En
los dos últimos años
ELECTRIFICADORAS PASARON DE $300 MIL MILLONES
EN PÉRDIDAS,
A UTILIDADES DE $520 MIL MILLONES
Bogotá, 4 nov (SNE). Lo que parecía un imposible
se convirtió en una realidad, la recuperación del
sector eléctrico colombiano. En el 2002 la crisis de un
buen número de electrificadoras colombianas había
llevado a plantear la venta de 13 de ellas, de las cuales 5 entraban
en el proceso de intervención por parte de la Superintendencia
de Servicios.
Sus pérdidas al 2002 superaban los 300 mil millones de
pesos y su venta se hacía un poco compleja. Sin embargo
el Gobierno Nacional asumió el compromiso de recuperar estas
empresas, que hasta el momento eran consideradas una carga financiera,
sinónimo de ineficiencia e inviabilidad.
Hoy no hay ninguna empresa intervenida
y sus utilidades superan los 520 mil millones de pesos. Por eso,
el Ministro de Minas y
Energía, Luis Ernesto Mejía, durante la celebración
del Consejo Comunitario 84 realizado en la Casa de Nariño
y cuyo tema fue “empresas reestructuradas”, aseguró que
las electrificadoras del país están en una senda
de crecimiento sostenible.
Para ello, el Gobierno adoptó varias medidas. A finales
del 2003, con una activa participación del Congreso de la
República, fueron saneadas las deudas de los entes territoriales
con las empresas, y se expidió un nuevo marco normativo
para la atención de zonas de difícil gestión
y barrios subnormales, incluyendo nuevos esquemas comerciales y
recursos para mayores subsidios a través del Fondo de Energía
Social.
Los resultados son contundentes. En el
2002 la Central Hidroeléctrica
de Caldas y la Empresa de Energía del Quindío presentaban
pérdidas operativas por más de $57 mil millones y
hoy a raíz de la capitalización de $194 mil millones
por parte de Empresas Públicas de Medellín presentarán
utilidades superiores a $20 mil millones.
A su turno, las electrificadoras del Chocó y Tolima entraron
en su proceso final de liquidación por parte de la Superintendencia
de Servicios Públicos, dando origen a las nuevas empresas
Dispac y Enertolima.
De esta forma, mientras la antigua Electrificadora
del Chocó presentaba
pérdidas por $18 mil millones de pesos en el 2001, Discpac
tiene hoy utilidades de $600 millones.
Así mismo, Enertolima tiene hoy utilidades acumuladas a
agosto por más de $6 mil millones, mientras Electrolima
acumulaba pérdidas por más de $10 mil millones.
“De un escenario de intervención y liquidación
de las empresas, hemos pasado a uno de consolidación y crecimiento
de las mismas”, concluyó el jefe de la cartera energética.
RESULTADOS
En los dos últimos años se logró un crecimiento
de 35 por ciento en los ingresos de este grupo de empresas, se
redujo el personal en un 15 por ciento y se alcanzó un aumento
de productividad en ventas por empleado de $414 millones en el
2002 a $585 millones esperado para este año.
Así mismo, el indicador de usuarios por empleado en promedio
pasó de 515 en el 2002 a 570 actualmente.
También se pusieron en marcha los proyectos de impacto
positivo en las regiones como Termoyopal, Termocoa, la segunda
línea Altamira – Pitalito y la línea Virginia – Cértegui.
“La generación de caja en las empresas alcanza los
$200 mil millones, permitiendo por primera vez en los últimos
cinco años que las empresas realicen inversiones en redes
y en reducción de pérdidas”, explicó Mejía.
Y se pasó de perder más de $400 mil millones en
el año 2002, a obtener utilidades, proyectadas para el presente
año, por más de $20.000 millones.
RETOS
Aunque hoy se avanza en la consolidación del sector a
través de diferentes procesos, el Gobierno tiene aún
muchos retos.
Si bien se está realizando la reestructuración empresarial
y saneamiento financiero de la Empresa de Energía de Boyacá,
la culminación del proceso de capitalización de Enertolima
y la mayor presencia comercial en las zonas rurales, aún
falta mucho.
Por eso, el Gobierno se ha propuesto reducir
el indicador de pérdidas
de energía de este grupo de electrificadotas que sigue siendo
alto y tienen un promedio de 28 por ciento.
“Se espera que en los próximos cinco años
se pueda reducir en 5 puntos con una inversión cercana a
los $250 millones”, dijo el Ministro.
De igual forma se ha previsto continuar
con la implementación
de nuevas modalidades de vinculación de trabajadores como
propietarios de las empresas tales como los contratos sindicales,
enfocados a mermar los costos de las empresas y mejorar la productividad
de la mano de obra con una mayor sentido de pertenencia.
Otro de los objetivos es el fortalecimiento
operativo, comercial e institucional, mediante la definición de planes de negocios
a cinco años, la profesionalización de su personal
y juntas directivas.
Así mismo la implementación de planes estratégicos
y códigos de buen gobierno, garantizando una gestión
de largo plazo, mejores prácticas empresariales y mayor
transparencia ante la comunidad, y la participación activa
del sindicato en la gestión del sector y las empresas.
Otros objetivos son la prestación del servicio con sentido
social, adelantando proyectos de electrificación rural en
coordinación con las entidades territoriales, compras conjuntas
de energía con importantes ahorros que aliviarán
las tarifas de los usuarios de Norte de Santander, Santander, Meta,
Huila y Caquetá en los próximos 2 años y la
adquisición de medidores para ocho empresas, logrando ahorros
del 25 por ciento para cada usuario en la compra de estos equipos.
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