Colombia y Venezuela acometen iniciativa
de manejo sostenible en La Guajira
17% DEL TERRITORIO COLOMBIANO
MUESTRA SÍNTOMAS DE DESERTIFICACIÓN
Bogotá,
18 jun. (SNE).- El Ministerio de Ambiente reveló que,
según un estudio del Pnud, el 17 por ciento del territorio
colombiano muestra síntomas de desertificación,
en tanto que un 15 por ciento adicional es vulnerable de sufrirla
en un futuro cercano.
De acuerdo con el informe, Colombia presenta procesos de degradación
de suelos, tales como erosión, compactación, lixiviación
de nutrientes, contaminación, salinización y sodificación.
Esta degradación de nuestros suelos es causada por actividades
como deforestación, minería, ganadería intensiva
y extensiva, sistemas agrícolas no sostenibles, uso inadecuado
de fuentes de agua, quemas indiscriminadas y cultivos ilícitos.
Dichos factores han contribuido a que el 16,9 por ciento de
las tierras del país se encuentren desertificadas y un 15
por ciento más sean susceptibles de sufrirla si se continúan
los manejos inadecuados de la tierra.
La
desertificación se concentra en departamentos como Atlántico
y La Guajira con el 75 por ciento, Magdalena, Sucre y Córdoba
con entre el 50 y 75 por ciento, Bolívar, Meta, Tolima,
Huila y Cundinamarca, con porcentajes moderados de entre 25 y 50
por ciento.
Los departamentos del
Meta y Vichada presentan las extensiones más amplias con zonas en desertificación.
Las cuencas más afectadas por el fenómeno son las
del Bajo Magdalena, Alta y Baja Guajira, Sinú Caribe, Río
Bogotá, Alto Patía, Alto Cauca, Río Sogamoso,
Río Tomo-Tuparro y Vichada.
Las regiones caucanas
y nariñenses del Patía registran
altos índices de desertificación y se constituyen
en la zona más afectada de Colombia, destacándose
los municipios de Bolívar, Florencia, La Sierra, La Vega,
El Tambo, Mercaderes, Patía y Santander de Quilichao en
el Cauca y El Rosario y El Tablón.
Las cuencas que presentan
mayor afectación por desertificación
están localizadas en las regiones Caribe, Andina y de la
Orinoquía.
Las cuencas del Bajo Magdalena,
Alta Guajira, Baja Guajira, Sinú Caribe
y el Río Cesar se ven afectadas por desertificación
en más de las tres cuartas partes de su área. Otra
cuenca prioritaria para el país como la del Río Bogotá,
posee un nivel de afectación superior al 50 por ciento de
su área.
A nivel nacional la cuenca
que mayor extensión tiene de
zonas en desertificación es la del Bajo Magdalena. Las cuencas
del río Tomo-Tuparro y Vichada, en la región de la
Orinoquía, presentan un alto potencial de zonas propensas
a la desertificación.
191 PAÍSES CONTRA LA DESERTIFICACIÓN
Este diagnóstico fue presentado en el marco de la celebración
en Colombia y el mundo de los 10 años de la firma de la
Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación,
mecanismo global que tiene como objetivo combatir este fenómeno
y los efectos de la sequía. De este acuerdo hacen parte
191 países, incluido Colombia.
Precisamente con ocasión del Día Mundial de Lucha
contra la Desertificación y la Sequía, la ministra
de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Sandra Suárez
Pérez, afirmó que el proceso de degradación
de la tierra es causado por factores climáticos y manejos
insostenibles de la tierra por parte del hombre, que amenazan la
seguridad alimentaria, particularmente en áreas rurales,
y producen crisis humanitarias y económicas.
"Más de cuatro mil millones de hectáreas del
planeta se encuentran afectadas por desertificación, es
decir, la tercera parte de la superficie terrestre", sostuvo
la Ministra.
PLAN NACIONAL DE ACCIÓN
Con el fin de evitar la
desertificación, Colombia, a través
del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial,
diseñó una estrategia para hacerle frente: el Plan
Nacional de Acción de Lucha contra la Desertificación
(PAN), que se constituirá en el mecanismo de prevención,
mitigación y curación de este fenómeno en
el país.
La estrategia, plasmada
en el Plan, acoge el mandato de la Convención
y la Ley 461 de 1998.
La Dirección de Ecosistemas del Ministerio y el Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), con recursos
donados por el Mecanismo Mundial de la Convención, contrataron
en 2003 con el Instituto de Hidrología, Meteorología
y Estudios Ambientales (Ideam) la realización de un diagnóstico
sobre el estado de la desertificación en Colombia.
Los datos arrojados por
el diagnóstico, junto con los obtenidos
en los talleres, sirvieron para la elaboración de un documento
preliminar del PAN.
El Plan cuenta con cuatro
programas estructurales para la prevención,
mitigación y curación del fenómeno: lucha
contra la degradación de tierras, manejo y uso sostenible
de la diversidad biológica en ecosistemas secos, seguridad
alimentaria y manejo y uso eficiente del recurso hídrico.
También contempla unos programas instrumentales como el
de sensibilización, educación y participación
comunitaria; formación, investigación y transferencia
de tecnología; cooperación internacional y fortalecimiento
institucional, los cuales buscan prevenir procesos de desertificación
en las siguientes áreas del país:
1) Región Caribe: Baja y Media Guajira y Llanuras Caribeñas.
2) Valles interandinos de los departamentos del Tolima, Huila
y
Valle del Cauca.
3) Altiplanos Cundiboyacense
y Nariñense.
4) Zonas no inundables de las llanuras orientales de los departamentos
de Meta y Guaviare.
5) Zonas de vertiente o ladera de los departamentos de Santander
y Norte de Santander.
6) Zona del Alto Patía.
En otros frentes de acción y con recursos del Presupuesto
General de la Nación, el Ministerio ejecutó el año
pasado el proyecto "Intercambio de experiencias en degradación
de tierras y lucha contra la desertificación-Cooperación
Técnica Internacional entre los gobiernos de Cuba y Colombia".
Además del intercambio de experiencias, el objetivo acordado
con el Gobierno de la Isla fue apoyar el diseño, estructuración
y formulación del Plan Nacional de Acción de Lucha
contra la Desertificación y la Sequía y manejo de
Ecosistemas de Zonas Secas en Colombia.
La meta es que este año el Plan sea validado, publicado
y socializado a través de talleres regionales, en los cuales
se espera contar con la participación de organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales, las comunidades de base y
otras relacionadas con el tema.
PROYECTOS ANTIDEGRADACIÓN
En cuanto a proyectos
relacionados con degradación de tierras,
el Ministerio, las Corporaciones Autónomas Regionales y
otras entidades nacionales e internacionales, desarrollaron iniciativas
encaminadas a la protección, conservación y manejo
sostenible de este recurso, los cuales han contribuido a la seguridad
alimentaria y a prevenir procesos de degradación de suelos
y del recurso hídrico.
-- El Ministerio y las
Corporaciones Autónomas Regionales
del Tolima del Alto Magdalena,con una inversión de 646.000
mil dólares, adelantaron los programas Protección,
Conservación y Manejo Sostenible de las Zonas Áridas
y Semiáridas de la Ecorregión Estratégica
de la Tatacoa y su Área de Influencia, y el de Protección,
Conservación y Manejo Sostenible de las Zonas Áridas
y Semiáridas del Valle del Alto Magdalena entre el 2000
y el 2002.
Estos dos proyectos contemplaron
la realización de 260
talleres para el manejo de los recursos naturales con la comunidad
y el establecimiento de 192 parcelas de hortalizas para proveer
seguridad alimentaria a la población vulnerable.
-- Por su parte, la Corporación Autónoma Regional
de Cundinamarca (CAR) desarrolló el Proyecto Checua para
el control de erosión, y el de Manejo Sostenible en los
Procesos Productivos en Colombia, que abarca la producción
agropecuaria de bajo impacto ambiental.
Estos proyectos contaron
con el apoyo de la GTZ y el Banco KFW de Alemania, que conjuntamente
con la CAR,
han aportado 22 mil
millones de pesos en los últimos 10 años.
-- El Ministerio, con
el apoyo de Asopatía, adelantó el
Programa para la Implementación del Plan Estratégico
para la Restauración y el Establecimiento de Bosques en
Colombia-Plan Verde, que tuvo un valor aproximado de 310 mil dólares,
y del cual se desprendió el Proyecto de Implementación
de sistemas agroforestales y reforestación multipropósito,
con participación comunitaria en la región semiárida
de los corregimientos de San Juanito (mercaderes) y El Manzano
y El Remolino (Taminango) en el Cauca y Nariño.
-- Proyecto de Conservación de Agua y Suelo en la Zona
Andina de Colombia (Procas), ejecutado en regiones de Boyacá y
Cundinamarca con el apoyo de la GTZ, KFW, la Corporación
Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y Corpochivor.
En su primera fase, el
proyecto realizó control de erosión
en las 17.000 hectáreas que conforma la cuenca del Río
Checua (tributario del Río Bogotá), a través
de la construcción de obras biomecánicas, que lograron
la estabilización de la cuenca hidrográfica y la
disminución en un 94 por ciento del aporte de sedimentos
en el cauce del Río.
-- Proyecto de Asistencia
Técnica Granja Silvoagrícola
Taminango en el departamento de Nariño, para la recuperación
de suelos y aguas en la cuenca del río Patía y zonas
aledañas, con el apoyo de una misión del Gobierno
de China, Corpoica, Corponariño.
-- El Ideam está preparando el lanzamiento del Atlas de
la Desertificación de Colombia, que facilitará la
labor de académicos y la comunidad en general para consultar
la intensidad y localización de este fenómeno en
el país.
INICIATIVA COLOMBO-VENEZOLANA
Una iniciativa binacional se adelanta, desde 2003, entre Colombia
y Venezuela para la elaboración del Programa de Acción
Subregional, que cubrirá el manejo sostenible de los ecosistemas
comunes de las zonas secas de La Guajira. Los técnicos
se reunieron el 10 y 11 de junio en Bogotá, para ajustar
los planes de acción.
Uno de los primeros proyectos
que se busca implementar es el de investigación y caracterización
de los recursos naturales de la Guajira colombo-venezolana, para
incentivar el uso adecuado
de la tierra y la seguridad alimentaria.
Esta iniciativa contará con recursos aún no definidos
por parte del Fondo Mundial Ambiental, Naciones Unidas y el Mecanismo
de la Convención. Colombia y Venezuela son signatarios de
la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la
Desertificación.
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