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ASÍ HABLÓ EL PRESIDENTE DURANTE INCORPORACIÓN DE SOLDADOS CAMPESINOS

Guasca, 16 jun (CNE). El Presidente Álvaro Uribe Vélez oficializó, con las siguientes palabras, la incorporación de 10 mil nuevos soldados campesinos a las filas del Ejército.

“Cómo nos emociona el acto que presenciamos en este mediodía, en este histórico municipio de Guasca, situado aquí y reconocido por todos los colombianos como un paraje bello, de tierras fértiles, de gentes honradas, patriotas y laboriosas.

Cuando recorría las calles y tenía la oportunidad de estrechar la mano de los niños, de saludar a las profesoras y a los profesores, a los directivos de los planteles, a la comunidad en general, pasaba por mi mente una buena cantidad de preguntas y de reflexiones.

Le pregunté a una de las profesoras: ¿Cuántos niños hay aquí en los planteles educativos? Y me contestó: Tres mil. Y automáticamente me pregunté: ¿Cómo les vamos a garantizar educación y cómo les vamos a garantizar empleo?

Y lo fui asociando todo con los soldados de mi pueblo. Y a través de remitir mis pensamientos a los soldados de mi pueblo, fui encontrando respuestas a esos interrogantes.

Estos soldados, hijos todos de esta tierra, han jurado hoy, después de un intenso entrenamiento, ofrendar todos los sacrificios necesarios para cuidar a Guasca, como lo acaba de decir quien, en nombre de todos ellos, ha dirigido la palabra.

Qué bueno que sean los hijos de las familias del pueblo, los que en el momento de prestar su servicio militar, lo hagan acá mismo, para hacerlo con amor agigantado, con el mismo amor por Colombia con que lo tiene que hacer todo soldado de la Patria.

Y con un amor especial porque cada uno siente que está cuidando a su propia familia, a la familia del vecindario que lo vio crecer, a sus compañeros del colegio, a sus profesores, al de la salsamentaria, al concejal, al servidor público, al párroco, al del Banco Agrario, al comerciante, al agricultor. Esto es, a toda la comunidad del entorno.

Estos soldados van a cuidar para que se pueda alejar de Guasca toda amenaza terrorista. La inversión y el empleo se han afectado mucho. A los empresarios les da temor invertir, porque cuando se empieza una inversión, inmediatamente llega el riesgo de un secuestro.

Ustedes, soldados de mi pueblo, con su vigilancia para que por aquí no merodeen secuestradores ni terroristas, van a garantizar la inversión. Si crece la inversión, si se aumenta la agricultura, si los invernaderos crecen y se utilizan para flores sino también para producir comida intensivamente y destinarla a los mercados de exportación, pues vamos encontrando fuentes de empleo, de desarrollo, de ingreso, de bienestar, para esta comunidad que se ha sentido empobrecida en los últimos años.

Y con esa seguridad tiene que aparecer la respuesta de fuentes de empleo para esos tres mil jóvenes que hoy asisten como estudiantes a los establecimientos educativos locales, y que mañana o pasado mañana, cuando hayan terminado sus estudios, van a demandar empleo y oportunidades de bienestar.

Estos soldados van a cuidar la seguridad integral. Estoy absolutamente convencido que esta acción, que es punto esencial de la estrategia de Seguridad Democrática, va a despertar en ustedes mucho más civismo, porque ustedes, a medida que se involucren como guardianes de la seguridad, profundamente con cada una de las células de la comunidad de Guasca, van a asumir la responsabilidad de cuidar el orden público y de cuidar el orden social.

Ustedes, cuidando el orden público, van a sentir en cada uno el despertar

de una gran inclinación, de una total voluntad, para cuidar el civismo, para vigilar que los servicios públicos estén bien, que se amplíen, que se presten correctamente para ser voceros en favor de las entidades educativas. Mañana, dentro de unos meses, cuando hayan terminado la prestación de este servicio, ustedes van a decirse a cada uno que jamás terminarán la prestación del servicio cívico.

A través del servicio como soldados de mi pueblo, estamos garantizando a Guasca mejor seguridad para que haya inversión y empleo, y estamos garantizando un grupo de ciudadanos ejemplares, de futuros servidores públicos, que dedicarán toda su vida a servir con civismo, con transparencia a la comunidad.

Estoy seguro que con estos contingentes de soldados, así como hoy empezamos a desterrar el terrorismo, mañana vamos a desterrar la corrupción. Ustedes, como soldados de mi pueblo, tienen que ejercer un gran magisterio, para que en ninguna parte haya corrupción. Tienen que estimular a los concejales, a los alcaldes, a todos los funcionarios, para que todos cumplamos bien, transparentemente, con nuestros deberes.

Cuando ustedes devuelvan los uniformes de la República, entreguen las armas que hoy les entrega la República, van a decir que jamás van a entregar su compromiso de participar y de vigilar.

Este contingente de soldados de mi pueblo, es un contingente transitorio en favor de la seguridad y es un grupo permanente en favor del civismo, en favor de construcción de capital social, en favor de la solidaridad. Porque ustedes serán los vigías permanentes para que en este pueblo no haya corrupción, para que en este pueblo la administración sea eficaz, la administración sea realizadora.

Son múltiples las ganancias que obtiene la comunidad con el grupo de soldados de mi pueblo. Qué bueno, señor Gobernador, que podamos decir hoy a los colombianos que esta gran tierra cundinamarquesa queda con 59 municipios atendidos por grupos de soldados de mi pueblo.

Qué bueno saber, señor Gobernador, que estamos respondiendo al clamor del pueblo cundinamarqués, para organizar la estrategia de Seguridad Democrática y proponernos de una vez por todas derrotar la violencia, que lo único que ha traído es alejamiento de la inversión, luto, miseria, falta de oportunidades para los colombianos.

Quiero agradecer profundamente a los padres de familia de estos soldados de mi pueblo. Nos dan a todos los papás, dan a todas las mamás de la nueva generación de colombianos, un ejemplo. Quiero que todos los colombianos a esta hora, cuando en centenares de municipios se instalan los contingentes de soldados de mi pueblo, hagamos sentir un fervoroso aplauso a los papás y a las mamás de quienes hoy, empezando como soldados de mi pueblo, nos proveerán una mejor seguridad.

Y pongo a estos 36 muchachos de Guasca que integran el contingente de soldados de mi pueblo, como un gran ejemplo a los ojos de toda la juventud colombiana. Estos muchachos no se han dejado tentar por el vicio. Estos muchachos no han permitido ser atraídos por la pereza. Estos muchachos no se han dejado ilusionar por los grupos violentos. Estos muchachos han rechazado la droga.

Estos muchachos han abrazado las armas de la República. Han jurado defender su bandera hasta con el último de sus sacrificios. Han empezado a arriesgar su vida, todo por la ilusión de servir bien a Colombia

El ejemplo de ustedes, soldados de mi pueblo de Guasca, nos obliga a administrar bien a Colombia. Nos obliga a derrotar la politiquería y la corrupción. El ejemplo de ustedes nos obliga a cambiar la manera de administrar a Colombia.

El ejemplo de ustedes nos obliga a tener un país sin droga. A tener un país sin corrupción. A tener un país sin despilfarro. A construir un país donde no haya auxilios parlamentarios, donde no haya politiquería.

A construir un país donde el gobierno sea austero, donde no permitamos que las empresas del Estado mal manejadas derrochen la plata. A construir el país que pueda atender el clamor del centro de salud, del régimen subsidiado, al clamor de la educación, al clamor de la agricultura, al clamor de la equidad.

Ustedes, pues, son un paso hacia la seguridad y su ejemplo es un punto de referencia para que Colombia dé todos los pasos que necesite dar en favor del buen gobierno, en favor de la transparencia, en favor de la construcción de la equidad.

Señor Alcalde: agradezco inmensamente la acogida de este gran pueblo de Guasca. Por su conducto saludo a todos los concejales. Saludo a toda la comunidad. Y queremos que este pueblo sea un ejemplo de progreso para Colombia.

En los próximos días, en este región de Cundinamarca haremos un nuevo Consejo Comunitario, para examinar con el señor Gobernador, con ustedes los alcaldes, cómo va la integración con el Gobierno Nacional. Y para buscar sin promesas, pero laborando en la construcción de compromisos, cómo atendemos mejor necesidades como las que usted ha expresado. He tomado atenta nota de ellas y vamos a buscar cómo damos algunas respuestas a las peticiones por usted presentadas.

Agradezco a todos los soldados y policías de Colombia este esfuerzo. Agradezco a los suboficiales y a los oficiales su sacrificio. Agradezco a los señores comandantes de brigada. Al señor general Bedoya, comandante de la Brigada Décima Tercera.

Agradezco a los coroneles comandantes de los grupos especiales que están en Cundinamarca. Agradezco al señor general Castellanos, comandante de la División a la cual corresponde Cundinamarca. Agradezco a la Policía de Cundinamarca. Agradezco a la Policía a la cual corresponde el Distrito de Guasca. Agradezco a los comandantes de la Policía, al señor general José Darío Castro Cabrera, segundo comandante de la Policía, todo el esfuerzo.

Compatriotas: nosotros no reconocemos a los violentos como combatientes. Simplemente son bandoleros y terroristas. Si no que lo digan los hechos del último año: no enfrentan al Ejército, ni a la Policía. Se dedican simplemente a instalar a la mansalva minas quiebrapatas. A dejar a nuestros soldados y a nuestros policías lisiados, a proceder con acciones terroristas.

Y los vamos a combatir hasta derrotarlos, con la Constitución en la mano. No los reconocemos como combatientes. Los señalamos como terroristas, pero los vamos a combatir con los derechos humanos, para honra del Ejército y para honra de la Policía de Colombia.

Porque este desafío lo vamos a ganar. No lo vamos a ganar como lo ganaron en otras partes, violando los derechos humanos. Aquí lo vamos a ganar con toda la contundencia y con toda la transparencia.

Y quiero agradecer muy especialmente a los altos mandos militares, al comandante del Ejército, el señor general Carlos Ospina Ovalle, este gran esfuerzo por la Patria entera. Al comandante de las Fuerzas Militares, el general Jorge Enrique Mora Rangel. A ellos nuestra gratitud por su esfuerzo de cumplirle bien a Colombia para derrotar el terrorismo.

Y quiero agradecer muy especialmente la dedicación, el celo profesional, la diligencia patriótica de la señora Ministra de la Defensa, que nos da con su patriotismo buen ejemplo diariamente a todos los colombianos y que enaltece la mujer de mi Patria.

En el último año se han retirado de los grupos violentos 1.600 personas aproximadamente. Todos los días hay retiros. Quiero llamar a quienes equivocadamente hacen parte de los grupos violentos para que abandonen esos grupos.

Llevan 50 años en esos grupos y uno les pregunta: ¿Usted por qué entró a la guerrilla? Que ‘para mejorar el acueducto de mi pueblo’. Se han empeorado los acueductos.

Y uno les pregunta: ¿Usted para qué entró a la guerrilla? ‘Entré a la guerrilla porque quería mejorar mi país’. Y en vez de mejorarlo, se ha desmejorado.

Y uno les pregunta: ¿Usted por qué entró a la guerrilla? ‘Porque me reclutaron a la fuerza’. Y esos que lo reclutaron a la fuerza, lo llevaron por un mal camino y no hicieron sino traer tristeza a la familia del reclutado.

Y uno les pregunta: ¿Usted por qué entró a la guerrilla? ‘Porque me dijeron que me iban a pagar muy bien’. Toda esa plata del narcotráfico, mal habida, se la llevan los comandantes de esos grupos. Y los humildes integrantes de esos grupos tienen que vivir en las peores condiciones.

Vamos, pues, a lograr que abandonen esos grupos la mayor cantidad posible de sus integrantes. Y los estamos recibiendo de corazón. El Gobierno tiene la voluntad de dar a ellos todas las garantías.

Queremos que ellos regresen a vivir dentro de la Constitución. A reintegrarse a la sociedad. Llamo nuevamente a las Farc para que haga un replanteamiento. Para que revisen y definan quiénes van a continuar eternamente como matones profesionales y quiénes están interesados en una solución política, para lo cual el Gobierno está listo.

Soldados y policías de mi Patria. Soldados de mi pueblo. Suboficiales y oficiales. Altos mandos. Compatriotas todos:

Colombia lleva 50 años con este problema, que no es un conflicto sino un desafío terrorista. Que no es un problema de combatientes sino de agresión del terrorismo contra la ciudadanía y contra las instituciones.

Este Gobierno no ha llegado para darle mantenimiento a este problema sino para resolverlo. Llegó la hora de derrotar al terrorismo. O que haya deserciones masivas y los acogemos fraternamente. O que haya diálogos y acuerdos con sectores que tengan voluntad política y les garantizamos todos los derechos. O que fundamentalmente nuestra férrea voluntad de cambiar el destino de la Patria, se traduzca en un resultado.

Esta no es la hora de administrar el conflicto, que se ha llamado. Esta es la hora de definir de una vez por todas, para bien de Colombia, su futuro. Esta es la hora de derrotar el terrorismo para que por los campos de Colombia solamente pueda campear el trabajo honrado, la iniciativa campesina y empresarial y el florecimiento de oportunidades para todos nuestros compatriotas.

Este es mi llamado a esta querida población de Guasca. A toda la ciudadanía de Cundinamarca. Este es nuestro compromiso, soldados de mi pueblo, este contingente que desde hoy sirve a esta gran tierra histórica de Guasca.

¡Adelante! El cuentito ese de que este conflicto va a durar eternamente es un puro cuento. Para ustedes y para mí, ha llegado el momento de derrotar definitivamente el terrorismo por el bien de Colombia, que hoy con las armas de la República en sus manos, se siente más libre, se siente más segura y ve que el bienestar está más cercano.

Muchas gracias y muchos éxitos. Que dentro de un año se vea más actividad económica en toda esta tierra de Guasca. Gracias a su exitosa y meritoria tarea, soldados de mi pueblo”.

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