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DISCURSO DE CANCILLER EN REUNIÓN DE SEGURIDAD REGIONAL

Bogotá, 12 mar (CNE). El siguiente es el texto del discurso pronunciado hoy por la canciller Carolina Barco, durante la reunión de ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa sobre seguridad regional, realizado en el Palacio de San Carlos:

“Colombia vive una escalada de atentados sin precedentes, adelantada por grupos que sólo podemos designar como terroristas, financiados por el producto del negocio criminal de las drogas, por el pago de rescates y por los recursos que derivan del lavado de activos en el sistema financiero internacional, y que tienen a la población civil como su principal objetivo militar. La consolidación de esta siniestra alianza entre drogas ilícitas y actividades terroristas, amenaza la democracia, pretende afectar la gobernabilidad y tiene un impacto negativo sobre nuestras posibilidades de desarrollo económico y social.

Los actos de estos grupos son un ejemplo de barbarie, crueldad, nulo respeto por la vida y la dignidad humanas, de un total desprecio por los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, y muestran una clara asimetría ética entre ellos y nosotros, quienes estamos sentados alrededor de esta mesa.

El terrorismo atenta contra los más altos principios y valores democráticos, perturba el desarrollo de nuestros pueblos y es un reto para la seguridad misma de los Estados y para la paz y la seguridad internacionales.

Recientemente, los países miembros de la Comunidad Andina, en desarrollo del proceso de definir una posición para nuestra participación en la Conferencia Especial de Seguridad Hemisférica, identificamos las nuevas amenazas a la seguridad. Entre ellas figuran el terrorismo y el problema mundial de las drogas y sus delitos relacionados. Igualmente, señalamos que su naturaleza y efectos trascienden el espacio nacional, generando interdependencias que obligan al diseño de una política común orientada a fortalecer los esfuerzos nacionales, subregionales y hemisféricos, para enfrentar tales amenazas de una manera eficaz, cooperativa y solidaria.

El carácter transnacional y la diversificación actual de estas nuevas amenazas, exige acciones conjuntas y continuadas, coordinadas y complementarias, que den solución a las consecuencias particulares en cada país y que, al mismo tiempo, permitan una mayor efectividad en su superación en el entorno regional.

Una de las principales líneas de trabajo de nuestra política integral de seguridad regional es la cooperación, sustentada en los principios de la responsabilidad compartida, del enfoque integral y equilibrado y de la acción solidaria.

Responsabilidad compartida, porque a todos y cada uno de los actores afectados por el problema nos corresponde buscar soluciones equilibradas al mismo, en los planos nacional, regional y mundial.

Un enfoque integral y equilibrado, porque comprende la lucha contra todos los aspectos relacionados con el terrorismo y con la cadena de las drogas ilícitas y sus delitos relacionados, sin desbalances ni estigmatizaciones.

Una acción solidaria, que desarrolle la voluntad del conjunto de las naciones en la lucha contra estos flagelos, manifestada en innumerables instrumentos y escenarios, con pleno respeto a la soberanía nacional y a los derechos humanos, de manera voluntaria, sin limitaciones ni condicionamientos.

Colombia considera que una estrategia en cualquiera de los ámbitos (regional, hemisférico y mundial) debe incluir una concertación política de alto nivel y mayor cooperación en materia de seguridad. Entendida ésta en una forma comprehensiva que incluya, por supuesto, cooperación judicial y policiva, un intercambio más fluido de información y la integración y/o ampliación de redes de comunicaciones que faciliten el desarrollo de operaciones coordinadas de seguridad.

En la lucha contra el terrorismo, todos tenemos la responsabilidad de dar pleno cumplimiento a los acuerdos internacionales en la materia, a las herramientas bilaterales correspondientes. Y, en especial, a la Resolución 1373 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que señaló los parámetros globales para la acción contra el terrorismo. A nivel hemisférico, la Resolución 837 del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos condenó, unánime y explícitamente, los recientes actos terroristas cometidos por las FARC en Colombia y estableció los lineamientos generales para la acción de la OEA y de sus diferentes instancias en contra de este flagelo.

Tenemos la obligación de aplicar debidamente los compromisos adquiridos en las Cumbres de las Américas, en las Reuniones de Ministros de Defensa del Hemisferio y en las diferentes instancias bilaterales y regionales pertinentes.

Estamos hoy, aquí, reunidos para explorar medidas concretas para defender la gobernabilidad democrática en la región. Es que ningún país está exento del enorme riesgo que representan el terrorismo y su estrecha vinculación con otras actividades delictivas, que lo potencian, como son el problema mundial de las drogas ilícitas, el tráfico ilícito de armas y explosivos, el crimen transnacional organizado, el secuestro, la extorsión y el lavado de activos.

Proponemos optimizar conjuntamente nuestros esfuerzos y, así, evitar el efecto de desplazamiento en virtud del cual los éxitos que se obtienen en un país se traducen en desastres para los otros países de la región, como es evidente que le ha ocurrido a Colombia.

Nuestras acciones deben ser de doble vía. Debemos definir mecanismos de coordinación y cooperación entre todos nosotros como países vecinos. Así, puedo asegurarles, lograremos impedir el contrabando y el desvío de precursores químicos, el tráfico ilícito de armas, el lavado de activos y las demás actividades vinculadas al circuito mundial del crimen organizado, como requisito fundamental para el éxito en la lucha contra el terrorismo y el problema de las drogas ilícitas.

Es necesario, entonces, profundizar la concertación política, que es lo que hoy nos convoca. Fortalecer la cooperación judicial y el intercambio de información. Mejorar la capacidad institucional de nuestros Estados en materia de análisis e investigación financiera. Impedir, como bien lo señala la Resolución 1373 del Consejo de Seguridad, la circulación de terroristas o de grupos terroristas mediante controles eficaces en las fronteras y abstenerse de dar apoyo activo o pasivo a los terroristas.

No estamos pidiendo nada diferente al cumplimiento, de manera decidida y eficaz, de los compromisos que soberanamente hemos adquirido. Renovemos nuestra voluntad de continuar luchando por un mundo libre de estas nuevas amenazas”

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