Cinco cambios
fundamentales brindan mayor flexibilidad y oportunidad a los inversionistas
LISTO NUEVO ESQUEMA DE CONTRATACIÓN PETROLERA EN COLOMBIA
Bogotá, 13 abr. (SNE).- A mediados de año pasado el Gobierno
tomó una decisión fundamental para el desarrollo del sector
petrolero del país: modificar la estructura orgánica de
la Empresa Colombiana de Petróleos convirtiéndola en una
sociedad pública por acciones ciento por ciento estatal y crear
la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) para administrar los recursos
petroleros de propiedad de la Nación.
A partir de ese momento, se habló de un nuevo esquema de contratación
petrolera cuyo objetivo fundamental es incentivar a los inversionistas
privados para que exploren en el suelo colombiano.
Dicho esquema se convirtió desde entonces en una noticia esperada
por los diferentes agentes del sector petrolero, tanto dentro como fuera
del país. De hecho, hubo quienes llegaron el 2 de enero de este
año a la recién creada Agencia Nacional de Hidrocarburos
a mirar los nuevos esquemas de contratación para invertir. Pero
aunque la estructura del esquema ya se había concebido, faltaban
pequeños detalles.
Hoy, cuando ya es un hecho que la ANH es la reguladora
y generadora de las políticas que marcarán el futuro del sector de hidrocarburos
en Colombia, el nuevo contrato petrolero está listo y sólo
falta presentar la minuta del contrato.
Son cinco cambios fundamentales que tendrá el nuevo esquema de
contratación con respecto al que rige actualmente, todos con la
intención de hacer más atractiva la inversión y
ganar competitividad frente a otros países con potencial petrolero.
A riesgo propio
El primero, es que desaparece la participación directa del Estado,
es decir, el contrato de asociación como tal. Hasta hoy la empresa
que exploraba el campo debía asumir los costos sola, pero si se
le declaraba la comercialidad Ecopetrol le devolvía el 30 por
ciento de la inversión a cambio de entrar a participar con dicho
porcentaje en la explotación del descubrimiento. Ahora, la empresa
invierte sola y si le declaran la comercialidad sigue sola y asume todos
los gastos así como recibe todos los ingresos.
"No necesariamente el Estado invierte. La empresa que solicite
un área invierte a su propio riesgo pero a cambio recibe la totalidad
de los derechos de producción, después de regalías",
explica el director de la ANH, Jorge Armando Zamora.
Ello implica que la base económica de contraprestación
para la Nación son las regalías y los impuestos, lo cual
lo hace desde el punto de vista económico muy claro y favorable
para los inversionistas.
Con respecto a las regalías se mantiene el actual esquema, es
decir, regalías variables de 5 a 25 por ciento que varían
de acuerdo al nivel de producción de los campos.
Pero también se contempla un esquema adicional de participación
para la Nación que serían ingresos extraordinarios cuando
los precios del petróleo estén por encima de cierto nivel.
En ese momento la Nación recibiría el 30 por ciento del
diferencial con respecto al precio base. Por ejemplo, actualmente el
precio base es de 26 dólares barril, para el crudo de referencia
WTI, si la cotización es de 34 dólares, la Nación
recibe 30 por ciento de los 8 dólares de diferencia, es decir
2,4 dólares por barril.
En consecuencia habrá un ingreso adicional para la Nación
cuando el precio internacional del petróleo supere el precio base,
que será un precio ajustado anualmente de acuerdo a la inflación,
aumento de costos en el sector petrolero y las tendencias globales de
los precios del petróleo.
Asignación de áreas
La segunda diferencia es el método de asignación de áreas.
Hasta hoy Ecopetrol ponía a disposición unas áreas
que él mismo había "calentado", es decir, había
estudiado y consideraba que eran explotables. Con esa información
salía a ofrecer unos bloques, en algunos casos directamente a
un grupo de compañías o en otros a través de licitaciones.
Con el nuevo contrato la asignación es directa y no está sometida
a concursos o licitaciones. La empresa que esté interesada en
un área lo manifiesta por escrito y la Agencia lo adjudica sin
mayor demora.
"Si hay varias empresas interesadas, el primero que la solicite
tiene el derecho de explorarla si cumple con los requisitos de capacidad
técnica y financiera, esto es para incentivar la asignación
de áreas", dice Zamora.
La oferta que se hace -agrega- no es económica sino en términos
de actividad exploratoria y si la actividad que ofrece la primera es
satisfactoria desde el punto de vista de la Agencia y es una empresa
seria y tiene la capacidad, se le asigna el área.
Pero ¿qué pasa si llega después otra empresa que
también quiere esa área? Pues que simplemente llegó tarde
y deberá mirar otros prospectos, porque la idea es incentivar
a que muchas empresas puedan participar en la exploración del
suelo colombiano.
"Para eso tenemos 80 millones de hectáreas disponibles para
contratación y con ello en lugar de tener dos empresas disputándose
un área tendremos la posibilidad de contar con dos empresas en
dos áreas diferentes", insistió el director de la
Agencia.
Estado juez, no parte
El Estado dejó de ser juez y parte de la contratación
petrolera desde el mismo momento en el que se expidió el Decreto
1760 del 26 de junio de 2003 mediante el cual modificó la estructura
orgánica de la Empresa Colombiana de Petróleos y se creó la
ANH.
El Estado ya no va a tomar parte en las decisiones
de la Empresa como hasta ahora, porque cada inversionista es autónomo
de tomar las decisiones que desee en la forma de explorar y explotar
y en las inversiones
que realice.
"El Estado, a través de la Agencia, va a asegurar que los
compromisos que adquieren las empresas se cumplan pero no necesita tener
participación en las decisiones financieras y técnicas
de los inversionistas, éstas son ahora potestad de cada uno según
su mejor criterio, siempre y cuando se realicen dentro de la mejor práctica
industrial", advierte Zamora.
El seguimiento al contrato -añade- es no intrusivo, es decir,
cada empresa puede invertir donde quiera porque la participación
del Estado sólo es de vigilancia y control.
Estos cambios le generan y garantizan independencia
a los inversionistas quienes deberán asumir directa y totalmente
los riesgos que asuman.
En tal sentido, Ecopetrol participará como un competidor más
y se deberá ceñir a las mismas condiciones. De hecho, el
Estado ahora puede invertir pero a través de la estatal petrolera
que ya tiene unas áreas propias y que además podrá solicitar
otras nuevas sola o en asocio con otras empresas particulares.
En tal sentido la empresa mantendrá su actividad de exploración
y producción directa sobre los bloques que tiene hoy asignados
y los que le sean asignados en el futuro por la Agencia Nacional de Hidrocarburos.
Ecopetrol S.A. seguirá administrando los contratos firmados y
los que se firmaron hasta el 31 de diciembre de 2003, lo que significa
que prospectos de alto impacto como Niscota, Capachos, Mundo Nuevo, Acevedo,
VillaRica, Tángara y el propio Gibraltar entre otros, siguen formando
parte de su portafolio de inversiones, al igual que los grandes campos
productores como Caño Limón, Cusiana y Cupiagua.
Extensión del contrato
Con el nuevo contrato petrolero los inversionistas
tendrán seis
años para explorar y 24 para explotar el campo, es decir, dos
años más con respecto a los 22 que actualmente se conceden.
Pero adicionalmente, se brinda la posibilidad
de extender automáticamente
el contrato hasta por diez años, siempre y cuando la compañía
cumpla con unas condiciones mínimas como la actividad permanente
y continuada en el campo respectivo y un plan de recuperación
adicional activo.
Esta prórroga tendrá un beneficio económico para
el país, toda vez que la Agencia Nacional de Hidrocarburos deberá recibir
10 por ciento del valor de la producción, después de regalías,
cuando se trate de crudo líquido y 5 por ciento cuando sea gas
o crudo pesado.
El inversionista tendrá derecho a esta prórroga si se
solicita entre 1 a 4 años antes de terminación y deberá estar
produciendo regularmente y tener activo proyectos de recobro mejorado
o programas de perforación.
Canon superficiario
Con el fin de incentivar la devolución de áreas, el nuevo
esquema de contratación contempla un canon "superficiario",
similar al que se utiliza en los contratos de carbón.
Dicho canon contempla cobrar un monto representativo
por la utilización
del suelo a partir de la segunda fase exploratoria y hasta la terminación
del período de exploración.
El costo del canon variará de 25 centavos de dólar por
hectárea hasta 1,50 dólares por hectárea.
"Con este canon superficiario lo que buscamos es que las compañías
no se queden indefinidamente con áreas sin explorarlas ni explotarlas
impidiendo que otras sí lo hagan. Por eso se estimula la devolución
de áreas. Una vez la compañía determina dónde
va a explotar, pues devuelve lo demás", explica el director
de la Agencia.
Con estos cambios, que se presentarán en los próximos
días, pretenden abrirle espacio a todos los potenciales inversionistas.
De hecho ya hay empresas de todo tipo (pequeñas, nacionales, intermedias
independientes y grandes multinacionales) que se han mostrado interesadas
en invertir.
"Ya hay un gran portafolio de todo tipo de empresas, pero los que
se han movido más rápido y han querido reservar áreas
con mayor rapidez son colombianas, conformadas por personas que han tenido
experiencia en la industria y que tienen mucha fe de que las áreas
tienen gran potencial hidrocarburífero", asegura Zamora.
Inmediatamente salga este nuevo esquema de contratación, entrará en
vigencia. "Nosotros esperamos empezar a firmar contratos en el mes
de abril. Hay una fila de empresas que están solicitando áreas
y que están esperando a que el contrato esté listo para
la firma", puntualiza.
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