PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN LA UNIVERSIDAD DEL ROSARIO Bogotá, 14 oct (SNE). Las siguientes son las palabras del
presidente Álvaro Uribe Vélez durante el acto de
consagración de colegiales de la Universidad del Rosario:
“¿Qué Colombia seremos? ¿Cuál
es el papel de la educación, dentro de la educación
el de la universidad, el de jóvenes como ustedes?
Si me preguntaran
por una visión del alma de Colombia,
por supuesto elemental, diría una Nación con pluralismo
en permanente debate, pero el debate implica diferencias.
Una cosa es el debate irreconciliable, de antagonismos insuperables,
generador de odio, y otra cosa es el debate creador de opciones,
el debate fraterno. Una Colombia pluralista de debate fraterno,
sin exclusiones.
Nosotros tenemos
que luchar por una sociedad incluyente, lo necesita la democracia,
la sostenibilidad de la Seguridad Democrática,
lo necesita la construcción de Nación. Finalmente,
en una sociedad de excluidos, éstos no se sienten integrantes
del conjunto nacional al cual se les convoca.
Esa sociedad
tiene que ser una sociedad sin exclusiones y sin odios. Una sociedad
democrática, pero una sociedad fraterna.
¿Qué papel tiene que jugar la educación?
Es fundamental para construir esa sociedad.
La educación habilita a la sociedad para superar la exclusión
y habilita a cada uno de sus integrantes para el debate creativo,
para el debate fraterno.
El Gobierno,
en la construcción de equidad ha definido
siete herramientas: la revolución educativa, el avance de
la protección social, el impulso a la economía solidaria,
el manejo social del campo, el manejo social de los servicios públicos,
el país de propietarios y la construcción de calidad
de vida urbana.
¿Por qué hemos encabezado estas siete herramientas
con la revolución educativa? Porque la revolución
educativa se requiere para la sociedad sin exclusiones, para construcción
de Nación, para la igualdad de oportunidades y para habilitar
a cada uno de los colombianos a fin de que sea un partícipe,
gran aportante, del debate solidario.
Si los seres,
en su connotación individual, no acceden
a los grados superiores de educación, no le aportan al debate
solidario. Y si la sociedad en su conjunto no avanza en la educación,
no elimina la exclusión.
La lucha por
la igualdad ha tenido muchas etapas: la igualdad para acceder
a la propiedad, la igualdad democrática, la
igualdad en el sufragio, la igualdad de derechos de la mujer con
el varón. Creería que el gran reto de nuestra época
es la igualdad de oportunidades y esa igualdad de oportunidades
sólo la obtiene una educación universal, permanente
y de alta calidad.
De allí que esa revolución educativa tiene que ser
un compromiso intenso de la Patria en cobertura, en calidad, en
capacitación técnica, en ciencia y en tecnología,
en pertinencia.
Nos hemos propuesto
avanzar hacia la plena cobertura en educación
primaria y secundaria. En este cuatrienio tenemos que crear 1.500.000
cupos, vamos por la mitad. El reto para lo que falta es muy grande.
La meta es ambiciosa pero corta. El reto muy grande pero el resultado
no será suficiente, porque de obtenerse ese resultado, todavía
500 mil jóvenes de la Patria estarán sin acceso a
la educación primaria y secundaria.
Hemos venido
avanzando en cobertura universitaria. De una meta propuesta de
400 mil, vamos lentamente pero ha ocurrido algo bueno:
hemos podido superar la contradicción que se venía
dando en el seno de la sociedad colombiana entre universidad pública
y entre universidad privada, y el debate sobre el grado de eficiencia
o ineficiencia de la universidad pública.
Veo hoy más aceptación en el debate político,
del rol que tienen que cumplir ambas en beneficio de la universidad,
de la educación colombiana.
Apenas hemos
logrado crear 110 mil cupos universitarios, pero creo que están puestas las bases para avanzar más
velozmente.
Tanto en educación primaria, secundaria, como en universidad,
veníamos asistiendo a un decrecimiento de la matrícula
privada. El Gobierno hacía esfuerzos para aumentar la matrícula
pública en primaria y en bachillerato, pero decrecía
la privada. Frenamos ese decrecimiento y empieza a recuperarse.
La universidad
pública ha sido la mayor aportante en estos
nuevos 110 mil cupos, pero la universidad privada, que venía
sufriendo una gran disminución de matrícula y una
acelerada deserción, por fortuna, empieza a recuperarse.
Celebro inmensamente
la contribución de la universidad,
señor Rector y distinguidos Conciliarios, a esta tarea.
Hace dos años, la universidad tenía 5.500 estudiantes,
hoy tiene 8 mil y la meta es tener 16 mil en dos años. Vamos
a cumplirla. Para dar el ejemplo de que tenemos que cumplir con
los 400 mil para la Patria.
Hay un gran
entusiasmo en toda la Nación por la educación.
Nos propusimos 30 centros regionales de educación, una modalidad
bien concebida: el Gobierno contribuye a la creación del
centro, a su dotación, convoca a los gobiernos departamentales
y municipales y se concesiona para que lo opere una universidad
de prestigio, de programas acreditados.
Hemos ya completado
15, pero nos están pidiendo 70 en el
país. Creo que va a ser un gran factor para avanzar con
la universidad en áreas de la Nación donde esta no
ha tenido presencia, aprovechando también la posibilidad
de la universidad a distancia, apoyada ahora por la revolución
de las comunicaciones y de muy buena calidad.
Eso nos va
a ayudar muchísimo o en el Amazonas, o en Aracataca,
o en una parte o en la otra de la Patria donde hemos tenido dificultades
de acceso a la universidad.
Venimos trabajando
muchísimo la calidad con la acreditación
de programas y con los exámenes ECAES. Ya hemos examinado
buena cantidad de egresados y hace cuatro semanas entregamos las
distinciones a los mejores egresados en muchísimos programas
universitarios. Aspiramos, el año entrante, evaluar los
egresados de todos los programas universitarios de la Patria. Una
tarea fundamental en calidad.
La reforma
del Icetex va a ayudar muchísimo, en ese proceso
de universalización de la educación, porque ha ampliado
sustancialmente el número de prestatarios. Ha pasado de
60 mil a 120 mil. Ha ampliado los plazos y ha reducido las tasas
de interés para los estratos populares. Se está haciendo
una reforma que elimina la composición burocrática
de la entidad y trabaja a través de internet o por intermedio
de las mismas universidades.
Tenemos que
avanzar en capacitación técnica. Nos
hemos dado a la tarea de desburocratizar el Sena, de eliminar del
Sena el clientelismo, el gasto innecesario y vamos obteniendo mejores
resultados.
Hace dos años, el Sena capacitaba 1.100.000 colombianos,
este año capacita 2.600.000. La meta para el año
2006, es capacitar 4 millones de colombianos.
En estos dos
años, hemos pasado de cinco millones de horas
de instrucción en el año en el Sena, a 10 millones,
y aspiramos seguir con ese crecimiento, haciendo rendir los recursos.
Porque si algo tenemos que aprender en la vida colombiana, es a
eliminar las recetas caras, a obtener las mejores recetas a los
menores precios.
Toda esta tarea
en el Sena la estamos haciendo simplemente con sus cotizaciones,
sin un peso extra del presupuesto nacional y
en medio de una gran discusión.
Hace pocos
días los muchachos del Sena en Mosquera, aquí cerca
de Bogotá, debatían conmigo, me decían: ‘Presidente,
está bien esta ampliación, pero lo que pasa es que
nos quieren poner a aprender un oficio básico y nosotros
queremos ser tecnólogos en administración’. ¿Qué les
respondí?: ‘si empiezan de tecnólogos en administración,
se van a quedar toda vida buscando empleos de escritorios, que
quedan muy pocos’.
Hay que empezar
con un oficio básico, mirar la educación
como una pirámide, que el aprendizaje de ese oficio básico
dé unos créditos, que esos créditos se puedan
acumular para obtener después un título de técnico,
acumular para obtener el de tecnólogo, acumular para obtener
el título superior. Esa idea, transportada al plano universitario,
es la que está dirigiendo la reforma de la Universidad Nacional,
que hemos apoyado totalmente, a través de la señora
Ministra y que aplaudo que la universidad, señor Rector,
se haya anticipado.
Y obedece a
una filosofía: definitivamente en el mundo
contemporáneo hay que anticiparse para estudiar y para trabajar
toda la vida. Se acabó la marcación del ser humano
al que se le decía: ‘por estos años queda marcado
para estudiar, por estos años marcado para trabajar’.
El gran reto es estudiar y trabajar toda la vida, alternando lo
uno con lo otro.
Y eso nos tiene
que llevar a que la sociedad colombiana se sienta con mayor pertenencia
sobre la Patria, a una mayor consolidación
en el interior de cada ser del concepto Patria, del significado
de pertinencia a esta Nación. En la medida en que avancemos
en la tarea educativa, tendremos que avanzar también en
la productividad, en la competitividad, tendremos que avanzar en
el crecimiento, en la equidad distributiva y en el ingreso.
¿Cómo veo la relación de la educación
con la Seguridad Democrática?
Nuestro proyecto
de seguridad lo hemos denominado democrático
para diferenciarlo de algunas escuelas de seguridad que recorrieron
el continente y para proyectar el futuro de la sociedad colombiana,
para diferenciarlo de la doctrina de la seguridad nacional durante
la cual se invocó el concepto de seguridad para perseguir
al disidente, para anular al contrario.
Nuestro concepto
de Seguridad Democrática es para cimentar
el pluralismo, para eliminar la violencia, pero estimular la creatividad
en el pensamiento.
Nuestro concepto
de Seguridad Democrática es para proteger
por igual al empresario que al trabajador, al líder gremial,
que al líder sindical. Por eso he dicho que la protesta,
con o sin razón, siempre cabe en el orden, porque el orden
lo entendemos nosotros hoy en el marco democrático de la
seguridad.
Y esa seguridad
tiene que ser eficaz y transparente. Para se eficaz y transparente,
repito permanentemente a la Fuerza Pública
que hay que proceder con voluntad política, en lo cual el
Gobierno y el gobernante no pueden fallar.
Con agresividad
en la iniciativa en nuestras fuerzas institucionales y con transparencia.
Y ahí empezamos a conectar el concepto
de Seguridad Democrática en su acepción de diferenciarlo
con otras corrientes de la seguridad, con la prospección
de la Nación.
En la medida
en que esa seguridad sea transparente, ayuda a prospectar una
Nación fraterna. Nada hay que más aleje la conciliación
de los pueblos, que la violación de los derechos humanos.
Pero tampoco podemos incurrir en el error de pensar que los derechos
humanos se respetan cuando el Estado no ejerce la seguridad y le
deja el terreno a los terroristas.
El gran camino
para reestablecer el imperio de los derechos humanos, es la iniciativa
del Estado para proteger a todos los ciudadanos
con toda la voluntad política en procura de la seguridad
y con toda la voluntad política en procura de la transparencia.
Una seguridad
proyectando una Nación pluralista, necesita
una educación que habilite a cada ser de esa Nación
para desempeñarse en esa sociedad pluralista. Mientras más
educada la Nación, mayor comprensión habrá a
la necesidad del pluralismo, a la necesidad de la seguridad y a
la necesidad del debate fraterno.
Me emociona
mucho, como padre de familia, asistir a la graduación
de ustedes como colegiales. ¡Qué bueno! Los felicito
a ustedes, a sus papás, a la Universidad y a la Patria.
La generación de ustedes tiene que ser la generación
de la ruptura, tiene que ser la generación del punto de
quiebre. Mi generación ha vivido una época apasionante,
desde muchos puntos de vista, pero también caracterizada
por la falta de paz. A mi generación le ha tocado asistir
a saltos inmensos de la ciencia, de la ideología.
Cuando con
el embajador Valencia Cossio, compartía las
bancas de la universidad pública, y allí se imponían
las tesis de la Revolución Cubana, o de China o de Rusia,
nosotros nunca pensamos que pocos años después nos
correspondiera asistir a la superación de la Guerra Fría.
Nos ha tocado asistir a una revolución ideológica
que fue imposible anticipar cuando teníamos la edad de ustedes.
Pero mi generación no ha vivido un día de paz. Eso
ha perturbado tremendamente su creatividad. Confiamos que la generación
de ustedes pueda vivir en una Nación con más paz,
más segura, para que ustedes, aplicando todo su talento,
su moral, su ética, al servicio de esta Nación, construyan
una Nación que le dé felicidad permanente a la generación
de ustedes y a quienes habrán de venir.
Uno de mis
profesores, refiriéndose a estudiantes líderes
como ustedes, me recordaba que el liderazgo necesita transparencia,
garra y permanente preparación.
Si hay transparencia
y hay garra pero no hay preparación,
no se sabe a dónde conduce el liderazgo.
Si hay transparencia
y hay preparación pero no hay garra,
falta la energía para producir resultados.
Y si hay garra
y hay preparación pero no hay transparencia,
es un atentado a la sociedad.
Combinen los
tres elementos, porque ustedes están con todos
los atributos para que la sociedad espere de ustedes lo superior:
ese gran liderazgo que necesita la Patria.
En la medida
que ustedes lo ejerzan, mi generación podrá irse
retirando tranquilamente y quienes vengan de atrás, estarán
llenos de ilusiones.
Trabajen mucho
por potenciar esos valores que los hace acreedores a ser los
colegiales de la universidad, trabajen mucho por ellos.
Diría que hoy no los va a atormentar el cabrito del almuerzo
ni el azote, pero sí la necesidad de dar todo lo que de
ustedes puedan dar. El ser humano siempre cree que ha dado todo
de sí, pero nunca llega a dar todo lo que el Creador le
permite dar.
Por eso vivan
en un esfuerzo permanente, no se conformen, recorran la milla
adicional. Acuéstense todos cansados, pero reconciliados
para que amanezcan frescos y dispuestos a recorrer más a
favor de esta gran Patria. Felicitaciones a ustedes, a la Universidad
y a los papás. Muchas gracias”.
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