PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN CLAUSURA DEL CURSO DE ALTOS ESTUDIOS MILITARES
Bogotá, 24 nov (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez
durante la clausura del Curso de Altos Estudios Militares.
“Nos reunimos hoy para clausurar una
nueva promoción del Curso Altos Estudios Militares Integral
de Defensa Nacional y de Estado Mayor. Es una oportunidad para
resaltar el esfuerzo de ustedes, que han venido en esta tarea
consagrada al estudio, dispuesta siempre en el ánimo de
servir a la Patria y que hoy, con esta graduación, se
avanza en un escaño más que contribuye al estímulo
de la conciencia de ustedes y a la tranquilidad de la conciencia
de la Patria.
Quiero felicitarlos de corazón a todos,
recordar la inmensa tarea de servicio a la Patria que tienen
por delante, felicitar a los compatriotas no integrantes de la
Fuerza, quienes los han acompañado en este curso, que
nos dan un ejemplo muy grande. Felicitar a las familias de todos,
agradecer el sacrificio y el acompañamiento.
Colombia está en un momento muy importante,
en un momento en el cual la Nación entera se tiene que
aprestar a la derrota definitiva del terrorismo, y ustedes juegan
un papel trascendental. Este diploma de hoy, estas medallas de
hoy, los consagran a ustedes en un grado de mayor responsabilidad
para la derrota del terrorismo, para la recuperación del
poder de las instituciones democráticas.
La Nación no puede seguir con unos grupos
guerrilleros en unas partes del país sometiendo al pueblo
de rodillas, con unos grupos paramilitares, mal llamados así,
en otras partes del país, ofreciéndose como la
alternativa de defensa de la comunidad, y con un narcotráfico
detrás de unos y otros, alimentándose. Y el Estado
de espaldas a esa realidad, distraído, en cocteles, en
tertulias y en chismes políticos, sin enfrentar el problema
de fondo. El problema de fondo tenemos que seguir enfrentándolo
y tenemos que superarlo totalmente.
Los colombianos de Bogotá y de las comunidades
más remotas nos están pidiendo en toda parte que
se recupere el predominio de las instituciones. Los colombianos
no quieren a la guerrilla, no confían en ella. Los colombianos
no quieren la solución paramilitar, no confían
en ella. Los colombianos detestan el narcotráfico. Lo
que quieren los colombianos es una fuerza pública presente,
que les dé las garantías, que les dé valor
moral, que les muestre la eficacia de la protección para
poder superar los temores, a guerrillas, a paramilitares, a narcotráfico,
y esa tarea la tenemos que cumplir.
Para cumplirla necesitamos muchos puntos. Quiero
hoy insistir, distinguidos graduandos, en algunos.
Voluntad política. La tenemos, total,
no hay vacilación. Este Gobierno no hace parte de aquel
discurso que confundió la civilidad con la debilidad,
este Gobierno no hace parte de la cadena de vacilaciones en materia
de orden público que condujo a la República a esta
postración, los colombianos a la incertidumbre, el pueblo
a la pobreza, las instituciones a la humillación, y a
los terroristas al triunfo y al predominio contra el pueblo.
Este Gobierno tiene toda la voluntad política
de derrotar el terrorismo, este Gobierno tiene toda la voluntad
política para apoyar la institución armada democrática
de la Patria, a fin de derrotar el terrorismo y a fin de recuperar
plenamente el imperio de las instituciones.
Hoy el tema no es de voluntad política.
Pero además de voluntad política se necesitan otros
puntos que son fundamentales. Se necesita agresividad, se necesita
estar permanentemente en la iniciativa. La iniciativa no se puede
tomar de manera reactiva cuando alguien hace un daño,
la iniciativa la tenemos que tomar todos los días, todos
los días depurando, todos los días mejorando, con
un objetivo: una Colombia sin guerrilla, una Colombia sin paramilitares,
una Colombia sin narcotráfico. ¡Y lo podemos hacer!
Ahora que nos visitó su Majestad el
Rey de España, que nos visitó el presidente de
Estados Unidos, los equipos de seguridad nos decían que
encontraron una Fuerza Pública colombiana totalmente profesional,
capaz, muy bien orientada. Que ellos no esperaban encontrar una
Fuerza Pública colombiana tan avanzada, y que con el avance
de esta Fuerza Pública el país estaba en condiciones
de derrotar el terrorismo.
Eso nos exige iniciativa, agresividad. Todos
los días, todas las horas. Que no haya minuto de la noche,
que no haya minuto del día en el cual nosotros perdamos
la iniciativa.
Nos exigen hacer replanteamientos, yo creo
que nos tenemos que volcar todos a la calle. Mientras menos estemos
en las oficinas, mientras menos rato estemos en las oficinas,
mientras menor sea la cantidad de hombres en las oficinas y más
nos consagremos al campo, a las calles, a la protección
de nuestra ciudadanía, en contacto permanente con esa
ciudadanía, seremos mucho más eficaces.
Hemos hablado de voluntad política,
hemos hablado de agresividad, que se expresa en la iniciativa
permanente, uno de cuyos componentes es el volcamiento completo
a las calles, a las aldeas, a la ruralidad, a la Colombia urbana,
el abandono de las oficinas.
Hablemos también de transparencia. Hay
que combinar todos estos elementos. Nos corresponde ser tan agresivos
como transparentes. Nosotros tenemos el reto de demostrarle al
mundo que la institución armada de Colombia es capaz de
derrotar al terrorismo sin violar los derechos humanos, sin afectar
las libertades públicas, y lo vamos a demostrar.
Y la historia va a hacer una comparación
de resultados felices para Colombia, porque comparará que
mientras en muchas partes, incluso vecinas a nuestro país,
se violaron los derechos humanos, se afectaron las libertades
públicas, las instituciones se embarcaron en la guerra
sucia, aquí hemos sido capaces de derrotar el terrorismo
con absoluto respeto de los derechos humanos, sin afectar las
libertades públicas, sin incurrir en prácticas
de guerra sucia.
La transparencia además ayuda a la reconciliación
de los colombianos, ayuda a que todo el mundo confíe en
la institución armada, la transparencia ayuda a que todos
los días haya más legitimidad, más aceptación
popular a esta institución.
Cuando hay agresividad y no hay transparencia,
el pueblo no valora la eficacia sino que se conmueve por lo turbio.
Cuando hay transparencia y no hay agresividad, el pueblo no se
detiene a aplaudir la transparencia ,sino que se llena de incertidumbre
porque no encuentra que se le proteja con eficacia.
Por eso hay que combinar todo esto. Y es tan
importante la voluntad política del Gobierno como la eficacia
y la transparencia de la Fuerza Pública. Si el Gobierno
tiene voluntad política, pero esa voluntad política
no se traduce en la transparencia y en la agresividad de la Fuerza
Pública para producir resultados eficaces, esa voluntad
política se desgasta.
Y si esa voluntad política se refleja
en acciones turbias, esa voluntad política no reconcilia
sino que fractura la Nación. Por eso esa voluntad política
tiene que ir acompañada de agresividad y de transparencia
para que haya una eficacia que construya confianza en la Nación.
Y es bien importante que la seguridad sea un
bien en la práctica de todos los colombianos. Que se proteja
por igual al empresario, al trabajador, al campesino, al hacendado,
al líder gremial, al líder sindical, al político
afecto a las tesis de Gobierno, al político desafecto
y crítico de las tesis del Gobierno. Eso nos ayuda a cimentar
la confianza, a profundizar la democracia.
Esta tarea hay que hacerla con capacidad de
construir equipo, es absolutamente necesario. Nosotros tenemos
que construir equipos vertical y horizontalmente, dentro de las
fronteras y trascendiendo las fronteras.
Sí que es difícil hablar de la
construcción de equipos de manera vertical en una institución
jerarquizada, cuando además se reconoce que la jerarquía
y la disciplina jerárquica de la institución armada
se constituyen en valores insustituibles.
Pero hay que tener la suficiente sutileza,
la vocación para construir equipos verticalmente. Si el
polo determinante está arriba, ese polo determinante tiene
que escuchar a los subalternos, permitir su réplica, aceptar
su comentario, buscar opciones, recibir la crítica constructiva,
así sea en voz baja.
Y cómo necesitamos la construcción
de equipos en dirección horizontal, entre las diferentes
Fuerzas. La inteligencia funciona en la medida en que la tengamos
integrada. Eso requiere un gran esfuerzo de todas las instituciones
que conforman la institución armada de la Patria. Y cómo
necesitamos construir equipos para poder tener economías
de escala, para utilizar mejor los equipos, la logística,
para reparar mejor, para avanzar en alistamiento, para tener
austeridad.
Nosotros tenemos que ganar este desafío
del terrorismo con austeridad, no disponemos de abundancia de
recursos. Nuestro desafío es mayor en la medida en que
tenemos que producir los mejores y los máximos resultados
con recursos muy recortados. Es otro gran reto. Hay Fuerzas Armadas
del mundo que pueden trabajar con un criterio de abundancia de
recursos, la nuestra tiene que trabajar en un país muy
extenso, con muchos accidentes geográficos, con 578 mil
kilómetros que aún quedan, por fortuna, de selva,
y con mucha restricción de recursos.
Una de las maneras de superar esa restricción
de recursos, de proceder con eficacia dentro de la austeridad,
es construyendo equipos, y el equipo hay que construirlo en la
gerencia y en el planeamiento operativo, y el equipo hay que
construirlo en la acción operativa.
Y ese equipo hay que construirlo no solamente
entre las diferentes instituciones y al interior de ellas, en
lo que se llama el espacio armado de la Patria, en lo que se
llama la expresión coercitiva de la Patria, sino que hay
que construirlo también con la ciudadanía.
Solos no somos capaces de derrotar el terrorismo
y devolverle la seguridad a Colombia, necesitamos la cooperación
ciudadana, hay que avanzar en esa cooperación ciudadana.
Tenemos que saber construir equipos entre nosotros y construir
equipos con la ciudadanía. Entonces, ahí viene
un elemento fundamental que agrego a esta lista: relaciones humanas.
Hay que tener tanta seriedad en el mando, tanta capacidad de
mando, como tanta vocación de hacerlo con relaciones humanas.
Si no se combina el ejercicio del mando con
las relaciones humanas, el mando pierde eficacia, el mando pierde
convocatoria. Un mando sin relaciones humanas es un mando que
no permea, es un mando que no trasciende. Se necesitan las relaciones
humanas en el mando frente a los subalternos, frente a los que
están en el mismo nivel y para convocar al pueblo a que
coopere.
Esa relación entre el mando y las relaciones
humanas sí que es importante. Porque miremos: al contrario,
cuando hay relaciones humanas y no hay mando, la gente termina
burlándose, la gente termina confundiendo la amabilidad
y las relaciones humanas con debilidad. Y el mando sin relaciones
humanas martiriza, y las relaciones humanas sin mando conducen
a lo peor: la total ineficacia, la falta de orientación.
Hay que convocar a los colombianos y eso requiere
que cada uno sea un comunicador. El ejercicio del mando, combinado
con relaciones humanas, tiene que darse en un esquema de muy
buena comunicación.
Recuerdo uno de mis profesores de Gerencia
que decía que el veía en el ejercicio de la gerencia
y del liderazgo, y cada uno de ustedes tiene que ser un gerente
y un líder, cuatro etapas: observar, formular preguntas,
dar ejemplo y dar órdenes. Miren el orden en que las sitúa:
observar, formular preguntas, dar ejemplo y dar órdenes.
Hay que dar ejemplo, permanentemente, y para dar ejemplo hay
que ser buen escucha.
El buen comunicador no es simplemente quien
sabe transmitir a través de sus palabras, de sus gestos,
de su lenguaje verbal o corporal. El buen comunicador tiene que
tener ese elemento sustancial de las relaciones humanas, que
es ser buen escucha.
Los estudios de liderazgo en el mundo han demostrado
que quien cumple tareas de liderazgo, y ustedes para que Colombia
gane tienen que ser líderes, quien cumple tareas de liderazgo
debe dedicar el 90 por ciento del tiempo a comunicaciones. Y
de ese 90 por ciento, el 70, a escuchar.
Tarea tan difícil pero necesaria. Por
eso hay que tener una gran disponibilidad para escuchar al campesino,
al habitante urbano, para estar integrado con ellos, con el indígena,
para estar integrado con el colombiano de las negritudes, para
estar integrado con el dirigente gremial, empresarial.
Esa integración con la comunidad es
fundamental y necesita esos atributos del liderazgo. Y todos
los días tenemos que tener más vocación,
de que esto se haga no solamente internamente, sino que trascienda
las fronteras. Hay que construir equipos con todos los países
vecinos, con los países del mundo democrático que
nos ayudan en esta lucha para derrotar el terrorismo. Y esa construcción
de equipos necesita que sepamos transmitir y sepamos escuchar,
que sepamos convencer y que nos dejemos convencer.
La autoridad tiene que ser una autoridad enteramente
racional. El jurista y pensador italiano solía decir que
la autoridad nace del principio de reconocer la razón
a quien la tenga o de reclamarla cuando los argumentos dicen
que se tiene. Y no de ese viejo criterio de suponer que la autoridad
siempre tiene la razón, especialmente cuando no la tiene.
Eso sí que se necesita. Ese concepto de la autoridad basada
en la razón. Sí que se necesita internamente y
sí que se necesita la dialéctica de la razón
para construir equipos con quienes nos quieren ayudar internacionalmente.
Quiero repetirles todas mis felicitaciones.
La generación de algunos de ustedes, de los padres de
otros, la generación a la cual yo pertenezco, son generaciones
que no han vivido un día de paz en Colombia.
Ustedes empiezan a constituirse en una oficialidad
joven, altamente preparada, en la cual el país confía
plenamente. Ustedes tiene una inmensa responsabilidad: contribuir
a crear las condiciones para que las nuevas generaciones de colombianos
puedan vivir felices en este país.
Este país en los últimos años
expulsó cuatro millones al extranjero, este país
en los últimos años produjo un desplazamiento de
2 millones de ciudadanos acá, este país en los últimos
años llegó a desempleos bordeando el 20 por ciento,
este país en los últimos años vio desaparecer
la inversión.
Todo eso lo tenemos que superar y ustedes están
llamados a cumplir una gran tarea para superar este cuadro clínico
de la Patria, para ofrecerle a las nuevas generaciones una Patria
que les dé garantías de que aquí van a poder
vivir felices.
Y esto lo queremos hacer en una concepción
elemental y simple: Colombia necesita derrotar el terrorismo,
Colombia necesita derrotar la corrupción y Colombia necesita
reivindicar a los pobres.
Ustedes hoy que reciben este grado tan importante,
avanzan en la tarea de ser artífices de lo que para mi
generación será un sueño, y de lo mismo
que se necesita sea una realidad para que las nuevas generaciones
puedan vivir felices en Colombia. Muchas felicitaciones a ustedes,
la gratitud y las felicitaciones a sus familias.
Sé la abnegación de sus señoras
y de sus hijos, pero ese acompañamiento, esa solidaridad
en el hogar, esa complicidad en la tarea, es un gran apoyo para
ustedes y un gran apoyo para la Patria.
A las señoras, a los hijos, a
los papás y a las mamás, muchas gracias, por
lo que les ayudan a ustedes, que es la gran manera como todos
le ayudan a la Patria. A todos, muchas gracias”.
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