COLOMBIA DEBE ACABAR YA CON EL NARCOTRÁFICO: MININTERIOR
Bogotá, 12 mar (CNE). El ministro del Interior y Justicia, Fernando Londoño Hoyos, sostuvo hoy que Colombia no puede vacilar un segundo en la lucha contra el narcotráfico, si quiere comenzar a salir de los problemas fiscales y de seguridad por los que atraviesa.
"Esta es la fuente, es el principio de todas las formas de inseguridad radical que estamos padeciendo", dijo el funcionario durante el foro 'Seguridad Democrática y Desarrollo Económico', organizado por la Universidad de la Sabana.
A juicio del Ministro, la permisividad de la sociedad ante el narcotráfico en los últimos años le causó un gran perjuicio a la economía, que fue afectada por el movimiento irregular de millonarias sumas de dinero.
"El día que desaparezca el narcotráfico tendremos una economía distinta. El narcotráfico vale por lo menos cinco mil millones de dólares al año y cinco mil millones de dólares son un elemento esencial de nuestra estructura económica", afirmó el Ministro.
Para enfrentar este flagelo el Gobierno Nacional ha puesto en marcha una serie de acciones que comprenden la intensificación de la fumigación de los cultivos ilícitos, el incremento de las penas, la aprobación de extradiciones y la extinción del dominio de los bienes adquiridos de manera ilícita.
De acuerdo con las cifras del funcionario, actualmente se están erradicando con la fumigación cerca de 15 mil hectáreas de cultivos ilícitos por mes.
Para Londoño es imperante solucionar este problema. "El narcotráfico tiene que ser erradicado de Colombia ya y no a largo plazo. No lo podemos fiar hasta la eternidad. Este tema lo tenemos que resolver ya, si queremos recuperar el país y lo estamos resolviendo ya. Vamos a ganar y Colombia será un país sin narcotráfico", puntualizó.
Londoño recordó que este flagelo penetró todos los estamentos de la sociedad colombiana y fomentó la violencia que es responsable de la muerte de importantes magistrados, funcionarios públicos y periodistas, además de financiar la existencia de grupos armados ilegales.
"Esta práctica detestable fue acumulando unas capacidades de capital enorme que les permitieron organizar verdaderos ejércitos, legiones de mercenarios, movidos por el afán del dinero, o por el odio, o por el terror. En todo caso, por las fórmulas más bajas de la estructura moral del hombre para aterrorizar a los demás", dijo.