Palabras
del presidente Uribe ante universitarios de Cartagena
APROBACIÓN
DEL REFERENDO FACILITARÁ INVERSIÓN SOCIAL
Cartagena,
17 oct (CNE). El presidente Álvaro Uribe Vélez dijo
que si el Referendo es aprobado el próximo sábado
25 de octubre, se le facilitará al Gobierno invertir en
educación, salud, seguridad y obras.
Indicó,
sin embargo, que cualquiera sea el resultado de la consulta, el
Gobierno siempre cumplirá de buena gana, con amor
patriótico, su deber de servir al propósito de recuperar
a Colombia.
El
Jefe de Estado habló así a un auditorio de alumnos
de la Corporación Universitaria Rafael Núñez
de Cartagena:
Me
honra mucho acudir esta mañana a este claustro y a esta
universidad. Este libro escrito por Indalecio Liévano,
en sus tres últimos párrafos, dice así: Desde
que comenzó su obra así lo presintió. Las
evoluciones políticas, escribía en 1881, son siempre
peligrosas para los hombres que se encargan de realizarlas.
Y
sin embargo, siguió adelante, venció todos los obstáculos
y llevó a cabo la más transcendental obra política
de nuestra historia, seguro de que un día sus conciudadanos
sabrían apreciar la singular magnitud de su labor. En la
lápida de su tumba, como una anticipación del futuro,
está esculpida su profunda frase: Creo en Dios y
en el veredicto justiciero de la posteridad.
Hoy,
50 años después de muerto Núñez, su
figura de estadista resurge revestida de sus naturales atributos
y excelencia, vencedora de todas las conspiraciones históricas
que se han fraguado contra su memoria, y el liberalismo ante la
imperiosa lógica de los acontecimientos entra de lleno
por la ruta que desde su época Núñez le trazó
con singular maestría y previsión.
Supremo
homenaje se rinde a un hombre a quien detractó injustamente
durante tantos años y el único a que podía
aspirar este gran vencedor de la vida que fue Núñez.
Intervención
del Estado en la economía, tolerancia religiosa, centralización
política y autonomía municipal, protección
aduanera a las industrias nacionales, derechos individuales limitados
por el interés social, moneda dirigida, premisas fundamentales
del pensamiento político-económico del injustamente
llamado traidor del liberalismo.
Son
hoy las doctrinas básicas del moderno liberalismo colombiano
y en cambio los derechos individuales absolutos, la persecución
religiosa, el Estado gendarme, el librecambio son únicamente
para ese partido recuerdos del pasado.
Y
termina lndalecio Liévano: por eso cuando un historiador
lejano estudia el desarrollo del pensamiento liberal en Colombia,
no puede menos de comprender que Núñez es el mas
formidable sustentáculo de ese liberalismo que se identifica
con la noción de Patria y de Patria grande, pero no de
ese otro que implantaron en Colombia los radicales y que fue un
sinónimo de anarquía, libertinaje y destrucción.
Núñez
es el precursor del liberalismo social en Colombia. Y hoy cuando
su figura histórica triunfa sobre el embate de las pasiones,
mejor comprendemos la realidad de su pensamiento político
que él definió así, el 20 de marzo de 1883:
hemos sido cómo somos y seremos, convencidos ardorosos
liberales, y en este concepto hemos simpatizado con todos los
oprimidos y perseguidos.
Eduardo
Posada Carbó, el historiador barranquillero contemporáneo,
tesis laureada en la Universidad de Oxford, profesor muy ilustre
de la Universidad de Londres, quien ha desvirtuado tantos prejuicios
con que se ha maltratado al Caribe de la Patria, escribía
hace poco que la Costa Caribe es la reserva de orden de la Nación.
Que
en el momento en que el orden estaba amenazado por la anarquía,
la libertad negada por el desorden, emergió la figura de
Núñez para convertirse primero en Presidente del
Estado de Bolívar, y después en Presidente de la
Nación entera, para restablecer el orden.
Cómo
entendió Nuñez, en cuyo honor esta universidad hace
diaria pedagogía para formar colombianos, que la libertad
no es posible sin el orden.
Algún
autor francés decía: Hay hombres que no son contemporáneos
de su época.
Nuñez
trabajó para la posteridad y en aquellos momentos históricos
también actuaron otros a quienes no se comprendió
en su momento.
Como
a Nuñez lo llamaban traidor del liberalismo y sólo
lo entendieron 50 años después de su muerte, así
también señalaron a Rafael Uribe Uribe, que por
estos días de octubre se ha cumplido un nuevo aniversario
de su asesinato, sucedido en Bogotá el 9 de octubre de
1914.
La
Nación se trabó en aquella guerra y aquella guerra
cuyo final se dio con los pactos de paz de Chinácota en
Norte de Santander, con otro pacto celebrado en el Buque Wisconsin
y con otro en una hacienda del Magdalena llamada Nederlandia,
la Nación quedó sumida en una profunda crisis.
Y
a pesar de que los antiguos combatientes se reencontraron como
hermanos, eso no pudo sellar la hermandad total. Se nos fue Panamá.
Pero
esa crisis tuvo un antecedente: la lucha por las libertades democráticas,
la lucha por la participación.
Por
eso, apreciados estudiantes y querida comunidad universitaria,
al pensar en el Referendo, al pensar en las elecciones del 25
y del 26 de octubre, hay que pensar en los textos y hay que pensar
en los candidatos.
Ayer
me preguntaba un periodista, anoche tarde, en Bogotá: ¿Qué
va a hacer usted esta última semana de agitación
en procura del Referendo? Y le contestaba: un diálogo amable
con mis compatriotas. Que en el referendo no van a ser electores
sino constituyentes, porque van a tener la oportunidad de definir,
directamente y sin intermediarios, textos fundamentales para la
Constitución de la Patria.
Y
me preguntaba: ¿Qué piensa de la elección
de alcaldes y gobernadores? Que hagamos, junto con las elecciones
para el Referendo, una reflexión sobre la lucha de Colombia
por las libertades democráticas.
Aquella
pavorosa Guerra de los Mil Días estuvo antecedida por muchísimos
debates que se proponían en nombre de las libertades democráticas.
Y
cuando la Constitución de 1863 había creado las
condiciones para que los Estados adoptaran autónomamente
decisiones democráticas, como elección de gobernadores
y alcaldes, presidentes entonces de Estados, llegó la Constitución
del 86 y se aplazó indefinidamente la decisión.
Demoramos
casi un siglo para obtener un gran consenso nacional. Yo digo
que fue un siglo de lucha, un siglo de espera por la democracia.
En
los primeros años, durante principios de 1920, el congreso
ideológico del liberalismo reunido en Ibagué y presidido
por el general Benjamín Herrera, puso en el primer punto
de las reivindicaciones colombianas la ampliación democrática,
la elección popular de alcaldes.
Y
después el tema germinó también en las mentes
conservadoras y fue el senador Álvaro Gómez Hurtado,
figura superior del conservatismo, quien presentó en el
gobierno del presidente Belisario Betancur el proyecto de reforma
constitucional que ha permitido que los colombianos elijamos directamente
a los alcaldes.
Se
requirió la Constituyente de 1991 para poder introducir
la figura de la elección popular de gobernadores y del
Referendo.
Solamente
en 1957 los colombianos pudieron participar directamente en la
aprobación de un texto constitucional, aquel que le dio
el reconocimiento de los derechos políticos a la mujer
y aquel que le señaló primacía a la educación.
Yo
había nacido en 1952 y recorrí muchos poblados de
mi departamento de la mano de mi madre, acompañándola
en una campaña que ella adelantó, fervorosa, para
que se aprobaran los derechos políticos de la mujer.
Desde
entonces contemplo la bella oportunidad de que Colombia avance
más en democracia directa. Que Colombia avance más
en el reconocimiento del derecho al pueblo como constituyente
primario.
Por
eso me duele que se nieguen las oportunidades de participación.
Por eso vengo con respeto ante la nueva generación de compatriotas,
a este claustro de nuestra ciudad histórica, a pedir ustedes
una reflexión sobre la necesidad de participar en conciencia.
Este
erguido pueblo de Cartagena jamás ha soportado cadenas
ni imposiciones. Pero siempre ha ejercido un liderazgo público,
a tono con los mandatos de la conciencia.
Colombia
luchó más de un siglo por tener las oportunidades
democráticas. No se pueden desperdiciar.
Las
guerrillas, durante muchos años, inundaron de panfletos
a nuestros pueblos , tratando de justificar sus acciones violentas,
en la circunstancia de que nuestro país no permitía
la elección popular de alcaldes, de gobernadores, que se
negaban procesos democráticos como el referendo. Y hoy
esos mismos terroristas que ayer reclamaban, hoy son los que matan
la democracia.
Por
eso aparece el señor Briceño, ordenando a los terroristas,
que él comanda en las Farc, exigirles a los candidatos
que hagan acuerdos con las Farc, so pena de asesinarlos, y amenazando
el Referendo.
A
esa amenaza la Patria tiene una respuesta. Una respuesta diversa
según el papel de cada quien. El Gobierno tiene el deber
de aumentar la seguridad para todos los candidatos, que son 70
mil.
El
Gobierno tiene el deber de pedirles a los colombianos que voten
en conciencia. Los candidatos tienen el deber de no reunirse con
miembro alguno de grupos terroristas, pues los candidatos solamente
le deben obediencia a la Constitución, afecto y respeto
al pueblo.
Y
los colombianos todos tenemos el deber de atiborrar las urnas
con nuestra participación, para que la participación
democrática sea la respuesta contundente a la agresión
del terrorismo. A eso vengo a invitarlos en esta gran universidad
Rafael Núñez.
No
faltaba más que siglo y medio de lucha con las libertades
democráticas que se han venido conquistando se pueda ignorar
por las amenazas del terrorismo, que hoy obstaculiza esa participación
democrática. Y vamos a hacerlo para el orden público
y para el orden social.
Me
preguntaba hace poco una niña de la edad de tantas universitarias
que aquí veo: Presidente, ¿por qué propuso
el Referendo? Le contesté: Porque cuando empecé
la campaña, recordé que hay una serie de puntos
que Colombia necesita, muchos elementales, por cierto, que no
los ha aprobado el Congreso.
Me
preguntaba un estudiante de una universidad pública: Presidente,
¿el Referendo lo resuelve todo? No. El Referendo no es
milagrero. El Referendo no lo resuelve todo, pero es un buen paso,
es un paso en la dirección correcta.
Me
preguntaba un televidente que llama a un programa de televisión
donde yo me siento a escuchar la voz de mis compatriotas y en
responderles: ¿En qué me beneficia a mí el
Referendo? Y le decía: no me atrevo a decirte si te puede
beneficiar individualmente, porque a muchos les propone sacrificios.
Pero
va a beneficiar a la Patria. Porque Colombia tiene varios problemas.
Colombia tiene un faltante inmenso de inversión social.
Esta mañana acudía a Cartagena, con emoción,
a graduar 1.500 egresados del Sena. Y expresaba: ¡Cómo
crece el Sena! En este Gobierno el Sena empezó con un millón
100 mil estudiantes Va para cuatro millones en el 2006 y termina
este año con dos millones. Gran crecimiento, pero es mucho
lo que falta.
Nos
ha tocado eliminar politiquería: tres mil contratos clientelistas
innecesarios han sido eliminados. Sectores de la clase política
furiosos con el Gobierno. Nos ha tocado evitar excesos sindicales.
Sectores de los sindicatos furiosos con el Gobierno.
Pero
he puesto en un lado de la balanza los intereses de la politiquería
y de los excesos sindicales y en el otro lado de la balanza los
intereses de los estudiantes, de los padres de familia y de la
base trabajadora.
Y
he preguntado a mi pueblo: ¿Qué intereses debemos
privilegiar? ¿Los de la politiquería , los de los
excesos sindicales o los intereses de los estudiantes, de los
padres de familia y de las bases trabajadoras?
Y
la respuesta consciente y creciente de mis compatriotas es: los
intereses de los estudiantes, de los padres de familia, los intereses
de la base trabajadora. Eso es Estado Comunitario.
En
Cartagena, con la ayuda de Dios, avanzaremos en la construcción
del sistema de transporte masivo, financiado en un 70% por el
Gobierno Nacional. En la construcción de la perimetral
de la Ciénaga de la Virgen, financiada en su mayor parte
por el Gobierno Nacional.
Y
allí no vamos a preferir los automotores. Allí vamos
a preferir a la gente, al peatón, al ciclista, para devolverle
la ciudad al ciudadano, para que ese principio de recuperación
de la zona deprimida de la Ciénaga de la Virgen sea en
favor del pueblo.
Ya
se han abierto licitaciones para construir los primeros escenarios
deportivos de aquellos que hacen falta, con miras a que la ciudad
esté lista para los Centroamericanos del 2006. Pero falta
mucho. Eso es nada frente a lo que necesita una ciudad de 500
mil pobres.
Que
hemos crecido en un millón 126 mil el número de
ciudadanos vinculados al régimen subsidiado de salud, es
mucho para el Gobierno, muy poco para el pueblo.
Ahora
en la Base Naval me reunía con unas humildes empleadas
del Hospital Universitario, angustiadas por la caótica
situación y perjudicadas porque hace meses no reciben el
pago de su salario.
Cómo
nos falta para que esta Patria salga adelante. Las cifras me indican
que las carreteras que conducen a Cartagena han aumentado enormemente
el tráfico vehicular, en beneficio del turismo en San Jacinto,
para comprar artesanías.
Y
cuando visité esa bella localidad de Bolívar y de
la Patria, me decían los artesanos: Presidente, llevábamos
cinco años con nuestro almacén, que es la carretera,
cerrado. De nuevo estamos vendiendo artesanías.
Cómo
se necesita tener la carretera despejada, para que los colombianos
del interior del país que no pueden comprar tiquete aéreo,
lleguen a este Caribe y a esta Cartagena a generar empleo a través
del turismo. Pero nos falta mucho.
De
los 45 municipios de Bolívar, 22 ya cuentan con Soldados
de mi Pueblo. El lunes visité el sur de Bolívar,
Santa Rosa del Sur. Inauguramos casi 30 kilómetros de pavimento,
entre Simití, el Alto de Burgos y Santa Rosa. Pero es apenas
un pequeño tramo de las necesidades viales del sur de Bolívar.
Porque tenemos que aspirar a que en algún momento, por
la margen izquierda del río Magdalena, haya carretera desde
San Pablo y Cantagallo, Bolívar, más al sur Yondó,
Antioquia, en el punto exacto donde estarán los pilotes
del puente de Barranca, cuya licitación ya hemos adjudicado,
hasta Regidor, bastante en el norte del Sur de Bolívar.
Lo
que se ha podido hacer es muy poco frente a lo que falta.
El
país necesita dos grandes esfuerzos: un esfuerzo en orden
público y un esfuerzo en inversión social. Si no
se hace ese esfuerzo en orden público, aquí no va
a venir el turismo, ni del interior ni del extranjero.
Nosotros
dimos una exención tributaria para construir nuevos hoteles,
para remodelar los viejos, para impulsar el turismo ecológico.
El mundo quisiera venir a este Caribe, a esta Cartagena. Aquí
hay todas las posibilidades de desarrollar a Barú y a Tierrabomba,
generar empleo. Pero si no hay paz y si no hay orden, eso no se
da.
Para
poder financiar la seguridad y para poder financiar la inversión,
el país tiene que derrotar la corrupción y la politiquería.
El Referendo es un buen camino en esa dirección.
El
artículo primero del Referendo trae dos casos. Primero,
el ciudadano que cometa un delito contra el patrimonio del Estado
no puede regresar el Estado. Queda condenado con la pena perpetua
de no poder regresar el Estado.
Y
trae un segundo caso: el ciudadano que cause un perjuicio de responsabilidad
civil al Estado, así no haya cometido delito, tiene que
indemnizar al Estado o no puede regresar el Estado.
Sobre
este artículo se han creado dos confusiones: la primera,
que no se necesita que esté en la Constitución.
No es exacto. La Constitución dice que quien haya cometido
un delito no puede ir al Congreso. Pero el Congreso es apenas
un parte de ese gran universo que es el Estado. El artículo
propuesto es mucho más amplio. El artículo propuesto
dice: quien cometa un delito de corrupción contra el patrimonio
público, no puede volver a ninguna parte de ese gran universo
que es el Estado.
No
puede ser presidente, no puede ser ministro, no puede ser gobernador,
no puede ser secretario, no puede aspirar a la más humilde
las inspecciones de Policía de la Patria, no puede contratar
con el Estado, no puede ser elegido, ni nombrado.
Y
la segunda confusión que se ha lanzado sobre ese artículo,
es decir, que si paga le perdonan la pena. No es exacto. Cuando
cometa el delito, no le perdonan la pena.
Alguien
que se robe 500 millones de la tesorería, así los
devuelva, le queda la pena perpetua que no puede regresar el Estado.
Puede indemnizar al Estado y regresar al Estado quien le cause
perjuicios pero sin haber cometido delito. Por ejemplo, una interventoría
que tuvo una falla, sin mala fe, sin ánimo delictual. Se
cayó ese puente. Esa persona tiene que indemnizar al Estado
para regresar a él.
El
artículo segundo propone el voto público. Que los
congresistas, que los concejales y los diputados voten en público.
Aquí empezamos a encontrar dos características del
Referendo.
Primera
característica: el Referendo no se concentra exclusivamente
en el Congreso. También se irriga hacia las asambleas y
hacia los concejos.
Segunda
característica: El Referendo busca que los elegidos sean
visibles. El Referendo busca un Congreso visible. Y para que tengamos
un Congreso visible, los ciudadanos deben tener el derecho de
que los congresistas estén obligados a votar en público.
Qué
bueno que el ciudadano sepa como vota su congresista, su diputado
o su concejal, para que el ciudadano pueda saber si le están
cumpliendo o incumpliendo los temas que le propusieron en la campaña.
Y
en alguna parte me decían: pero es que es muy peligroso
que los congresistas tengan que votar en público unas materias.
Yo
sé que ustedes, hijos de esta ciudad que merecidamente
la denominamos la Ciudad Heroica, comparten conmigo esta tesis:
quien aspira a que lo elijan, no tiene derecho a excusar sus responsabilidades
por temor.
Quien
aspire a que lo elijan, no tiene derecho a pedir el voto secreto
por temor. Quien aspire a que lo elijan, no tiene derecho a pedir
el voto secreto para tergiversar el mensaje al pueblo. Quien aspire
a que lo elijan, tiene el deber de exponerse al riesgo derivado
del cumplimiento de sus deberes.
Las
responsabilidades derivadas de la elección, no son cosechas
de vanidades personales sino conjunto de deberes con la Patria.
Aquellos
que teman el deber que no se haga elegir. Si les da miedo que
se queden en la casa o que cambien de oficio. Esta es la razón
del voto público.
Y
el artículo tercero del Referendo propone la eliminación
de los suplentes. Alguien decía: ¿Pero por qué
hay un Referendo para eso? Porque el Congreso no los eliminó.
Porque en el Congreso no ha habido mayorías históricas
para estos temas.
Porque
la Constitución del 91 eliminó las suplencias y
el Congreso las revivió. Y si bien algunos suplentes han
procedido bien, otros han llegado al Congreso como suplentes simplemente
para estar allí seis meses y salir con una pensión
de 9, de 11 millones.
Eso
es un descrédito para la Patria. Esa es una manera de afectar
el patrimonio público, de defraudar al pueblo. ¿Cómo
les parece? Los pensionados del Hospital Universitario de Cartagena,
con sus pensiones y con sus salarios en el limbo, y un suplente
por estar seis meses en el Congreso con una pensión de
9 millones.
¿Y
también qué ha pasado, universitarios? Una rotación
excesiva. En 1998 fueron elegidos 267 congresistas y concurrieron
500 al Congreso en ese período hasta el 2002.
Se
pierde la identificación del Congreso, se pierde el Congreso
visible. Con toda esa intensísima rotación el pueblo
se queda sin saber finalmente quién es el congresista.
Y
entonces muchas veces entra un suplente, que no es de la misma
línea de pensamiento del principal, y se afecta la identificación
del Congreso. No hay seguridad en su composición. Por eso
se eliminan los suplentes en el Congreso, en las asambleas y en
los concejos.
Sólo
se permiten por muerte del principal o por incapacidad absoluta.
Por renuncia del principal no se permite.
¿Quiénes
de ustedes estudian derecho? Les voy a decir por qué no
se permite por renuncia del principal: porque podría darse
este pacto: que el principal se comprometa a estar dos años.
A los dos años renuncia, para que en el tercer año
entre un suplente, que compromete a renunciar para que en el cuarto
año entre un suplentes. Habría un carrusel de felicidad
y en nada habría avanzado la norma. Entonces sí,
el titular puede renunciar, pero se pierde la curul porque no
atiende el suplente.
El
artículo cuarto propone que antes de que el Congreso apruebe
el presupuesto de la Nación, el de la asamblea, el del
departamento, el del concejo, el del distrito o municipio, la
comunidad se pronuncie.
Ese
artículo está en concordancia con el 11 que prohíbe
los auxilios parlamentarios, que prohíbe los auxilios de
asambleas y concejos.
Y
con el séptimo, que al aumentar las causales de perdida
de investidura dice que el congresista, diputado o concejal que
tramite auxilios se hace acreedor a pérdida de investidura.
Y
el cuarto dice: audiencia comunitaria.
Primera
objeción al cuarto: que siempre el Congreso decidirá,
así tiene que ser. Los congresos, las asambleas y los concejos
tienen tres funciones esenciales: primera, adoptar tributos; segunda,
aprobar el presupuesto, y tercera, vigilar el Ejecutivo, ejercer
control político.
A
esas instituciones no se les puede derogar la esencial función
de aprobar el presupuesto. Pero esa tarea puede cumplirse de diversas
maneras: cuando hay la posibilidad de auxilios se corrompe. Entonces
un congresista dice: yo no voto el presupuesto si no me dan este
auxilio. Y también lo puede decir el diputado, lo puede
decir el concejal.
Condicionan
la aprobación del presupuesto a la entrega de auxilios
y eso ha causado mucho problema.
Hay
casos en que se ha aprobado esos auxilios. Hay casos en que no.
En que han llegado bien al destino final. Pero aun en este segundo
caso, se presenta un problema: hay un pacto secreto. Y las partidas
del presupuesto que son públicas no se pueden disponer
de ellas de manera secreta.
Y
en este segundo caso, en el evento en que se maneje sin corrupción
el auxilio, se presenta otro problema: no se tiene la certeza
de que la obra a la cual se destine la partida, sea una obra prioritaria.
Se viola la planeación.
Por
eso se prohiben los auxilios. Se sustituyen por la participación
democrática. Entonces, al no haber auxilio, lo que va a
condicionar la aprobación del presupuesto es una previa
asamblea de la comunidad, consultiva.
Y
otros dicen: pero si a mí me eligen alcalde, ¿por
qué tengo que consultar con la comunidad?
La
respuesta a ello es el bello discurso de la democracia. El elegido
en la democracia no es todopoderoso. El triunfador en los certámenes
de la democracia tiene la obligación de someterse a las
leyes que regulan sus relaciones con la comunidad, sus relaciones
con quienes con quienes con él compitieron.
La
democracia es un conjunto normativo que define el origen del poder
en el pueblo y que también define las relaciones entre
triunfadores y no triunfadores, que fomenten el pluralismo y que
defiendan los derechos de las minorías. Por eso hay que
estar en concertación popular permanente.
Además,
el triunfador solo triunfa el día de las elecciones.
En
la democracia contemporánea hay que reverdecer el triunfo
todos los días, en el trabajo popular, en la consulta popular
Mi
experiencia es que los únicos gobiernos que medio sirven,
son aquellos que viven en intenso contacto con el pueblo. Si los
gobiernos se quedan entre cuatro oficinas, sin contacto con el
pueblo, los gobiernos se embelesan con sus cifras, al desconocer
la realidad popular.
Hace
pocos días me decía un ministro: Presidente, ¿pero
por qué en esta audiencia hay tanta inconformidad con el
microcrédito, si en este Gobierno el microcrédito
ha crecido en un 50 por ciento, si en una año hemos entregado
un billón 300 mil millones en microcréditos a 600
mil microempresarios?
Y
yo le contestaba: porque a esta reunión vinieron los que
no han recibido microcrédito.
Porque
han recibido microcréditos 600 mil colombianos, pero hay
millones de colombianos que necesitan microcrédito y no
han podido acceder al microcrédito.
¿Qué
tal que el Gobierno se quedará solamente en la vanidosa
lectura de la cifra de que ha favorecido a 600 mil y no estuviera
en audiencia popular permanente para darse cuenta que hay 600
mil multiplicados a la N que no han recibido microcrédito?
Las
audiencias son muy importantes, para que el pueblo puye al Gobierno.
Las audiencias son muy importantes para que el pueblo se informe.
A
mayor información popular, menos propensión del
pueblo al engaño. Y la información también
permitir conocer posibilidades y limitaciones. Y cuando se conocen
las limitaciones, se hace un estudio más juicioso de las
prioridades. Bienvenida la participación popular por la
cual esta Nación derramó tanta sangre en tantas
guerras civiles.
El
artículo quinto crea un órgano independiente de
administración del Congreso, para que los congresistas
se dediquen a lo suyo y para que la administración del
Congreso no sea una de sus tareas.
Le
veo un efecto práctico importante. Imagínense ustedes
un congresista entrando al Capitolio y que vea que están
pintando las paredes, que pregunte: ¿Cuánto vale
ese trabajo? 20 millones. ¿Por cuánto lo contrataron?
Por 30. Si lo contrató la Mesa Directiva, ese congresista
dirá: bueno, pero es que son mis compañeros, siento
solidaridad con ellos, para qué les voy a hacer un debate.
Si los contrató un administrador independiente, ese congresista
tiene menor inhibición para adelantar el debate.
Y
el artículo sexto reduce el Congreso. Hace más exigente
su elección, trabaja por un Congreso más visible,
más de opinión, menos de clientelismo.
En
esta universidad, en la histórica Ciudad Amurallada, como
candidato propuse una reducción más severa. Propuse
un sistema unicameral de 160 congresistas. En el sueño
de que hubiera un mayor equilibrio entre la democracia representativa
y la participativa.
Eso
no fue posible. Porque a uno lo eligen no para ser todopoderoso
sino para someterse a los dictados de la democracia.
Aquí
aparece un punto esencial del Referendo: no es un capricho personal
del Presidente, no es un proceso unipersonal de Presidente. Es
un proceso institucional.
Lo
agitamos en la campaña, lo presentamos a consideración
del Congreso el 7 de agosto a las cinco de la tarde. El Congreso
lo debatió durante seis meses, pasó a consideración
de la Corte Constitucional, después de que el Congreso
le había hecho modificaciones, una de ellas sobre la integración
del mismo Congreso. La Corte Constitucional, después de
seis meses de debate, eliminó artículos tan importantes
como el de la sanción a la dosis personal de droga.
Y
ahora falta el veredicto final del pueblo. Este Referendo lo veo
llevado en toda Colombia, en los hombros fervorosos de los estudiantes
y de los jóvenes.
Por
eso quiero decirles a los jóvenes de Cartagena que han
asumido la mayor responsabilidad para sacar avante este Referendo,
que el Referendo recorrió todas las instancias de la democracia,
que es un proceso institucional que honra la democracia colombiana.
Cómo
se sorprenderá el mundo si este Referendo se aprueba, cuando
las noticias digan que este pueblo con pobreza, con sufrimiento,
con violencia, es un pueblo de superior dignidad democrática,
y que se atrevió a estudiar, a interiorizar y a aprobar
un texto constitucional, que es un paso adelante pero, como todo
texto constitucional, complejo.
Esa
es una honra al mundo, porque en otras partes los referendos son
sencillitos. Aquí es un tratado constitucional el tema
sobre el cual va a decidir el pueblo colombiano.
En
este proceso institucional el Congreso me dijo, los congresistas
que apoyaron mi elección: Presidente, estamos de acuerdo
con todas las reformas al Congreso, pero tiene que haber un Congreso
de dos cámaras.
Y
en un país con 43 millones de habitantes, 32 departamentos,
1.1100 municipios, es imposible definir el tamaño de un
Congreso de dos cámaras con menos de 218 congresistas.
Hoy
hay 268, pero debería haber 320. Porque los 268 obedecen
al censo poblacional de 1985, atrasado ya. Para la población
colombiana del presente, 43 millones, aproximadamente requerimos
320 congresistas.
El
Congreso se reduce a 218 y se congela. No puede seguir elevándose
el número de congresistas en función del crecimiento
poblacional. Se preservan cuatro curules para compatriotas negros,
para compatriotas indígenas y para compatriotas residentes
en el extranjero.
Se
exige un umbral, para que se seleccione mejor el Congreso, de
una cifra repartidora que es un residuo más exigente. Se
discutió mucho sobre el umbral: si por el Senado de la
República votan 10 millones de compatriotas, una lista
para competir necesitará 200 mil votos. Está bien.
Algunos
querían 600 mil. La tesis que defendió el Gobierno
y obtuvo el respaldo mayoritario del Congreso fue la siguiente:
Que haya umbral pero no excesivo, que haya umbral para que se
evite la anarquía que se da en la dispersión electoral,
esa infinidad de listas. Pero que no sea excesivo para no afectar
los derechos de las minorías. Pienso que ajustamos bien,
que nos pusimos en el justo punto de equilibrio.
Y
entonces la necesidad de obtener 200 mil votos va a evitar que
alguien llegue al Senado por votos comprados o por el respaldo
clientelista y va a exigir que sólo lleguen al Congreso
ciudadanos con alta consideración y alto respeto de la
opinión. Eso va a demandar un Congreso más comprometido
con la opinión y menos apoyado en las chequeras y en los
aparatos clientelistas.
El
artículo séptimo: me refería a él
cuando les hablaba de que se eleva a causal de perdida de investidura
el trámite de auxilios en el Congreso, en las asambleas
y en el concejo, pero también se agregan otras causales
de pérdida de investidura.
Hoy
se pierde la investidura por ausentismo en la plenaria en el Congreso,
pero no se pierde por ausentismo en las comisiones.
El
Referendo propone extender la pérdida de investidura al
ausentismo en las comisiones de Congreso, asamblea y de concejos.
Y
propone que se pierda la investidura por compra de votos, por
trashumancia electoral.
Y
propone que se pierda la investidura por violación del
régimen legal de financiación de las campañas.
Y
el artículo octavo elimina los privilegios pensionales.
Guarden estas cifras en su mente: Colombia tiene aproximadamente
un millón de pensionados. Cada año esa cifra crece
en un 7 por ciento. El año entrante tendremos 70 mil nuevos
pensionados.
Segundo:
el presupuesto nacional tiene que girar el año entrante
para pensiones 9.8 billones, para educación y salud 14
billones. El giro de pensiones del presupuesto no incluye departamentos,
distritos, municipios. No incluye empresas autónomas nacionales,
no incluye el sector privado, solamente lo que corresponde al
ente central de la Nación.
En
poco tiempo, como vamos, valdrá más la cuenta de
pensiones que la cuenta de educación y de salud. Preocupante.
Guarden esta preocupación en su mente.
Se
han acabado las reservas del Seguro Social. Pero yo me he comprometido
ante mis compatriotas, que en las manos de este Gobierno no se
dejará de pagar a los jubilados del Seguro Social, en su
inmensa mayoría pobres. Haremos lo que tengamos que hacer
para pagarles.
Entonces
un país que tiene estos desafíos pensionales tan
grandes, no puede, por un lado poner en riego de no pagarles la
pensión a los pobres, y por otro lado mantenerles privilegios
a los pensionados ricos.
Por
eso el artículo octavo propone eliminar los artículos
pensionales: primero, eliminarlos en la Presidencia. Yo seré
el primer ex Presidente de Colombia sin privilegios pensionales,
sometido al régimen ordinario de pensiones.
Eliminar
esos privilegios en el Congreso, eliminar esos privilegios en
el sindicato de Ecopetrol: inversiones como la Refinería
de Cartagena, o privilegios pensionales.
Eliminar
esos privilegios en todos los sectores privilegiados.
Ahí
ha aparecido problema con los maestros: hay maestros que tienen
dos pensiones y salario. Los que ya han ganado eso, no se les
quita. El Referendo en todos sus artículos respeta los
derechos adquiridos.
Los
que puedan ganar esos privilegios hasta el año 2007, el
Referendo no se los prohíbe. Pero para aquellos más
jóvenes, que se jubilen después del año 2007,
ya no tendrán el privilegio de las dos pensiones.
He
encontrado mucha oposición de los maestros, pero miren
qué es lógico. Lógico que para poder pagar
los beneficios pensionales de los pobres, no haya beneficios pensionales
privilegiados. Lógico respetar las dos pensiones a los
maestros que ya las hayan adquirido. Lógico darles plazo
hasta el 2007, 31 de diciembre, a quienes estén próximos
a jubilarse. Y lógico que quienes se jubilen después
del 2007, se jubilen sin dos pensiones pero con una pensión
equitativa.
El
artículo noveno propone eliminar las contralorías.
Que ese dinero lo conserve, por ejemplo, el departamento de Bolívar
para educación, y el distrito de Cartagena para educación.
En
el año 2006 Bolívar se puede estar ahorrando 1.902
millones y Cartagena 5.189. No es todo lo que necesitamos para
educación, pero es un buen paso y un buen precedente. Es
una lección a Colombia de que aquí se necesita menos
burocracia y más educación, menos clientelismo y
menos politiquería y más educación.
Objeciones
a este artículo. Marcha atrás en descentralización.
No. La descentralización necesita el elemento político:
que el pueblo elija directamente a sus mandatarios. La descentralización
necesita un elemento administrativo: que los mandatarios locales
tengan autonomía para administrar asuntos sensibles al
pueblo, como educación y salud. Las contralorías
no son elemento esencial para la descentralización. Para
la descentralización es mejor que ese dinero vaya a educación,
a que ese dinero se gaste en burocracia.
Las
contralorías departamentales y municipales tienen 4.600
empleados. A todos se les indemnizará equitativamente,
como lo prevé el Referendo, con el dinero del ahorro. Antes
de poder llevarlo a educación, hay que llevarlo a indemnizar
a quienes salgan de esas contralorías.
Que
la Contraloría nacional no puede, tiene que poder. Hace
un año me reuní con el Contralor Hernández
Gamarra y me dijo: la Contraloría Nacional tiene 4 mil
funcionarios, se van a jubilar 1.500, quedarán 2.500 y
con estos 2.500 tendremos que atender todo el país.
Cómo
no va a poder, si en España el Tribunal Nacional de Cuentas
ha podido hacerlo con 600 funcionarios. Cómo no va a poder,
si ahora hay la posibilidad de apoyarse en internet, de apoyarse
en cámaras de comercio, en universidades y en facultades
de contaduría, en grupos comunitarios. Cómo no va
a poder, si la Contraloría nacional hoy está en
toda Colombia.
En
Cartagena hay tres contralorías: la distrital, la departamental
y la nacional. En el más humilde municipio del sur de Bolívar,
en la más remota localidad de Antioquia, en el municipio
más pequeño municipio de Nariño está
la Contraloría nacional, porque desde hace algunos años
la Corte Constitucional ordenó que la Contraloría
nacional vigile todas las transferencias.
Y
en esos pequeños municipios la mayor parte de su presupuesto
la constituye el dinero que reciben de la Nación, porque
no producen por catastro y lo que producen por industria y comercio
es mínimo.
Si
la Contraloría ya está en todas partes, cómo
no va a poder asumir esta tarea. Hay que hacer un esfuerzo grande,
y que lo haga sin politiquería. Por eso estamos aprobando
la norma de que los funcionarios que entren a todas estas entidades,
entren por concurso de méritos, no por recomendación
política.
Yo
creo más en la vigilancia de opinión para erradicar
la corrupción, que en la vigilancia de las organizaciones
institucionales. Por eso en el decreto 2170 se dispuso que antes
de vender los pliegos de una licitación, haya una etapa
de prepliego para que el pueblo opine, que al adjudicar un contrato
haya audiencia pública.
Cuando
en Cartagena se vaya a adjudicar el sistema de transporte masivo,
cuando en Cartagena se vaya a adjudicar la obra perimetral de
la Ciénaga de la Virgen, o los escenarios deportivos para
los Centroamericanos del 2006, esas adjudicaciones deberán
hacerse en audiencia pública, para que la comunidad pueda
vigilar la transparencia del proceso.
Yo
creo más en las veedurías comunitarias. Yo pregunto:
hoy hay 68 contralorías. ¿Cómo es más
fácil para el pueblo? ¿Vigilar 68 o vigilar una?
¿Formularle cuentas de responsabilidad política
a 68 o hacerle el reclamo a una? Para la vigilancia comunitaria
va a ser mejor contar con una contraloría, que con las
68 de hoy .
El
artículo décimo lo eliminó la Corte Constitucional.
Se lo debemos al pueblo: que se pueda sancionar la dosis personal
de droga. Colombia no es solamente un país con problemas
de siembra y de tráfico, si no con enormes problemas de
consumo. Tenemos más de un millón de consumidores.
Aquí
hay que eliminar la droga en todas las fases. Ese artículo
lo sustrajo la Corte Constitucional y lo debemos al pueblo.
A
artículo 11 ya me referí, el artículo que
prohíben los auxilios parlamentarios de concejos y de asambleas.
Y
el artículo 12 dice que el dinero del ahorro de las contralorías,
después de indemnizar a sus funcionarios, va a educación
y saneamiento básico.
Y
artículo 13, bueno pero incompleto. Bueno porque le pone
orden al Fondo Nacional de Regalías. El Fondo Nacional
de Regalías se ha manejado muchas veces como una caja menor
para pagar auxilios parlamentarios.
He
visitado algunos municipios y me dice el alcalde: Presidente,
vea hice esa fuente, con el Fondo Nacional de Regalías.
Alcalde: ¿cuántos niños en estudio? Dos mil.
Alcalde, ¿qué es primero?
A
mí me da tristeza que Alemania hubiera sustentado su desarrollo
y su crecimiento en la buena aplicación de las regalías
y que mi Patria haya desaprovechado las regalías. Por eso
se dispone en el artículo 13 que el Fondo Nacional de Regalías
en un 56 por ciento se dedique a educación y en un 36 por
ciento a saneamiento básico.
Cuánto
lo necesita Bolívar. Cuánto sufren los municipios
de Bolívar por acueductos y alcantarillados. En la reforma
tributaria del año pasado se aprobó una norma, para
que las empresas de acueducto, como la de Cartagena, dediquen
parte de los impuestos que deben pagar a la Nación a invertir
por cuenta de la Nación en los acueductos regionales. Pero
no es suficiente.
Hace
poco visité El Carmen, visité San Juan Nepomuceno,
y allí se han hecho inversiones importantes de acueducto,
pero no suficiente.
En
El Carmen el agua está llegando a la periferia, pero aún
no ha habido recursos para poder reconstruir toda la red de acueducto
del centro. Qué problema tan grave tenemos con la contaminación
del río Magdalena, con la situación del Canal del
Dique, con la sedimentación en la vía de Cartagena
y el riesgo para el canal navegable que conduce al puerto. Cómo
va a ayudar este artículo a desatrasar esas obras.
El
artículo 14 de mucha controversia, porque congela gastos
de funcionamiento del Estado. ¿Por qué lo hice?
¿Por qué lo proponemos? Porque encontramos un Estado
quebrado y un pueblo lleno de necesidades.
Porque
encontramos un Estado con un déficit del 6% y abrumado
de deudas y me decían: Presidente, no se preocupe que ahí
le llegan las utilidades del Seguro Social. ¿Cuáles?
El Seguro quebrado. Nuestra primera decisión presupuestal
fue trasladarle 500 mil millones al Seguro Social.
Presidente,
no se preocupe, están las utilidades de Telecom. Si no
hubiéramos introducido la reforma, Telecom estaría
perdiendo 480 mil millones.
Presidente,
no se preocupe, póngale un IVA del 16% a la educación,
a la salud, a los servicios públicos.
¿Qué
harían los papás de ustedes si al llegar a matricularlos
en esta universidad les facturaran un IVA del 16% por el costo
de la matrícula? Solución descartada por inhumana.
Presidente,
no se preocupe: póngales impuestos a los trabajadores,
que ellos están exentos. Bien pobres los trabajadores colombianos
para que les pongamos impuestos. Solución descartada por
inhumana.
¿Qué
hemos hecho? Una reforma tributaria moderada. Los sectores más
pudientes con patrimonios superiores a 154 millones, pagaron por
una vez el impuesto al patrimonio para seguridad. Alcanzó
para el año pasado, para este y algo para el entrante.
Cuánto
nos falta en seguridad. Hay que financiar lo avanzado y financiar
el faltante.
Hemos
hecho una reforma administrativa que empieza por la Presidencia,
comprometida a reducir sus gastos en un 30% en el cuatrienio.
Y es una reforma transversal que vincula a todos los sectores
del Estado, pero insuficiente. Por eso el Referendo. Congela gastos
de funcionamiento.
Su
impacto: salarios, hay sacrificios y no hay sacrificios.
Yo
tengo la obligación de mostrarles a ustedes las dos caras
de la moneda: primero, no se congelan los salarios del sector
privado, ¿por qué?
Porque
las crisis y quiebras de empresas del sector privado, la reducción
de la planta de personal en el sector privado, el congelamiento
en salarios del sector privado impuesto no por el Gobierno sino
por las adversas condiciones que vivió nuestra economía,
ha descargado un inmenso sacrificio sobre los actuales trabajadores
del sector privado.
Por
lo menos a los trabajadores de la Nación cada año
se les ha hecho el reajuste y se les ha pagado.
Segundo,
no se congela el salario mínimo. En diciembre, con la ayuda
de Dios, elevaremos el salario mínimo para el sector privado
y para el público.
Tercero,
no se congelan los salarios y pensiones de los trabajadores del
Estado hasta dos salarios mínimos.
Cuarto,
sí se congelan los salarios y pensiones de trabajadores
del Estado por encima de dos salarios mínimos, dos años
.
Y
para aquellos privilegiados en el Estado, como el Presidente,
los congresistas, los magistrados de las altas cortes, la congelación
es de cuatro años para que haya justicia redistributiva.
Y
entonces han protestado los maestros. Por ejemplo, los maestros
del sector privado no tienen problema. A ellos no se les congela.
Los maestros del sector público, ya les conté que
les dimos la posibilidad de que jubilaran hasta el 2007 con los
privilegios.
Me
dicen: bueno, pero es que hay unos maestros del sector público,
muchos, que ganan más de dos salarios mínimos y
se les va a congelar dos años. Es verdad, se les pide ese
sacrificio.
Se
les pide ese sacrificio porque la Nación lo necesita. Pero
miren: no se les congela el escalafón. Pueden seguir ascendiendo
en las categorías del escalafón, y a mayor categoría,
mayor salario. Se les salva el Fondo Prestacional, que estaba
quebrado.
El
año entrante la Nación le tiene que trasladar al
Fondo Prestacional del magisterio, oígase bien, 654 mil
millones para pagar las prestaciones a los maestros. Mucho más
de lo que los maestros ahorran.
Además,
el señor Gobernador de Bolívar, el señor
Alcalde de Cartagena van a recibir todo el dinero de las transferencias.
Entonces lo que ahorre un maestro, inmediatamente va al Fondo
de Pensiones del magisterio.
Ahorran
en su propio beneficio, ahorran para pagar las pensiones de los
maestros. Lo mismo en el sector salud. Yo he querido contar esto
con los pros y los contras, diciendo a quién le pide sacrificio
y a quién no. Pero espero que los maestros lo cuenten así.
Y
espero que en el Sena lo cuenten así. Ahora, ¿qué
queremos que no ocurra? Departamentos con 33 meses de atraso a
los pensionados. ¿Qué tal que le ocurra eso a la
Nación?
Una
capital del Caribe colombiano, su Alcalde me decía: Presidente,
he pagado los últimos tres meses de pensiones, pero debo
trece anteriores. ¿Qué tal que eso le ocurra a la
Nación? ¿Qué tal que la Nación llegue
a la crisis argentina?
Ayer
me llamaba un tendero de Bogotá y me decía: Presidente,
si le congelan a los funcionarios públicos yo voy a vender
menos. Dije: no, porque si el Estado invierte más hay más
empleo, y hay más poder de compra, y en relación
con los empleados públicos piensa: ¿Cómo
te perjudicas más? ¿Si se les deja de pagar o si
simplemente se les pide una contribución de dos años
de congelación?
Y
me llamaba anoche una señora de la Mesa, Cundinamarca,
a decirme: Presidente, ¿y los servicios públicos?
Este Gobierno encontró unas decisiones de alzas muy elevadas.
Hemos
venido en una pelea con las empresas de servicios públicos,
para postergar esas alzas. Hemos encontrado una tragedia en la
relación entre los usuarios y las empresas de energía
de la Costa, y estamos haciendo un gran esfuerzo a ver cómo
se va superando esa dificultad.
¿Ustedes
saben qué es lo que más ha incidido en las alzas
de los servicios públicos? El manejo politiquero de las
empresas de servicios públicos: hay políticos que
han controlado empresas de servicios públicos, abusan de
ellas, y cuando esas empresas se van a quebrar, aumentan las tarifas
para no quebrarse.
Le
trasladan los malos manejos al pueblo, convertidos en aumentos
de tarifas, y después van a las elecciones a decir: qué
Gobierno tan injusto, qué tarifas tan altas.
Por
eso, para acabar esa doble moral, creo que congelarle los gastos
de funcionamiento a las empresas de servicios públicos
dos años, a las empresas estatales de servicios públicos
dos años, va a ser un gran alivio para los usuarios, porque
eso tiene que restarles presión a las alzas tarifarias.
En
fin, creo que es un buen paso. En el Congreso, por ejemplo, se
les exige a los congresistas eliminar los suplentes de inmediato.
Si se aprueba el Referendo el sábado 25, ya no podrán
seguir asistiendo los suplentes al Congreso, ni a las asambleas,
ni a los concejos.
Se
les exige el voto público de inmediato. En la sesión
de ese martes siguiente solamente podrán pupitriar
asuntos de trámite como el llamado a lista, pero el pueblo
colombiano conocerá cómo vota cada congresista a
cada proyecto de ley. Si se aprueba el Referendo, se les congela
el salario por cuatro años de inmediato.
Si
aprueba el Referendo, se les elimina el régimen privilegiado
de pensiones. Si se aprueba el Referendo, en el año 2006
no elegiremos un Congreso de 320 o de 350, si no un Congreso de
218.
El
Referendo es un paso correcto pero no es milagrero. Yo los invito
esta semana a estudiarlo muy bien, a compartirlo en familia, en
los salones de clase, a tomar una decisión en conciencia,
a acudir a las urnas con vocación patriótica para
votar en conciencia. A eso los invito.
Alguien
me dice: presidente, ¿y si no se aprueba el Referendo?
Grave para Colombia. A mí me preocupa. Se nos dificulta
mucho el manejo de Colombia. Se nos dificulta la financiación
de la seguridad, de la obras, de la educación, de la salud.
Grave para Colombia.
Pero
el Gobierno siempre cumplirá de buena gana, con amor patriótico,
cualquiera que sea el resultado, su deber de servir al propósito
de recuperar a Colombia.
Para
nosotros sería menos difícil la tarea con el Referendo
aprobado, pero si se niega el Referendo, no obstante la gravedad
que eso entraña para Colombia, a la Patria no la dejaremos
sucumbir: estaremos en cualquier caso al frente de la Patria,
procurando que la Patria salga adelante.