En apoyo de la Consejería
Presidencial para la Acción Social
215 FAMILIAS DE NARIÑO Y CAUCA EXPORTAN
FRUTAS TROPICALES A EUROPA Y E.U.
Bogotá, mar. 12 (SNE).- Víctor Manuel Caicedo, un
campesino de Patía (Cauca), no se asusta cuando le hablan
de Pasiflora Edulis, Rubus Glacus, Psidium Guajava, Ananas Comosus
o Carica Papaya. Para él, esas palabras ya forman parte
de su léxico.
Los nombres, que se identifican comúnmente como maracuyá,
mora, guayaba, piña y papaya, son la esperanza para 215
familias de Nariño y Cauca que están batallando contra
la pobreza, la presencia guerrillera, el paramilitarismo el narcotráfico
y la falta de planeación en el desarrollo productivo de
sus tierras.
"Nos sentimos afortunados. De ahora en adelante nuestros
problemas los vamos a manejar con la pala, el azadón, las
manos, la dedicación, la unión, y la fe", dice
este campesino, hoy presidente de la Junta Directiva de Asprome,
la asociación que presentó ante el Plan Colombia
el proyecto "Producción Agroindustrial y Comercialización
de Frutas Orgánicas", financiado con recursos del Gobierno
nacional.
El proyecto, que inició el año pasado, ya tiene
sembradas 450 hectáreas de frutas tropicales en Leiva (Nariño),
Patía, Cajibío y Caldoso (Cauca).
La asesoría y la asistencia técnica es permanente,
se desarrollan prácticas que conservan y mejoran la fertilidad
del suelo y se comprometen con la producción orgánica,
la protección del medio ambiente y el desarrollo rural sostenible.
El Gobernador del cabildo indígena de Caldono, Alirio Tumbo
Yafue, manifestó que muchos miembros de su comunidad están
cultivando mora.
"Ha sido muy importante para nuestra gente este proyecto,
pues ahora pasaron de ser unos simples cosecheros a agricultores
con tecnología".
La importancia de estos cultivos es que
las cosechas no sólo
queden en el campo, pues el objetivo de Asprome es exportar los
productos derivados de estas frutas a los mercados internacionales.
"Nosotros no teníamos formación académica,
tampoco una vocación agrícola. Nuestra fruta era
producción silvestre en zonas donde se cultiva coca y amapola.
Quisimos cambiar y se nos presentó la oportunidad de organizarnos
y conformar las asociaciones. Ahora lo más importante es
trabajar duro, sacar una producción orgánica de muy
buena calidad y cumplir con Asprome para que la planta que tenemos
en la ciudad de Palmira, para la transformación de la fruta,
pueda ser procesada para la venta", dice Laureano Gómez,
otro de los campesinos beneficiados.
Para Matías Jaeger, director ejecutivo de esta Asociación,
la iniciativa también surgió porque había
mucha fruta que se podría y se perdía.
"Comenzamos a buscar un destino y alternativas que ayudaran
a mejorar no sólo la calidad de vida de esta comunidades
sino también a garantizar la comercialización, uno
de los pasos más difíciles en la cadena productiva".
"Inicialmente se logró un mercado local, posteriormente
exportamos a la comunidad latina en la ciudad de New York. Ahora
la Asociación produce, procesa y comercializa productos
que tienen la certificación de ecológicos en países
como Estados Unidos, Alemania y Suiza.
Igualmente se atiende el mercado nacional
e internacional con cinco líneas productivas: pulpas,
deshidratados, mermeladas, conservas, y aceites esenciales.
Hoy en día, Víctor Manuel Caicedo y las demás
215 familias marcan la diferencia: producen frutas tropicales competitivas,
saben de agricultura orgánica y conocen, entre muchas otras
cosas, que de la pasiflora edulis o el maracuyá se extraen
aceites que se utilizan para la fabricación de jabones,
tintes y barnices. "Por si usted no lo sabía".
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