MENSAJE
DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, ÁLVARO URIBE VÉLEZ,
A LOS TRABAJADORES DE COLOMBIA
(1º.
De mayo de 2003)
Quiero,
en este Día Internacional del Trabajo, agradecer a los obreros
de la patria su esfuerzo denodado por contribuir al progreso y a
la paz de Colombia.
Saludo
hoy a las organizaciones de los trabajadores: a los sindicatos,
a las cooperativas, a sus Fondos, asociaciones y mutualidades.
Estamos
empeñados en que Colombia trascienda del sindicalismo meramente
reivindicativo al sindicalismo de participación. Que se expandan
los contratos sindicales, para que los propios docentes amplíen
la cobertura educativa; o para que los trabajadores del Seguro Social
y de otras empresas estatales, las vuelvan eficientes y costeables.
El
concepto de Economía solidaria es un aporte intelectual de
la clase obrera a la humanidad; y los contratos sindicales son una
expresión de esa idea. El Ministerio de Protección
Social, está concretando avances en la participación
popular en la propiedad de las empresas. Si, por ejemplo, la Fuerza
Pública recupera las carreteras para el pueblo, las centrales
sindicales deben hacer alianza con el sector turístico, a
fin de que su nueva dinámica cree puestos de trabajo, y las
microempresas de trabajadores disfruten de los nuevos mercados.
El
turismo es una de las fuentes de empleo que el país requiere,
y absorberá más mano de obra estacional. El gran suministrador
de trabajadores debe ser su propia organización. Acabemos
con la vieja controversia de empresarios y sindicalistas: ¡que
todo el mundo trabaje en el mismo lado de la mesa, a ver cómo
sacamos esa patria adelante!
Las
empresas de los trabajadores son las que más se benefician
con la Reforma Laboral, que es, ante todo, una respuesta a la falta
de fuentes de ingreso. Pero la reforma, por sí misma, no
genera empleo. Hay que acompañarla de condiciones: avanzar
en materia de seguridad, tener una tasa de cambio competitiva. Recuperar
la competitividad es el camino para que haya trabajo.
Colombia
está creando una economía democrática: con
tasa de interés baja en el largo plazo, con crédito
a los medianos y pequeños microempresarios, con derrota de
la corrupción y la politiquería, con reforma sustancial
del Estado. ¡No más financiar al Estado burocrático
y clientelista!
El
Contrato de aprendizaje, que antes era impracticable porque sólo
existía en los códigos, con la reforma laboral permite
que se incremente el número de aprendices, que haya una población
trabajadora más capacitada y con mejores oportunidades. El
nivel salarial, el nivel de ingresos, mejora proporcionalmente con
el nivel de capacitación. Necesitamos un empleo estable y
con seguridad social.
En
Colombia hemos tenido un empleo muy bueno en la norma laboral, y
muy malo en la realidad; un discurso muy generoso con los pobres
y una realidad muy avara con los pobres. Que puedan educarse en
el nuevo Sena, que ahora dictará dieciséis millones
de horas de capacitación y no ocho millones como antes.
Hay
noticias alentadoras en este Primero de Mayo. 339 mil colombianos
encontraron trabajo y 767 mil lo mejoraron porque el empleo creció
dos puntos en marzo. La política de Reactivación Económica
y Social comienza a dar frutos. Pero no bajaremos la guardia. Siguiendo
el ejemplo del pueblo de Colombia, laborioso e infatigable, todos,
los empresarios, los servidores públicos, las Fuerzas Armadas,
aprovechemos el Primero de Mayo, día internacional de los
trabajadores, para reiterar la convicción de que sólo
el trabajo honrado y pacífico salvará a Colombia
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