TEXTO DE LA INTERVENCIÓN
DEL GOBIERNO DE COLOMBIA EN RESPUESTA AL INFORME DEL ALTO COMISIONADO
DE LA ONU PARA LOS DERECHOS HUMANOS
Ginebra, 13 abr. (SNE).- El siguiente es el texto
de la intervención
del Gobierno de Colombia en respuesta al Informe del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, durante el 60º período
de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Las
palabras fueron pronunciadas por el director del programa de derechos
humanos, Carlos Franco.
Señor Presidente:
El Gobierno de la República de Colombia agradece el Informe del
Alto Comisionado y reitera su decisión de seguir trabajando por
la plena vigencia de los derechos humanos como el mejor homenaje al inolvidable
Sergio Vieira de Melho y a los demás mártires de la intolerancia
y la insensatez.
Esta ocasión es propicia para reconocer el trabajo de la oficina
del Alto Comisionado y de los países amigos en Colombia. Ellos
hacen grandes esfuerzos para comprender cada día mas profundamente
la realidad colombiana, se han ganado la confianza de amplios sectores
de la sociedad, apoyan y acompañan a las victimas, y cooperan
con el Estado y la sociedad en la construcción cotidiana de la
democracia. Con todos ellos mantenemos un diálogo permanente y
basado en la sinceridad que caracteriza las verdaderas amistades.
Así mismo agradecemos las visitas de Relatores especiales hechas
con motivo de la invitación abierta extendida por el Vicepresidente
de la República en el 59° período de sesiones de la
Comisión.
Tal como se expresó en la respuesta oficial, que invitamos a
leer a los honorables miembros de la Comisión, son gratificantes
para el gobierno, las instituciones estatales y la sociedad los múltiples
reconocimientos del Informe del Alto Comisionado.
El Informe da testimonio de las garantías para el pluralismo
político en Colombia, del fortalecimiento de la democracia en
las dos elecciones realizadas en el 2003, del propósito de proteger
los derechos humanos de la política gubernamental, de la disminución
significativa de algunas violaciones, de la interlocución del
gobierno con la comunidad internacional y las ONG's, del respaldo popular
y la legitimidad del Gobierno entre otras cosas.
Vale la pena recordar que durante el año 2003 en Colombia el
desplazamiento forzado se redujo en un 50%, los asesinatos en un 20%,
los secuestros en un 26%, las masacres en un 33% y el homicidio de sindicalistas
en un 57%. La conclusión es obvia y clara: en Colombia hay un
régimen democrático y legitimo que desarrolla una política,
con amplio respaldo ciudadano, la cual ha logrado mejorar la grave situación
de derechos humanos afrontada por la población colombiana.
Estos hechos demuestran de manera contundente
las reiteradas observaciones del Gobierno respecto a la política de Seguridad Democrática:
· Que esta política no es una expresión de las
superadas tesis de la seguridad nacional, por el contrario constituye
su superación.
· Que la política de seguridad democrática tiene
como objetivos primordiales: la protección de todos los colombianos
y colombianas sin discriminación alguna; garantizar el ejercicio
de todos los derechos y libertades y lograr la plena vigencia de la autoridad
democrática en todo el territorio.
· Que con la política de seguridad democrática
se ha pasado de las garantías formales a las garantías
reales para la confrontación pacifica de las ideas políticas.
· Que en las condiciones concretas de Colombia se han enfrentado
las amenazas contra la población y las instituciones legítimas
sin sacrificar los valores y principios democráticos.
· Que la transparencia en el accionar del Estado es indispensable
para lograr la solidaridad ciudadana y por lo tanto el éxito de
esta política.
También reconoció el Gobierno en su respuesta que falta
camino por recorrer, que los resultados eran buenos pero insuficientes.
En esta respuesta se expresó la preocupación y el compromiso
por lograr una mayor eficacia de la justicia; la urgencia de controlar
la acción contra la población de todos los grupos armados
ilegales y el compromiso de que las acusaciones justas contra servidores
del Estado serán investigadas y sancionadas cuando haya mérito
para ello.
El Gobierno de Colombia desea destacar la coincidencia
entre muchas de las Recomendaciones y la política formulada desde el año
2002 y plasmada en el Plan de Desarrollo. De manera oportuna ha compartido
con la Oficina y la comunidad internacional sus logros y dificultades.
Por eso en relación con las recomendaciones del presente Informe
se propone evaluarlas de manera conjunta con las otras instituciones
estatales y la Oficina del Alto Comisionado; hará, cuando lo crea
pertinente, las observaciones a que haya lugar y definirá metas
y responsabilidades verificables para su implementación.
Considera el gobierno relevante referirse de
manera transparente a dos asuntos especialmente polémicos de
la realidad colombiana:
En primer lugar a la discusión acerca de cuáles medidas
son necesarias para afrontar la situación colombiana y la concordancia
de estas medidas con los Convenios internacionales. Sobre este tópico
invocamos su comprensión respecto a las circunstancias excepcionales
de Colombia y las medidas adecuadas que se requieren para enfrentar esta
realidad; adicionalmente el procedimiento público y democrático
para adoptarlas ha permitido que las medidas tengan rigurosos y abundantes
controles.
El otro tema polémico ha sido la negociación con los
grupos de autodefensas y el Proyecto de Ley para facilitar su desmovilización.
Sobre este particular queremos insistir en que la oferta de negociación
está abierta para todos los grupos armados ilegales y que en este
caso al gobierno lo asisten fundamentalmente los objetivos de desmovilizar
estos grupos, superar definitivamente este fenómeno y recuperar
el monopolio de la fuerza para las instituciones legítimas del
Estado.
Vale la pena resaltar que en la búsqueda de una herramienta jurídica
que haga posible la desmovilización de cualquier grupo que lo
desee, el debate ha sido abierto, en las audiencias públicas han
participado actores nacionales y extranjeros y se ha desarrollado sin
precipitar decisiones como lo demuestra que la primera votación
para este Proyecto se hace 8 meses después de presentado a consideración
del Congreso. Hoy, el Proyecto se ha enriquecido con los valiosos aportes
recogidos en ese debate público.
Por todo esto invocamos vuestra comprensión en estos dos temas,
es preciso entender que para hacer posibles los anhelos de seguridad,
paz y desmovilización del pueblo colombiano, el gobierno requiere
instrumentos especiales los cuales está adoptando con transparencia
y ceñido a los valores, procedimientos e instituciones democráticos.
Colombia viene realizando crecientes esfuerzos
para afianzar la democracia y la vigencia de los derechos humanos;
en poco más de una década
se aprobó una de las constituciones más progresistas del
mundo, se han adoptado tratados y convenios internacionales, se ha adecuado
la legislación interna, se han intentado varios procesos de negociación
de paz, se han abierto todas las puertas al escrutinio internacional,
se ha mejorado el respeto del Estado por los derechos humanos y se ha
fortalecido su capacidad para proteger y garantizar estos derechos y
libertades, se ha combatido por igual a todos los grupos ilegales, se
han desarrollado políticas a favor de sectores vulnerables, se
ha mejorado la situación social de colombianos y colombianas,
se ha ampliado el respaldo ciudadano y la legitimidad, el mundo ha sido
testigo de estos esfuerzos.
Por estas circunstancias considera el Gobierno
de Colombia de elemental justicia solicitar el respaldo de quienes
comparten los valores de la
dignidad humana y la democracia para proteger a la población de
los ataques de todos los grupos armados ilegales, para defender las instituciones
democráticas y la voluntad popular expresada en ellas, para fortalecer
la capacidad del Estado para proteger y garantizar los derechos en el
territorio y para que la cultura de los derechos humanos se afiance en
toda nuestra sociedad.
El mundo puede estar seguro que ni el pueblo
ni el Estado colombiano serán inferiores al compromiso que ese respaldo implica y que
de nuestra parte seguiremos trabajando con todo el empeño para
lograr el sueño de que en todo el territorio estén vigentes
todos los derechos para todos y todas en Colombia.
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