DISCURSO DEL ALTO
COMISIONADO PARA LA PAZ DURANTE LA DESMOVILIZACIÓN DEL BLOQUE
CATATUMBO DE LAS AUC
Corregimiento Campo Dos, Tibú - Norte
de Santander, 10 dic. (SNE).- El siguiente es el discurso del
Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, durante la
ceremonia de dejación de armas y desmovilización
del Bloque Catatumbo de las Autodefensas Unidas de Colombia.
“Es este un día histórico.
Hace dos años iniciamos una larga jornada por la paz del
país. Como propuesta central de la política de
seguridad democrática del Presidente Uribe, dejamos abiertas
las puertas del diálogo para todos aquellos miembros de
grupos armados ilegales que quisieran explorar las vías
de la paz. Nuestra condición fue y sigue siendo muy simple;
declaratoria de un cese de hostilidades, como expresión
de la voluntad inequívoca de abandonar los caminos de
la violencia para explorar los caminos de la democracia.
Desde entonces, hasta hoy, mucho hemos avanzando,
muchas han sido de las dificultades, pero igual, presentamos
ante Colombia y ante el mundo un hecho contundente; 1.425 miembros
del bloque Catatumbo de las autodefensas entregan hoy sus armas
y se reincorporan a la vida civil. 1.425 familias empiezan hoy
también un proceso de reconciliación y de paz,
al encontrarse con estos hombres y mujeres, que hasta el día
de hoy estaban en la vía de las armas y la ilegalidad.
Este paso se produce dentro del propósito
definido por las autodefensas Unidas de Colombia de desmovilizar,
al menos tres mil de sus miembros, antes de terminar este año,
como cumplimiento del acuerdo de Santas Fe de Ralito, firmado
el quince de julio del 2003.
Sin duda, a partir de hoy tenemos una Colombia
mejor, a partir de hoy, en estas tierras del Catatumbo y del
Norte de Santander no habrá más que una forma legítima
de prestarle seguridad a los ciudadanos, y esta es a través
de las autoridades investidas por el poder popular y a través
de la Fuerza Pública del Estado, única que puede
tener en sus manos el monopolio de la fuerza.
Este hecho significativo quedará grabado
en la memoria de los colombianos como la más grande desmovilización
colectiva que haya visto hasta el presente nuestro país.
A ustedes que hoy dejan las armas, mis felicitaciones
por ese paso valeroso. A los señores miembros representantes
de las autodefensas, mis felicitaciones por esta contribución
a la paz. El Gobierno estará a la altura de este reto.
Nuestro compromiso es tender con ustedes puentes
hacia la reconciliación y hacia las comunidades donde
han operando, darles toda la certeza de que el Estado hará presencia
para brindar seguridad y permitir un desarrollo sostenible, tanto
en el campo productivo, como en el campo de la paz.
Hoy, cuando se produce este hecho memorable
hay que recordar también los momentos difíciles.
Cuántas dudas asaltan a un hombre que ha tenido el arma
entre las manos para entregarla a la institucionalidad y dar
el paso a la civilidad. Comprendemos perfectamente esas dudas
y esas dificultades, no somos ajenos a ellos, pero en todo este
tiempo, en todo este avance que hemos logrado, ha ido quedando
en firme, la certeza de que el mejor paso que pueden dar las
autodefensas en este momento de la historia del país,
es precisamente su plena reincorporación a la civilidad.
Son muchos los extravíos en que ha caído
esta Nación, son muchos los momentos duros, difíciles
y sangrientos que hemos vivido, pero hoy podemos decir con convicción
que la paz empieza a construirse de manera certera.
Hoy podemos decir con convicción, que
la combinación de la política de seguridad democrática,
con un diálogo sincero, serio y eficaz, es el mejor camino
para avanzar en la recuperación de la institucionalidad
y en afianzamiento de la democracia en Colombia.
La patria le sabrá agradecer a ustedes
este gesto, porque muchos seguirán su ejemplo, y este
paso dado el día de hoy, será un paso definitivo
para que todos aquellos que aún persisten en el camino
de la violencia, para que todos aquellos que creen todavía,
que con una arma en la mano pueden ayudar a construir el futuro
de la nación, entiendan que el camino de la violencia
está cerrado.
De ahora en adelante, en Colombia solo puede
haber un camino legítimo y adecuado para buscar las transformaciones
que tanto necesitamos, y ese es el camino de la democracia, ese
es el camino del fortalecimiento del Estado, ese es el camino
de la pluralidad.
De todo corazón, bienvenidos y bienvenidas
a la civilidad, de todo corazón, nos encomendamos a Dios
para que él nos ilumine y para que este paso trascendental
que estamos dando, sea un hecho definitivo y contundente en la
consolidación de la paz de Colombia.
Muchas gracias”.
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