En el Consejo de Seguridad de la ONU
COLOMBIA INSTA AL MUNDO A ELIMINAR TERRORISMO Y SECUESTRO
Nueva York, 10 dic (CNE). unir esfuerzos para erradicar el terrorismo y el secuestro, proteger a la población civil en los conflictos armados y aprender de los errores y omisiones del pasado para evitar tragedias humanitarias, fue el llamado que hizo la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Carolina Barco, en un discurso pronunciado hoy ante al Consejo de Seguridad de la ONU.
“Nuestro compromiso en contra de todas las formas de barbarie tiene que ser contundente. La barbarie no impondrá la crueldad de sus métodos. En ese empeño es urgente que el Régimen Legal Global Anti-Terrorista y en especial la Resolución 1373 tengan el más riguroso, pronto y cabal cumplimiento”, afirmó la Canciller durante la sesión del Consejo de Seguridad que, durante el mes de diciembre, preside Colombia.
La sesión que debatió hoy el Consejo se basó en el tercer informe que sobre la protección de civiles en conflictos armados presentó el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan.
En este sentido, la canciller Carolina Barco destacó que la política de Seguridad Democrática que adelanta el Gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez se identifica con la sección del informe sobre ´Estado de Derecho, justicia y reconciliación´, explicado por Annan, quien asegura que para alcanzar una paz sustentable es necesario el restablecimiento de la ley y el orden.
No obstante, la funcionaria indicó que los problemas nacionales no siempre se resuelven dándoles un tratamiento nacional, pues a veces estos conflictos se desbordan o se internacionalizan.
“Se vuelve necesario enfocarlos en el contexto de la responsabilidad compartida, para manejar fenómenos asociados como el problema mundial de las drogas ilícitas. Con mayor razón en tiempos del terrorismo, que es una amenaza global para la comunidad de naciones democráticas”, enfatizó.
Respecto a la apreciación del Secretario General sobre el creciente fenómeno de la explotación comercial y financiación ilegal tanto de los conflictos como del terrorismo, la Ministra aseveró que “Colombia considera que hay tres actividades que forman parte de esta explotación: la industria de las drogas ilícitas, el secuestro y la extorsión”.
“Todos ellos tienen como objetivo a los civiles inermes. Siembran destrucción, muerte, angustia y daños irreparables o muy costosos para el precario bienestar de millones de civiles. El riesgo se ha vuelto mayor para los civiles que para las personas que fueron entrenadas para protegerlos”, agregó.
Por ello, la jefe de la diplomacia colombiana fue enfática al afirmar que la “defensa de los derechos humanos y el respeto a la vida son los grandes desafíos que hoy tienen los pueblos que conforman las Naciones Unidas”.
“Colombia acepta que hay una responsabilidad compartida en la noble tarea de proteger la dignidad humana. Es una responsabilidad que nuestro país asume con plena determinación”, concluyó la Ministra de Relaciones Exteriores de Colombia
