PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE EN ANIVERSARIO DE LA ARMADA
Bogotá, 22 jul (SNE). La siguientes son las palabras que
pronunció el Presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, con motivo del aniversario 181 de la Armada
Nacional.
"Nos reunimos hoy en este nuevo aniversario de la Armada,
el 181, para distinguir a tantos héroes de la Patria, para
llamar a la Nación sobre la necesidad de apoyar su Fuerza
Pública y para estimular a la Fuerza Pública, en
la expresión de la Armada Nacional, para que con toda la
diligencia y la entrega, más rápido que tarde, devolvamos
a Colombia la plenitud de la paz.
La batalla naval del Lago de Maracaibo, en la que el prócer
José Prudencio Padilla cerró la Independencia, el
24 de julio de 1823, es justamente el principio de nuestra Armada.
Hubo momentos de gran importancia. En 1810, Don José María
García de Toledo creó la Comandancia General de Marina,
bajo el mando del capitán de navío Juan Nepomuceno
Eslava, hijo del virrey Sebastián Eslava, hijo del Virrey
Sebastián Eslava.
En 1822 el General Santander creó la Escuela Náutica,
la cual desapareció tiempo después, junto con sus
buques de guerra y sus marinos. En 1907 el Presidente General Rafael
Reyes creó la Escuela Naval, que fue clausurada por el General
Ramón González Valencia el 28 de diciembre de 1909.
En 1932, en el conflicto con el Perú, reapareció la
Marina. Se adquirieron buques, se fundó la Escuela de Grumetes
y la Escuela de Cadetes, las cuales hoy continúan su labor
de formar los hombres y mujeres de mar al servicio de la Patria.
Nos hemos reunido para honrar a un grupo de compatriotas.
Con la Orden al Mérito Almirante Padilla, al Comandante
de la Policía, Mayor General Jorge Daniel Castro Castro,
quien comanda la Policía en un momento en el cual hay tanta
exigencia de la ciudadanía a la Policía, para que
la Policía definitivamente nos libre de flagelos como la
droga y el terrorismo.
A la señora ex Ministra, doctora Martha Lucía Ramírez
de Rincón, compatriota ejemplar y destacada por su valor
civil, su noción de Estado, su amor a Colombia, mujer ejemplo
para los días difíciles que tiene que superar la
Patria.
Con la Condecoración Orden del Mérito Naval Almirante
Padilla, en la categoría de Gran Oficial, al Mayor General
Hernán Cadavid, el Brigadier General Antonio José Ladrón
de Guevara y al Contralmirante Álvaro Echandía.
Con la Medalla 35 Años de Servicio, al Vicealmirante Alonso
Navarro Dallos. 35 años de servicio. Eso se lee fácilmente
en el papel. Servir 35 años, con decoro, con patriotismo,
con abnegación, con transparencia, es una tarea inmensa.
Con la Medalla Orden del Mérito Militar Antonio Nariño,
en la categoría de Comendador y Oficial, a los Capitanes
de Fragata Gustavo Adolfo Ángel Sanín, Luis Bernardo
Ramírez Rincón, Horacio Cristian Zea Zuluaga, y a
la Capitán de Corbeta Adriana Paeres Leal.
La Condecoración Orden del Mérito Naval Almirante
Padilla, al Capitán de Navío Leopoldo Jiménez
Gómez, al Teniente Coronel Fabricio Cabrera Ortiz, al Capitán
de Fragata Carlos Serna Restrepo, al Coronel Simeon Trombitas de
los Estados Unidos, al Capitán de Corbeta Francisco Cubides
Granados, al Mayor Iván Monclova de los Cuerpos de Marina
de los Estados Unidos, al Teniente de Navío Felipe Forero
Hauzeur y al Suboficial Segundo Juan Jiménez, también
de los Cuerpos de Marina.
A estos altos oficiales norteamericanos nuestra gratitud, por
su entrega para ayudarnos, por ese amor que en ellos ha aparecido
de manera tan espontánea, tan viva, por Colombia.
Hemos impuesto hoy la Condecoración Orden del Mérito
Naval Almirante Padilla y Distintivo Herido en Acción a
unos héroes de la Patria, que han sufrido las más
duras heridas, severas disminuciones de capacidad física,
por servir a la Patria. Son ejemplo de heroicidad. ¡Que Colombia
reconozca a sus héroes!.
Teniente de Fragata Carlos Urbano Montes, Teniente de Corbeta
Rafael Arango Soto, Suboficial Segundo Jhon Suárez Salgado,
Suboficial Segundo Jesús Tirado Gaivao, Suboficial Tercero
Leonardo Flórez Montoya, Infante de Marina David Canchilla
Sánchez, Infante de Marina Andrés Mauricio Salazar
Herrera, Infante de Marina Luis Mendoza Acosta, Infante de Marina
John Parra García, Infante de Marina Edwin Restrepo.
Y se ha otorgado la Medalla de Orden Público al Capitán
de Navío Juan Manuel Lesmes, uno de los colombianos más
eficaces en la lucha contra el narcotráfico.
La señora Teniente de Navío Beatriz Helena Restrepo
ha recibido la condecoración póstuma a su esposo,
el Teniente de Navío Mauricio Estrada Durán.
Y Jesús Eduardo Oyola Vera ha recibido la condecoración
póstuma a su hermano, el Teniente de Corbeta Juan Oyola
Vera, asesinado por un francotirador de los grupos terroristas,
hace pocos días, en los Llanos Orientales de la Patria.
Su padre de 90 años no nos pudo acompañar hoy.
A todos ellos, a sus familias, nuestra gratitud.
¿De dónde de surge la paz? ¿De consentir
a los delincuentes, de producir parafernalia en el abrazo con ellos,
de hacer caso y caer en el engaño, de procesos insinceros
con ellos?
De ahí no surge. De ahí surge es el sacrificio de
los colombianos. Cuando veíamos ahora conmovidos esta fila
de compatriotas héroes, mutilados, con su visión
afectada, con una u otra disminución de capacidad, todo
por culpa del terrorismo, yo me preguntaba con la menor subjetividad: ¿Y
qué causó esto?
Sí, lo causó el terrorismo. ¿Y qué permitió que
el terrorismo creciera de esa manera? La blandura, la debilidad
del Estado, el leguleyismo, la oratoria tanto tiempo dedicada a
apaciguar a los violentos. Mientras se apaciguaba a los violentos,
los violentos mutilaban a nuestros héroes de la Armada.
La paz no surge de apaciguar a los violentos. La paz surge del
ejercicio firme de la autoridad, severo y transparente.
Cuando hay un violento arrogante por el dinero de la coca, negocio
que crecieron en los años del apaciguamiento, cuando hay
un violento arrogante porque le suma a su fortuna de dinero su
capacidad en armas, y el Estado le pide clemencia a ese violento,
ese violento se burla del Estado.
Cuando al violento arrogante y rico se le pide clemencia frente
a la Fuerza Pública o frente a la población civil,
su única respuesta es la sonrisa burlona, es la mirada desdeñosa,
es la actitud cínica, y su única reacción
es derramar más sangre en el pueblo colombiano.
Que el país no vuelva a caer en el error del apaciguamiento.
Los procesos de paz serios surgen del ejercicio serio de la autoridad.
Hace pocos días le decía yo a un abnegado padre
de familia que tiene su hijo secuestrado, decía: 'no crea
que nos lo van a entregar porque tengamos actitudes de apaciguamiento
con los violentos'.
Todos esos procesos anteriores permitieron liberar unas personas,
pero armaron a los violentos para que secuestraran más.
Y esos procesos multiplicaron el secuestro, generaron más
atrocidades, generaron más violencia.
Ese problema del secuestro se resuelve a partir de la persistencia
en una política de autoridad firme.
General Ospina, usted lo sabe: ese problema no lo vamos a arreglar
apacentando a los violentos como ovejas tranquilas. Ese problema
lo vamos a arreglar persiguiendo con ardentía a los violentos,
hasta que los violentos recobren el respeto por el Estado Colombiano.
Una cosa es el coqueteo con los violentos para comprar sonrisas
y producir imágenes de televisión y otra cosa es
un proceso de paz serio, que surge solamente cuando ellos entiendan
y acepten que el Estado está recuperando el imperio de las
instituciones.
¿Saben que nos iba a quedar del Estado? Lo formal, lo aparente.
De pronto estas sedes aquí en el corazón de Bogotá.
Pero el Estado real se había perdido, se había desintegrado.
En una parte el poder real lo ejercía un grupo terrorista,
en otra parte otro grupo terrorista, en otra parte el de más
allá.
De Colombia, sólo quedaba el nombre. Del Estado legítimo,
sólo quedaba la presencia en algunos sitios, como este donde
estamos, porque el poder real lo habían arrebatado los violentos.
Hay que recuperarlo, en todos los sitios del territorio. El poder
real en manos del Estado es el único transparente, es el único
legítimo de los poderes, es el único aceptado de
los poderes, es el único que le genera confianza al pueblo.
Un poder real del Estado, ejercido con imparcialidad, ejercido
con decoro, con eficacia y con transparencia, es la garantía
al pueblo, es la garantía del débil, es lo único
que finalmente, como dijera de manera bella El Libertador, aterra
al delincuente.
Es la esperanza de la sociedad entera. Vamos a construir, señor
General Ospina, señor Almirante Soto, muy distinguidos Comandantes,
señor Fiscal General de la Nación, un país
donde definitivamente reine el imperio del poder real y democrático
del Estado.
Recuerden: el ascenso de los violentos nos había dejado
solamente con los símbolos, con el Estado del recuerdo y
de la nostalgia, con el Estado de la forma, porque los violentos
habían usurpado el Estado de la realidad. Y entonces, cuando
los violentos veían ese Estado débil y claudicante,
qué iban a pensar en la paz. Sólo pensaban en seguir
engatusando a algunos sectores de opinión, para apoderarse
definitivamente ellos de Colombia.
Estos compatriotas que hoy desfilaron por acá han hecho
enormes sacrificios, han ingresado a la lista de los Héroes
de la Patria. ¿Saben cuál es la menor manera de compensar
ese sacrificio? Nuestra persistencia, nuestra firmeza. Qué triste
para ellos que después de haber ofrendado su sacrificio,
llegaren a ver un Estado claudicante, en sonrisa hipócrita
y meliflua frente a los delincuentes. Qué triste sería
para sus familias que, después de tanto sacrificio, ellos
llegaren a ver a los delincuentes convertidos en campeones.
Los procesos de paz surgen a partir de que los delincuentes entiendan
que tienen que rectificar porque no les queda sino el camino de
la derrota.
Señor Almirante Soto Gómez, hoy es un día
de reflexión. Que los mares de Colombia no sean corredores
de tránsito de coca. Acabemos hasta con el último
gramo. Que los ríos de Colombia con sean venas alimentarias
de los terroristas. Que nuestros retenes sean eficaces en todos
los ríos de la Patria. Que aquellas zonas de infantería
entregadas a la Armada dejen de ser territorio de terroristas.
Brindo pues el testimonio de admiración de la Nación
entera a la Armada. El testimonio de gratitud a sus héroes.
Y los invito a perseverar y mejorar la tarea de derrotar a los
criminales. Empecemos cada día con las energías del
primer día. Y terminemos cada día con la ilusión
de la mañana siguiente, para que los terroristas tengan
que vivir la persecución de un Estado firme, y así de
esa manera renuncien al propósito de maltratar a la sociedad
y a la Fuerza Pública.
Qué bueno que aquellos que destacan a los terroristas conocieran
el caso humano dramático de cada uno de estos héroes
de la Patria. Qué bueno que aquellos que han sido desinformados
miraran cada uno de estos casos y entendieran qué ha pasado.
Recuerden: estas mutilaciones, estas heridas, estos casos de discapacidad,
no han surgido por generación espontánea. Surgieron
por el terrorismo. Y el terrorismo surgió por la debilidad
del Estado. Que jamás Colombia repita ese error.
Muy queridos familiares, muy queridos condecorados hoy: nuestro
compromiso con ustedes, le pedimos a Dios que nos ayude a cumplirlo,
en no desfallecer en un solo minuto. Tenemos nuestras energías
espirituales y materiales comprometidas. A luchar, para que nuestra
generación o las siguientes puedan vivir un sueño:
el sueño de una Colombia sin terroristas. El sueño
de una Colombia con un Estado firme, con un Estado democrático,
con un Estado con poder real que se haga amar y tener confianza
de todos los compatriotas. Muchas gracias". |