Crónica de la entrega de
seis predios a 61 familias campesinas en Caldas
CON TERNERA A LA LLANERA, EMPEZÓ LA VERDADERA
REFORMA AGRARIA EN LA DORADA
La Dorada (Caldas), 27 may (SNE). Once búfalos y más de
30 cabezas de ganado cebú custodiaban la puerta de entrada al
sitio donde se celebró este jueves un acto que fue calificado
por el ministro de Agricultura, Carlos Gustavo Cano, como "el inicio
de la verdadera reforma agraria en Colombia": la entrega a familias
pobres de seis predios que habían sido adquiridos en forma ilícita
y a los cuales se les aplicó la extinción de dominio.
En efecto, se trata de la primera vez que el
Gobierno Nacional decide darle un destino social a las tierras que
en alguna ocasión portaron
el rótulo de "mal habidas" y que posteriormente pasaron
a manos del Estado, para terminar como propiedad de 61 familias campesinas
de escasos recursos que ahora, con los contratos en sus bolsillos, cambian
definitivamente el curso de su destino.
Al llegar este jueves a la hacienda El Japón, predio que se localiza
en La Dorada (Caldas), el Ministro de Agricultura fue recibido por un
agradecido grupo de nuevos propietarios. Entre ellos estaba Don Diego
Luis Montoya, un campesino de 51 años quien no pudo contener la
emoción y dijo: "Ministro, ustedes nos dieron las tierras,
aquí empieza nuestro trabajo, tenga la seguridad que no lo defraudaremos".
Don Diego Luis Montoya cuenta que llegó a esta hacienda hacia
1972 y durante el tiempo en que trabajó allí nunca llegó a
imaginar que de subalterno pasaría a convertirse en propietario
de las tierras en las que habitó durante más de 30 años.
Gracias a las gestiones del Ministerio de Agricultura,
el Incoder y la Dirección Nacional de Estupefacientes, y luego de recibir capacitación
del Sena en el manejo de empresas, hoy Don Diego se ha convertido en
representante legal de la Cooperativa Integral Agroindustrial de Consaca
(Consacop).
"Esto es bueno porque tenemos la experiencia y podemos salir adelante
las 21 familias que estamos en el proyecto. Nos conocemos desde hace
20 años y con verraquera saldremos adelante, para que vivan mejor
nuestros hijos", dijo.
El predio Consaca alberga en sus 314 hectáreas los terrenos del
Puente, El Tesoro y La Esperanza. En ellos y bajo el acompañamiento
del Gobierno, se desarrollarán proyectos ganaderos. De hecho los
campesinos ya trabajan en uno de cría de ganado F1: "Esto
resulta de cruzar vacas blancas y toros Brangus. El kilo de esta variedad
se puede comercializar a tres mil pesos".
Don Diego hace las cuentas y luego se seca el
sudor con el poncho. Busca donde sentarse, bebe un sorbo de agua y
escucha con atención las
palabras de un hombre que se protege del sol con un sombrero de vaquero
de color café:
"La Dirección Nacional de Estupefacientes se siente satisfecha
por haber entregado estas tierras. Las tierras estaban en manos de los
malos hijos, que son los señores del narcotráfico. Pasan
ahora a los buenos hijos de Colombia", dice.
Se trata del coronel en retiro Luis Alfonso Plazas,
quien no alcanzó a
terminar su discurso cuando empezó a ser aplaudido por Don Diego,
quien dijo con voz entrecortada: "Por fin se coronó un sueño".
Mientras los discursos emotivos proseguían en la tarima central,
en la zona donde antes funcionaban los talleres de maquinaria se preparaba
una ternera a la llanera, que al ser servida se constituyó en
símbolo de integración entre las familias beneficiadas
y las entidades gubernamentales.
"NO HAY COSA MÁS RICA QUE TRABAJAR
EN LO QUE ES DE UNO"
"Mija, mire y cuente la gente, que no se me quede ninguno sin comer",
dijo una mujer de mediana estatura, considerada como la líder
del segundo predio otorgado por el Gobierno.
Junto a sus dos hijas, Claudia y Cintia, Sandra
Liliana Betancourt aguardaba el turno para recibir el contrato de asignación o tenencia provisional
de la tierra, lo que le permitirá trabajar durante cinco años
y luego recibir la adjudicación del predio mediante escritura
pública, en cuanto cumplan lo prometido y saquen adelante su proyecto
productivo.
Al ser llamada para recibir el contrato, algo
que nunca creyó posible,
las lágrimas rodaron por sus mejillas. Guardó silencio
por un instante, desenrolló su discurso y le dijo al Ministro
de Agricultura: "Ministro, si amamos la tierra, nuestros hijos también
lo harán. En el agro está el futuro de nuestros hijos y
de Colombia. Con este paso hemos aprendido que sí se puede trabajar
la tierra sin necesidad de engendrar violencia".
Tras recibir el contrato, abrazó al Ministro. Al bajar de la
tarima se reunió con otros familias, les mostró el documento
y los animó a seguir trabajando cada cual en su proyecto de vida.
Este predio reúne los terrenos El Salto y La Adorada en un total
de 215 hectáreas, donde los beneficiarios cultivarán frutales,
maíz y pastos para ganado.
Luego de los actos protocolarios, todos a una,
visitantes y moradores, fueron atraídos por el olor a carne jugosa, acompañada
de papitas y guacamole. No hubo dieta que se resistiera al banquete típico
llanero.
Doña Liliana sacó a relucir su vocación de líder.
En un instante ordenó mesas y en compañía de sus
amigos sirvió más de 80 platos en un santiamén.
Cada vez que servía a uno de los comensales reía y decía: "Pruebe
el sabor de la tierra".
De hecho, una tierra que ahora les pertenece.
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