PALABRAS
DEL PRESIDENTE EN EL CENTENARIO DE LA CÁMARA DE COMERCIO DE MEDELLÍN Medellín, 8 nov. (SNE).- Las siguientes son las palabras
pronunciadas por el presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, durante el centenario de la Cámara de
Comercio de Medellín para Antioquia:
“Este año 2004, ha sido un año de muy importantes
conmemoraciones centenarias en la Patria y, aquí especialmente,
en este terruño de Antioquia.
No es una casualidad: es un legado que
nos dejaron aquellos antepasados, hombres y mujeres que en los
albores del siglo, enfrentaron con
inteligencia, energía y patriotismo sus responsabilidades
de liderazgo.
En los anales de la Cámara de Comercio de Medellín,
está reflejada la gran historia de una generación
de antioqueños que cambió la historia de Colombia.
Ellos, con sus decisiones empresariales, su participación
en la política nacional, su aporte a las ciencias, a la
educación, a las artes, a las obras públicas, en
fin, a todo lo que es importante para una sociedad, enrutaron a
esta Patria nuestra hacia la modernidad.
Pedro Justo Berrío, primer maestro y guía, mientras
el país se debatía entre el sectarismo y la violencia,
Berrío aisló a Antioquia de esas tendencias, y la
empujó hacia lo promisorio, hacía la primera Revolución
Educativa, hacia las obras públicas, hacia la industrialización.
Hace 100 años, los fundadores de la Cámara de Comercio
de Medellín, estaban recogiendo los primeros frutos de ese
impulso progresista.
Empezaba el quinquenio del General Rafael
Reyes, realizador. Venía
el país de las guerras y él enrutó a la Nación
por el camino del progreso. Reyes es de aquellos hombres que al
decir de Regié de Bre, escritor francés, ¡sus
ideas no son contemporáneas de su propia época¡ A
penas el país viene a entender a Reyes en su dimensión
visionaria y creativa 100 años después.
¡Qué bueno recordarlo esta noche! con ocasión
del centenario de la Cámara de Comercio de Medellín,
cuya fundación él formalizó con la expedición
del respectivo decreto.
Las obras de progreso son el reflejo del
espíritu de unión
de una sociedad. Y, qué mejor ejemplo de unión, que
ver estampadas en el acta fundacional de la Cámara, las
firmas de dos grandes hombres de Colombia, representantes en su época
de concepciones políticas e ideológicas divergentes,
pero unidos por amor a la Patria y por su sed de progreso social,
Rafael Uribe Uribe y Carlos E. Restrepo.
Carlos E. Restrepo, con el republicanismo,
levantó una
bandera de rebeldía contra la politiquería; el general
Rafael Uribe Uribe, luego de su participación en las guerras
fratricidas, se convirtió en el apóstol de la paz
y la reconciliación.
Excelencia de civismo, inteligencia inteligencia, grandeza moral,
dinamismo empresarial y capacidad de liderazgo positivo es la que
venimos hoy a exaltar ante todos los colombianos.
¡Qué magnífica galería de cien antioqueños
la que vimos pasar esta noche por aquí¡ ¡Qué buena
antorcha! ¡Qué buen paradigma!, ellos representan
los mejores valores que han hecho grande a esta tierra.
El Estado no nace por generación espontánea; es
un producto de forjación ciudadana y de esa participación
ciudadana en la fisonomía del Estado, depende su grado democrático,
solidario, participativo y justo.
Y la Cámara de Comercio ha tenido un gran papel en la formación
de nuestro moderno Estado, en el cambio de la idiosincrasia de
los inversionistas, en las costumbres empresariales y en el desarrollo
de la cultura solidaria.
La Cámara ayuda a Colombia y a la ciudad en la tarea de
hacer más competitiva la actividad empresarial. Está empeñada
en la simplificación de trámites, en hacer aportes
constructivos en la negociación del Tratado de Libre Comercio,
en promover políticas de fomento del empresarismo entre
los jóvenes, en popularizar el crédito, en difundir
las experiencias exitosas de los microempresarios y en dar oportunidades
de insertarse en el gran mercado global.
A propósito del Tratado de Libre Comercio, lo buscamos
no con sesgos ideológicos sino con una visión pragmática,
la visión pragmática de esta tierra de abrir mercados
para el producto del talento de nuestras gentes.
Hay que llegar a esos mercados para crear
aquí agregación
a la demanda, para crear aquí empleo, para crear aquí condiciones
de mejor competitividad, de mejor productividad, de mejor ingreso
de acceso a la seguridad social.
Es bien importante pensar que si no llegamos
a esos mercados, otros que están ansiosos por conquistarlos habrán
de desplazarnos. Por eso, el ácido debate ideológico
tiene que darle paso a la visión pragmática de una
Nación que necesita empleo, ingresos, la construcción
de las bases de infraestructura para la convivencia, para la fraternidad.
El 31 de diciembre de 2006 terminará el Atpdea. Ha sido
de un período de duración corto pero importante.
La semana pasada veíamos cómo en el período
enero-agosto las exportaciones no tradicionales de Colombia han
crecido un 23 por ciento y cuánto ha contribuido el Atpdea
a ese logro.
Y nos preguntamos: ¿Será posible que lo renueven
en la misma forma? No lo vemos claro, porque los Estados Unidos
puede decir que ellos están firmando tratados de comercio
con países con mayores dificultades que Colombia y no les
están haciendo concesiones unilaterales, tal el caso de
América Central.
Entonces, a pesar del problema de la droga,
nosotros vemos muy serias dificultades en la posibilidad de la
extensión unilateral
de los beneficios del Atpdea.
El Alca está bastante desfigurado en este momento. El camino
que nos queda es el del Tratado de Libre Comercio (TLC). Sería
muy grave para la Nación que terminara el período
del Aptdea, que no apareciera el Alca como sustituto y no hubiéramos
avanzado para perfeccionar la negociación del tratado de
Libre Comercio. Sería muy grave para el crecimiento económico,
para las oportunidades de generación de empleo que estamos
buscando.
Cuando empezamos la tarea del TLC, algunos
compatriotas nos decían
que debíamos adelantar la unidad política y comercial
con los países de América del Sur. Acabamos de firmar
el tratado entre la Comunidad Andina y Mercosur. Nos hemos acercado
sin antecedentes históricos a los países del cono
sur. Estamos construyendo una magnífica hermandad con ellos.
Y quiero decir esta noche en el marco de
este centenario de la Cámara de Comercio de Medellín, que los colombianos
tenemos que llegar a todos los mercados del mundo. Hace pocas horas
en Río de Janeiro, con los presidentes de Venezuela y México
firmamos la carta de intención para darle curso al ingreso
de Panamá al G-3.
Nuestras relaciones económicas con Panamá no pueden
ser relaciones temerosas y de contrabando, tienen que ser relaciones
todas enmarcadas en la Ley, relaciones que contribuyan en ambos
países al bienestar, al crecimiento, al progreso.
Nos preocupa que América Central firme un tratado de Comercio
con los Estados Unidos y con otros países y que ese mercado
lleguemos a perderlo porque nos desplacen. Por qué, porque
a quiénes firmen esos tratados de comercio les permitirán
entrar sin aranceles a América Central y a quienes estemos
por fuera de esos tratados con América Central, nos corresponderá pagar
aranceles que nos restarán competitividad.
Por eso hemos definido en la agenda buscar
desde la Comunidad Andina ese acuerdo con América Central y con los países
del caribe y tenemos que irnos aproximando velozmente a la Unión
Europea.
Aspiramos que antes de finalizar este año podamos tener
el Sistema General de Preferencias con una duración de 10
años emanado de la Unión Europea que nos va a dar
facilidades de acceso durante ese período a dicho mercado.
Pero diez años son un período muy corto, no suficiente
para crear confianza en los inversionistas. Por eso tenemos que
dar el paso del acuerdo con la Unión Europea, para lo cual
es bien importante la solidez que buscamos en la Comunidad Andina
y el acuerdo en la Comunidad Andina y Mercosur.
Hemos venido mejorando el acuerdo del G-3
que vincula a México,
y aspiramos que a medida que avancemos en el TLC con los Estados
Unidos, también desde la Comunidad Andina y desde Mercosur
podamos avanzar en la negociación con Canadá.
Y tenemos, con criterio pragmático de Antioquia, que hacer
que todos los productos de la Patria colombiana puedan incursionar
en ese mercado en expansión tan importante, que es el mercado
asiático.
Trabajamos pues en estos procesos de integración económica
para generar empleo. Pueden tener la certeza mis coterráneos
y todos mis compatriotas que somos plenamente conscientes de la
necesidad de las reglas de equidad en estos tratados. Cuidadosos
con el tema de la agricultura, con el tema de la pequeña
empresa y con el tema de la propiedad industrial, intelectual en
general y con el tema de la biodiversidad.
Colombia ha preparado bien un equipo de negociadores que tiene
entre ceja y ceja el valor de la equidad como el fundamental para
que estos tratados produzcan buenos resultados para los pueblos.
Debemos avanzar en la Agenda Interna. Planeación Nacional
está empezando a trabajar con el sector privado de la Patria
y rápidamente el Congreso de la República se incorporará al
examen de esa agenda interna.
Con el Congreso hemos orientado unos estímulos tributarios
de gran importancia, que hacen parte del principio de la Agenda
Interna. Gracias a esos estímulos, este año hay unas
buenas noticias.
La inversión privada, que no quería crecer en Colombia,
ya el año pasado creció un 16 y este año está creciendo
un 20 por ciento. En el período de enero a agosto, la importación
de bienes de capital creció en un 23 por ciento.
Indicaciones de los gremios nos informan
que la adquisición
de bienes de capital, sin contar sector transporte para la industria,
supera este año el 30 por ciento.
Es una formación de oferta productiva que tendrá que
mostrar sus resultados en el empleo, en la seguridad social, en
la contribución al fisco en los años venideros.
En medio de inmensas dificultades fiscales,
con un alto endeudamiento, un alto déficit, en medio del reto de derrotar el terrorismo,
que nos exige orientar cuantiosos recursos a ese propósito
fundamental sin el cual no habrá futuro económico,
estamos buscando empezar a desatrasar la infraestructura. En Antioquia
en los próximos días empezaremos a ver mejores resultados
de avance en las obras de infraestructura.
El proceso de competitividad tiene que
reposar en una gran Revolución
Educativa. Además de trabajar la parte de cobertura, calidad,
pertinencia, capacitación técnica, ciencia y tecnología,
estamos trabajando un concepto de pirámide en la educación.
El Sena hace dos años formaba un millón de colombianos
por año. Este año forma 2 millones 600 mil. La meta
es que en el 2006 forme 4 millones.
Pero lo más importante es algo que tuve la oportunidad
de discutir hace días con los estudiantes de Mosquera (Cundinamarca)
en la regional del Sena.
Ellos me decían: ‘Presidente, pero es que nosotros
queremos venir al Sena a estudiar para ser tecnólogos en
administración. Y estamos inconformes porque la reforma
del Sena nos está obligando a prender un oficio básico,
para poder empezar a estudiar en el Sena’.
Les dije: ‘Si nos dedicamos a formarlos de tecnólogos
en administración para buscar puestos de escritorio, no
van a encontrar esos puestos ni le van a contribuir a sus familias
ni a la economía colombiana. Empiecen por lo básico.
Por el desarrollo de una vocación laboral. Por el aprendizaje
de un oficio productivo. Y que esos créditos se los tengan
en cuenta para posteriormente graduarse como técnicos. Y
esos créditos a su vez se los validen para un grado posterior
de tecnólogo. Y esos se entiendan acumulados para el grado
en educación superior’.
Con un principio: la vida hoy del hombre
y de la mujer colombianos tiene que empezar con una doble vocación de estudio y de
trabajo. Esa vocación hay que extenderla por siempre y la
vida hay que terminarla con esa vocación de estudio y de
trabajo en forma simultánea.
Ese concepto nos puede llevar a tener una
Nación más
ordenada, una Nación más disciplinada, una Nación
más productiva, una Nación más competitiva,
una Nación más justa.
Quiero agradecer esta noche inmensamente
a la Cámara de
Comercio de Medellín y a las cámaras de comercio
de la Patria, todos sus apoyos para que esta Nación salga
adelante. En la coyuntura que me ha correspondido desde el Gobierno,
hemos sentido un gran apoyo de estas cámaras.
Miren, compatriotas: en julio de 2002 el
total de préstamos
a los microempresarios colombianos ascendía a 706 mil millones
de pesos. A 30 de agosto de este año, ese saldo de cartera
ascendía a un billón 524 mil millones. Millón
400 mil colombianos se han beneficiado con el programa de microcrédito
de esta administración. ¡Cuánto han ayudado
las cámaras de comercio¡
La de Medellín es un ejemplo en aquello de contactar al
mediano y pequeño empresario con las entidades financieras,
de explorar alternativas de crédito. Hemos avanzado en esa
Cámara con tanto empuje, con tanta solidaridad de sus directivos
en esa feria del crédito, que ya ponemos de ejemplo ante
todos los colombianos. Pasado mañana haremos una nueva evaluación.
Porque ese acceso al crédito es uno de los supuestos para
la construcción del País de Propietarios, de la Nación,
de la competitividad.
Y cuánto han ayudado las cámaras de comercio en
el tramo de esta administración, a encarar permanentemente
a los funcionarios estatales con todos los empresarios medianos
y pequeños, para poder resolver los obstáculos de
la acción estatal al desenvolvimiento empresarial. Vamos
a continuar en esa tarea.
Quiero rendir un homenaje a todos los que
han intervenido en la Cámara de Comercio de Medellín. A sus fundadores,
a los directores de toda la época, a los actuales directores.
A la doctora Lina Vélez de Nicholls, ejemplo de tenacidad,
de estudio, de vocación de servicio a la tierra, a los más
nobles y superiores intereses de la comunidad.
A su junta directiva, presidida siempre
por destacados ciudadanos. En la oportunidad presidida por el
doctor Santiago Tobón
Echeverri, siempre presente en las tareas cívicas.
La Patria necesita transparencia y la Patria
necesita la derrota del terrorismo. La Cámara de Comercio de Medellín
es ejemplo de transparencia.
Cuando se construía el aeropuerto José María
Córdova y había dificultades por la textura de los
suelos, la Cámara de Comercio de Medellín, dirigida
entonces por Pedro Javier Soto Sierra, nombró una veeduría
comunitaria que fue garante de transparencia de aquella obra.
Lo cito como ejemplo de la contribución permanente de la
Cámara de Comercio a la transparencia. Y bien ha dicho la
doctora Lina Vélez de Nicholls: la Cámara ha sido
un ejemplo de manejo transparente.
Para derrotar la corrupción necesitamos reformas normativas
que estamos implementando. Para derrotar la corrupción necesitamos
que todos los contratos del Estado, que todas las compras del Estado,
estén al alcance de la veeduría comunitaria. Que
se publiquen en internet.
Para derrotar la corrupción necesitamos las audiencias
públicas para adjudicar los contratos del Estado. Para derrotar
la corrupción necesitamos las veedurías comunitarias.
Pero fundamentalmente para derrotar la
corrupción, Colombia
requiere que quienes tenemos responsabilidades en el sector público
o en el sector privado, demos ejemplo de compromiso para derrotar
la corrupción.
La transparencia, a lo largo de estos 100
años de la Cámara
de Comercio de Medellín, es el mejor ejemplo de lo que tenemos
que hacer los colombianos para derrotar la corrupción.
Muchas felicitaciones, Cámara de Comercio de Medellín”.
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