TEXTO
DECLARACIÓN DE BÁVARO
Bávaro,
República Dominicana, 16 nov (CNE). El siguiente
es el texto de la Declaración de Bávaro, de la XII
Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno:
Los
Jefes de Estado y de Gobierno de los veintiún países
iberoamericanos, reunidos en la XII Cumbre Iberoamericana, los
días 15 y 16 de noviembre del 2002, en el Municipio de
Bávaro, República Dominicana, comprometidos con
los propósitos de acercamiento de nuestros pueblos, los
cuales comparten valores culturales semejantes y un propósito
común de fortalecer el Estado de Derecho y la democracia
y de estrechar los lazos de cooperación en la búsqueda
del desarrollo sostenible y la equidad social así como
un mayor y mas eficaz participación en un mundo globalizado,
hemos acordado la siguiente Declaración:
Reafirmamos
nuestra adhesión a los propósitos y principios del
derecho internacional consagrados en la Carta de las Naciones
Unidas, el respeto a la soberanía y la igualdad jurídica
de los Estados, el principio de no intervención, el no
uso o amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales,
el respeto a la integridad territorial, la solución pacífica
de las controversias y la protección y promoción,
consolidación y preservación de todos los derechos
humanos. Reiteramos nuestro compromiso con la promoción,
consolidación y preservación de la democracia y
el derecho de cada pueblo a decidir libremente su sistema político
y al reconocimiento de su identidad cultural.
En
el común propósito de fortalecer el sistema democrático
y así asegurar la gobernabilidad democrática, reconocemos
la necesidad de promover y continuar apoyando acciones que consoliden
una cultura democrática y el Estado de Derecho, que se
sustentan en la libertad, la paz, la tolerancia y la participación
social y ciudadana y la justicia social. Al mismo tiempo destacamos
la importancia de aquellas instituciones que aseguran la transparencia
y eficacia en el ejercicio de la acción gubernamental,
de los partidos políticos, las agrupaciones y otras entidades
representativas de la sociedad civil, así como de una más
activa participación ciudadana en las cuestiones de la
vida pública.
Reafirmamos
la vigencia y la importancia del multilateralismo y el regionalismo
abierto como el contexto más apropiado para abordar la
agenda iberoamericana de diálogo y cooperación sobre
todos los temas de interés común.
Los
Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Iberoamericana,
conscientes de la necesidad de mejorar los mecanismos y la institucionalización
de las Cumbres para que la sociedad Iberoamericana profundice
más y mejor sus relaciones y aproveche sus potencialidades,
proponen al Presidente de la República Federativa de Brasil,
Fernando Henrique Cardoso, para que, una vez concluido su mandato,
presida un grupo de trabajo que reflexione sobre las medidas e
iniciativas que se pueden poner en marcha, de acuerdo con los
siguientes términos de referencia:
. Formar un grupo de colaboradores de su elección que,
bajo su coordinación, inicie la citada reflexión.
.
Presentar sus conclusiones en la XIII Cumbre Iberoamericana que
se celebrara en Bolivia el año 2003.
Este
proceso de reflexión deberá perseguir dos objetivos:
a).
Conseguir una mayor cohesión interna en el seno de la Comunidad
Iberoamericana.
b).
Conseguir que la Comunidad Iberoamericana tenga como conjunto
una mayor presencia en el ámbito internacional.
Reiteramos
nuestro enérgico rechazo a la aplicación unilateral
de leyes o medidas extraterritoriales, contrarias al derecho internacional,
la libertad de los mercados y del comercio mundial. Exhortamos
así una vez más al gobierno de los Estados Unidos
de América a poner fin a la Ley Helms-Burton, en conformidad
con las resoluciones pertinentes de la Asamblea General de Naciones
Unidas.
Manifestamos
nuestra satisfacción por la entrada en vigor del Estatuto
de Roma que crea la Corte Penal Internacional para investigar
y sancionar los crímenes de genocidio de lesa humanidad
y de guerra, los cuales afectan gravemente a la comunidad internacional.
Por ello, congratulamos a los Estados que son parte de dicho Estatuto
y enfatizamos la importancia de su ratificación y adhesión
universal.
Renovamos
nuestro compromiso de combatir, con una vision integral, el terrorismo
en todas sus formas y manifestaciones dondequiera que se produzcan
y por quienquiera que lo cometa, de no prestar ayuda ni refugio
a los autores, promotores o participantes en actividades terroristas.
Igualmente, lo combatiremos fortaleciendo las legislaciones nacionales
para evitar la impunidad, y reforzar este tipo de actos, que atentan
coontra la vida, la paz, la estabilidad democrática y el
desarrollo, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas
y con el pleno respeto al Derecho Internacional, incluidos los
derechos humanos y las normas de Derecho Humanitario.
Reafirmamos
nuestro compromiso en la lucha contra el problema mundial de las
drogas y sus delitos conexos, desde un enfoque integral y equilibrado
y sobre la base de los principios de la responsabilidad compartida
y la cooperación. En este sentido, destacamos nuestra voluntad
de continuar con los esfuerzos desplegados para combatir la producción,
el tráfico, la distribución de todas las drogas
ilícitas, incluida la marihuana, asi como el lavado de
activos, para prevenir su consumo y para fomentar el desarrollo
alternativo, cuya sostenibilidad hace necesaria una mayor apertura
de los mercados a los productos de sustitución. Igualmente,
renovamos nuestra voluntad de combatir la problemática
de las drogas sintéticas ilícitas.
Ratificamos
nuestro compromiso de prevenir, combatir y eliminar el tráfico
ilícito de armas pequeñas y ligeras en todos los
aspectos, mediante el fortalecimiento de la cooperación
mundial y regional en la materia, y en concocordancia con las
recomendaciones del Programa de Acción de las Naciones
Unidas sobre el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas
y Ligeras.
Tomando
en cuenta el efecto devastador de las minas antipersonales sobre
la población y el impacto socio-economico en las zonas
minadas, destacamos la importancia de la próxima celebración
de la IV Conferencia de los Estados partes de la Convención
de Ottawa. Asimismo, reafirmamos nuestras expectativas de encontrar
soluciones tendientes a eliminar esta problemática, a fin
de aliviar la situación socio-económica en las zonas
minadas. En este sentido, exhortamos a los Estados que cuentan
con los recursos necesarios y la tecnología adecuada a
que brinden o continúen bridando su asistencia.
Nos
comprometemos a trabajar conjuntamente para la aplicación
del Programa de Acción de la Conferencia Mundial
Contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobía
y otras Formas conexas de Intolerancia, aprobado en Durban,
2001.
Reafirmamos
nuestro compromiso con la transparencia en la gestión pública
y la lucha contra la corrupción. Tomando en cuenta las
decisiones adoptadas en la VIII Conferencia Internacional
Anticorrupción celebrada en Lima en 1997 y en la
Declaración de Margarita de la VII Cumbre Iberoamericana
celebrada en 1997, fortaleceremos los programas de lucha contra
la corrupción y estableceremos mecanismos de evaluación
que permitan medir los avances realizados en este campo. Asi mismo,
impulsaremos activamente el proceso de la negociación del
Proyecto Convención de las Naciones Unidas contra
la Corrupción, con el propósito de celebrar
la conferencia política de alto nivel para la firma de
la Convención.
Nos
comprometemos a dar seguimiento al Programa de Trabajo de Doha
a fin de lograr una mayor liberalización del comercio,
incluyendo lo relativo a la aplicación de un trato especial
y diferenciado, para favorecer la integración de los países
en desarrollo a la economía mundial. Para ello exhortamos
a los países miembros de la OMC, a cumplir el Programa
de Trabajo Doha, contribuyendo asi a una economía mundial
competitiva, abierta, libre de monopolios, esquemas proteccionistas
y prácticas distorsivas del comercio que favorezca la plena
inserción de los países en desarrollo y las pequeñas
economías en el sistema mundial del comercio, en un marco
de cumplimiento de los compromisos asumidos en la IV Conferencia
Ministerial de la OMC.
En
este contexto, también reiteramos nuestra voluntad de dar
cumplimiento a los compromisos contraídos en la Conferencia
Internacional sobre Financiamiento al Desarrollo, celbrada
en Monterrey, en la que se reconoció la importancia de
que mejore y sea previsible el acceso de las exportaciones de
los países en desarrollo, incluidos los países sin
litoral marítimo, a todos los mercados. Asimismo, en lo
que se refiere a las movilización de los recursos internacionales
e internos hacia programas y proyectos que favorezcan la reducción
de la pobreza y el incremento de la cooperación pra el
desarroollo.
Propugnamos
una solución efectiva, justa y duradera al problema de
la deuda externa que afecta a muchas economías iberoamericanas.
Subrayamos la necesidad de profundizar los esfuerzos internacionales
para que los pa&iacut%!LL ' r* ĠB`;,1 @avOt=ayԑaAAҸT;09 Q9} N