primero que tuvo que hacer este Gobierno fue pedirle al Congreso una adición presupuestal por 500 mil millones de pesos para pagar pérdidas del mal manejo del Seguro Social. Esa platica habría quedado mejor, por ahí, arreglando los problemas de seguridad social a las madres comunitarias, o avanzando en programas de vivienda social en Palmira, o resolviendo tantos problemas sociales. Pero nos tocó.


El déficit es del seis por ciento. A mí me dieron una formulita, que no la quise aceptar. “No Presidente -me dijeron cuando todavía no me había posesionado-, simplemente una reforma tributaria, póngale dieciséis por ciento de IVA a la educación, a la salud, a los servicios públicos, a todo”. Y dijimos: cómo, de ninguna manera.


Se aprobó una reforma tributaria mucho más suave por el Congreso que ahora tuvo este traspiés en la Corte, en uno de los puntos, y que vamos a tener que buscar alternativas. Fue un buen paso, pero no suficiente.


Derramamos el impuesto a la Seguridad Democrática, lo pagaron los más pudientes. Nos ayudó a financiar la seguridad el año pasado, este año y queda un poquito para contribuir en el año entrante.


Hicimos la reforma pensional, un esfuerzo, no suficiente. Vamos haciendo la reforma administrativa. Los alcaldes y gobernadores se han aplicado a la Ley 617 y saben lo desgastante que es. Ahora lo estamos haciendo en la Nación con todas las dificultades, pero con toda la decisión. Ahora entramos al Congreso la Ley Antievasión, se ha venido haciendo un gran esfuerzo en esa materia. Se aprobó la ley de responsabilidad fiscal.


Todo eso se ha hecho, pero no es suficiente. Porque encontramos adicionalmente un problema muy grave: cuando el Estado tiene déficit pero el endeudamiento es bajito, pues uno lo va llevando ahí, endeudándose más. Pero aquí encontramos un alto déficit y un alto endeudamiento.


Logramos recuperar confianza en los mercados internacionales, hemos logrado sortear este año el problema de la deuda externa. Ningún país del continente ha recibido este año una suma tan crecida de desembolsos de parte de los bancos internacionales.


Nos esperan años muy difíciles. La concentración de obligaciones de deuda para el año 2005 es inmensamente grande. Ahí la estamos trabajando para ver cómo la sorteamos. Hay que darle confianza a los mercados y a los bancos internacionales para poder reciclar ese servicio de deuda del año 2005. Vienen unos años muy difíciles.


Todos esos esfuerzos se están haciendo, pero no son suficientes. Entonces aparece el Referendo. Tuvimos que introducir ahí lo de congelación de gastos.


Primero: congela gastos, no inversión social. Nosotros no vamos a disminuir a los departamentos ni a los municipios los recursos de educación y de salud, eso no se disminuye, y lo quiero decir muy especialmente al oído de las organizaciones sindicales y de profesores.


Se congela por parte de gobernadores y alcaldes los gastos de funcionamiento. ¿Y esa platica ahora alcaldes y gobernadores la llevan a dónde? La llevan a los fondos de pensiones territoriales, de pensiones de los maestros y de pensiones de la salud.


Entonces hay una queja allí. Se congelan salarios. Parte sí. ¿Cuáles no se congelan? No se congelan los del sector privado, ni se congelan aquellos salarios del sector público que estén por debajo de dos salarios mínimos.


Me ha dicho: ‘bueno, ¿pero quién garantiza que el sector privado no siga el ejemplo y congele?’. Quiero anunciar hoy desde Palmira a todos mis compatriotas la siguiente garantía: en los años de Referendo, si se aprueba, el Gobierno Nacional continuará elevando el salario mínimo. Esa es la gran garantía de que a los más pobres no se les va a congelar el salario. Esa es la gran garantía de que tiene que seguir subiendo el ingreso de los sectores más pobres.


¿A quienes afecta en el Estado? Primero a quienes no afecta: no afecta a quienes están por debajo de dos salarios mínimos. En la Nación, el 71 por ciento. O sea que el sacrificio lo haría el 29 por ciento de los empleados de la Nación.


Les pido ese sacrificio. ¿Por qué? Porque a ellos se les ha venido indexando el salario año tras año, han tenido la fuente de empleo. Qué tal que la Nación llegara, como pudo haber llegado en diciembre del año pasado, como puede llegar en algún momento, a decir: no tengo con qué pagarles.


A mí me ha tocado ver departamentos con 24 meses de atraso en salarios a los servidores públicos, con 36 y 40 meses de atraso en pensiones. Siempre es mejor hacer este esfuercito que conducir la Nación a ese estado de postración.


Y allí hay otros elementos, que yo los llamo atenuantes. Si la inflación en los años de congelación llegara a estar por encima de la inflación del año 2002, la diferencia se descongela.


Y esto es progresivo: cero congelamiento hasta dos salarios mínimos. De dos salarios mínimos a 25 salarios mínimos, dos años de congelamiento. Por encima de 25 salarios mínimos, la Presidencia, el Congreso, magistrados de las Altas Cortes, cuatro años de congelamiento.


Maestros, quiero apelar a los maestros de mi Patria. Tienen que participar en este debate, constructivamente, porque ellos no sólo enseñan matemáticas, no sólo enseñan a leer y a escribir. El maestro tiene que ser hoy la gran fuente de civismo. Este debate no se puede manejar ni a golpes, ni silenciándolo, hay que manejarlo argumentalmente.


Los maestros sí van a hacer un sacrificio, porque buena parte del magisterio está por encima de dos salarios mínimos. Es cierto. Yo no puedo hablarle con mentiras al pueblo colombiano. Pero mire lo que hemos hecho con los maestros. Y aquí están los congresistas, que están autorizados para rectificar si me aparto un milímetro de la realidad.


Primero, la gran mayoría de los maestros próximos a jubilarse, se jubilan entre esta fecha y el 2007. El ministro Juan Luis Londoño, que en paz descansa, acudió a mi oficina y me dijo, cuando estábamos en el trámite del Referendo: Presidente, para desmontar las pensiones privilegiadas hay que dar una tregüita, un período de transición hasta el 2007, entre otras cosas para no afectar expectativas de jubilación, relativamente próximas del magisterio. Ylo aprobamos.


Los regímenes privilegiados se desmontan pero a partir del primero de enero del 2007, salvo el de la Presidencia de la República. Porque yo le dije ese día: bueno, que se desmonten a partir del primero de enero de 2007, pero en el caso del Presidente de la República que se desmonte ya.


Para poder dar ejemplo que yo sea el primer ex Presidente de Colombia que salga sin el régimen privilegiado de pensiones, que me tenga que jubilar cumpliendo los requisitos de edad, de cotización y por debajo del techo de 25 salarios, que sería lo nuevo. Y así quedó definido y lo que aprobó el Parlamento ya se aprobó también en decreto para ese efecto.


Primer beneficio para los maestros, se van a poder jubilar, los jubilables, con el viejo régimen.


Segundo beneficio para los maestros: la señora Ministra de Educación y los congresistas les salvaron el Fondo Prestacional, se lo salvaron en el Plan de Desarrollo.


¿Saben quién va a hacer el gran esfuerzo para pagar las prestaciones del Fondo Prestacional en los años que vienen? El Estado como empleador. El año entrante las cotizaciones de Estado, que es el patrono de los maestros, al Fondo Prestacional, valen 654 mil millones de pesos. Ahora, no miremos a los maestros aisladamente, ellos son un componente de la educación.


El Referendo es una luz para que Colombia empiece a ahorrar y a invertir en educación. $170 mil millones que nos ahorramos de las Contralorías, seguramente el primer año va haber que gastarlos indemnizando funcionarios, lo cual está bien. Pero a partir de allí van a educación. El 56 por ciento del Fondo Nacional de Regalías tendrá que dedicarse a educación. Por eso hago ese llamado y repito: los ahorros van al Fondo Prestacional del magisterio.


Pensiones. Se congelan las del sector público por encima de dos salarios mínimos dos años. Por debajo de dos salarios mínimos no se congelan. Las que estén por encima de 25 salarios mínimos se congelan cuatro años.


Colombia tiene cerca de un millón de jubilados. Ese número crece en un siete por ciento cada año. A nosotros nos decían: ‘cuidado que se van a acabar las reservas del Seguro Social’, no lo creímos. Ya se acaban. En agosto del año entrante no hay reservas en el Seguro Social. Entonces, tenemos que buscar cómo le pagamos a los jubilados.


Mi primer planteamiento es: ¿Qué queremos? ¿Tener atrasos como la Guajira, como el Chocó, 36 meses en algunos departamentos sin pagarles a los jubilados? Como lo que vi hace 15 días en Santa Marta. El señor Alcalde de Santa Marta dice: ‘desde que me posesioné las he pagado al día y los 24 meses de la deuda anterior se les perdió’. Siempre es bueno pensar cuáles son las opciones ante el Referendo.


El Gobierno Nacional no tiene la maquinita para emitir dinero. Recuerden ustedes la Constitución del 91. Ese manejo lo hace autónomamente el Banco de la República, que por la globalización de la economía ha perdido el control. ¿Entonces qué hacemos nosotros con una Nación con este déficit y bien endeudada, en el momento en que no haya dinero para pagar las pensiones? Al Seguro Social va a haber que trasladarle en los años venideros por lo menos 700, 800 mil millones de pesos y habrá años en los cuales habrá que trasladarle 3 billones para que le pague a sus pensionados.


Y yo me pregunto: ¿por qué se oponen tanto a esta congelación si no afecta al 86 por ciento de los pensionados que tienen pensiones por debajo de dos salarios mínimos? ¿Y por qué se oponen? ¿Es malo para pagarles a los pensionados pobres, desmontar los regímenes privilegiados? Es muy bueno, es justo.


Desmontar el régimen privilegiado del Congreso, de Telecom, de Ecopetrol, de la Presidencia de la República, es justo. Injusto es lo contrario, injusto sería mantener esos privilegios en un país que no tiene con qué pagarles a los pensionados pobres, eso sería lo injusto. Entonces, quiero también hacerle ese llamado a todos los pensionados a ver cómo nos ayudan con esto.


¿Qué pasó con el Congreso? En este auditorio yo propuse un Congreso austero de 160 congresistas y una cámara. Vengo a dar la cara, yo no tuve la suerte para sacarlo así. Incluso muchos congresistas que me apoyaron me dijeron: ‘Presidente, estamos de acuerdo con la austeridad pero tiene que seguir siendo unicameral’. Quedó bicameral, pero se ha avanzado mucho.


¿Ustedes saben cuántos integrantes tiene el Congreso hoy? Tiene 268, pero debería tener 320, porque la Constitución establece una proporcionalidad entre el número de habitantes y el número de Representantes a la Cámara. El número actual es en función de los habitantes que tenía Colombia en el año 85. En el momento en que una autoridad judicial diga: ‘apliquen el número poblacional actual para definir el número del Congreso’, automáticamente tendría que tener, más o menos, 320 integrantes y seguir avanzando.


Entonces, ¿cuál es la reducción frente a lo que realmente hay? Se pasa de 268 a 218. Frente a lo que podría haber, se pasa de 320 a 218. El beneficio adicional: ya no seguirá creciendo en función de la población. Se congela.


¿Qué esfuerzo hacen los congresistas? Se elimina el régimen privilegiado de pensiones, se eliminan suplencias, se congelan los salarios por cuatro años, se elimina y se sanciona más drásticamente el auxilio parlamentario y se convoca al pueblo a audiencias parlamentarias. Todo eso son avances importantes.


Auxilios parlamentarios. Se acaban y se sustituyen por audiencias públicas. Eso está bien. Lo que no está bien es que venga un congresista donde el Ministro o donde el Presidente y pida una plata para un proyecto específico en el cual el tiene interés personal, por equis o zeta motivación, que le dé esa plata a cambio de un voto. Unas veces eso se maneja bien, la platica llega a buen destino, transparentemente. Hay ocasiones donde se hace mal uso de ella y siempre se corre el riesgo de proceder a espaldas del pueblo y de irrespetar las prioridades de inversión.


¿Qué se dice en el Referendo? Se prohíbe eso y se extiende la prohibición a asambleas y a concejos, y se sanciona en cabeza del concejal, diputado o congresista que lo gestione y en cabeza del funcionario que los otorga.


Se eleva la causal de pérdida de investidura. Ahora queda más severa la pérdida de investidura, no solamente para congresistas. El Referendo explícitamente la extiende a concejales y diputados.


Y el artículo cuarto propone que en lugar de auxilios parlamentarios haya audiencias públicas. A mí me parece bien discutir con la comunidad los presupuestos. Algunos se oponen y dicen: ‘pero es que de todas maneras es el Congreso el que tiene que definir finalmente’.


Eso es una constitucional vieja y eso es de la esencia del Congreso. Los congresos tienen tres funciones en su origen histórico: aprobar tributos, aprobar presupuestos y hacer control político sobre el Ejecutivo.


Pero yo creo que va a ser más transparente la aprobación en el Congreso antecedida de las audiencias públicas. Yo no creo que una audiencia pública seria en el Valle del Cauca para fijar prioridades, vaya a ser desconocida por la bancada parlamentaria vallecaucana en el Congreso.


Y a mí me parecen muy interesantes para la democracia esas audiencias públicas, porque dan la oportunidad de discutir prioridades y dan la oportunidad de que la ciudadanía, al estar informada, no pueda ser fácilmente engañada por nosotros los políticos. Y esas audiencias públicas permiten también que la ciudadanía conozca las limitaciones.


Suplentes. La Constitución del 91 los eliminó y después los revivieron. Eso se ha prestado para toda clase de atropellos a la democracia. En el año 98 fueron elegidos 267 congresistas, en el período 98–2002 intervinieron 500. Solamente este año ha habido una rotación en el Congreso del 38 por ciento por ingreso de suplentes.


Hubo un problema que fue el carrusel pensional. Muchos querían ir al Congreso para completar en seis meses su período de jubilación y no jubilarse con dos millones sino con once o con catorce. Otros para subir la pensión. Eso hizo mucho daño y hace mucho daño, desestimula la representación.


Los ciudadanos le dicen a uno: ‘es que yo voté por fulano y allá ha venido asistiendo el cuarto de la lista, a quien ni siquiera escuchamos en la campaña’. Entonces se pierde la consistencia de la representación, se pierde la unidad ideológica de la representación. Por eso se elimina.


Y me dicen: ¿y para eso se necesita un Referendo? Claro ¿Por qué? La Constitución del 91 los eliminó pero el Congreso los revivió.


Yo estoy convencido que aquello que el pueblo elimine por Referendo, difícilmente el Congreso lo revivirá. Yo no creo que el Congreso se atreva a desafiar una voluntad popular que eliminó los suplentes reviviendo la figura de las suplencias.


Voto público. Aparentemente muy sencillo, qué importante. Exigir que congresistas y diputados y concejales voten en público, eso le da una gran oportunidad al pueblo de saber cómo votan sus elegidos. Y repito, no nos quedamos solo en el Congreso. Eso se extendió a la diputación y a los concejos municipales.


Normas anticorrupción, la columna vertebral allí. Que no puedan volver al Estado los condenados por corrupción contra el patrimonio público. Eso es un paso en la lucha contra la corrupción muy importante. Que no pueda volver al Estado el condenado por corrupción contra el patrimonio público, ni por nombramiento, ni por elección, ni por contrato. Es una norma bien importante en la lucha contra la corrupción.


Le impone una pena perpetua de alejamiento, de destierro del Estado, a los corruptos. Una necesidad de Colombia para derrotar ese flagelo.


Las contralorías departamentales, distritales y municipales, salvo excepciones, más que organismos de control han sido organismos de política. Conocemos muchos casos donde se absuelve al amigo y se sanciona al adversario.


Por eso desde la campaña se propuso eliminarlas. Que esa platica se la ahorren departamentos y municipios para educación. Va a ser un ahorro de $170 mil millones y que ese control lo haga la Contraloría Nacional, apoyada en universidades, apoyada en cooperativas, apoyada en asociaciones comunitarias, como lo reza el texto del Referendo.


No pudimos avanzar en lo de personerías, la Corte Constitucional lo declaró inexequible.


Regalías. El Fondo Nacional de Regalías se ha malversado. Hemos visto proyectos en el Fondo Nacional de Regalías que, en lugar de resolver problemas educativos, financia el adoquinado de una plaza. Queda muy bonito, pero eso que lo hagan con otra platica.


Alemania sustentó buena parte de su desarrollo en Regalías y uno tiene que escoger las variables fundamentales para el desarrollo. Hoy una variable fundamental para que un pueblo sea de alta productividad, competitivo, mejore sus ingresos para financiar la construcción de equidad, es la educación. Por eso se propone que el 56 por ciento de esos recursos vaya a educación, 24 por ciento a saneamiento básico.


Aquí sí que hemos tenido dificultad para financiar acueductos y alcantarillados. Pero hay un gran esfuerzo del Gobernador y de ustedes, alcaldesas y alcaldes, y de la Corporación del Valle del Cauca.


Cuando estuvimos evaluando, la semana pasada en la reunión de corporaciones, van a financiar un programa de $24 mil millones, con lo cual les va ayudar Findeter, no con donaciones, sino con unos créditos.


En otras partes del país no tienen la posibilidad que ustedes tienen con la Corporación del Valle del Cauca, porque las corporaciones no tienen esa educación patrimonial y no tienen la competencia jurídica. Aquí sí la tienen.


Es una tragedia en el país lo de acueductos y alcantarillados. Por eso la segunda prioridad en el Fondo Nacional de Regalías es acueductos y alcantarillados. Se mantiene una platica allí para pensiones territoriales y una platica para el río Magdalena.


La delegación vallecaucana exigió entrar un punto para el río Cauca y se aprobó en el Referendo. Se va a dedicar un punto del Fondo Nacional de Regalías al saneamiento del río Cauca. Eso va ayudar muchísimo.


Está la parte de la reforma política. Me parece que el Referendo en algunas partes coincide con la reforma política. Hay un punto que el Referendo no trae pero lo incorporó la reforma política, que es el voto preferente. Creo que en el país en muchas partes lo están utilizando. Me parece que como quedó en la Constitución, quedó bien.


La Constitución, en materia de derechos políticos y de garantías políticas, no puede ser una celda de restricciones, tiene que ser una gama de posibilidades. Así se incorporó el voto preferente, como una opción para quienes de buena gana lo quieran acoger. El Referendo no lo desvirtúa.


El Referendo tiene una diferencia con la reforma política. La reforma política exige lista única en cada partido. Yo temo que eso le va a ser daño a los tradicionales y a los nuevos partidos, porque todo el mundo, para acomodarse, va buscando otro partido.


Yo creo que lo del Referendo es bueno, porque el Referendo, con el umbral, la cifra repartidora, ayuda a corregir esa dispersión electoral, pero no se va al extremo de la lista única. Permite lo que yo he llamado una prudente pluralidad de listas en los partidos.


Tres cosas finales. Este Referendo no tiene ningún atractivo populista, votarlo es un acto de responsabilidad.


Este Referendo le da un mensaje al mundo: la responsabilidad del pueblo colombiano. Si este Referendo se aprueba, el mundo tiene que recibir el mensaje de que este pueblo, abatido por este terrorismo y por estos problemas de pobreza, es un pueblo de un alta cultura política y de una alta responsabilidad, que es capaz de introducir una solución fiscal a través del Referendo.


¿El Referendo lo resuelve todo? No. El Referendo no lo resuelve todo, es un paso en la dirección correcta. Tiene un intangible, a mi juicio muy importante. El Referendo, más importante que por sus efectos jurídicos inmediatos, lo va a ser por la deliberación, porque estas semanas que faltan por llegar al 25 de octubre deben ser semanas de reflexión y de deliberación, que por lo menos nos comprometan a todos los colombianos a preocuparnos prioritariamente por la derrota de la corrupción y la politiquería.


El Referendo va ayudar a crear una conciencia nacional sólida e indestructible contra la corrupción y contra la politiquería.


No dejemos naufragar el Referendo, no lo dejemos naufragar.


A los candidatos a alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas: piérdanle el miedo al Referendo, que eso tiene muchas cosas buenas y lo podemos sacar adelante y les va a ayudar mucho, porque ellos van a manejar unos fiscos convalecientes. El Referendo les ayuda, por lo menos en el segundo año, a tener recursos de inversión.


Ahora cuando entraba a este recinto, los periodistas vallecaucanos me preguntaban: ‘¿qué le trae al Valle del Cauca?’. Nada espectacular.


Estos consejos comunitarios no son milagrosos, ni pueden ser demagógicos. Hoy deberíamos aprovecharlos para mirar en qué vamos en relación con los dos anteriores y cómo podemos seguir mejorando para el Valle del Cauca.


Esto no es de relumbrones, ni de milagros, tampoco de irse al otro extremo: que voy a ir allá un sábado, me voy a tomar whisky en una piscina. No. La única manera que hay para resolver los problemas colombianos es trabajar todos los días sin esperar producir milagros, pero sin echarse sobre las petacas. Es el único camino. A eso los invito.


Si nosotros trabajamos todos los días de buena fe, ahí vamos produciendo resultados. Uno se demora mucho para ver la sombra de la ceiba, menos para ver la del samán, pero hay que cultivarlo. Echarle agüita todos los días, quitarle la maleza, estar midiendo muy bien en donde va el círculo de los cocos, para saber dónde le pone el abono. Hay que hacerle seguimiento todos los días. Esa es la razón de esta tarea. Nada espectacular, pero un compromiso de todos los días, entre otras cosas para poder hablar duro a favor de la dignidad nacional cuando toque.


Muchas gracias”.

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