PALABRAS DEL VICEPRESIDENTE
FRANCISCO SANTOS EN INAUGURACIÓN
DE ESCUELA DE ENTRENAMIENTO PARA GAULAS
Bogotá, 11 junio (SNE)
- La siguiente es la intervención del Vicepresidente de
la República,
Francisco Santos Calderón, durante la inauguración
de la primera Escuela de Entrenamiento para los Grupos Antisecuestro
de América Latina
Hoy termina una etapa de mi vida y empieza
otra. Termina una que empecé el 19 de Septiembre de 1990 cuando a las 7:05 de
la noche Pablo Escobar me secuestró - o una organización
al mando de Pablo Escobar - asesinaron al conductor y tan sólo
8 meses y unos días después regresé a la libertad.
Desde entonces me he dedicado como ciudadano
y hoy como funcionario público, a ayudarle aquellos que viven ese mismo flagelo.
A combatir ese flagelo, a tratar de acabar, y a lograr, espero,
que cuando expire mi último suspiro pueda decir "no
dejé un día sin luchar contra estos bandidos, no
dejé un día sin luchar contra los secuestradores.
Mi vida estuvo en un parte importante dedicada a esto".
Recuerdo que cuando me liberaron escribí una columna y
recibí cientos de cartas de víctimas y familias de
secuestro acerca de la situación en la que estaban. De eso
hace poquísimo tiempo, hace 13 años. En el año
1991 el secuestro existía en Colombia, y era un flagelo
que todos sabíamos pero era un delito que todos queríamos
ocultar.
Hoy eso no es así. Hoy el secuestro es un delito del cual
los ciudadanos son conscientes. Esta sociedad entiende que es una
plaga y este Estado sabe que hay que terminarla. Desde la época
de los UNASE, de la Ley 40, del desafortunado pero respetado fallo
de la Corte Constitucional que eliminó unas provisiones
muy importantes de la ley 40 es mucho lo que hemos avanzado. Y
hoy, con la entrega de estos equipos, con el entrenamiento por
parte de equipos especializados del gobierno de los Estados Unidos
y hoy viendo en esta casa - modelo en América Latina - a
un equipo de la policía y un equipo del ejército
entrar al mismo tiempo, mira uno hacía atrás y dice "cuánto
hemos avanzado".
Si, las cifras están. Hay una reducción importantísima
del secuestro. No me cabe la menor duda que la Operación
Patriota, la Operación Libertad - en Cundinamarca - la operación
Orión, han quitado el control de lugares donde antes la
subversión tenía total libertad para guardar secuestrados
y por eso las cifras eran tan altas. Pero como bien lo dijo el
Ministro, quien también sufrió en carne propia a
través de su hijo este problema, es mucho el camino que
nos falta recorrer.
No me cabe la menor duda que ante la ausencia
de esas áreas
estratégicas y de retaguardia donde tenían secuestrados,
los secuestradores, esos malos hijos de la patria, van a buscar
formas de reactivar esta tenebrosa industria. Y por eso tenemos
que saber más que los secuestradores y en esas estamos.
También en un trabajo con la ATA para empezar a juntar
información de todo el Estado y poder desarticular organizaciones
y poder aprender de los que aprenden. Y no que el conocimiento
sobre el secuestro se quede en el soldado, en el agente, en el
oficial, en el suboficial, que en un momento está en la
lucha antisecuestro y después está en otro puesto.
Necesitamos dejar ese conocimiento y es lo que estamos haciendo.
No me cabe la menor duda, y mirando hacía atrás,
que hoy el Estado colombiano y la sociedad tienen muchísimos
mejores instrumentos para derrotar el secuestro y para derrotar
el terror que los que teníamos hace 15 años. Hoy,
es un pequeño paso que damos, hoy con alegría veo
que el esfuerzo de mi vida, de mis últimos 15 años,
por luchar contra el secuestro rinde frutos y que los secuestradores
en este país, tienen sus días contados.
Esta escuela es un ejemplo, y se que va
a entrenar innumerables oficiales, suboficiales y civiles de
otros países de América
Latina que hoy sufren este flagelo. La triste realidad del continente
es que mientras nosotros ya vivimos lo peor de la curva del secuestro
y empezamos a ganar esa batalla, otros países la están
perdiendo. Países como México, Brasil, Argentina,
Guatemala, donde el secuestro se ha convertido en un flagelo que
desafortunadamente tienen de cierta manera escondido. Que desafortunadamente
no afrontan con todo el rigor y con todas las lecciones aprendidas
que nosotros podremos darles. Pero esta lucha ya es una lucha contra
un crimen multinacional, por que ya es un crimen multinacional.
Hace unos días estuvo de visita un fiscal del Paraguay,
que me contó de un secuestro, en donde no descartan, que
estén organizaciones criminales involucradas. Secuestro
por el que se pagaron varios millones de dólares, pero fue
un secuestro que se realizó en Paraguay, se negoció en
Brasil y se pagó en Argentina.
Así, este es un delito que tenemos que combatir todos.
Es un delito que ya es trasnacional y que tenemos que mirar como
un arma y una herramienta del terrorismo trasnacional que hay que
derrotar. Es un delito que hoy, gracias a la ayuda de los Estados
Unidos, gracias al apoyo decidido del señor Ministro de
Defensa, del señor Viceministro de la Defensa, con las Fuerzas
Militares, con el Ejército, con la Policía, y con
la sociedad civil, estamos seguros que esto que hoy inauguramos,
que estos equipos sofisticadísimos, nos van a llevar a que
seamos mucho más efectivos en la lucha contra el secuestro.
A ustedes, miembros de la Fuerza Pública, que han pasado
por este curso, este país es mucho lo que les debe. Ustedes
son unos ciudadanos a los que esta sociedad les entregó las
armas para defendernos. Y ustedes como ejemplo han recibido ese
mandato, incluso en algunas ocasiones entregando su vida para defender
la libertad de otros.
Que causa tan noble, y en nombre del Gobierno,
en nombre de la sociedad, y en nombre mío como víctima, en nombre
de este país les agradezco a ustedes ese sacrificio, les
agradezco a ustedes ese compromiso con Colombia. Que a pesar de
los pequeños problemas que hemos tenido en los últimos
meses, para nada desdicen de esta lucha por la libertad, de esta
lucha contra el nuevo esclavismo que han impuesto las organizaciones
terroristas, de esta lucha por devolverle a Colombia la tranquilidad
para que nuestros hijos y nuestros nietos puedan caminar libremente
por las calles, a sabiendas de que regresaran a casa.
Muchas Gracias."
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