Entrevista con el
ministro de Comercio, Industria y Turismo, Jorge Humberto Botero
LLEGÓ LA HORA CERO DEL TLC
Washington, 24 mar (SNE).- Su aspecto refleja
tranquilidad y conocimiento. Para algunos podría aparentar pasividad, pero quienes lo conocen
saben que es hiperactivo y siempre está trabajando una idea. Es
reservado y prudente, por eso piensa cada acción y palabra, porque
sabe que de ellas se derivará siempre algo.
Su actual reto es "embarcar" y llevar a Colombia a "buen
puerto" en materia comercial, no sólo con los acuerdos internacionales
sino fortaleciendo el sector productivo exportador del país.
Este abogado colombiano, con estudios de Ciencias
Políticas en
West Virginia University, Estados Unidos, y cuya carrera ha transcurrido
en el ejercicio de su profesión, la representación de intereses
gremiales, la banca, la dirección de empresas y la publicación
en la prensa de columnas de opinión relativas a los problemas
económicos, sociales y políticos de América Latina,
ahora es el jefe de la cartera de Comercio, Industria y Turismo de Colombia.
Jorge Humberto Botero, un "paisa" sin acento que nació en
Medellín en 1944, siempre se ha destacado por su capacidad analítica,
lo que le ha permitido servir como consejero y miembro de varias juntas
directivas. De hecho, fue el Secretario Jurídico de la Presidencia
de la República durante la administración del presidente
Virgilio Barco.
Esa misma capacidad para entender diferentes
posiciones y puntos de vista fue la que le permitió al Presidente Álvaro Uribe
Vélez, designarlo en su actual cargo y darle la responsabilidad
de liderar uno de los principales retos del actual Gobierno: realizar
un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.
Esta semana cuando los funcionarios del Gobierno
estadounidense anunciaron oficialmente para el 18 de mayo el inicio
de las negociaciones del TLC,
Botero fue uno de los hombres más felices de la comitiva presidencial
en Washington.
Sin embargo, su cautela lo lleva a ser reposado
y a advertir que hasta ahora se empieza a recorrer el camino de una
gran oportunidad para Colombia
cuyo principal objetivo es mejorar la calidad de vida y abrir una puerta
inmensa para el desarrollo del país.
Hablar con él durante el viaje resulta casi una hazaña
por la agenda tan apretada que debe cumplir, sin embargo siempre está dispuesto
a explicar el alcance de este gran resultado porque sabe que lo importante
es que los colombianos sepan con claridad de qué se trata.
"Debo reunirme pronto con el Presidente"...advierte antes
de empezar la entrevista, mientas al fondo se escuchan voces "gringas" que
relatan la agenda del presidente Álvaro Uribe en la capital estadounidense.
¿Cómo fue el ambiente de la reunión?
La recepción en esta tercera visita del presidente Uribe como
Primer Mandatario de los colombianos a Washington, ha tenido una gran
acogida y enorme calidez expresada no sólo por el presidente George
Bush, sino por los altos oficiales del Estado, debido a la enorme admiración
y respeto por la tarea que el Presidente está cumpliendo y eso
explica la fluidez en temas de agenda.
Uno de los principales temas fue el Tratado de
Libre Comercio. Había
muchas expectativas y los resultados no podían ser mejores...
Como ya se sabe, se inician las negociaciones
para la celebración
de un Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia este
mes de mayo en nuestro país.
Vamos a tener ocho o nueve rondas con el propósito de culminarlas
en enero del próximo año, de tal manera que los congresos
de los dos países puedan considerar el tratado más o menos
dentro de un año, por estas fechas.
¿Qué ha cambiado de ayer a hoy
con el anuncio de las negociaciones?
Es un gran paso. Hay que recordarle al país que los propósitos
que perseguimos con este Tratado es crearle una nueva avenida de desarrollo,
convirtiendo al comercio exterior en un motor de crecimiento económico,
con todos los beneficios que se derivan en términos de empleo,
salarios, bienestar social y equidad.
¿Por qué se decidió que la primera reunión
fuera en Colombia?
La decisión es que sea en Colombia como una manifestación
de admiración y reconocimiento a la tarea que el presidente Uribe
viene cumpliendo.
Y ¿va a ser en Cartagena?
No hemos definido la ciudad
¿Cuál es el cronograma de las negociaciones
ahora?
Vamos a iniciar las negociaciones a mediados
de mayo en Colombia y esperamos que Ecuador y Perú puedan sumarse a este proceso rápidamente.
El cronograma de conversaciones va de mayo de este año a enero
del próximo con lo cual estaríamos firmando el tratado
en marzo, es decir casi un año a partir de ahora, con el fin de
poderlo llevar a los congresos de los dos países, para tener probablemente
la aprobación del tratado antes de mitad del año próximo.
¿Cuánto tiempo tiene el Congreso de la República
para estudiar ese acuerdo?
El Congreso recibiría el Tratado una vez suscrito por ambos gobiernos
en la segunda parte de la legislatura que comienza el 20 de julio, es
decir, lo estaría recibiendo hacia marzo o abril del año
próximo con el anhelo del Gobierno de que el proceso esté finalizado
antes del 20 de junio del próximo año que es la fecha de
terminación de la primera parte de la legislatura del 2004-2005
de nuestro Congreso.
¿Eso quiere decir que Colombia podría contar con el TLC
en el segundo semestre del próximo año?
Creo que esa es una expectativa razonable y conveniente
para el país.
Usted se ha referido a que al proceso se pueden
sumar Ecuador y Perú,
y que mientras más pronto ocurra, mejor. ¿Por qué insiste
tanto en este tema si algunos analistas han dicho que a Colombia le iría
mejor negociando sola y no en bloque como Comunidad Andina?
Porque las relaciones comerciales con Ecuador
y Perú son muy
importantes más allá del Tratado mismo y porque la relación
política global con esos dos países es de enorme trascendencia
para Colombia. Es decir, lo comercial no se agota en el tratado ni lo
comercial agota lo compleja e importante relación que Colombia
tiene con dos países vecinos tan importantes. Por eso es el deseo
de Colombia y muy explícito del Presidente es que el proceso de
negociación con Estados Unidos abarque lo más pronto posible
a Perú y Ecuador.
Se habla de realizar entre ocho y nueve rondas, ¿cuál
sería el proceso de éstas y la temática?
Habrá tantas mesas de negociación como sean necesarias
para negociar temas como régimen de la inversión, régimen
de la competencia, acceso a mercados tanto agrícolas como industriales,
solución de controversias, propiedades industrial, en fin toda
la temática que abarcan los tratados de libre comercio que hoy
son corrientes en el mundo.
¿Esas nueve rondas culminarían en la finalización
del proceso?
Desde luego.
¿Una vez se concluyan las negociaciones en enero éstas
podrían ampliarse? Es decir, enero es un plazo fijo o se puede
extender la fecha, porque usted ha dicho que si bien hay que negociar
pronto lo importante es negociar bien.
Lo que importa es negociar bien porque el objetivo
no es la negociación
en sí misma sino hacerla adecuada para el país. El tiempo
al que nos hemos comprometido es fijo, es decir nos hemos comprometido
a finalizar en enero. Demorarnos más allá de enero tendría
unos costos de oportunidad importantes para el país. Esto no quiere
decir que si no estamos satisfechos con lo que logremos en la negociación,
no estemos dispuestos a prorrogar las conversaciones, pero no es algo
que quisiéramos hacer.
¿Qué pasa una vez se apruebe el
Tratado?
Una vez entre en vigencia el Tratado de inmediato
deberíamos
tener un acceso preferencial significativo al mercado de Estados Unidos
para la producción exportable de Colombia. Al mismo tiempo, a
partir de ese momento se haría un cronograma de desgravación
para nuestra propia producción con el fin de protegerla, de tal
manera que no tenga que soportar una súbita y avasallante competencia
externa, en aquellos sectores que requieran tiempo para adecuarse. En
consecuencia, estableceremos cronogramas de desgravación que puede
ser de cuatro, ocho, doce o más años dependiendo los productos
y sectores más sensibles.
Es bueno advertir qué se harán
esos cronogramas de desgravaciones porque la gente tiene temor...
Sí, es importante que la gente sepa que lo que buscamos es mejorar
nuestra calidad de vida y no afectar a algunos sectores. Vamos a manejar
con cuidado esos temores en el proceso de negociación. Pero lo
importante es también mirar la parte positiva, las enormes posibilidades
de crecimiento económico y por consiguiente de buenos empleos,
mejores salarios y bienestar social para los colombianos.
Tenemos en cuenta las negociaciones recientes
de modo que vamos a negociar tanto como se requiera para satisfacer
adecuadamente los intereses del
país. Eso no es como dicen algunos opositores del tratado, un
contrato de adhesión.
Pero lo importante es que el país también tiene que mirar
los intereses ofensivos, es decir no sólo cómo se defiende
sino cómo busca oportunidades para su propia producción.
Aquí hay una oportunidad y nos estamos metiendo no porque nadie
nos presiones ni porque estemos obligados a hacerlo sino porque en el
balance de los retos y las oportunidades encontramos que tenemos un potencial
ganador que debe traducirse se más crecimiento económico
y más empleo.
¿Por qué una negociación tan rápida?
Los acuerdos de libre comercio se han venido
uniformando o estandarizando hasta cierto punto, de tal manera que
es posible negociar en cinco o
seis meses lo que antes tomaba más tiempo.
Y así, poco a poco la agenda va agotando el tiempo de la entrevista,
pero la idea es clara y firme, con convicción: un Tratado de Libre
Comercio, como herramienta social para permitir el desarrollo del país
y mejorar la vida de los colombianos.
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