Detalles de una conversación telefónica
PRESIDENTE LE BUSCARÁ CUPO EN LA ESCUELA MILITAR A JOVEN DESMOVILIZADA DE LA GUERRILLA
Villavicencio, 29 mar (CNE). Hacia las 5 de la tarde de hoy, Maribel, una joven de 20 años, recibió una intempestiva llamada telefónica. Era Álvaro Uribe Vélez, el Presidente de la República.
“Maribel, un saludo muy afectuoso. Estamos en el Consejo Comunitario en Villavicencio y es muy grato para nosotros tenerla en la línea”, saludó el Presidente.
Pero, ¿y cuál era el motivo de la llamada? Simple: el Jefe de Estado quería dar a conocer el testimonio de Maribel, joven que desde hace un año abandonó las filas de las guerrilla de las Farc y hoy es beneficiaria del Decreto 128 expedido por el Gobierno para incentivar la desmovilización.
–Cuéntenos su experiencia al desmovilizarse– pidió el Jefe de Estado.
“Bueno, mi experiencia ha sido totalmente diferente a la que tenía cuando estaba por allá. Ahora me siento totalmente feliz de la vida, que me cambió. Gracias a Dios se han portado muy bien con nosotros y gracias a usted. Le agradezco todo lo que ha hecho por nosotros”, comentó Maribel, quien ingresó a la guerrilla a la edad de 15 años y sólo hasta hace un año pudo “dejar esa vida”.
–Maribel: ¿y qué sueños tienes? ¿En qué te quieres preparar? ¿Cómo quieres reorientar tu vida?– continúo el Presidente
“Quiero salir adelante, quiero cambiar mi vida, quiero ser una mujer estudiada”, contesto ella.
Entonces el Presidente le preguntó si quería estudiar en la Escuela Militar y hacer de su experiencia un gran ejemplo para aquellos que se quieran desmovilizar.
–Sí, señor. Ese es mi anhelo– contestó ella.
–Imagínate de Ministra de Defensa pero con uniforme militar y grado militar– le dijo el Presidente.
–Bueno, ojalá que se me cumpliera ese sueño– respondió Maribel.
–Maribel: vamos a hablar con la señora Ministra y con los Altos Mandos para que te den la posibilidad de entrar a la Escuela Militar y crear un gran ejemplo– le dijo el Presidente.
Maribel también le contó al Primer Mandatario, a los asistentes al XXII Consejo Comunal de Gobierno y a los colombianos, que su experiencia ocasionó un gran dolor a su familia y que fue por sus parientes y especialmente por su mamá, por quienes tomó la decisión de regresar a su vida normal.
–¿Y tu familia está contenta con la decisión que tomaste?– Volvió a preguntar Uribe Vélez.
“Sí, señor. Es lo mejor que he podido hacer en toda mi vida. Mi mamá no hacía más que llorar y me aconsejó que por favor me saliera de eso y gracias a Dios por ella es que estoy acá”.
“Magnífico, Maribel. Suerte –contestó Uribe Vélez–. Estaremos todos pendientes de ti y yo sé que la Ministra y los Altos Mandos te van a posibilitar un cupo en la Escuela Militar para que desde allí seas un gran ejemplo a todos nuestros compatriotas. Suerte, Maribel. Y no te vamos a abandonar”.
De esta manera concluyó el presidente Álvaro Uribe Vélez la conversación con esta joven que quiso, con su testimonio, hacer un llamado a los miembros de los grupos armados al margen de la ley para abandonen estas organizaciones, vuelvan a serle útiles a la sociedad colombiana y participen en la construcción de una nueva Nación.