Ella es beneficiaria de uno de los subsidios de vivienda que entregó el Gobierno en Armenia
AUNQUE TENGA CASA, DOÑA OFELIA SEGUIRÁ MOLIENDO MAIZ
(Por Yesid Bernal, enviado especial)
Armenia, 17 ene (CNE). Son las 5:30 de la mañana y como siempre esta mujer de 66 años de edad ya está despierta, tomando tinto y preparándose para su diaria labor: moler el maíz con el que hará las arepas, oficio que aprendió de la mamá y con el cual ha conseguido el sustento para sus hijos.
Es Doña Ofelia Galvis, quien hoy se despertó más alegre que nunca, ya que luego de muchos años de moler y moler, la vida le ha hecho el milagrito: por fin ella y sus cuatro hijos, dos de ellos minusválidos, tendrán un “vividero” donde morar tranquilos.
Con su rostro curtido por los años pero con una sonrisa joven y una mirada profunda, Doña Ofelia nunca contó con los recursos económicos necesarios como para pensar en comprar una vivienda. A pesar de ello, continuó cosechando la esperanza de algún día poder tener un sitio propio donde nadie molestara a sus hijos, pues son muchos los sufrimientos que ha soportado en los inquilinatos en que hasta ahora ha vivido.
Desde que su hija Blanca Cecilia Abello, quien se gana la vida trabajando dignamente como empleada doméstica en un apartamento, la llamó una mañana desde el centro de Armenia y le dijo: “mamá, por fin podremos tener una casita y ahora sí usted va a descansar y va a dejar de moler tanto”, la vida de Doña Ofelia cambió sustancialmente.
En efecto, el nombre de su hija Blanca había aparecido en la lista de 171 familias de Armenia que recibirán el subsidio de vivienda de interés social de parte del Gobierno Nacional.
El milagro hecho realidad ha logrado que Doña Ofelia esté un poco más tranquila y que hasta esté pensando en invertir los mismos 150 mil pesos que su hija Blanca paga por el arriendo de una pequeña e incomoda casa, en arreglar su propio techo.
Esta mañana muy temprano, Doña Ofelia le recomendó a su hija Blanca que se fuera “bien desayunada y bien pispa” a recibir el subsidio de manos del Gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez, por quien ella eleva diariamente varias de sus oraciones.
Lo que ella le ha dejado muy en claro a su hija es que, a pesar de que el Presidente le cumplió el anhelo de toda su vida, no dejará nunca de levantarse temprano a moler y moler cada madrugada, como se lo enseñó la mamá desde cuando Doña Ofelia era muy niña