Bloque Cacique Nutibara dejó sus armas
LA PAZ LE SONRÍE A MEDELLÍN
Medellín, 25 nov (SNE).- A las 2:00 de la mañana llegaron al Palacio de Exposiciones los 855 hombres del Bloque Cacique Nutibara de las Autodefensas Unidas de Colombia, uniformados, armados, trasnochados.
Hasta las 5:30 de la mañana estuvieron reunidos aparte con Giovanni Marín, alias el “Comandante R” para afinar los detalles de la ceremonia que empezaría en una hora y media. Había varios hombres asustados y otros parecían indiferentes. Pero la mayoría tenía esa ansiedad que produce el deseo de cicatrizar profundas heridas.
La vida civil a la que a partir de hoy se acogieron, les dio la bienvenida con una lluvia que de tenue pasó a ser fuerte. Mientras los hombres del Bloque se preparaban, afuera esperaban los representantes de todos los medios de comunicación nacionales y más de 30 internacionales.
A la voz de aviso, los hombres del Cacique Nutibara empezaron a salir uno a uno para armar filas, antes de darle la entrada a todos los invitados. Una vez formados, los líderes del grupo pasaron revista una y otra vez.
A las 7:15 de la mañana hizo su aparición el alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, acompañado de los alcaldes saliente y entrante de Medellín, Luis Pérez y Sergio Fajardo. Junto a ellos estaban miembros de la Comisión Facilitadora de Paz de Antioquia, de la Comisión Exploratoria con las AUC y el delegado de la OEA, Sergio Caramaña.
La ceremonia empezó con el Himno Nacional. Luego hubo un minuto de silencio por las víctimas del conflicto. Durante ese silencio las caras de unos de los que desde ese instante serían excombatientes, decían que ya era hora de salir de allí para intentar vivir sin la idea de la guerra en la cabeza.
Lectura de resoluciones, discursos y finalmente el acto simbólico de la entrega de armas. El Alto Comisionado pasó al frente para estrechar la mano de cada uno de los muchachos que al paso dejaban en el piso su arma, su chaleco con municiones y el brazalete. Unos agradecían, otros agachaban la cabeza, unos pocos sonreían, otros simplemente no podían ocultar esa mirada que sólo se forma a partir de un profundo y prolongado sufrimiento.
Unos metros al fondo del salón, Fabio Orlando Acevedo, alias “don F”, sentado en silla de ruedas, y Giovanni Marìn, alias “comandante R”, recibían a sus hombres, los estrechaban en un abrazo y les decían palabras que sólo ellos podían oír.
Enseguida, un grupo de niños tomó de la mano a 10 hombres del Bloque, y los llevó hasta un lienzo blanco donde cada uno plasmó en colores la huella de su mano como señal de cierre del pacto que los convertirá en constructores de paz.
FORMALIDADES DE LA ENTREGA
El Gobierno Nacional expidió dos resoluciones que formalizaron la dejación de armas y la reincorporación a la sociedad de los más de 800 hombres del Bloque Cacique Nutibara.
La Resolución 216 formaliza la iniciación de un proceso de paz, que declara abierto el proceso de diálogo y la firma de acuerdos con el Bloque Cacique Nutibara.
La Resolución 217 reconoce como miembros representantes del Bloque Cacique Nutibara dentro del proceso, a Giovanni Jesús Marín Zapata y Fabio Orlando Acevedo, y como vocero a Jaime Oviedo Avila.
LOS PROTAGONISTAS DEL PROCESO
- Luis Carlos Restrepo, alto Comisionado para la Paz: En sus manos el presidente Álvaro Uribe delegó la responsabilidad de lograr acercamientos con los grupos al margen de la ley.
Después de un año, hoy Restrepo mostró al país la primera desmovilización
de todo un Bloque urbano de las AUC – Bloque Cacique Nutibara -.
En julio, el Gobierno Nacional firmó con los líderes de las AUC el acuerdo de Santa Fe de Ralito. Ese fue el marco para la entrega de hoy y de futuras desmovilizaciones.
En su intervención, el Alto Comisionado se refirió a la responsabilidad que tienen la sociedad y el sector empresarial.
“Vamos a pulsar la profundidad de la solidaridad de la sociedad”, sostuvo.
De los empresarios, Restrepo espera que “ayuden en la búsqueda de alternativas laborales, en este sueño de construir país a dar pasos adelante, consistentes, seguros para la construcción de la nueva Colombia”.
A los hombres que hoy dejaron las armas, les dijo que la democracia, aunque llena de matices y contradicciones, también se alimenta con gestos como el de hoy que significan “la posibilidad de acabar los conflictos sin eliminar al contradictor y al adversario”.
El funcionario resaltó el papel de la Alcaldía y de la Comisión Facilitadora de Paz de Antioquia, que será la encargada de verificar y acompañar el proceso para que culmine con éxito.
- Luis Pérez, alcalde de Medellín: “Pareciera que la ciencia de la paz fuera la paciencia”, es el lema del Alcalde, y bajo esa premisa, es que se comprometió a darle asistencia y entrenamiento a los hombres desmovilizados, y a conseguirles espacios en empresas.
“Los que desean dejar las armas para dedicarse a fabricar sociedades, un mensaje esperanzador para la Nación”, dijo Pérez.
Pérez tiene su propio concepto sobre la guerra y la paz: “La paz no puede hacerse aniquilando a todos los contradictores. Tener la idea fija de matar y matar para pacificar es brutalidad. Toda guerra es casi siempre una masacre entre gente que no se conoce para provecho de gente que sí se conoce pero no se masacra”.
Celebró la ceremonia de hoy diciendo que es el principio de un aporte importante para la sociedad. “Estamos sobregirados en dolor y sufrimiento y estamos deficitados en alegría. Un ser humano feliz nunca será peligroso”.
Giovanni Jesús Marín Zapata, alias comandante R: Saludó diciendo: “Agradecemos la oportunidad histórica que a partir del desarrollo de los acuerdos de Santa Fe de Ralito de haber escogido al Bloque Cacique Nutibara como pionero de este proceso de negociación, responsabilidad que se hace más grande si la miramos desde el trabajo social que el Bloque ha adelantado en las comunidades.
Para Marìn, “la paz para las AUC no es un simple concepto sino un real anhelo de vida. Y es la consecuencia de lo que se dice con lo que se hace. Pedimos perdón a la sociedad civil por los sufrimientos y pérdidas que de manera involuntaria pudiéramos haber ocasionado”.
El sostenimiento del proceso será posible si la sociedad entiende, según este comandante que “es necesario no sólo silenciar las armas sino también desactivar los cúmulos de odios y rencores para que cese esta fatídica cultura de la muerte”.