GOBIERNO
TIENE LISTO EL "MAPA DE LA NEGOCIACIÓN" DEL
TLC
Bogotá, 30 abr (SNE). ¿Cómo y qué va
a negociar Colombia con Estados Unidos? Esas preguntas se
consideran fundamentales a la hora de comenzar un proceso de
negociación. Y esas son preguntas a las cuales el Gobierno
ya les tiene respuesta.
Esta semana el equipo negociador de Colombia terminó la
configuración de lo que se puede denominar "el mapa
de la negociación", es decir la determinación
de los intereses defensivos y ofensivos en cada uno de los temas
de cada capítulo.
El equipo negociador que lidera y coordina el Ministerio de
Comercio y cuya tarea es construir el interés nacional
formando consenso con los ministerios y otras dependencias básicas
del Estado, ya está preparado con posiciones totalmente
consolidadas para iniciar sin ninguna dificultad las negociaciones
de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos el próximo
18 de mayo.
De acuerdo con el ministro de Comercio, Industria y Turismo,
Jorge Humberto Botero, los temas que se van a negociar son los
considerados como los "canónicos" de todas las
negociaciones recientes. Es decir, acceso a mercados en sus dos
vertientes (industriales y agrícolas), propiedad intelectual,
régimen de la inversión, compras del Estado, solución
de controversias, competencia, comercio electrónico, servicios,
y lo ambiental y laboral.
Con el mapa de la negociación el Gobierno ha definido
sus principales fortalezas, sus prioridades de negociación,
sus objetivos y las llamadas "líneas rojas" que
delimitan el punto mínimo hasta el cual se puede llegar.
Ese mapa de las negociaciones, con el cuál entra a negociar,
es el punto de partida para tratar de llegar a acuerdos y finalmente
tener un producto resultante que es la negociación como
tal.
"Se determinan los intereses que se priorizan por consenso
después pondera cada uno, es decir, los pone en correlación
con la historia y la realidad. Un interés que para uno
puede ser prioritario puede no ser realista. Por ejemplo, pensar
que Estados Unidos va a abrir inmediatamente su sector azucarero
el primer día. Uno ve la historia y se da cuenta que eso
nunca ha pasado. Probablemente, aunque sea una prioridad uno
ve que en el momento de ponderarlo y definir la estrategia no
se justifica ponerlo como el número uno. Ahí uno
mira contextos, ve posibilidades y ajusta. La parte de la ponderación
y la realidad es solucionar ayudas internas en una negociación
bilateral", explicó el viceministro de Comercio,
Juan Ricardo Ortega.
Y de hecho, esos intereses forman parte del juego de la negociación
en la cual se deben tener ciertas bases.
"Para nosotros es fundamental la apertura del mercado azucarero
el primer día de la mesa, pero seguramente no vamos a
conseguir la apertura total ese primer día pero sí lo
tiene uno como punto de negociación", aclaró el
Ministro Botero.
¿CÓMO APROVECHAR EL TLC?
Pese a tener totalmente definido el "plan a seguir",
el jefe de la cartera de comercio es claro al asegurar que "los
tratados crean oportunidades pero no garantizan nada".
"El aprovechamiento de esas ventajas depende de que la
economía, en su conjunto, sea competitiva y la competitividad
de la economía es un concepto transversal que compromete
a todo el sector privado, a todo el Gobierno, y la agenda de
competitividad debe acompañar al país durante el
largo período de transición hacia un entorno de
economía más abierta", aseguró el funcionario.
Para Botero es claro que la apertura al comercio exterior y
a la inversión extranjera ha marcado la diferencia en
el desarrollo de los países por eso realizar acuerdos
de esta naturaleza debe tener como fin prioritario una mayor
oportunidad de desarrollo para el país y el bienestar
para los colombianos.
"El factor determinante del enorme desarrollo del Asia
en los últimos 30 años y del rezago de América
Latina frente a ese continente en el mismo período es
la apertura al comercio exterior. Hacia 1972 Corea del Sur y
Colombia tenían el mismo PIB (Producto Interno Bruto)
per cápita, hoy ellos son 10 veces más. Mientras
ellos optaron por la internacionalización de la economía,
nosotros decidimos que el motor de nuestro desarrollo era la
construcción. Creo que cometimos un error", ejemplificó el
Ministro.
Al analizar los posibles efectos del acuerdo, Botero explicó que
no sólo se deben tener en cuenta el bienestar medido por
el consumo, el empleo y la distribución del ingreso, sino
otros aspectos como las ganancias en productividad del aparato
productivo, los impactos derivados del flujo de inversión
y los efectos de una mayor dinámica económica en
el recaudo fiscal derivadas de las reglas de juego.
Para medir de una manera más aproximada los beneficios
que el acuerdo le traerá a Colombia, a mediados del próximo
mes Fedesarrollo entregará un estudio contratado por el
Ministerio de Comercio que además absuelve las inquietudes
que hasta el momento se han planteado con respecto a lo que el
país realmente gana con un TLC de esta naturaleza.
"Hemos decidido contratar un estudio con Fedesarrollo que
a partir de escenarios razonados y sustentados muestre las dinámicas
de la economía en un horizonte temporal relativamente
largo", explicó Botero.
Con respecto al efecto en los colombianos, en lo que se denomina
consumidor final, el Ministro aseguró que son ellos generalmente
los grandes ausentes de estos debates en todo el mundo, pero
son los grandes beneficiados con mejores precios, mayores opciones
y menos monopolios.
Al referirse a la oposición de los sindicatos con respecto
a los acuerdos comerciales, el jefe de la cartera comercial cree
que si bien los intereses sindicales son respetables, no necesariamente
son los mismos del sector laboral en general.
"Los sindicatos operan fundamentalmente en la órbita
estatal pero a los miles de trabajadores, incluso a los que están
desempleados hoy y a los cientos de miles que están en
el sector informal, una economía dinámica que crezca
más y que por ende genere más empleo tiene que
beneficiar a los trabajadores", puntualizó.