LO QUE NO SE VIO DE LA VISITA
DE BUSH Cartagena, 22 nov (SNE). Como un reloj.
Puntal. Eran las 11:45 a.m. cuando, sobre la pista del aeropuerto
Rafael Núñez,
se escucharon las llantas del Air Force One y, al unísono,
en la plataforma de la pista, empezaron a oírse los flashes
de las cámaras fotográficas. También los radios
de los coordinadores de las cámaras de televisión
y las voces de los periodistas radiales.
–¡Llegó, llegó!– se oía
en los salones del aeropuerto, de la Escuela Naval y en la Casa
de Huéspedes.
Los primeros en subir al avión fueron el embajador de los
Estados Unidos en Colombia, William Wood, y el Jefe de Protocolo
de la Cancillería, Alberto Barrantes, para dar la bienvenida
a los pasajeros del Air Force One.
A las 11:55 a.m. aparecieron el esperado
personaje y su esposa. Sí, George W. Bush y Laura Bush, el presidente de los Estados
Unidos de Norteamérica y la Primera Dama de esa Nación,
cuya visita fue confirmada el pasado 12 de noviembre por la Casa
Blanca. Una visita preparada en apenas dos semanas, hecho inusual
en el protocolo diplomático.
El saludo de Bush con la mano derecha y
de Laura con la izquierda, marcó el inicio de la visita de trabajo del mandatario norteamericano
con su homólogo de Colombia, Álvaro Uribe Vélez,
en la Casa de Huéspedes Ilustres de Cartagena.
La primera persona a quien saludó el Presidente Bush, fue
a la Canciller, Carolina Barco –quien le dio la bienvenida
en nombre del Gobierno colombiano-; luego al gobernador de Bolívar,
Libardo Simancas; seguido por el alcalde de Cartagena, Alberto
Barbosa; y al vicealmirante Guillermo Barrera, Comandante de la
Fuerza Naval del Caribe. Incluido, claro está, el mayor
Ariel Vargas, el jefe del anillo de seguridad, que estaba ahí.
34 carros, todos parqueados en línea horizontal, esperaban
el abordaje del Mandatario, quien subió a su limusina Cadillac –traída
por el Servicio Secreto-, saludando a los periodistas y personas
que estaban, desde las 8 de la mañana, esperando su llegada
a Colombia.
Lo curioso de tanto despliegue, fue que
sólo se supo ‘el
cómo’ iba a ser trasladado el Mandatario hasta la
Casa de Huéspedes, cuando la caravana salió del aeropuerto,
pues mucho se especuló sobre si iba a ser trasladado en
uno de dos helicópteros “parqueados” también
en el aeropuerto.
CASA DE HUÉSPEDES
Mientras tanto, los 20 cadetes de la Escuela
Naval, encargados de hacer los honores militares al Presidente
Bush, su Esposa y
comitiva, ensayaban a la entrada de la Casa de Huéspedes.
A este lugar ya habían ingresado siete de los más
de 110 periodistas (incluidos camarógrafos, asistentes y
fotógrafos) norteamericanos que acompañaron a Bush
en la visita.
Uno de ellos aprovechó la sombra de un árbol para
acercarse a doña Lina y entrevistarla. Pero no le preguntó sobre
política ni lo que esperaba de la visita, las preguntas
obligadas –entre comillas- para muchos. Preguntó por
el nombre del árbol que a él y al resto de las personas
daba sombra y por el nombre de la hoja que servía de abanico.
A lo que doña Lina, en inglés, respondió: “this
is a Ficus tree, and a Uvito sheet”.
A las 12:12 p.m. las puertas de la Casa
de Huéspedes Ilustres
se abrieron para recibir –valga la redundancia- a tan ilustres
huéspedes.
Bush y su esposa, fueron recibidos por
el presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez y doña Lina María Moreno.
En ese momento, y mientras caminaban por
alfombra roja, 32 cadetes de la banda de músicos de la
Escuela Naval de Cadetes, Almirante Padilla, entonaron las notas
de los himnos de Estados Unidos y
Colombia, como parte de los honores militares.
Luego, los mandatarios y sus esposas posaron
para la foto oficial. Foto que hizo que los periodistas y fotógrafos rompieran
el protocolo que tanto trabajo costó “coordinar”.
Pasaron por encima de la alfombra, pero lograron su objetivo: tener
la mejor imagen “oficial” de los Presidentes y sus
esposas.
Una vez en la Casa, Uribe ofreció a los invitados jugo
de guanábana, para refrescar. A esa hora (12:25 p.m.) los
rayos del sol estaban en todo su esplendor y la temperatura rayaba
los 30 grados centígrados.
Al termino del “juguito” en el corredor principal
de la Casa –construida por el arquitecto Rogelio Salmona-
Uribe, Bush y las comitivas subieron al despacho del mandatario
colombiano en donde se dio el intercambio de regalos: una foto
de Bush padre y el Presidente Barco, para Uribe, y un sombrero
vueltiao, de 23 vueltas, para Bush.
Una vez en la oficina se dio inicio a la
reunión de trabajo,
en la que trataron temas del Tratado de Libre Comercio (TLC), inversión
en petróleo y energía, y apoyo mutuo en la lucha
contra el terrorismo, entre otros.
En ésta estaban los embajadores de Colombia y Estados Unidos
en cada país, los ministros colombianos de Relaciones Exteriores,
Interior y de Justicia, Defensa, Agricultura, Comercio, Industria
y Turismo y Minas y Energía. Por Estados Unidos, estaban:
los asistentes de Seguridad Nacional, del Jefe de Gabinete y el
Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental.
Luego al almuerzo: ceviche de Corvina sobre
sal de Manaure, sherbert en salsa de corozó, langostino al tamarindo, arroz con coco,
Mini enyucado, girasoles de plátano, pie de Coco, minipie
de coco y mamey y helado de zapote. Para terminar el banquete,
un delicioso café colombiano.
Dicen que no hay nada mejor que una buena caminata para reposar
el almuerzo. Pues, siguiendo ese consejo, los Presidentes empezaron
a hacer un recorrido por toda la casa.
En el jardín interior, una sorpresa para el Presidente
norteamericano –aficionado número uno al béisbol-:
Orlando Cabrera y los niños de la selección Colombia
pre-infantil de béisbol y los de la escuela de Edgar Rentería,
lo esperaban con una camiseta y una gorra del equipo en donde juega
Cabrera, los Medias Rojas de Boston. Para Uribe, una de Rentería.
Allí los niños aprovecharon para pedirle al Presidente
norteamericano que los llevara a conocer el estadio donde ganó Cabrera
la Serie Mundial, a lo que Bush les respondió que para ello,
necesitan ser tan grandes y “buenos” como el pelotero
para llegar allí.
Luego los Presidentes siguieron el recorrido,
esta vez por el lugar obligado de la Casa de Huéspedes: el fuerte de Manzanillo.
Lugar al que también los acompañó Cabrera.
En él, pudo observar la placa conmemorativa de la Cumbre
Antidrogas de los Países Andinos en 1990, en la que participó Bush
padre.
En ese momento, ya faltaban 10 minutos para rueda de prensa, que
programada para las 2:45 p.m.
CONCHITA, FIGURA
Siguiendo, muy puntualmente, las manecillas
del reloj, los Presidentes se dirigieron hacia la Escuela Naval
Almirante Padilla, donde los
esperaban los periodistas (más de 100).
Sin embargo, a la salida de la Casa de
Huéspedes posaron
para una nueva fotografía, esta vez con otra figura colombiana:
Juan Valdez y su mula Conchita, que llegó desde muy temprano
a Cartagena, para tomarse la foto que muchos no lograron. La foto
con el presidente Bush y Uribe.
Ya en la Escuela y con la Bahía de Cartagena como fondo,
la rueda de prensa duró menos de lo que estaba presupuestado:
19 minutos. Fueron 4 preguntas y dos declaraciones. Como estaba
en el cronograma.
Al término de ésta, los Presidentes salieron hacia
el Cadillac de Bush, en donde el Mandatario colombiano lo despidió.
Una vez en el carro, Bush se dirigió hacia el aeropuerto
y Uribe hacia la sala de prensa de los periodistas nacionales y
extranjeros donde agradeció la espera.
Luego corrió hacia la Casa de Huéspedes para ver
por televisión, como todos los colombianos, la salida de
Bush, que como estaba en la agenda, partió del país
a las 3:32 p.m., cuando el Air Force One levantó vuelo.
Bush se fue para su rancho en Texas, a reunirse
con el Rey de España
y la reina Sofia. Y Uribe, al centro de Convenciones a entregarles
subsidios de vivienda a los pobres de Cartagena.
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