Historia de Adán, un campesino
que vive en El Paraíso y que dejó atrás los
cultivos ilícitos
"EL PROGRAMA GUARDABOSQUES NOS CAMBIÓ LA
VIDA"
Orito (Putumayo), mar. 10 (SNE).- Lejos
del bullicio de los carros en las grandes capitales, del correr
del tiempo, de las horas del
reloj, de las citas y de saludos medio cortados y afanados, esta
Adán Galíndez, un campesino de la vereda El Paraíso
(en la parte media del Putumayo), a quien la vida le cambió,
desde hace un par de meses.
El Paraíso es un lugar donde, dicen, la miseria no existe.
Existen el sudor y el color que dejan las largas jornadas de trabajo
en el campo. Existen los pies descalzos de los niños que
corren desprevenidos por la vereda, siempre con una sonrisa en
sus labios.
El Paraíso -ubicado a pocas horas de la vía que
de Puerto Asís conduce a la frontera con el Ecuador-, es
una de las tantas veredas de Orito, de amplia extensión
selvática afectada por los cultivos ilícitos. Hoy,
en esa zona, no se encuentra una sola mata de coca, pero sí campesinos
unidos que trabajan por cuidar y preservar los recursos naturales
para darle un ejemplo a futuras generaciones.
Este es el caso de Adán Galíndez, líder comunal
de la vereda, quien habló de la importancia que tienen para
la región programas que promuevan el desarrollo social y
ambiental de los campesinos del Putumayo, así como el acompañamiento
que tienen a lo largo de los procesos, dentro del programa presidencial
Familias Guardabosques que se adelanta con éxito en 56 veredas
del municipio.
"El programa Guardabosques nos ha cambiado la vida grandemente",
afirma don Adán.
"Nuestra manera de pensar ha ido evolucionando, porque nosotros
no teníamos una visión de futuro. Hace aproximadamente
unos 20 años, nuestra cultura era seguir sembrando coca.
Esa fue una de las tantas causas por las que muchas personas de
acá no nos capacitamos. Era una cultura que teníamos.
Familias Guardabosques nos ha cambiado esa idea. Nos hemos dado
cuenta de lo importante que es cultivar nuestros bosques, de saber
que el mundo nos llama el pulmón de la amazonía.
Nos sentimos orgullosos de vivir donde estamos. Queremos defender
los árboles, porque un árbol es una vida y si lo
destruimos estamos cortando una vida."
Diariamente Adán realiza jornadas de trabajo que empiezan
a las cinco de la mañana y se pueden extender hasta las
seis de la tarde, dependiendo del número de reuniones que
se acuerden con la comunidad, así como de las actividades
que se realicen en cada finca. Lo importante para él es
que la comunidad se encuentre más unida y receptiva a las
labores que debe cumplir.
Las Familias Guardabosques de las 56 veredas del municipio de
Orito que ingresaron hace casi ocho meses y se encuentran recibiendo
sus quintos pagos, se encuentran muy adelantadas en las labores
que deben cumplir en sus predios.
"El dinero que recibimos es muy bueno, porque la economía
es la base, pero de qué nos sirve, sino contamos con nuestro
propio conocimiento, si no estamos concientizados de lo que tenemos.
Por ejemplo, en nuestra vereda somos ricos en zonas hídricas,
tenemos bastantes nacimientos de agua, por donde quiera que vamos
encontramos una quebradita. Tenemos más agua que personas..."
Actualmente el programa Familias Guardabosques
se adelanta en Rioblanco y Chaparral (Tolima), Cantagallo y San
Pablo en el Sur
de Bolívar, Albán, Buesaco y Aponte (Nariño),
El Bagre, Turbo y Necoclí (Antioquia), Santa Marta (Magdalena)
y San José del Guaviare (Guaviare).
En estos municipios las familias han adelantado
diversos procesos que tienen que ver con solicitudes comunitarias
de ingreso al programa,
procesos de capacitación, erradicación de cultivos
ilícitos y trabajo en la recuperación y conservación
del bosque y demás recursos naturales con los que cuentan.
Educadores comunitarios
El Programa Familias Guardabosques, escogió a las entidades
capacitadoras del Instituto Luis Carlos Galán y Corpoamazonía
para realizar los acompañamientos técnicos y sociales
en la región. Así, en cada vereda se han seleccionado
personas que ejerzan un buen liderazgo para capacitarlos como educadores
comunitarios.
Gracias a ello, los campesinos han creado
diversas maquetas de sus terrenos y hoy en día están en la capacidad de
hablar sobre la importancia de los recursos naturales y tener una
conciencia de conservación y de reconstrucción del
tejido social.
"Antes podíamos darnos cuenta que cuando cultivábamos
coca era poco lo que nos reuníamos. Actualmente, con las
actividades que realizamos con el acompañamiento de Corpoamazonía
y el Instituto Luis Carlos Galán, nos reunimos hasta cuatro
veces por semana".
La expresión de agradecimiento hacia el Gobierno es unánime. "El
Programa nos ha llevado hacia arriba. Queremos decirle a Presidencia
y al mundo entero que estamos convencidos de que podemos cambiar. " |