PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN FORO DE LA REVISTA
PODER
Miami, 4 mar.(SNE). El Presidente de Colombia, Álvaro Uribe
Vélez, habló así ante los empresarios que
participaron en el foro de la revista Poder, evento que se llevó a
cabo en Miami:
"
Voy a dividir esta presentación en dos partes, como lo han
sugerido nuestros anfitriones.
En
la primera parte voy a contarles algunos aspectos del programa
de Gobierno de Colombia y en la segunda parte atenderé sus
preguntas, sus comentarios, sus preocupaciones, y les ruego expresarlos
en español o en inglés. Aquí había
tenido la oportunidad ahora de hablar con el editor de Economist.
Se le quedaron algunas preguntas entre el tintero.
Le
he propuesto a Colombia lo que he denominado un Gobierno Comunitario,
con creciente participación de la ciudadanía en
la toma de decisiones, en la ejecución de decisiones y
en vigilancia de las decisiones.
En
modelo que hemos venido definiendo juntos, es para crear una
síntesis constructiva, positiva de solidaridad, que deje
a un lado lo que ha sido el controvertido neoliberalismo puro
y el Estado socialdemócrata que en muchos países
de América Latina se tornó simplemente en un Estado
burocrático, en un Estado derrochador de recursos, en
un Estado ineficiente, en un Estado promotor de corrupción.
Por
ejemplo, en participación de opinión quiero contarles
que mi Gobierno se ha propuesto resolver todas las controversias
con el sector privado, todos los contenciosos con el sector privado:
en el área de comunicaciones, en el área de infraestructura,
de vías, en la empresa, en el conjunto nacional de vías.
Pero nos hemos propuesto hacerlo sobre dos condiciones: equidad
y transparencia.
Para
que haya transparencia la opinión pública tiene
que participar ampliamente en esas decisiones. Ayer se publicó el
preacuerdo con Nortel. Hay un período de publicación
de ese preacuerdo, que le da la oportunidad a la opinión
pública de emitir cualquier comentario, de indagar más
por ese acuerdo. Y solamente cuando se haya agotado ese período
y se haya despejado cualquier duda de la ciudadanía, se
entiende que ha sido perfeccionado el acuerdo con Nortel.
Así lo
hicimos en la semana anterior con Ericson. Acuerdos que derivan
de controversias que venían de tiempo atrás
con la Empresa Nacional de Telecomunicaciones.
Nosotros
nos hemos propuesto en este ejercicio fundamental, buscar una
palabra en el sentimiento de toda la ciudadanía: confianza.
Que haya confianza para invertir en Colombia, que haya confianza
para trabajar en Colombia, que haya confianza para vivir en Colombia.
Era
yo candidato presidencial, asistía a las universidades
y solía preguntarle a los muchachos estudiantes de los foros: "¿Quiénes
de ustedes han pensado abandonar Colombia sin voluntad de regreso
definitivamente?". Y la inmensa mayoría de ellos levantaba
las manos. Por eso nos propusimos restablecer confianza, para que
los jóvenes sientan y entiendan que en Colombia pueden alcanzar
todas sus ilusiones y que en Colombia pueden llevar a cabo todas
sus esperanzas.
Y
para recuperar confianza nos hemos propuesto trabajar en tres
frentes: trabajar en el rescate de la seguridad, en el rescate
del imperio del Estado de Derecho, en el rescate del imperio
de la legalidad. Primer frente.
Segundo
frente, en el frente de transparencia. Y tercer frente, en la
reactivación económica y en la reactivación
social.
En
cuanto a seguridad, nuestra política se soporta en un
concepto: Seguridad Democrática. ¿Por qué el
calificativo de democrática? Porque la seguridad que nosotros
estamos buscando en Colombia es para todos los ciudadanos. Es para
el empresario, el trabajador, el líder gremial, el líder
sindical, el campesino, el empresario agrícola. Seguridad
para los políticos cuyas ideas coinciden con las del Gobierno
y seguridad para los políticos de oposición.
El
año pasado Colombia hizo un ejercicio democrático
espléndido. El Gobierno propuso un referendo de 17 puntos
que fue sometido a todos los controles: de la Corte Constitucional,
del Congreso, de la opinión pública. Fue examinado
por un Consejo Electoral controlado por la oposición y,
no obstante discrepancias del Gobierno con las decisiones de ese
Consejo Electoral, finalmente fueron las que se respetaron y sólo
se pudo aprobar un punto.
Lo
más importante es que en ese proceso, nadie de la oposición,
nadie de los que predicaron la tesis de abstención o negativa
del referendo, puede levantar la mano para decir que sus libertades
fueron recortadas.
Procuramos nosotros que todos los colombianos sintieran
la plenitud de las libertades, para que la ciudadanía entienda a través
del ejemplo cómo una democracia puede tomar la total determinación
de derrotar el terrorismo y al mismo tiempo la total determinación
de respetar la libertad y la paz.
En
el pasado también el país eligió las autoridades
regionales. Después de un año de ejercicio de seguridad
democrática en mi Gobierno, en octubre tuvimos las elecciones
regionales con resultados importantes.
El
número de candidatos que participó en esas elecciones
duplicó el número de candidatos que había
participado en las elecciones regionales inmediatamente anteriores.
La ciudadanía se sintió con más seguridad,
más garantías y eso motivó a más ciudadanos
a participar en ese proceso electoral.
He
venido diciendo que pasó Colombia de ser un país
de democracia formal, de garantías retóricas, a ser
un país de garantías efectivas y reales.
En
el pasado integrantes de la oposición, integrantes de
partidos de izquierda desafectos al gobierno, integrantes de partidos
provenientes de guerrillas, tenían siempre libertades consagradas
en la Constitución, expresadas en el discurso gubernamental,
pero no garantizadas en la práctica.
Lo
importante es que nuestra política de seguridad democrática
el año pasado garantizó esas libertades en la práctica
y eso explica no solamente que muchos candidatos de estos partidos
alternativos, llámense de izquierda, alternativos a los
partidos tradicionales, partidos provenientes de ex guerrillas,
hubieran podido realizar sin restricciones sus campañas,
y muchos de ellos haber obtenido importantes victorias, como la
victoria del Polo Democrático en la Alcaldía de Bogotá.
Para
lograr esa seguridad democrática nosotros nos hemos
propuesto desabastecer a los terroristas, nos hemos propuesto aislarlos,
nos hemos propuesto mejorar el control territorial por parte de
la Fuerza Pública y todo eso conduce al restablecimiento
de la confianza ciudadana.
Para
desabastecer a los terroristas ha sido fundamental trabajar en
la recuperación de la seguridad de las carreteras de
Colombia. Las carreteras se habían convertido en la fuente
principal de secuestros, en el gran obstáculo al libre
desempeño de la economía privada.
Entonces,
tarea fundamental del Gobierno ha sido avanzar en el rescate
de la seguridad de las carreteras. Para desabastecer
a los terroristas es fundamental derrotar la droga.
Cuando
mi predecesor, el presidente Pastrana, lanzó el Plan
Colombia, nuestro país tenía 170.000 hectáreas
de droga. Hemos continuado en la batalla de erradicarlas. Terminamos
el año pasado con 90.000. Este año ya hemos fumigado
30.000 y vamos a seguir en la tarea con la determinación
total de erradicar la droga.
Para
desabastecer a los terroristas, mi Gobierno tramitó como
una de sus principales leyes la modificación a las normas
de la extinción de dominio, modificación que ha facilitado
a los jueces avanzar en esa tarea.
Cuando
mi gobierno empezó no había más de
cinco sentencias de extinción de dominio en firme. El año
pasado quedaron en firme 32 sentencias.
Para
aislar a los terroristas hemos venido trabajando en el propósito
de capturar todos sus enlaces urbanos, de desmontarles las redes
urbanas.
Por
supuesto hay críticas a mi Gobierno y entonces yo leo
a algunas entidades que hacen el pronunciamiento de que el Gobierno
de Uribe está haciendo capturas masivas. Es cierto, masivas
sí pero no arbitrarias. Sustentadas en los jueces, en los
acerbos probatorios recaudados y examinados por los estrados.
La
decisión nuestra es capturar a todos los auxiliadores
del terrorismo en todas la ciudades colombianas para aislar el
terrorismo.
Esa decisión, como todas las decisiones en materia democrática,
no tiene reversa porque lo peor que le puede pasar al país
es que el Presidente de Colombia, por complacer a algunos sectores
críticos que hablan de la política de seguridad,
por conseguir que baje la voz de algunos sectores críticos
el Presidente de Colombia, abandone el propósito de llevar
a la cárcel a los terroristas.
Para
aislar a los terroristas nosotros hemos tenido también
una política generosa de desmovilización. En mi Gobierno
se han desmovilizado 4.800 integrantes de grupos violentos. Cuatro
mil ochocientos.
El
60 por ciento de ellos de Farc, el otro 40 por ciento se divide
entre paramilitares y ELN.
Hemos
dado a estos desmovilizados un tratamiento totalmente generoso.
Los hemos acogido plenamente para que ellos se reintegren a la
vida constitucional de la Nación.
Casi
4.800. Cuando hubo el proceso de paz con el M-19 se desmovilizaron
700 guerrilleros. Cuando hubo el proceso de paz con el EPL se
desmovilizaron 1.200 guerrilleros. 4.800 es una cifra que se
ha logrado ahora en un proceso que da credibilidad, en un proceso
generoso, en un proceso sustentado en la firmeza de acabar el
terrorismo.
¿
Qué le ha dicho al terrorismo?: ustedes se desmovilizan
o el Gobierno los derrota.
Es
un proceso que va siendo más efectivo que publicitado.
Encuentro con muchos interlocutores de la opinión nacional
e internacional que reciben con extrañeza la cifra de 4.800
desmovilizados de los grupos violentos en este Gobierno.
Desde
Miami quiero invitar hoy a los campesinos colombianos engañados
por los grupos violentos para que abandonen esas organizaciones.
El Gobierno los acoge con toda generosidad.
Nos
hemos propuesto avanzar en control territorial. No es fácil.
Colombia tiene una extensión de 1.164.000 kilómetros
cuadrados, la mitad en selva, una topografía, una geografía
bastante accidentada, pero hemos avanzado.
Hoy
tenemos 450 municipios con soldados de mi pueblo. Un crítico
me decía que con los soldados de mi pueblo hemos suprimido
la diferencia entre el Ejército y la población civil.
De ninguna manera. El soldado de mi pueblo es un soldado ordinario,
en todas las obligaciones y con todas las facultades de los soldados.
Simplemente sirven en la localidad donde viven.
Eso
nos ha ayudado a crear una gran empatía entre el soldado
y la comunidad, porque la comunidad lo considera como suyo y él
siente que le sirve a la comunidad de sus afectos. Y esa integración
de comunidad y soldado de mi pueblo ha logrado avanzar hoy eficazmente
en la tarea de mejorar la seguridad.
170
cabeceras municipales que no tenían policía hoy
la tienen. Hemos hecho un esfuerzo sobre el cual no quiero ahondar
en cifras esta mañana. En brigadas móviles, en batallones
de alta montaña, en grupos especiales de la Policía
e inteligencia. Todo para mejorar el control estatal de las fuerzas
legítimas sobre el territorio de la Nación.
Hay
un tema muy importante: en toda la Nación reclaman control
institucional. La ciudadanía nos dice: no queremos el control
de la guerrilla, no queremos el control de los paramilitares, queremos
que nos proteja la fuerza institucional.
Entonces
hay una opinión pública en toda Colombia
que lo que está demandando es la presencia única,
el monopolio de parte de las fuerzas institucionales de la Nación.
Eso es bien importante, eso demuestra que estos grupos terroristas
no tienen apoyo ciudadano, que estos grupos terroristas someten
a la ciudadanía por temor, pero que jamás han logrado
ni van a ganar apoyo ciudadano. Que al contrario, esa ciudadanía
lo que reclama es mayor y mayor presencia del Estado.
Hemos
venido trabajando para que la ciudadanía sienta en
todas las acciones de la Fuerza Pública el acompañamiento
amistoso de su Estado, para que en el comportamiento de la Fuerza
Pública se dé eso que demanda la ciudadanía,
que inspire confianza ciudadana, absoluto respeto a los derechos
ciudadanos, capacidad de reacción a cualquier llamado ciudadano,
disposición de atender los requerimientos de la ciudadanía,
buen trato en las relaciones con el campesino, en las relaciones
con los habitantes urbanos.
Esa
política de seguridad democrática, el año
pasado produjo un descenso de homicidios del 22 por ciento. Un
descenso de secuestros del 27 por ciento. Pero déjenme referirme
a lo registrado este año.
Yo
estuve sacando ayer las cifras en lo acumulado este año
para no quedarnos en lo del año pasado y son bien importantes.
En homicidio este año se ha dado otro 20 por ciento de descenso.
El descenso es de la mayor importancia. El año pasado por
esta época llevábamos 390 secuestros. Este año
van 95. Noventa y cinco es mucho, pero es mucho menos que 390.
O sea que la tarea continúa.
La
comunidad internacional me pregunta: bueno, ¿pero cuándo
Colombia podrá decir que tiene cero secuestros? Yo he contestado
lo que les quiero decir hoy, queridos amigos. Esa tarea toma tiempo.
Pero la certeza que ustedes pueden tener es que hay toda nuestra
determinación de lograr plenamente la paz en Colombia. No
me reclamen milagros, reclámenle a mi gobierno, a las instituciones
colombianas y a mi como Presidente, no ablandar la determinación
y que eso sea el motivo que les dé confianza a ustedes para
invertir, y para ayudar a que Colombia crezca.
El
segundo frente, el de la reactivación económica
y social. Hemos trabajado nosotros para la estabilidad macroeconómica.
Encontramos un déficit fiscal en agosto de 2002 en el 4,2.
Terminamos el año 2002 en el 3.6 y el informe que acaba
de revisar el Fondo Monetario Internacional, institución
con la cual tenemos un acuerdo de stand bye, muestra un déficit
en el año 2003 del 2.8.
En
el período de mi Gobierno, el déficit se ha reducido
del 4.2 al 2.8. Uno de los propósitos nuestros es reducir
en medio punto de Producto los gastos burocráticos del Estado.
Ya hemos logrado la mitad del propósito. Seguimos en esa
tarea.
Una
tarea que tiene mucha crítica política porque
en Colombia, como en muchos países de América Latina,
ha habido el mal entendido de que el crecimiento burocrático
crea empleo, cuando sucede todo lo contrario.
Cuando
el Estado gasta en burocracias innecesarias, eso finalmente le
quita recursos y espacios al sector privado, que es el que
finalmente crea empleo sostenible. Entonces ya esa tarea va por
la mitad y nuestra decisión es cumplirla totalmente: que
al final del Gobierno en reducción de estos gastos innecesarios
podamos mostrar el resultado de medio punto del PIB.
Hemos
tramitado dos Reformas Tributarias. La segunda tuvo que ser de
emergencia porque no se aprobaron. A pesar de una altísima
votación, los puntos de ajuste fiscal que habían
sido propuestos en el Referendo y hoy tenemos todavía
un problema mayor, que es el problema de pensiones.
Yo
no les quiero hablar solamente de los logros, sino también
de las dificultades. Si ustedes me preguntaran cuál es la
mayor dificultad fiscal que está viviendo Colombia con miras
a los próximos años, no vacilo en contestarles que
es el problema pensional.
Hemos
introducido dos Reformas Pensionales. Una en 1993 y otra en el
año 2002, al principio de este Gobierno. Se ha avanzado
bastante, pero todavía de manera insuficiente. Tenemos
el reto de trabajar en los próximos períodos con
el Congreso de la República, para resolver definitivamente
el problema pensional de la Nación.
En
síntesis, hemos trabajado para aumentar los ingresos
del Estado, para disminuir sus costos. Hemos avanzado en una profunda
reforma de la administración pública. Queda faltando
mucho. Una de nuestras prioridades ahora es eliminar trámites
innecesarios que le ha creado el Estado al sector privado y que
son barreras de entrada, barreras de operación de la empresa
privada colombiana. El propósito antitrámites es
uno de los propósitos inmediatos en nuestra tarea gubernamental.
Se ha obtenido esa reducción del déficit y encontramos
más confianza en el sector privado.
La
inversión privada, como participación en el Producto,
de acuerdo con las cifras del Banco de la República, ha
pasado en los dos últimos años del siete al 12 y
al 16 por ciento.
El
año pasado, por la combinación de la política
de seguridad, y también por efecto de una serie de estímulos
tributarios bien orientados, como la eliminación de impuestos
a los bienes de capital, los bienes de capital del sector privado
crecieron en un 17 por ciento, excluyendo transporte.
El
año pasado el programa macroeconómico había
definido un crecimiento económico del dos por ciento y logramos
casi el cuatro, con dos méritos: al tiempo que se está disminuyendo
sustancialmente el déficit fiscal, se está disminuyendo
sustancialmente la economía de la droga.
Infortunadamente,
mi país ha incluido en las cuentas nacionales
la economía de la droga. Entonces es bien importante empezar
a separarla en esas cuentas nacionales. Y cuando decrece la droga,
entonces siempre aparece el impacto del decrecimiento de la droga
produciendo su consecuencia en el decrecimiento de la economía.
Por eso le encuentro más mérito a ese decrecimiento
de la economía.
En
materia de inflación teníamos mucho temor el año
pasado, porque introdujimos el impuesto al valor agregado a una
serie de productos. Sin embargo el comportamiento inflacionario
estuvo dentro de los límites previsto. Fue del 6.4 y el
programa macroeconómico este año define una meta
inflacionaria del cinco y medio.
Teníamos
mucho temor de que continuara la inercia de desempleo. Hemos
logrado frenar el crecimiento del desempleo, pero todavía
las cifras de desempleo son muy altas.
En
diciembre del año pasado, del año 2002, tuvimos
un desempleo del 16 por ciento, en diciembre de 2003 un desempleo
del 12.3 por ciento. Pero en enero, mes en el cual se da una estación
bastante atípica y difícil porque está cediendo
la temporada, el pico de la temporada de diciembre, y todavía
no han entrado los estudiantes a estudiar, tuvimos otra vez un
repunte del desempleo que resulto en el 17.
Pero
estamos trabajando con el propósito de que al final
de este Gobierno, el desempleo no esté por encima del 10
por ciento. Hemos creado, gracias al sector privado, más
de un millón de empleos en lo corrido de nuestra administración.
Por
ejemplo, lo que pasó ahora en enero no fue por destrucción
de empleos. Fue porque ha venido aumentando la tasa de participación
y la economía en enero no pudo crear el mismo número
de empleos que demandaba la tasa de participación. Entonces
ahí se presentó no un fenómeno de destrucción
de empleos, sino un fenómeno de que la tasa de participación
superó las posibilidades de creación de empleo en
el mismo mes.
Nosotros
hemos venido trabajando el frente de la reactivación
social. La idea nuestra es tener una sociedad sin exclusiones y
sin odio de clases, ni populismo, que es la nueva tendencia para
esconder el odio de clases. Una sociedad con economía privada,
pero una sociedad fraterna. Una sociedad guiada por principios
claros de solidaridad. Por eso estamos trabajando para mejorar
las condiciones de equidad en Colombia, en lo que ya hayamos siete
herramientas de equidad.
Déjenme
anotar un punto. Los problemas sociales de Colombia no se deben
al sector privado. Yo leo muchos profesores de los
Estados Unidos, de Europa, y suelen referirse al sector privado
colombiano como un grupo de oligarcas explotadores que ha creado
condiciones de inequidad en nuestra Nación.
He
estado examinando qué pasa en el sector privado colombiano
y he llegado a estas conclusiones: primero, tenemos un sector privado
regido por una normatividad laboral justa, equitativa. En seguridad
social comparo a Colombia con países dirigidos por gobiernos
socialistas y encuentro estas paradojas: en algunos países
socialistas todas las contribuciones de la seguridad social las
pagan los trabajadores. En Colombia, el mayor porcentaje de las
cargas de seguridad social es pagado por los empleadores. El marco
laboral colombiano es un marco equitativo.
En
las calles de Bogotá, cuando se compara el ingreso de
un trabajador informal con el ingreso de un trabajador de la menor
escala salarial del sector privado formal, encontramos que el trabajador
del sector privado formal de la menor escala salarial tiene ingresos
superiores en dos veces y media al trabajador del sector informal.
En
Colombia, la inequidad no se debe al sector privado sino a la
falta de sector privado, y ahí aparece una relación
con el terrorismo. El terrorismo ha sido barrera de entrada al
sector privado, barrera de crecimiento al sector privado y la
falta de crecimiento del sector privado le ha negado unas oportunidades
de mayor equidad a la comunidad.
Estamos
trabajando siete herramientas en el área social.
Las denomino las siete herramientas de equidad: la Revolución
Educativa, la Protección Social, el Manejo Social de los
Servicios Públicos, el Manejo Social del Campo (tema muy
importante ahora que nos aprestamos a terminar el Tratado de Libre
Comercio Can-Mercosur y a negociar el Tratado de Libre Comercio
con los Estados Unidos), la construcción del País
de Propietarios, el impulso a la Economía Solidaria y la
construcción de Calidad de Vida Urbana.
En
la Revolución Educativa, que es nuestra primera herramienta
de equidad, nos hemos propuesto trabajar cobertura, calidad, sincronía
entre la formación académica y las necesidades de
la economía, ciencia e investigación y capacitación
técnica.
Simplemente
dos cifras: en cobertura de educación primaria
nos hemos propuesto crear millón y medio de cupos. Hasta
la fecha hemos creado 600 mil. La tarea que falta es bastante exigente.
En el instituto estatal de capacitación técnica sometido
a una profunda reforma, Colombia estaba capacitando un millón
de estudiantes por año. Ustedes lo conocen: el Sena. El
año pasado capacitó dos millones 200 mil estudiantes,
y nuestro propósito es que en el año 2006 ese instituto
esté capacitando cuatro millones de estudiantes por año.
En
el tema de la Protección Social, el año pasado
pudimos avanzar en millón 200 mil cupos de expansión
del Régimen Subsidiado de Salud para los sectores más
pobres de la población.
En
nuestro Sistema de Seguridad Social hoy tenemos cinco millones
de niños en programas especiales de nutrición infantil,
dirigidos por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
Hay 340 mil familias a las cuales el Estado les paga un subsidio
bimestral, para que ellas garanticen la asistencia de sus niñitos
al colegio.
Y
hemos venido incorporando otros programas de bienestar social.
Por ejemplo, lanzamos el programa de Familias Guardabosques,
sobre el cual quiero llamar la atención de ustedes. En
zonas donde el Gobierno ha destruido la droga, hemos invitado
al campesinado que estaba vinculado a la droga a que se vincule
como campesinado guardabosques.
Nuestro
propósito es lograr tener en Colombia en estas zonas
50 mil familias guardabosques. Hasta el momento tenemos 21.500.
Cada familia recibe más o menos 2.000 dólares al
año. Sus obligaciones básicamente son dos: cuidar
el área libre de droga y cuidar la recuperación del
bosque.
Es
además un programa absolutamente lógico en Colombia,
que es uno de los países del mundo con mayor riqueza en
biodiversidad, y es uno de los países del mundo, en regiones
como el Chocó, con mayor disponibilidad de agua dulce por
unidad de superficie.
En
el tema del País de Propietarios hemos venido estimulando
fondos de capitalización social en empresas de servicios
públicos. Confío que el rescate de la Empresa de
Servicios Públicos de Cali va a tener una solución
social bastante interesante.
Un
Fondo de Capitalización Social del cual serán
socios todos los usuarios, que nos ayude a avanzar en una concepción
de capitalismo social, además necesaria en un país
como Colombia donde hay que suavizar las contradicciones conceptuales
y las contradicciones provenientes de la inequidad.
Por
ejemplo, yo encontré una profunda contradicción
conceptual entre los que quieren un monopolio estatal de servicios
públicos, y aquellos que quieren un monopolio privado de
servicios públicos.
Hemos
llegado a la conclusión que en servicios públicos
necesitamos capital privado, capital público. Que no puede
haber abusos ni del público ni del privado, que tiene que
haber comprensión de los usuarios. Y hemos creado esos mecanismos
de participación de usuarios, como el Fondo de Capitalización
Social que aspiramos a hacer en Cali en los próximos meses.
En
este Gobierno, en la estrategia de País de Propietarios,
le hemos dado especial énfasis al microcrédito. El
Banco de la República certifica que el último año,
el microcrédito creció en un 57 por ciento. 713 mil
familias colombianas fueron apoyadas para tener acceso al microcrédito.
Eso
es muy importante desde el punto de vista económico,
porque allí en el mismo momento se da un crecimiento de
la oferta y un crecimiento de la capacidad adquisitiva. Y es muy
importante desde el punto de vista sociológico, porque en
el pueblo colombiano hay más vocación empresarial
que espíritu de sometimiento laboral. Un País de
Propietarios es una gran estrategia para avanzar en la creación
de una sociedad absolutamente solidaria en Colombia.
Bogotá empezó un
programa magnífico que ha
adelantado bastante el transporte masivo. Nosotros lo hemos extendido
con una financiación del Gobierno Nacional del 70 por ciento
a seis ciudades colombianas, diferentes a Bogotá.
Está en
etapa de estudios, pero confiamos que al final de este Gobierno
en todas esas ciudades esté en ejecución.
Que como Bogotá, Cali, Pereira, Bucaramanga, Barranquilla,
Cartagena y Medellín tengan esos sistemas de transporte
masivo como una acción líder en nuestra estrategia
de mejoramiento de la calidad de vida urbana.
En
Colombia hay miles de problemas. Estamos lejos de las soluciones,
pero lo que pueden saber ustedes es que hay toda la voluntad
en las instituciones, en la ciudadanía y en el Gobierno
para superar esos problemas y que necesitamos que ustedes vean
con ánimo muy positivo, con mucho entusiasmo, el presente
y el porvenir de Colombia.
Ha
sido muy grato al concurrir con ustedes esta mañana aquí y
por supuesto las preguntas, los comentarios, las discrepancias
que quieran formularme, los escucho con el mayor gusto.
RESPUESTA
A LA PRIMERA PREGUNTA: Empezamos a tener unos niveles impositivos
altos, pero estamos buscando un acuerdo nacional
para hacer una reforma estructural de impuestos y obtener algunos
logros, por ejemplo, que sean definitivamente transitorios y
no permanentes impuestos como la sobretasa de renta y el impuesto
al patrimonio.
En
mis conversaciones con el sector privado, su preocupación
sobre el Impuesto del Patrimonio no es por el monto sino por el
precedente, por el temor de que se convierta en definitivo. Pero
les rogaría considerar lo siguiente. Nosotros hemos eliminado
unos estímulos tributarios que carecían de lógica.
Y hemos introducido otros que creemos que tienen toda la lógica.
Por
ejemplo, en noviembre de 2002 este Gobierno eliminó el
arancel a los bienes de capital. Eso ha ayudado enormemente a que
crezca la adquisición de bienes de capital, el equipamiento
a la economía productiva en Colombia.
Segundo,
empresas altamente exportadoras. Se tomó la decisión
en la Ley Tributaria de que no paguen impuesto al valor agregado
por sus bienes de capital. No paguen impuesto al valor agregado.
Usted hoy llega con un bien de capital para una empresa altamente
exportadora a Colombia, y simplemente en el Acta de Importación
no paga el impuesto al valor agregado.
Y
redujimos el requisito para que una empresa clasifique como empresa
altamente exportadora. Antes esa empresa tenía que exportar
el 50 por ciento de su producción, hoy tiene que exportar
el 30 por ciento de su producción.
Todas
las empresas colombianas, exportadoras o no, desde diciembre
de 2002 tienen el derecho a que se les devuelva el IVA que pagan
por la adquisición o importación de bienes de capital.
Ese es otro estímulo de gran importancia.
El
sector turístico ha recibido grandes estímulos
en este Gobierno. El año pasado se recuperó en un
12 por ciento. Además de la seguridad, la construcción
de hoteles, la rehabilitación de hoteles viejos, las empresas
de turismo ecológico están exentas de impuestos.
Está exenta
de impuestos por decisión de este Gobierno
la industria de alcoholes carburantes. El informe que tengo es
que ya las primeras empresas del Valle del Cauca, ya hay cuatro
o cinco empresas, que han encargado sus plantas de alcohol carburante
que deberán empezar a destilar a finales del año
2005.
Vamos
a entrar ahora al Congreso una iniciativa para darle exención
al biodiesel, con interés de impulsar cultivos como el de
palma africana, que el año pasado creció en Colombia
en 22 mil hectáreas. Los cultivos de tardío rendimiento
están hoy exentos de impuestos en Colombia. Algunos ejemplos:
palma africana, caucho, frutales.
Volviendo
a los combustibles, la sísmica está exenta
de impuestos. Yo creo que hemos tomado unas decisiones legales
y otras de interpretación, que mejoran mucho el marco tributario
para las empresas que invierten en Colombia en hidrocarburos.
En
la Reforma Tributaria del año pasado introdujimos una
deducción del 30 por ciento para las inversiones generadoras
de renta. Todo lo que usted invierte este año en Colombia
y que se considere inversión generadora de renta, usted
puede deducir del monto de esa inversión un 30 por ciento
de su renta liquida gravable, lo cual se constituye en un gran
estímulo.
Entonces
yo rogaría mirar muy balanceadamente nuestra legislación
tributaria. Por un lado acepto que hay unas cargas, acepto que
hay unos temores que los tenemos que disipar. Por ejemplo, para
que el impuesto de patrimonio no llegue a convertirse en permanente
y no llegare a tener tarifas excesivas. Pero también rogaría
mirar la otra cara del balance, los estímulos tributarios
que hemos venido introduciendo que son de gran importancia.
RESPUESTA
A LA SEGUNDA PREGUNTA: Primero, el objetivo del Gobierno que
presido no está afincado en considerar paramilitares
o guerrilleros. El objetivo es la opinión, la ciudadanía.
El objetivo es quitarle a la ciudadanía colombiana la
pesadilla del terrorismo.
A
las buenas o a las malas, Colombia tiene que superar el terrorismo
y en eso mi Gobierno no tiene dudas. Por eso lo predominante,
lo fundamental, lo prioritario es la Política de Seguridad
Democrática.
Y
esa Política de Seguridad Democrática no niega
las posibilidades de negociación. El terrorismo hay que
superarlo en Colombia. Si quieren negociar negociando, y si no
quieren negociar los vamos a derrotar militarmente, así tome
todo el tiempo que requiera y demande todos los recursos que necesite.
En
eso no hay vacilación. El objetivo es una Colombia sin
terrorismo, derrotados o negociados, pero una Colombia sin terrorismo.
Estabamos
en la etapa de transición con el presidente Pastrana
y él me informó que había la posibilidad de
una iniciativa de paz a través de la Iglesia Católica
con los paramilitares y otra a través del Gobierno de Cuba
con el ELN.
Yo
propuse en la campaña que aceptaría procesos de
negociación sobre la condición que estos grupos aceptaran
el cese de hostilidades. Hice un paralelo con lo ocurrido en Inglaterra,
en Irlanda, donde hubo condiciones esenciales. En Colombia no hemos
hablado del cese al fuego, sino de hostilidades y se aplazaron
las exigencias del desarme y la desmovilización.
Expresé como
candidato lo que hoy repito: la condición
para iniciar el proceso es el cese de hostilidades, pero hay todo
el plazo para llegar al desarme y a la desmovilización,
que se consideran no puntos de arranque del proceso, sino parte
de los puertos de llegada.
A
finales del año 2002, la Iglesia Católica informó que
algunos grupos paramilitares, no todos, aceptaban el cese de hostilidades
como condición para empezar a dialogar con el Gobierno y
en ese momento el Alto Comisionado, el doctor Luis Carlos Restrepo,
empezó el diálogo con ellos. El doctor Luis Carlos
hizo una evaluación muy clara hace dos semanas: ¿dónde
ha habido respeto al cese de hostilidades? ¿Dónde
no lo ha habido?
La
decisión del Gobierno es tan elemental como esto: si
respetan el cese de hostilidades, se les respeta y no se les derrota
militarmente. Por ejemplo, entre el año 2002 y el año
2003, el número de paramilitares dados de baja creció en
un 85 por ciento. Y el número de paramilitares capturados
creció en un 133 por ciento.
Y
permítanme darles estas cifras del año 2004. Acciones
de las autoridades contra los grupos ilegales de autodefensa, en
lo que va corrido del 2004: capturados 724. En lo que va corrido
del 2004 han sido capturados 724 integrantes de grupos de autodefensa.
Dados de baja 112.
A
pesar del crecimiento del 2003 en relación con el 2002,
hoy se presenta en relación con el mismo período
del 2003 un gran crecimiento. La decisión del Gobierno es
muy elemental. Si quieren procesos de paz, respeten el cese de
hostilidades. Si no, se les trata con toda la determinación
militar para salvar a Colombia de esas pesadillas.
Se
tienen que dar pasos con esos grupos. Un paso inmediato es su
concentración en áreas específicas. ¿Para
qué? Para que a través de la concentración,
se facilite la vigilancia inicialmente a cargo de la Organización
de Estados Americanos. Y que esa vigilancia pueda certificar
el real cumplimiento del cese de hostilidades. Y que las fuerzas
gubernamentales sepan claramente que aquellos que están
concentrados tienen la voluntad de respetar el cese de hostilidades,
y que aquellos que no están concentrados no tienen la
voluntad de respetar el cese de hostilidades y por eso carecen
de voluntad de paz y que hay que confrontarlos con toda la determinación
de autoridad. Es muy urgente llegar ahora al paso del área
de concentración en los términos que lo he explicado.
La
Ley de Alternatividad Penal. Colombia ha tenido una muy amplia
experiencia en procesos de paz. Por ejemplo, en el pasado no
se tuvo tanto celo como ahora frente a las atrocidades. El M-19
encendió el Palacio de Justicia. Yo no creo que pueda
haber en la historia de Colombia un delito de mayor atrocidad.
Y les dieron amnistía, perdón e indulto, y participan
activa y eficazmente en la política colombiana. Entonces
no se puede perder de vista el proceso histórico.
Estos
días leía un artículo conmovedor del
hijo del ex ministro Gilberto Echeverry. Artículo en el
cual él cuenta que quien mató a su padre es un guerrillero
de las Farc que había sido liberado, no obstante que había
estado en la cárcel por delitos atroces. Entonces me llama
a mí la atención sobre los pedidos de Acuerdo Humanitario
y de que yo libere incondicionalmente guerrilleros que están
en las cárceles.
Los
pasos que hay que dar exigen en materia legal, exigen lo siguiente:
discusión pública. Por eso mi Gobierno presentó el
proyecto de Ley de Alternatividad con el ánimo de promover
una gran discusión pública nacional e internacional,
porque el tema es controversial y no fácil de decidir.
Sobre
el tratamiento que se le debe dar en procesos de paz a los delitos
atroces, hay puntos claros y puntos no claros. Es claro
que a los delincuentes responsables de delitos atroces no se
les puede conceder amnistía, ni indulto, pero no es claro
qué clase de beneficios hay que otorgarles. Y eso se tiene
que clarificar en el proceso de discusión pública,
que en lugar de polarizar al país, tiene que ser un proceso
totalmente constructivo.
Nosotros
queremos que haya una ley con un resultado final que sea un buen
balance entre justicia y paz, y es muy importante considerar
esto: que esa ley le dé igual tratamiento a unos grupos
y a otros. Porque también he encontrado que algunos de
los críticos encuentran esa ley muy permisiva con los
paramilitares, pero muy exigente con las Farc.
Entonces
algunos de los críticos dicen: ¿cómo
le van a dar a los paramilitares estos beneficios y por qué le
van a dar tan poquito a las Farc?
Eso
es algo que tiene que considerar muy rigurosamente la opinión
nacional e internacional. No les podemos dar a estos grupos tratamientos
diferenciales. No nos podemos equivocar. La ley que aprobemos ahora
tiene que ser un buen balance entre los objetivos de paz y de justicia.
Y tiene que ser una ley que le dé un tratamiento idéntico
a los integrantes, a quienes han cometido estos delitos, independientemente
del grupo al cual pertenece.
La
actitud de la sociedad colombiana. La sociedad colombiana a mi
juicio hoy como ayer no tiene inconveniente en perdonar. La
diferencia es que hoy no quiere que la engañen. Hoy no
quiere procesos de apaciguamiento, sino acciones de Estado con
determinación o procesos serios de paz.
La
sociedad colombiana es generosa, espontánea, no tiene
inconveniente para perdonar, pero no quiere que la engañen.
Y eso es algo, esa interpretación del sentimiento popular
de la Nación es algo que me ha llevado a mí a decir
no a los procesos de apaciguamiento, y a comprometerme profundamente
hasta el último día de mi vida con el proceso de
derrotar el terrorismo en Colombia.
Porque
lo que no quiere la sociedad colombiana es más apaciguamiento,
porque el apaciguamiento en nombre del dilentantismo político
no ha hecho sino fortalecer los grupos criminales de la Nación.
PREGUNTA:
Señor Presidente, en primer término felicitarlo
por esa extraordinaria exposición en la mañana de
hoy. Quisiera preguntarle ¿en qué medida ese esfuerzo
que usted hace de manera sostenida para luchar contra el terrorismo,
es viable en tanto y en cuánto el territorio venezolano
actúa y opera como una suerte de aliviadero de esa violencia?
RESPUESTA: Qué difícil es una referencia a Venezuela.
Mayor la hermandad, más obligante la prudencia. Déjenme
expresar todo el sentimiento de solidaridad con Venezuela, pero
también referirme a la pregunta suya con toda la prudencia.
No me voy a quedar en Venezuela, voy a generalizar para la región.
El
terrorismo no respeta fronteras. El terrorismo no respeta la ética.
El terrorismo no tiene moral. El terrorismo no considera ley diferente
al capricho del terrorista. El terrorismo colombiano tiene un factor
adicional de cinismo, de arrogancia, que es su riqueza.
Las
guerrillas nuestras, cuando hicieron el tránsito de
las viejas guerrillas de partidos en los años 60 a las guerrillas
de origen marxista, gestaron en las mismas fuentes ideológicas
de las otras guerrillas suramericanas y latinoamericanas: la revolución
cubana, lo que pasaba en la Unión Soviética, la China.
Lo compartí en las bancas universitarias con muchos de mi
generación que abrazaron la causa guerrillera. Era una causa
en esa época totalmente idealista.
¿
Cuál es la gran diferencia entre esa guerrilla nuestra y
las otras latinomericanas? Que la nuestra se tornó rica,
las otras fueron de limosna. Joaquín Villalobos ha expresado
que ellos tomaron en la guerrilla salvadoreña la decisión
de negociar cuando confluyeron una serie de puntos.
Encontraron
en un punto muerto el avance militar y sintieron suspendida toda
la ayuda económica que provenía no de la antigua
Cortina de Hierro, que ya estaba en quiebra fiscal, sino de ONGs
de Europa Occidental. En ese momento no tuvieron más camino
que negociar, pero eso no ocurre con la nuestra.
La
nuestra se encontró el negocio de la droga y eso la ha
hecho rica, más arrogante y más cínica. La
ha transformado de una guerrilla de militancia ideológica
de los años 60, a una guerrilla de predominancia de droga
de principios de este siglo. Una guerrilla de asaltadores, de mercenarios
de droga. Y con este tema, yo le decía al Congreso ecuatoriano,
en una discusión muy constructiva, les decía: preocúpense,
tomen decisiones políticas para acabar la droga y a tiempo.
¿
Por qué le pasó a Colombia? Cuando empezó el
narcotráfico muchos sectores dijeron allí: aquí se
trafica, pero aquí no se produce, no hay consumo. Entonces
no se le puso toda la atención al tráfico. Algunos
años después aparecieron 5.000 hectáreas de
droga. Se dijo: eso es muy poco. No se le prestó toda la
atención y en un breve tiempo saltó a 170 mil hectáreas.
Ya teníamos problemas de tráfico y de producción.
Y se decía: pero no somos consumidores.
Y
en 1993, la Corte Constitucional cometió un gravísimo
error que no hemos podido sanear, que fue aprobar la dosis personal
de droga. Y cuando está comprobado que las tareas educativas
y preventivas son más útiles y eficaces cuando están
acompañadas de las sanciones, de las tareas punitivas.
En
Colombia llegó ya al extremo de eliminarse la posibilidad
de la sanción a la dosis personal de droga. No había
problemas de consumo. Hoy tenemos más de un millón
de consumidores. Tenemos los tres problemas: el problema del tráfico,
el problema de la producción y el problema del consumo.
Entonces yo le he dicho a mis vecinos: esto no respeta fronteras.
Esto les va llegando. Hoy es un problema colombiano, mañana
es de todos. Y esto se convierte en una gran amenaza regional y
puede destruir cualquiera de las democracias de la región.
Mire,
Colombia tenía la selva del Putumayo sin una sola
abertura. Yo la volaba hace 15 años y encontraba una selva
tupida, pareja. Es el ingreso colombiano a la cuenca amazónica.
Hoy es una selva de parches, semidestruida por la droga. Al ritmo
que iba, la droga en Colombia, si no la derrotamos en Colombia
y si no la frenan los otros países, en 20 años la
droga puede haber destruido la cuenca amazónica. Causarle
un daño irreparable al planeta.
Entonces,
yo con todo respeto quiero repetir que el problema del terrorismo
es una amenaza regional. Y que necesitamos que todos
los gobiernos sean más conscientes de que hay esa amenaza
regional. Nosotros hemos encontrado que el secuestro ha pasado
las fronteras, y los grupos terroristas de Colombia secuestran
en los países vecinos. Y hemos encontrado casos tan tristes
como éste: que en un departamento colombiano de frontera
se ha avanzado sustancialmente en la reducción del secuestro,
pero en el departamento contiguo al país vecino se ha
crecido enormemente el secuestro. Nadie puede tener alianzas
con estos grupos. Ni activas, ni pasivas, porque eso termina
destruyendo cualquier democracia.
Nosotros
hemos recibido mucha solidaridad regional y la hemos recibido
en el Grupo de Río y en la OEA. Y yo hago un llamado al
continente para que en todas partes se tomen medidas efectivas
para frenar estos grupos.
A
todos ustedes, muchas gracias.
(Fin)
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