PALABRAS
DEL VICEPRESIDENTE EN DÍA DE LA NO-VIOLENCIA CONTRA LA
MUJER
Bogotá,
25 nov (cne). La siguiente es la intervención del vicepresidente
de la República, Francisco Santos Calderón, con
motivo del Día de la No-Violencia contra la Mujer.
La
más importante, profunda y benéfica transformación
que ha registrado la economía colombiana durante los últimos
50 años, es el ingreso masivo de la mujer al mercado laboral.
Lo
es por la dimensión y valor de su aporte, por la influencia
creciente de su participación y por muchas otras razones
de carácter económico. Pero para mí lo es
sobre todo por lo que representa la mujer en la educación,
en la construcción y fomento de valores, en el protagonismo
económico y espiritual de las familias.
Decir
mujer es decir liderazgo, capacidad política, gestión
con resultados, fundamento, compromiso, solidaridad, entereza,
decisión, futuro. Aún quienes todavía desconocen
los fundamentos incuestionables de la equidad, no pueden desconocer
el enorme valor que representa para la sociedad que las mujeres
accedan a las oportunidades que les han sido negadas, en especial
a la educación, porque educar a una mujer es, en definitiva,
educar a una familia.
Porque
creo profundamente en todo ello me siento muy feliz de estar presente
en esta reunión hoy 25 de noviembre, declarado como el
Día de la No-Violencia contra la Mujer hace 11 años
aquí en Colombia.
Me
gusta lo que hacen ustedes a través de la Iniciativa de
Mujeres Colombianas por la Paz y en esta Constituyente emancipatoria,
para que se consolide en Colombia la presencia de la mujer como
sujetas sociales y políticas y para trascender el sistema
simbólico en que han estado inscritas.
El
Gobierno y la sociedad debemos muchas respuestas y soluciones
a las mujeres de Colombia. 21 millones de personas, es decir 51%
de nuestra población, es femenina. No tiene justificación
posible y resulta muy inconveniente para el país que 50%
de ellas sean desempleadas. Para no hablar del oprobio que representa
que 17.5% de todas las niñas colombianas vivan en la miseria.
De
acuerdo con todos los estudios disponibles, el desempleo afecta
más que a nadie en Colombia, a las mujeres jóvenes,
lo cual denuncia en mi concepto el rezago en el acceso a la educación
de calidad y las graves manifestaciones de discriminación
en cuanto a remuneración y oportunidades que afecta a tantas
mujeres colombianas.
Por
encima de los discursos y de la demagogia de género que
suelen ser bastante frecuentes, mantener esta situación
equivale a renunciar a una de las principales fuentes de progreso
que tiene el país. Para citar apenas un par de indicadores,
15% de las Mipymes son manejadas por mujeres. Y de acuerdo con
el Dane en el año 2000 había en el país 2.5
millones de mujeres cabeza de familia.
El
Gobierno tiene muy claros el norte y la dimensión del trabajo
que debemos hacer en justo apoyo de la mujer. Estamos reforzando,
por ejemplo, el Programa de Apoyo a la Participación Económica
de la Mujer, dirigido a Mujeres de la Pyme, por medio de un plan
piloto que busca validar metodologías y estrategias que
contribuirán a incrementar la inserción de la mujer
en las actividades laborales
También
están en marcha los grupos solidarios de crédito,
una experiencia que en Asia ha permitido a millones de mujeres
financiar mejoras en sus hogares, montar una tienda o una microempresa.
El
Presidente Uribe ha señalado la prioridad de potenciar
el respaldo del Gobierno a las mujeres cabeza de familia a través
de acciones como dar a las más pobres carné prioritario
para el Sisbén, cupos escolares para sus hijos, subsidio
de vivienda social e ingreso al programa de microempresas.
El
Gobierno quiere organizar en cooperativas a 82.000 madres comunitarias
para dar almuerzo y refrigerio a un millón 400 mil niños
y desarrollar un sistema de aprendizaje tutorial para mujeres
campesinas, entre muchas otras iniciativas.
Considero
positivo su interés de aportar al proceso de paz, una tarea
en la cual también es enorme la presencia de la mujer.
Las mujeres son las víctimas principales del conflicto
armado, todos los días y en todos los escenarios cuando
ellas o sus allegados son víctimas de asesinatos, desplazamiento,
secuestros y otros atropellos.
Quisiera
destacar al respecto algunas realizaciones de ustedes como la
Movilización Internacional de Mujeres contra la Guerra
y una similar que llevaron a cabo en Barrancabermeja en el 2001.
Creo
que a través de ese tipo de actividades, como las que impulsamos
en su momento en el No más -cuyas movilizaciones
fueron por cierto planificadas y realizadas mayoritariamente por
mujeres- dejamos plantada una gran semilla para crear espacios
a la opinión de la mayoría de los colombianos y
para que la misma tenga el peso en las decisiones frente a la
paz que ha tenido en otros ámbitos como India o España.
Son
múltiples y muy importantes las acciones que adelanta el
Gobierno en la fundamental tarea de la paz, pero como ustedes
saben, la regla de oro establecida por el Presidente al respecto,
para no repetir errores que en su momento resultaron tan costosos,
consiste en no divulgar los procedimientos ni resultados de esas
gestiones hasta que no existan resultados concretos. Es una previsión
indispensable para no entorpecer el resultado de los procesos
ni crear ilusiones o falsas expectativas acerca de los mismos.
Conocemos
y valoramos la labor de esta Constituyente Emancipadora por la
Paz y queremos mantener una interlocución permanente y
fluida con esta y otras organizaciones.
La
Vicepresidencia y el Gobierno en general estaremos gustosos de
apoyar su lucha por la igualdad y por los derechos de la mujer.
Estamos dispuestos a trabajar con ustedes para que en todos los
ámbitos se conozca y aprecie su liderazgo social y lo que
representan para la sociedad y para la economía sus aportes
como madre, jefe de hogar, profesionales, empresarias y líderes
políticas.
Para
que crezca su participación en el Congreso y en todas las
instancias del Estado, como crece en la actividad privada. Para
penalizar no sólo la discriminación sino también
los abusos y los chantajes de que todavía son objeto tantas
mujeres en la actividad laboral.
Considero
que en estos temas de la mujer se acentúan varios de nuestros
mayores y más antiguos vicios institucionales, como la
búsqueda inútil de las soluciones a los problemas
en las normas. O la enorme dificultad de convertir los propósitos
en compromisos.
Hablando
con toda franqueza, no creo en cuotas de participación
para las mujeres porque restringen su espacio de oportunidad que
con toda justicia debe ser ilimitado. Ni creo que debamos diluir
más esfuerzos en diagnósticos y análisis.
El Gobierno quiere y ejecutará acciones. Acciones que se
concreten en recursos y beneficios reales para las mujeres colombianas
de todas las edades y de todas las regiones. Gracias.