Marzo de 2004

Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre

Año 2002 | 2003 | 2004 | 2005 | 2006 | 2007
6

SUMARIO DE LA RESPUESTA DE COLOMBIA SOBRE INFORME DE DDHH DE LA ONU

Bogotá, mar. 10 (SNE).- El siguiente es el sumario de la respuesta presentada por el Estado colombiano al informe de Naciones Unidas, sobre la situación de los Derechos Humanos en Colombia durante el 2003:

:

SUMARIO

El Gobierno de Colombia registra con complacencia los reconocimientos contenidos en el Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos sobre los avances y logros del Estado colombiano en la garantía y protección de los derechos humanos de los colombianos y colombianas.

Estimulante valor revisten las explícitas referencias a:

  • Las garantías brindadas por el Estado en el anterior proceso electoral a todos los electores y agrupaciones políticas.
  • La fluida interlocución de diferentes instancias del Estado con la Oficina del Alto Comisionado en Colombia.
  • La reducción reconocida de algunas graves violaciones como homicidios, desplazamiento, masacres y
  • la disminución de ataques en contra de los defensores de derechos humanos.
  • La disposición del Gobierno nacional al diálogo con los grupos armados ilegales.
  • La importancia de ampliar la presencia de la Fuerza Pública en el territorio como garantía de gobernabilidad, disminución de la violencia, prevención y protección.
  • El valioso papel de la Defensoría del Pueblo y de la Procuraduría General de la Nación.
  • El fortalecimiento del Programa de Protección y la implementación del Comité Interinstitucional de Alertas Tempranas.
  • El aumento del gasto público en salud y educación.
  • El esfuerzo en la protección de comunidades indígenas.
  • El Acuerdo Nacional para la equidad de género.
  • Las acciones positivas del Gobierno en lo referente a minas antipersonal.
  • Los espacios de interlocución con las organizaciones de derechos humanos, paz y sindicatos.

El Estado colombiano resalta el señalamiento del Informe acerca del nulo compromiso de los grupos armados ilegales con los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario, la victimización de la sociedad civil por parte de éstos y su reprobable financiación basada en la extorsión, el secuestro y el narcotráfico. Comparte la afirmación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia de que "las recomendaciones no fueron ni acogidas ni respetadas por los grupos armados al margen de la ley, que continuaron perpetrando graves crímenes contra la población civil"[1]

De manera cordial pero enfática, el Gobierno de Colombia expresa algunas observaciones al Informe:

En primer lugar, el Informe no reconoce la gravedad de la amenaza que han venido enfrentando las instituciones y la sociedad colombianas por parte de organizaciones armadas ilegales que usan métodos terroristas. Proteger y explotar más de cien mil hectáreas de coca con capacidad para producir 700 toneladas de cocaína, secuestrar más de 1.500 civiles por año, dinamitar 100 puentes en un año, sembrar los campos de minas antipersonales, utilizar toda clase de artefactos explosivos contra la población civil, destruir 483 torres de energía y 62 torres de comunicaciones y asesinar 13 alcaldes y 70 concejales son algunas de las acciones de estos grupos en el año 2002.

La magnitud de esta amenaza, sus recursos, su desprecio por todas las normas humanitarias, su declarada afrenta a la democracia y a la sociedad, sus métodos terroristas y pérfidos generan circunstancias que dificultan el desempeño del Estado para lograr su propósito de garantizar y proteger los derechos humanos y exigen medidas proporcionales a esta amenaza.

En el Informe no se percibe cabalmente la naturaleza de la política de Seguridad Democrática dirigida a garantizar la seguridad de todas y todos los colombianos y su bienestar de manera integral, se cuestiona su legitimidad y propósitos, se oculta su relevancia para garantizar y proteger los derechos humanos; en ocasiones se puede deducir del informe, que esta política es una amenaza para el ejercicio de los derechos, contrariando la realidad de los resultados y la percepción de quienes habitan el territorio colombiano.

A criterio del Gobierno, el Informe subvalora los logros obtenidos en el 2003; reducir la tasa de homicidios de 68 a 52 por cada cien mil habitantes, la más baja de los últimos 16 años, la muerte de sindicalistas en un 57%, el desplazamiento forzado en un 52%, las masacres en un 33%, o el secuestro en un 26% para no hablar de la reconquista del derecho a circular y pensar libremente en vastas partes el territorio en el corto período de un año debieran considerarse como elementos de análisis significativos en la valoración que hace el Informe de la situación de Colombia. No estamos satisfechos con estos avances, porque no toleramos que haya un sólo colombiano a quien se le violen sus derechos. Pero los hechos muestran que muchas vidas se han salvado y protegido gracias a la acción decidida de las instituciones legítimas.

No es entendible cuando se habla de polarización en la sociedad colombiana mientras encuestas independientes constatan un respaldo del 78% al mandato del Presidente Álvaro Uribe y sitúan la imagen favorable de las Fuerzas Militares en un 80%, y de la Policía Nacional en un 67%. Por el contrario, el 91% tiene una opinión desfavorable de las AUC y el 99% de las FARC y el ELN.

Hay un sano debate político de ideas y alternativas, pero también un unánime rechazo a la violencia, un repudio total a sus métodos terroristas y a la financiación de estos grupos basada en el narcotráfico y la extorsión generalizada. Debate político sí, rechazo total a la violencia y al terrorismo también.

Tal como lo manifestara el Presidente Uribe en su discurso ante el Parlamento Europeo, "con el fortalecimiento del Estado, nuestra democracia pluralista ha hecho el tránsito de las garantías formales y retóricas a las efectivas y reales. El referendo propuesto por el Gobierno y votado el 25 de octubre pasado fue discutido y aprobado por el Congreso, modificado su texto por la oposición, examinado y reducido por la Corte Constitucional. Abstencionistas y opositores dispusieron de todos los espacios para la expresión de sus tesis. Nadie pudo quejarse de cercenamiento de libertades o de hostilidad gubernamental".

"Al día siguiente, el pueblo eligió 30 gobernadores entre 133 candidatos; 914 alcaldes entre 3.441 candidatos; 398 diputados entre 373 listas integradas por 2.723 candidatos; de 6.105 listas con 56.590 candidatos se eligieron cerca de 11.000 concejales municipales; y, de 3.156 listas con 13.387 candidatos se eligieron las juntas administradoras locales. El número de candidatos se duplicó en relación con certámenes anteriores."

"En varias ciudades y departamentos triunfaron candidatos de grupos alternativos a los partidos tradicionales, de organizaciones derivadas de antiguas guerrillas, de agrupaciones llámense de izquierda o de oposición. En la campaña que ellos adelantaron, la preocupación fundamental del Gobierno fue rodearlos de plenitud de garantías. Y ahora que están elegidos, la decisión del Gobierno es trabajar con ellos, dentro de la Constitución, sin considerar el origen político de su elección, con transparencia, y por sobre todo, con el designio patriótico de unir a Colombia dentro de la diversidad."

En Colombia existe, pues, una democracia pluralista, un Estado de Derecho con legitimidad y amplio respaldo popular que enfrenta una amenaza injustificada, sin respaldo ciudadano, sin responsabilidad política que acude a métodos terroristas para atacar o supuestamente defender al Estado y que ha tomado a la población y sus desarrollos democráticos como objetivo sin discriminación alguna.

Durante el año 2003 se aplicó la política de Seguridad Democrática para proteger los derechos de todos sin distingo de condición social, opinión política, raza, credo religioso o género. Política que pretende ante todo garantizar y proteger derechos y libertades, que reclama su legitimidad por su origen democrático, su respaldo popular y el respeto a los derechos humanos en los medios utilizados para lograr sus propósitos.

Esta política hace parte de un concepto integral de la gestión de gobierno, igualmente preocupada por lograr la transparencia en la administración del Estado derrotando la corrupción, la demagogia, el clientelismo y la imposición de acuerdos de las cúpulas en detrimento de los puntos de vista del resto de la sociedad.

Gestión de gobierno dirigida a favorecer a los más desvalidos mediante la reactivación económica y social. Algunos de los avances en esta materia se reflejan en la revolución educativa que en un año logró reducir en un 25% el déficit escolar atendiendo 500.000 nuevos estudiantes; en la disminución del desempleo en 3 puntos creando 1.241.218 empleos; en el servicio estatal de educación técnica que pasó de 1.070.000 estudiantes atendidos a 2.266.768 en el año, superando la meta de ese período en un 16%; en los 1.061.651 nuevos beneficiarios del sistema de salud; y en los 2.463.363 niños beneficiarios de los restaurantes escolares y 322.051 de desayunos infantiles.

Esta caracterización de la realidad colombiana conduce a una conclusión clara: el fortalecimiento de la autoridad democrática en todo el territorio es la mejor garantía para la plena vigencia de los derechos humanos. En Colombia no se estaba ante un Estado fuerte que fuera una amenaza para los derechos humanos, sino ante un Estado democrático que no tenía capacidad para garantizar el disfrute de sus derechos a los ciudadanos y ciudadanas. No se puede temer al fortalecimiento de la capacidad de proteger del Estado en un país con la tradición democrática, las instituciones, la Constitución y las leyes y la calidad del pueblo con que cuenta Colombia.

  • El Estado colombiano ha estado igualmente comprometido, en estrecha coordinación con la Oficina del Alto Comisionado y los países amigos, en la aplicación de las recomendaciones del anterior informe:
  • Prevenir mediante la respuesta oportuna al SAT o la protección de personas especialmente vulnerables;
  • Proteger a comunidades en riesgo;
  • Fortalecer la capacidad del Estado localmente para promover, garantizar y proteger derechos;
  • Responder oportunamente a organismos internacionales;
  • Liderar procesos de distensión local;
  • Apoyar las investigaciones y dinamizar el Comité de Impulso de investigación de casos de graves violaciones;
  • Educar en derechos humanos;
  • Controlar el comportamiento de la Fuerza Pública;
  • Combatir a todos los grupos ilegales con la misma intensidad y de la misma manera;
  • Responder a las demandas vitales básicas de la sociedad;
  • Trabajar porque la cultura de los derechos humanos se arraigue en la sociedad o
  • Legislar con responsabilidad, entre otros, hicieron parte del quehacer cotidiano del Estado durante el 2003.

Se actuó con responsabilidad, interés y compromiso. La política de derechos humanos ocupó lugar destacado en las preocupaciones y labores del Gobierno y articuló los esfuerzos de múltiples instancias del Estado bajo la coordinación del Vicepresidente de la República. La política de derechos humanos va más allá de las recomendaciones y está concebida de manera integral. Tal como lo ha señalado el Presidente Álvaro Uribe Vélez: "Nuestro país está abierto a la vigilancia de la comunidad internacional. Contamos con la presencia, reclamada por nosotros, de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Sus recomendaciones se reciben con respeto. Cuando no son atendibles a juicio del Gobierno, se discute con franqueza".

Todos estos esfuerzos se realizaron con una gran apertura a la comunidad internacional y acudiendo sólo de manera excepcional a los Estados de Excepción consagrados en el ordenamiento constitucional.

El respaldo político a la democracia colombiana recibido en Londres fue un importante aliciente para enfrentar la situación tan compleja que se vive; el Estado colombiano reitera su voluntad de desarrollar relaciones constructivas con la comunidad internacional con los objetivos de fortalecer la democracia, la garantía de los derechos humanos en el país y lograr el desarrollo con oportunidades para todos.

En esas relaciones fundadas en los valores humanitarios compartidos, en las convicciones democráticas, en el deseo común de superar la pobreza y en el rechazo a la violencia, el terrorismo y el narcotráfico, el pueblo de Colombia espera seguir contando con la solidaridad del mundo y haciendo esfuerzos que expresen la corresponsabilidad en la defensa de esos valores y en la superación de esos problemas.

A la par con el trabajo conjunto por las recomendaciones y el desarrollo de la política estatal para promover, garantizar y proteger los derechos humanos, el Estado colombiano desarrollará sus mejores esfuerzos para controlar la nefasta acción de todos los grupos ilegales contra los derechos de los colombianos, lograr una mayor eficacia de la justicia e investigar ágilmente los señalamientos contra miembros de la Fuerza Pública que desacaten sus obligaciones legales y las instrucciones de sus superiores.

El mundo debe tener la certeza de que el enemigo de la humanidad y de los valores compartidos de la dignidad humana no es el Estado colombiano; el enemigo es quien utiliza la violencia contra la población civil alimentada por el narcotráfico mediante la práctica del secuestro, el uso indiscriminado de minas antipersonal u otras armas prohibidas por las normas del Derecho Internacional Humanitario, y no vacila en utilizar el terrorismo contra la voluntad democrática y el pueblo de Colombia.

Los resultados en el terreno de los derechos humanos, de la seguridad y de beneficios sociales son claros y contundentes. Hay un inmenso camino por recorrer, obstáculos por superar y logros por alcanzar; no se ha logrado la superación definitiva de los problemas pero se está avanzando en el camino correcto.(Fin)

--------------------------------------------------------------------------------

[1] Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia. E/CN.4/2004/013, página 38.


 

Imprimir
 
MAPA DEL SITIO
 
| Quejas y Reclamos | Web Master |
Linea de Quejas y Reclamos 018000-913666

COPYRIGHT © 2006 PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA