La
Madre Superiora formaliza su estancia en la Casa de Nariño
"ESTA ES LA CASA DE ELLA, NO TIENE OTRA CASA":
BOTERO
Bogotá, 5 may (SNE).- La primera vez que cruzó la puerta
de la Casa de Nariño, la inmensa Madre Superiora venía
procedente de Nueva York. Como a los más ilustres invitados de
la Casa de Nariño, la Madre fue recibida por el Batallón
Guardia Presidencial en la Plaza de Bolívar, que la escoltó con
todos los honores hasta la Plaza de Armas de la sede presidencial.
La Madre Superiora, escapulario en mano, ingresó imponente a
la Casa de Nariño, con sus 2.42 metros de largo y 1.79 de ancho,
acompañada entonces del presidente Belisario Betancur y de su
padre, el maestro Fernando Botero. Ellos dos la ayudaron a instalarse
en el hall del Salón Protocolario, que ha sido considerado su
hogar desde mediados de agosto de 1982 y desde el cual silenciosamente
da la bienvenida a los visitantes ilustres de la Presidencia.
"El presidente Betancur me invitó a conocer el Palacio.
Me dijo 'venga maestro conocemos juntos el Palacio' y dimos un completo
tour. Al final le dije 'Presidente, a Usted lo que le faltan es cuadros,
le voy a enviar uno'", recordó este martes el maestro Botero,
al remembrar ese 8 de agosto de 1982, día en el que obsequió la
obra a la Presidencia de la República.
Este miércoles, 22 años después, la pertenencia
de La Madre Superiora a la Presidencia de la República quedó sellada
y formalizada con la donación suscrita por el maestro Botero,
quien se reencontró con la obra que pintó en 1980.
"Volvió el cuadro a su casa. Lo esconden, lo sacan, lo esconden,
lo sacan", fueron las palabras del Maestro, quien no podía
ocultar la alegría de ver nuevamente a La Madre Superiora.
Si bien ella llegó a la Casa de Nariño en 1982, ha tenido
sus temporadas por fuera. Como por ejemplo durante la presidencia de
Virgilio Barco Vargas, quien cambió la imponente figura de La
Madre Superiora por un espejo. Volvió a su puesto en la administración
del presidente Ernesto Samper, quien, transcurrido un año de su
mandato, la mandó de nuevo a un sabático que terminó con
el ex presidente Pastrana, quien de nuevo le encomendó vigilar
los pasillos de la casa presidencial.
Y desde entonces no se ha movido. "Esta es la casa de ella, no
tiene otra casa", expresó el maestro Botero al recordar cómo
la figura ha sido inmortalizada por Osuna, quien en sus caricaturas dibuja
a la Madre Superiora opinando sobre la política nacional.
"Espero que se quede allí, que la dejen tranquila",
sostuvo Botero, minutos antes de recibir la condecoración Gran
Orden del Ministerio de Cultura por el valioso aporte que ha hecho el
maestro Botero a la cultura nacional.
"Lo que el país ha hecho por Usted es poquito frente a lo
que Usted ha hecho por el país", dijo el presidente Álvaro
Uribe al maestro Botero al estrechar su mano en agradecimiento por su
labor.
El maestro Botero, que reside en Paris, está por estos días
en Bogotá en la apertura de una exposición de 50 obras
suyas relativas a la violencia que aqueja a Colombia.
"Estas obras que doné al Museo Nacional son un pálido
reflejo, desgraciadamente del clima de violencia que vive el país.
Mi aspiración es que en el futuro la gente o los colombianos que
vean estas obras recuerden que este fue el momento más negro de
nuestra historia", expresó Botero.
Por su parte, el Presidente de la República reiteró que
su compromiso es perseguir el crimen hasta conseguir la paz de los colombianos
y advirtió que "el diálogo es entre los sectores de
la sociedad para dirimir los conflictos, no entre la sociedad y su enemigo:
el crimen organizado".
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