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TEXTO DE LA ENTREVISTA DEL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ, LUIS CARLOS RESTREPO

Bogotá, 26 ene. (SNE).- El siguiente es el texto de la entrevista concedida por el Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo a La W Radio.

Pregunta: El periódico El Tiempo, sin citar el origen de su fuente, señala que hay una molestia en varios países de la Organización de Estados Americanos, por el proceso de verificación o de acompañamiento que el secretario general, César Gaviria, ha propuesto para el tema de la desmovilización o de algún acuerdo de paz, entre las fuerzas paramilitares o de Autodefensas en Colombia. El delegado de la Organización de Estados Americanos, pues fue muy claro en la autonomía que tiene el señor Secretario y que ese debate si llegara a producirse porque no es oficial, pues se hará en el seno de la organización. Sin embargo, explicó de la experiencia de la OEA,  en otros países por eso la manera como se delega a esta persona con la que hablamos en Managua, esta mañana, Sergio Caramagna, quien será el delegado de César Gaviria para el caso de Colombia. ¿Esta molestia es real o esta es una molestia más bien, de otra organización internacional que no está de acuerdo con lo que está haciendo la OEA.

Respuesta: Pongamos las cosas primero en claro. El convenio firmado con la OEA no es un convenio para acompañar el proceso con las Autodefensas. El convenio básicamente está orientado a acompañar los esfuerzos del Gobierno Colombiano en el campo de la paz y, eventualmente, entrar a verificar cese de fuego, de hostilidades, verificar acuerdos, verificar procesos de desmovilización, acompañar a las comunidades que se están recuperando del azote de la violencia. Entonces es un mandato general, firmado por el Secretario General de la OEA y el Presidente de la República.

Sobre la información de El Tiempo, realmente es muy poco lo que se puede decir. Primero,  porque la fuente que cita el periódico es anónima, no sabemos quién habla. Entonces es como difícil establecer controversia con un fantasma. Por otro lado, hay un enorme desconocimiento de ese gran esfuerzo que se hace por parte de la OEA, para ayudarle a implementar al Gobierno, una política de pacificación sin entrar por ahora en detalles. Una vez se establezca la misión,  miraremos en detalle en qué pueden acompañar, cuáles serán los acuerdos o cuáles serán las verificaciones de cese de hostilidades que se harán, pero no nos podemos adelantar a los acontecimientos.

Por la vía formal nosotros no hemos recibido ningún tipo de comentario, aspiramos más bien a que los embajadores, el cuerpo diplomático, entiendan positivamente este esfuerzo. Creemos  que es un esfuerzo muy importante porque es muy concreto, es muy operativo, le da una gran herramienta al Gobierno Colombiano para poder seguir avanzando en el proceso de paz y en general confiamos en que será recibido de buena fe y que será rodeado por todo el cuerpo diplomático en Colombia.

P.- Pero es que la falta de claridad en qué es el proceso, es lo que está generando estas circunstancias, porque realmente hoy no sabemos qué es el proceso con los paramilitares. Más allá de la desmovilización del Cacique Nutibara, lo que es realmente el proceso es una incógnita para todos y si hay cárcel o no hay cárcel, si hay reparación o no hay reparación, en fin, no sabemos si hay proceso o se está construyendo un proceso por el camino sin  saber a dónde va a llegar.

R.- Todos los procesos de paz se construyen por el camino. No hay absolutamente ningún proceso de paz en el mundo, que haya partido de un diseño virtual. Hay expectativas, la expectativa del Gobierno colombiano en torno al proceso con las Autodefensas es completamente clara: la desmovilización total de los grupos de Autodefensa, antes de finalizar este Gobierno. Objetivo más claro, imposible enunciar. Para lograr ese objetivo se tiene un procedimiento, un cese de hostilidades que ha estado funcionando no de la manera como nosotros quisiéramos, ha estado funcionando, han habido reducciones significativas en desplazamientos, en masacres en homicidios; creemos que debe funcionar mejor, allí la comunidad internacional puede jugar un papel y por otro lado, acompañamiento a las comunidades. La política de Seguridad Democrática ofrece de manera muy puntual y específica acompañamiento a estas comunidades donde se darán las desmovilizaciones.

Están simultáneamente los problemas judiciales. Sobre los problemas judiciales ¿qué hay? Lo que tenemos en la actualidad, la ley 782 que permite de manera muy puntual conceder el beneficio del indulto o conceder el beneficio de la acción inhibitoria, a quienes han conformado grupos armados, organizados al margen de la ley y una discusión nacional que en este momento está en manos del Congreso, sobre qué hacer con quienes han cometido delitos atroces. No nos podemos anticipar a los resultados de esa discusión entre otras cosas, porque Colombia es una democracia y hay que esperar que los mecanismos de la democracia se pronuncien, entonces será el Congreso el que decida hasta dónde podemos llegar en ese punto.

P.- ¿La participación de la OEA en este proceso le da estatus político a las Autodefensas?

R.- Nosotros no hemos querido meternos en el enredo del estatus político. Creemos que eso es una figura un poco anacrónica, incluso le solicitamos al Congreso a comienzos del Gobierno que ese requisito se eliminara de la ley 418, este requisito que era necesario anteriormente para adelantar conversaciones, ya no se encuentra en la ley 782 que es la que sirve de ley marco para adelantar conversaciones. Entonces, ni el Gobierno les está otorgando estatus político a las Autodefensas, ni nosotros pretendemos que nadie se los otorgue. Para nosotros las cosas son muy sencillas, hay unos grupos al margen de la ley, esos grupos están levantados en armas y cometen acciones terroristas, sí esos grupos muestran la voluntad de dejar de disparar, si esos grupos muestran la voluntad de reintegrarse a la sociedad, nosotros estamos dispuestos a encontrar los mecanismos para que eso suceda.

P.- Dentro de las preguntas que se formula el periódico El Tiempo, que señala, son las que se hacen los países, hay una que está dirigida al Gobierno, hay otras que serían para el Secretario de la OEA. Pero hay una que dice exactamente: Es consciente el Gobierno Uribe de que si el proceso continúa manejado así, puede terminar haciéndose algo similar a la negociación con los narcos de los años 90 que significó una catástrofe para Colombia.

R.- Bueno, eso son sospechas que vuelvo e insisto, no se de dónde surgen. Sería muy bueno uno saber con quién interlocuta. Sería excelente que los medios de comunicación, por ejemplo El Tiempo, cuando saca una información de estas características, en vez de salirse por la tangente y decir una fuente anónima dijo esto, se planteará quién esta realmente formulando esas dudas. Porque yo creo que esta es una duda que no tiene lugar en este momento. Si se quiere, por supuesto, entrar a debatir sobre qué pasó con el proceso de sometimiento a la justicia en el Gobierno Gaviria y qué pasó con la decisión de la Constitución, Constituyente del 91, eliminar las extradiciones, eso es un asunto histórico, pero plantear que este proceso puede ir hacia el fracaso porque damos un paso tan importante como firmar un convenio con la OEA, eso no tiene sentido. Es armar una tormenta en un vaso de agua. Aquí lo que se está produciendo es un hecho enormemente positivo; que tenemos una organización de las calidades de la OEA, comprometida en el fortalecimiento de la seguridad de los países miembros, que nos acompañará a medida que sea necesario en todo el proceso de pacificación del país y de desmovilización efectiva de los miembros de los grupos armados ilegales.

Yo creo que este es el objetivo transparente y lo otro son sospechas infundadas.

P.- Acaba de decir el ex presidente Gaviria, que entre otras cosas ha dado una cantidad de noticias, la primera es que le puso nombre y apellido a la fuente, es el señor Lemoyne de Naciones Unidas el que estaría precisamente informando de estas molestias de los países en Washington, lo dijo el secretario de la Organización de Estados Americanos, confirmó de acuerdo a lo que él oyó el viernes en una reunión con él que la fuente de esta información sería el propio señor Lemoyne.

Julio Sánchez .- Yo quisiera conocer su opinión doctor Restrepo, es que la Organización de las Naciones Unidas no comparte el proceso. Cómo se puede manejar la relación con las Naciones Unidas si no comparten el proceso de acuerdo a lo que dice el doctor  Gaviria?

R.- Es cierto que el día viernes tuvimos oportunidad de reunirnos unos minutos con el señor Lemoyne y el presidente Uribe y el presidente Gaviria y el señor Lemoyne expresó su desacuerdo con la posible firma del convenio y realmente fue él quien nos dijo que existían molestias en algunos países, nosotros no hemos recibido ninguna información oficial. Supimos también que el señor Lemoyne le hizo esas observaciones de manera directa al funcionario de la OEA que estaba acá en Colombia, al señor Caramagna, y esas argumentaciones son las que aparecen hoy en el diario El Tiempo, entonces como la fuente es anónima tiende uno a suponer que realmente es el señor Lemoyne el que está expresando su malestar por este convenio que se firma.

De todas maneras, para nosotros el convenio es muy importante, es un paso adelante. De hecho nosotros habíamos intentado buscar la colaboración de Naciones Unidas pero no fue posible. En principio porque ellos tienen ciertos cuestionamientos políticos desde su punto de vista en cuanto a avanzar en un proceso con las Autodefensas y por otro lado por lo que dijo el señor Secretario General, el único mecanismo que tiene las Naciones Unidas para participar en un proceso de verificación es el mandato que le da el Consejo de Seguridad. Entonces esa vía fue desechada por el Gobierno porque la considerábamos innecesaria, engorrosa, nos colocaba en un escenario que realmente no estábamos buscando y por esa razón, optamos por buscar esta alternativa de la OEA que finalmente dio fruto en el convenio firmado el viernes pasado.

P.- Pero, hay un cosa en  que coincide Gaviria, coincide Lemoyne, coincide la ONU, coinciden las Naciones Unidas, coincide Europa es que este es un proceso en el que tiene que haber cárcel y eso es lo único que no han aceptado los paramilitares desde el principio, que han dicho que ellos no piensan pasar un día en la cárcel.

R. - Bueno yo no creo que el consenso sea con los miembros de las Autodefensas. El Gobierno ha dicho de manera insistente que el consenso tiene que darse es en las instancias de la sociedad democrática. El Ejecutivo presenta un proyecto de ley al Congreso de Alternatividad Penal, el Congreso tendrá que darles curso pertinente y la Corte Constitucional tendrá             que darle su visto bueno, declararlo exequible. Y al final de todo este proceso como dice el ex presidente Gaviria confiamos en que se impondrá la sensatez porque toda la sociedad tendrá la oportunidad de expresarse y saldrá lo mejor. Entonces no nos apresuremos, no nos adelantemos a los hechos y confiemos en que vamos a tener una excelente ley de Alternatividad Penal que nos va a señalar de manera exacta cuál es el camino para poder avanzar en la desmovilización, en los intereses de la paz sin contraponernos a los intereses de la justicia.

P.- Lo que la izquierda en Colombia ha dejado conocer con motivo de las audiencias públicas es que hay una diferencia entre el tratamiento que ha recibido el paramilitarismo en este esfuerzo que se está haciendo por su desmovilización y los fracasos que ha habido con los grupos subversivos para el denominado acuerdo humanitario. Es decir, que mientras aquí se hace un esfuerzo para que el Congreso resuelva este punto que estamos discutiendo pero usted ha sido muy claro en señalar que eso depende de la ley que el Congreso finalmente determine y los acuerdos a que aspira la subversión para poder devolver a los secuestrados. ¿Existe esa diferencia o no la hay?

R.- Bueno, se trata de asuntos completamente diferentes. Por un lado un proceso de paz busca la desmovilización. Por otro lado, el llamado acuerdo humanitario es una situación de hecho donde estamos bajo el chantaje de un grupo armado que ha tomado a unos civiles inocentes y los mantiene secuestrados. Este grupo está violando abiertamente el DIH y allí lo único que cabe  es la liberación inmediata por parte de ese grupo de los secuestrados.

El Gobierno ha abierto de todas maneras un espacio político y ha dicho: Si ese grupo se compromete a cumplir el Derecho Internacional Humanitario y libera a los secuestrados, el Gobierno de manera simultánea estaría dispuesto a considerar la posibilidad de excarcelar a miembros de estos grupos que estén en las cárceles colombianas y que puedan recibir ese beneficio, siempre y cuando, como lo establece la ley colombiana esas personas que reciben el beneficio se comprometan a no volver a delinquir. Entonces aquí quien tiene que dar el paso realmente es este grupo guerrillero que tiene en su poder a los secuestrados y abrir el camino, que tal y como lo ha dicho el Presidente, podría ser complementado con un gesto de reciprocidad política por parte del Gobierno para facilitar el avance del acuerdo humanitario.

Entonces son dos cosas totalmente distintas que tienen sus procedimientos, tienen sus mecanismos. Una cosa es negociar una desmovilización de un grupo y otra cosa es, como nos sucede con el acuerdo humanitario, vernos frente a un grupo que quiere sacar a los hombres que tienen en las cárceles, pero no para desmovilizarlos sino para armarlos y ponerlos a disparar otra vez contra la sociedad, entonces son asuntos de naturaleza muy diferente que hay que tratar con mecanismos y procedimientos muy diferentes para cada uno de esos dos asuntos, el Gobierno ha estado implementando unas medidas, en el caso de los secuestrados se le han dado unas facultades a la Iglesia, desde noviembre del año 2002 se le dieron unas facultades al señor presidente López para que también él actuara en ese campo y permanentemente estamos en conexión con ellos tratando de ver cómo construimos ese acuerdo de voluntades que permita que este grupo armado al margen de la ley que tiene a los secuestrados los libere y por supuesto que simultáneamente el Gobierno entonces de ese paso político como una forma de complementar esa disposición de este grupo a liberar los secuestrados.

P.- Tenemos a las Naciones Unidas criticando como siempre lo ha hecho este proceso y aportando poco. A la OEA ofreciendo su labor de verificación, un proyecto de Alternatividad que genera mucha polémica, hay muchas ideas en relación con el proceso, buena voluntad del Gobierno. Muchos elementos con los que el presidente Uribe va a llegar a Europa. Cuál es el gancho que va a usar el Gobierno para lograr seducir a los países de Europa y lograr que se involucren en este proceso?

R. - Nosotros realmente hemos estado actuando con mucha transparencia y con mucha verdad. El año pasado yo reuní a todo el cuerpo diplomático acreditado en Colombia y le expliqué los alcances del acuerdo de Santa Fe de Ralito y hacía dónde íbamos. De allí en adelante mantenemos una relación permanente con todo el cuerpo diplomático, mantenemos una relación permanente con Naciones Unidas, con la Unión Europea.

Les vamos explicando por un lado qué es lo que queremos y por el otro qué vamos logrando. Lo que se consolidó el año pasado que fueron las desmovilizaciones de Medellín y del Cauca, creo que produjeron un buen impacto en la comunidad nacional e internacional y seguiremos paso a paso buscando apoyo. Aquí nosotros no queremos apresurarnos ni estamos buscando un apoyo político para el proceso con las Autodefensas  o cosas por el estilo. Aquí el asunto es mucho más pragmático. Tenemos a cerca de 20 mil hombres en armas que muestran su disposición a desmovilizarse y necesitamos por parte de la comunidad de naciones apoyó técnico, financiero y que nos ayude a reinsertar a estas comunidades donde han operado estos hombres armados, porque también esas comunidades han estado en la ilegalidad, entonces iremos paso a paso tratando de concertar con los diferentes países y con los diferentes organismos internacionales cuáles pueden ser los apoyos puntuales y ese tema será tratado en la visita que el señor presidente tendrá en Europa en los próximos días y creo que seguiremos avanzando como se ha logrado hasta el presente.

P.- Cuéntenos un poco de la mecánica que la OEA adelantará en esta mediación , tendrán algún contacto con los jefes paramilitares, algún país de la comunidad interamericana ha ofrecido su territorio para estos contactos?

R.- Primero que todo  no se trata de una mediación sino de un acompañamiento, eso es importante. La OEA no se va a involucrar en asuntos políticos de la negociación sino que va a acompañar decisiones ya tomadas, acuerdos ya firmados, por ejemplo, la OEA podría montar un sistema de verificación para el cese de hostilidades de las Autodefensas, eso es de enorme importancia, las Autodefensas han dicho que están dispuestas a que la comunidad internacional verifique su cese de hostilidades hasta el presente no ha sido montar esa verificación y creo que a eso se debe en gran parte la imperfección del cese de hostilidades, pero también ellos podrían entrar a verificar acuerdos ya firmados como el de Santa Fe que establece que la desmovilización de las Autodefensas se va a dar antes de diciembre del 2005, también  igualmente procesos de desmovilización en marcha como el del bloque Cacique Nutibara u otros que vengan y acompañamiento a las comunidades donde han operado estos grupos de tal manera que se pueda poner en marcha una pedagogía que le permita a estas comunidades cooperar adecuadamente con el Estado y volver a recuperar en estos territorios la institucionalidad de manera plena.

P.- Yo le quiero cambiar el tercio, se habla que el proceso con el ELN ha llegado a un punto definitivamente muerto, que parece que hay un estado de no retorno en los acercamientos que se hicieron por parte de la comisión y que no parecería con salida un proceso de paz con el ELN.

R.- Mire, yo personalmente le he dicho a la comisión facilitadora civil  que no comparto todo el ruido que se hace, no tiene sentido que desde el primero de enero de este año se haya estado diciendo que la comisión facilitadora civil se iba a reunir el 15 de enero con el señor Pacho Galán en Itaguí, y que todos los días eso haya sido noticia, a mi se me hace que eso crea falsas expectativas cuando el Gobierno y la facilitadora civil sabíamos que de esa reunión no iba a salir nada; entonces yo si creo que hay que asumir esto con responsabilidad.

Al ELN  nosotros le hemos hecho unas propuestas, todo el país las conoce, incluso, que el propio presidente estaría dispuesto a ir a conversar con ellos en algún lugar del territorio colombiano si ellos están dispuestos a iniciar un proceso de paz, previo cese de hostilidades. Lamentablemente se crea mucha expectativa, el mismo ELN filtró una conversación que yo tuve con Antonio García, que ellos grabaron, no sé con qué pretensión la filtraron y un medio de comunicación hace algunos días sacó apartes. Allí quedó muy claro entre otras cosas lo que es la postura del Gobierno, tenemos la más absoluta disposición para avanzar  pero el ELN nos responde con una  propuesta de unos diálogos regionales donde el Gobierno no está presente, eso no tiene ningún sentido, unos diálogos regionales que no tienen norte, unos diálogos regionales donde la única instancia de autoridad que puede tomar decisiones que es el Presidente y la oficina del Alto Comisionado  no participan, entonces yo creo que hay que llevar las cosas a su punto.

Realmente  con el ELN ha habido contactos, el Gobierno se ha mostrado siempre dispuesto a que esos contactos se mantengan, recientemente colocamos un radio de comunicaciones en Itaguí que le ha permitido a todo mundo, le ha permitido a la iglesia, le ha permitido al señor Lemoyne de Naciones Unidas, a la  facilitadora civil entrar  en contacto con el ELN igual el mismo gobierno lo ha hecho y ha hablado con Antonio García, pero más de eso no hay,  ojalá hubiera más, el Gobierno está dispuesto a avanzar, pero realmente seguimos en lo que estamos desde el comienzo de este Gobierno. El presidente diciendo que está dispuesto a avanzar y el ELN renuente a conversar con este Gobierno.

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