Reflexión
del Presidente de la República
¿QUE
FUTURO TENDRÁ EL VOTO OBLIGATORIO SI SUS PROMOTORES HOY
PROMUEVEN LA ABSTENCIÓN?
Chía,
oct. 23 (CNE).- "¿Qué fuerza va a tener en
el futuro una propuesta de voto obligatorio, cuando quienes han
agitado ese tema convocan a la abstención en un referendo?",
preguntó este jueves el presidente de la República,
Álvaro Uribe Vélez, a estudiantes de 15 universidades
del país con los que dialogó a través de
una video conferencia.
El
Jefe de Estado dijo que, durante años, el país ha
luchado por la ampliación democrática, de participación
y que se definió por la democracia persuasiva y estimulada,
antes que la votación obligatoria. Y explicó que,
por ese camino (el de la persuasión) se ha venido trabajando
con la puesta en marcha del Referendo.
"En
los últimos años, por ejemplo, se propuso que el
voto fuera obligatorio en Colombia, muchos de los que propusieron
la obligatoriedad del voto hoy llaman a la abstención.
Ese es un debate bien importante para el medio universitario",
indicó el Mandatario.
Las
siguientes fueron las palabras del Presidente en el auditorio
de la Universidad de la Sabana:
"Me
es muy grato, en esta bella fiesta de la democracia, acudir hoy
a la universidad colombiana, a la Universidad de la Sabana pero
desde aquí a tantas y tantas universidades de la Patria
a examinar con ustedes este tema.
El
3 de noviembre se cumplirá el primer siglo de la Independencia
de Panamá. La Patria colombiana estaba sumida en una profunda
crisis, acaba de terminar la Guerra de los Mil Días cuyos
pactos de paz cumplieron un siglo el año pasado y que celebramos
uno de esos centenarios en Chinácota, Norte de Santander.
Pero esa guerra había sido antecedida por otras que tuvieron
un eje común, un común denominador: una constante
lucha por la apertura democrática de la Patria.
La
Constitución de Rionegro de 1863, una Constitución
prodiga en libertades y en autonomías, creó la esperanza
de que avanzaría mucho la Democracia, con ese propósito
de promulgó. Infortunadamente, como lo anotan algunos historiadores,
avanzó más el desorden que la democracia y no pudo,
no pudo cristalizarse la idea de que los estados dieran el paso
a la elección popular de sus gobernantes.
Vino
la Constitución de 1886 y se aplazaron más en el
tiempo las reformas democráticas. El proceso de construcción
de consenso en Colombia por la apertura democrática ha
tomado muchos años. Se requirió el Congreso Ideológico
del Liberalismo en Ibagué en 1922, presidido por el General
Benjamín Herrera, quien en las circunstancias de Panamá
había dicho bellamente algo que lo quiero recordar hoy
a la mente de las nuevas generaciones de mi Patria : la
Patria por encima de los partidos.
Ese
congreso terminó con una declaración bellísima,
cuyo primer punto solicitaba la apertura democrática la
elección popular de alcaldes. Era 1922, sin embargo en
las décadas subsiguientes tampoco se incorporó esa
reivindicación, se necesitó la Reforma Constitucional
propuesta por el senador conservador Alvaro Gómez Hurtado
en el gobierno del Presidente Betancourt en los años 80,
para que el país aprobara la elección popular de
alcaldes. Y se requirió después la Constituyente
del presidente Gaviria para incorporar la elección popular
de gobernadores y otros mecanismos de democracia participativa
como el referendo.
El
país había tenido solamente un antecedente de convocatoria
directa al pueblo: el de 1957. Se le denominó plebiscito
pero era más un referendo porque el pueblo fue convocado,
más que a aprobar una política que es el objeto
de un plebiscito, a aprobar un texto llamado a ubicarse en el
nivel constitucional de la pirámide normativa.
Yo
nací en 1952 y mi madre era una activista muy convencida
de ese plebiscito, y de la mano de ella la acompañe a varios
poblados de mi terruño a escucharla convocar a ese Plebiscito.
Incorporaba los derechos políticos de la Mujer y aquel,
a semejanza del de hoy le asignaba un gran papel a la educación.
En
ese momento, los colombianos acudieron masivamente a cumplir un
deber de constituyentes. Esa es una característica bien
importante del Referendo. El pueblo no acude como elector de personas,
el pueblo acude como constituyente de textos. Esa será
la condición en la cual nuestro pueblo habrá de
acudir el próximo sábado a las urnas como constituyente.
Quiero,
producir aquí una reflexión. Esta Patria ha luchado
enormemente por la ampliación democrática, lo obtenido
no es fruto de la espontaneidad, es consecuencia de la lucha,
por eso hay una razón allí muy importante para participar.
En
los últimos años, por ejemplo, se propuso que el
voto fuera obligatorio en Colombia, muchos de los que propusieron
la obligatoriedad del voto hoy llaman a la abstención.
Ese es un debate bien importante para el medio universitario.
Mi
pregunta es, para dejar una reflexión académica,
¿qué fuerza va a tener en el futuro una propuesta
de voto obligatorio, cuando quienes han agitado ese tema convocan
a la abstención en un referendo?
El
país definió hace algunos años la democracia
persuasiva y estimulada antes que la votación obligatoria.
Por ese camino hemos venido.
Me
alegra mucho tener este encuentro con la juventud de mi Patria
en medio de todas las dificultades, las limitaciones, el gran
deseo, nuestro gran esfuerzo, es que las nuevas generaciones de
colombianos puedan vivir felices en esta su Patria.
Mi
generación, como dijera Valencia, no le debe quejas a la
vida, pero no hemos vivido un solo momento sin terror en la Patria
colombiana. El 50 por ciento de las familias de la Patria tiene
un motivo de luto por esta violencia, el 40 por ciento de las
familias de la Patria conoce a alguien que se ha desplazado al
interior del territorio o que ha sido expulsado a vivir fuera
de la Patria.
Ha
sido una sumatoria terrible de lustros, pero la Patria conserva
su espontaneidad. Un pueblo que ha sufrido tanto debería
tener amargura, aquí no hay amargura, aquí hay bríos,
espontaneidad, energía.
Con
esta introducción permítanme decir una síntesis
del Referendo, del por qué.
En
Colombia hoy ya hemos logrado incorporar soldados campesinos en
439 municipios, pero falta mucho. En 170 municipios que no teníamos
Policía ya la tenemos, pero falta mucho. En algunas carreteras
se ha dado seguridad, pero en otras no hemos podido. En algunos
sitios hemos recuperado el imperio de las instituciones, todavía
en otros no.
Colombia
no puede seguir entre guerrilla y paramilitares. Colombia no puede
seguir desinstitucionalizada por las diferentes formas de terrorismo.
Colombia necesita recuperar el imperio institucional. Colombia
necesita democracia plena, tanta firmeza para derrotar el terrorismo,
como tanta firmeza para reivindicar y proteger la Democracia.
Cuando
me encuentro con los estudiantes de mi Patria empezamos a revisar
estadísticas: 500 mil cupos escolares creados el último
año, un gran esfuerzo de la Ministra, de los gobernadores,
de los alcaldes, de los maestros, pero hay un millón y
medio de niños colombianos todavía en las calles.
En
el Sena lo encontramos con millón 100 mil estudiantes,
en el 2006 tendrá cuatro millones, termina este año
con dos millones, pero falta mucho. Allá hay un típico
caso de lo que queremos: derrotar el clientelismo, el burocratismo,
los gastos de funcionamiento para premiar la inversión
social.
En
el Sena, por ejemplo, para lograr esa expansión de cobertura
hemos eliminado 3 mil contratos clientelistas, lo que ha producido
furia en sectores de la clase política; y estamos también
combatiendo excesos sindicales, pero en la Patria hay que enfrentar
dilemas: en la balanza del caso del Sena que elimina todo lo que
debe hacerse en el Estado Colombiano, de un lado tenemos la furia
de sectores clientelistas de la clase política y de los
excesos sindicales, y de otro lado el interés legítimo
de padres de familia y de estudiantes. Es a este interés
legítimo al que tiene que servir el Estado.
Nosotros
no proponemos menos Estado. Proponemos más Nación,
más pueblo, más democracia. Nosotros proponemos
derrotar el Estado burocrático, para construir Estado social.
Ese es un punto que recorre todo el articulado del Referendo.
Colombia
necesita en medio de esta crisis de deuda, de esta crisis fiscal,
derrotar corrupción, derrotar politiquería para
poder avanzar en orden público y para poder avanzar en
inversión social.
El
Referendo no es milagrero. Las reformas de la Patria exigen un
proceso continuo. La democracia es un proceso continuo. Así
como considero el Referendo un paso necesario y conveniente para
la Patria, también tengo que decir a mis compatriotas que
el Referendo no va a producir milagros. Pero el sólo debate
a contribuido a construir democracia, a construir ciudadanía,
a sustituir la agresión personal por el esfuerzo de examinar
los argumentos. Esta Patria necesita más debate constructivo,
menos odio. Esta Patria necesita más deliberación,
menos enfrentamiento personalista.
Espero
que el sábado a las cuatro de la tarde, cuando se cierren
las urnas, pueda decir a mis compatriotas que este debate ha contribuido
a mejorar la democracia.
Muchas
gracias.